Hiroki Pov
Finalmente la hora del juicio ha llegado, nuestro momento de perecer, de ser desechados como si fuéramos simples máquinas y en mi caso y el de Ritsu de ser asesinados en frente de todos los habitantes para que observen a que nos lleva tener sentimientos prohibidos, las consecuencias de querer sentir.
Desperté sintiendo que los brazos de Ritsu no se querían despegar de mi pecho, observe como debajo de sus ojos la zona estaba enrojecida, así supe que estuvo llorando todo el tiempo por la misma razón que de igual forma mi corazón no me dejo dormir, no es el miedo a dejar esta vida el que nos ataca, si no el temor a jamás poder ver el rostro de aquellos por lo que dimos todo, de las personas que intentamos salvar.
Mientras Nowaki este a salvo me puedo sentir aliviado, mientras ese mocoso siga con sus brillante futuro intentando revelar la verdad para levantarse en contra de Takahiro y abrirle los ojos a todos esos ilusas maquinas que se ven controladas por ese chip sin saber que le peli negro los planea reemplazar, mi muerte no será en vano.
Lo único por lo que ruego es que los rebeldes después de revelarse logren salvar a Akihiko en donde quiera que se encuentre, que lo libere y le den una segunda oportunidad para vivir como Nowaki hizo conmigo al encender algo de vida en este vacío cuerpo, para darle algún sentido y significado a mi solitaria existencia.
Por eso me voy tranquilo, porque al menos sé que antes de morir conocí la verdadera felicidad, pude amar con más pasión que en los libros, pude sentir un cosquilleo en mi estómago, pude sonríe despreocupadamente junto a ese oji zafiro que antes tanto me desagradaba, gracias a él mi corazón comenzó a latir.
Quizás hoy nosotros cuatro moriremos abandonando todo tras, pero mi consuelo está en el legado que dejamos escrito en las almas de nuestros seres más preciados, y si, digo almas porque a pesar de ser robot sentimos, vivimos, respiramos, y lo más importante es que tenemos la capacidad de amar a alguien más.
De anteponer sus necesidades, de ser feliz al ver su sonrisa, de preocuparte cuando sufre, de cambiar el aceite por sangre, de soportar el intenso dolor que trae condigo el latido de un corazón anteriormente destruido.
“Hiroki” Susurro Ritsu sin atreverse a abrir los ojos “¿Estas asustado?” Sonreí con amargura intentado contener las lágrimas que deseaban salir de mis ojos, no me debo arrepentir de esta decisión, hago lo correcto, aun sabiendo eso, el temor a que mi corazón deje de latir en un par de horas ciega mi razón.
“Un poco” Musite apegándolo aún más a mi cuerpo para que nuestras agitadas respiraciones se encontraran permitiéndonos disfrutar del calor de estas, una de las sensaciones más agradables que conocí.
“¿Crees que Takano-san estará bien?” El menor abrió sus ojos dejándome ver aquellas hermosas orbes verdes con un brillo opaco y enrojecidas de tanto haberse estado lamentando “No me importa morir, pero me preocupa dejarlo solo”
“Los que sufrimos son los que quedamos atrás con los recuerdos” Sonreí de manera amarga al recordar todo lo que viví con Tsukishima, al menos pronto podre estar a su lado, y volver a ver esa cálida sonrisa.
“Si ellos están bien el sacrificio no será en vano” Los dos miramos como Hatori se levantaba sobándose la cabeza con molestia.
“Para que se levantan si nos van a sacar de la celda en un par de minutos” Se quejaba Kisa intentando esconderse en el rincón más obscuro de la habitación “Al menos quiero soñar con Yukina un poco más antes de que me fundan y destruyan todo lo que soy y lo que signifique para reemplazarme por una unidad sin mente propia”
“Kisa” Musito el oji verde separándose de mi lado “Está bien que tengas miedo” El oji café se dio vueltas mirando con los ojos empañados al menor para lanzarse en sus brazos en un nostálgico abrazo.
