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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

Hola hermosos ¿qué tal estais? Yo aquí, finalmente subiendo un capitulo. Al fin. Queria subirlo más temprano, pero la universidad no me dejaba ¬¬ maldita U.

 

Pero bueno, estoy muy nerviosa, como siempre ante cada estreno (?). Ojala este les guste, ya me diran. Realmente me costo arreglarlo, pero bueno, quedo lo mejor que pude. Ojala les agrade..

 

Besos

LA GRAN NOCHE




Charles se acomodó el cuello de la camisa, cerro hasta el anteúltimo botón y se miró atento antes de desprenderlo de nuevo. Se veía más casual con el botón desprendido. Volvió a prenderlo ¿Casual o formal? Frunció sus cejas, y miro su propio reflejo en el espejo. Se acomodó el cabello hacía atrás, y luego lo alboroto un poco ¿Formal o casual? Lo volvió a acomodar bien peinado, pensando que después de todo ese era su estilo normal. Tomo otra camisa, aun en la percha, y se la puso enfrente para ver como quedaba. ¿Blanco, negro o celeste? El blanco hacía resplandecer su pálida piel, la celeste sus ojos, y la negra... la negra le daba un aire peligroso. Se mordió el labio y miro de nuevo el ropero, tomo un chaleco que había dentro y le miro con atención. Se lo puso y se estudió frente al espejo.... Si, sería la blanca, estaba hecha a medida y le que...


-¡Charles! Hace horas que te estoy esperando-el telepata se giró para ver entrar a su hermana que venía con el ceño fruncido-¡Ibas a entrenar conmigo! Molestaste tanto para que aceptara y cuando di...-la chica termino de entrar y frunció el ceño al ver la cantidad de camisas tiradas a lo largo de la habitación. Charles Xavier solía ser un hombre sumamente ordenado, durante un momento pensó que quizás se había equivocado de habitación, pero no, hay estaba su hermano frente al espejo-¿Que paso aquí?-pregunto extrañada, tomando una camisa que estaba colgada del mango de la puerta y mirándola un momento antes de tirarla encima del montón de camisas que había en la cama.


-¡No, no, no! Esas están descartadas, y esa la deje ahí por que podía llegar a funcionar.-Charles bufo, yendo a buscar la camisa y volviéndola a colocarla en la puerta. Raven le miraba cada vez más raro. La chica se atrevió a entrar unos pasos más y se quedó en medio de la habitación. No podía creer el desorden que tenía esta... había ropa por todos lados.


-Charles ¿qué paso aquí?-pregunto pateando con algo de asco un bóxer que había tirado en el piso. Su hermano rodo los ojos y se inclinó a tomarlo y ponerlo junto a los otros bóxer. Aun no decidía cual se veía menos debajo del pantalón... bueno, tampoco decidió que pantalón. Se miró de perfil en el espejo y sonrió. Si, sería la blanca-¡Charles!


-Perdona cariño-se giró a acomodarse la camisa y probarse una corbata, sin saber si llevar o no. Le hizo un nudo y se la ajusto un poco-Me olvide del entrenamiento, realmente me disculpo. Prometo compensarte...-se acomodó la camisa y la corbata, pero luego la retiro para probarse una corbata azul-Veras..-una sonrisa indisimulable y traviesa se dibujó en sus labios, seguía sin mirar a su hermana, más concentrado en su imagen-Tengo una cita, con Erik.


De a ver estado mirando hubiera notado como su hermana fruncía el ceño, la chica le miro con la ceja alzada-¿Han estado follando por toda la casa y recién ahora tienen una cita?-pregunto incrédula. Charles la miro molesto a través del espejo pero la chica seguía con la ceja alzada. La situación era divertida, nunca había esperado encontrar a Charles tan complicado con la ropa. Su hermano era elegante, pero solía vestirse rápido. Tardaba en comprar ropa, porque se aseguraba que todo le quedara perfecto, pero a la hora de vestirse era simple y seguía las reglas del protocolo y se veía... estirado, bien, pero estirado-¿Y piensas ir así?-arrugo la nariz y le recorrió con la mirada antes de soltar una risa-¿Llevaras solo eso o te pondrás pantalones?


Charles bajo la mirada a los patéticos calzoncillos largos con corazones que tenía y emitió un bufido-Claro que no llevare esto, debí quemarlos, y si no lo hice fue porque es un regalo tuyo-miró molesto a su hermana, antes de estudiar su atuendo. Bueno si, se veía muy patético con esa prenda. Escucho la risa de Raven divertida pero prefirió seguir en lo suyo sacándose la corbata-Ahora, si me disculpas, realmente qui....


-Vamos Charles, ¿vas a ir así?-su hermana se había acercado aun con la nariz arrugada. Se asomó al ropero de Charles y lo hurgo un poco-Deberías probar algo distinto... siempre te ves tan viejo ¿por qué no pruebas algo más sexy y juvenil? Seguro Erik te saltaría encima-comento divertida, tomando un linda remera gris que ella le había regalado y se la paso-Pruébate eso.


-Raven sabes que ese no es mi estilo-protesto mirando la remera. Si era linda, pero era una cita, en un restaurante y quería verse serio, elegante, confiado. Dudaba que esa remera trasmitiera todo eso.


-¡Vamos Charles! Dame el gusto-la chica se había girado y le miraba con esos ojos de pena y un puchero en los labios rosados. Bufo y comenzó a quitarse la ropa para luego colocarse la remera. La miro un momento, no era fea, la había usado varias veces pero ahora...-¡Y esto encima!-Raven se apresuró a colocarle una chaqueta y Charles alzo la ceja al ver que si se veía más informal y joven. Pero esa no era la idea. Sintió la mano de su hermana revolver un poco su pelo y rodo los ojos antes de apartarla un poco-¡Así te ves mucho mejor! Nadie pensara que tienes una escoba atravesada en el tr...


-¡Raven, esa boca!-regaño, mirándole algo molesto. Se volvió a mirar al espejo pero arrugo la nariz. No, definitivamente iba a ir vestido como él. Era mucho mejor que verse tan... común. Aparte esa ropa lo hacía parecer un adolecente, no era la idea, quería verse apropiado, confiado, apto para una relación. ¿Qué tenían las personas en contra de la elegancia? Era sexy ¿verdad?-Raven, creo que mejor me visto a mí mismo...


-Bah... eres un aburrido Charles, si me hicieras caso Erik hubiera abusado de ti hace mucho-alego la chica, rodando los ojos antes de darse la vuelta y salir del cuarto. Debería estar molesta con Charles por dejarle botada, pero bueno, su hermano al fin estaba avanzando con su omega. Debía ser feliz por eso, aunque le costara. Lo mejor sería que fuera a buscar a Hank, no era muy ético que fuera a verlo cada vez que se sentía triste por Erik, pero era el único método que tenía para no dejarse embargar por la tristeza.


Se dirigió hacía el laboratorio, con pasos rápidos y seguros, esperaba que Hank no estuviera ocupado. Cuando llego golpeo y se escucharon algunos sonidos antes de que el mutante le abriera la puerta. Hank sonrió a verla y le hizo lugar para que ingresara. La chica avanzo por el laboratorio y miro curiosa lo que había sobre la mesa-¿Y eso?


