Un nuevo día, cesando la nevada de la noche anterior para dar permiso a una cálida mañana. El tiempo pasaba, pero él continuaba yendo a la Academia. Precisamente se dirigía a esa edificación sosteniendo bajo su brazo esa maleta. Repara en esos estudiantes que se encontraba en su camino, no pasando palabra con ellos, simplemente avanzaba.
Toma asiento dentro de ese salón, apoyando sus brazos contra el escritorio para descansar su cabeza en ellos. Tomaría un poco de descanso mientras llegaba el maestro. Por eso cierra sus párpados disponiéndose al sueño.
El aire era sofocante, envolvente. Resonando respiraciones agitadas, entre ellas, la suya.
Completamente inmóvil estaba, más por el deseo que del temor de estar entre esos brazos, encargándose esas manos en palpar cada centímetro de su piel. Era presa del deseo y de miles de gratas sensaciones que presenciaba sólo en las noches.
Muerde su labio, ladeando su rostro con sus ojos cerrados y presionando sus dedos en esa sabana de la cama en donde estaba acostado, permitiéndole a esa nariz enterrarse tras su oreja entre sus cabellos platinados y descender por su cuello, chocando de nuevo ese aire contra esa sensible parte de su piel.
-Mm... –involuntariamente exclama en satisfacción, moviendo hacia atrás su cabeza, permitiéndole a esa boca besar su mentón y empezar a descender-
Esa sensación que en las noches era preso su cuerpo se avivaba, disfrutando de esos besos que iban en descenso por su descubierto torso, trazando un camino por su vientre y continuando en ese camino imaginario hasta....
Pesadamente abre sus párpados, suspirando en agotamiento, frotando su mano tras su nuca.
De nuevo esa extraña visión o alucinación, que desde hace 6 meses aproximadamente invadió su mente y sus noches. Causándole despertar a la mañana siguiente agotado, como si realmente se entregara a una locura como esa. Endereza su postura para recargar su mejilla en uno de sus brazos, ojeando a los estudiantes que cuchicheaban normalmente, pero, un par en especial se quedan viéndolo en silencio, incomodándolo, causándole que se incorporara.
Noche 4 Apego.
-"Oficialmente, el Dormitorio de la Luna colapsó debido al envejecimiento de las estructuras de madera, y para los intrusos que atacaron la escuela dijimos que fue todo solo "un ejercicio para la prevención de la delincuencia" Oh, sí, y para los estudiantes cuyas memorias estaban directamente relacionadas con los vampiros, tuvimos que tener entrevistas privadas con cada uno antes de decidir cuales habían sido afectados por el problema, y a cuales sería mejor el no saberlo. Entonces, usamos un hechizo cazador para borrar sus memorias. En resumen, solo esas estudiantes que lucharon para que sus memorias no fueran borradas son la únicas que saben lo que en verdad pasó" Eso es todo, creo. Ahora sólo tienes que leer este detallado reporte de todo lo que pasó, Señor Idiota.
Bastante molesto deja caer Yagari ese mamotreto de hojas al escritorio, donde precisamente descansaban sus piernas cruzadas, reclinándose en el sillón de esa oficina.
-Y con eso, podemos regresarte a tu posición como director de la Academia. –bota una calada de su cigarrillo el pelinegro-. Hablando de un trabajo estúpido que nadie quiere hacer, la mesa directiva de la escuela está empezando a hacer todo por si mismos pero eso sí, no dejan de quejarse por todo.
Cross solamente observaba a ese cazador desahogarse, tenía todo el derecho. En su ausencia, Yagari fue el que se encargó de todo.
-También se nos ha dicho que "parece que la cabeza del Grupo Ichijou va a cambiar, pero no deben cortar las conexiones con ellos, no importa cómo. Asegúrense igualmente de mantener una buena relación con el Clan Aidou" Y por último, debes absolutamente abstenerte de cualquier contacto y acercamiento con Kaname Kuran ¿entendido? No es extraño que esta escuela pudiera crear de nuevo algo como la clase Nocturna, Cross. –se incorpora pasando al lado del ojimiel-
-Gracias por tu arduo trabajo. –le sonríe Cross-
-Maldita sea, fue un duro trabajo.
