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First Class: De alfas y omegas por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

Si, si, se que tarde muchisimo. Sinceramente no note lo mucho que había pasado el tiempo hasta ayer que me di cuenta que hacía má de veinte dias que no actualizaba. Es asombroso cuando estas muy ocupado la vida vuela, según yo había actualizado hace poquito xD

Pero bueno, finalmente aqui esta, enjoy!

EPILOGO



Levantarse, como siempre, era todo un trabajo. Pero prefería apresurarse a hacerlo por que si no vendría Hank a ayudarle y siempre resultaba un tanto humillante. Sin mencionar que tedioso, siempre terminaban discutiendo sobre poner una rampa junto a las escaleras, para que pudiera movilizarse con facilidad... y era algo a lo que él todavía se negaba. Esa silla de ruedas era momentánea, iba a ser momentánea. Él tenía que recuperar su movilidad, no se veía a si mismo como un alfa en una silla de ruedas por el resto de su vida. Lo hacía sentirse vulnerable y dependiente y no era algo a lo que estuviera acostumbrado.

Con esfuerzo saco las piernas de debajo de las sabanas. Era extraño, tocarlas y no sentir nada, como si no fuesen suyas. No pudo evitar mirarlas con una mezcla de sentimientos, anhelo, desesperación, enojo. Si no las recuperaba pronto sabía que el musculo comenzaría a volverse flojo, perdería las fuerzas, adelgazarían. De hecho, ya las sentía más flácidas que antes. Se estiro para tomar la ropa que había dejado preparada con antelación al borde de la cama. Se cambio tan rápido como pudo, aun sintiéndose ajeno de si mismo, evitando perder demasiado tiempo con sus extremidades inútiles. 

Cuando estuvo vestido se estiro para jalar la silla de ruedas más cerca. Ahora dejaba todo a su alcance, se había vuelto mucho más precavido. Tomó aire, juntando fuerzas y valor, para ejecutar ese movimiento complicado que lo llevaba desde su cama a la silla, sobre exigiendo los brazos. Había descubierto que era más fácil pegar el borde de la silla al borde de la cama, ponerse de espaldas a la silla y empujarse hacía ella. Una vez sentado, con las piernas aun en la cama, se iba hacía atrás para tener espacio y entonces las acomodaba. Pero a pesar de que todo estaba fríamente calculado a veces había errores: se olvido de trabar la silla y esta se fue hacía atrás, sus brazos temblaron sin poder sujetarla y termino cayendo al piso, una pierna cayo como peso muerto y la otra quedo aun apoyada en la cama. 

El sonido había sido un golpe seco, ahora le dolían los brazos, la espalda baja y sentía los ojos arder de bronca. Sintió los pensamientos de urgencia de Hank y supo que en pocos segundos estaría allí. Intento acomodarse para que no todo se viera tan mal. No pudo evitar preguntarse, como siempre, si algo sería diferente si Erik estuviera allí. Seguramente él le ayudaría, sin hacerle sentir incomodo, y seguramente mandaría a la mierda a Hank por solo insinuar instalar una rampa, asegurando una y otra vez que Charles se mejoraría. Cosas del hacer diario seguramente serian mas cómodas a su lado. Podrían bañarse juntos, entre sus brazos él no tendría vergüenza de verse algo vulnerable, pero porque ambos estarían seguros de que aquello era momentáneo, que en algún momento todo volvería a la normalidad. No como ahora que todos los chicos lo pensaban loco por mantener esperanzas. 

Al pensar en una ducha juntos no pudo evitar llevarse la mano al pelo, sintiéndolo algo grasoso. Joder, necesitaba un baño, pero todo era tan agotador. Hank dando vueltas asegurándose de que nada malo pasara, él en una silla por que la bañera estando solo era peligrosa, todos en la mansión pendientes de lo que pasaba. Joder, todo era una verdadera mierda.

Si Erik estuviera aq...

-¡Profesor!-levanto la mirada para ver a Hank entrando sin golpear. Oh si, se había olvidado de mencionar que ya casi no tenía privacidad. Los ojos amarillos del mutante brillaron con preocupación y molestia-¡Profesor ¿por que no me espero?! Sabe que esto es peligroso, un mal golpe puede empeorar todo. Si quiere levantarse sólo sería mejor instalar un...

-Hank, ahora no. No estoy de humor-dijo secamente. Todos los días las mismas conversaciones le cansaban. Evitando pensar demasiado en el hecho, dejo que Hank le alzara y lo colocara en la silla. También esto era incomodo por que Hank también se sentía ajeno a si mismo, no controlaba su fuerza, sus movimientos eran torpes y solo salía del laboratorio para ayudarle, casi para nada más-. Sabes que esto sera algo momentáneo, cambiar la man...

-No sabemos si esto sera momentáneo-contraataco. Charles entendía por que decía eso, era para evitarle más sufrimiento después, por si las cosas salían mal... pero no podía evitar odiarle un poco por ello. No quiso discutir por lo cual giró con su silla y comenzó a rodar hacía el baño-. Por eso quiero instalar la rampa. Si es momentáneo la aprovechara este tiempo y si no...

-No hay un “y si no”. Esto es momentáneo. Sabes que iniciare ese tratamiento que recomendó el medico. Esto no durara, me recuperare, seré el de siempre, Raven y Erik v...

-¿Volverán?-el tono era tristemente sarcástico. El telepata lo hubiera mandado al demonio si no supiera que esa perdida le dolía a Bestia tanto como le dolía a él. Los pensamientos de Hank sobre Raven tendían a ser oscuros y deprimentes, llenos de arrepentimientos, inseguridades, deseos de cambio. La metamorfa aun no había aparecido por la mansión, pero había pasado solo un mes desde el día de la playa en Cuba. Charles suponía que ella estaba organizando todo, viendo como volver sin ser descubierta, viendo como hacer regresar a Erik. Su hermana no se olvidaría de lo que él le pidió, no lo dejaría esperando.

-Claro que si-respondió con seguridad. No le hizo ver al científico para saber cuanto dudaba de que eso pasara. Sus pensamientos eran gritos de desesperanza, otra cosa que le molestaba bastante.

-Quizás no, quizás lo mejor es que no lo hagan-susurro muy por lo bajo. Charles se detuvo justo antes de ingresar al baño, su cuerpo se había puesto tenso y sus manos se apretaban contra las ruedas de la silla-. Tal vez tenías razón la otra noche cuando...

-Estaba ebrio-lo detuvo de ante mano, recordaba muy bien esa charla y se arrepentía mucho de haber expresado sus pensamientos en voz alta. Ahora Hank parecía darle la razón a esa parte de su mente, y quizás era lo más razonable, pero no quería creerlo. No podía haberse equivocado tanto.

