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Live In Our Sky por Yami Basara

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Notas del capitulo:

No pude esperar hasta el otro domingo. ¡Lo siento!

 

 

Debo advertirles, publicare los dias que pueda, porque, de hecho, no he terminado de escribir el fic

 

 

-Sufre porque le gusta terminar las cosas antes de subirlas-

 

 

Adelanto rapido a modo de spoiler: llevo 9 de 16 capitulos lol

 

 

Espero que lo disfruten.

 

 

¡Saludos!

 

 

 

 

Yami Basara.

 

 

Sin más, que comience la vida desde nuestro cielo.

La movilidad cambiante de la ciudad le trajo problemas a ella. Sobre todo, con la pierna resentida.

No pudo ir sentada en el transporte, no pudo pedir que le llevaran la maleta.

 

No pudo hacer nada.

 

Solo quedarse de pie, todo el trayecto, sin poder disimular de tanto en cuando el agudo dolor que sentía.

 

No pudo más.

 

Cuando llegara a casa, llamaría a una ambulancia (al menos si eso le servía de consuelo) y la llevarían a una clínica especializada en traumatología.

Allí la tratarían, tomarían Rayos X, le dirían que nuevamente tenía un desgarramiento en el muslo derecho y seguramente le enviarían a 60 terapias.

Y, como novedad, no podría hacer ejercicio durante unos dos o tres meses.

O, pediría un fármaco para un dolor muscular.

No. Prefería irse para la clínica. No podía apoyar el pie y necesitaba con todas las ganas del mundo recuperarse rápido, al menos, para ver a su profesora jugar.

Y al menos, que ella le viera sentada.

 

-Aaahhh –dijo en un tono desesperado- Joder, el dolor me puede…

 

Una niña jaló de su pantalón, mirándola.

 

-Disculpe… ¿podría cargarme el resto del trayecto? –preguntó inocentemente

-Lo que me faltaba… Disculpe, señor… ¿podría llevar mi maleta? Necesito cargar a mi sobrina…

 

El hombre tomó la pequeña maleta, mientras ella tomaba a la niñita.

 

-Escucha, mocosa. No te conozco, pero si necesitas que te cargue lo hare.

 

La madre, fijándose en el hecho, y en como la chica intentaba llevar la pierna, se disculpó y sonrió.

Ambas, fueron hablando en el trayecto.

 

La señora era madre soltera, tenía dos hijos, la pequeña, y un chico de catorce años que ahora estaba en casa con su padre. La niña sufría de hiperactividad y le encantaba que algún extraño le cargase. En ese caso, le tocó a ella. Pidió disculpas y siguieron hablando de otros temas.

Para cuando llegaron a la estación, ya habían intercambiado números de teléfono y habían prometido ir juntas a un médico traumatólogo.

Ella se despidió, haciendo una leve reverencia y dejó a la chica en brazos de su madre, quienes se bajaron allí.

Por ahora, un largo camino le venía pierna arriba a la chica.

Suspiró.

Siete y veinte de la noche.

 

“Ah, lo repetí por largo tiempo, te puse triste por largo tiempo.

Debí herirte mucho, ahora no puedo moverme…

¿Por qué es tan doloroso tocarte?

Pienso que es porque tenía miedo de repetir el mismo error y perderte…”

 

Pamela estaba en casa. Miró el reloj.

Nueve y media.

Sparks ladraba a medida que ella lanzaba el hueso de carnaza para que él lo tomara entre sus dientes y lo destrozara.

 

-¿Me estás pensando? –se preguntó.

 

Otro ladrido de Sparks. La muchacha volvió a lanzar el juguete.

 

-Según el adagio, si miras a una hora determinada, sea a las y treinta o en punto, esa persona te estará pensando.

 

Otro ladrido, y la chica tomó el juguete de la boca de Sparks.

 

-Me estás pensando, ¿verdad? –preguntó ella mientras llevaba el hueso de carnaza a su sien izquierda.

 

Otro ladrido de Sparks, y Pamela rió.

 

-Oye, Sparks… -la chica le miró- ya sé que amas tu huesito de carnaza –y lo lanzó de nuevo. Se enterneció al ver a Sparks chocarse con sus juguetes y morder el hueso con todas sus fuerzas, saboreándolo.

 

Imaginó así a la causante de su delirio. Vestida de perrito, jugueteando con una bolita de goma, golpeándose contra todo. No, pensó, y movió la cabeza negando.

 

-Un perrito no te queda nada bien – susurró con enojo, y miró un reloj de Doraemon que tenía entre las cosas que había que regalarle a sus sobrinos. –Eso… eso es… eeeeeso es –dijo con una sonrisa que le iluminó los labios- Eres un gatito jugando con tu bola de estambre –y dio una risita tierna. Sparks le acompaño en su risa con unos ladridos. La chica apoyó la mano contra la mesa y sonrió.

