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Bloody Rose por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

¡Que gente para animada!

Y lo prometido es deuda... 2do capítulo. Como el caldo para los afectados de Chikungunya. Sustancioso. Jajaj XD

Sé que me van a matar por lo corto del Cap. pero, es como una especie de preámbulo

REEDITADO            REEDITADO             REEDITADO.

 

 

Ese despliegue de fuerzas provocaba que poco a poco se viera perjudicada la Academia, como en aquella habitación, donde poco a poco se desquebrajaban las paredes, teniendo Shiki que sacar de la cama a la aún inconsciente Rima.

-Lo siento, pero es muy peligroso quedarse aquí. Tengo que sacarte. –la carga entre sus brazos-. Ya perdí a Ichijuo-san, no te voy a perder a ti. –dice como si la chica pudiera escucharle, no equivocándose, ya que, ésta abre sus ojos–. Rima... Soy yo, Shiki. –recuerda al ver un respingo de la anaranjada–. Lo siento, tendremos que movernos un poco hasta la salida. –describe sin detener sus pasos a un lugar seguro-

-... –se relaja al tener de nuevo a su amigo y no a ese impostor de semanas atrás–. Ok... Tengo hambre... Dame un poco de sangre más tarde. –cierra sus ojos, entregándose a la inconsciencia-

-Vale.

Cargaba ese delgado cuerpo femenino por ese pasillo, siéndole bastante claro que por su causa quedó en ese estado. De golpe se detiene a causa de presentir de nuevo esa presencia negativa, no equivocándose, posando sus ojos azules sobre ese enorme hoyo de aquel pasillo, sorprendiéndose.

Sobre el tejado, en el borde, se hallaba Rido con su brazo apresado por esas enredaderas. Traga grueso el menor por encontrarse su mirada con esa heterocromatica.

Ese era su padre. Ese hombre que creyó muerto. Ahora... estaba más vivo y más loco de remate. Por eso, borra cualquier gesto y sentimiento hacía él, mejor decidiendo mostrar un gesto indiferente y regresar sus pasos.

No le importaba lo que pudiera pasarle a ese hombre.

 

 

 

Noche 2 Decisión. Dilema.

 

 

 

Descendía esa castaña al vacío, mientras que, debajo, un preocupado Aidou solo podía ver como esa persona que se suponía debió cuidar caía, solo quedándole estirar sus manos y rezar a que no le pasará ni el más mínimo rasguño.

-Por... por qué estás cayendo del edifi...! –abruptamente es interrumpido por esa Purasangre que recibió-

En realidad, su espalda la recibió.

Como una diestra gimnasta olímpica o un ágil felino, perfectamente cayó sobre la espalda de ese rubio, estampándolo contra el suelo. Agilidad que de humana nunca hubiera adquirido.

-Oh, Aidou-senpai, lo siento... >O< –como una pequeña dice, bajando de esa alfombra humana-

-E- Está... bien. Automáticamente quería agarrarte pero fallé, eso es todo... –desde el suelo resta importancia, pudiendo sentir esas dos marcas de pisadas en su espalda-

Se sobresalta Yuuki al escuchar un claro disparo, como si se tratara de un trueno cortando el cielo, levantando su mirada hacía el lugar del que fue arrojada.

-Kiryuu... Como siempre, ha fallado en mostrar respeto a los Sangre pura, ¿eh? ¡Qué eran esas cosas en su cuerpo! –habla el ojiagumarina, mientras recordaba esos látigos iguales a serpientes en el cazador-

-Creo que... era Bloody Rose.... Su forma ha cambiado, pero podría detener a mi Artemis, así que debe ser...

Un fuerte grito femenino casi los deja sordos, parpadeando Yuuki confusa y buscando la razón.

-Qué pasa?

-Aidou-senpai, por favor anima a las chicas de la Clase Diurna! ¡Por favor! –pide. Esos gritos eran de esas estudiantes-

-HUUH?!! –por poco se desploma por tal pedido–. ¡No digas cosas estúpidas! ¡Kaname-sama me pidió protegerte! Ando fallando en hacer la tarea pero... –lo último lo murmulla para sí algo avergonzado–

-Pero para las chicas humanas, una situación como ésta es realmente terrible... Si Aidou-sempai aparece por ellas y sonríe con su usual sonrisa ¡"No se preocupen, las protegeré a todas"! –entrelaza sus manos y pone carita de ternero pidiendo socorro–. Entonces las chicas se sentirán muy aliviadas. Es algo que sólo tú puedes hacer ¿verdad, senpai?