-Pero tiene mucho sentido si lo piensas-agrego. El telepata sentía los ojos ajenos clavados en su espalda. Sabía que Hank solo quería ayudar con todas estas cosas, ayudarle a afrontar las posibilidades así las digería mejor: ayudarle a aceptar que quizás no caminaría de nuevo, ayudarle a entender que quizás Erik no volvería, ayudarle a afrontar que quizás no era su omega-. Tu mismo lo dijiste, Erik se sentía como un omega frente a su alfa cuando estaba con Shaw. Se sentía exactamente como debía sentirse... nunca le paso eso contigo. 

-Eso es por que Shaw le engaño, por que él lo uso y...

-Quizás si, pero quizás no. Quizás tu omega esta allí, en alguna parte del mundo, esperando encontrarte. Tal vez las cosas con él serían más fáciles, podrían ser felices-continuo Bestia, intentando animarle. No era la primera vez que Hank pensaba esto, y sabía que todos esos pensamientos nacieron de sus propias palabras. Maldijo el día en que se emborracho y empezó a soltar todas esas cosas, que estaban en el fondo de su mente, al mutante azul. Ahora el científico tenía eso para atacarle, para querer hacerle entrar en razón.

-No. Erik es para mi, es perfecto para mi... tal cual siempre lo quise. Yo lo reconocí cuando lo vi, cuando lo encontré, yo lo vi y supe que era para mi-repitió en voz alta las mismas palabras que solía decirse para auto convencerse, para acallar todos esos otros pensamientos que últimamente surgían en su mente. Esos pensamientos que eran más racionales y que no encontraban sentido a ciertas cosas.

-Quizás fue eso, era exactamente lo que tu querías y al verlo te auto engañaste-la voz era seria, sin acusación ni pena. Charles apreto los labios, por que no era la primera vez que lo pensaba. Desde que Erik se fue, sin mirar atrás, esos pensamientos parecían no querer abandonar su cabeza. Ahora que estaba lejos de él algo en su mente no dejaba de decir que se había auto hechizado ante ese omega majestuoso y perfecto, y que teniéndolo lejos ahora podía ver la verdad. No tenía su cuerpo, sus ojos, su compañía, sus conversaciones, su aroma, su mente atontandole y podía ver todas esas cosas desde una posición más neutra-. Quizás hay alguien más adecuado para ti en algún lugar.

-No hay nadie más perfecto para mi que Erik-aseguro, dando la conversación por terminada y metiéndose dentro del baño.

Hank suspiro al quedar solo en la habitación. La puerta del baño se cerro y supo que Charles no saldría hasta que él se fuera. Él no quería ser cruel, no quería lastimar al profesor, pero mucho menos quería verlo derrumbarse si alguna de todas esas cosas que había planeado y en las que tenía fe, se derrumbaban. Paseo la mirada por el cuarto, sus ojos quedaron clavados en la cama del telepata... al menos era un avance que hubiera vuelto a dormir en su cuarto. Miro la almohada que no pertenecía a esa cama, era la almohada del cuarto de Erik... era un tanto gracioso que ahora la reconociera tan fácilmente.

Flashback

Moira se había ido luego de que Chales le borrara la memoria, no había sido un secreto que el telepata se sintió mucho mejor cundo ella se marcho. Tenerla cerca lo molestaba muchísimo, en parte por que sentía que era su culpa que Erik se fuera. Aunque si era sincero, también era por ella que se encontraron. Pero si ella no hubiera intervenido, si ella no hubiera empezado a disparar como una demente, todo hubiera sido distinto. Ellos podrían haber sido felices, ellos estarían juntos ahora.

Ni bien la agente se fue, Charles volvió a su estado de extravió. Hank lo había subido al segundo piso y empujo la silla hasta su habitación, pero como siempre, el hombre siguió rodando y se metió en la de Erik. Desde el día de Cuba pasaba casi todos los días allí, abrazado a la almohada, oliendo las poleras de cuello de tortuga, enredado y aferrado a la ropa ajena como si fuera una balsa en el mar. Hank no necesitaba tener un oído super sensible para sentirlo sollozar, susurrar el nombre de su omega, e implorar por lo bajo. La forma en la que Charles seguía llamando a Erik como un mantra, le ponía sumamente nervioso. ¿Y que tal si perdía la razón? Xavier tenía pensamientos muy fuertes, su poder mental era asombroso, y una mente muy intensa siempre tenía una posibilidad de caer en la locura ante la desesperación. Un telepata demente no era algo muy prometedor tampoco. 

Ya había intentado varias cosas, pero separarlo de las cosas del magnético parecía imposible. Parecía adicto a su aroma, desesperándose por la abstinencia. Sabía que si Charles no estuviera en silla de ruedas ya habría ido a buscarle. Hank no podía evitar sentir pena, quizás por que compartía los sentimientos. Se sentía tan extraviado como el profesor, aunque las razones fueran distintas. Sean y Alex no eran de gran ayuda, aunque querían mantener la normalidad. Luego de volver del hospital (donde tuvieron que mantenerlo dopado la mayor parte del tiempo, ya que su mente estaba completamente descontrolada), las cosas seguían una rutina deprimente, desayunos solitarios, con suerte un almuerzo juntos, y luego cada uno metidos en sus propias historias y problemas. No era difícil ver que Alex y Sean también estaban deprimidos, aunque Hank no averiguo muy bien el por que, suponía que por la perdida.

Hank varias veces había ido a llevarle el desayuno a Charles, o a incentivarlo para que saliera. Prefería ser él, ya que Sean y Alex parecían poner nervioso al telepata. Al parecer había menos vergüenza en verse patético ante un científico que ante los otros dos adolescentes. Y Hank no podía evitar sentirse asustado cada vez que lo veía. Tirado en la cama, a veces en la misma posición a lo largo del día, con los ojos siempre llenos de lagrimas y rojos, y la mirada azul completamente perdida y apagada. Y lo único que parecía decir en esos momentos era “Erik, Erik, Erik”. Pero no es como si él pudiera hacer mucho más que apoyarlo, querer animarlo y hacer que salga. No podía obligarlo a vivir, ser el de antes, estabilizarse. Solía mencionarle que debía bajar, que debía hablar con los chicos, que debía iniciar el tratamiento... pero Charles o no le escuchaba, o (estaba casi seguro) de que le ignoraba para seguir en lo suyo.

