Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Drama Queen por Ellie77

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Death Note pertenece a Tsugumi Oba y a Takeshi Obata.

Pairings: MxM ǀ BxA ǀ NeLi ǀ LxL.

Advertencias: AU ǀ Lenguaje vulgar ǀ Yaoi (Boy’s Love) ǀ Hetero ǀ Conteniedo sexual ǀ OoC ǀ Presencia de OC’s.

N/A: Tal y como lo prometí aquí está la actualización. Ya serán más rápidas 😃

 ǀ Drama Queen ǀ

 

Capítulo 14:

Oye, escribo poemas de amor

.

.

Porque tú eres lamentable

Y pienso que eres muy egoísta

Tú juegas un juego vicioso

Porque eres malo

Y terminarás muy solo

 

Such a Shame The Cranberries

                                                                                                                     

.

.

Todavía lo recuerdo muy bien, la primera vez ocurrió fue hace más o menos un año. Nos encontrábamos en su recamara y afuera llovía un poco, justo como ahora.

Un profesor encargó una tarea en parejas, él mismo sorteó las binas por lo que me tocó hacer equipo con Near. Como este se negó rotundamente a ir a mi casa a hacer el trabajo, me vi obligada a asistir a la suya. Cuando llegué no había nadie, y como a él no le gusta hacer sus deberes en la sala, me arrastró a su habitación. Los siguientes sesenta minutos se resumen en mí viéndole trabajar.

Le pedí que me dejara participar, después de todo el ensayo era de los dos; Near se comportó de lo más engreído y arrogante diciendo que mi participación podría arruinar su trabajo y por ende su calificación. Me aguanté una rabieta y seguí observándole recostada en su cama, él se encontraba frente al escritorio tecleando sin parar.

Me sacaba de quicio. Él es la única persona —después de mi padre cuando se pone pedante— que logra matar mi paciencia. Todavía es así. Es por eso que sigo preguntándome cómo es que acabé involucrándome con Nate River de esta manera.

«Calentura, simple y llana calentura».

Entre mis malas caras y su expresión estoica se pasó parte la tarde, fue casi al final cuando lo inverosímil sucedió. Me acerqué a Near para ver cómo iba el ensayo, colocándome justo detrás de él para poder observar con detenimiento la pantalla de su portátil; mi cercanía pareció incomodarlo ya que murmuró algo acerca del «espacio personal» a la vez que se retiraba un poco. Vi mi oportunidad de desquite así que me pegué todavía más a él simulando un abrazo por la espalda, también puse mi mano sobre la suya y reí en su oído al notar su expresión. Near giró su rostro hacia mí, supongo que para ponerme en mi lugar, sin embargo, quizá debido a la cercanía, la posición y la situación, terminamos besándonos.

Pudo haber terminado ahí, pude haberme alejado y pude haber salido corriendo de su habitación. Mas no lo hice. Por el contrario, intensificamos el beso, giró su silla hacia mí y en menos de un minuto ya me encontraba sentada en su regazo, besándole con hambre, acariciándolo y permitiendo que me tocara.

No nos desnudamos por completo, de hecho ambos nos quedamos con la camisa del uniforme y algunas prendas más. Para penetrarme, Near solo alzó mi falda y bajó el cierre de su pantalón; por mí parte yo solo me quité las bragas para luego sentarme en su miembro. No duramos mucho. A pesar de que Near eyaculó afuera debido a que no teníamos protección, tuve un orgasmo; supongo que por la adrenalina de la situación.

Así fue el principio de mi historia con Near, nada qué ver con el romance tímido de mano sudada con el que comenzó mi relación con Matt.

Normalmente cuando estoy con Near no pienso demasiado en Matt, al menos no en el momento en que follamos. La culpa solo aparece antes, ni siquiera después de haber sido infiel una vez más. Cuando acabamos de tener relaciones, si estamos en su casa, Near siempre toma un baño; yo me quedo sobre su cama, normalizando la respiración y perdiéndome entre el blanco de su habitación. Esta vez no es la excepción.

Escucho a lo lejos el sonido de la regadera, a veces hasta me siento tentada a ir y tomar un baño con él, pero luego medito que ese deseo es bastante contraproducente; no tengo algún cambio aquí y no volvería a ponerme la misma ropa sucia. Termino quedándome en la cama, enredando mi cuerpo entre las sábanas; me es divertido desordenar todavía más la pulcritud de Near.

Cuando él sale de su ducha es mi turno de entrar al baño. Ya no tengo vergüenza de que me vea desnuda así que camino sin más. Procedo a limpiarme para salir pronto y comenzar a vestirme.

—¿No vas a quedarte? —pregunta Near a mis espaldas. Ya está vestido.

—No, tengo cosas qué hacer —respondo mientras me acomodo la falda, me fajo la camisa después de ello.

—¿Es Matt? Según recuerdo hoy no te visita.

Ruedo los ojos, aburrida.

—Es mi abuelo, la enfermera pidió permiso para irse temprano así que iré con él desde antes.

Parece que esa respuesta le deja satisfecho. Como ya ha terminado de hacer la cama, saca uno de sus tantos rompecabezas y se echa en el suelo para armarlo. Así termina la rutina: él se sumerge en su propia burbuja mientras yo salgo de su casa, total, ya me sé el camino.

—¿Vienes mañana? —pregunta para mi sorpresa. Lo veo por el rabillo del ojo y niego.

