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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Hola, tengo una terrible semana y bueno me iría a la mierda feliz, quizá desaparezca por un tiempo, de verdad necesito un poco de tiempo, planeo subir unos capitulos que tengo listos y bueno creo que serán 5 capitulos más y se acaba este fic... por fin 

han sido años en esto, gracias a quienes lo siguen 

Himuro se sentía más cansado de lo que él mismo esperaba, le dolía todo el costado derecho, las vendas se habían soltado un poco y realmente le estaba molestando, el accidente había sido hace bastante, pero sus costillas aún no se encontraban realmente recuperadas.

 

Dejó a Kise en la puerta prometiéndole que se haría cargo de Aomine y que de verdad nada le pasaría al menor.

 

El rubio se había ido con un rostro cubierto de temor y preocupación, miró al menor quien se había quedado de pie en medio de la sala, en el mismo lugar donde el rubio le había dejado antes de besarle la frente.

 

—Daiki.

 

Kise le había explicado que lo llamara por su nombre, que el menor había pasado el tiempo en orfanatos y que la adopción parecía ser posterior a la edad que en este minuto tenía el menor.

 

Su teléfono sonó, el moreno le pidió a Shun que se hiciera cargo de Daiki, junto con Taiga, ya que Kuroko ya se había comunicado con su suegro y había salido de forma urgente ya que el padre de Taiga solo tendría unas horas libres esa mañana.

 

Himuro se sorprendió de darse cuenta de quien lo estaba llamando no era nada menos que Akashi.

 

Cuando corto la llamada, se sentía mareado, su cuerpo aún estaba débil, pero si él estaba realmente preocupado y tenso por la situación, ni siquiera se quería imaginar cómo estarían Akashi, Kise, Kuroko y Midorima.

 

Caminó hasta la cocina donde encontró a Shun lleno de harina al igual que el pelirrojo y el moreno.

 

Kuroko se había marchado al mismo tiempo que Kise, la cara que había puesto la sombra ante la familiaridad de Himuro y el modelo, le había sacado una pequeña sonrisa a Shun, no todos conocía la relación de Kise Y Aomine tenían con Himuro, pero eran muy buenos amigos, varias veces habían salido a jugar baloncesto o incluso a comer los 4.

 

—Shun pensé que solo habían dos niños en la casa, pero parece que ya son tres. —Himuro entró a paso lento  para sentarse en uno de los taburetes de la cocina, estaba cansado y ya le dolían las costillas.

 

— ¿te sientes mal? — Shun inmediatamente había notado el mal semblante que traía su novio. —Quizá deberíamos ir con Midorima.

 

—Ya viene para acá, creo que Kuroko y Kise no fueron los únicos. — Himuro dejó salir una pequeña risa al notar como el pequeño Daiki trataba de sacar la harina de sus manos, con su camiseta, simplemente logrando ensuciarse más, para luego tratar de quitar la que había en sus pantalones.

 

Shun se sentía un poco aprensivo por la situación, Kise y Aomine eran realmente amigos de su novio, Midorima era su médico, pero igualmente su novio no estaba en condiciones de ayudar tanto, hacerse cargo de los niños sería demasiado para él.

 

La llegada de Akashi no fue muy diferente, Shun inmediatamente pudo ver el mal semblante que traía el emperador, según lo había explicado Kuroko, el cambio se debía a que sus parejas les ocultaban cosas, que era una forma de ayudarlos a comunicarse, pero al parecer todo era un poco más profundo de lo que el ojo de águila pensaba.

 

—Akashi-kun. — Shun sostuvo el cuerpo del emperador sirviéndole de apoyo, se veía débil, agotado tanto física como mentalmente. — el emperador había derramado lágrimas, siendo observado por Himuro, quien se había dado el tiempo de consolarlo y da darle un vaso de agua con azúcar.