El mutante azul suspiro al escuchar de nuevo los sollozos que intentaban ser contenidos. Apretó los labios, sabiendo que no había nada que hacer, y se fue a su cuarto. Quería terminar el nuevo suero, él quería volver a ser el de antes, no podía dejarse embriagar por la depresión... aunque había momentos en que esta también lo derrumbaba.

**

Fue tres días después que en medio de la noche lo despertó el sonido de algo estallándose contra la pared y partiéndose en mil pedazos. Se levanto de un salto y salio del cuarto, viendo a Alex salir también, confundido, adormilado-Yo me encargo-susurro, el rubio apreto los labios pero no discutió, volviendo a meterse en su cuarto. 

Hank fue directamente a la habitación de Erik, cuando abrió la puerta el aroma a perfume de hombre lo mareo. Charles estaba tirado en el piso, sollozando, y los fragmentos de vidrio y el liquido estaban desparramados en la pared enfrente de él. El científico se quedo estático un momento, sin saber que hacer. Finalmente el profesor volteo el rostro hacía a él y los ojos azules estaban llorosos, tristes y con una chispa de enojo.

-Se ha ido, se ha ido...-susurro, antes de llevarse una mano al rostro, intentando contener las lagrimas. Hank finalmente reacciono y camino hacía a él, lo alzo sin pedir permiso, y lo estaba por poner en la cama cuando el hombre se removió-No, no, ponme en la silla...-no dudo en hacerlo, aunque algo extrañado. Charles miraba fijamente la cama, con algo de culpa-Se ha ido. Ahora todo huele a mi, su aroma se fue... lo contamine, ni siquiera su perfume sirve para imitarlo, falta él, falta él, falta suesencia. La perdí, se fue. Se fue igual que él, aquí ya nada huele a él...-la voz se escuchaba angustiada, algo desesperada. Hank no supo que decirle, se quedo estático. Ciertamente la habitación ya ni siquiera olía agradable, olía a encierro, a aire viciado, y ahora estaba saturada en perfume. Él varias veces había querido abrir las ventanas para que se ventilara, pero Charles siempre se lo prohibió. Ahora entendía por que, no quería que el aroma se disipara. 

-Quizás si dejas que el aire circule, vuelva a sentirse aunque sea un poco...

-No, no-el telepata negó con la cabeza, y volvió a mirar los fragmentos de vidrio esparcidos, el liquido que se había deslizado hasta mojar la almohada que estaba a su lado, la cual había arrojado con bronca al piso cuando noto que ya no olía a él-Levántala-susurro. Hank siguió la mirada ajena y luego camino a levantar la almohada y la puso sobre la cama, a pesar de que estaba húmeda por el liquido, y seguramente por llanto. Joder, esa habitación era una deplorable ruina. Charles estaba un poco más calmado en la silla, meditando. Tras varios minutos de silencio sus ojo brillaron-La biblioteca, quizás allí... quizás él...-Hank se giro asombrado, viéndolo irse en la silla muy rápidamente. Con una energía que últimamente parecía impropia de ese hombre. 

Lo siguió, por que le daba miedo dejarlo solo, y cuando entraron a la biblioteca volvió a arrugar un poco la nariz ante el aroma viciado. Ese era otro lugar que había querido ventilar. Pero bueno, el tampoco se esforzó demasiado, su propio cuarto olía exactamente igual. 

Charles rodó hacía donde estaba la mesa con el ajedrez, ya podía verse una muy leve capa de polvo, casi nula, pero si eso seguía así pronto todas las fichas adquirirían un color grisáceo. Las copas estaban exactamente en el lugar donde habían sido dejadas por ultima vez, el ingles no había querido que movieran nada. Hank volvió a mirarlo, Charles ahora estaba tocando la silla de Erik, y fue obvia su expresión de desilusión al notar que allí tampoco quedaba rastro alguno del pasado. 

Se alejo lentamente de la silla, contemplo el ajedrez y luego suspiro-¿Me sirves una copa, Hank?-el científico dudo un momento, pero luego se acerco al estante. Tuvo la precaución de no tocar ninguno de los vasos que eran de cuando Charles y Erik estaban allí, tomo uno nuevo y le sirvió una medida de whisky. La medida se transformo en otra, y otra, y otra, y otra... y en algún momento él empezó a beber también. 

En algún momento Charles había empezado a llorar sin contenerse, Hank de nuevo no supo que hacer. Estaba sentado en el sofá grande y el profesor estaba en la silla a su lado. Atino a tocarle el hombro, y eso pareció ser alguna especie de alivio ya que Charles había empezado a hablar.

-Creo que Erik no es mi omega-la voz estaba ahogada por el llanto, Hank se quedo rígido sin saber que responder ante eso. Le miro de reojo, estudiándolo, notando la mirada ajena fija en el piso-. Nunca me reconoció, a pesar de todo lo que pasamos juntos... nunca se intereso siquiera, fui yo quien lo arrastro a todo esto, aprovechando sus hormonas. Él solo se dejo llevar, pero nunca...-el telepata había apretado los labios, ahora miraba su vaso, haciendo moverse el liquido de este con suavidad-Cuando salte por él al océano, yo ya lo conocía, ya sabía que era lo que había deseado toda mi vida... ya sabía que era fuerte, majestuoso, que tenía la clase de mente que suele gustarme y que nunca encuentro en un omega. Una mente tan alfa, tan determinada, tan poderosa... fuerte, auto disciplinada, apta para liderar. Esos no son rasgos clásicos de un omega, y no por que sean débiles o inseguros, sino por que suelen ser más seguidores que lideres. El alfa es quien lidera la manada... y él era un omega, que se sentía un alfa, que podía ser exactamente mi igual. No se sentiría intimidado... quizás fue eso. Quizás eso me hizo sentir que era para mi, por que es perfecto-el silencio reino la habitación varios minutos. Hank bebió de su copa, procesando todo eso, sin poder evitar pensar que quinas era cierto. Charles soltó una risa triste que llamó su atención y volvió a girarse a mirarlo-. Si lo hubieras sentido, su mente, cuando vio a Shaw... todo él estaba revolucionado. Lo reconoció al instante, como deseé que me reconociera a mi, y... estaba subordinado a él, sintiendo la necesidad de obedecerle, lo que nunca sintió conmigo. Una parte de él anhelaba a Shaw por que era su alfa. Quizás yo era el único equivocado, quizás Shaw no lo engaño... quizás eran el uno para el otro-la risa se convirtió en llanto. El telepata había enredado sus manos en su propio cabello, jalándolo suavemente. Su cuerpo volvió a convulsionarse por el llanto-. Yo era quien estaba de más. Quizás nunca fue mio, pero lo ame tanto...-el llanto volvió a reinar en la habitación, y lo único que Hank atino a hacer fue a jalar al hombre hacía a él, con algo de torpeza. 

