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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Bueno, esto termino siendo una sorpresa hasta para mi, pero pude escribir un capitulo, prometo no dejar esta historia y si no cumplo pueden mandarme mil mensajes y torturarme por facebook!!

 

en fin gracias a todas quienes hasta ahora guardan la esperanza de que actualice, me costo, pero lo logre.

 

No quedó con todo el sentimiento que deseaba, pero al menos espero que sea algo logico 

 

Me gusta jugar con las personalidades un poco, sin cuestionar que son hombres , pero espero me conozcan bien y este capityulo no se vuelva muy chocante.

 

S.O.A <3 HOPE <3 

Para Akashi no había mucho que pensar, quería al gigante de regreso y según lo que podía deducir necesitaba entender que era lo que tenía a su esposo tan mal como para que alguna fuerza lo hubiese devuelto a esa edad tan cruda.

 

El pelirrojo había vivido la muerte de su madre a temprana edad, le había dolido y aún sufría por la perdida, pero ya era un adulto que con mucho esfuerzo y amor había superado sus traumas, era en ese punto donde sus sentimientos se volvían erráticos en relación a su gigante.

 

Atsushi había sido quien le había tendido la mano más de una vez, había sido quien se había enfrentado a su padre cuando la relación homosexual que llevaban se había vuelto publica, era quien lo había mantenido de pie, a pesar de todo, de su situación socioeconómica, a pesar de sus ideales del futuro, incluso a pesar de esa actitud infantil que mantenía, el gigante había sido quien había rearmado su corazón, logrando lo que ahora estaba volviendo a ser, por eso era que le molestaba.

 

Sentía que de alguna forma sentía que había sido dejado de lado por su pareja, que no había tenido la misma confianza como para él poder ayudarlo, pero que podía hacer, no conocía los reales motivos de Atsushi y no los conocería a menos que este volviera a la normalidad.

 

A las 8 de la mañana ya había limpiado y organizado todo como para poder empezar esa búsqueda que tanto deseaba dar por terminada, aunque la simple idea de tocar el tema con sus suegros no lo tenía cómodo, era inmiscuirse en la vida de su pareja sin su permiso y eso finalmente era algo que a él lo mantenía con una sensación de malestar en el pecho.

 

Miró al pequeño que aun dormía sobre su cama, no podía evitar maravillarse con lo tierno y pequeño que podía ser su esposo, el recuerdo de los mensajes de su suegra le llegaron de golpe, realmente como era posible que alguien no amara a ese niño.

 

No estaba realmente cómodo con la cercanía que el gigante mantenía con su antiguo compañero de Yosen, pero por ahora le parecía lo más sano, recurrir a alguien que realmente quisiera al pelilila, aunque en el fondo no podía ni imaginarse como podría explicarle esta situación.

 

Himuro Tatsuya, realmente el pelinegro siempre le había causado un poco de celos, pero Atsushi le tenía la confianza suficiente como para contarle todo y quizá también podría hacerse cargo del pequeño, quizás le daría esa misma seguridad que le daba a su esposo cuando estaba en una situación normal.

 

El teléfono lo saco de sus pensamientos.

 

—Shintaro.

 

Akashi tengo un problema. —El peliverde respiro profundamente y luego continúo.hable con los padres de Takao, me pidieron que me presentará  hoy para poder conversar, pero la verdad es que no tengo con quien dejar a Takao y la verdad no puedo llevarlo conmigo, no quiero matar a mis suegros.

 

—Estaba pensando en lo mismo, la verdad estaba por llamar a Himuro Tatsuya, para pedirle su ayuda.

 

¿Himuro? Pensé que no se llevaban realmente bien. — Akashi hizo una mueca, realmente el peliverde lo conocía demasiado.

 

—La verdad no lo hace, pero con lo que he descubierto hasta ahora, de verdad no puedo mantener a Atsushi a mi lado, no quiero descontrolarme frente a él en esta forma.

 

¿Es tan terrible?

 

—Es peor de lo que me esperaba. — Akashi se dejó caer en el sofá de la sala, la cabeza lo estaba matando y no eran ni las 11 de la mañana.

 

¿Crees que si le pido Himuro pueda ayudarnos a Takao y a mí?

—Creo que nada se pierde, lo llamaré y le comentaré nuestra situación, te avisaré su respuesta.

 

Está bien.

 

Akashi dejó el teléfono a su lado observando la nada, esperando perderse y encontrar en alguna parte esa respuesta que tanta falta le estaba haciendo.

 

Respiró profundamente y simplemente se regañó, el seguía siendo el heredero de la familia Akashi, no era minuto para acobardarse, era minuto de ser un hombre y portarse como tal, no solo por el mismo, si no por su familia.

 

Hola, ¿Akashi?

 

—Tatsuya, yo…

 

No tienes que decir nada, supongo que llamar por Atsushi. — el pelirrojo apretó el teléfono, odiaba esa familiaridad que Himuro era capaz de tener con su esposo, esa misma familiaridad que a él le había tomado varios años.