-Y pensar que esto se pondrá más problemático. –dice en un suspiro bajando su mirada-
-Sí, es bueno que lo notes. –abre la puerta, deteniéndose–. Sin mencionar que mi estúpido aprendiz se hace lo suficientemente viejo para ser el Presidente de la Asociación.... Los dos estamos atascados, tú como presidente oficial, sólo para aparentar, y yo como el presidente verdadero. Que dolor de cabeza.
* * * * * *
Por siempre....
y para siempre.
Entre esos libros esparcidos en el suelo de esa biblioteca se hallaba, con sus brazos abiertos pensaba.
-Yo siempre voy a huir de ti, Zero, hasta que uno de los dos se vuelva cenizas... Hasta que el mundo se acabe". –piensa ella viendo el techo-. Hasta el final.
Se suponía que debía estar estudiando como su tutor (entiéndase, Aidou) le recomendó. Pero no, no podía sacarse de la cabeza lo que iba a hacer su hermano con los cazadores, habiéndosele hecho más latente el nombre de ese cazador platinado del "que huía". Se gira, posando sus ojos castaños en esa flor conservada en resina, regalo del mismo Kaname cuando ella era humana sobre una montaña de libros amontonados.
Vivir eternamente...
-Así es. Vivirás por siempre sin morir, porque eres lo mismo que Kaname onii-sama.
Responde la voz infantil de una niña. La voz de sus instintos vampíricos que ella se reprimía a recordar, aquella de sus alucinaciones. Precisamente viéndola al lado de esa sala, entre miles de tejidos de sangre, igual a una telaraña que poco a poco iba devorándola.
-Sí, lo sé. Entiendo eso.
-No, tú no entiendes! ¿Estás completamente segura que él te amara eternamente... Que tú, al igual que yo estuvieras sola. Que solo tú empieces a tener esa necesidad de querer lanzarse a su garganta y consumir su sangre e incluso su vida para probar sus sentimientos. –estira su mano al verse aprisionada dentro de esa jaula de carne, estando Yuuki solo observándola en silencio–. ¿Serías capaz de afrontar ese día?.
Golpea Yuuki esa masa que devoró a esa "niña" no habiéndole gustado esas palabras. Ve su mano, notando que sostenía precisamente ese pequeño capullo de flor. ¿Cuándo lo había tomado? De seguro lo tomó sin darse cuenta, como el hecho que se acercó a esa columna de libros que derribó.
-No, eso no va a pasar. Voy a estar y quiero estar cerca de él. –contra su pecho acerca ese regalo-
Calla de golpe cerrando sus ojos ante ese frenético deseo. Causando esas sensaciones que tomara su cuello y respirara agitada. ¿Por qué en ese momento pensaba en Zero? El rostro de ese cazador de nuevo se filtraba en su mente.
Sentado en ese sillón y con la ventana abierta pausa Aidou su lectura. El claro olor de la sangre se filtró hasta su posición. Prefiere mejor incorporarse y salir en busca de la razón, ya que, no era cualquier sangre, él la conocía muy bien porque la probó. Corre en descenso por esas escaleras de caracol que le acortarían el camino, asomando su cabeza al girar en una curva.
-Ey tú!! ¡¿qué estás haciendo hiriéndote y andando por ahí aleatoriamente?! ¡¿Tienes idea de cuán enojado se pondrá Kaname-sama si nos encuentra?! –preocupado por su vida más que por la de Yuuki se le acerca, notándola bastante distraída y con su atención puesta en una puerta. Mejor se relaja. Lo importante es que ella estaba bien–. ¿Qué estás haciendo realmente?
-Esta puerta... pensé haber olido la esencia de Kaname onii-sama desde aquí, así que... Fui muy sensible hace un momento, así que por casualidad encontré la entrada por el olor.
-Ahora que lo mencionas... –repara el rubio en su alrededor, y más en esa puerta–. ¿Qué es este lugar? No recuerdo haber escuchado de un lugar como este en la casa. Mira, tienes sangre en tu labio. –a cambio ella se ruboriza al caer en cuenta de eso–. Tú... imposible... –arquea su ceja ante el nerviosismo de la chica, quien le rehuyó la mirada– ¿No me digas que en verdad te mordiste? ¿En verdad pensaste que podrías alimentarte de ti misma? ¿Qué eres, una idiota?