Lo abrazo, sintiéndolo temblar entre sus brazos. No dejo de llorar hasta que se quedo dormido. 

Fin del Fhashback


Esa noche había sido algo critica, pero luego de ella Hank tenía un nuevo pensamiento sobre la relación de esos dos. Y Charles al recuperarse había negado todo, aclarando que eran solo pensamientos locos de un ebrio, y que Erik era suyo e iba a recuperarlo. El científico no sabía que creer exactamente, no podía negar que todo lo que el profesor le soltó borracho tenía mucho más sentido que la historia muy peculiar donde no lo reconocía en lo más mínimo. 

De igual forma, luego de esa noche Charles volvió a su cuarto, las cosas comenzaron a ponerse en orden, y aunque nada era perfecto parecían ir lentamente hacía un nuevo estado de normalidad. Hank miro de nuevo la almohada, había visto como al día siguiente de la borrachera el alfa iba a buscarla y la traía a su cuarto. No sabía si era bueno, pero quizás con el tiempo pudiera dejar a Erik atrás.

Recordó las palabras ajenas: “No hay nadie más perfecto para mi que Erik”. Miró de nuevo la puerta del baño y suspiro.

-Que sea perfecto para ti no significa que sea lo que necesitas-susurro a la nada, antes de girarse y marcharse del cuarto.


**


Erik tembló cuando se dejo caer, con su espalda pegada al azulejo. El frío del piso contrarrestaba el calor del agua. Las gotas caían sobre su piel, relajandole un poco, aunque a decir verdad el ruido constante del agua chocando contra el casco era molesto. Sintió la puerta del baño abrirse y no se molesto ni en levantarse ni en cubrir su desnudez. Sabía quien era. 

-Esta es una postal sumamente agradable, amor. Deberías esperarme así a diario, aunque es algo peculiar con ese casco-finalmente el magnético abrió los ojos, mirando con algo de molestia al alfa. La mujer solo acentuó la sonrisa, dando pasos seguros hacía la ducha, caminando con maestría en los altos tacones blancos, a pesar de que el piso estuviera mojado-. ¿Necesitas mi ayuda? Deberías quitarte ese casco, el cabello debe ser un asco debajo-ella se había arrodillado a su lado, sin perder la elegancia. Su cabello rubio se estaba humedeciendo por las gotas que salían dispersas, pero no parecía importarle.

-Vete de aquí Emma, no tengo ganas de verte ahora-la chica rodó los ojos, antes de estirar la mano y acariciar el mentón del omega. A pesar de todo Erik se quedo quieto, los ojos claros de ambos se estudiaron un momento, antes de que ella se inclinara y le besara suavemente el mentón.

-Déjame que te cure-susurro contra su piel. El magnetico asintió apenas, cerrando los ojos. Ella sonrió y se levanto yendo a buscar el botiquín y volvió con un algodón y un poco de desinfectante. Limpio la piel del cuello con suavidad, quitando la sangre que ya había sido un poco lavada con el agua-¿Día difícil?

-Fue más difícil de hablar con Creed de lo que creía-admitió, arrugando un poco la nariz al sentir el ligero ardor del desinfectante. La chica solo acentuó la sonrisa. Emma tenía la manía de no querer dejarlo solo, y lo incentivaba constantemente a sacarse el casco, en parte por que le molestaba no poder entrar a sus pensamientos. Igualmente, Erik sabía lo que la rubia creía, y cual era la razón para no dejarle solo. 

-Eso es por que haces todo mal, en vez de usar tus encantos omegas vas y te pones como una alfa rudo y dominante enfrente de alfas rudos y dominantes y solo quieren destrozarte, en el sentido que ellos prefieran-el magnético rodó los ojos. Aunque estaba acostumbrado a estar rodeado de alfas y betas, los de la Hermandad eran más bruscos. En la mansión nunca se sintió diferente por ser un omega, aunque mucho de eso tenía que ver con Charles. Apretó los ojos con fuerza, queriendo apartar los pensamientos sobre el telepata. Cada vez que pensaba en él lo embargaba la culpa, se sentía desestabilizado, perdía un poco el control de si mismo. Por eso Emma tampoco quería dejarlo solo. 

-¿Tengo que mostrarme indefenso para no herir sus egos?-bufo. La rubia volvió a reírse, mirándolo divertida. Erik sonrió apenas en respuesta, a veces no era tan malo tener a la telepata cerca, ayudaba a distraerse. Con Raven no pasaba lo mismo, ayudaba a recordar-Te olvidas que soy Magneto, no voy a andar subordinandome ante nadie, menos para no herir sus egos de alfas inseguros. Tanto humanos como mutantes se equivocan si creen que por que soy omega soy menos-la chica estudio la sonrisa ajena, entornado un poco los ojos.

-Hay un hombre al que si te subordinas-comento ella. La diversión de los ojos ajenos se borro por completo, y bufo, levantándose, apartando a la rubia sin delicadeza. No se preocupo por su desnudes, con tranquilidad camino hasta el espejo para estudiar su herida, y luego se envolvió una toalla en la cintura.

-Largo de aquí Emma, no quiero verte en lo que queda del día-comento, conteniéndose de tratarla peor. La chica se levanto con elegancia, sin dejar de sonreír. Cuando paso a su lado le acaricio ligeramente el caso, lo cual hizo que la mirara con más molestia aun. Emma solo acentuaba la sonrisa cuando lo miraba de aquella manera.

-No te vuelvas loco en mi ausencia-cuando la chica se fue Erik se miro al espejo. Los ojos los tenía ligeramente inyectados con sangre. Estaba cansado, últimamente no podía dormir bien, y sentía que su cuerpo podía fallarle. También por eso se había recostado en la bañera. A veces simplemente perdía las fuerzas. Su mente de pronto se quedaba en blanco y se limitaba a gritar, gritar con fuerza, desesperada, buscando eso que le sabía que le faltaba. Sabía que todo eso era por haber matado a Shaw, a su alfa, y saber que no lo tendría cerca. Paso algo similar cuando lo abandono la primera vez, aunque más débil. Ahora su mente se revolucionaba por completo, queriendo robarle las fuerzas, al parecer sin comprender que su alfa había muerto. No había caso en buscarle. Había aprendido a vivir sin él, sus instintos tenían que volver a entender que no les hacía falta.

