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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

Hola hola! ¿Qué tal todos? Aquí vengo con un nuevo capitulo que espero que les guste. Estoy muy nerviosa por que no se si les gustara, espero que si ><

Les dejo una invitación a leer un shot Michael/James: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=143759
Resumen: En la entrevista, James dijo: "Si hago que te enamores de mi, simplemente podrías llevarme a cualquier parte del mundo". Mientras Michael lo mira con una cara de tonto impresionante y luego responde "Es verdad".

Pero ambos saben que no se necesitan poderes...



Ojala se animen a leerlo, y me dejen algun review para saber que opinan. Al parecer Michael/James no es tan popular, de hecho creo que Charles/Erik es poco popular ¿prefieren Charles pasivo? Creo que esas historias tienen mayor excito. 

 

Aquí en amor-yaoi cada vez hay menos lectores, ¿pasa algo en particular? ¿La historia se volvio densa? Comenten si quieren pedirme que mejore algo. 

En fin, enjoy!

 

CELAR LO QUE NO ES TUYO



Las cosas eran bizarras, según Erik. No sabía en que punto había perdido el control sobre esto, pero en algún momento todo se había transformado. En algún momento, lo que parecía un simple error, una simple tontera... un juego quizás, se había vuelto una costumbre. Se había vuelto rutina. Lo inusual se había vuelto normal. A veces pensaba que el mundo se había vuelto de cabezas, o que realmente había muerto intentando tirar el submarino y esto era una alucinación. O tal vez en algún momento Charles decidió jugar con su cerebro y volverle loco... Si, creía que esto no podía ser la realidad. Pero lo era, ya se había asegurado de ello tanto como pudo. Aunque... si Charles controlara su mente, ¿lo notaría?

-Erik, no estoy controlando tu mente...-escuchó la risueña risa de Charles, pudo sentir la sonrisa contra su boca, antes de que esos labios rojos volvieran a unirse a los suyos, dándole unos cortos picos.

-No te metas en mi cabeza, Charles-protesto, ligeramente molesto, apartándose solo lo suficiente para hablar. Charles volvió a reír, y abrió sus ojos, Erik sintió un cosquilleo en el estomago al ver esos ojos azules tan de cerca. Le agradaba estar con Charles, después de todo era su mejor amigo, se divertía, con él se entendían. El inglés tenía una sonrisa coqueta, Erik estaba acostumbrándose a ella... Charles amaba coquetear, no solo por que le gustara ligar, sino por que era un seductor nato. A veces era raro, después de todo seguían compartandose como mejores amigos, pero de a momentos comenzaban a besarse como locos... como si fueran una pareja. 

-Deja de pensar entonces... y mejor disfruta, mi amigo...-Charles le jalo desde la nuca, y sus labios volvieron a juntarse, Erik había perdido la cuenta de las veces que se habían besado desde esa primera vez donde él se vio tan afectado al respecto. Ahora era “normal” para ellos estar besándose cada vez que tenían la oportunidad. Erik seguía sintiéndose como en la dimensión desconocida, por que ahora parecían un par de adolescentes, que cada vez que tenían un momento se escapaban a algún lugar solitario a besarse. Solo a besarle. 

-¡Erik, amigo, por favor...!-protesto Charles, ya que la mente del magnético no dejaba de pensar. El hombre tuvo la decencia de sonrojarse un poco, antes de sonreír travieso y empujar a Charles hasta tenerlo bien apretado contra la pared, para besarle con completa pasión. Y allí si ya no pudo pensar en nada más. Por que si, quizás era patético que dos hombres de su edad se comportaran como adolescentes, pero Charles besaba tan bien... y era tan delicioso poder abrazarle, y acariciarle a través de la ropa, y sentir ese cuerpo presionarse contra el suyo. Su lengua recorría la cavidad húmeda del menor, mientras sentía las manos de Charles vagar por su espalda, apretando cada rincón que encontraba, presionando sus músculos. Erik gimió de gusto, y se presiono más contra él, empezando a sentirse un poco caliente. El beso se volvió un poco más agresivo, su lengua quería impregnar de sabor la boca del telepata, mientras sus manos le abrazaban bien fuerte desde la delgada cintura. Sintió a Charles gruñir contra sus labios, y esos dientes blancos raspar su lengua, haciendo que una correntada de gusto se descargue por su espalda. 

Sentía un remolino en el estomago, mientras se dejaba embriagar por lo delicioso del beso. El aroma de Charles le hacía querer enterrar su boca en ese cuello, para aspirar del todo ese sabor picante. ¿Que tenía Charles que olía mejor que cualquier otro alfa? Bueno, realmente no importaba, no mientras pudiera seguir besandole, y tocándole, y acariciando su cabello... no importaba mientras sintiera esas manos acariciarle, y esos labios rojos responderle con ganas. 

Gimió de gusto al sentir a Charles tironear el cabello de su nuca, Dioos, le encantaba que le hicieran eso. El aire escapo de sus pulmones en un jadeo, mientras sentía un cosquilleo en su pene, que había dado un gran brinco de gusto. Erik respiró un poco agitado, y sus manos soltaron el cuerpo ajeno para buscar las de Charles y sujetarlas, haciendo que le suelte. Se apartó un poco, con una sonrisa traviesa dibujada en sus delgados labios. Apenas y entreabrió los ojos, para encontrarse con la mirada de Charles. Alzo una ceja al ver el ligero puchero en los labios rojizos, era raro ver a Charles comportándose de esa forma. 

-Hasta aquí, Charles-dijo con voz enronquecida, no quería acercarse demasiado, por que sabía que el menor notaría su dureza, y seguramente él se encontraría con lo mismo entre los pantalones de Charles. Y era tonto, pero no quería entrar a ese terreno, no cuando por primera vez en su vida realmente estaba disfrutando al cien por cien de tener intimidad con alguien. No quería arruinarlo con sexo, no quería enfrentar eso... un alfa con quien tener sexo, quizás si Charles fuera un beta no habría problema. Pero era un alfa, no quería estar con un alfa.