—Mañana sí es el día de Matt.

—Lo ves todos los días.

—A ti también y aun así vengo. Si tantas ganas tienes puedes solo masturbarte o qué sé yo.

—A él no le dices lo mismo.

No, frente a Matt jamás mascullaría una frase que lleve la palabra «masturbar» de por medio, con él soy más suave a la hora de hablar. Contrariamente, cuando estoy con Near ese filtro desaparece y digo las cosas tal cual las pienso. No guardo apariencias a su lado.

—Él no es tan exigente como tú —suelto un suspiro, comenzando a impacientarme. De verdad necesito irme pronto —. Matt sale con sus amigos, tiene hobbies, no sé… No es como tú que siempre quieres estar sobre mí.

—Matt sale mucho con sus amigos últimamente —resalta, no entiendo la razón —. También tengo hobbies, Linda, y aunque no lo creas realizo otras actividades. Que quiera invertir mi tiempo en ti es mero capricho.

¿Cómo se supone que debo tomarme eso? Lo primero que se me viene a la mente es que soy una especie de juguete, con el que más logra entretenerse al parecer. No me gusta para nada sentirme como un objeto.

«No cabe duda que eres el rey de los manipuladores. Y yo que me creía buena en eso».

—¿Por capricho es por lo que deseas continuar con esto? —expongo, quiero intentar sacar la verdadera razón de sus actos —. ¿Tu vida es tan aburrida que follar conmigo es algo que se te ha vuelto tan indispensable para sobrellevar tu patética existencia?

—En realidad me gusta cómo aprietas. —No puedo evitar sonrojarme ante su respuesta —. Disfruto del acto en sí porque lo hago contigo.

En realidad también disfruto de hacerlo con él. No es que sea un adonis o un Dios en el sexo, tampoco tiene un pene gigante —aunque solo tengo como otra referencia el de Matt— ni dura tanto como un actor porno, pero tiene algo que hace que me caliente con tan solo tocarme. Creo que es Near por sí mismo también, el tener a mi merced a un chico como él; quizá es algo parecido al morbo lo que despierta en mí, quién sabe.

«Near también es mi capricho».

Sacudo mi cabeza ante ese pensamiento. Suelo una despedida y salgo tan pronto como puedo.

.

.

.

Después de clases hay un partido de futbol entre Wammy’s House y otro colegio del condado. A pesar de que mi padre es un acérrimo fanático, yo no entiendo demasiado de futbol por lo que no puedo dilucidar si se trata de un partido de verdad importante o no. A pesar de ello, asisto. Sayu me ha arrastrado debido a que Mello va a jugar y, como Matt también va a quedarse a ver a su amigo, no pongo demasiada objeción.

El futbol me aburre, no logro comprender cómo es que un juego tan simple logra despertar tantas pasiones; si de deportes se trata prefiero el vóley o el tenis. Así que en lugar de observar el partido permito que mi mente divague, fingiendo emocionarme cuando el momento lo requiere, sea como sea nunca le ganaré en euforia a Sayu.

Desde que Sayu se acostó con Mello no habla de otra cosa que no sea él. Si antes estaba incluido en la mayoría de nuestras conversaciones, ahora no puedo pronunciar nada sin que la relacione con él. Mello esto, Mello aquello, Mello hizo, Mello es muy inteligente, Mello es el mejor en fútbol, Mello sabe moverse en la cama… Mello, Mello y, si queda espacio, Mello de nuevo.

Antes no me molestaba, parte de la amistad es aguantar a tu amiga cuando está así, pero ahora apenas puedo disimular mi molestia cuando saca su nombre a colación. Juro que intento entenderla, de verdad lo hago, pero tampoco me parece justo que ella respire al compás del nombre de Mihael Keehl mientras él solo se la tira, aún sin pedirle un noviazgo formal ni hacerle ninguna promesa cuando es evidente que ella está perdidamente enamorada. La está utilizando y todos parecen darse cuanta menos Sayu.

—Él es un alma libre, debe detestar las etiquetas. Yo lo comprendo y por eso estoy dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario. Tarde o temprano también me querrá. —Esa es la justificación de mi amiga cada vez que le pregunto por qué aún no son pareja.

El amor te vuelve un idiota, un ciego, un imbécil... Sayu está demasiado enamorada como para ver la realidad de su situación, y cuando una persona se encuentra en esa situación es imposible hacerla abrir los ojos, por más mejores amigas que ella y yo seamos.

A veces me pregunto si Matt también está cegado por mí. Si recuerdo que prefirió dejar su amistad de toda la vida con Alex con tal de darme mi lugar, entonces sí que lo está. En su caso, a diferencia del de mi mejor amiga, prefiero que continúe de esa manera.

«Soy una maldita egoísta».

No quiero perderlo, Matt y yo hemos estado bastante tiempo juntos como para lanzar al caño nuestra relación. Él es todo lo que buscaba en un hombre y lo encontré cuando aún ni tenía idea de lo que quería. Tal vez no estaré como Sayu, hablando de mi amado en cada oportunidad, pero eso no significa que ya no sienta lo mismo por él. Lo quiero, todavía lo quiero y mucho.