Toco los ligeros rasguños que tenía en el cuello. Credd lo había atacado, pero él estaba seguro que tarde o temprano se les uniría. Al parecer el mutante estaba en sus propios asuntos, pero si realmente hubiera estado molesto con la causa o la propuesta de Magneto, le hubiera degollado el cuello en vez de solo rasguñarlo. Sus dedos se deslizaron por las marcas apenas rojizas. Sin poder evitarlo recordó como hace no mucho lo había tenido marcado de una manera sumamente diferente. Las marcas rojas de Charles se había borrado hacía mucho de su piel. Al principio fue un alivio, ya que verlas solo le recordaba las palabras de Shaw diciéndole que era una puta, pero cuando paso varios días sin ellas, en su cuerpo se instalo un nuevo tipo de angustia. Extrañaba a Charles, más de lo que quería admitir. 

Pero no había lugar para pensar en él, ahora estaba metido en La Hermandad. Era su líder, tenía que estar concentrado en eso e ignorar esos malditos instintos que parecían desesperados por encontrar un alfa que lo cuidara, bueno, no cualquier alfa... Charles. Se masajeo la parte de la frente que no cubría el casco y suspiro. Tenía que ser fuerte, ahora tenía gente detrás suyo. Ahora lideraba algo. Quizás no era el alfa que alguna vez deseo ser, pero era fuerte, tenía gente bajo su mando, era un líder. Era más de lo que alguna vez deseo, luego de matar a Shaw pensó que nada quedaría de él, pero aquí estaba, liderando un grupo mutante. 

Charles Xavier era parte del pasado. Él no quiso unirsele.


**

Raven apreto los puños al ver a Emma salir del baño. Maldita mujer que parecía pegada cual babosa a Erik. Parecía no querer dejarlo ni a sol ni a sombra, quería ignorar sus propios celos, tenía que concentrarse en la misión que Charles le encomendó. Pero al verlos tan juntos no podía evitar estar celosa. Tanto por ella misma como por su hermano. 

No había esperado que Erik se buscara un nuevo alfa, no tan rápido. No pudo evitar sentirse un poco molesta por eso. El hombre parecía evitarla un poco, estaba muy concentrado en sus misiones y cuando estaba libre Emma andaba a su alrededor. Si no fuera por que tenía todo el tiempo el casco puesto, empezaría a pensar que la telepata lo controlaba. Ya no era el mismo Erik que había conocido en la mansión, que a pesar de ser un tanto distante, era más unido, un poco más sonriente, más relajado al tener a Charles cerca. Este hombre era más frió, solitario, y más determinado hacía la causa. A veces se preguntaba si era el mismo Erik al cual Charles había amado tan profundamente. Sus ojos celestes parecían hielo, ya no eran tan expresivos como lo fueron durante su breve tiempo en la mansión.

Raven imaginaba que este mismo Erik era el que había estado solo tantos años. Antes de que Charles apareciera en su vida, siempre debió ser así. Enfocado en sus causas, casi sin concentrarse en vivir su propia vida. Viviendo para sus motivos. Respirando para pelear.

Casi sin pensarlo, la metamorfa camino hacía el baño. Abrió la puerta sin pedir permiso siquiera y fue recibida por la figura de Erik, aun semidesnudo. Evito mirarlo demasiado, prefirió centrarse en esos ojos que lo miraban un tanto asombrados pero aun mas molestos. La molestia era algo muy regular últimamente en esos ojos celestes. Parecía molesto la mayor parte del tiempo, y Raven había notado que cerca de ella solo parecía incrementarse.

-¿Que se supone que estas haciendo aquí, Mystique?-eso era algo que habían adoptado también. Ya no eran Raven y Erik, no en voz alta al menos, eran Magneto y Mystique. La beta creía que habían adoptado aquellos términos por que sus verdaderos nombres eran un recuerdo constantes de la mansión. O al menos así lo era para ella. Raven era la hermana de Charles, y al escuchar ese nombre la chica quería volver con su hermano, o al menos verlo. No sabía si a Erik le ocurría lo mismo, aunque suponía que quizás era algo similar. Quizás Erik se acordaba de su vida pasada, o quizás solo de Charles, pero lo cierto era que no soportaba que nadie utilizara su nombre, solo podía enfurecerlo más.

-¿Que hacía ella aquí?-fue directo al grano, entornando sus ojos amarillos. Noto la sonrisa cínica de Erik y como este volvía a concentrarse en su propia imagen en el espejo. Estaba afeitándose el vello naciente, que apenas y se notaba. La navaja se movía sola, majestuosamente, raspando su piel con cuidado y destreza. 

-¿Esto es una escena de celos? No lo esperaba de ti-dijo, aun con esa sonrisa arrogante y molesta. Parecía su única forma de sonreír últimamente. Ya no había de esas sonrisas enormes que ocupaban toda su boca y que daban algo de miedo al mostrar todos sus dientes. Raven nunca pensó que podría extrañarlas.

-Y yo no esperaba que te buscaras un remplazo tan pronto-en un ultimo movimiento la navaja termino su tarea. Magneto la miro de reojo, el odio brillando en sus ojos. Supo que debía sentir algo de miedo, sobre todo cuando el otro tenía en su poder un objeto filoso, pero no se amedrento. Se mantuvo en sus sitio, mirándole segura. La navaja voló de nuevo a su lugar, en el lavado, y la rubia supuso que el hombre debía estar conteniéndose de usarla.

-Logras molestarme en un tiempo récord, vete. Luego hablamos.-el omega le dio la espalda, pretendiendo ignorarla mientras terminaba de acomodarse la toalla, dispuesto a salir. Ella no le permitió tener espacio, ni mucho menos tiempo a solas. Había venido a hablar, y no iba a marcharse hasta que dijera todas esas cosas que ya no podía callar.

-Últimamente estas molesto todo el tiempo. Estas todo el tiempo enojado, eres infeliz aquí-un bufido la interrumpió, Erik se había girado a mirarle con una ceja alzada y una sonrisa burlesca.

-¿De que carajos estas hablando? Estoy conforme aquí, estamos por cambiar el mundo. Salvaremos la vida de miles de mutantes, ayudaremos a la evolución. Este es mi lugar-no era la primera vez que esas palabras eran pronunciadas, ni mucho menos carecían de emoción. El hombre realmente creía en ellas, realmente tenía fe y fuerzas puestas en esa causa. Y era admirable, si no fuera por que cada vez parecía más un demente que un buen líder. Si no fuera perdiendo cada vez más su humanidad, todo lo otro estaría bien.