-Yo solo tenía mucha hambre así que... no estaba pensando mucho... y solo, se dio. –como niña pequeña confiesa entre dientes-
-Quéééé???!!! –por poco se desploma por tal confesión tan idiota. Prefiere suspirar cruzándose de brazos, debía entenderla–. Tú... estás obteniendo sangre de Kaname-sama ¿no es así?
-Lo hago... ¿Pero tú no lo haces con Kain-sempai?
-.... –se ruboriza por tal conclusión sacada por esa chiquilla–. No es tu asunto. No estamos hablando de mí ¿Entonces si lo haces, por qué estás hambrienta? –la ojea, no respondiéndole ella–. Bien. Toma estas mientras esperas. –le brinda esa caja de tabletas personales. Él tampoco era tan malo-
-Por favor, no le des esas tabletas a Yuuki. –se presenta Kaname a un costado de ellos–. Gracias, Aidou. Ya puedes dejarnos. –se acerca a la castaña-
-Sí, Kaname-sama. –se aleja-
-Qué cosa más tonta has hecho mordiéndote a ti misma, pero parece que has recordado como usar tus colmillos.
-Lo hice.... Es que... –se ruboriza, bajando su cabeza–. Mi sed no puede ser realmente saciada, porque ahora, hay una parte de mi corazón que se unió a un vínculo que no puedo cortar. –se atreve a verlo a los ojos-. Una parte de mi corazón está unida a Zero.
-Pero a pesar de que sientes algo por él decidiste quedarte a mi lado. Incluso significa que sufrirás para siempre... ¿Tú buscarías una prueba de que verdaderamente te amo? ¿Buscarías que saliera de mis labios? ¿Si este amor acabará... aun así desearías estar a mi lado? –le toma los brazos viéndola fijamente-
-A pesar de eso... yo quiero estar a tu lado por siempre. –trata de soltarse de él, solo consiguiendo libertad a una de sus manos, impidiéndoselo el mismo Kaname que sereno se mostraba–. Es que, si tú me rechazaras, no lo soportaría ¡Preferiría a que me castigaras a otra cosa!
Ella no entendía por qué la insistencia del mayor ¿Acaso probaba su verdadero e infinito amor por él?
-Y para mí? ¿Qué opción hay para mí en respuesta? –consigue retenerla de ambas manos–. Preferirás mi muerte... ¿O me matarías tú misma, Yuuki?
-... –completamente paralizada posa sus ojos en él-
-Oh, sé que podríamos hacer, Yuuki. Podría traer Artemis en la próxima reunión con los cazadores, y entonces tú podrías poner fin a mi vida con ella, con tus propias manos. –pese a sus palabras, le toma la mejilla-
-No puedes estar hablando seriamente... –desvía sus ojos, dolida-
-... –sonríe en un suspiro. Mejor la lleva contra sí, descansando sus manos tras su espalda y cabeza–. Tú debes estar sedienta de mi sangre ¿no es así? Si lo estás, entonces tomala...
Siente una caricia suave en su mejilla de parte del mayor, ya no percibiendo esa severidad que del comienzo. Sirviendo esas palabras como una autorización, por eso, lentamente empieza a desabrochar cada botón del largo gabán. Éste simplemente se arrodilla para quedar a la altura de Yuuki
-Mi onii-sama, tan fuerte y hermoso. –lo toma de las mejilla acercándose a ese cuello que se exponía a sus ojos rojos– ¿Cómo es posible que tú seas solo mío?
Kaname simplemente rodea la espalda de Yuuki con sus manos, permitiendo que esos colmillos se clavaran
-Tuyo...? –murmulla, viendo hacía un punto equis de ese cuarto-
Todo...
Todo se deshace en pedazos y se derrumba.... deslizándose entre mis dedos ¿Es un castigo? ¿Es tú castigo?.
Arrodillado sobre ese espejo trataba de tomar esos cristales entre sus dedos que le devolvían el reflejo de un solitario ser ¿Por qué le sucedía eso? ¿Él se lo buscó?
Estaba solo.
Esa simple palabra hace que dejara de fingir una fuerza que perdió hace mucho. Por eso, llora.
Ese llanto que no liberó por años lo libera, presionando entre sus enguantadas manos esos cristales, encorvándose en ese espejo roto.
Estoy completamente solo....
-Uh? –parpadea ella por esa visión repentina- "¿Un recuerdo de Onii-sama...?"