Charles le sonrió, y le dejo apartarse. El delgado cuerpo, de ese hombre que no entendía como era un alfa (en serio, él tenía mucho más pinta de alfa), se recargo en la pared. Una sonrisa despampanante adorno los rojos labios, mientras el telepata intentaba regular la respiración. A pesar de que Erik le hubiera frenado un montón de veces, Charles siempre sonreía con un éxito total. Eso le daba un calor muy agradable al omega, ya que al parecer el alfa disfrutaba de esa sesión de besos tanto como él-Bueno, igual debo retirarme... Hank quiere que probemos unos avances que hizo en cerebro-el menor se acomodo el cabello hacía atrás y se irguió un poco, para acomodar su ropa. A Erik le daba gracias como Charle siempre, siempre, siempre se preocupaba por tener bien su ropa-¿Un partido de ajedrez esta noche?-pregunto el menor sin mirarle, simplemente acomodando su pantalón. Erik prefirió no mirar, imaginaba que Charles estaba intentando disimular lo “feliz” que estaba. 

-Esta bien, nos vemos en la biblioteca-dijo Erik, antes de girarse y comenzar a caminar por el pasillo rumbo al gimnasio. Después de todo, él estaba por ir a entrenar antes de que se encontraran y... y bueno, aprovecharan que no había nadie cerca. 

Mientras entrenaba, Erik no podía evitar sentirse un tonto. ¿Qué era exactamente lo que estaban haciendo? Parecían unos chiquillos, escondiéndose de todos para darse unos cuantos besos. ¡Con su edad, por dios! Pero extrañamente se sentía muy bien, muy agradable de compartir esos momentos con Charles. Podía sentirse tan patético, pero el cosquilleo del estomago no se le iba en todo el día, y no podía evitar estar de mucho, mucho mejor humor.

Pero, ¿era eso lo que debía estar haciendo? Besuqueándose como un tonto ¿Acaso no debería estar buscando a Shaw? Por momentos pensaba que debía apartarse, dejar esa idiotez y enfocarse en su misión. Pero claro, hubo un momento en que Charles Xavier logro que se volviera adicto a su boca. 

**

Horas mas tarde, Erik se adentro en el gimnasio, luciendo tan confiado como siempre. Pero no, esta vez no iba a entrenar. Había visto a Raven entrar hacía un largo rato, y pensó que quizás todavía se encontraba allí. Ese día estaba realmente cabreado, se había cruzado con Charles luego de que fuera a probar los avances de cerebro, y lo escucho hablar con Hank sobre una posible inyección que les permitiría lucir “normales”. Los dos científicos hablaban sobre cromosomas, ADN, y cosas que Erik le importaban a medias. Él era un ser culto, y aunque normalmente algo tan extraordinario le interesaría, la simple idea de un suero para el gen mutante le parecía absurda. ¿Acaso se suponía que ahora deberían involucionar para parecerse más a los homosapiens? Era absurdo, la evolución los estaba haciendo mutar, ellos no tenían que frenarla. Hank era un idiota si creía que sería mejor con un par de pies pequeños, le parecía incrédulo que alguien tan inteligente fuera tan iluso. Y le molestaba aún más que Charles también se ilusionara al respecto. 

Pero no permitiría que le lavaran el cerebro a Raven, su mutación era asombrosa... ella era asombrosa. Charles y Hank solo buscaban limitarla, ella tenía poder y fuerza, ella podría hacer grandes cosas, no necesitaba nadie que le diga como lucir o que hacer. Quizás era que con Raven se identificaba, todo el tiempo aparentando, siendo limitados por el entorno sin poder aprovechar al ciento por ciento su potencia. Pero no, nunca más... nadie lo limitaría a él, jamas. Ni a él, ni a ningún hermano mutante. 

Ni bien entro hizo que la barra que levantaba la chica comenzara a levitar. Ella se giro a mirarle asombrada, irguiéndose un poco, al parecer confundida por esa interrupción. Pero Erik no dudo, se paro enfrente de ella y le miro con seriedad-Si usas la mitad de tu atención en lucir así, el resto de las cosas recibe la mitad de tu atención-Erik no dudo en abandonar el poder que estaba efectuando sobre la barra, sin temor la dejo caer sobre la chica y la vio jadear sorprendida y reaccionar. Ante sus ojos ese cuerpo blanquecino se fue transformando para volverse un cuerpo completamente azul, escamoso, con un cabello rojizo. Esos ojos amarillos se giraron a mirarle con atención, Raven había conseguido sujetar la barra, aunque él la ayudo con su poder, dado que por la posición era imposible que la alzara sola. 

-Quieres que el mundo te acepte, pero no te aceptas a ti misma-Erik volvió a pasear sus ojos por el cuerpo de la chica. Era extraño, pero no le resultaba anormal... solo la veía como una asombrosa evolución, como la majestuosidad del genoma mutante. Cuando sus ojos volvieron a chocar con los amarillos, no se mostró inseguro-Eres perfecta, Mistik-sus palabras sonaron con completa seguridad, antes de que él se girara y sin más se marchara del lugar. Tan seguro, tan arrasador como había llegado.


Raven se había quedado acostada en la camilla, incrédula, sin saber exactamente que hacer. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y sentía que si no tuviera el color azul, sus mejillas estarían completamente ardidas. No era solo la adrenalina, era Erik... todo Erik, que la miraba con esos ojos, sin asco alguno, solo como si ella fuera una obra de arte. Erik no dudaba, Erik no mentía... era sincero al verla de ese color y decirle que era perfecta. El omega realmente lo creía. 

La chica dejo la barra a un lado, y se acostó en la camilla, poniendo su mano sobre su corazón. Lo sentía completamente acelerado, nunca en su vida... nunca sintió un alago tan en serio como este. Sentía su cuerpo electrificado, el éxtasis en sus entrañas. Pero Dios, era tan injusto... ¿por que? ¿Por que el hombre que la aceptaba, que la admiraba tal como era, tenía que ser la pareja de su hermano? ¡Era sumamente injusto! Él único hombre que podía amarla por completo, que podía mirarla en su forma azul y desearla.... ¡Justo él estaba predestinado a Charles!

Dolía, dios, como dolía de solo pensarlo... Ya no podía negarlo. Se había enamorado, le atraía Erik, le encantaba. Lo quería para ella... pero era imposible. Nunca sería correspondida, sabía que el omega nunca la amaría por completo. Sollozo, abrazándose a si misma, sintiéndose impotente, destrozada... odiando al destino por ser un jodido hijo de puta. 