-Lo extrañas. Sabes que si... te mueres por verlo-lo dijo segura, pero por lo bajo. No le paso desapercibido la forma en la que todo el cuerpo de Erik se tenso. Los ojos se volvieron un poco más oscuros. Quizás debía arrepentirse de sus palabras, pero no iba a hacerlo. Era la verdad, al menos la verdad que ella creía. La única razón que encontraba para cambios tan tangibles era que ese omega no sabía que hacer o como comportarse, sintiéndose desesperado por estar con su alfa. Con Charles.

-Fuera de aquí, Raven-la voz era sumamente tensa. De pronto el aire parecía mas turbio. La elección del nombre no había sido casual, o quizás si, pero no era un simple descuido. Los pensamientos sobre Charles lograban desestabilizar a Magneto, quizás por eso era que pasaba tanto tiempo ignorando que había existido esa parte de su historia. Cuando la chica ni se movió la navaja volvo amenazadoramente hacía a ella. El omega se giro a mirarla y no había piedad en sus ojos-. Que te vayas-repitió con ira que casi no podía ser contenida.

La chica lo estudio un momento, sintiendo miedo, pero incapaz de moverse. Había venido a enfrentarle, no quería dar marcha atrás. Cerro los ojos un momento y respiro hondo, antes de adoptar una forma que ya tenía bien estudiada. La piel azul fue desapareciendo lentamente, para dar lugar a la tez cremosa, con suaves pecas. Su desnudes se transformo en un elegante traje. El cabello rojo tomo otra forma y un color castaño. Sus ojos dejaron de ser de ese tono amarillo para volverse azules y profundos, a pesar de que no eran capaz de imitar toda la expresividad de los de su verdadero dueño. 

La navaja cayo instantáneamente al piso, los ojos de Magneto... no, los ojos de Erik ahora lo estudiaban con verdadero asombro. Noto la forma en la que las manos ajenas temblaban suavemente, antes de que el hombre las cerrara en puño. Era asombroso como esa mirada había vuelto a cambiar, a ser la que Raven recordaba de hace un mes atrás. El anhelo era imposible de disimular. Erik dio un paso al frente, aun con esa expresión de incertidumbre... pero cuando olfateo disimuladamente el aire su mirada volvió a ser fría, incluso más que antes. Quizás por sentirse burlado al respecto. El hombre miro al piso en vez de mirarla a ella, los puños estaban apretados con más fuerza, poniendo blancos sus nudillos. Mystique no sabía si volver a su forma azul o quedarse así, ¿que era peor?

Cuando el omega volvió a mirarla sus ojos aun eran fríos, y la observaba de una manera un tanto despectiva.-Si lo extrañas, vuelve con él. No voy a molestarme. Pero nunca, jamas, vuelvas a hacer eso-la empujo al pasar a su lado, su cuerpo se notaba tenso a pesar de que apenas y se tocaron. Raven se quedo estática, sin saber que decir o que hacer. Continuo observando el lugar donde el otro había estado parado minutos antes y de pronto se sintió un tanto tonta, y cruel. Definitivamente esa no fue la mejor idea. Así nunca iba a lograr que Erik volviera con Charles. El tiempo pasaba cada vez más, las cosas se complicaban, y no sabía como iba a lograrlo. Extrañaba a su hermano, no sabía nada de él desde hacía un mes, desde ese día en Cuba. Ni siquiera sabía si ya se había curado de la herida de la bala, esperaba que si.

Salio del baño, pensativa. Necesitaba verlo, ya no lo aguantaba. Camino rápidamente a su cuarto y tomando alguna de sus cosas. Se colgó una cartera donde guardo algo de dinero y se miro al espejo un momento. Ni bien saliera de allí iba a abandonar esa forma azul. Necesitaba ver a Charles, aunque solo fuera por ese día. Luego volvería, pero necesitaba hablar con él, pedirle ayuda sobre como convencer a Erik.

Salió de su cuarto rumbo a la cocina. Se había instalado en una casa alejada, idea de Azazel, que la había encontrado abandonada. Quizás no era lo mejor, pero de momento era la única alternativa (a pesar de que Magneto parecía muy entusiasmado con la idea de hacer una cueva de metal en algún lugar). Había un camino largo hacía la ciudad, iba a ser difícil encontrar en que ir, pero no era como si pudiera comentar con alguien lo que quería hacer.

-¿Vas algún lado?-Mierda. Se giró a mirar al propietario de la voz, lo había reconocido por su acento, pero igualmente quería confirmar. Azazel la miraba un tanto divertido-Sabes que no sera muy fácil llegar a ningún lugar desde aquí, ¿quieres que te lleve?-definitivamente no había esperado ese tipo de oferta. Dudo un momento antes de asentir.

-Necesito estar en el centro-prefirió no darle más detalles. Ese hombre no tenía por que saber a donde iba. El demonio asintió antes de acercarse a ella. La cola delgada se enredo en su muñeca, mientras él la miraba un tanto divertido. Raven mantuvo una expresión neutra. Segundos después sintió un jalón un tanto peculiar, como si fuera vértigo, antes de que sus pies volvieran a sentirse firmes contra el piso. Habían aparecido en un callejón solitario. Azazel siempre parecía saber cual era el lugar exacto para aparecer. 

Se aparto varios pasos, sin mirarlo y miro sus propias manos un momento, antes de comenzar a transformarse en la imagen que la había escondido tanto tiempo. Ahora se sentía extraña, sin saber quien era más ella misma: ¿Mystique o Raven? Su piel volvió a ser blanca, como lo fue tantos años de su vida, y el pelo rubio creció hasta por debajo de sus hombros. Azazel la miraba con atención, pero ella prefirió ignorarlo. Se sentía algo incomoda usando de nuevo ese disfraz, aunque al mismo tiempo se sentía más ella, la “Raven” que siempre fue. 

-Aunque te ves bien, lucias mucho más hermosa antes-el comentario le tomo por sorpresa. La única persona que realmente parecía contemplar con admiración su mutación era Erik, al menos antes. Le miro fijamente, sin saber que decir, y luego frunció el ceño.

-Debo irme, gracias-el hombre sonrió y asintió antes de dar un paso atrás y desaparecer sin más. Ella se quedo mirando el lugar donde aun flotaba un poco de humo. No se había esperado aquel comentario, a decir verdad nunca había mirado a Azazel con demasiado entusiasmo, al menos no ese tipo de entusiasmo. Pero no era un hombre desagradable. Prefirió dejar la reflexión para después, salio con cautela del callejón y camino un par de metros antes de estirar su mano frenando un taxi.