-Esos son unos trajes en los que estoy trabajando, ese es el de Alex, que tiene incluido en su pecho el cañón para poder controlar su poder-comento acercándose al traje y acariciando la tela. No era su especialidad la estética, pero creía que lucían bastante bien-Aun son prototipitos, pero espero poder terminarlos pronto. No se cuanto más va a durar esta paz diplomática-comento, y Raven sonrió apenas, asintiendo.


-Hemos estado en paz mucho más de lo que había esperado-acepto la chica, sentándose en una de los bancos de metal. A veces pensaba que Hank tenía un fetiche con el metal, todo era de metal, vidrio y cerámico. Quizás tenía que ver con la higiene, realmente no lo sabía.


-Supongo que a pesar de la presión de Shaw debe haber varios dirigentes rusos que aceptan que es una locura mandar los misiles a Cuba. Eso los debe estar retrasando-comento, acercándose a la chica y acomodando su rubio cabello hacía atrás. Raven era tan hermosa, sus poderes tan extraordinarios... Hank aun recordaba como su corazón se había acelerado ni bien la vio por primera vez, ella le había mirado con completo asombro, y toda la gente que veía sus pies distaba mucho de hacer eso. Ni bien la vio, Raven le pareció hermosa, y aún más extraordinaria al conocer su mutación y sus genes. Debía admitir que era una desilusión para él que la chica no fuera una omega, porque era exquisita. El momento en que olio que era una beta realmente se desilusiono... pero al menos tenía este tiempo para compartirlo con ella. Aunque a veces la notaba ausente, triste, quizás a ella le pasaba lo mismo que a él. Quizás sabía que esa relación no estaba destinada a durar y eso la ponía mal...


Hank se sintió tentado a ofrecerle el suero, a pedirle que se inyecte, que se haga una omega. Y lo hubiera hecho, de no ser por que no estaba seguro de que la chica se volviera un omega. Quizás se transformaba en un alfa, y eso solo empeoraría las cosas-¿No tenías entrenamiento con Charles?-pregunto curioso, después de todo había escuchado lo insistente que había estado Charles el día anterior con respecto a entrenar con Raven. El profesor el día anterior había estado molesto en general, Erik también... era obvio como se ignoraban en las comidas, pero ya todos estaban algo acostumbrados a esos momentos tensos. A las peleas de mamá y papá, como diría Sean.


-Oh, se le olvido...-rodo los ojos, pero le resto importancia.


-Se veía muy interesado en eso ayer-comento el científico sentándose al lado de la chica, tomando una de sus manos para acariciarla. Raven se giró un poco para poder verle de frente, una sonrisa divertida se instaló en sus labios prolijamente pintados.


-Supongo que hoy encontró mejores cosas que hacer-dijo bajando la mirada, la sonrisa tambaleo un poco en sus labios, al recordar que se iría con Erik, a una cita. Sintió la mano de Hank apretar la suya y volvió a levantar la mirada sonriendo con más confianza.


-¿Todo en orden?-pregunto el científico, inclinándose hacía a ella, mirándola con preocupación. Ella asintió.


-Perfecto.


**


Erik se acomodó la chaqueta de cuero, había descartado el traje porque no quería verse demasiado formal, no quería que pareciera que pensó demasiado en la ropa. Se acomodó la camisa negra y salió de la mansión. Se sentía ridículo, ahora entendía que era una muy mala idea. Debió saltarle encima y exigirle que le hiciera el amor en vez de pedirle esa estúpida cita. ¿Que se suponía que iban a hacer? Debió invitarlo a jugar al ajedrez, debió saltarle encima, debió hacer cualquier cosa en vez de mencionar la estúpida cita. ¿De dónde carajos saco esa idea? Su cerebro no había reaccionado muy bien al tener a Charles semi desnudo, tan hermoso... lo único que había querido hacer era prolongar esa extraña relación que tenían. Sabía que luego de esa noche juntos, su noche de despedida, se inyectaría y ya nada más ocurriría entre ellos.


Termino de bajar las escaleras de un rápido trote y se detuvo frente al auto, que estaba estacionado en la entrada-Erik-se giró al escuchar a Charles y lo encontró apoyado en el pilar de la tapia. Se veía muy elegante, más que lo de costumbre, y sumamente guapo. Erik se quedó quieto mirándole, conteniendo la respiración, sintiendo que su corazón se aceleraba de pura emoción. Si bien debía admitir que muchas veces pensó que Charles era muy anticuado para vestir, no podía imaginárselo de otra forma. Le gustaba así, con su ropa demasiado formal, con su elegancia nata. Pero por muy hermoso que fuera, ahora que le veía vestido así se sentía aún más ridículo... ¿qué carajos estaban haciendo?


Le observo de arriba abajo y luego negó con la cabeza-Esto fue una mala idea, Charles... mejor vamos arriba y jugamos una partida de ajedrez. ¿Sí?-se apresuró a decir, se acomodó la chaqueta antes de comenzar a subir las escaleras de nuevo. Pero no llego ni al segundo escalón cuando una mano le detuvo, el telepata tenía una sonrisa coqueta en su boca.


-No fue una mala idea, te debo una cita-los ojos claros de Erik le estudiaron con atención, finalmente el polaco suspiro, antes de comenzar a bajar las escaleras de nuevo. Miro el auto, a Charles y emito un bufido. No le gustaba para nada lo seguro y conforme que se veía Charles, no le gustaba para nada no sentirse en control de toda esa situación. Si iba a quedarse en esa estupida cita, las cosas iban a ser a una manera. Y Charles sabía eso, no lo esperaba de otra forma.


-Bien, pero yo manejo-dijo, queriendo sentirse en control de todo. Charles le sonrió tan radiante como siempre y le arrojo las llaves, las cuales volaron con maestría a la mano del polaco. Tomo aire antes de subir al vehículo, viendo como Charles se apresuraba a subir del otro lado.


**


Moira frunció el ceño cuando vio a Erik y Charles salir juntos, había sido una situación algo extraña. No les había visto hacer nada inapropiado, pero no entendía ¿a dónde estaban yendo exactamente? Suspiro, alejándose de la ventana de su cuarto y acercándose al espejo, contemplando la imagen que este le devolvía. Se había puesto una lencería sumamente linda y había tenido la idea de ir a buscar a Charles para volver a vivir algo similar a la noche anterior, pero el telepata se había marchado con ese engreído mutante.


No pudo evitar bufar, tomando un algodón para comenzar a despintar sus labios. Miro de reojo el perfume que había comprado, había invertido en eso solo porque se había sentido nerviosa cuando descubrió que Erik era un omega. No le agradaba que hubiera un omega en la casa, y no le agradaba que Charles estuviera tan al pendiente de él. No quería pensar que Erik podría seducir a Charles con su aroma a zorra barata, así que para igual las condiciones, compre el perfume que le hiciera oler como omega en celo.


Detuvo sus pensamientos cuando escucho unos golpes en la puerta. Suspiro y se levantó, ignorando completamente el hecho de que andaba en lencería. ¿Quién sería a esa hora? La noche no estaba resultando como había esperado. Abrió y miro a Sean que le sonreía y le extendía un plato-Moira, no fuiste a cenar hoy y pensé que...-Se detuvo al ver que Moira terminaba de abrir la puerta y se quedó sin aire al notar que la chica estaba apenas vestida con un provocativo conjunto de ropa interior. No pudo evitar mirar con lujuria su cuerpo, antes de volver a mirarla a los ojos-Woah... estas muy hermosa-dijo y Moira sonrió en respuesta.