 

-Como no… ¿Cómo no se me ocurrió antes? Eres un gatito. Y por eso, te daré un regalo para verte como un gatito.

 

“La soledad está acumulándose, por favor no llores sola.

Incluso si estamos muy lejos, podremos creer en el otro”

 

Del otro lado de la ciudad, ella llegaba a sù apartamento a tientas. Como pudo, intentó saltar aferrada de la barandilla. Llegó al interior. Miró el largo corredor para llegar al ascensor.

 

-Debí haberle hecho caso a mi mama… debí vivir en un primer piso –gruño para sí.

 

Corrió rápidamente al ascensor. Con ambas piernas, sin poder apoyar una, llegó. Jadeó, el dolor se multiplicó diez veces más.

 

-¡MALDICION! –gritó y se calló la boca, mordiéndose el labio.

 

Se le olvidaba que si gritaba, le iban a multar. Pero en realidad lo soltó porque no aguantaba el dolor.

Era un hecho. Llamaría a la clínica al llegar.

Solo faltaban cinco pisos en ascensor.

Podía esperar un poco más.

 

Diez minutos después llegó a casa con el dolor multiplicado en toda la pierna, no pudo quedarse mucho de pie, estaba agotada.

Se arrastró hacia el teléfono y llamó a una ambulancia. Admitió que no tenía minutos en el celular y que tuvo que llegar hasta la casa para pedirla.

Que había comenzado todo desde que se cayó en la estación y estiró mal la pierna y demás.

Mintiendo, logró que la ambulancia llegara en media hora y que los paramédicos la sacaran diez minutos después.

Opal, su gatita, no se percató de que su ama sacaba ropa del armario, y mucho menos, de que se la llevaban.

 

 

Pamela acostó a Sparks en la camita. El perrito gimoteó, y nuevamente, lo subió a su cama.

 

-Que sucede, ¿eh, perrito lindo? –le mimó otro rato y volvió a acostarlo en la camita.

 

Sparks dio vueltas en su camita y se acostó, Pamela le arropó.

Se preocupó seriamente, la chica no la había llamado.

Seguramente se acostó a dormir, pensó. La veré el otro sábado. Dejaré que se le pase.

Ella se acostó en la cama, luego de tomar un poco de agua.

Se preocupó, la llamó, pero se arrepintió, y colgó el teléfono.

 

-Mejor no –y así, se durmió.

 

“Te amo tanto que olvido cualquier sufrimiento.

Mi corazón siente dolor cada vez que cuento los días que no nos vemos”

 

Llegó al hospital. La ingresaron urgentemente y le quitaron el pantalón.

Si, su pierna estaba morada por la sangre acumulada, y aparte de eso, estaba hinchada.

Los médicos no dieron explicaciones.

Estaban por completo, asustados.

 

La chica presentaba una fractura de fémur y de púbis, y había presentado una hemorragia interna que comprometía los músculos, y esto no había sido tratado en la universidad. Al menos, eso era lo que decía el parte médico. Pero la realidad de la explicación, en manos de la chica, era: "me fracturé dos huesos y fui tan idiota que me lastimé los músculos y ligamentos, haciéndome sangrar por dentro. Si no salgo bien librada de esto, me quedo sin pierna izquierda..."

 

-Hay que operarla –intervino el traumatólogo.

-¿Como que me operan? A ver. Se podría drenar la sangre, y realizar un corte para unir el ligamento y el musculo. Reacomodar los dos huesos mediante platinas y tornillos de titanio. Se me habilitaría en tres días y volvería a clases normalmente en una semana y media.

-Hay que operar –insistió – tu pierna no soportaría un nuevo desgarramiento y fractura. Vamos a sedarte y la operación saldrá bien, ya lo verás.

-Okey –no se quejó ante la insistencia del médico. – si algo pasa, interpondré una demanda por negligencia en tratamiento médico.

-Entendido –el médico salió de allí.

 

Prepararon todo, y la llevaron a operación.

 

Ese sería el último día que la verían con vida.

 

“Incluso si no me amas mañana, te amaré como lo hago ahora.

Incluso si no me ves mañana, te amaré como lo hago ahora.

Caminaré junto a ti, al futuro no prometido.

Seguiré caminando, hacia el futuro en el que estés”

 

(Cassis, The GazettE)

Notas finales:

-Sigue esperando los abucheos en los reviews. Se siente Forever Alone (?)-

 

 

¡Muy bien! He aqui les dejo el link de la segunda canción.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=RL9-S5lW2II

 

 

(Copien y peguen, por ahora, mientras le tomo el tiro al editor HTML e intento ponerlo de manera super decente para que accedan a el con facilidad.)

 

 

¡Hasta la vista!


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