**

Alex soltó una risa cristalina, mientras veía a Sean usar sus hondas intentando mover el licor de dentro de una botella, sin romper la misma. Si hubiera sido otra persona quizás le estaría regañando por la cantidad de botellas rotas y la bebida desperdiciada, pero en este momento... mientras veía a Sean inflar los cachetes, no importaba realmente. Los labios carnosos soltaban el aire con suma delicadeza pero... si, igual la botella se había roto.

-¡Mierda!-el chico a pesar de todo se estaba riendo, mientras caía sentado en la cama. Tenía una botella de cerveza en la mano, la cual había costado mucho llevar a la mansión a escondidas. Charles les había descubierto la vez anterior, y se las había quitado. Alex sospechaba que pretendía embriagar a Erik para al fin follárselo, pero claro, evitaba pensar eso cerca del telepata. Sabía que era un tanto conservador y lo iba a matar si llegaba a pensar en eso... o si pensaba en Erik en general.-Encima nos estamos quedando sin botellas. Aquí acabo el entrenamiento, hice lo que pude...-una nueva risa de ambos retumbo en la habitación, mientras Sean se recostaba en la cama, dejando caer su cabeza por un borde, y sus piernas colgaban del otro. Alex le miró atento, notando que el chico bostezaba mientras le daba otro trago a la botella.

-¿Te estas aburriendo?-pregunto, y al instante sus ojos se encontraron. Sean soltó una risa y negó con la cabeza. Ambos estaban algo embriagados, atontados por el alcohol. Estaban relajados, algo idos, sus mentes no tenían razón para preocuparse. Alex se recostó a su lado, aunque inmediatamente sintió la sangre llegar a su cabeza. No sabía que tan buena idea era esa, después de todo así el alcohol les afectaría más de la cuenta y mañana tenían que levantarse a entrenar. Se suponía que esa era la prioridad.

-No estoy aburrido, solo cansado... hoy me toco cocinar, y entrenar y...-el chico bostezo y se sentó de nuevo, desperezándose-No entiendo por que si Charles es rico tenemos que cocinar, que contrate una empelada o compre comida hecha-protestó el pelirrojo, apoyando sus codos sobre sus rodillas, y alborotando su cabello. Alex soltó una risa, mientras se sentaba a su lado. Él también estaba algo cansado, entrenar todos los días era agotador. Sobre todo si era entrenamiento físico más el de las mutaciones. Pero bueno, era una guerra... futura guerra.

-¿Y por que no te acuestas? Duerme aquí si quieres...-invito Alex, aunque al instante se arrepintió al ver al pelirrojo dejándose caer sin pensarlo demasiado. Sean se había tirado, boca arriba con la mano sobre los ojos-Vaya que eres rápido...-escucho un “Shhh...” en respuesta, al mismo tiempo que escuchaba al chico quejarse y removerse. 

Alex aun estaba sentado en la cama, y decidió acabar su cerveza antes de recostarse a su lado. La tomo con lentitud, admirando el exterior por el ventanal. Todos los ventanales de la casa eran muy iluminados, y desde donde estaba podía ver con facilidad la luna y las estrellas. Disfruto de su bebida mientras sus ojos se paseaban por la noche. Cuando se giro para recostarse, noto que su amigo estaba ya dormido. Alex le miro un momento, admirando la blanca piel bañada por pecas. Sean era muy guapo, con su cabello pelirrojo, sus labios hinchados, sus pestañas rojizas. De a momentos pensaba que quería estar con él, aunque sabía que no debía acercarse en ese sentido. Él iba a encontrar a su omega algún día. No quería hacer nada estúpido.

Miró con atención la porción de piel que se revelo cuando Sean se estiro. Pudo mirar el vientre con vellos rojizos por debajo del ombligo. Un vientre delgado, blanco y pecoso... tentador. Alex no se aguanto y estiro la mano para tocar la suave piel de su vientre. Sintió un suspiro por parte del menor, y como se contraía, estirando su estomago. Alex suspiro y aparto la mano, antes de acostarse también en la cama, de espaldas a su amigo, para no comportarse como un tonto. 

Se durmió a los pocos minutos, dejándose abrazar profundamente por morfeo. Pero cuando el sol los despertó por la mañana, Alex se sonrojo al verlos abrazados. Sean estaba sobre su pecho, y le abrazó con ganas, antes de erguirse un poco y bostezar con amplitud. Alex no sabía como demonios habían acabado así, sus cuerpos completamente unidos. Se sintió demasiado nervioso, y luego absurdo al ver como Sean le saludaba como si nada, y se levantaba, estirándose con pereza. El pelirrojo no se veía afectado en nada, como si aquello no significara algo. ¿Acaso... acaso no significaba nada? Alex de pronto se sintió confundido ¿Debía significar algo? Solo era un abrazo entre amigos... obviamente para Sean solo era eso, ni siquiera estaba inseguro por despertar así, abrazados como amantes.


**

-¿Sabes lo que deberíamos hacer? Deberíamos buscar un ajedrez que tenga piezas de metal, o agregarle unos tornillos a estos. Para mi sería más fácil vencerte si pudiera mover las fichas mentalmente-comento el magnético, mientras se inclinaba para mover uno de sus peones, que se acercaba peligrosamente al territorio de Charles. El telepata le miro concentrado, pero divertido al mismo tiempo... en realidad la idea no era mala, sabía cuanto le gustaba a su pareja usar sus poderes. 

Charles miraba con concentración el tablero, mientras Erik se había relajado en el sofá bebiendo un poco de vino. Sus partidas nocturnas solían ser lentas, tranquilas, disfrutando de pensar cada movimiento y de una charla amena. Era relajante estar así, a veces pasaban las horas sin que lo notaran-Si, quizás me ganarías por que me harías trampa-soltó una risa Charles, mientras movía su alfil para atacar al peón ajeno. Miro la mirada de Erik brillar divertida, mientras los delgados labios formaban una delgada sonrisa, maliciosa.