-Gracias por la comida-tomo el plato y estudio al menor. Nadie la miraba con tanto deseo como Sean... Acentuó su sonrisa, poniéndose algo provocativa-¿Quieres pasar?-dijo insinuante y vio como los ojos del menor brillaban antes de que asintiera emocionado. Sean era muy poco disimulado, mientras entraba ya estaba sacándose la campera. La agente contuvo una risa, él aún era muy joven... pero no, no quería pensar en eso. No quería pensar en que se estaba acostando con un chico que acababa de cumplir dieciocho. Eso apenas era legal.


**


Erik había preferido borrar de su cabeza el viaje en auto. Había sido sumamente raro, Charles había comenzado a hablar de que estaba feliz de que pudieran salir a comer y él había preferido no escucharle así que había encendido al radio para que hiciera ruido. Y si, prefería ignorar el hecho de que Charles estuvo casi todo el viaje hablando de lo mala que era esa música en compasarían con música más antigua... Joder, era un desastre. No tenían nada en común aparte de ser mutantes, tener una causa juntos y amar el ajedrez.


No tenía esperanzas en que eso funcionara. Mucho menos al ver el restaurante demasiado elegante que había elegido Charles. Cerró los ojos con pesadez, sintiéndose ligeramente molesto. Todo estaba saliendo mal, debió simplemente saltarle encima...-¿Pasa algo, darling?-sintió la mano de Charles tomar la suya, pero él le soltó al instante. No quería que les vieran hacer eso en público, no quería que la gente anduviera hablando. No, porque los mirarían y notarían que él olía a omega y.... Noto la mirada dolida en los ojos de Charles y como el telepata desviaba la mirada-¿Entramos?-pregunto apenas en un murmullo bajo. De pronto Erik se sintió un idiota, un maldito desgraciado por hacer que su amigo se pusiera mal.


-Claro que sí, cambia esa cara-dijo, sin reservas. Comenzó a subir las escaleras, sintiendo la mirada ajena seguir sus movimientos. Charles finalmente sonrió. Si, las cosas no estaban saliendo bien... pero él había estado nervioso y al parecer había estado presionando demasiado por que las cosas salieran bien. Debió suponer que Erik no estaba acostumbrado a lugares así. Tenía que relajarse, dejar las cosas fluir y... se rio, avanzando al sentir como la hebilla de su pantalón le había jalado. Entro al lugar con una nueva sonrisa en sus labios. Solo tenía que dejar que las cosas fluyeran. Erik era su omega, las cosas se iban a dar, solo tenía que tener calma.


Minutos después reconsidero el pensamiento.


Bueno, no, quizás las cosas no funcionaran tan fácil. Erik no se veía tan cómodo, y el dialogo no se apartaba de la guerra y Shaw. Esa no era la cena que había esperado. No quería hablar de Shaw. Erik siempre ponía ese expresión de odio absoluto que no le agradaba-Pero pronto lo tendré enfrente y...


-No deberías hacerlo, no eres un monstruo Erik-le interrumpió en protesta el menor, ya sabía lo que iba a decir pero realmente no tenía muchas ganas de escucharle. No quería pensar en Erik así, como un ser cruel y vengativo. Se quedó mirándole con el ceño fruncido, dejándole ver que ese era un tema con el que no estaba nada cómodo. Mucho menos ahora, que era su cita... no quería hablar de eso. Lo vio sonreír ladino, con esa sonrisa sádica que lo hacía verse jodidamente malvado.


-Quizás si, Charles... quizás soy como Frankenstein, y él es mi padre-Charles continuo mirando esa sonrisa malvada, y los ojos celestes de Erik que no le miraban solo miraban su copa, como si esta tuviera las respuestas al mundo, o como si tuviera la formula correcta para matar a Shaw, lo que le interesara más a Erik.


-¿Podemos cambiar de tema?-pregunto, con tanto tacto como pudo, agradeciendo que la moza les trajera sus órdenes. Erik suspiro, realmente había preferido hablar de eso para ignorar el hecho de que estaban en un restaurante elegante, comiendo comida gourmet, en una cita. Dios, había sido realmente una pésima idea. ¿Por qué se le había ocurrido? Se sentía tan incómodo allí, en ese restaurante costoso, rodeado de homosapiens; hubiera sido preferido estar en la mansión, bebiendo whisky y... Se mordió el labio y desvió la mirada a su plato. Si, sabía cómo iba a terminar esa noche, pero no quería pensarlo demasiado. En parte porque le agarraban los nervios y también porque no quería que Charles lo viera en su mente.


-¿De qué quieres hablar?-pregunto, mirándole con la ceja alzada. Volvió a mirar su plato y se concentró en comer. No quería mirar mucho el lugar, no quería mirar demasiado a Charles. Todo se sentía antinatural, se sentía fuera de lugar. Mierda, no iba a dejar de pensar que eso había sido una ma...


-Si tanto te arrepientes nos vamos-comento Charles, suspirando y masajeando el puente de su nariz. Ya era la tercera vez que Erik proyectaba que estaba arrepentido y que había sido una mala idea. Y si no pensaba en eso estaba pensando en cómo matar a Shaw. Definitivamente eso no estaba funcionando. Ya no quería seguir escuchando que eso era un error, no quería imaginar que Erik prefería estar haciendo cualquier cosa. Erik no le reconocía, Erik ni siquiera se sentía cómodo en una cita con él... estaba siendo un tonto ¿cómo iba a avanzar así? Tenía que encontrar otra forma, o tenía que resignarse. Lo que sea, pero necesitaba macharse de allí, no quería seguir escuchando la mente de Erik proyectando que estaba incomodo, que no debió decir lo de la cita, que no tenían nada en común-Llamo a la moza así nos cobra ¿sí?-levanto la mano pero Erik bufo.


-Ya trajo la comida, comamos y vámonos-accedió, y comenzó a cortar su comida. Charles asintió, aún más desilusionado ya que Erik ni siquiera había negado el hecho de que estaba arrepentido. No, realmente quería irse. Comió con desgana, sin sentirse animado para hacer nada. Noto que Erik le miro en varios momentos, pero no quiso corresponderle. ¿Por qué había venido anoche de pronto a invitarle a una cita si hoy iba a estar tan cortante e incómodo al respecto? De a momentos creía que Erik estaba jugando con él, quería volverle loco. Termino su comida varios minutos después, mientras reinaba una atmosfera sumamente incomoda y tensa. Miro de reojo como su compañero terminaba su bebida-¿Nos vamos?-apremió el polaco, apartando su plato. Charles suspiro pero asintió, levantando la mano y llamando a la moza.


Le sonrió con cortesía y calma, la chica le extendió el estuche donde a dentro estaba la cuenta. Él le entrego su tarjeta de crédito y luego ella camino alejándose para ir a cobrar. Charles suspiro cuando escucho el gruñido por parte de Erik-No quiero que pagues tú, de verdad. Paguemos en efectivo y...


-Por favor, Erik. No, ya pague. Solo quiero irme a casa-aún se negaba a mirarle. Todo había salido mal, todo era distinto a lo que se había imaginado. Aunque bueno ¿que se había imaginado? ¿A Erik sonriendo, tomándole la mano, dándole besos? El Erik que se había imaginado no existía, en realidad él era este individuo: frio, distante. Siempre lo supo... y le gustaba aso, no debió crearse falsas expectativas. Volvió a sonreír cuando la camarera le trajo su tarjeta de crédito, se levantó, siendo imitado por el mayor, quien se colocaba de nuevo la chaqueta. Charles acomodo el abrigo en su brazo y se apresuró a caminar hacía la salida. No se había imaginado que se marcharían así, había pensado que al menos se irían riéndose de algo. Pero no, con su omega sus planes nunca saldrían como él los pensaba. Sintió la angustia embargarle, apresuro el paso hacía el auto y escucho los pasos presurosos de Erik atrás suyo.