No responde Aidou, simplemente se queda observándola, tratando de fingir ecuanimidad. ¿Qué era él? ¿Un payaso de circo? Pero, esa cara de la castaña persistía.

-Vale, vale... –suspira resignado-. Haré lo que tú digas, así que vete antes de que pierda el control... ¡Pero ten cuidado y no te despistes al dejar que mire bajo tu falda o algo! –se va- ¡O si no Kaname-sama cortará mi cabeza!

Presiente ella amenaza, cubriendo su rostro, segundos después, un impacto choca a metros de su posición contra la pared, desmoronándose como fichas de naipes ante un simple soplido.

-...Zero? –pregunta al divisar entre la nube de polvo una silueta-

Unos látigos rojos* se abalanzan a su dirección a causa de bajar su guardia, balanceando su hoz

-Juuri... –murmulla Rido detrás suyo muy cerca de su oído- ¿Por qué no soy lo suficiente bueno, Juuri? ¿Por qué..?

No dice palabra ante esa frase dicha con un extraño sentimiento de dolor ¿Rido podría sentirlo? No. Eso no era dolor, era otro sentimiento.

-Qué es lo que me falta? Qué debo hacer por ti para... incluso cuando yo... –mueve su mano hasta el cuello de la menor, exhibiendo una sonrisa de colmillos–. Incluso cuando yo te quiero tanto que siento que quiero comerte entera.

Antes de que consiguiera Rido su cometido, cambia la dirección de la hoz que con una mano sostenía sobre su cabeza, para clavársela en el costado izquierdo.

-Juuri... Esa no es el arma que acerto.

Sin darle tiempo a reaccionar o algo, una fuerte ráfaga pasa a su lado, tratándose de miles de enredadera que habían hecho presa el cuerpo de ese Purasangre. Estando frente a ella ese cazador con su mano en alto y dirigida en esa dirección. De golpe siente un extraño roce en su mejilla, pudiendo percibir que pertenecían a unos dedos que provenían detrás. Sin siquiera mirar a su costado puede oír como Rido se desquebrajaba hasta terminar en un estallido de miles de cristales.

Lentamente "esas armas" regresan a su dueño, y sin importarle que Yuuki fuera un obstáculo la cubrían para pasar sobre ella, sin causarle daño, también permaneciendo ella inmóvil sin temor alguno.

-Zero, estás bien? –se atreve a preguntar luego de ese incomodo silencio, pero el ver varias sogas enredadas al torso del platinado al igual a sanguijuelas la preocuparon-

-No te acerques tanto a mí...  –le apunta desde esos escombros donde estaba parado-. Todo... estoy cansado de todo... Es por eso que... quiero poner fin a todo esto...

Esas palabras toman a Yuuki por sorpresa. Solo calla, sin dejar de ver esas molestas joyas violetas.

-No hiciste nada malo, Yuuki, pero si yo mato a cada uno de los Sangrepura que existen... Entonces este legado será perdonado...

 

*      *      *       *       *      *

 

En calma se hallaba Asato Ichijou en pie en aquella oficina del Consejo de Ancianos, habiendo sido muy claros los sonidos de muerte que los cuerpos de esos Nobles dieron en una de las salas de ese lugar.

-Kaname-sama... –repara en la presencia de ese castaño que recien entraba–. ¿Así que has venido en persona para destruirme...? Es un honor que uno de nuestros ancestros renacidos hiciera tal cosa por mí. –sin verlo ironiza-

-Eso es porque te debo una en el pasado, Asato Ichijou.... Y también porque he recuperado el poder que tuve antes de mi "sueño" "Como ciertas cosas según el pasar del tiempo".