-Oh, Charles, amigo, me extraña que pienses eso de mi. Sabes que no necesito de trucos para vencerte, quizás eres tu el tramposo que se mete a mi mente-los ojos celestes se entrecerraron, mientras hablaba, como si realmente sopesara esa posibilidad, aunque la sonrisa delataba que no era en serio. Charles le sonrió con picardia antes de recostarse en el sofá. Observo a Erik inclinarse sobre la mesa, miraba atento el tablero, mientras Charles disfrutaba de mirarle fijamente a él. Le encantaba mirar la expresión concentrada de su omega, los ojos inteligentes, las facciones un poco contraídas en pensamiento. Erik estudiaba cada posible movimiento, cada posible jugada y en que iba a desembocar todo eso. A veces sentía el murmullo de su mente, trabajando con maestría. Aunque normalmente lo ignoraba, después de todo predecir sus movimientos volvería más aburrido el juego. 

Erik se inclino a mover la pieza, sus largos dedos sujetaron su caballo y lo movieron en la típica forma de “L”. Cuando termino de alzar la pieza, levanto su mirada para clavarla en Charles, que le miro fijamente. El menor alzo una ceja desafiante y también se inclino hacía al frente. Se mantuvieron la mirada fijamente y Charles sonrió coqueto, estaba por hablar cuando sintió el sonido del teléfono interrumpirlos. Suspiro, irguiéndose y se levanto, caminando hacía un escritorio, donde había un teléfono apoyado. Lo levanto mirando de reojo a Erik, pero luego desvió la mirada, y se giro algo incomodo, dándole la espalda.

-Moira, que gusto escucharte-contesto con cortesía, escuchando a la agente hablar del otro lado del teléfono. Su dedo jugo con el cable del teléfono mientras tanto, sintiéndose un poco molesto de que la chica hubiera interrumpido-Oh, ya sabes darling, las cosas estarán tranquilas. Mucho entrenamiento, los chicos están mejorando asombrosamente. Realmente son unos jóvenes extraordinarios. ¿Y tu, tienes alguna in...? ...Oh, ¿en cinco días? Te veré en muy poco tiempo entonces... Claro que estoy emocionado, todos estarán felices de verte-comentó, escuchando a lo lejos un bufido por parte de Erik. Le miro de reojo, aunque prefirió seguir dándole la espalda. Sabía que el mutante no se llevaba nada bien con la agente-. Claro, estaremos esperándote. Hasta entonces querida-se despidió, colgando el teléfono y finalmente se giró, caminando lentamente hacía el sillón donde habían estado jugando. 

-¿Y esa homosapiens ya sabe lo que hará Shaw o solo llama para saludar?-preguntó Erik, posando sus ojos fríos en Charles. El menor se acomodo en el sillón, prefiriendo mirar el tablero a enfrentar los ojos ajenos. A veces Erik era molesto con ese tono de superioridad-Llevamos demasiado tiempo inactivos, no deberíamos dejar pasar más tiempo-comento el magnético, sin desclavar los ojos del telepata. Charles finalmente levanto la mirada del tablero, solo un instante para mirarle, pero al ver esa expresión molesta volvió a bajarla. Mejor centrarse en el juego, no quería pelear.

-No, Moira llamo para avisarnos que vendrá en pocos días. Creo que no quería dar información por teléfono-comentó, aunque dudaba que la agente tuviera alguna información. Sabía que la chica seguía pensando que entre ellos podía pasar algo, incluso había comentado que había estado esperando su llamada. 

Escucho la risa de Erik y volvió a alzar la mirada, para observarle con una ceja alzada-Lo que ella quiere es hablar contigo, esta interesada en ti-comento el mutante, pero a pesar de reírse su voz se escuchaba ronca, algo molesta. Charles prefirió hacerse el desentendido y negó con la cabeza. Mierda, debió aclarar las cosas con Moira, no quería que generara problemas con su omega. No ahora que estaba comenzando a acercarsele.

-Claro que no, solo somos amigos.-corrigió Charles, prefiriendo ignorar que se había acostado con la chica... y que una vez le dijo que iban a ver que pasaba entre ellos. ¿Por que demonios era tan cortes? Debió dejar todo aclarado esa noche, aunque claro, a esas alturas le parecía imposible los avances con su omega. Escucho a Erik gruñir por lo bajo, y cuando le miró observo que estaba con la cabeza gacha, y se marcaba la vena de su frente. A su alrededor había un aura amenazante, se veía atractivo... atractivo y peligroso. 

-Pues dile a tu amiga involucionada que se ponga a hacer su trabajo, necesitamos saber que pasara con Shaw-su voz era un murmullo bajo y uniforme, le recordó al gruñido que emite un perro cuando esta a punto de atacar.

-Hace lo mejor que puede...-alcanzo a murmurar el inglés, mientras miraba fijamente el tablero. Se animo a mover su ficha, después de todo esperaba que el juego les distrajera. 

-Pues parece más ocupada en llamar tu atención que en su trabajo-protesto de nuevo el mutante, sintiéndose cada vez más molesto. Por más que miro la ficha que movió Charles, ya no se sentía tan interesado en el juego. Le molestaba la tonta agente, buscando excusas para acercarse a Charles cuando estaban en medio de una guerra que podía determinar la vida de todo el mundo. 

-Sabes que eso no es así Erik, nos da todo su apoyo, y colabora como puede. Ella no tiene obligación de estar aquí, solo quiere colaborar con la causa para...-no pudo terminar cuando escucho un nuevo bufido. Oh dios, esta era la discusión con menos sentido que habían tenido. ¿Por que estaban discutiendo sobre Moira? Realmente se odiaba por no haberle aclarado las cosas antes, quizás esa llamada no les hubiera generado ese momento de tensión.

-Que no vuelva entonces-dijo cortante, clavando finalmente la vista en el tablero. Quería concentrarse en el juego, aunque sentía la sangre hervir en sus venas. Sabía que estaba exagerando, que era una discusión tonta por nada. Pero se sentía tan molesto... tan irritado por haber escuchado el nombre de esa mujer. Nunca le agrado, pero cada vez era menos y menos.

-Erik por favor, estas siendo absurdo. Moira es...-el magnético se levanta molesto al volver escuchar ese nombre. ¡Charles prefería defenderla! Apretó los dientes, dejando que su mandíbula se marcara más. ¡Charles prefería a esa mujer! Hizo el asiento a un lado, para marcharse de allí. No quería escucharlo más, quería calmarse.

-Charles, prefieres a alguien que ni siquiera es de tu especie-casi escupió las palabras, mientras daba unos largos pasos para alejarse de allí. Sintió a Charles levantarse detrás de él, ya que no quería dejarle marchar. El telepata no iba a dejar que se pelearan por esto, no ahora que estaban avanzando tan bien.