Nota que sus ojos se habían llenado de lágrimas y fijado tras el arrodillado castaño, en esa puerta de extraño símbolo en el medio. ¿Porque creía que ese recuerdo provenía de ese lugar? Endereza su postura sin dejar de observar intrigada esas dos láminas cerradas.
-Qué hay detrás de esa puerta?
Se siente agarrada por la cintura nuevamente por los brazos masculinos, ocultando Kaname su rostro en su vientre, mostrando necesidad. ¿Acaso... ese recuerdo de soledad lo atormentó nuevamente? Traga grueso de solo pensarlo, mejor abrazándolo sin decir palabra, no dejando de detallar esa misteriosa puerta.
* * * *
-Hay otra persona en tu corazón? Sólo quiero que estés a mi lado para siempre.
Sus muñecas son apresadas y pegadas a la sabana que cubría la cama, pudiendo sentir molestia en el agarre de esas manos. Así mismo, su aire se corta por esa profunda presión en su entrada, habiéndose tratado de una penetración hecha con firmeza.
Pero, esas mismas manos muestran arrepentimiento al preferir separar una de las suyas y levantarla, percibiendo chocar bajo su palma una tersa calidez ¿Era su mejilla o la de otra persona?
-Ah... –muerde su labio ante esa otra mano pasar a presionar bajo su muslo, cediendo su molestia-
¿Por qué estaba molesta esa persona? ¿Hizo algo para ganar su mal humor?
-Quiero que te quedes a mi lado así tu corazón esté ocupado. Por eso recibo con absoluto placer todo lo que es dado por ti. Incluso si se trata de un pedido cruel, simplemente dolor o incluso una bala para tomar mi vida... Me gusta todo lo que proviene de ti. Tú... llenaste de color mi gris corazón envuelto en cenizas.
Su tono de voz repentinamente se había suavizado, pasando a dolor, un inmenso y profundo dolor en cada frase.
¿Tanto eso sentía?
-Ah...
Solo puede gemir ante ese embiste estrujando las sabanas entre sus blancos de dos, pasando a disfrutar esas profundas y suaves embestidas, mordiendo sus labios ante esas placenteras sensaciones del que era preso su cuerpo.
-Dame más dolor... Esto será, nuestro castigo.
Es tomando con una mano su rostro, abarcando la palma su mejilla y mandíbula, enterrándose una nariz entre sus platinados cabellos, brindándole un corto beso. Entre abre sus ojos violetas a causa de esa placentera sensación en su cuello, sintiendo repentinamente el chocar de ese aire caliente provenir de su boca contra su piel. Separándose esos labios, para exponer un par de colmillos...
De golpe abre Zero totalmente sus ojos, viéndose en la protección de ese cuarto sobre la cama. Por inercia, acerca su mano a su cuello, suspirando aliviado, no había ninguna cicatriz, simplemente había sido de nuevo una pesadilla.
* * * * *
De golpe abre esas dos puertas de esa entrada que se ponían delante de su camino, suspirando en cada paso para poseer su furia a un límite no destructivo. No interesándose en los cuchicheos de los cazadores a causa de su presencia.
-Ey, Zero, llegas tarde. –opina Yagari al ver a ese joven penetrar-
-Por supuesto! No tienes ni idea lo alejada que está la Academia del edificio Central de la Asociación de Cazadores. –agitado dice Zero con su ceño fruncido– ¿Qué demonios están pensando? ¡Me enteré que la Asociación junto con los vampiros planean una "alianza" después de una noche de negociaciones!
-Tks, Zero llega aquí como un toro bravo... –murmulla Touga sentado tras el escritorio, viendo a su compañero sobre su hombro-
-Estoy preocupado por lo peligroso de todo este asunto. Seguro todos dicen que tus poderes y habilidades te hacen un gran aliado y todo eso, pero, no podemos olvidar que fuiste poseído por un Sangre Pura. –continua ese cazador con sus palabras hacía el platinado– ¿Realmente piensas que él podría ser el próximo Presidente, si él era la mascota de Kuran? ¿No es eso ridículo?