A final de cuentas ya tengo la solución de mi problema: solo debo soportar a Near lo que resta del semestre, él de seguro se irá a estudiar a Harvard o a Yale —tiene el coeficiente y el dinero— mientras yo me quedaré aquí, viajaré a Londres junto a Matt, continuaremos nuestro noviazgo y él nunca tendrá que enterarse de nada. Es un plan perfecto.

«Lo repito, jodida egoísta. Lo mejor que podría hacer por los dos es decirle toda la verdad, ¡no podré vivir con la culpa! Además, sé que ya nada será lo mismo. Ya no siento lo mismo».

El partido termina después de una eternidad. No sé cuál ha sido el resultado pero como los de nuestro colegio se ven bastante alegres doy por hecho que Wammy’s ganó. Y casi como si me respondieran, escucho el grito animado de un chico diciendo que la goleada hacia la escuela invitada fue increíble.

Los integrantes del equipo de Wammy’s House se dan la mano con los contrincantes para después desaparecer de nuestra vista, doy por hecho que tomarán una ducha; Matt me confirma eso y Sayu continúa saltando eufórica, a ella nadie la saca de su faceta de porrista.

Mello se acerca a nosotros rato después. Trae puesto el uniforme de nuevo y su cabello luce húmedo. Apenas y puede disimular una sonrisa, supongo que debe sentirse muy orgulloso; no tengo ni la menor idea de si metió un gol o no pero dado su semblante no dudo que lo haya hecho, o quizá su porte altanero solo se debe a que le fascina mirar a todos por encima del hombro, eso a él se le da muy bien. No entiendo cómo es que Matt y él son tan buenos amigos.

Parece que Sayu apenas y puede contener las ganas de correr a abrazarlo, miro su expresión con mucha ternura; no obstante, sorprendiéndonos a las dos, es Matt quien se encamina con rapidez al encuentro con Mello.

—Juro que nunca me había emocionado tanto con un partido de soccer —escucho a Matt decir cuando está frente a él —. Dime que los dos goles que metiste me los dedicaste. —Ellos ríen, yo abro los ojos más de la cuenta; sé que es una broma pero todavía no me acostumbro al bromance que mi novio mantiene con su mejor amigo.

—Obviamente, Matty, los dos fueron pensando en ti. —Ellos continúan en su burbuja, ajenos a Sayu, a mí y al mundo.

Los observo con atención, creo que logro entender tan solo un poco el por qué son tan amigos. Antes de que mi mente pueda divagar más con esa idea, Sayu se interpone entre los dos, fue como una especie de ataque de celos de su parte; la entiendo un poco, también tuve esa leve sensación. Antes de que ella pueda hacer algún comentario, Mello la interrumpe.

—Como sea, ya debo irme —dice, como si intentara zafarse lo más pronto posible de la situación.

Sayu no puede ocultar la desilusión en su rostro.

—Creía que íbamos a festejar… —Su voz sale bastante suave, pareciera que va a quebrarse; me parece algo exagerado pero puedo hacerme a la idea de cuán decepcionada debe sentirse.

Ella esperaba poder celebrar con él su triunfo —o acompañarlo en su derrota—, por eso vino y por eso aguantó todo el partido de fútbol cuando sé que a ella tampoco le gusta. Sin embargo Mello no es capaz de apreciar eso, solo se limita a rascarse la nuca, incómodo; de seguro está pensando en cómo quitarse a mi amiga de encima.

Sé que técnicamente Mello ahora es el mejor amigo de Matt, eso me hace respetarlo tan solo un poco, pero también sé que si no fuera por ese detalle lo detestaría sin culpa. ¿Cómo se atreve a jugar con los sentimientos de Sayu de esa forma?

«Bueno, hago más o menos lo mismo. Quizá odio eso porque de alguna manera veo reflejada mi situación. Juego con Matt y juego con Near. Dos personas. ¿Eso me vuelve más detestable?».

—Le prometí a mi hermana que iría a casa apenas terminara el partido —explica Mello.

Sé que Sayu no está conforme con esa explicación, no obstante, antes de que insista, Matt la detiene.

—Podríamos salir mañana sin ningún problema —propone él.

—Pero el punto es festejar hoy, ¿no crees? —Sayu ignora a Matt y continúa mirando a Mello de forma insistente.

—Hoy no puedo, Sayu. —Mihael es tajante, ¿cómo puede ser tan frío con ella después de lo que ha sucedido entre ellos?

—¿Pero podré verte después?

Mello suspira, supongo que fastidiado. Mierda, al menos debería disimular.

—Después nos ponemos de acuerdo por mensaje.

El estado de animo de mi amiga da un giro de trecientos sesenta grados. La ilusión ha regresado a ella y una amplia sonrisa vuelve a aparecer en su rostro. Se gancha del brazo de Mello como si su vida dependiera de esa acción, por suerte él no es tan descortés como para quitarla.

—En fin. —Matt vuelve a tomar la palabra, ganándose nuestra atención —, ¿entonces sí salimos mañana? El festejo sigue quedando pendiente.

Sayu no tarda en aceptar y Mello, aunque más reacio, termina por darle el visto bueno a la idea. Es una lástima que ahora yo vaya a ser la aguafiestas del asunto.

—No creo poder, mañana estaré ocupada.

No miento del todo, tengo algo importante por hacer. Mañana me toca ver a Near. No es que tenga días específicos para nuestros encuentros, lo que sucede es que últimamente a él le ha dado porque sean más seguido. No lo entiendo pero como me tiene en sus manos me veo obligada a obedecerlo.