-No digas esas cosas, todos somos humanos-dijo, queriendo que realmente lo entendiera. Que realmente comprendieran que podían convivir, que eran iguales. Escuchó un bufido en respuesta, y un murmullo donde solo entendió la palabra “mutantes”. Pero no, no quería discutir, iba a ignorar eso-Erik no tiene sentido pelear por esto, no te alteres-dijo queriendo relajarle, queriendo volver a crear el momento relajado y apacible que habían tenido antes.

Pero estaba fallando estrepitosamente-¡Claro que me altero!-se quejo el mutante, girándose para enfrentarlo. Su rostro se veía claramente furioso, rojizo de pura ira. Sabía que si se dejaba embriagar por la ira su poder se descontrolaba pero en este momento no le importaba. ¿Acaso Charles no entendía? ¿No entendía que eran superiores? ¿No entendía que la única razón por la que no alejaba a esa mujer era por que la necesitaban para llegar a Shaw? ¿No entendía que lo importante sobre todo esto era llegar a Shaw? ¡Realmente quería atraparlo, cuanto antes! Y así... así ya no tener motivos para que esa mujer continuara metiéndose en sus vidas. Sin esa guerra de por medio la agente podría volver a su oficinucha y dejarlos en paz-No hay que perder el tiempo, hay que enfrentar a Shaw, hay que destruirlo...

-Aun nos falta entrenar...-protestó el telepata, intentando acercarse al pelirrojo, pero este se alejaba de él con largos pasos. Escucho la risa estrepitosa, irónica, maliciosa de Erik. Tenía ese gesto de venganza que tanto detestaba, tenía esa mirada de sed de sangre que oscurecía sus preciosos ojos. Se sentía mal al verle así, a su precioso omega ido por el oído. Cada vez que Shaw aparecía en su mente, Erik se ponía así. 

-¡Tu mismo dijiste que ya estaban preparados, Charles! ¡Debemos concentrarnos, comenzar a actuar! Debemos atrapar a Shaw y matarlo ¡¿Es que no lo entiendes?!-su voz se levanto un poco, y los candelabros del salón temblaron un poco. Charles dio un paso adelante, pero se detuvo al ver como Erik se aproximaba más a la puerta. No podía dejar que se fuera, no así-Dile a tu noviecita que ponga manos en acción, que investigue, así podemos atacar de una vez. Que deje de menearse ante ti y...

-Oh, por favor Erik no es mi noviecita-ese tema le estaba cansando, no quería que el magnético se confundiera, no quería problemas entre ellos por ese tema. Si bien le gustaba que Erik le celara, no era buena idea que pensara que entre él y la mujer pasaba algo-Y actuaremos cuando sea el momento correcto...

-Pues bien quieres que lo sea, no finjas. Los he visto coquetear... -soltó una risa, no quería escuchar a Charles, prefería interrumpirlo. Sabía que estaba sonando como un celoso, pero no le importaba, las palabras salían de su boca sin que pudiera contenerse. Debía irse de allí cuando antes, puso su mano sobre el picaporte, dispuesto a marcharse-Se vuelve loca por ti... Quizás es eso por lo que no se concentra en lo que debe hacer...

-¡Por favor, Erik! Ella ni me interesa...-el telepata ya ni sabía que decirle. Si calmarlo sobre lo de Shaw, o seguir aclarando que entre él y la agente no pasaba nada. ¿Que era lo que le importaba más a Erik? ¿Que le molestaba más, Shaw o Moira? 

-Me da igual-volvió a cortarle, bufando. Aunque sintió su corazón calmarse un poco al escuchar esas palabras. Soltó el picaporte casi sin pensarlo, aunque no se aparto de la puerta. Se giró un poco para mirarlo al escuchar que volvía a hablar:

-Bueno, pero entiende que no me interesa-dijo Charles en un tono seguro. Había notado que Erik se calmaba un poco. Por lo menos había soltado la puerta, por lo menos se había girado a mirarle. Charles se paro seguro y metió sus manos en sus bolsillos, demostrando toda la confianza que podía. Toda la seriedad al respecto. Su rostro estaba serio, mirando atentamente a Erik que le estudiaba con la mirada, con la misma seriedad.

-Eso no es lo que importa-dijo, apretando los dientes. Y tenía que ser cierto, a él no tenía que importarle Moira y Charles, no tenía que interesarle en absoluto. No le interesaba, en serio... 

-¿Y que es lo que importa?-pregunto Charles, realmente quería sonar calmado, pero su voz sonó ligeramente desafiante. Eso hizo brillar los ojos de Erik, con algo de molestia. ¿Acaso Charles estaba dudando? ¿Acaso pensaba que en verdad le interesaba su relación con Moira? ¡No era así! Claro que no, a él le importaba una sola cosa en el mundo, él lo único en lo que pensaba era en matar a...

-¡¡Shaw!! ¡Eso me importa!-dijo descontrolándose de nuevo, volviendo a sentirse jodidamente molesto-Que esa maldita homosapiens investigue para poder atacarlo. Que en vez de... que se concentre en eso... que en vez de.... ¡asgh!-protestó, y le dio un golpe a la puerta. “En vez de rogar por que le pongas las manos encima que haga su trabajo”. No podía controlar sus pensamientos, no sabía si estaba proyectando o no, pero se sentía demasiado molesto. Charles al escuchar eso en su mente intento acercarse, pero Erik le hizo un gesto con la mano para que no lo hiciera. El telepata sintió como la hebilla de su cinturón no le dejaba acercarse. 

-Entiende Erik que ella lo hace, esta investigando.-Escucho otro bufido, y se aparto unos pasos. Acomodo su cabello, y decidió volver a la estrategia de antes-Estas confundido si crees que entre ella y yo...

-¡No quiero oírlo! ¡No entiendes que no me importa!-todo artefacto de metal empezó a temblar en la habitación. Charles durante un momento pensó meterse en su cabeza para calmarlo, pero cuando empezó a llevar sus dedos a su frente, sintió que el reloj se lo impedía-Lo único que me importa es que podamos derrotar a Shaw, quiero matarlo, quiero... ¡No es tu relación con ella lo que me importa, solo quiero que ella nos ayude a llegar a él!-le aclaro, sintiendo la sangre volver a volar a su rostro. La vena en su frente volvía a marcarse, se veía excesivamente molesto. Charles bufo ya harto, y se quito el reloj como pudo. Ya no podía contenerse más.