-Éste es el sótano donde Rido-sama pasó 10 años regenerándose. Mientras permanezco en esta habitación, siento que mi convicción aumenta de que hice lo correcto después de todo. Efectivamente manipulé y usé a la familia Kuran como instrumentos con el poder y la influencia de cualquiera del Consejo. Fui capaz de lograr fácilmente el cargo de controlar la sociedad de vampiros. Sí, todo lo que tuve que hacer estuvo bien. –suspira viendo hacia arriba–. ¿Kaname-sama, no eres tú... el único que tiene la culpa?

-Disculpen mi interrupción, ojiisan. –hace Ichijou Takuma su aparición, sosteniendo su katana-

-Takuma...

-El fin no justifica los medios, ojiisan. Finalmente me he dado cuenta de eso. –en firmeza dice el joven rubio, quien posa su mirada en el castaño–. ¿Kaname, me dejarás hacerme cargo del resto a mí?

-... –solo lo observa el castaño-. Adelante. –se retira sin más-. A mis ojos, el único Ichijou eres tú.

-Siempre declaré justas mis intenciones y aun así, al final no pude escapar del molde que creaste para mí. Ojiisan, deja que pongamos fin a la familia Ichijou.

 

*              *               *              *             *                 *

 

¿Por qué sus pasos se hacían tan pesados? ¿Por qué en su mente además del rostro de Yuuki otro empezaba a grabársele?

Era extraño, que de un momento a otro empezara a "sentir" siquiera algún sentimiento por ese cazador.

Solo necesitaba a una persona, aun así...

Detiene Kaname sus pasos por esa solitaria calle.

-Eres como yo... Ese sentimiento tan tenaz hasta el punto de ser vergonzoso. Un cariño, que aún se niega a desaparecer aunque no quedara ni un rastro de ello...

De nuevo, esa extraña sensación que esos labios albinos dejaron en los suyos se presenta, obligándolo a levantar su mano, deteniéndola a escasos centímetros de tocarlos. ¿Por qué?

 

 

Una igual lucha de sus sentimientos era presa Zero, quien, pese a poseer su mano levantada en firmeza apuntándole a esa Sangrepura, su dedo, no tenía la misma fuerza.

Que pesado...

Este gatillo... y el dedo que tengo en el... Es como si hubieran colocado pesas sobre ellos.

¿Qué es esto? Quiero terminarlo todo, y aún...

¿Soy un prisionero.... de mis sentimientos ligados del pasado?

Frente a él no estaba esa Sangrepura de largos cabellos oscuros, un ser que odiaba, sino, esa desvalida y mimada chiquilla de cortos cabellos que siempre estuvo a su lado.

 

No quiero tener que recordarlo.

¡NO TENGO QUE RECORDARLO!

 

 

-Ahora está bien... Está bien. –abrazada estaba esa pequeña Yuuki al brazo de ese chico–. Permaneceré así una y otra vez...

Promete ella a causa de haber presenciado como ese chico aruñaba su cuello con sus propias manos, estando sentada a su lado en esa esquina del cuarto.

-"Su mano es tan cálida...." –cabizbajo pensaba, sin sentir dolor-

-Si no puedes olvidar la sensación de la mordida de esa mujer vampiro, entonces... me quedaré agarrando tu cuello de esta forma hasta que puedas olvidarlo. Así que por favor, no te hagas más daño ¿está bien, Zero-kun? –lo observa con un gesto de dolor, derramando llanto-

-Por qué eres tú la que está llorando si fui yo quien me lastime?" –se queda viéndola en silencio mientras pensaba–. "La próxima vez impediré que lo puedas descubrir" Esta bien. –miente, desviándole la mirada-

 

 

Tenía miedo, mucho miedo. ¡Quería que parara! Él no pidió eso. ¿Porque a él?

Estruja entre sus dedos esa almohada debajo de su cabeza, cerrando fuertemente sus párpados.

-Ah.... Ichi... –jadea entre dormido-

-"Piensas en él ¿cierto? Pero también en ella..."

Lentamente siente como se pasean dos dedos sobre su cuello vendado junto a esa voz desconocida a sus oídos. ¿O era una alucinación en medio de su pesadilla? No le importaba, esa voz lo empezaba a tranquilizar.

-Dime, ¿Por qué tus ojos me recuerdan a alguien? ¿Eres alguien importante en mi vida?