“Yo quería poder enamorarme de él, como deseaba convertirme en humano para vivir juntos” Se lamentaba el peli negro mientras Onodera lo acunaba en su pecho para que se tranquilizara al sentir el melodioso latido del corazón del castaño, esos armónicos golpes son algo que siempre logran tranquilizarnos.
“Hatori” Mire al más alto para finalmente preguntar lo que más ansiaba saber “¿Por qué no eres humano si amas a Chiaki?” La fría mirada del oji azul se suavizo junto a una mueca que me trasmitía bastante dolor.
“Yo con todo lo que tuve que hacer, los gritos y ruegos que ignore, el metal que fundí, las vidas con la que acabe ¿Acaso piensas que podría abrir tan fácil mi corazón sabiendo que este se encuentra envenenado?” Los tres miramos impactados al más alto sin saber que decir para romper el incómodo silencio.
“Lamento haber preguntado” Me disculpe agachando la cabeza con vergüenza de haber lastimado aún más dejando un desagradable sabor en los últimos momentos de vida que todos nosotros disfrutaríamos.
“No” Musito el oji azul “Me alegra haberle contado a alguien antes de que me fundan, pero yo si estoy enamorado de Yoshino Chiaki”
“No se depriman” Pidió el oji verde levantándose del suelo con una resplandeciente sonrisa que logro callar el dolor que oprimía mi pecho “No podemos ser tan hipócritas al sentimos de esta manera, fuimos nosotros los que nos dijimos que estaba bien, que haríamos cualquier cosa por amor, si morir es un riesgo que debo correr para salvar a mi amado hombre de hermosos ojos miel, pues lo hare y no me arrepentiré, ni llorare los últimos momentos, ya basta de llanto, ya basta de lamentos, esto lo elegimos nosotros y es hora de enfrentarlo, no como robot, no como humano sino como los que sienten” Esas palabras de aliento logro que el ambiente se sintiera menos denso y una nueva tranquilidad nos rodeaba.
“Porque tuvimos aunque sea un sublime minuto en el que disfrutamos el amor” Murmuro Kisa con una mueca de alegría.
“Porque lo dejamos todo atrás para luchar por nuestras convicciones, para convertirnos en alguien más gracias a los que conocimos y de quienes nos enamoramos” Proclamo con un extraño tono de dulzura el ojo azul.
Porque lograste borrar cada uno de los amargos recuerdos, secaste mis lágrimas con tus gentiles besos, con tus ojos viste a través del alma que antes no existía, con tu boca susurraste mi nombre revelándome mil verdades, con tus manos me enseñaste como era sentirse nervioso por primera vez, porque me dejaste abrirme, ser yo mismo, encontrar mi identidad, por eso y mucho más muchas gracias Nowaki Kusama.
“Por las relaciones que vivimos, por nuestra amistad por conocer la verdad, hoy sucumbamos como los héroes que somos” Proclame mientras los cuatro nos parábamos firmemente al escuchar un par de pasos acercarse.
Fruncí el ceño al observar el torcido rostro de Takahiro sonreír con arrogancia al vernos en ese estado tan indefensos, siendo incapaces de hacer otra cosa además de aceptar el cruel destino que se escribió desde el instante en que nos pusieron ese estúpido chip para controlar cada uno de nuestros pensamientos y emociones.
“Bien mis rebeldes, los primeros rayos del sol ya salieron, convoque a cada uno de los habitantes los cuales ya llegaron, así que creo que es hora de morir” Canto divertido mientras su sonrisa se ampliaba.
“Espero que no sobrevivas a la rebelión” Declare acercándome a su rostro para verlo con odio, asco, rechazo y pena, me daba lastima saber que esas frías orbes jamás lograran conocer la mitad de la dicha de la cual nosotros fuimos participes.