-¿Y si no es ella la que te importa, por que te afecta tanto?-le desafió, ya cansado. No importaba cuantas veces se lo repitiera, al parecer Erik se negaba a entender. ¿Por que su omega no entendía que eran pareja? ¡Solo lo quería a él! Y Erik... ¡Erik solo nombraba a Shaw! Odiaba ese nombre pronunciado en los labios de su omega. Odiaba que hablara de Shaw. Y así mismo, era absurdo que estuviera celoso-¿Por que te molesta pensar que estamos juntos?-le miro atento, sus ojos azules le fulminaban, le penetraban. Si Erik tanto quería pelear, pues iban a pelear. Le iba hacer enfrentar esto-¡¡Dime!!

Y lo vio explotar, vio su rostro desfigurarse por el enojo-¡¡Eres un maldito homosuperior, Charles, ¿por que te relacionas con seres inferiores?!!-Erik estaba enfurecido, el metal empezó a retorcerse... sintió las cerraduras de las ventanas chillar, el teléfono había comenzado a desfigurarse. El magnético se veía sumamente molesto, colérico-¡¡No tiene sentido!! No debes relacionarte con ellos, ¡eres un mutante poderoso! debes buscarte un mutante y... y...-"debes alejarte de ella, debes hacerlo. Alejarte de ella. Aléjate, aléjate... ¡no te quiero a su lado!”. Erik sujeto su cabeza, queriendo contener sus propios pensamientos. No quería pensar en eso, no, no, no... no eran celos. Él no estaba celoso de Moira, a él no le importaba Charles, esos besos que compartían no significaban nada... no, no se estaba encariñando con el alfa, no, no, no. No le importaba si salía con Moira, no le interesaba. ¡Le daba exactamente igual si estaban juntos! 

El telepata jadeo al escuchar esas proyecciones. Su corazón se acelero al sentir que si, eran celos. Erik estaba molesto por imaginarlo con alguien más. Su omega lo quería... lo quería para él-Erik, Erik... Erik calma tu mente, mi amigo-Charles se acerco, guiado por una nueva emoción y puso sus manos encima de las mejillas del mutante atrayendole hacía a él. Erik finalmente le miro con atención, dejándose llevar por las manos ajenas, clavando sus ojos celestes en Charles, en sus impresionantes ojos, en su deliciosa boca. Él no podía estar con Moira, él no debía estar con ella-Tienes que aprender a controlar tu mente, tu ira te controla a ti, controla tus poderes. Respira, Erik, cálmate-el magnético le obedeció, respiro hondo y las cosas dejaron de temblar. Todo el metal de la casa dejo de crujir, antes de que Erik diera un paso atrás, apartándose y chocando con la pared. Charles le siguió en el movimiento y se pego a él. Quería mostrarse completamente seguro y confiable-No es ella quien me interesa, Erik...-Charles le tomo desde la mandíbula para jalarlo hacía a él y darle un corto beso-Nadie me interesa... 

-No me importa...-Erik cerro los ojos y se removió, intentando alejarlo, pero Charles no se lo permitió. “No quiero oírlo, no quiero escuchar que solo espera a su omega..”. Charles suspiro al escucharle y se mantuvo en su lugar, y se volvió a acercar, hasta estar completamente pegado al mayor, presionando su cuerpo contra la pared.

-Solo me interesas tu-susurro ronco, olfateando el aroma de su mejilla, escuchando al omega suspirar de placer ¿o de alivio? Erik sintió una descarga de placer desde el fondo de sus entrañas, y gimió bajito... aun con los ojos cerrados, dejando que Charles le olfateé, entregándose completamente a sus brazos. El inglés se apretó contra él, deleitándose con su aroma antes de unir sus bocas en un acalorado y demandante beso. El magnético volvió a gemir de gusto, y sus manos tardaron muy poco en volar a la nuca de Charles, para atraerle, para tirarle el cabello. Quería que no dejara de besarle nunca. Charles besaba tan bien. Quería que solo le besara a él, a nadie más... solo a él. Le correspondió al beso con ganas, jalando al menor más cerca, queriendo que no se le apartara, que no pensara más que en sus bocas unidas. “Mío, mío..”

Pero no era como si Charles pudiera pensar en algo más. Solo quería seguir besando a su omega, a su pareja, solo quería que Erik entendiera de una vez por todas que estaban hechos para estar juntos. Su boca succiono los labios ajenos, enterrando su lengua en la húmeda cavidad, recorriendola por completo, degustándola y gimiendo de gusto al sentir la lengua de Erik tocar la suya. Sentía su corazón latir rápido, un cosquilleo en el vientre que le llenaba de calor, que hacía que su cuerpo hierva y su virilidad comience a despertar. Erik tenía ese fuerte efecto en él, de llevarlo al delirio, de despertar su deseo con solo un pequeño contacto. 

Gimió de gusto cuando Erik le atrajo aun más cerca, acercándole desde la nuca, como si quisiera que esa lengua se le metería hasta la traquea. Charles sentía a su omega respirar agitado, y se estaba bebiendo su respiración. Cada suspiro exhalado por el mayor era directamente en su boca, generándole un cosquilleo ante la cálida brisa. Muy rápidamente los dos hombres se sentían acalorados, y no dejaban de presionarse el uno contra el otro. Las piernas de Charles intentaban hacerse lugar entre las de Erik, en este momento no tenía ganas de registrar el echo de que el judío solía huir durante esos momentos. Solo quería disfrutar más y más de lo agradable que era sentir sus cuerpos juntos.

Erik empezaba a sentirse sumamente caliente, una mano lo tenía sujeto firmemente del cuello, mientras otra le sujetaba la cadera. Normalmente no le agradaría estar así de “sometido”, pero estar entre los brazos del telepata era delicioso. Sentía que Charles quería fundirlo, si seguía presionándose de esa forma iban a terminar tirando la puerta. Pero no le importaba, él solo le atraía más y más, deseando tenerlo completamente ceñido a su piel. Sus labios eran demandantes, queriendo que en cada instante el beso se volviera más y más pasional. Oh, quería borrar de la mente de Charles cualquier pensamiento que pudiera tener sobre alguien más, quería abarcar toda su mente. Claro, el magnético no sabía que él ya era dueño de la cabeza y del corazón del menor. Quería proclamarse señor de un territorio ya conquistado.