 

Murasakibara se había quedado en la puerta mirando a los adultos, chupando su dedito y a pesar de que Shun hizo varios intentos de hablarle, el menor parecía que lloraría en cualquier minuto.

—No llores pequeño, si Akashi solo está cansado, pero ahora que llegue Midorima le diremos que le prepare algo para que mejore.

 

A los pocos minutos sonó el timbre nuevamente, de alguna forma Shun se tranquilizaba que no fuera Akashi y Midorima los que se encogiera, si no las cosas serían demasiado rápido.

 

Midorima entró con un pequeño Takao que observaba todo como si fuera la octava maravilla del mundo, le gustaba todo lo que había en departamento.

 

—Shin-chan mida, son mis manitos. —el niño corrió a abrazar a los otros niños, quienes sonrieron al ver al más pequeño. —Shin-chan  mi gustan tus migos, el padece mí. —agregó señalando a Izuki, era increíble, Takao era pequeño, pero por alguna razón ya era capaz de detectar el parecido que existía entre Shun y él,

 

—Exacto, ahora preséntate como practicamos.

 

—Ta ben, hola soy Takao Kazunadi, muchas gacias pod cudar di mi hoy.

 

—Good! Pero que niño más tierno. —Himuro trató de actuar lo más normal, pero de verdad estaba sorprendido con todo lo que estaba pasando.

 

—Hola pequeño, soy Shun y tú eres un niño brillante, te parece si dejamos que Midorima, Akashi y Tatsuya conversen, mientras nosotros terminamos un rico pastel que estoy preparando.

 

—Oky doky. — Luego de eso el pequeño los dejó la sala, depositando un suave beso en la mejilla de Midorima y en la de Akashi.

 

 

—Realmente Kazunari es alguien maravilloso. — Akashi sonreía de forma tan cálida.

 

—Sí, es maravilloso. —Los ojos de Midorima dejaban salir un calor especial, algo tan propio de sus sentimientos por Takao, algo tan personal. —Bueno, debo agradecerte Himuro, sé que tus lesiones no han mejorado, pero  sin tú ayuda.

 

—No digas nada Midorima. —el pelinegro puso nuevamente la mano en sus costillas. — Lo que si lamento es no estar en buenas condiciones como para poder aprovechar el tiempo con los chicos, verlos así es divertido y bueno puede que nos ayude a practicar y Shun por fin se convenza de que seamos padres.

 

Ambos adultos sonrieron, no se esperaban tanta sinceridad de parte del moreno, pero al parecer Shun hacía muchos cambios en el.

 

—Antes de irme será mejor que te revise Himuro, parece que el dolor no ha disminuido mucho.

 

Akashi se excusó, dándoles la privacidad que necesitaban los otros como médico y paciente, ya se sentía mejor, quizá solo estaba demasiado estresado por la situación que estaba viviendo.

 

Miró a Shun en la cocina, todos los niños estaban a su alrededor, parecía que todos querían ayudarlo, vio pasar la harina y un par de huevos directo al suelo desde las manos de Daiki.

 

Los ojitos del pequeño se aguaron, el pecho de Akashi se oprimió pensando, se acercó para disculparse por el menor, cuando la reacción de Shun lo sorprendió.

 

Todos los pequeños se habían quedado en silencio, Kagami había tratado de evitar que se acercaran a Daiki, con algún grado de temor a que fueran a hacerle daño.

 

—ups. —fue lo que agregó Shun, antes de poner un poco de harina en la nariz del menor. —un pequeño accidente,  debes tener cuidado Daiki, pero mira si ahora tienes nariz de harina, mandarina. — los niños lo miraron extrañados, pero con una sonrisa en los labios, incluso Daiki se veía feliz.

 

— ¿Cómo siendo personas tan buenos, parece que yo solo conociera malos aspectos?

 

— Simplemente te dejaste llevar por las malas lenguas y los celos, siempre creíste que Himuro quería quitarte a Murasakibara, luego con lo que Kuroko sentía y todo lo que pasó, le diste mayor razón a tus miedos.

