1807...
Miraba desde los arbustos en donde me escondía, la trampa para atrapar un ciervo que había puesto, y cuando uno estaba a punto de caer una joven corrió espantamdo así a mi ciervo y callo en la trampa pero fue tan cómico ver como pisaba la tramapa y a los pocos segundos estaba de cabeza protestando, que estallé en risas desde los arbustos y caí en el césped del bosque, tuve que tomar mi estómago y respirar profundo varias veces para recobrar la compostura, al recobrar la salí de los arbustos y mire a la chica que me miraba enojada - ¿Quién eres y que hacías escondida? - yo conteste altanera y sonriente - Yo soy Elizabeth princesa del pueblo señorita...- me le quede mirando con una ceja alzada para que me dijera su nombre -Amelia...- dijo bajito un poco sorprendida por quien era así que yo solo sonríe y dije - Y acabas de quitarme mi comida - La miro fingiendo seriedad lo cual se me da muy bien - Así que tendré que comerte a ti- La miro sonriendo- ¿Aceptas?-sonrío un poco malévola y solo puedo ver su miedo reflejado en sus ojos, no puede hablar porque al parecer me ha creído así me relajo un poco y solo río un poco mientras sacó el regalo de mi tía por mi próxima graduación como la mejor espadachín, es un pequeño cuchillo con incrustaciones de diamante en la punta del mango, corto la soga con ella y antes de que caiga llego a recibirla, ella ni siquiera ha notado el movimiento y es normal, los ojos humanos no lo captan pero yo sí; cuando la tengo en mis brazos ella me mira a los ojos y yo miro los suyos, son color marrón, es como si el tiempo se hubiera detenido, ya no percibo más que su respiración un poco acelerada, y sus latidos que van aumentando más a cada segundo, comienzo a acercarme a ella o más bien a su cuello que es como un imán, mis colmillos comienzan a crecer y mis ojos a cambiar su color como en las noches que mi sed es grande y mis sentidos se amplifican más de lo normal, en otras palabras cuando mi instinto vampiro poco más desarrollado que el de un vamcoien normal sale a la luz, no puedo parar, su respiración va aumentado y la mía también pero a menos de un milímetro de que mis colmillos perforaran su cuello escucho que pasos muy cerca, la abrazo y le susurro cerca de su oído para que me escuche- No te muevas si no quieres ser cena de un lobo - un lobo se esconde en unos arbustos, puedo escuchar su respiración y sus patas preparándose hasta que veo como corre hacia nosotros la empujo un poco fuerte para que caiga al suelo y un lobo se me tira enzima y me lame la cara totalmente- Ya, ya Alec- comienzo a reír porque a pesar de ser un lobo lo encontré cuando estaba bebé y yo lo críe así que es un lobo muy feroz pero solo ataca a las personas cuando yo se lo ordeno o cuando esta celoso, al parecer estaba celoso y eso me hace reír, una vez que me lo he sacado de enzima se hecha a mi lado y yo me siento mirando la cara de horror que tiene la chica y sonrío - Anda que no te hará nada y con respecto a comerte estaba bromeando respira por favor- no puedo evitar reír porque no habla y parece que está en estado de shock- Vamos espero te des cuenta cuando me valla - me levanto y Alec se levanta junto conmigo - Bueno señorita Amelia fue un pacer - le hago una reverencia más como un caballero que como una dama- pero tengo que irme -me enderezo y le regaló una sonrisa- Hasta pronto - le doy la espalda y cuando estoy a punto de correr me detiene - ¿Quién eres? ¿Realmente eres la princesa? - yo solo sonrío de medio lado y contesto- Soy Elizabeth Anderson señorita Amelia, y si por consiguiente soy la princesa - me preparo para correr y le indicó a Alec que se prepare para correr haremos una carrera de aquí al claro para ver que puedo cazar y darle a él de comer, arranco a correr y me pierdo corriendo a la velocidad de Alec recordando los ojos de Amelia.
2013...
No puedo creer que me he dormido en pleno vuelo al parecer llegaremos a Inglaterra en unos 15 minutos según mi mayordomo Ayrton, he soñado con el momento en que nos conocimos, mi mirada siempre la mantengo impenetrable o al menos eso trato pero en el fondo de ella hay tristeza y mucho dolor por su pérdida pero eso nunca lo admitiré en voz alta.
Después de una hora en coche para llegar al aeropuerto a las 8 de la mañana tomar el avión privado de la familia y despegar a las 8:30 seis horas y veinte minutos de viaje por fin hemos llegado a Inglaterra. Me llevarán a la mansión de mi familia no esta demasiado lejos pero solo he venido hasta aquí por dos razones, una ya eran bastantes años viviendo ahí y dos he venido ha hacer lo que he estado haciendo desde hace mucho he estado matando a aquellos seres de a los que mi familia llama Vanseirent, mucho tiempo estuve entrenando, se supone que por eso mi tío me entreno desde los 6 años de edad, ahora tengo 206 años y no ha habido nadie que me supere en mi habilidad con la espada y cualquier tipo de ella, aquí aún es temprano bueno ya es de noche pero es temprano el reloj del chofer lo he visto marca que son 7:50, solo iré para que me den el informe de donde han estado atacando eso malditos y luego iré por ellos.