El camino de regreso a la mansión la tenia algo nerviosa. Su estomago estaba revolucionado, no podía evitar sentirse ansiosa al volver a ver todas esas cosas tan conocidas, sobre todo cuando niña. El coche la dejo en la entrada, y ella bajo algo preocupada. A pesar de que no era muy tarde todo estaba a oscuras y en absoluto silencio. Eso la hizo fruncir el ceño, y entro con algo de precaución. Ni bien abrió la puerta lo primero que visualizo fue a Bestia subiendo las escaleras, el hombre se giro algo asombrado, y su expresión se volvió más incrédula al verla.

-¡Hank, por dios, que em...!-no pudo terminar de hablar antes de que el mutante desapareciera, subiendo rápidamente por las escaleras y perdiéndose por el pasillo, con claro rumbo a su habitación. Ella no dudo en lo más minino en subir las escaleras corriendo, queriendo alcanzarlo. La puerta se azoto justo cuando ella llego al primer piso, pero de igual manera se acerco, y golpeó con algo de fuerza-¡Hank, ábreme por favor! He venido a verlos, quiero saber si están bien y si...

-Estoy perfectamente bien, Raven. Solo no quiero que me veas así-la chica se sintió algo turbada al sentir su nombre en voz alta. No se aparto de la puerta, intento abrirla, solo para descubrir que había sido trabada.

-¡Ya te he visto así, Bestia! Y estas bien, hermoso, eso es lo que eres y...

-Raven, no, simplemente no. No empieces con eso, no me interesa escucharlo-la chica se quedo callada un momento. Aun mirando la puerta. Era obvio que Hank no iba a abrirle, ¿en verdad había pasado todo este mes escondido, sin aceptarse? La idea le revolvió el estomago, algo disgustada con la idea de que aun quisiera ser “normal”.

-¿Donde esta Charles?-pregunto en un murmullo, no se movió de su lugar, aun renuente a irse. Escucho un suspiro desde el otro lado de la puerta, y unos pasos fuertes ir hacía esta. 

-En su cuarto o en la biblioteca-respondió. La chica se aparto varios pasos, pero cuando estaba por irse volvió a escuchar la voz ajena-. No esta igual que siempre, no te sorprendas Raven, y no comentes nada. Solo... actúa normal.

Aquellas advertencias la hicieron sentirse un tanto extraña, sin saber que esperar-Esta bien-respondió en un susurro inseguro. Miro por ultima vez la puerta de la habitación del chico antes de girarse y caminar hacía la habitación de Charles. Lo que Hank le había dicho le había puesto un poco nerviosa ¿acaso su hermano se había vuelto tan frió como Erik ante la separación? Le costaba imaginárselo cruel, sobre todo cuando siempre fue tan amable, tan bueno. Apresuro los pasos rumbo al cuarto del telepata. La mansión estaba igual que la recordaba, pero con un aire distinto. Todo parecía... triste. 

Cuando llego a la puerta golpeó suavemente-¿Charles?-lo llamo en un susurro, pero no obtuvo respuesta. Golpeo nuevamente, esta vez con un poco más de fuerza-¿Charles?-repitió, y aunque nuevamente no obtuvo respuesta esta vez pudo escuchar un sollozo ahogado. Algo alarmada abrió al puerta y camino hacía dentro un par de pasos, y se quedo estática-¿Charles?-pregunto nuevamente, en un susurro tímido. El cuerpo en la cama se giro hacía ella, o mejor dicho, volteo el rostro para mirarla. La chica ahogo un jadeo al ver los ojos de su hermano, rojos y llorosos, con oscuras ojeras debajo.

-¿Raven?-la voz de pronto sonó ansiosa. Charles se movió, sentándose como pudo en la cama, la chica no pudo evitar notar que no movía las piernas, eso la alarmo aun más. Los ojos azules ahora la miraban con suma ansia-¿Esta aquí? ¿Erik esta aquí? Dime que vino contigo, por favor, en...-el alfa detuvo solo sus palabras, al ver lo culpable de los ojos de la chica. Aquellos orbes que habían mostrado un mínimo de ilusión volvieron a apagarse, transformándose en opacos-Él no viene contigo-la desilusión era imposible de controlar. 

Raven tembló, sintiéndose cada vez más culpable. Debió traerlo, pero sabía que Charles se encontraba asi-Soy solo yo-admitió, con pesadez. Los ojos del telepata volvieron a estudiarla, antes de que él sonriera.

-Eso ya es mucho, estas aquí... estoy tan feliz de verte-aunque se mostraba emocionado no era ni cercano a lo que había estado segundos antes, ante la posibilidad de que Erik estuviera allí. Raven apreto los labios, sintiéndose fuera de lugar. Le devolvió la sonrisa, algo insegura-Ven aquí, mi hermana, te he extrañado tanto-la chica miro nuevamente las piernas ajenas, que seguían tan estáticas como el momento mismo en el que entro. 

Camino hacía a la cama, más que nada por instinto. Vislumbro la silla de ruedas y sintió su pecho hundirse, llenarse de culpa. Joder, habían dejado a Charles invalido. Lo había abandonado en una playa de Cuba, lastimado, sin poder mover las piernas, solo ante la fortuna. Los ojos se le llenaron de lagrimas y apresuro el paso, hasta llegar a la cama, pero sin animarse a inclinarse.

-No es tan malo como crees, voy a recuperarme-aseguro el mayor, aunque la propia voz no sonaba de todo convencida. Las lagrimas se deslizaron por las mejillas de la metamorfa y se mordió los labios para ahogar un sollozo-. No llores cariño, recuéstate conmigo... hace tanto que no te veo...-con algo de inseguridad la chica se metió en la cama, Charles había abierto los brazos para recibirla y ella dudo solo un momento ante de acurrucarse contra estos, aun sintiéndose extraña, pero protegida.


-Yo no sabía, de haberlo hecho habría venido antes y...

-No es tu culpa, yo te pedí que fueras con él-Charles le beso la frente, pero eso no ayudo demasiado, las lagrimas continuaron cayendo, sintiéndose molesta consigo mismo, con Erik, con Moira, con Charles, con todos. El silencio reino en la habitación durante unos minutos, antes de que el telepata suspirara-¿Como está?-la pregunta no le tomo por sorpresa, se obligo a alejar cualquier posible pensamiento sobre que Erik y Emma estuvieran juntos. No era algo que necesitara saber, no ahora.

-Bien-no supo que más decir. Aunque había venido a pedir ayuda ahora le parecía absurdo contarle todos los problemas, lo raro que lo notaba, lo extraño que estaba con ella, lo unido que estaba a Emma, lo cruel que parecía últimamente. Decirle todo eso iba a ser en vano, Charles lucía demasiado extraviado, sin duda nunca se imagino verlo así. Era devastador. Erik era un idiota, debería estar aquí, con Charles, cuidando de él.