—¿Qué tienes por hacer? —Matt cuestiona. Él conoce mi rutina y sabe que esto es bastante inusual.

—Ayudaré a mi padre con la pizzería —invento, ya me es muy natural mentir —. Clyde pidió permiso para faltar mañana así que lo cubriré.

—Si es así entonces podemos ir a tu pizzería. —Mello sugiere. En ese momento sí que ha logrado que lo deteste mucho más —. Aún no la conozco y Matt dice que tienen una pizza dulce.

—¡Es una gran idea! —secunda Matt.

—¡No! —me niego rotundamente; sé que es una actitud sospechosa. Los tres me miran, sorprendidos. Debo mejorar el panorama —. Mi papá es muy severo conmigo en el trabajo, no le gusta que me distraiga. —Tanto Matt como Sayu pueden confirmar que eso es cierto —. No quiero problemas con él.

Ellos se tragan la mentira, Mello es quien sigue estando dudoso.

—No te molestaremos, incluso podemos ayudarte. —insiste.

Es extraño. Sé que no le desagrado pero tampoco es como si mi presencia le fuera imprescindible. Si fuera por Mello, preferiría que solo salieran Matt y él; Sayu y yo salimos sobrando en sus planes.

—En serio no puedo, es mejor posponer esa salida para después. —Debería agradecerme, lo estoy salvando del martirio que para él sería una cita indirecta con mi amiga —. Incluso podría ser pasado mañana.

Pareciera que Mello está por replicar, por suerte mi novio llega a rescatarme.

—Está perfecto, entonces —interviene Matt. Después de golpear de manera amistosa el hombro de su amigo, se gira hacia mí, sus ojos verdes clavados en los míos; siempre me han gustado sus ojos —. Pero sin falta, Peach. ¿De acuerdo?

Hacia tanto que no me llamaba por ese mote cariñoso. Me dio nostalgia. No puedo hacer más que acercarme a él y besarle de forma suave, lo sigo queriendo tanto.

«Pero ya no es lo mismo».

Las palabras de Matt parecen convencer a Mello, al menos ya no argumenta nada. Me doy por bien servida. Todo sigue marchando perfecto para mí.

.

.

.

Como dije, no le mentí del todo a los chicos, sí ayudé un rato en la pizzería aunque tampoco demasiado. La enfermera nos avisó que solo podría cuidar un rato de mi abuelo así que debo ir a suplirla. Nancy, nuestra enfermera en turno, es bastante desobligada, saca pretextos de donde sea para faltar, más ahora que más la necesitamos; si fuera por mí ya la habría despedido para contratar a una enfermera de planta, mas a mí padre parece caerle bien.  

Como Nancy la mayoría de las veces se va temprano, me toca atender a mi abuelo. Lo sé, es absurdo tener una supuesta enfermera de planta si te va a hacer esto, tampoco es como que me moleste cuidar a mi abuelo, hace unos meses lo habría hecho sin rechistar, sin embargo ahora dispongo de menos tiempo debido a exámenes, trámites y demás cosas que tienen que ver con mi próximo ingreso a la universidad; lástima que mi padre no entienda eso y disponga de mi tiempo a su antojo, sin importarle que tan ocupada esté.

Apenas llego a casa me dirijo a donde mi abuelo quien se encuentra tranquilo mirando televisión. Voy a su encuentro y lo saludo con un beso en la mejilla, él no puede regresarme el gesto pero su mirada siempre es dulce, al menos la que me dirige a mí. Cuando lo veo a los ojos siempre me pregunto si él sabrá lo que hago, si sabrá que meto a dos chicos distintos a mi habitación. Sé que no hay forma de averiguarlo pero quiero creer que él sigue ignorante de todo.

«No dudo que no lo sepa, el problema está en que no puede decirlo ni regañarme por ello. Lo único que puede hacer es verme de forma intensa, esperando que capte su mensaje y comience a hacer las cosas bien».  

Pronto mi abuelo se queda dormido y es cuando aprovecho para asear la casa. Al terminar me arreglo un poco y me dedico a esperar a Near quien siempre es puntual. Comenzamos a citarnos en mi casa también debido a que Beyond no siempre se ausenta de la suya y tampoco es como si pudiéramos pagarnos un hotel o, peor aún, vernos en lugares públicos, por eso la privacidad de mi habitación también es perfecta.

El timbre resuena y sé que se trata de él. Abro la puerta y Near entra después de un escueto saludo. Otra de las cosas que detesto de él es que siempre mire mi casa como si fuera tan poca cosa; sé que es humilde en comparación con su amplia residencia pero su cómoda posición económica no lo hace superior a nadie, menos cuando viene por voluntad propia a esta pobre morada con el único fin de satisfacer deseos carnales.

—¿Te vas a quedar criticando? —susurro. No quiero despertar a mi abuelo.

Near suspira, tal vez fastidiado, tal vez no, no siempre puedo descifrarlo. Después de echar un último vistazo a la sala y a mi abuelo, comienza a subir con rumbo a mi habitación. Ya no hay necesidad de que lo guíe.

Cuando estamos en mi cuarto vuelve a inspeccionar el lugar. De verdad que desearía poder tomarlo por el brazo y sacarlo a la fuerza de mi casa.

—Limpiaste —dice a la vez que pasa los dedos por sobre mi escritorio.