“Mi querido Hiroki ¿Aun no lo entienden? No abra rebelión, a pesar de que me traicionara mi mano derecha” El peli negro le lanzo una torcida sonrisa al oji azul.
“Es tu culpa por haberme encomendado a una vida llena de miseria que me revelara” Proclamo sin si quiera molestarse a verlo a los ojos.
“Conseguí que alguien más eliminara a los viejos modelos como ustedes, cada día mi sociedad será más perfecta, sin voluntad, solo serán mis marionetas, quiero que todos se sometan debajo de mi persona, que se den cuenta de lo inferiores que son y ustedes cuatro son el ejemplo perfecto para difundir el terror que necesito” El más alto se acercó a mi quedando a un par de centímetros de distancia.
“La jugada te saldrá mal, porque ellos se levantaran al ver como matas a sus héroes” Mis palabras hicieron que una macabra risa se escapara de los labios del peli negro, mis nervios se calmaron al sentir como Ritsu tomaba mi mano mientras me miraba de manera cariñosa y con su boca me susurraba; Todo está bien.
“Quiero ver que intenten levantarse” Proclamo fríamente “Ahora sáquenlos de la celda para que se encuentren con su destino”
Después de dar esa orden múltiples unidades ingresaron en donde estábamos encerrados arrastrándonos a todos hacia una oscura habitación en la cual nos obligaron a subir varias escaleras lastimándonos a Onodera y a mí, al no estar ya hechos de metal.
Escuchamos múltiples gritos mientras caminábamos a la luz hasta llegar a una gran plataforma de madera la cual estaba ubicada en el centro de la gran capital, rodeaba de miles de robot que gritaban eufóricamente clamando nuestra muerte al ser unidades poco productivas para la sociedad, yo rodee los ojos deseando jamás haber pronunciado esos grabados pensamientos que reprimen toda la verdadera voluntad.
El peli negro nos obligó a los cuatro a recostarnos con las manos en la nuca y las rodillas flectadas a mitad de la plataforma mientras el más alto tomaba un revolver nuevamente regalándonos esa sonrisa sádica, sentía como la respiración agitada de Ritsu se intensificaba, yo intente darle la mano al estar ubicados los dos juntos, intentando calmar esa naciente desesperación al no encontrar al azabache.
“Hoy día mis creaciones veremos cómo mueren estos cuatro traidores” Anuncio escuchado como todo el resto de los robots los animaban “Estos dos de acá” Pronuncio mientras los guardias jalaban los cabellos a mí y a Onodera “Son humanos” Después de la declaración a ambos nos cortaron levemente el cuello dejando que la sangre escurriera mientras los gritos de horror se escuchaban en el fondo.
“Ustedes son unos malditos bastardos” Susurre deseando tocar la ardiente herida que habían creado en mi cuello.
“Y estos otros dos” Proclamo mientras con la misma navaja cortaban el cuello de Kisa y Hatori dejando caer un espeso aceite negro “Eran aspirantes a serlo, cada uno de ellos traidores a los que se les dará fin su vida ahora”
“Eres un cobarde que tiene que buscar la autosatisfacción en el dolor ajeno” Proclame con seguridad ya no sintiendo miedo, ni estando aterrado, ni con rabia o todas esas emociones que uno se imagina que tendrá al momento de su muerte, si no con un nuevo valor que estaba escondido en el rincón más profundo de mi interior.
“Hiroki di lo que quieras nada te salvara” Declaro tomando una gran y negra pistola en sus manos para apuntarme en la cabeza.
“Adelante dispara” Lo desafié sin despertar mi mirada de la suya, si Nowaki está bien yo también, moriré y valdrá la pena.
“¿Sabes qué? Creo que será más divertido si tu contemplas en primera fila la muerte de tu amigo” Me queda congelado al ver como el más alto alejaba el arma de mi cabeza para ponerla en contra de la frente de Ritsu.