-Charles, espera... yo solo quería...


-¿Que querías?-se giró, molesto, aunque su voz sonaba tranquila. Sentía sus ojos humedecidos, se sentía jodidamente triste. Ya no sabía qué hacer, solo venía tropezando esos últimos días, ya no entendía que era lo que tenía que hacer. No entendía cómo podía hacer feliz a Erik, como podía hacer que se acepte, que le acepte a él. Todo estaba mal, todo era un problema. Todo lo que quería era estar con su omega, bien, feliz-Realmente dímelo Erik, porque ya no sé qué hacer. Tú me pediste esta cita, y yo pensé que tu...-se quedó callado, porque sabía que no podía decirle que había esperado que le reconociera, que le empezara a querer, que finalmente iban a ser una pareja-Ya no sé qué hacer, no logro entenderte, no sé cómo hacer que estés cómodo. Pensé que hoy íbamos a pasarla bien, pero solo has estado pensando en que fue un error y...-se detuvo, porque sentía que se podía quebrar, no quería llorar y mucho menos aun soltar alguna tontería.


-Charles, por favor no es que no quiera estar contigo, es solo que...-se acercó varios pasos, mirando preocupado a su amigo. Charles estaba vulnerable de nuevo y siempre que lo veía así hacía que su corazón se derritiera, solo quería abrazarle con fuerza y cuidarle. El telepata tenía esa hermoso rostro adorable de omega, le costaba tanto pensar que era un alfa. Excepto cuando sentía su aroma, por que olía deliciosamente masculino, dominante, alfa-Es este lugar. En serio, es demasiado. ¿Un restaurante tan elegante?


-No es tan elegante-protesto el menor, con un tono ligeramente infantil, pero Erik solo alzo la ceja. Charles finalmente sonrió un poco, animándose más al sentir la mano de Erik que había acariciado su mejilla-¿Por qué no me lo dijiste antes de entrar? Hubiéramos ido a otro lado...


-Te veías realmente ilusionado por entrar a este ostentoso lugar-arrugo la nariz y se apartó un poco, sacando las llaves de su bolsillo y comenzando a caminar hacía el auto. Charles le siguió yendo hacía la puerta del copiloto, se miraron distanciados por el vehículo y Erik sonrió ladino-Yo había pensado en ir a un bar, donde pudiéramos beber mucho whisky barato-noto la forma en la que el inglés arrugaba la nariz y solo pudo reírse, acentuando su sonrisa de tiburón y contagiándosela a Charles. Alzo las cejas travieso, el brillo celeste había vuelto a sus ojos y el menor sentía su corazón acelerarse ante la idea de finalmente poder tener a ese Erik coqueto con él. Ese Erik que se dejaba llevar y que salía muy pocas veces, pero cuando lo hacía era exquisito-Sé que también lo deseas.


-Todo, menos lo del whisky barato-dijo abriendo la puerta y metiéndose dentro del coche. Si, había tenido razón ni bien entro al restaurante: tenía que dejar que las cosas fluyeran, al parecer así era más fácil entre ellos. Era mejor que improvisaran que planear cosas. Erik también se metió al auto y le sonrió divertido.


-Bien, pero esta vez pagamos a medias-encendió el vehículo y prendió la radio. Finalmente, luego de mucho probar encontraron una estación donde pasaron música que al parecer disfrutaban los dos-Es que no puedo creer que no te guste Elvis, a todos los norteamericanos les gusta Elvis-comento divertido mirándole de reojo. Charles rodo los ojos y se encogió de hombros.


-No es mi tipo de música supongo, ¿y ahora se dedica al cine?-Frunció el ceño y se encogió de hombros antes de ver a Erik volver a reírse divertido. El magnético manejaba rápido como siempre, mientras ambos buscaban un bar donde detenerse, que cumpliera con los requisitos de los dos.


Finalmente lo encontraron y los dos terminaron sentados en la barra, cantando por lo bajo una canción de Johnny Cash, compartiendo una botella de whisky no tan barato que los estaba desinhibiendo bastante. Ahora la conversación fluía con más naturalidad, tal cual ambos habían esperado, y todo era mucho más relajante.


Erik soltó una suave risa mientras dejaba el vaso apoyado en la barra, el telepata acaba de contarle una anécdota de él y Raven de su niñez, y no podía controlar su risa. Charles también se reía mientras le daba un corto sorbo a su whisky-Debe a ver sido genial crecer con Raven, saber que tenías a alguien igual a ti a tu lado...-Charles sonrió y asintió, recordaba con cariño a la pequeña niña que apareció en su cocina y volvió su vida más emocionante. Muchas cosas que le toco vivir no podría haberlas soportado sin ella, realmente Raven había sido un pilar en su vida. Por eso la quería tanto, por eso se preocupaba por ella y la cuidaba como si fuera su hija.


-Me hizo sentir bien saber que no era el único en el mundo-admitió. Había aprendido que sentir que había alguien más como tú en el mundo era sumamente importante para poder aceptarse. Sentirse solo, extraño, anormal, hacía que los chicos le tuvieran miedo a sus propias mutaciones, le tuvieran miedo a quienes eran y no aprendieran a controlar su poder. Miro a Erik que se había quedado mirando su copa y lamento que su pareja no hubiera podido sentir lo mismo hasta hace muy poco tiempo, Erik se sintió solo demasiada parte de su vida-. Ahora es mucho mejor, ahora tenemos una familia-el magnético volvió a mirarle y sonrió de costado asintiendo.


-Somos una gran familia, vamos a defender a todos nuestros hermanos mutantes-correspondió, en ese tono de orgullo absoluto, no solo por él, sino por cada mutante del mundo. Charles se mordió el labio mientras le miraba, le encantaba que Erik se mostrara tan seguro en defender a otros mutantes. Claro, no le agradaban las ideas de Erik sobre cómo defenderlos, pero era maravilloso escuchar que realmente quería unir a todos los mutantes del mundo-Tu y yo, Charles, mi hermano... guiaremos a esta nueva raza-dijo dando un sorbo de vino, con una sonrisa ladina en su rostro, una sonrisa de orgullo. Charles sonrió, ilusionado ante la idea de que realmente Erik quería hacer eso: quería que juntos guiaran a sus hermanos. Sintió su corazón acelerarse, su pareja se veía sumamente hermoso, el momento era perfecto, y él ya no podía contenerse. Cuando lo vio dejar el vaso se inclinó y unió sus labios en un suave beso. Al fin estaban besándose, el primero de la noche y esperaba que hubiera muchos más. Sintió a Erik suspirar antes de corresponderle, con algo de recato, después de todo estaban en público. Se besaron apenas un momento y luego se separaron un poco, Charles mantenía una sonrisa boba en su boca.


-Lo siento, no pude contenerme, te veías muy hermoso-Erik le miro un momento, serio, algo avergonzado, pero luego le sonrió ladino, termino el contenido de su vaso de un trago y llamo con la mano a la camarera-¿Cerveza?-pregunto mirando de reojo a Charles y el hombre asintió.