-Ichi... ¡Ah! –abre de golpe sus ojos ante esa pesadilla convirtiéndose en un recuerdo–

Agitadamente respira, pasando su brazo sobre su frente, viéndose en la protección de ese solitario cuarto. Aun así, repentinamente presiente algo, causándole entrecerrar sus ojos a dirección de esa puerta.

-"Así que eras tú..." suspira cerrando sus ojos–. ¡Ey, tú! ¡¿Hasta cuándo piensas quedarte así?! ¡Regresa a tu habitación y duerme!

Pronto ve esa puerta abrirse, mostrando ese rostro infantil a medio asomarse.

-Lo siento, Zero-kun... Parecía que no dormías bien, así que me preocupe... ¿Puedo entrar?

-Si quieres venir, simplemente entra, además, ya lo hiciste sin mi permiso. –se sienta sobre la cama, solo exhibiendo su cabeza–. Esta es tu casa después de todo. No la mía. –gira con esa sabana cubriéndolo de pies a cabeza-

"Por qué no le dije que se quedara"

Muerde sus labios al escuchar la puerta ser cerrada.

No quería cerrar sus ojos y ver el rostro de esa mujer.

Sin esperarlo, siente una pequeña mano sobre su coronilla, viendo por sobre su hombro a la hija de Cross Kaien, quien le sonreía dulcemente.

-Me quedaré así hasta que te quedes dormido Zero-kun. Me pasaba lo mismo. Cuando estaba asustada y no podía dormir. empieza Yuuki a darle caricias tiernas–. Conseguía sentirme a salvo y quedarme dormida gracias a alguien que me hacía lo mismo que yo a ti. Alguien con unas manos cariñosas. Está bien. Estaré aquí.

-... –sin poderlo evitar, desvía su mirada cerrando sus párpados–. Ey, no tienes que usar "kun" cada vez que me llamas.

 

Se incorpora Yuuki de la cama al ver a ese chico con sus ojos cerrados, prefiriendo retirarse.

Sus párpados comienzan a moverse involuntariamente, esas pesadillas no se habían ido. Pero, una mano se recarga sobre su cabeza, empezando una sesión de caricias, relajándose su rostro y empezando a respirar pausadamente. Quedando esa nueva presencia sentada en el borde de la cama, acariciando a ese platinado en silencio.

¿Era Yuuki...? Claro que debía ser ella.

-"Aún busco la respuesta... Dime, ¿Por qué tus ojos me recuerdan a alguien? ¿Eres alguien importante en mi vida?"

"La calidez de sus manos... es como una tabla. Quiero agarrarme a ella para no ahogarme"

 

 

Ve a esa niña sonreír ante esas caricias que alguien más, aparte de Cross le daba.

-Kaname-sama, quería decirte...

-Dime, qué es?se deja jalar dentro por Yuuki-

Un escalofrió recorre su cuerpo ante ese castaño de pie frente a él.

Un Sangre Pura...

Un sangrepura...

Un Sangrepura... una chica humana enamorada de él...

 

 

-Ya te lo dije. No me toques con las manos que lo tocaron a él. ­dándole la espalda dice-

-Lo siento.... Dejaré aquí las nuevas vendas, pero por favor, cámbiatelas. pide ella desde el marco de la puerta sosteniendo esa bandeja-

-Lo sé... ¡Sólo déjalo ahí y lárgate de aquí!

Yuuki simplemente deja esa bandeja en el suelo dentro del cuarto y se retira. Quedando un Zero retirándose los vendajes del cuello colocado frente al espejo.

"Por qué me molesta tanto" ¿Es por qué se apareció un Sangrepura delante de mí?

"O es por qué.... podía ser que ese Sangrepura el que le enseñó a esa chica como mostrar un cálido y amable corazón hacía los demás"

Exhibe frente a ese cristal su cuello....

NO PUEDE SER....

-"Yo siempre me curaba más rápido que la mayoría de la gente... pero... está velocidad" perplejo observaba ese reflejo, palpando su mano la piel de su cuello-. Esto... clava sus uñas nuevamente en la piel en clara ofuscación-

Forma en un puño su mano para chocarla contra ese espejo.