—Hacía falta. No es por recibirte ni nada por el estilo. —Alzo una ceja, no puedo evitar sentirme ofendida.

Near no me responde, continúa mirando el escritorio y lo que hay sobre este. Toma un par de hojas que tengo dispersas y las acomoda para comenzar a leer. Son discursos que por falta de tiempo no he podido terminar.

—¿Sigues participando en movimientos ecologistas?

—Obviamente, solo que ya no puedo estar tan metida en eso como antes.

Near deja las hojas. Comienza retorcer un mechón de cabello.

—¿Estudiarás en Londres? —Sé que se refiere a la universidad. Es un cambio abrupto de tema.

—Sí.

Me veo tentada a preguntarle a dónde irá él mas me abstengo de hacerlo. Ya sé lo que hará y también sé que me conviene. Es mejor no aunar demasiado en estos temas a futuro.

«Se irá lejos y no lo volveré a ver. No estoy muy contenta a pesar de todo».

Tengo presente que voy a echarlo de menos, sea como sea es una persona con la que he convivido mucho, es importante en mi vida a su manera; sin embargo tampoco es como si fuera a extrañarlo con locura, veo fácilmente mi vida sin él.

De manera inconsciente miro el reloj de mi celular. Son las siete con veinte minutos, hemos desperdiciado casi media hora en charla banal. Me acerco a Near, tomo la mano con la que juega con su pelo y la coloco en mi mejilla. Hago que me acaricie, me gusta eso, su tacto es muy suave, sus manos lo son, parecen de pianista debido a lo bien cuidadas que están.

—Si sabes a lo que vienes no deberías perder tiempo. —Muy por el contrario a la caricia, mis palabras son ásperas.

—Suenas como una prostituta.

Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, quiero pegarle por haberme ofendido de forma no tan sutil; por el otro, siento como si fuera la primera parte de un improvisado juego de rol, incluso me he calentado.

—Y tú un hijo de puta.

Sé que para él no es ninguna ofensa. No sé si Near realmente se ve de esa manera, de lo único que estoy segura es de que tiene la autoestima demasiado alta como para permitir que eso le afecte. Eso debe ser algo de familia, tanto a Beyond como a él no les importa lo que los demás puedan opinar acerca de su persona.

Sin importar los insultos que ha habido de por medio, terminamos acostándonos como tantas veces.

.

.

.

Después del sexo, normalmente Near se aleja; si estamos en su casa va a tomar un baño, pero si estamos en la mía se limita a darme la espalda. Sin embargo esta ocasión es diferente. Cuando sale de mí, se tira a mi lado pero continúa cerca. Compartimos miradas un rato significativo y después enreda su dedo en uno de los mechones de mi cabello. Es demasiado extraño pero se siente bien, le permito que siga haciéndolo.

Antes de poder cuestionar el porqué de su acción, mi celular vibra arruinando así el momento. Como se encuentra sobre la cómoda del lado de Near, le pido que me lo pase. Near asiente y toma mi móvil, pero en lugar de dármelo solo mira la pantalla y procede a apagarlo.

—¿¡Qué haces!? —grito, alarmada —. ¿Quién era? ¿Y si era mi padre? ¡Va a matarme por no haberle contestado!

No puedo evitar pensar en lo peor. Si sí se trataba de mi padre, sí que va a enojarse por no haberle tomado la llamada. No quiero más problemas de lo que por sí ya tengo con él.

—Era un número desconocido. —No puedo sentirme tranquila con esa respuesta, sé que está mintiendo —. ¿Realmente temías que fuera tu padre o que fuera Matt?

—Sé que Matt no va a llamarme a esta hora, en este momento debe estar con Mello —asevero, sigo sin sentirme relajada. ¿Acaso Near planea algo? —. Y sabes que a mí padre es mejor no hacerlo enojar.

—Si tu padre supiera que yo estoy aquí y te folló a domicilio, ¿qué pasaría?

Se decepcionaría, tal vez me daría una bofetada, quién sabe. Lo que sí tengo casi por seguro es que me tacharía como una mujer igual a mi madre.

«Yo no soy como ella, yo no dejaría todo por una aventura».

—No quiero averiguarlo.

—Yo creo que tu padre me preferiría por sobre Matt.

No puedo evitar reir.

—¿Lo dices porque eres un niño rico?

Si lo medito con detenimiento, me doy cuenta que no conozco para nada a mi papá. No tengo ni la menor idea de cómo reaccionaría en esa hipotética situación. Así como podría mantener sus principios por sobre cualquier entrada fácil de dinero también podría ser de los que sacrifican su ética profesional por una recompensa económica.

—Soy mejor opción. —Near contesta como si fuera lo más obvio.

—Solo eres un engreído. Mi padre estima a Matt y no te aceptaría así como así por ser quien eres.

—¿Estás segura?

—¿Por qué esa repentina insistencia? —Lo miro, algo irritada. Me siento en la cama para poder mirarlo mejor, él hace lo mismo. La conversación ha tomado un giro más serio —. Has estado más pesado con ese tema que de costumbre.

Extrañamente, Near no me contesta de inmediato. Desvía la mirada y comienza a jugar nuevamente con un mechón de su cabello, casi pareciera que está cohibido. Como sé que Near no conoce esa palabra, me dedico a mirarlo fijamente, esperando que me dé una respuesta coherente de una vez por todas.