-Pero vamos allá-dijo, señalando una mesa que había quedado libre. Erik tomo la botella de cerveza que dejo la camarera, le extendió un billete y Charles tomo las jarras para llevarlas a la mesa. La mesa estaba en una esquina, un sofá en forma de “L” la rodeaba, y aunque había suficiente espacio para cuatro, cuando Erik se sentó Charles se sentó cerca suyo. El polaco alzo la ceja pero Charles solo sonrió dejando las copas-¿Qué? Aquí estamos más solos-sonrió travieso y volvió a inclinarse hacía su amigo robándole un nuevo beso. La mano de Erik busco la suya para enredar sus dedos, conformándose con eso al no poder abrazarle y tocarle tato como quería, y se deleitó de poder besarlo finalmente como había deseado hacer toda la noche.


Si, al fin las cosas eran perfectas.


En el bar se habían bebido dos cervezas más, hasta que Charles alego que si seguían bebiendo no iban a poder manejar a casa. Erik como siempre rodo los ojos, protestando por que era demasiado recatado pero finalmente decidió que si debían marcharse. Ya se encontraba desinhibido, ya era algo tarde y aún tenía planes para esa noche. Miro de reojo a Charles y se mordió el labio... no podía creer que estaba por entregarse a él, por follar con su amigo. Dios santo. Su cuerpo temblaba de pura anticipación, su estómago se retorcía. Estaba muy nervioso y ansioso, casi como si fuera la primera vez que hacía esto, y lo peor era que no sabía cómo disimularlo. Se subió al auto y manejo, o intento hacerlo ya que cada tanto Charles le besaba sutilmente el cuello o le acariciaba la mano... y claro luego le retaba por que debía mantenerse atento para manejar. Por momentos pensaba que su amigo era bipolar, o que no debió dejarlo beber tanto. Pero no, Xavier aún estaba en condiciones... solo estaba eufórico.


Ni bien llegaron a la mansión el telepata le había puesto las manos encima. Se había acercado y Erik pudo sentir como aspiraba el aroma de su cuello, casi sin disimular, pero por primera vez no protesto. Quizás no oliera así nunca más y sabía cuánto le gustaba a su amante. Se dejó llevar, excitándose de la forma en la que Charles ronroneaba mientras le olfateaba. Era muy erótico saber que podía excitarle tanto solo con su aroma. De pronto ambos habían comenzado a besarse mientras entraban a la mansión. Subieron las escaleras entre tropezones, sin querer soltar sus bocas ni dejar de mandarse mano. Ambos estaban sumamente excitados, no podían detenerse... solo querían seguir tocándose, seguir acariciándose, besándose.


Charles encontró la puerta de su habitación con dificultad, sintiendo el picaporte clavarse en su espalda. Gimió al sentir la erección de Erik presionando la suya y se apresuró a abrir, sin tener mucho éxito. Finalmente Erik movió la mano, la puerta se abrió y los dos tropezaron hacía dentro. Se rieron entre besos y Charles comenzó a desprenderle la camisa mientras le guiaba a la cama. La camisa del polaco termino arrojada en el piso, mientras Charles se apresuraba a desprenderle los pantalones. Ambos patearon sus zapatillas, queriendo perder la ropa cuanto antes. Estaban sumamente ansiosos y excitados, ninguno quería perder el tiempo, querían llegar cuanto antes a la cama y sentir sus cuerpos fundirse.


Erik gimió al caer en la cama, sintió el peso de Charles encima de él y suspiro de placer. La boca del telepata no quería apartarse de la suya, pero se vieron obligados a hacerlo para poder tomar aire. El inglés se irguió lo suficiente para quitarse su camisa por sobre la cabeza, intentando eliminar un poco el calor que tenía en el cuerpo. Luego se inclinó a besar el pecho de Erik, se deleitaba con el sabor de su piel mientras sentía al magnético removerse y suspirar de gusto debajo de él. La noche estaba saliendo mucho mejor de lo que pensó. Todo había empezado mal, pero ahora los dos estaban en la cama, completamente apasionados, sin poder alejar las manos del cuerpo ajeno. Dios, todo estaba siendo perfecto. ¿Cuántas veces había soñado con tener a Erik así? Y finalmente lo estaba cumpliendo, al fin.


Gimió de gusto al sentir las manos de Erik sujetar su pantalón y su bóxer y bajarlos en un movimiento pasional, casi como si quisiera arrancarlo de su piel. El magnético quería sentir todo el calor de Charles rodeándole, quería poder sentir por completo su cuerpo, que cada centímetro de sus pieles se tocaran. Sintió como Charles le bajaba el pantalón también y alzó las caderas para dejar que le sacara la ropa. Finalmente ambos estaban desnudos, sus manos ansiosas no dejaban de recorrerse, sus erecciones se rozaban, sus piernas estaban completamente enredadas. Eran el reflejo mismo de la pasión.


-Abre tus piernas, Erik.. Quiero frotarme...-Charles enterró su rostro en el cuello ajeno, olfateando el aroma con gusto, besándole el cuello, subiendo hacía su oreja y dándole una suave mordía. Sintió el cuerpo del polaco estremecerse debajo suyo y le llego ese aroma a sexo y dulce. Su pareja ya estaba lubricando y eso solo lograba excitarle en exceso. Gimió cuando sintió las manos de Erik sujetarle para poder girar y subírsele encima. Sonrió antes de capturar la boca ajena en un accionado beso mientras sus manos comenzaban a vagar por esa musculosa espalda, yendo hacía sus nalgas y apretándolas comenzando a masajearlas con completo deseo.


Charles jadeo por la sorpresa al sentir el metal enredarse en sus muñecas. Abrió los ojos impresionado cuando los tubos de la cama le sujetaron también las piernas. El frio tacto se había enredado en su cuerpo, no agresivamente, pero si como una serpiente que no quería dejarle moverse-¿Erik?-pregunto sorprendido, viendo al mayor que se había levantado y que se veía algo nervioso. Frunció el ceño sin saber que era exactamente lo que pasaba. Hasta hacía un momento lo habían estado pasando sumamente bien, pensaba que los dos estaban divirtiéndose, pero de pronto Erik le tenía atado ¿qué había pasado? ¿Había hecho algo inadecuado?-¿Erik? ¿Pasa algo malo?-el magnético estaba de pie frente a la cama y se removía algo inquieto. Su rostro masculino mostraba algo de duda, aunque también determinación. Charles no sabía que pensar al respecto, Erik estaba desnudo enfrente de él, actuando como si fuera a hacer algo malo. Por su parte el polaco estaba jodidamente nervioso, se había asustado cuando había estado a punto de perder el control y lo único lo que quería hacer era mantenerse dominando la situación. Había estado a punto de enredar sus caderas a la cintura de Charles, estaba a punto de pedirle que le follara... y las cosas no serían así, él no era un pasivo, el dominaba la situación. Se mordió el labio mientras miraba a Charles, acostado en la cama, desnudo, completamente a su merced. Ahora si las cosas parecían estar como él quería. Podría hacer con él lo que quisiera... Charles estaba allí, y era completamente suyo por esa noche. Su corazón comenzó a latir con fuerza, y recorrió con la mirada el cuerpo ajeno. La erección que hasta hace un momento tenía el menor había cedido un poco, y ahora parecía algo preocupado. Tenía que hacer que avanzaran las cosas, tenía que mantener el control, mostrarse seguro.