-Zero! entra Yuuki angustiada, luego de quedar cerca de su pasillo ¿Zero...?

Retiene el aire ante ese chico apoyado contra el desquebrajado cristal, pese a su mano estar herida y empezar a manchar la manga por la sangre que goteaba.

-Zero, detente. Tu mano... se le acerca bastante preocupada, tomándole el brazo. Te estás cortando con los cristales rotos... Vamos, tenemos que..

-No me toques!! de un manotazo la aleja, de paso, le causa un rasguño en su mano-

-Zero...

Sin poderlo evitar, sus ojos se posan en esas gotas que liberaba la castaña, agitándose su corazón ante ese aroma golpear su nariz. Por eso, solo puede desviar su mirada cubriendo su rostro con su mano herida.

-Por... favor... Busca al director por mí.

Asiente ella, saliendo obediente.

-Qué me pasa? ¿Es como... si estuviera hambriento, por el contrario, estuviera sediento?

"Su sangre olía diferente a mi sangre o de aquel chico Sangrepura. Pensé... que olía muy bien"

 

-Kiryuu-kun... –penetra Cross-

-Director, tengo... tengo que hacerme fuerte... –presiona sus dedos contra el espejo-. Así no perderé... contra los vampiros y contra mí mismo.

"Ese fue el momento cuando enfrenté la realidad de que ya no era humano..."

 

"Cada noche cuidabas de mí"

"Cada día tenía miedo al mañana, por que, tarde o temprano iba a convertirme en un vampiro aterrador como el que siempre mencionabas"

"Estaba asustado... a que llegaran los días de terror"

"En tus brazos me sentía seguro. ¡Me impedían alejarme!"

"Y tu mirada, siempre honesta y calmada..."

"Nunca dejó de darme fuerza incluso...

....ahora que estás frente a mí"

 

Segura tenía Yuuki su mirada sobre la de ese platinado, sosteniendo a Artemis.

"Su mirada sigue siendo honesta y calmada como lo era antes... mientras me mira a mí"

-Por qué... –desvía Zero su mirada mordiendo su labio- ¿Por qué no te mueves? ¡NO ME HUBIERA IMPORTADO SI ME HUBIERAS MATADO AQUÍ MISMO!

 

*        *         *         *       *        *     *

 

Con sus dos alas desplegadas por el frío cielo, volaba. En determinados momentos juntaba los extremos sobre su cabeza para luego tomar impulso. Fijaba sus grandes ojos rapaces para permitirle a su dueña en aquella casa igualmente poseer esa visión de la ciudad y todo lo que pudiera captar.

-Donde estás... Ichiru-chan? –piensa ella, sentada en esa silla de madera frente a la ventana de su habitación-

Ella no se daría por vencida en dar con Ichiru, a él le cogió bastante cariño en todo ese tiempo que estuvo a su lado sirviendo a Shizuka.

Sobre una amplia ventana se posa el búho, curioseando dentro, por si quizás, lo hallaba, logrando Maria contemplar una figura de mirada y cabellos castaños, quien se hallaba sereno e impávido en medio de unos cuerpos que se calcinaban. No contando ella, en que esa persona posaría su mirada castaña sobre la de su ave. En realidad, como si éste la mirara a ella.

De golpe separa su conexión con ese búho por semejante susto ¡Esa aura fue la que la asustó!

-Oh, no... –entre sus manos sujeta esa pluma de su ave, empezando a tener temblores involuntarios–. Es horrible ¿Qué debo hacer? "Hace tiempo en la escuela... recuerdo haber visto a esa persona de antes, cuando rebuscaba en la conciencia de Shizuka-sama mientras me poseía. Esa persona es..." Los ancianos del Consejo... Ellos....

De golpe se incorpora corriendo a dirección de la puerta.

-¡Otousan! ¡Okaasan! ¡Ha ocurrido algo horrible! ¡Kaname-sama ha...!

 

*      *     *      *      *      *     *

 

Sus botas de bajo tacón avanzaban por aquella edificación convertida en escombros, protegiéndose del frío con un largo suéter, rozando su espalda sus largos cabellos rubios ondulados que caían a sus pies a su alrededor. Deteniéndose sus pasos frente a ese obstáculo tirado en el suelo.