Realmente dudaba que alguien besara mejor de lo que Charles lo hacía, era la mezcla perfecta entre dulzura y pasión, entre delicadeza y fuerza. Le mordía suavemente, y luego le lamía como si quisiera enmendar cualquier daño. Se apoderaba de sus labios como si fueran suyos, y de momento Erik sentía que lo eran. Su cuerpo estaba en llamas, sus manos no pudieron aguantar más la pasividad, y comenzaron a acariciar a Charles por encima de la camisa, apretando su delgado cuerpo, buscando atraerle. En algún momento el telepata había comenzado a querer meter sus piernas entre las suyas, sentía la rodilla querer hacerse lugar y se lo permitió. Sintió como uno de los muslos de Charles terminaba entre sus piernas, y rápidamente se acomodaba para presionarse contra su ingle. Los dos gimieron al mismo tiempo, Erik por el roce, y Charles de gusto al sentir esa dureza. El magnético se aparto para poder soltar un jadeo y aspirar una bocanada de aire, tenia los ojos cerrados y el ceño ligeramente fruncido. Charles observo sus mejillas apenas sonrojadas, su rostro masculino gruñendo de placer-Oh, Erik... como puedes creer que alguien más puede interesarme...-”Eres tan hermoso”susurro con un tono ronco, que hizo que el magnético temblara ligeramente. La mano que antes acariciaba la espalda de Charles bajo lentamente hacía la cadera de este buscando apartarle un poco. 

-Charles... creo que mejor me voy, no creo que sea adecuado que...-no pudo terminar la frase, soltó un suspiro de placer al sentir como el menor había comenzado a mover su pierna, frotando su muslo contra su virilidad.

-Solo un poco, Erik... estoy tan..-el telepata no termino su frase, solo presiono su cadera contra el muslo del otro mutante, dejandole sentir su dureza. Ambos gruñeron, Charles aprovecho para enterrar su nariz en el cuello ajeno, sintiendo que ese afrodisíaco aroma le ponía más duro aun. Que delicioso que olía Erik, ese sabor a caoba y ligeramente dulce hacía que su glande lubricara. Sintió un jalón en el cabello, y se cruzo con la mirada de Erik, que le miraba determinado, amenazante. Le encantaba ese aire peligroso y rudo.

-Si quieres seguir, no me olfatees...-Charles alzo una ceja, antes de sonreír apenas, no era que le agradara la idea, por que quería disfrutar de su aroma, pero de momento iría viendo como avanzaban las cosas. Asintió con la cabeza, y volvió a acercar sus labios a la boca entreabierta de Erik, los acaricio con sutilidad, mientras al mismo tiempo frotaba su pierna contra la virilidad ajena, que se había amorcillado de pura excitación. Erik suspiro contra su boca, antes de sonreír algo travieso y mover también su pierna para frotar la hombría de Charles. Jadeo de gusto al sentirla tan dura, asfixiada contra el pantalón. Oh ¿que pasaría si dejara que Charles le follara con ese grueso pene? Gimió de gusto, aunque intento desechar los pensamientos, no quería imaginar esas tonterías, él no necesitaba esas cosas. 

-Erik... eres tan.. delicioso...-”tan perfecto... eres exquisito, mi amigo”escuchó al judío gruñir en protesta, y la mano que se había quedado en su nuca le tiro más el cabello. “Shhh... cállate, Charles”. Charles soltó una risa y le mordió el labio juguetonamente-tienes que dejarme hablar, amigo...-susurro juguetón, tomando la cadera de Erik y haciendo que se mueva, para que ambos tuvieran un ritmo placentero.

-Te morderé la lengua-Erik se rió juguetón y mordió el aire, haciendo un ruido con los dientes. Ambos rieron, antes de que Charles volviera a fundir su boca en un beso apasionado. Dios, estaba completamente embargado de deseo, en ese momento todo lo que quería era girar a Erik y frotarse entre sus muslos, sentir su húmeda entrada y... penetrarle, follarle hasta dejarlo completamente abierto. Acelero el movimiento de su muslo, y sintió al judío arquearse, de pronto su cabeza se lió de gemidos ajenos “Oh dios, que delicioso... si... oh si... más rápido.. joder...”, al mismo tiempo sintió a Erik abrir mas las piernas, y ante una necesidad tan tacita, se movió más contra él. Su mano se deslizo de la cadera ajena, al muslo, para sujetarlo y empujarlo, haciendo que Erik se abriera más y él pudiera acomodarse entre sus piernas. Prácticamente lo empotro contra la puerta, y escucho un gemido de júbilo en la cabeza. “Oh, dios, más duro...”. Aunque lo negara, Erik amaba sentirse dominado. El beso se volvió más feroz, sentía la lengua de Erik querer inundar toda su boca, y él solo podía frotarse con más y más necesidad contra el bulto que estaba tan duro contra el suyo. Tenía tantas ganas de jalar más los muslos de Erik, de obligarlo a abrirse por completo, y hacer que esas piernas se enredaran en su cadera. Moría por follárselo así, contra la puerta, apretándolo contra esta, sintiendo sus piernas apretarle, su interior abrigarle.

Gruño de necesidad contra la boca ajena, y se movió con fuerza, casi como si estuviera embistiendole. Entonces sintió a Erik jadear, y la mano del polaco se detuvo contra su cadera, frenandole-No-fue lo único que dijo el judío, con voz ronca, y Charles se aparto un poco. Los dos respiraron agitados, sus ojos se cruzaron, mientras sus respiraciones calientes se mezclaban. El telepata estaba muy necesitado, quería aspirar su aroma, quería follarle... menos mal que aun estaban vestidos, sino estaría metiendole mano por todos lados. 

Erik había recuperado un poco la compostura cerrado un poco las piernas-Déjate llevar, Erik... solo un poco.. ¿no te gusta?-al mirar a Charles se derritió al ver esos ojos que eran un océano tormentoso de puro deseo. Charles estaba sonrojado, y se veía exquisito. Se relamió los labios, antes de volver a atraerle para besarle. En ese momento el telepata sintió como su cinturón se desprendía y su bragueta bajaba, gimió de sorpresa y gusto, excitadisimo por que Erik usara su poder para desvestirle. Cuando volvió a presionarse contra él, sintió su bulto chocar contra el ajeno. A sus carnes calientes y duras solo los separaban las telas de sus delgados boxer. 