—¿Acaso no recuerdas que te dije que detesto compartir?

—Eso es porque eres un jodido egoísta —alzo una ceja, ¿eso qué tiene que ver? —. Y, por favor, explícate.

—Pues ya no quiero compartirte con Matt.

Me quedo pasmada. ¿Escuché bien? ¿Acaso Near dijo lo que creo que dijo? Él continúa serio, aparte no es de lo chicos que hacen bromas; han pasado los segundos y tampoco se ha retractado. Entonces… ¿ha sido honesto? ¿Cómo se supone que debo tomarme sus palabras?

—Estás loco. —Es lo único que se me ocurre decir. No encuentro las palabras correctas en mi vocabulario, he quedado en ceros.

—No lo estoy, es la opción más viable. Todos salimos ganando, tú y yo, al menos.

¿Acaso es una especie de declaración? Y si lo es, ¿qué clase de confesión es esta? No puedo evitar sentirme nerviosa, siento unas repentinas ganas de vomitar que me estoy esforzando por controlar. Oh, Dios mío. Esto no es una confesión, ¡Near no puede decirme esto!

—Corrijo: estás demete. —Mi voz es un hilo, de pronto me he vuelto tímida. Por los nervios, me levanto y comienzo a vestirme —. ¿Cómo se te ocurre semejante tontería? Tú no podrías apreciar a nadie… y está Matt.

—Pienso que más bien estás acostumbrada a él así como él a ti. Además los romances en la adolescencia tienen una…

—Cualquier cosa que hallas investigado no me importa. Yo sé lo que siento y lo que quiero, tú menos que nadie vas a venir a hablarme de relaciones y de afecto cuando de seguro nunca has querido a nadie en tú vida.

—Te quiero a ti, no necesito más experiencia que eso.

—¡Déjate de tonterías!

—Estoy siendo sincero.

No puedo con esto.

—¡Solo vete! —grito, más fuerte de lo que hubiera querido —. ¡Olvida el juego y largo!

De seguro Near se esperaba una contestación de ese tipo, no hace más esfuerzos por hablar. Se levanta y tranquilo comienza a vestirse, también sale a paso relajado de mi habitación. No me molesto en seguirlo, él ya sabe cómo salir y además mi mente es un caos. Tengo demasiadas cosas en las cuales pensar en este momento.

.

.

.

Las cosas entre Near y yo están tensas desde ese día. A pesar de que me siento un tanto incómoda con la manera en que se dio este distanciamiento, también me siento aliviada. Durante este pequeño lapso de tiempo no nos hemos reunido, ni mensajeado, ni nada que se le parezca. Le veo el lado positivo, quizá después de mi muy tajante rechazo Near se dé por vencido conmigo.

Él es de las personas que detestan que algo se les niegue. Es infantil, odia perder y estoy segura que no es lo suficientemente dedicado como para proponerse el conquistarme. Debido a que no caí rendida a sus pies, se hartará de mí y buscará un nuevo juguete con el cual distraerse, o se concentrará en terminar bien sus estudios en Wammy’s House, más ahora con Alex pisándole los talones en cuanto a calificaciones. Todo sigue marchando muy bien.

«Extrañamente, no me siento tan tranquila como se supone debería de estarlo. Estoy vacía, algo me hace falta. Tal vez lo de Near era más que solo costumbre, su presencia se aferró a mi rutina y ya es parte de mí».

Yo también pongo todas mis energías en la escuela. Tan solo quedan algunos meses de clases y quiero disfrutarlos al máximo; quiero dedicarle más tiempo a Matt, conseguir un buen lugar en el ranking de calificaciones, salir más con mis amigas y, si queda espacio, también asistir de nuevo a algunas juntas de la brigada a la cual iba.

Tengo tanto por hacer y queda tan poco tiempo, pero prioridades son prioridades y debo concentrarme en las dos primeras; en cuestión de amistades la que más me importa es Sayu así que las demás pueden quedar en segundo plano, de cualquier manera sé que perderemos contacto apenas iniciemos la universidad.

Este día es perfecto para enfocarme en mis objetivos que van más encaminados al ámbito social. Matt está demasiado metido con una tarea que encargó la maestra Wedy así que los minutos entre clases me la paso charlando con Sayu. Al momento del receso, Matt me avisa que irá con Mello a investigar unas cosas a la biblioteca; me extraña que ambos quieran desperdiciar su hora del almuerzo en eso pero no pongo objeción, después de todo el trabajo es bastante importante como para tomarlo a la ligera. Es una suerte que entre Near y yo lo hallamos terminado antes del problema que tuvimos.

Mello y Matt salen primero y yo me quedo esperando a que Sayu encuentre su cartera para que así podamos ir a comprar algo a la cafetería. Me cruzo de brazos y me apoyo en la puerta, esperando a que ella salga; dentro del salón solo quedamos Near, ella y yo y no puedo evitar sentirme rara cuando sé que prácticamente estoy sola con Near y menos cuando él no me quita la mirada de encima.

«A decir verdad no es del todo desagradable, de hecho me sube el ego».

Sayu encuentra su cartera y yo me siento aliviada. Antes de que ella pueda acercarse a mí, Near se le adelanta. Doy un respingo por la impresión, no me lo esperaba para nada. Me sigue mirando de forma intensa y debido a la profundidad de sus ojos me siento avergonzada, siento que el rostro me arde un poco.