 

—A veces eres muy perspicaz Shintarou, ¿qué tiene Himuro?

 

—Tuvo un accidente de auto, como dicen las cosas malas siempre le pasan a buenas personas, sus costillas no quieren sanar, está débil aun, además de otras cargas que tiene en este minuto, no creo que sea bueno que dejemos a los niños, el necesita descansar.

 

—Tranquilos los dos. —Shun los interrumpió con  todos los niños a su lado— yo me haré cargo de estos pequeños, ustedes hagan sus asuntos, que Tatsu se quedará en cama y descansara.

 

—¿Shun-chan, Tat-chan femo?

 

—Si amor, está enfermito, pero nosotros lo vamos a cuidar, verdad pequeños. —el más entusiasmado era Taiga, al parecer una parte del amor por su hermano seguía intacto y solo saber que estaba enfermo lo había preocupado. —Voy a llevar a Akashi y a Midorima a la puerta, salgan los 4 de la cocina y me esperan en la sala, Taiga, ¿puedes cuidarlos? — Luego de que el tigre asintiera y se las ingeniara para llevar a todos los menores aferrados a él, los tres adultos llegaron a la puerta.

 

—Izuki-kun, de verdad estoy agradecido con ustedes, sé que Himuro está enfermo y que debe descansar.

 

—Tranquilos, no es su culpa que ese idiota no descanse, Tatsu tiene muchas cosas en la cabeza con las que lidiar ahora, su cuerpo no sé ha recuperado aun y el dinero no nos sobra, los medicamentos y el hospital nos salió bastante caro, pero nos estamos esforzando, solo se siente un poco inútil.

 

—Izuki…—Akashi se sentía de lo peor, el mismo había rechazado a Himuro cuando había postulado a una de sus empresas, incluso sabiendo la buena capacidad que el moreno tenía, las referencias no eran menores.

 

—Tranquilos, arreglen sus problemas y no sé preocupen por nosotros, por hoy seremos sus niñeros, por lo demás no tiene ni que pensarlo.

 

Shun los dejó en la puerta, sintiéndose un poco culpable por compartir su situación económica, pero en realidad estaba un poco desesperado, las palabras habían escapado de su boca sin que el pudiera si quiera notarlo.

 

Se quedó metido en sus pensamientos, hasta que llegó un pequeño Takao corriendo.

 

—Shun-chan, Shun-chan, Tat-chan no quede cotase.

 

Shun tomó en brazos al menor, para llegar a la sala, donde tres pequeño con pucheros en el rostro y a un Himuro sumamente pálido, lo esperaban.

 

—Tatsuya, vete a la cama.

 

—No Shun, no puedes hacerte cargo de todo solo, Midorima dice que solo es dolor, que solo no debo hacer excesivos esfuerzos…—pero su frase quedó a medias cuando una fuerte puntada lo obligó a recostarse.

 

— ¡Tatsuya! ¿Qué tienes? —Shun se acercó a él con Takao entre sus brazos, Himuro sudaba y parecía estar soportando el dolor.

 

—Oni-chan, vamos, debes recostarte, estas enfermo, no quiero que te pase nada, no quiero. — los ojos del tigre se habían llenado de lágrimas.

 

—Mudo-chin, pofavod, costa. —Murasakibara le había tomado la mano en señal de súplica.

 

Daiki estaba en silencio, pero apretaba sus ropas con sus pequeños puños. — po favod, descanse, si le pasa algo Kise se ponda tiste y si el lloda yo llodo.

 

—Si Dakinii lloda, yo llodo. —y fue con eso que Kazunari comenzó a llorar de forma desesperada.

 

Himuro y Shun simplemente sonrieron, el escolta decidió meterse a la cama, siendo arropado por los menores, al parecer ese día tendría 5 enfermeros.

 

Himuro observó por la ventana, deseando que a los otros les fuera bien y que todo se solucionara.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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