No, no, no pasare por esto dos veces, no permitiré que lo maten frente a mí, que me abandone dejándome esos dolorosos recuerdos de la sombra que era esa sonrisa, que pague sus ojos, su mirada, sus ilusiones frente a mí, que mi corazón vuelva a sentí esa opresión al saber que ya no me encontrare con su mirada ni que escuchare la dulce voz de quien considero más que mi familia, no a Ritsu no lo toquen.
Intente mover mi cuerpo con desesperación para liberarme de las ataduras, mire a Ritsu quien me susurro “Gracias por todo” mi corazón latía desesperadamente, la escena se repetía, perdía lo que más me importaba, el sufrimiento, la desesperanza, necesitaba salvarlo, sacarlo, intentaba soltarme hasta que el sonido del disparo me saco de mis pensamientos junto al ruido que mi corazón producía al romperse en miles de pedazos.
Las lágrimas comenzaron a caer desde mis ojos al ver como el cuerpo del menor golpeaba el piso sin poder sentir su respiración, me dolería, MALDICIÓN, esto dolía, mi pecho era poseído por una gran opresión, yo caí de rodillas lanzando un gemido lleno de sufrimientos, lo había perdido, había pasado otra vez.
Takano Pov
El temor al no saber a dónde se habían llevado a Onodera era muy angustiante, necesitaba ver a mi castaño de ojos esmeralda y sonrisa encantadora, sin embargo al encontrarme secuestrado bajo los intensivos cuidados de idiota de Nowaki Kusama al haberme convertido en un humano me impidieron buscarlo, por la angustia reflejada en sus zafiros percibía. sin tener programas en mi mente, lo preocupado que se encontraba por su terco castaño, por esa persona especial que cambio todo.
Me recosté en el sofá cerrando los ojos sintiendo una gran opresión en el pecho al notar la falta del oji verde que me había convertido en un nuevo ser lleno de vida y esperanza, curioso como un niño que ve el mundo por primera vez, intenten perderme en mis memorias para al menos en ese lugar contemplar a mi amado.
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“Takano-san, no creo que debas quedarte más tiempo acá pueden encontrarte” ME regaño el más bajo sabiendo que yo no me movería sin él.
“Tú eres un frágil humano yo debo ser quien te cuide” Declare mientras atraía al menor a mi regazo sentándolo en mi piernas.
“No hagas ese tipo de cosas” ME pidió cubriéndose su rostro el cual estaba adornado por un hermoso carmín “Acaso ¿No notas lo rápido que late mi corazón cuando nos encontramos tan cerca?” Una sincera sonrisa se dibujó en mis labios al ver aquella dulce actitud en el castaño, la sensación de tener a alguien que se preocupe por mí, que te amé de la manera en que Onodera lo hace es sencillamente maravillosa.
“Entonces hare que te avergüences aún más” Con ternura toque la suave piel del oji verde para acercar sus labios en contra de los míos atrapándolos en un inocente beso que el correspondió colocando sus manos en mi cuello acariciándolo con ternura mientras yo abrazaba con desesperación su espalda.
Ese contacto tan cálido, tan adictivo, sublime, maravilloso, extasiado, necesitado entre nuestros labios logro que una nueva calidez naciera en mi pecho, la perfecta sincronía en que se movían nuestras lenguas, el cuidadoso y frágil contacto entre su piel y la mía, el roce de nuestras narices, todo eso me hizo sonreír, mientras un inmenso dolor naciente en mi pecho, el cual a pesar de lastimarme me resulto agradable.
Cuando nos separamos junte mi nariz con la del castaño para sonreírle de forma ilusa, pasar el resto de mi vida junto a Ritsu amándonos como lo hacemos, cuidarlo de todos para que nadie jamás lo aparte de mi lado, aprender todo lo que pueda saber de él, es lo que más ansió hacer por el resto de mi eternidad.