—No tengo nada que hablar contigo —susurro, no deseo que Sayu escuche ni tener que dar posteriores explicaciones. Lástima que eso le quite firmeza a mis palabras.

—Yo sí tengo —asegura. Near no es de los que necesitan gritar para ordenar.

Veo a Sayu de reojo, luce extrañada; runce el ceño, esperando una explicación. Debe sorprenderle que esté hablando con Near cuando se supone que ya no tengo algo por lo cual hablar con él. Como sé que Near no va a quitar el dedo del renglón, me limito a sonreírle a mi amiga.

—Sayu, ¿me disculpas un momento? Al parecer hay un detalle que debo arreglar.

Antes de que pueda obtener respuesta, Near comienza a caminar con rumbo desconocido. Le sigo de cerca antes de perderlo de vista y arruinar lo que sea que vaya a suceder, más bien estoy previendo consecuencias.

Voy justo detrás de él, me entretengo observando su espalda y de esa manera también ignoro a los que van por los pasillos. ¿Acaso no pudo elegir mejor momento para esta charla? ¿Al menos alguno en el que no hubiera tanta gente alrededor?

Llegamos justo frente al armario de conserje en el que siempre solemos hablar cuando estamos en la escuela. Near entra primero y yo lo hago después, con una elegante diferencia de tan solo unos minutos. Apenas cierro la puerta, Near toma mi mano y me jala un poco más adentro. Lo miro, confundida. Lo veo demasiado cerca y presiento que va a besarme, volteó el rostro antes de que eso suceda.

—No creo que sea lo mejor seguir con esto después de lo que me dijiste.

Es una muy buena excusa, y tampoco es como si fuera una mentira del todo. No creo poder seguir relacionándome de manera tan superficial con alguien que me confesó entre líneas que guarda sentimientos por mí. Sé que puedo considerarme una desalmada por lo que hago pero no lo soy tanto.

«¿De qué hablo? ¡Disfruto mucho esto!».

—¿Tiene algo de malo?

—Por supuesto que lo tiene. Se supone que era solo sexo… y tú me has confesado que me quieres.

—No te confundas, no te quiero. Solo me gustas, a lo mucho me atrevería a decir que estoy enamorado de ti.

Esto suena increíble, es tan trágico como cómico a la vez, un drama barato digno de una película hollywoodense. Rio sin ganas, una parte de mí todavía no termina de creerse lo que Near me ha soltado así sin más.

—Es hilarante escucharte decir eso. —La risa aún no desaparece, mis pies todavía no están en la tierra —. No creía que alguien como tú fuese capaz de hacer algo como esto.

—Yo tampoco creía que alguien como tú fuese tan caliente como para permitir que esto sucediera.

He perdido la cuenta de cuantas veces he querido pegarle. Por alguna razón, solo una vez le he dado una bofetada, las otras cientos de ocasiones solo han quedado reducidas a intentos. Esta vez ha vuelto a ocurrir lo que siempre sucede. Me limito a verle a los ojos, ambos estamos demasiado cerca; el espacio es reducido y él no hace ningún ademán de alejarse. ¿Dónde quedó eso del espacio personal que tanto aprecia?

—Yo no podría sentir algo por alguien como tú —vuelvo a susurrar, no entiendo el por qué si no hay nadie por quien debería guardar las apariencias.

Me siento como si fuera pequeña. A mí mente viene el recuerdo de cómo era yo antes de relacionarme con él; me encontraba ahogada en la monotonía y tan solo me limitaba a pensar que Nate River tenía bonitos ojos. Y sus ojos grises siguen siendo bonitos y mi vida ya no es monótona y me siento culpable por encontrar aspectos positivos en mis malas acciones.

«Suponía que era más simple como persona. Se supone que engañar a tu novio está mal y debes sentirte como una mierda por eso. No digo que no me sienta como mierda pero si soy honesta conmigo misma no creo arrepentirme de nada».

Estoy siendo honesta como pocas veces. He retirado el filtro de mis pensamientos y trato de alejar el miedo que siento cuando a mí mente viene algo que debería estar mal pero que disfruto. No es que no quiera a Matt ni que no me sienta culpable con él, sea como sea él no se merece nada de lo que le hago. Pero entonces pienso en Near y que fuera de todo también la he pasado muy bien con él; me conoce mejor que nadie y tal vez incluso mejor de lo que yo misma lo hago.

—Que me sienta así por ti no quiere decir que voy a dejar que me humilles. Yo sigo creyendo que eres una manipuladora.

Sabe muchos aspectos negativos de mí y aun así sostiene que me quiere. Sé que mis amigas, Sayu, el mismo Matt, las personas del grupo ecologista, todos se alejarían apenas conocieran tan solo un poco de lo que le he mostrado a Near.

«En contra de mi voluntad, me siento conmovida».

Seguimos estando muy cerca por lo que, como siempre, terminamos besándonos. Tenía otras tantas frases que decir pero todas se quedaron atoradas en mi garganta. Solo muevo mis labios, continuó comiéndomelo, no pienso en nada más allá de lo bien que se siente hacer esto. Enredo mis brazos alrededor de su cuello; Near tiene una mano en mi cintura y con la otra aprieta uno de mis senos, su naturaleza no es muy romántica que digamos.

«Logré que un chico como él me quisiera».