-No, solo quiero probar algo...-Erik se volvió a subir a la cama, puso su cuerpo encima del de Charles, el menor con solo sentir sus cuerpos en contacto nuevamente, tenía la piel ardiendo. Decido dejar que Erik hiciera lo que quisiera, después de todo al parecer solo era un nuevo juego. Sintió la boca de Erik sobre la suya y le beso con hambrienta necesidad. Estaba sumamente excitado, y no podía moverse, no podía tocar a Erik, no tenía forma de aliviarse. Dios, tantas ansias por tocar su hermoso cuerpo, y ahora se veía obligado a estarse quieto. Movió como pudo sus caderas, frotando su cuerpo contra el del mayor. Erik gimió pero se apartó de su boca al instante, irguiéndose y mirándole desde arriba. Estaba sentado de rodillas en la cama, encima de Charles y le miraba desde allí atento. El telepata estaba medio perdido en lo que estaba pasando, como todo con Erik, la situación se había vuelto confusa. Notaba que Erik estaba ansioso, su pecho subía y bajaba de forma irregular y tenía un sonrojo acentuado en las mejillas. Se veía sumamente hermoso…


-Erik, ¿qu...?-gimió al sentir como la mano firme de Erik tomaba su pene y le masajeaba un poco. Miro casi como en cámara lenta Erik se levantaba un poco y acomodaba su pene entre sus nalgas. Charles gimoteo de gusto mientras sus ojos dudaban entre si mirar la exquisita expresión del judío o mirar su pene que se asomaba entre los muslos ajenos. Dios, se sentía sumamente excitado. Su pene se deslizaba entre las nalgas ajenas y podía sentir lo húmedo que estaba su pareja. Joder, era sumamente delicioso tenerlo encima, tan eróticamente, ver su pene bien rígido y su rostro masculino derretido de deseo. Su mirada paseo por su omega, por su expresión de nerviosismo y ansiedad, por su amplio pecho, su marcado abdomen, su pene erecto, sus muslos en tensión dejando incluso notar las cargadas venas bombeantes de sangre. Sollozo al sentir como su glande se frotaba contra los pliegues de la entrada del mayor. No podía con su propia ansiedad, comenzaba a sentirse desesperado, ansioso, con ganas de tocarle… pero por más que se removía los tubos lo mantenían atado a su lugar. Joder, iba a volverse loco si no podía tocarle. Erik estaba sumamente húmedo, su interior palpitaba y Charles podía sentir como ese orificio se expandía contra su glande. ¡Dios! No podía creerlo ¿acaso...? No, no podía ser... debía estar alucinando. ¿De verdad Erik iba a dejarle entrar? Joder, joder, joder. Estaba por penetrar a Erik, al fin, de verdad. No podía creerlo, su corazón latió enloquecido de puro nerviosismo. Tanto tiempo esperando esto, tanto tiempo deseando que sucediera y ahora…-Ohh dioos...-gimió ronco al sentir como su pene comenzaba a ser rodeado por el interior ajeno. Podía sentir como ese húmedo y cálido orificio empezaba a hacerle lugar de a poco. Podía sentir la carne de Erik abrirse, palpitar, esforzándose por recibirle. Joder, Erik era tan cálido y apretado... su interior era el paraíso mismo. Finalmente estaba entrando en su omega, haciéndole suyo. Tanto tiempo imaginándose como se sentiría hacerlo suyo, que tal cálido sería, que tan apretado estaría. Y nada de lo que hubiera imaginado se comparaba a la sensación de esa carne apretándole, era mil veces mejor que cualquier fantasía.

Al fin estaban haciendo el amor, no como se lo hubiera pensado, pero no importaba. Estaba a dentro de Erik, sentía su interior asfixiarle, sentía el calor abrazador de su cuerpo, la forma en la que parecía succionarle un poco. Realmente quería moverse, quería mover sus brazos, abrazarle, atraerle para besarlo, acariciarle aunque sea. Tenía que contenerse para no mover sus caderas y embestir para hundirse por completo dentro de él, quería llenarle por completo, quería marcarle como suyo. Erik estaba bajando sumamente lento, podía sentir como centímetro a centímetro su interior iba cediendo, iba relajándose para recibirlo. Tan condenadamente despacio, tan desesperante.


-Joder...-un quejido por parte del polaco retumbo en la habitación cuando finalmente sus glúteos se apoyaron contra la piel de Charles. Joder, joder, joder. Lo tenía completamente dentro. Su cuerpo palpitaba furiosamente, esforzándose por estirarse y relajarse. Hacía tanto que no tenía un pene en su interior. Hacía tanto que no se sentía tan abierto, tan lleno. Había olvidado lo relajante que era, ese ligero dolor mesclado con el placer de tener algo duro en sus entrañas. El pene de Charles estaba sumamente duro, sentía como le abría por completo. Los pliegues de su orificio estaban tensos, sumamente estirados para recibirle. Él por su parte no podía calmar su respiración, no podía ni abrir los ojos. Debió prepararse primero... sentía que se estaba partiendo al medio. Sus delgados labios temblaban en esfuerzo, sus muslos estaban rígidos y su cuerpo se había tensado apretando la virilidad en su interior. Sintiéndolo mucho mejor aún. ¿Cuánto llevaba sin hacer esto? Y nunca en su vida se sintió tan bien. Sentía su estómago cosquilleando de placer, su cuerpo vibrando de puro gozo. Podría dejarse ir en ese instante. Charles era… perfecto para estar en su interior.


-Dios, Erik... eres tan apretado...-el telepata no pudo contenerse, movió apenas las caderas y sintió al instante un quejido y como el metal le abrazaba con más fuerza. Se mordió los labios mientras miraba a Erik que estaba quieto, quizás acostumbrándose. Charles sentía sus testículos empapados por los líquidos que no dejaban de salir del trasero del mayor-Erik, cariño, suéltame... dejame tocarte...-el mayor finalmente abrió sus ojos, estaban oscurecidos de deseo. Era la primera vez que estaba follando con alguien porque realmente quería... recién ahora era consciente de lo mucho que hacía deseado tener la verga de Charles clavada dentro suyo. Se sentía tan agradable, tan correcto, tan placentero. Al escucharle se mordió el labio y negó con la cabeza.


-Quiero tener el control-dijo con voz ronca y comenzó a moverse, con suavidad, sintiendo como ese pedazo de carne se deslizaba dentro suyo. Lo sacaba casi por completo antes de dejarse caer. Cada vez que sentía como volvía a abrirle soltaba un gemido de gusto mesclado con dolor, y su cuerpo se arqueaba, preso de esas sensaciones que no sentía hace tanto. Había estado toda una vida prohibiéndose esto, que era natural en él, y ahora era consciente de lo adictivo que podría llegar a resultarle esa sensación. Lo adictico que el menor podía ser. Charles gimió también, moviendo un poco su pelvis, alzándola queriendo llegar más profundo. De a poco las caderas del mayor fueron acelerando el movimiento, su cuerpo demandaba más fricción... quería que Charles le abriera por completo, quería que le partiera al medio. Era jodidamente delicioso sentir esa verga profunda, abriendo todo su interior, tocando partes que hacía tiempo no eran exploradas. Su cuerpo temblaba de puro placer, quería acelerar el movimiento, quería sentirse completamente lleno por ese pene. Movió tan rápido como pudo sus caderas, pero luego sollozo frustrado, al notar que no podía masturbarse y mantener el ritmo que quería.