Lo único que quiero es ver a Ritsu en cada momento de mi vida, para así guardar en mis memorias cada uno de los detalles que tiene conmigo, cada forma en que inconscientemente me enamora logrando que un corazón comience a latir en mi interior.
“Te amo Masamune, quiero estar junto a ti por siempre” Susurro abrazando mi espalda dejando que yo sintiera como los latidos golpeaban fuertemente su pecho, al estar así de cerca, sentir su respiración, oler aquel embriagador y dulce aroma que los suaves cabellos del menor desprendían, percibir su aliento en mi cuello, la forma en que los golpes se intensificaban en su pecho encendían en mi interior una desconocida pasión.
La intensidad de los golpes aumentaba al igual que mi dolor, fue en ese entonces que note que aquellos desesperados latidos no eran de mi Ritsu, si no que me pertenecían a mí y a mi agitado corazón, sonreí conmocionado dejando caer un par de lágrimas de felicidad, yo era humano, yo podía sentir.
Con desesperación bese todo el rostro del confundido oji verde, deleitándome con el sabor, con la electricidad que recorría mi cuerpo entre cada pequeño roce que nos dábamos, con las cosquillas en mi estómago y la calidez que apresaba mi rostro, esto, esto es lo que las personas llamaban amor, yo estaba enamorado de Ritsu.
“¿Takano-san?” En mi vida jamás había escuchado tan gloriosa melodía como lo fue su inocente infantil voz llamarme.
“Quiero poder sentirte” Susurre en su oreja observando como ese angelical rostro nuevamente era atacado por un fuerte rubor.
“Estas raro” Me reprocho sin alejarse de mis brazos o levantarse de mi regazo, solamente me miro con una infantil y divertida sonrisa que logro que mi mente se nublara, que todo lo demás desapareciera y solamente quedáramos nosotros dos.
“Siénteme” Le ordene tomando su pequeña y tibia mano para guiarla hasta mi corazón, deleitándome con la manera en que el castaño abría sus ojos cambiando su expresión a una llena de pánico y de terror.
“Eres un humano” Confeso con una mueca de dolor “Lo lamento tu por mi culpa estas en” Antes de que el siguiera reclamando aprese sus labios nuevamente con un amoroso beso para poder transmitirle que las cosas estaban bien entre nosotros.
“Eso era lo que yo más anhelaba” Musite tocando con suavidad la piel del más bajo, deseando abrigar más de él “Solo déjame sentirte un poco más” Le rogué mientras le sacaba la camisa para poder después arrojar lejos la mía.
“¿Qué es lo que haces?” ME pregunto inocentemente mientras yo nuevamente lo rodeaba con mis brazos sintiendo la desnuda piel de su espalda, perdiéndome en la suavidad y finura que esta me ofrecía.
“Quiero saber cómo se sienten nuestros corazones cuando estos están juntos, poder apreciar cómo me enloqueces” Le confesé acomodando el cuerpo del oji verde para que nuestros corazones su ubicaran en el mismo lugar, sonreí al notar que en ambos pechos estos latían desenfrenadamente como si intentaran escapar para unirse en una eterno abrazo sellado por la adoración mutua que nosotros nos teníamos.
“Tú me pones nervioso” Musito son dejar de acariciar mi espalda caricias que lograban que algo en mi interior saltara, se moverá, se calentara de una forma agradable y novedosa para mí, sensaciones que eran aditivas, y que cada vez anhelaba poder sentir más.
“Te amo Ritsu” Declare nuevamente besándolo, abrazándolo, amándolo con todo lo que este nuevo corazón me lo permitiera, jamás me separaría de él, no lo liberaría de mi lado porque gracias a ese hombre de brillante ojos verdes este pedazo de chatarra a encontrado una segunda oportunidad en la vida, una para que pueda sentir lo que es real, conocer esas indescriptibles sensaciones que se apoderan de tu cuerpo con tan solo un leve roce o un susurro que logra que toda tu alma se estremeciera, mi castaño, mi Onodera fue quien me entrego la vida.