-Me apresuré a intentar convencer a Kaname-sama, pero parece que mi presencia aquí fue conveniente de forma insospechada.

Se agacha esta joven mujer que aparentaría hallarse en su adolescencia al ojo humano, pero tenía tanta o más edad que el mismo Linaje Purasangre Kuran. De una larga figura y extremada belleza, pasando delicadamente su mano sobre esa hebras rubias de aquel joven inconsciente, tratándose de Ichijuo.

-Si no te hubiera detenido, habrías sacrificado tu vida por destruir a tu abuelo... –libera una suave risa-. Que suerte. –entrecierra sus ojos azules con maliciosa-. Planeaba persuadirle y hacer que Ichiou te entregara a mí. Serás de gran ayuda para averiguar que planea Kaname-sama... Así que, me alegro que haya caído a mis manos un maravilloso peón.

Baja su calculadora mirada al vientre del rubio.

-Y con un pequeño premio. –alarga sus labios en una delgada sonrisa de triunfo-

Detrás de esas gentiles caricias no había otra que una Purasangre. Sara Shirabuki

 

*       *       *       *     *      *

 

Aproxima sus pasos hacía esa pareja de jóvenes, pronto abalanzándose a su dirección verdes y espinosas enredaderas que se atan en su brazo.

-Vaya bienvenida. –dice Kaname, fijando su mirada en ese cazador-

-Es porque ya he tomado mi decisión... He decidido aniquilar a todos los Sangrepura. Kuran, tú eres el siguiente. –promete mientras más sogas se ataban en el brazo contrario.

-Debo agradecerte por haber reforzado esos problemáticos grilletes, pero no puedo perdonar nunca tu existencia, porque te has atrevido... ¡A dirigir tu pistola contra ella!

Puede Zero sentir esa fuerte aura chocar contra la suya, que incluso por un momento lo hizo dudar, sin embargo, una de las sogas le hace perder la mano al castaño, mismo que la regenera, mientras que demás enredaderas buscaban apresarlo.

-Ah... –se sorprende Yuuki, que solo en silencio observaba-

-Incluso si lo hiciste sin intención de matarla, no puedo perdonar tal cosa. –agarra con su mano regenerada unas cuantas sogas, mismas a las que su propia mano empezaba a aferrarse–. Bloody Rose, si has despertado, ¿Puedes reconocer mi voz? Al igual que el sabor de mi sangre...

Igual a miles de corrientes eléctricas invaden cada soga de su arma que se ataba en todo su cuerpo, obligándolo a encorvarse a adelante agarrando su brazo.

-Puedes quitarme amablemente estas ramas que me retienen? Hay alguien a quien quiero proteger –confiesa Kaname continuando inmóvil-

En suma obediencia poco a poco es dejado libre por estas, que ni siquiera se atreven a tomarlo de nuevo.

-Qué... acabas de hacer? –tomando su brazo inquiere Zero-

La forma de su brazo poco a poco comienza el castaño a perder, transformando su mano a su propia arma. Enormes garras del doble del tamaño de Artemis.

-Bloody Rose...!  No olvides quién es el enemigo. –retoma Zero la autoridad en su pistola, presionando sus dedos con fuerza en ella-

-Deténganse!!! –interviene Yuuki colocándose en medio de esas dos razas que se iban a matar por ella-

-Yuuki! –detiene su golpe el mayor hacía el albino, por poco rozando a la chica–. Yuuki, debes alejarte. Te apuntó con un arma que incluso pudo haberte matado. Aunque hubiera sido sólo un segundo, no podría perdonar a ese hombre. –ve en molestia al cazador, mientras que esa arma perdía su filo y forma–. No lo perdonaré. Aunque pasaran 500 años o mil y me siguieras odiando, yo...

-No quiero hacerte pronunciar esas palabras tan tristes –le toma ella el brazo–

Kaname simplemente la observa, dándole una corta caricia en la mejilla con su mano izquierda intacta, aun así, gira sobre su posición, dándole la espalda para reiniciar sus pasos.