Sería tan fácil si se pusiera en cuatro y dejara que Charles le diera duro. Pero no, eso ya era demasiado. Gimoteo y se dejó caer hacía adelante, insatisfecho. Se apoyó contra el cuerpo de Charles y sintió como la boca del menor le besaba ansioso. El inglés estaba desesperado por moverse, por tocarle, acariciarle, jugar con su cuerpo. Dioos, estaba follando con Erik ¡Estaba follandole al fin! Y no podía tocarle, no podía hacer nada. Era tan placentero y frustrante al mismo tiempo. Quería tocar el cuerpo musculado de su omega, querría haber jugado con su interior antes de metérsela, quisiera... “Necesito más... no puedo... no puedo...”


-Erik suéltame, será más fácil, darling...-dijo ronco contra su boca, mordisqueando sus labios de lo ansioso que estaba. En ese momento lo único que podía tocar de Erik eran sus labios y realmente no podía dejar de besarlos. “Necesito tener el control, no quiero...”. Charles gruño sintiéndose algo descontrolado y se movió como pudo, inquieto, queriendo soltarse. Su pene se deslizo por el interior ajeno y escucho a Erik gimotear. Por como estaba recostado el judio su pene casi estaba completamente fuera. Los dos se estaban desesperando, necesitaban más-Tendrás el control mi amor... solo quiero ayudarte a mover... Erik por favor...-gimoteo necesitado, moviendo como podía sus caderas. El polaco gimió de gusto y finalmente hizo que el metal se apartara del cuerpo ajeno lentamente. Charles suspiro de alivio al verse libre. Sus manos rápidamente volaron a los glúteos de Erik para masajearlos un poco, para rozar con sus dedos esa entrada que se estaba tragando su virilidad. Dioos, podía sentir como el cuerpo de Erik estaba expandido para recibirle. Se sentía tan delicioso... tenía atravesado a su omega, lo tenía completamente abierto para él-Vamos más arriba, quiero estar sentado...-dijo intentando moverse, pero las manos de Erik le frenaron sujetando sus hombros.


-Quiero tener el...


-Si, si, si... lo tendrás Erik, lo juro, pero estoy muy ansioso. Quiero tocarte, ayudarte a moverte, besarte... ¿no quieres sentir mis manos explorarte? ¿Mis labios jugar con tu cuello? Erik...-el magnético cerro los ojos, imaginándose las palabras ajenas y gimoteo antes de asentir. Se levantó, sintiendo como ese duro pene salía de su interior y llorisqueo ante su ausencia. Sentía su cuerpo aun expandido, abierto, palpitando como loco extrañando tener ese duro falo abriéndole. Su parte omega le exigía más que nunca rendirse a su naturaleza. Charles se acomodó rápidamente, apoyando su espalda en el respaldo y volvió a colocar las manos en el trasero de Erik para acercarlo. Sus dedos rápidamente volaron a su canutillo y gruño de deseo cuando uno se froto contra esa entrada que estaba tan abierta-Oh dios, Erik estas...


-No lo digas, solo... callate ¿si?-Charles se mordió los labios para no decirle que estaba tan abierto, flojo, escurriendo jugos. Su dedo jugó con ese agujero, penetrándole un poco antes de sacarlo lentamente. Esa viciosa entrada estaba tan suelta, tan dispuesta a ser follada-Charles, Charles... solo...-sintió la mano de Erik tomar su virilidad de nuevo y como le masturbaba un poco antes de volverla a acomodar contra su agujero. El telepata se negaba a alejar sus dedos, quería sentir como su pene se iba perdiendo en esa deliciosa cavidad.


-De a poco... quiero sentir como te abres...-le susurro ronco, contra su oído, dejando caer su aliento cálido contra la piel de Erik, haciendo que el mayor se estremezca. Una de sus manos se acomodó en la cadera ajena y le ayudo a bajar muy lentamente. Sentía como ese interior volvía a albergarle, como de nuevo su verga llenaba ese orto. Cuando faltaba menos de la mitad alzo la cadera y se hundió por completo en ese cálido interior. Escucho el jadeo de Erik y gruño en respuesta. Sus dos manos se acomodaron abriéndole los glúteos, separándolos al máximo, queriendo meter su pene tan hondo como se pudiera.
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-Oh, dios Charles... Charles... quieto, soy yo quien...-Erik apoyo su mano en el hombro ajeno y clavo sus dedos contra él. Se apartó un poco para poder mirar la expresión del telepata que era de completa lujuria y descontrol. Esos ojos azules parecían una tormenta de deseo absoluto, el pálido rostro estaba rojo. Erik sonrió y se relamió los labios: Charles se veía exquisito mientras follaban-Yo guio esto...-dijo con voz ronca y comenzó a moverse, las manos del menor le ayudaban moviéndolo más rápido. Comenzó a masturbarse y estiro el cuello hacia atrás, cosa que Charles aprovecho para hundirse en él, besándole, olfateándole. Su boca succionaba la piel, queriendo dejarle alguna marca, queriendo poseerle por completo. Al fin estaba poseyéndolo, al fin era suyo. Era tan excitante, tan caliente, sentía como Erik se movía con rapidez, tragándose por completo su pene, viéndose tan erótico, tan sensual. Estaba muy excitado, su nudo se formó en la base de su virilidad, mientras su boca besaba con hambre el pecho ajeno. Quería anudarle, quería abotonarle… quería quedarse atorado dentro suyo. Se presionó contra él y ni bien lo sintió el magnético alzo sus caderas-No, no, no... Nada de anudarme...-le gruño, mostrándole ligeramente sus dientes en amenaza. Charles estaba demasiado agitado, realmente quería anudarle, quería meterse tanto en su interior, hasta dejarlo atado a él y llenarle con su semilla. Quería dejarle regado su esencia tan en lo profundo que tardara días en bajar. Lo estudio con la mirada, Erik estaba ardido, su rostro algo sonrojado, sus ojos celestes oscurecidos, su frente sudada. Se veía exquisito. Como pudo asintió y se abstuvo de frotar su nudo contra esa entrada, realmente deseaba metérselo, pero se conformó con poder hacerle suyo. Eso ya era más que suficiente.


Su mano dejo el glúteo de Erik y se acercó a su pene para comenzar a acariciarle. “oh, dios, si, si, si... Charles...”. El magnético se movía con más fuerza, sintiendo su cuerpo embriagado por el placer, correntadas de gusto enviadas desde su pene, desde su próstata que palpitaba como loca. Joder, hacia tanto tiempo que no sentía ese placer. Nunca en su vida logro sentir tal gusto por ser follado. No podía dejar de gemir, cosa que le avergonzaba un poco, pero realmente no podía callarse. Gruño de gusto, el metal se retorció, los tubos de la cama se alzaron hacía el cielo mientras se arqueaba hacía atrás. Sintió el orgasmo embargarle, golpearle con fuerza. El placer se dispersaba por su espalda, naciendo en su próstata y dirigiéndose a cada rincón de su cuerpo. Joder, que delicia… todo su interior se contraía, succionaba el pene ajeno, queriendo llevarlo más y más a dentro. Podría morir en ese preciso instante, atravesado por ese falo, siendo abierto y usado por ese delicioso alfa. Su pene se estremeció, vibrante, y comenzó a eyacular, soltando sus chorros blancos entre ambos cuerpos, dejándoles sentir lo tibio de su simiente y su aroma a sexo-Oh, dioos, Charles-gimoteo contra su boca, sintiendo como la caliente lengua del menor penetraba su boca, apropiándose de ella. Todo su cuerpo se tensó por puro placer, su entrada lubrico en exceso, esperando ser anudada, pero claro que eso no pasaría. No podía permitirse llegar a tanto, era demasiado humillante hacer eso.