-Raven, puedo... por favor. Hace que tanto que no lo veo, podrías solo por un momento...-Charles la miraba ilusionado, ella suponía lo que quería, pero tenía miedo de equivocarse. Lo estudio con la mirada, hasta que finalmente el profesor suspiro-Solo un momento ¿puedes mostrármelo?

-¿Para que? Sabes que es una copia, no es él-le aclaro, como si fuera necesario, como si el telepata no conociera su mutación tan bien como ella misma. Los ojos azules se empañaron de lagrimas un momento, y se sintió culpable de haber dicho aquello, quizás lo mejor hubiera sido fingir.

-Lo sé, pero al menos quiero verlo-la chica estudio la mirada ajena antes de asentir. Segundos después, sus escamas se transformaron, dejando atrás su blanca piel y su cabello rubio, para que este fuera más corto y rojizo, y la piel un poco más bronceada. Una polera de cuello de tortuga convino la trasformación, para darle al telepta exactamente el mismo Erik que recordaba. Su hermano sonrió con pena, y ella cerro los ojos dejando escapar un suspiro cuando la suave mano acaricio su pómulo y su mandíbula marcada. 

El cariño y el anhelo en los ojos azules era indisimulable.

-Lo extraño-admitió sin vergüenzas el telepata, cosa que le dio gracia, Erik tenía tantos problemas para decir las mismas palabras. Eran todo un caso, pero cuando estaban juntos parecían complementarse a la perfección. Ahora pensaba que ella debió hacer más ese día, hacer algo, para que Erik se quedara, para que ninguno de los dos estuviera sufriendo como estaban ahora-Cuando recupere las piernas quiero verle-continuo Charles. La mano continuo acariciando su piel, con absoluta devoción. ¿Con esa suavidad Charles tocaba a Erik? El polaco era un idiota por haberse ido, por dejar a ese hombre que besaba el piso por el que él caminaba. Ella solo estaba mostrandole una copia e igualmente los ojos azules estaban llenos de puro amor, igual su toque era cálido y cargado de emoción.-¿Crees que él me acepte?

-Es un tonto si no lo hace-respondió sin dudar. Su hermano se veía inseguro, y eso era algo extraño en él. Era algo que ella no estaba acostumbrada a ver, Charles Xavier era tan fuerte, pero ahora solo parecía el cascaron roto de lo que alguna vez fue. Apenas sonó una pequeña risa, deprimente, a modo de respuesta.

-¿Pero crees que lo haga?-insistió el mayor, queriendo encontrar una respuesta más sincera. Raven dudo, ¿iba a aceptarlo? Hoy se había mostrado ilusionado cuando ella tomo la forma del alfa, pero fuera de eso, parecía detestar cualquier cosa que se lo recordara. Entonces ¿lo aceptaría, o no? Era demasiada incertidumbre. Erik era demasiado impreciso.

“Realmente no lo se”-admitió mentalmente. 

“Miénteme entonces”

-Si.-respondió de inmediato, para hacerle sentir seguro. No sabía que iba pasar entre ellos, pero si sabía que era lo que su hermano necesitaba escuchar, y ella iba a dárselo-Ustedes volverán a estar juntos.-agrego, con muchísima más convicción de la que sentía. 

-Para siempre-Charles no le quitaba los ojos de encima, estudiando cada facción como si quisiera grabarsela milímetro a milímetro. Se quedaron en silencio, mirándose. A pesar de todo el telepata parecía evitar sus ojos, quizás por que ella no sabía mirar igual que Erik. De a poco la respiración del hombre se volvió más calmada, sus parpados fueron cayendo cada vez más, hasta que estaba medio dormido-. No vuelvas a dejarme, Erik-susurro, acurrucandose contra su cuerpo. Raven lo apreto entre sus brazos, sintiendo los ojos arder nuevamente.

-Lo traeré, lo prometo-respondió, a pesar de saber que su hermano ya estaba dormido.


**


Se despertó agitado, conteniendo apenas el grito que quería escapar de sus labios. Sus sueños cada vez se liaban más, recuerdos del pasado, mezclados con sus días en la mansión, liados aun más por los sucesos de esa tarde en Cuba.

"Deseamos lo mismo"

"Lo siento, mi amigo, pero no es asi"


Las palabras hacían eco en su cabeza, recordaba los ojos de Charles, como su cuerpo se había sentido entre sus brazos, lo mucho que había querido quedarse con él, tenerlo entre sus brazos. pero también recordaba la forma en la que se le rompio el corazón.

Ese había sido un día de demasiadas emociones, ver de nuevo a Shaw, enfrentarlo, cumplir su destino. Y luego que los humanos quisieran atacarles, la discusión, Charles, Charles, Charles, Charles. Él lo había herido, pero no quiso, no quiso, fue esa estúpida y maldita mujer.

-No quise herirte-susurro, sintiendo las lagrimas caer por sus mejillas. Sabía que esa noche no podría dormir, cuando no eran los sueños de Shaw lo que lo liaban eran los recuerdos de Charles. Esos dos alfas iban a enloquecerlo de por vida. Llevo las rodillas a su pecho y apoyo la frente en estas, mordiendose los labios-. Te extraño-que Mystique se lo hubiera mostrado hoy le había resultado perturbador. Su corazón se había acelerado, todo su cuerpo había vibrado. No pensó que lo necesitara tanto-. Te extraño tanto.

 

 

Notas finales:

Bueno, perdon para aquellos que querían que quedara aquí, pero la mayoría quería un final feliz y en unico capitulo era imposible. O al menos no logre hacerlo, no con todo lo que querían ¬¬ xD ¡Pervertidos!

Asi que, nos estaremos viendo en la segunda parte. Espero que no se les vuelva muy pesado. Tengo fe en que les gustara (?) 

Muchisimas gracias a todos los que acompañaron hasta aqui, realmente he sido muy feliz con su apoyo, con que se tomen el tiempo de leer la historia, y en comentar tambien. Espero que hayan disfrutado leerla como yo disfrute escribirla. Es la primera historia a la que le doy fin *_* (si, si, se que aun falta, pero es una pequeña victoria, normalmente abandono todo)

En fin, son las tres de la mañana y madrugo, asi que me retiro prometiendo verlos tan pronto como se pueda. Recuerden que tengo otras mini historias en mi perfil. Una nueva que se llama "Mio" Mcfassy. Por ahora es un shot, pero capaz q lo alargue.

En fin, mañana respondere sus comentarios del capitulo anterior. ¡Besos!


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