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”TAKANO” El estruendoso grito del oji zafiro me saco de mis felices pensamientos para llenarme de preocupación.
“¿Qué sucede?” Pregunte nervioso al ver el gesto de horro que estaba grabado en la cara del oji zafiro, tenía un muy mal presentimiento.
“Debemos ir a la capital ahora” ME ordeno lanzándome un papel al cual yo mire impactado nuevamente siendo víctima de un punzante dolor.
“A todos los ciudadanos se les informa que están obligados a asistir al centro para contemplar la ejecución de los cuatro robot rebeldes, si cualquiera de ustedes tiene información sobre ello o sus cómplices tiene la obligación de hablar o se les fundirá al ser acusado de haber protegido a esas escorias.
Recuerden que una sociedad perfecta se logra si todos somos integrantes productivos y ninguno de nosotros un impedimento, sentir es malo, cualquiera que tenga emociones o pensamientos prohibidos será destruido.
La ceremonia se llevara a cabo con los primeros rayos del sol, les ordena asistencia su líder supremo y creador”
Los dos corrimos lo más rápido que nuestros pies nos permitieron mi frágil cuerpo humano me lastimaba, sin embargo el temor a que a mi castaño le ocurriera algo era aún mayor, no quería una vida sin él, no lo soportaría, no después de habernos unido en esa eterna promesa para poder fundir nuestras almas en una sola.
Cuando finalmente llegamos Nowaki empujo a todas las demás unidades abriéndonos paso entre la multitud para poder llegar hasta la plataforma y encontrarnos con una desgarradora imagen, ahí estaban las cuatro personas más importante en mi vida recostados mientras ese maldito apuntaba a Hiroki con un arme, pude observar como las piernas del oji zafiro flagelaban amenazando con caer en cualquier minuto.
“Adelante dispara” Desafío el castaño sin inseguridad en su voz, observe como la desesperación se apoderaba de Nowaki, su respiración se entre cortaba el sudo corría por su frente, las lágrimas se acumulaban ¿Lagrimas? ¿Sudor? ¿Temor en sus ojos? Pero eso es imposible a menos que él también sea un….humano
“¿Sabes qué? Creo que será más divertido si tu contemplas en primera fila la muerte de tu amigo” Observe impactado como el más alto llevaba el arma hacia mi adorado, sentía como si me estuvieran arrancando sin piedad una parte de mi alma, me dolía, intente correr a socorrerlo, sin embargo el oji zafiro me apreso en sus brazos.
Mire impactado como Ritsu se despedía de Hiroki para luego voltear en mi dirección y regalarme un último TE amo después se escuchó un fuerte ruido y su cuerpo callo en la plataforma al igual que mi alma.
Grite al igual que el oji avellana dejándome caer al piso con desesperación, golpeaba el pavimento, mis manos se lastimaban comenzando a abrirse nuevas heridas pero eso no me importaba, ninguna sería tan grande como la que me acaban de hacer, esos malitos se llevaron la mitad de mi corazón, se llegaron a mi castaño, mi razón de ser, a mi salvador a aquel que me alentaba con su vocecita y con sus caricias.
Toque con depresión mi corazón percibiendo que este ya casi no latía, estaba apagado, triste destrozado, despedazado, lo había perdido, jamás vería esa cálida mirada mis labios nunca mas lo saborearían nunca lo sostendrá, ya no puedo seguir viendo, no quiero seguir sin mi pequeño y adorado Onodera.
Ardía, mierda, esta era la sensación más dolorosa con la que me había encontrado, impotencia, rabia, frustración y aun así lo único que pude hacer fue arrojarme al piso para abrazarme a mí mismo y dejar fluir las lágrimas, ya no me importa si todos se enteran si soy humano o no, solamente quiero morir para poder regresar con mi castaño.