-Que coincidencia, piensas exactamente lo mismo que yo. –con una sonrisa le da Zero la razón-
-Oh, eso fue imprevisto. –cruza sus brazos el cazador por tal concordancia-
-Por casualidad, son idiotas? –se asombra Yagari reprimiéndose cogerlos a golpes–. Los criterios para esa elección están basados en la fuerza, métanselo en la cabeza. Todo lo importante es si el chico es tan poderoso para dominar a los otros cazadores por el miedo o no. ¡Está discusión se acabó!
-Miedo?" –piensa el joven cazador-
-Por otro lado, Zero... Encontrarás allí la lista de los vampiros que estarán en el salón. –señala ese cuaderno sobre el escritorio–. Memorízalos y encárgate de la vigilancia. El objetivo de eso es que las partes puedan "socializar" y se adapten a la idea de que continuarán trabajando juntos para mantener la paz. O, al menos, de eso se supone que sea.
En silencio toma Zero ese cuadernillo viendo a su maestro.
-Es todo lo que se pueda hacer, y tener la esperanza de que esta especie de nueva paz no tendrá una corta vida.
* * * * * *
En la comodidad de su hogar estaba sentada cual larga era en ese sillón Sara Shirabuki, quemando ese sobre que sostenía en su mano, viendo como caían las cenizas al suelo. Bajando sus ondulados cabellos rubios por sus hombros y su vestido.
-Una invitación a una reunión... Kaname-san siempre hace las cosas con los debidos modales. –suelta una risilla suave luego de consumirse esa hoja totalmente–. Oh, sí, creo que...
Saca de debajo de su manga otra invitación igual que a la que quemó, viendo por sobre su hombro a ese escolta ubicado tras suyo, recargado en el espaldar.
-Me sorprendí al ver que una invitación para ti vino hasta aquí, mi hogar... Takuma. –regresa su vista al frente, cerrando su ojos–. Kaname-san debe haber sabido que tú estabas aquí desde hace un tiempo.
-Saberlo? –se levanta de golpe el rubio ojiverde, pero luego baja su mirada suspirando. Lo hecho, hecho estaba–. Hablando de Kaname, no es para sorprenderse que lo haya averiguado. –finalmente dice, retirándose-
-Realmente, –abre sus ojos azules pasando ese sobre por su nariz- esto me hace pensar, cuál de nosotros, es el que realmente está teniendo peligrosas ideas aquí.
* * * * * *
Toma aire y valor en esa noche para sostener sobre su cabeza ese libro y así, atreverse a bajar. No era nada del otro mundo descender unas escaleras con un libro, lo arriesgado, era descender con unos tacones como zapatos, consiguiendo estabilizarse pese a u tropezón. Finalmente, aliviada al conseguir bajar todos esos escalones con solo un tropiezo, pero cayéndosele el libro al suelo-
-Yuuki, realmente has estado trabajando en esos ejercicios que Ruka te ha dado. –brinda Kaname con una sonrisa ese libro que tomó del suelo-
-Waa!! –levanta su cabeza de golpe ¿desde cuándo estaba su hermano viéndola?–. Sí... Aunque todavía no sé cómo ser elegante. Estoy trabajando muy duro. –muestra una sonrisa viéndolo–. Estoy segura que podré evitar cometer errores que hagan que las personas se rían en la fiesta, onii-sama.
Recibe el cuadernillo sin borrar su sonrisa, prefiriendo comenzar de nuevo sus "ejercicios".
En cuanto a Kaname, él simplemente posa su mirada a detrás suyo, hacía la puerta. Quería salir un poco.
* * * * * *
Presiona sus dedos en esa cama de heno.
Completamente dormido decidió desplazarse hacía las cabellerizas y tomar a la yegua Lily de almohada, algo que ella misma no le negaba, quien se arrodilló a su lado como si se tratara de una de sus crías. Deseaba estar solo en ese día, porque había despertado más agotado y "seco" que las mañanas anteriores. Y qué mejor que ese lugar donde nadie lo molestaría.
Todo su cuerpo se arquea hacía adelante. Nuevamente esa sensación de ser desnudado por unas manos, que, en vez de desagradarlo lo complacía. Incluso en ese momento donde se creyó seguro, esas manos recorrían su torso y costados deteniéndose en sus caderas. Asimismo, se materializaba en una figura que se pega a detrás suyo, rozando su aliento con su cuello.
Se encoge en su sitio por ese beso en su coronilla platinada. ¿Por qué sentía esa sensación tan familiar?