 

—Si bueno…

 

Tranquilo Kise y Kuroko están aquí, con los minis, así que solo vente, realmente no hay problema, no te negaré que esto sale de cualquier lógica, pero al menos entiendo que necesitan ayuda, probablemente también llegue Midorima o es Takao el que se ¿encogió?, bueno el que sea, dile que lo traigan, hoy seremos una pequeña guardería.—  Akashi estaba realmente sorprendido por la familiaridad con la que el moreno le hablaba, mientras escuchaba una cantarina risa al otro lado del teléfono. ¿Akashi? Hello?

 

 

—Si yo, gracias Himuro, de verdad.

 

Basta no agradezcas, además para que están los amigos si no.

 

Nuevamente corto la llamada, sin dejar de agradecer nuevamente, finalmente si estaban causándoles más de una molestia al moreno; le envió un mensaje a Midorima y se dispuso a despertar al pequeño, aunque en el fondo las palabras del moreno lo habían incomodado un poco, Tatsuya Himuro lo consideraba su amigo y el solo se portaba como un idiota y evitaba que Atsushi si quiera hablara con el mayor, realmente a veces el emperador era demasiado estúpido y celoso.

 

— ¿Atsushi? — Akashi se sorprendió al ver al niño despierto y vistiéndose con parte de la ropa que su chofer había comprado el día anterior.

 

— ¡Onii-chan! — el menor parecía realmente emocionado. — quedia date una sopesa, mida mi vesti cholito

 

—Eres todo un hombre.

 

—Shi, y cuando quezca y sea muy muy ato, quedo casadme con onii-chan pod eso debo sed un hombie gande y cudad a Akahi-chinonii-chan. — el pelilila se veía verdaderamente feliz, muy distinto a como se había comportado el día anterior, Akashi dejó salir una pequeña sonrisa por el nuevo nombre que le había puesto el menor.

 

—Claro pequeño, me alegra que estés tan feliz, ven vamos a desayunar, hoy te llevaré a conocer unos nuevos amigos.

 

— ¡Shiiii! Estoy tan filiz, estoy con Onii-chan y mami poda descansad de mí, si mami no me ve estada feliz y si mami es feliz yo soy feliz.

 

Repentinamente los ojos del pelirojo se llenaron de lágrimas, pero no quería llorar frente al niño, para un niño esas palabras eran demasiado fuertes, demasiado dolorosas para alguien tan puro, tan pequeño, un niño no debería estar feliz de que su madre no lo vea, de que descanse de él, un niño debía llorar por extrañar a su mamá, un niño debería querer estar con ella siempre, a cada segundo que pasaba.

 

No era justo, cuantas veces el mismo había deseado tener a su mamá, cuantas veces había extrañado su voz, su calor, su olor, cuantas veces había rogado por despertar y que en el cuarto siguiente ella lo estuviera esperando, sonriéndole, cuantas veces había pedido a Dios poder escuchar entre sueños a su madre diciendo su nombre, recordando como ella solía llamarlo, como acariciaba su cabeza o como lo consolaba cuando solo quería llorar, miró a Atsushi sintiendo un profundo vació en su pecho, cuantas veces el mismo había deseado tener una madre viva como su compañero, incluso el día de su boda, cuanto deseo tener una felicidad completa como la de Atsushi junto a su familia, sin pensar que en el fondo su pareja tampoco la tenía.

 

Casi no pudo probar bocado, su garganta estaba más que apretada por ese gran nudo, por esas ganas de llorar que parecía se desbordarían de él mismo en cualquier minuto.

 

Se fue sin siquiera levantar las cosas de la mesa, simplemente quería arreglar las cosas lo más pronto posible, quería a su esposo, quería disculparse, quería rodear con los brazos al gigante, quería soltar todo eso que su pecho estaba guardando, quería llorar en ese pecho ancho y sentirse nuevamente protegido, resguardado.

 

Cuando llegaron, fue Shun quien  recibió  niño, notando inmediatamente que el rostro del emperador se veía realmente descompuesto, insistiendo en que pasara ya  Himuro estaba cuidando a los niños dentro de su casa.

 

—Sería bueno que entraras y descansaras un poco Akashi-kun. — Izuki insistió, esperando no recibir una negativa, poniéndose de alguna forma como de apoyo tras él menor, ya que parecía que en cualquier minuto perdería fuerzas y caería directo al suelo, Murasakibara se mantuvo muy quieto hasta que Shun le presento a otra persona que aguardaba en la sala. —  Atsushi, él es Himuro Tatsuya, hoy te cuidará junto conmigo, y los demás.

 

— ¿Mudo-chin? — Akashi abrió los ojos sintiéndose perdido,  sentía que frente a el estaba su gigante, que frente a él estaba ese hombre que tanto amaba y que por su estupidez, por su egoísmo lo había perdido.

 

Quería a su esposo de vuelta y que lo protegiera, que lo cuidara como lo había hecho todo este tiempo, repentinamente las lágrimas bajaron por sus mejillas, no siempre la persona más fuerte es la que menos sufre, a veces es simplemente quien quiere ponerse de pie y continuar, Atsushi nunca había llorado por su pasado, por sus miedos, por todo esa terrible realidad que lo atormento por años, el simplemente dejo que nuevas experiencias lo llenaran, por fin Akashi podía entender, era minuto de conocer de verdad al hombre que amaba.

 

Notas finales:

sin apalearme please!!


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