Nowaki Pov
Sabía que calmar el dolor de Takano sería inútil, lo miraba con lastima son desear imaginarme lo que se sentía estar en su situación, percibí una gran opresión en mi pecho, levante la mirada para encontrarme nuevamente con esa torcida sonrisa apuntando al amor de mi vida, a la persona que me mostro un nuevo mundo.
“Eres un desgraciado” Declaro el oji avellana con los ojos empañados observando el cuerpo inerte del menor.
“Dulces sueños Hiroki” El peli negro tomo el arma para depositarla lentamente en la frente de mi amado mientras susurraba un par de cosas.
La hora había llegado, lo iban a asesinar, algo hacia presión en mi pecho todo daba vueltas en mi interior, cuando lo apuntaron con un arma, la mirada segura de Takahiro, la cual parecía ser sin sentimientos, con frialdad, me dolía, me dolía, aunque iba en contra de lo que naturalmente era, un robot, no pude evitarlo, me dolía mucho, no lo permitiría, no podía verlo morir, por eso mi cuerpo no lo pensó, reacciono solo ante la amenaza, yo no perdería a Hiro-san, corrí con una increíble velocidad a la plataforma de madera para después escuchar el disparo y sentir un enorme dolor en mi pecho.
Sonreí amargamente al ver como la sangre empezó a correr mientras Hiro-san me abrazaba con desesperación en contra de su pecho, yo lo había logrado, me interpuse en la bala y evite perder lo que más adoraba en esta vida, la razón por la que mi corazón latía.
Un par de gotas cayeron de esos hermosos ojos color avellana mientras que con sus cálidas manos tomo mi cabeza, acercándome a su pecho para que yo escuchara el relajante latido de su corazón sintiéndome cada vez más cansado.
“¿POR QUÉ HICISTE ESO? IDIOTA” Sollozaba desconsoladamente Hiro-san sin separarme mi cabeza de su pecho, abrazándome como si temiera que arrancaran mi cuerpo de entre sus brazos, como si ya no nos volviéramos a ver.
“Porque te amo” Susurre ignorando el inmenso dolor que apresaba mi pecho “Lo hice porque estoy enamorado de ti”
“TARADO, POR MI CULPA TE TRANSFORMASTE EN UN HUMANO TAMBIEN” Jadeaba sin que las lágrimas dejaran de caer por esas suaves mejillas.
“Lo lamento” Musite sintiéndome cada vez más cansado, deseando poder cerrar los ojos y que el dolor se apagara.
“No cierres los ojos” Suplicaba mi adoración “Si los cierras esta vez será para siempre y me dejaras solo de nuevo, no quiero vivir sin ti, por favor no me dejes Nowaki yo te amo, te amo, te amo” Repetía una y otra vez sin querer dejarme ir, yo con ternura acaricie su mejilla sonriéndole de manera sincera para que se calmara.
“Hiro-san, cuando los cierre es cuando estaré realmente junto a ti, no te abandonare, ahí te poder acompañar por siempre y te cuidare al igual que Tsukishima” Le sonreí mientras él me abrazaba susurrando cosas que no pude entender por lo histérico que mi amado y muy terco castaño se encontraba.
Creo que nosotros de verdad éramos unos humanos, esto de alguna forma nos hizo débiles, frágiles, vulnerables, pero al mismo tiempo nos volvió más fuerte que al resto en muchas otras maneras que jamás comprenderían.
Me sentía muy mal y cansado, cerré los ojos, con el consuelo de que me sentía feliz porque con Hiro-san yo pude vivir más tiempo en cinco minutos como humano que en 1000 años como robot, lo último que pude sentir antes de que mi cuerpo dejara de funcionar fueron unas cálidas lágrimas recorriendo todo mi rostro, deleitando la forma en que el latido de su corazón se palpitaba en sincronía con el mío.