-Ah... –jadea-
Prontamente, esos labios pasan de su cabeza a su cuello.
De nuevo lo haría... mostraría sus colmillos...
Los demás caballos se empiezan a inquietar por esa enorme y descontrolada aura amenazante de ese cuerpo en la cama de heno, mismo que presiona sus dedos en esas delgadas cañas secas, hundiéndose más de la cuenta.
-Zero-kun?!
De golpe abre sus ojos violetas por tal llamado ¿Era real o una ilusión? Asegurándole la misma Lily que era algo real, ya que ésta levanta su cabeza para ver esa presencia aproximarse.
-Wakaba. –se relaja, sacando su mano de su chaqueta-
-Lamento molestarte. Así que estas aquí saltándote las clases. El director estaba buscándote. Por favor, se bueno y ve a verlo ¿sí?
-Sí. –simplemente responde, pasando por debajo de una tabla de madera para quedar fuera del establo-
-Zero-kun, va a ocurrir algo?
-Qué has dicho?
-Nah, olvídalo.
-Soy un miembro de la Asociación de Cazadores pero no estoy en posición para estarte diciendo algo. Si no quieres que tu memoria sea borrada para de entrometerte.
-Tú no quieres cazarla o algo ¿o sí? Yuuki no ha hecho nada malo. –aboga la chica a favor de la amiga que dejo de ver hace un año-
-.... –no le responde solo la observa en silencio-
-Es mejor que regrese a clases. –inicia Sayori la retirada, se detiene después–. Oh, Zero-kun. Los otros caballos tienen miedo de ti. Intenta apagar un poco ese fuego que tienes en la mirada.
-Fuego o agotamiento? Porque eso es lo que siento".
En silencio avanzaba Zero por el pasillo con las manos dentro del bolsillo de su pantalón, llegándole el rutinario cuchicheo y algarabía de las chicas de la Clase Diurna, como alguna vez lo hubieran hecho por la Clase Nocturna. Precisamente cruza al lado de ese chico que causó el revuelo de un par de chicas, sin prestarle mucha atención.
-Ey, puedo sentir tu sed de matar prácticamente saliendo de tus poros.
Se detiene de golpe por esa "descriptiva frase", rápidamente girando su cuello a ver a ese castaño que pasos adelante igualmente se detuvo.
-Tiempo sin vernos. Zero, no hay necesidad de apresurarse mucho matando vampiros, realmente no creo que se vuelvan buenos de pronto, sólo porque ahora tienen un nuevo líder. Incluso luego de eso te seguirán enviando órdenes de ejecución hasta que te aburras de ello.... Bueno, nos vemos, tengo otra clase.
-Kaito...? –se pregunta al ver a ese castaño alejarse en pasos suaves–. Oye, Kai...!
-Kiryuu-kun! –es interrumpido su llamado por otro, tratándose de Cross–. Estaba esperándote, ven. –abre la puerta, cediéndole el paso-
-Director, te enteraste de que Kaito está aquí? –cierra la puerta tras suyo sin dejar su extrañeza-
-Él está trabajando en la Academia como un profesor en entrenamiento. Nosotros buscamos a Yagari-kun por una insistente recomendación. –busca entre un libro en especial–. Kaito-kun es tu hermano de batalla, además, es un reconocido cazador después de todo. Tú, Kaito-kun y Yagari-kun pues bueno... los tres piensan de manera muy similar.
-Qué quiere de mí?
-Bueno.... Tú ya viste la lista de vampiros que van a asistir a la reunión, y ya que se suponía que deberías memorizártelos a todos. Debes saber esto... Yuuki asistirá.
-.... –no responde, solo empuña sus manos desviando su mirada-
-Hace 1 año dijiste que la matarías... Zero, creo que... no deberías hacer eso, no profanar las reglas de la Asociación e ir en contra de los principios de los cazadores y matar a una Sangrepura sin razón alguna. –dice, más como padre que como cazador-
-Sí... tienes razón. Lo que espero es cualquier excusa que me permita matarlos de acuerdo a esas reglas. –en firmeza Zero lo observa-
-Si eso es lo que quieres, cuando ese momento llegue me interpondré entre ella y tú. Sean mis actos buenos o no, Zero, yo los amo a ambos.
-Haz como quieras. –arrogante sonríe el albino-. Nos veremos mañana en la noche en ese baile para Vampiros.