Charles no se aguanto más, y llevo su mano entre las piernas ajenas. Masajeo ese bulto por sobre la ropa, y gimió de puro éxtasis. Dios, al fin estaba tocándole, tenía a Erik entre sus manos, literal. De a poco colo sus dedos por debajo del boxer, sintiendo al magnético erizarse, arquearse de gusto. Hacía demasiado que Erik no sentía tanto placer, hacía tiempo... más bien nunca, que tenía esa intimidad con alguien. El magnético gimió de gusto cuando la mano de Charles se ciño contra su miembro y comenzó a acariciarle, masturbarle con lentitud. Erik se había recostado contra la pared, tenía el cuello estirado, y aunque Charles sabía que no debía olfatearle, no dejaba de hacerlo. No tardo mucho en que Erik se animara a llevar su mano al miembro ajeno. Le acaricio por sobre su boxer, notando lo duro que estaba... cuando su mano se metió para tomar su hombría directamente, no pudo aguantar el gemido. Charles tenía una verga que... Dios... estaba completamente dura, húmeda, venosa. Oh, joder, seguro que esa verga podría abrirle por completo. Gimoteó de pura necesidad, sintiendo su interior comenzar a lubricar. Dios, esa necesidad de abrirse de piernas y dejar que le follen estaba comenzando a llenarle. Quería que Charles le penetrara, quería que le follara... quería que le llenara de semen, y le anudara y... joder, joder, joder.

Llorisqueó contra los labios ajenos, acelerando su mano sobre el pene de Charles, comenzando a frotar su glande, jugando con la babosidad que emitía. Oh ¿Sabría rico? ¿Tendría ese sabor que tenía Charles en su cuello? Dios, Charles también estaba muy caliente, listo para follarle... pero no quería, él no era un omega, no iba a serlo...-Shhh... solo disfruta, Erik. Solo... somos dos hombres... no pienses... siente lo duro que estamos... es delicioso...-el polaco le miro fijo, y asintió, sintiendo su cuerpo arder cada vez más al sentir la mano de Charles masturbarle con más ansías. 

Charles se removió, para acomodar sus penes juntos, apoyo su frente en el mentón de Erik, para mirar fijamente esas dos virilidades unidas, duras, húmedas... Erik tenía un pene sumamente lindo, grande y venoso, con toda una corona de rizos adornando la base. Y tal cual, como siempre lo había imaginado, esa enorme y deliciosa virilidad estaba circuncidada. Podía ver ese delicioso glande en todo su esplendor. Se movió contra él, frotándose, sintiendo a su omega gemir de gusto. La mano de Erik les masturbaba mientras él se movía. El éxtasis era demasiado, les embriagaba. Charles no apartaba su boca de la ajena ni para respirar. Estaba tan tan caliente... llevo su mano a masturbar a Erik, mientras se frotaba contra él. De un momento al otro sintió a Erik jadear contra sus labios, tensarse entero, y que la mano del polaco ceñía más su miembro. “Ohh dios... esto es tan...”-Diooos...-Erik gimió con fuerza, contra los labios ajenos, antes de sentir su interior contraerse, sus huevos tensarse de puro éxtasis, mandandole una correntada desde su ingle por lo largo de su espina dorsal. Su liquido salio en tres chorros blanquecinos, explosiones que bañaron el vientre de ambos con su semilla. Erik jadeaba de gusto, respiraba agitado, pero su mano seguía moviéndose sobre el eje de Charles. No tardo mucho antes de que la virilidad del inglés se convulsionara, su propio cuerpo se tensara... finalmente su orgasmo estallo, mientras él se inclinaba para enterrar su rostro en el cuello sudado de Erik. Y ohh... estaba en pleno orgasmo cuando se lleno con ese aroma y sintió como se prolongaba, logrando que bañara por completo a ambos-Joder, Erik...-le mordió el cuello con suavidad, sintiendo al omega temblar ligeramente, y encogerse, intentando alejarle de su cuello para que no le marcara.

Charles se aparto un poco, y le miro con los ojos entrecerrados, estudiando su expresión de relajada agitación. Erik se relamió los labios, y de a poco se irguió. El telepata no tenía que leer su mente para saber que el hombre iba a apartarse apenas pudiera, no, no había amurracos y abrazos para ellos. Se aparto un poco, y en un instante vio a Erik acomodándose el boxer y como el pantalón se le cerraba solo-Estoy cansado, me voy a dormir-dijo Erik, sin mirarle en absoluto.

El telepata se mordió el labio, sintiéndose ligeramente angustiado-Aun no acabamos la partida, mi amigo...-susurró Charles, acomodando su ropa, apartando su cabello sudado de la frente. Era patético usar esa excusa para que el judío se quede más tiempo. Erik miró un momento el tablero y luego se limpio un poco el sudor de la nuca.

-Lo seguimos otro día. Que descanses amigo-dijo el judío, antes de girarse y salir del cuarto, dejando al telepata en absoluta soledad. Charles camino hacía uno de los sillones, dejándose caer. No sabía si sentirse dichoso o triste... pero tras pensarlo un momento decidió sonreirle a la nada, mientras cubría sus ojos con un brazo. Había avanzado, aunque solo fuera un paso... aunque solo fuera un simple revolcón. Estaba avanzando. Erik le reconocería, tarde o temprano.

 

 

Notas finales:

Bueno, ¿qué tal? Ya saben que no soy muy buena para el +18, asi que hice lo que pude. Ojala les haya gustado. ¿No son todos sexys los dos? Y Erik celoso es... xD

Moira no es tan mala, resulta provechosa para ciertas cosas. Igual, ya varios saben que no me agrada xD Espero les haya gustado la resolución del cap, espero merezca un comentario. Aprovechenme que estoy de vacaciones y actualizo rápido, ni bien entre a clases sera más lento u.u

-Lo siento Alex... yo no soy asi... emm, gay... aparte soy un beta y tu... tu eres un alfa-Sean con movimientos lentos se bajo de la mesa, sin saber que decir para no herir a su amigo.


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