Charles le mordió el cuello al sentir como su interior le succionaba, le apretaba... Erik se había quedado quieto, pero él lo alzo un poco desde sus glúteos para poder mover sus caderas con ganas para seguir fallándole con gusto. El mayor se retorcía preso del placer y la sobre excitación, aun sentía como Charles golpeaba su próstata y el semen no dejaba de escurrir de su pene, con debilidad, pero continuaba alargando su orgasmo la actividad en su parte posterior. Charles gimió cuando Erik se dejó caer contra él, le dio una honda embestida, poniendo su mano en la base de su nudo para no metérselo y gruño de gusto comenzando a llenar el interior ajeno con sus líquidos.


Su simiente era abundante, caliente, espesa. Erik sentía como le llenaba por dentro. Sentía como el pene ajeno palpitaba como loco en su interior liberando sus jugos y llenándolos con ellos. Gimoteo nervioso... hacía tanto que no sentía que le llenaban de semen. Era tan cálido, espeso, llenador. Mordió suavemente la clavícula de Charles y suspiro de placer, tembloroso, cuando el telepata dejo de regar su interior. Los cuerpos de ambos abandonaron de golpe la tensión, quedando agitados y flácidos, sobre exigidos. Ambos se sentían delirantes, sin poder concentrarse en nada. Erik apenas y podía moverse, su cuerpo estaba laxo. Sintió como el placer había relajado su cuerpo en exceso y tuvo que juntar energía para moverse, levantarse y dejar que ese pene saliera lentamente de su interior, acompañado de sus flujos y de la simiente ajena. Escucho el llorisqueo de Charles; si, sus cuerpos estaban hechos para quedar anudados... para seguir juntos varios minutos después del orgasmo, seguramente el telapata no quería separarse. Él mismo se sintió vacío demasiado pronto...


Gruño y se dejó caer boca abajo en la cama. Sus piernas no le respondían del todo bien, cerró los ojos abrazando la almohada, intentando calmarse. Tenía que juntar energías para marcharse de allí. Sentía a Charles aun agitado al lado suyo, intentando recuperar el aliento. Varios minutos después ambos pudieron calmarse y Erik intento moverse para levantarse pero se sentía demasiado relajado-Dame unos minutos, ya me voy...-susurro apenas, con la voz ronca.


Sintió un movimiento a su lado y se sorprendió al sentir la cercanía de Charles y su peso, que no lo había dejado caer del todo pero si se había recostado un poco apenas encima de él-No te vayas, quedate aquí...-dijo con voz suave el telepata y comenzó a besar los hombros de Erik y acariciar su amplia espalda. Joder, estaba atontado por el orgasmo y las endorfinas. Sentía que le amaba más que nunca-Quedate conmigo esta noche, Erik...-hundió sus labios en el cuello ajeno, lamiéndole suavemente antes de comenzar a succionar sobre su yugular, dejándole una suave marca. Sintió el gimoteo de Erik que se intensifico al ser marcado. La mano del mayor no tardo en apartarle con fuerza, se dejó caer boca arriba en la cama, antes de ver como Erik se giraba a mirarle.


-¿Acabas de marcarme?-pregunto el magnético, sonando jodidamente molesto y amenazante. Charles se sonrojo y se mordió el labio antes de asentir.


-De verdad no pudo contenerme, olías tan rico y acabamos de...-Charles vio como la mirada de Erik dudaba. El magnético se tocó el cuello sintiendo un ligero cosquilleo. No era la primera vez que Charles le marcaba, el telepata tenía la manía de hacerlo. Y esa sería la última vez que estarían juntos, no podría volver a experimentar todas esas cosas. Sonrió apenas y se acercó a él, buscando su cuello y besándole también, buscando dejarle una marca. Oh, si él iba a tener una marca, Charles también. Con suerte tardaría en encontrarse un nuevo amante si le dejaba marcado. Lo sintió gimotear y retorcerse, pero el telepata no se apartó... cosa rara, los alfas no solían dejarse marcar. Mordisqueo la blanca piel, que se había sonrojado con furia. Charles tenía facilidad para ser marcado. Se apartó apenas para mirar el rostro ajeno y le sonrió. Sintió la mano de ajena rodear su cintura y atraerle-¿Te quedaras a dormir?-pregunto el telepata, con esa voz tan necesitada que era imposible decirle que no.


-Si, pero...-Erik desvió la mirada avergonzado-Boca abajo-murmuro. Charles abrió un poco sorprendido los ojos, y por instinto volaron al trasero ajeno. ¿Le había lastimado? Se sonrojo un poco, el mayor aun evitaba la mirada, pero si no se había quejado seguramente era la típica molestia por no practicarlo hace tiempo. Charles sonrió y le soltó, cuando Erik se acostó él se arrimó cruzando un brazo por sobre la espalda ajena, y acomodándose un poco encima de él, sin aplastarle, pero acercando su rostro al cuello ajeno. Quería dormirse oliéndole.


De a poco la respiración de Erik se calmó, y Charles supo que se había quedado dormido. De las pocas veces que dormían juntos, Erik nunca se dormía primero. Sonrió un poco y le olfateo en profundidad, emocionado, feliz de poder al fin haberle hecho suyo. Estaba tan emocionado, finalmente, al fin, por dios ¡Al fin Erik había sido suyo! Después de tanta espera... y como siempre, no fue como espero, pero eso no lo hacía menos delicioso. Joder, ese día era perfecto.

Su omega era completamente suyo. Lo tenía a su lado, entre sus brazos, completamente satisfecho y relajado. Quería pasar así el resto de su vida.

 

 

Notas finales:

asdasdsad ¿Qué tal? Realmente descubri que no soy buena escribiendo lemon con el pasivo arriba xD Me sale mejor cuando Charles tiene la libertad de manosear a Erik, y Erik como que se niega xD Pero bueno, espero que a pesar de eso les haya gustado. Ustedes me diran.

 

¿Que creen que va a pasar ahora? :3 Comentenmen sus suposiciones, para animar a su imaginacion les dejo el adelanto

 

 

 

-¡¡ERIK!! ¡¡Erik abre indemdiatamente!!-se sintio desesperado al no obtener respuesta. ¿Y si algo había salido mal con la inyección? ¿O si ya se lo había inyectado y no había marcha atrás? ¡Dios santo!-¡Abre Erik! ¡Abréme! Más te vale que no h...-escucho varios ruidos a dentro, pero no dejo de golpear, hasta que finalmente la pueta se abrio.

-¡¿Que haces aquí?!-le miro atento, intentando notar un cambio. Le empujo, apoyando la mano en su pecho y metiendose dentro.

-¡¿Que estabas haciendo Erik?!

 

 

Chan Chan Chan Chaaan ¿que opinan? O_O

 

P/D: Queria aclarar que cada vez que actualizo respondo los comentarios. Realmente no se como funciona esto, si avisa o no (?) sobre todo con los anonimos, pero bueno, respondidos estan. Aclaro por que habia una que otra duda, y la respondi por alli. Cualquier cosa si no lo pueden leer, me avisan y aclaro las dudas aqui :D

 

Besitos


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