En la mansión Anderson...
- Ella llegara en poco tiempos hermano, ¿de verdad tenemos que obligarla a ir a la escuela?, ya sabes qué ella la detesta- la mujer a la que Elizabeth consideraba su madre hablaba - Sabes que aunque la obligue a asistir nunca va solo se cuela en la sala de música y toca lo que sus sentimientos le digan que toque - la mujer lo miraba y una sonrisa pícara asomo por sus labios - Tienes razón - el hombre de cabellos negros sonreía de medio lado - Solo espero pueda con el cargo que le daremos - la mujer sonreía de manera dulce al contestar- Aunque ella falte sabes que hay responsabilidades que si acepta y toma.
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Hemos llegado, suelto un suspiro después de todo este es el lugar en donde pertenezco, un mayordomo y me indica que lo siga, lo hago y cuando estamos por una puerta el toca y estoy casi segura que acepta que pase pero solo yo debo hacerlo, entro lentamente y mostrando mi elegancia después de todo soy una princesa y debo tenerla. Él está sentado ahí cuanto tiempo sin verlo, solo lo miro sin mostrar emoción, un silencio se instala no es incómodo simplemente espero a que él hable - Cuanto tiempo sin verte Elizabeth - ahora me mira a los ojos - Vaya ni siquiera has crecido un año me sorprendes - Mantengo el silencio pues se lo que sus palabras significan y él tiene razón - Lo sé tío - no despego mi mirada de sus ojos - Estaba yo pensando que quizá ya era tiempo de que crezcas - mi mandíbula se tensa - Yo no veo porque deba hacerlo tío - él sonríe de lado y se me acerca con una carpeta en mano - Han vuelto a atacar, creo que sabes que ese es un motivo por el cual viniste, el otro lo descubrirás tu sola - sonríe de medio lado - léelo y sales hoy mismo, están en el este se han reportado las desapariciones pero ambos sabemos que no regresarán espero sepas que debes de tener discreción, trata de que no te vean - se voltea y camina hacia la ventana detrás de su escritorio, la conversación ha terminado así que me doy la vuelta y camino hacía la salida pero el me detiene con las palabras que no deseaba escuchar - Se me olvidaba Elizabeth, espero que mañana vayas a la escuela como mi sobrina y única descendiente tienes que asistir a la inauguración de mañana - me muerdo el labio y luego respiro hondo y exhalo - No faltare, porque supongo yo daré la bienvenida, ¿o me equivoco? - me volteo a mirarlo - No, tienes razón ya es hora de que alguien de la familia de el discurso, yo siempre estoy ocupado y a pesar de que no haya sol más que raras veces, tu tía es la maestra de música ella siempre daba los discursos además para eso se supone que elegimos siempre una presidenta o presidente estudiantil normalmente de segundo grado para durar dos años, tú ya sabes como funciona todo esto - el por fin me mira, pero solo unos segundos pues vuelve su mirada hacía la ventana, sé que me dirá algo más pero sólo me volteo y cuando he girado el pomo de la puerta, es demasiado tarde me lo ha dicho- Espero puedas con tu nuevo cargo, puedes faltar a todas las clases que quieras, pero sabes como funciona, tienes que sacar el mejor promedio en los exámenes - salgo y cierro la puerta, es tan molesto presentar exámenes, y él sabe perfectamente que faltó a las clases por que ya se lo que enseñan he repetido el mismo grado durante bastante tiempo, pero simplemente no puedo crecer mi edad se estancó desde ese día.
Caminaba por los pasillos hasta que escucho como alguien corre esta aún un poco lejos y ya se quien es solo espero el momento adecuado para voltear cuando está a unos cuantos pasos volteó y siento como se tira hacia mi cuello la mujer a la que consideró mi madre y me dejo caer con ella sobré mí, y escucho que su dulce voz después de un tiempo - Mi bebé regreso -y me mira a los ojos y besa mi mejilla, sonrío de medio lado - Ya no estoy tan bebé madre tengo 216 años recuerdas - escucho la dulce risa de ella - Lo sé pero siempre serás mi bebé tengas la edad que tengas - por fin se levanta y me puedo levantar- aún es temprano para que salgas mejor cuéntale a la bella señorita que tienes enfrente - sonrío de medio lado al escuchar sus palabras - ¿Así que señorita he? - la miro levantando una ceja - Si, así es señorita - río un poco y le beso la mejilla - Te creo madre, pero con respecto a quedarme recuerda que ellos no esperan y ya está obscuro y tengo que cambiarme y luego ir a vigilar y ver que tan grave es para luego atacar - ella me mira ya volviendo un poco a su compostura - Entiendo cariño pero cuando regreses me contarás mientras vamos a tu habitación que ya están ahí todas tus cosas y te tengo un regalo sé que tienes varios pero este te encantara - comienza a caminar hacía mi habitación, caminamos unos minutos por la enorme habitación y por fin llegamos - Tal y como la recuerdo, gracias por mantenerla igual - sonríe tan dulce como siempre - Nunca tocaría tus cosas Beth, por cierto antes de darte tu regalo el nuevo uniforme esta en tu clóset con tus