Puede que su declaración no me repeliera tanto, puede que el factor de que hay un sentimiento de por medio hace que me sienta menos culpable. No me molesta que esté enamorado de mí, al contrario, me hace sentir halagada.

«Pero eso no quiere decir que te corresponda, Nate».

El sonido de la puerta abrirse de golpe hace que salgamos de nuestra ensoñación. Nos separamos tan rápido como podemos, bastante alarmados —al menos yo—. Y el temor que sentí al percatarme de la intromisión se ve multiplicado al darme cuenta de quienes son los que nos han interrumpido a Near y a mí.

Se trata de Matt.

Matt me mira con los ojos bien abiertos, pareciera que no termina de creer lo que ha visto. A su lado, Mello tiene una expresión semejante solo que en su caso la sorpresa pronto se convierte en un ceño fruncido. Matt continúa apacible, Mello está molesto, Near permanece estoico y yo no tengo ni la menor idea de cómo debo sentirme.

A mi mente viene la trillada frase de «puedo explicarlo» mas se queda estancada antes de que pueda pronunciarla. Lo más razonable que se me ocurre por hacer, y quizá se trata más de un mero impulso, es empujar un poco a Near y encaminarme hacia Matt. Él no se aleja pero tampoco me mira de la manera tan dulce a la que estoy acostumbrada.

—Entonces… ¿era cierto? —Luce abatido… destrozado. Ahora sí me siento como mierda.

No me atrevo a negarlo porque no tendría sentido hacerlo, no tengo coartada alguna. Es más, incluso tampoco termino de creerme que esto esté sucediendo. Siento tan irreal el que Matt se encuentre parado frente a mí mientras yo aún me encuentro acalorada por un beso que me di con otro tipo.

Permanezco callada. Él debe tener mil preguntas en su mente mientras yo no puedo pronunciar palabra alguna. Por los nervios comienzo a jugar con un mechón de mi cabello y me reprendo mentalmente por tener ese gesto ya grabado de forma inconsciente. Me falta el aire. Quisiera salir corriendo de aquí y poder regresar el tiempo.

—¿Desde cuándo me ves la cara de imbécil? —A pesar de que luce destrozado, su voz sale bastante firme. Lo envidio, yo todavía no puedo deshacerme del nudo en la garganta —. ¡Contesta!

Lo mejor es permanecer callada y esperar que se le pase el enojo. Jamás lo había visto enojado, no sé lidiar con esto.

—Desde el año pasado. —No obstante, Near parece tener otros planes. Contesta como si nada —. Mantengo relaciones sexuales con tu novia a tus espaldas desde hace mucho tiempo.

Me giro rápidamente hacia Near, sé que ya no tiene sentido reprenderlo, después de todo lo que diga o haga a partir de este momento no podrá evitar que me hunda más.

Veo como Matt aprieta los puños, no puedo hacer más que quedármele viendo de manera fija. Estoy intrigada, ¿qué hará ahora? ¿Le reclamará a Near? ¿Va a gritarme? Lo que sea que vaya a hacer que lo haga ya, ¡no puedo más!

Para mi sorpresa, tal vez también la de Near y de Mello, Matt solo da la media vuelta y comienza a caminar.

«¡Espera! ¿No se supone que estás destrozado? ¿Por qué no me reclamas, por qué no haces algo? ¿Te irás sin más? ¿No te importo? ¡Matt, haz algo, dime algo! ¡Llámame puta si eso es lo que piensas! ¡No solo te vayas!».

—¡Matt!

Salgo del armario. Aunque tengo ganas de correr hacia él, mis pies no se mueven ni una sola pulgada. Veo su espalda hacerse más y más pequeña. Los murmullos de los estudiantes que presenciaron la escena se vuelven inaudibles, las miradas de todos ellos no logran pesarme. Únicamente puedo concentrarme en Matt y en que lo he perdido.

Ahora el sonido de un golpe es el que me trae de vuelta a la realidad. Al voltearme, veo a Near en el suelo, a Mello alzando un puño y a algunos chicos alentando una pelea. Mello no pierde el tiempo y los obedece; toma a Near por el cuello de la camisa y de nuevo le atina un puñetazo certero en la mejilla.   

Sin tiempo que perder, me acerco a donde ellos, sé que no podré detener nada pero quiero por lo menos intentarlo. Antes de que pueda meterme, por suerte, llega Roger y con un par de frases detiene todo el alboroto. Todos se dispersan al instante.

El director le pide a Mello que vaya a su oficina; Near apenas puede sostenerse en pie pero también debe ir. Como a mí no me ha pedido nada, decido que lo mejor es alejarme. Ignoro el «zorra» que Mello me susurra cuando paso junto a él.

—Zorra —pronuncia más fuerte a pesar de que puede ganarse más problemas con Roger.

No tengo ánimos de reclamar. Le doy una última mirada a Near antes de retirarme. Como sé que tampoco puedo ir a buscar a Matt, decido encerrarme en el baño y echarme a llorar.

«Menudo drama…».

.

.

.

Notas finales:

¡Hola!

¿Ven? Se los dije: de verdad voy a actualizar esta historia jajaja. Además hemos llegado al punto que tanto ansiaba. Ahora menos que nunca la voy a abandonar.

Gracias a Melmatt♥ Nancy♥ y Nielya♥ por sus comentarios~

Gracias por leer :3

d84;


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).