-Como quieras. Tómense el tiempo que quieran para despedirse... Además, ya sabes de sobra, del único lugar al que perteneces. –la ve sobre su hombro, para retomar sus pasos-

Había olvidado ese detalle. Irse. Dejar la Academia. Gira a ver al albino, sorprendiéndose al verlo encorvado hacía adelante tomando con su otra mano esa masa verdacea en que se convertía su brazo derecho.

-Zero! –corre hacía él. Lo ve con su cabeza baja, cubriendo sus flequillos platinados sus ojos– ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado para que te pongas a...?

Calla ante ese sonido de corazón. ¿Le parecía o había más sogas rodeándolo? Además, ¡Bloody Rose estaba bebiendo la sangre de Zero!

-Es como un vampiro... Zero, eso no está bien. Vamos deja esa pistola.

No recibe respuesta, como si el albino estuviera en un estado de shock, por eso, prefiere ella misma tomarla y tratar de quitársela. Tratando. Ya que, como al inicio con Artemis, una descarga envuelve sus manos al jalonear de ella ¿Acaso estaba adherida a la mano del cazador? Pues parecía. Decide mejor tomar el brazo como el cañón del arma, empezando a jalar a lados contrarios.

Exitosamente lo consigue, regresando en sí el cazador quien recobra la consciencia, mientras que Yuuki de un jalón continua alejando completamente esas enredaderas, no midiendo su fuerza, provocando que Zero liberara un alarido de dolor, tomándose el brazo liberado.

-Lo siento, lo siento, Zero. ¿Estás bien? –estira sus manos para tomar la del cazador como acostumbraba, pero el mismo Zero se lo niega. Regalándole a su vez la peor y más fría de las miradas–. Lo siento, bien si estás mejor, entonces... me alegr...

No puede ella dar un paso lejos del cazador, quien le toma fuertemente la muñeca, jalándola hacía él.

Entre los brazos de Zero se ve rodeada, apoyándole una de las manos tras la cabeza y la otra tras la espalda. De nuevo sentía esa extraña sensación al estar refugiada en esos brazos que no eran de su hermano.

-La Yuuki que yo conozco ¿Está dentro de ti?

-Ella... –retiene el llanto por esas palabras ¿tanto amor él le profesaba?–... ella está... A pesar de que se derritió ante su otra mitad y desapareció completamente...

-Yuuki, yo... yo sólo he deseado tu sangre. –agacha su cabeza, ubicándose en el cuello de la castaña, apartándole el largo cabello con la mano–. La deseo tanto que es irresistible. Esa es... la clase de criatura que soy ¿no es así? –entre abre sus ojos para después clavar sus colmillos en ella-

Observa ella en silencio a ese platinado, ya no sintiendo miedo o temor, solo admirando como sus labios estaban manchados de su propia sangre. En cuanto a él, le desvía la mirada, para después impulsarse a acercarse a sus labios.

¡Zero la iba a besar!

Sin impedírselo no realiza movimiento, pero a escasos centímetros, éste se detiene, solo encontrándose sus miradas. Percibiendo el aire agitado del platinado rozar contra su rostro ¿Por qué... se había él detenido? Simplemente los dedos del mayor se clavaban en sus brazos.

-Yo... –desvía su mirada. Una extraña sensación le impidió conseguir su cometido–. Quiero hacerte una última pregunta. –la estrecha contra su pecho– ¿Ahora qué has recuperado la memoria. Te has deshecho de tus preocupaciones?

-Sí... –lo único que responde cabizbaja ¿Por qué le dolió que Zero se detuviera y no terminara su acción?-

-Yo también. No tengo nada que me retenga ahora. Puedo relajarme y concentrarme en cumplir mi objetivo. –la libera, agachándose a tomar su arma–. Ve junto al hombre que puede pasar toda la eternidad contigo. Pero la próxima vez que nos veamos.... Te mataré, Yuuki. –se aparta de ella con lentos pasos-

-Bien. En ese caso, seguiré huyendo de ti, Zero. Para que tengas una razón de vivir...

Notas finales:

Unos látigos rojos*: Me estoy basando en el anime.

¿Aburridor? Lo sé, hasta a mí me dió algo de pereza escribirlo. Pero esto es importante. MUY IMPORTANTE. Así ya lo hayan visto del anime.


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