demás ropas que he acolado en un ratito - me sonríe y asiento con la cabeza - Vale, gracias madre - ella va por una caja del clóset y me la entrega, la abro lentamente mientras ella espera con una sonrisa, la caja contiene una más de mis tantos sacos largos que uso para salir a cazar pues la elegancia es algo que gusta lucir pero esta es de cuero y me encanta porque luce elegante pero rebelde - Vaya gracias - me acerco a ella y le doy un abrazo suave - Parece que la estrenare esta noche - Me separo lentamente de ella - Espera aquí ahora regreso voy hacia el clóset y habrá puerta dentro de él y ahí esta aquel cuchillo conservado - volteo para mirarla - Lo has cuidado gracias - tomo los dos el que estaba debajo lleno de cuchillos de plata con mangos delgados adaptados para ser lanzados y dos porta armas en las que se encuentran dos calibre 45 y tiene un espacio en cada lado para colgar una tira donde hay recargas de unos 3 cartuchos por lado que se tienen que adaptar y ajustar a la pierna, la devuelvo a su lugar y eso hora de ver la espada o en otros lugares llamados Katana que fue hecha especialmente para mí, un regalo de mi tío por haberle ganado en combate con espadas, la desenfundo lentamente y observo que aún no ha perdido su filo y esta como hace tiempo, es hora de superar el pasado ya no puedo seguir estancada, es tiempo de enfrentarlo, la enfundo nuevamente y es hora de cambiarme he ir a cazar un poco.
Cuando salgo del closset mi madre esta sentada y me mira con una sonrisa y llevo la Katana en la mano- Podrías acomodarmela - es algo tonto pedírcelos pues sólo tengo que pasar un brazo y la cabeza pero creo que debo dejar que ella me la acomode pues no nos hemos visto en años, la toma y hace el gesto de que yo entre en el espacio y queda lista en mi espalda - Gracias es hora - le sonrío apenas y me separo lentamente - Antes de que te vayas toma - me entrega un reloj el horario inglés, lo tomo y me lo coloco en la muñeca bien ya es hora - Cuídate -me dice antes de que yo me dirija a la puerta y al abrirla escucho su palabra en pequeño susurro- Si - digo apenas en un murmuro y salgo.
He pasado 2 horas mirando en lo alto de las ramas de un árbol esperando ver un movimiento que me parezca extraño y moverme por fin, lo he visto, me dirijo a su persecución pues me ha visto y ha comenzado a saltar en los te techos - Esta noche será agotadora y mañana es temprano la inauguración - murmuro con seriedad y ninguna emoción pues realmente solo me interesa exterminar a esa criatura o mínimo seguirla para ver a donde me lleva y ver si no me lleva con él, mis hijos se tiñen de color rojo pues he aumentado mi velocidad para alcanzarlo y llevarlo a aún bosque cercano para matarlo y luego quemar su cuerpo ahora mismo es demasiado tarde mi reloj marca que son las 11:00 espero nadie ande en las calles a estas horas.
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Una joven caminaba por las calles oscuras de Londres, se le había hecho demasiado tarde, todo era culpa de Julia su mejor amiga, ella la había obligado a quedarse unos minutos más, que se convirtieron en horas tenía un poco de frío así que metió sus manos en su saco que le llegaba hasta la rodilla caminaba por las calles hasta que escucho un sonido extraño, pero no sabía de donde venía así que lo ignoro y se metió por un callejón para tomar un atajo a su hogar, caminaba por él y un ruido detrás de ella le hizo darse la vuelta y se asustó al ver lo que veía era una especie de humano pero tenía afilados colmillos, parecía estar sonriendo, de un momento a otro ella se encontraba contra la pared y aquella bestia, sus ojos reflejaban terror habían películas sobre ellos pero sus mente no podía creer lo que sus ojos veían aquello era un vampiro así que solo los cerro y espero a que ocurriera algo ocurriera pero solo sintió un ligero tirón de sus hombros, espero varios segundos para abrir los ojos, y al hacerlo lo hizo lentamente y con un poco de miedo solo veía la pared del otro lado del callejón - Es demasiado tarde como para estar en las calles no le parece señorita? - al escuchar aquellas palabras la joven miró hacia donde la había escuchado y había una sobra negra, podía juzgar que era una mujer por la voz que había escuchado, nunca había escuchado una voz así tan profunda pero delicada, tan gruesa pero femenina, se quedó mirando a la sombra hasta que miro debajo de ella y miro que había un cuerpo, la joven de las sombras se dio media vuelta para mirar a la joven paralizada, olvidándose por completo que sus ojos cuando su pupila se ponía roja podía notarse hasta en la obscuridad.
Rayos! fue mi primer pensamiento pero luego de ver con la poca claridad que unos rayos de luz de un faro daban hacíamos joven habiendo los ojos enormemente, no podía creer lo que sus ojos veían era ella, no podía ser ella llevaba años muerta, debía ser un espejismo, salió rápido de las sombras con sus ojos ya de su color azul tan poco común y la miro intensamente - Amelia - murmuro.