Kuroko trató de volver lo más rápido que pudo, le había prometido a su suegro que regresaría, ya tenía una idea de cómo traer a su esposo de vuelta, pero para esto debe traer a Taiga con él.
Izuki lo había recibido en la puerta, con una sonrisa.
—Izuki-sempai, necesito a Taiga, yo…
—Primero debes respirar, calmarte, ven pasa. — Izuki lo tomó del brazo y lo llevo hasta la sala, donde pudo ver cosas regadas por el suelo. —Todos están dormidos junto a Tatsuya, realmente hasta yo lo estaba, dime Kuroko ¿encontraste las respuestas que necesitabas?
—Izuki-sempai…—El peliceleste miró a su antiguo compañero, se detuvo a mirar un poco su ropa, incluso la casa, estaba limpia de forma incluso exagerada, pero todo parecía realmente barato, no habían lujos ni nada, los muebles eran de segunda mano, todo eso ganado con mucho esfuerzo, por un segundo las manos de Kuroko empezaron a sudar, Taiga y él debieron ayudar a Tatsuya, pero él no fue capaz de separar las cosas.
—Iré por Taiga-kun tranquilo, por ahora trata de calmarte, mírate las manos, tiemblas como un chihuahua, no tienes que decirme nada. — Izuki volvió con una taza de té en las manos. — Es té dulce, te compondrá un poco.
—Izuki sempai. — Kuroko lo tomó de la manga y rodeo el cuerpo del mayor con sus brazos. — lo lamentó, soy una mala persona y no merezco a alguien como Taiga en mi vida, yo realmente hice que todos pasaran cosas malas, si yo hubiese sido un mejor esposo Taiga estaría bien y Himuro-kun tendría la ayuda que tanto necesita, el lugar que merece.
—Shhh, tranquilo, a veces son errores que se deben cometer para aprender. — Izuki lo llevó de vuelta al asiento, donde ambos se quedaron, apegados un par de segundos. — La historia de Tatsuya y la mía con él como pareja es larga y difícil de entender, pero Tatsuya es buen hombre y el no crees que fueras malo, nosotros solamente queremos que ustedes estén bien y bueno que todos podamos ser una familia, quizá no de sangre, pero una familia al fin y al cabo, Tatsuya moriría de pena si no puede conocer a los hijos de Taiga o si no le permites visitar a Taiga, todo eso lo mataría, después de todo es un hombre frágil, también creo que le gustaría que Taiga pudiera conocer a sus hijos.
—¿Izuke-sempai usted está?
—No, por mucho que Tatsuya quiera no es así, la verdad es que el dinero no está de nuestro lado por ahora, pero ya nos repondremos, ahora iré por Taiga-kun, ya quiero que sea grande, me perturba no verlo como el gigante que es… es algo así como un cachorrito de tigre y un gatito un poco escuálido, a veces es difícil recordar que hombres tan grandes fueron pequeños en algún minuto.
Kuroko sonrió y miró la carpeta con documentos, en ese montón de papeles había más dinero del que el peliceleste quisiera.
Taiga llegó a su lado con los ojos muy rojos y un poco dormido aún, lo mejor ahora era tomar un taxi desde la casa de los mayores.
Kuroko no podía parar de pensar en Himuro, en Izuki y sobre todo en su suegro, todos ellos habían renunciado a mucho solo por la felicidad de quienes aman, solo para que él pudiera tener un lugar más amplio en la vida del tigre.
Se detuvieron ante el alto edificio de departamento, apretó la mano del pequeño y subió al departamento de su suegro.
—Taiga-kun, la persona que vamos a conocer aquí es alguien que te quiere mucho, te va a decir muchas cosas, pero debes estar tranquilo y escucharlo.
—está bien.
—Taiga-kun, jamás olvides que te amo mucho y que lamento todo lo malo que te pude hacer pasar, todo lo triste que puedes haber estado por mi culpa.
—¿pero yo no estoy triste?
—Sí, lo sé, es solo que, necesitaba decírtelo, a veces los adultos solo deseamos decir cosas.
—¿Cómo el señor de adentro? — Kuroko asintió mientras se ponía de pie, mientras el menor se aferraba nuevamente a su mano. — A veces los adultos son muy compicados.
—Si Kagami-kun, a veces lo somos.
La puerta se abrió y las miradas de ambos pelirrojos se cruzaron, ambos simplemente se miraron como fijamente.
—¿Papi?
—Hijo, Taiga…Dios. —El mayor se sostuvo la cabeza, para luego tomar al niño y abrazarlo con todas sus fuerzas, ver a su hijo nuevamente frente a él, parecía un sueño del que prefería no despertar.— mi pequeño Taiga, ¿Cómo paso esto?, mírate, God, ¿Cómo puedes?¿cuando paso? — El peliceleste notó las mejillas del mayor, las lágrimas bajaron caudalosas por ellas, sin que ninguno les prestara importancia.
—Hace unas noches, por alguna razón Taiga-kun volvió a ser un niño, realmente no sabía qué hacer, pero entendí que fue por mi culpa que esto pasara. Yo le hice daño a Taiga de muchas formas, abrí heridas del pasado que nunca sanaron, por eso Taiga está de esa forma, por mucho que me disculpe, no puedo borrar el paso, todo lo que hice, todo lo que dije…
—Tetsuya…
—Y así como yo no puedo borrar lo que hice Tora-san, usted tampoco. — el mayor sintió que el pecho se le apretaba, pero entonces Kuroko continuo. — usted crío un gran hombre, bueno, bondadoso y fanfarrón muchas veces, pero ante todo de buen corazón, ese hombre nos escuchara y nos perdonara, solo por el hecho de que nos ama profundamente, Taiga-kun es un adulto y no podemos callarnos nuestros miedos, nuestras culpas, todo aquello que nos está torturando, no es justo que lo llevemos oculto para siempre. — Kuroko se dejó caer en el suelo de la entrada, para luego continuar. — Taiga-kun, yo te amo mucho, tú me salvaste de muchas formas, me ayudaste a ponerme de pie y a superarme a mismo, obtuvimos muchas cosas juntos, como compañeros, como equipo, como amigos, pero el momento más feliz de mi vida fue cuando supe que podría estar siempre a tú lado, no debes tener miedo, ya yo siempre regresaré a casa, siempre regresare a tú lado, Kagami-kun, por eso necesito que regreses, sé que tienes miedo, sé que no quieres perderme, yo tampoco quiero perderte a ti, pero podemos luchar, podemos hacer esto juntos una vez más. — Kuroko puso su mano sobre la mejilla del menor, quien dejó caer las lágrimas por su rostro.
—Kuroko…
—Hijo, sé que quizá no tienes idea de lo que estoy hablando, pero lo siento, lamento no haber cuidado de tú madre como debería, lamento que por mi culpa ese amor que solo tú madre podía darte no estuvo presente, que tuvieras que hacerte cargo de tú vida antes de tiempo, yo solo quería darte lo mejor, solo quería cuidarte, si yo hubiese podido habría cambiado mi vida por la de ella, habría cambiado todo para que ella y tú hermanita estuvieran junto a ti hijo. — El mayor comenzó a llorar, dejando salir todo ese dolor que llevaba años ocultando. — Entiendo si me odias hijos, entiendo que no puedas perdonar toda la basura que traje a tú vida, ni yo mismo puedo hacerlo, pero quiero que sepas que no hay día en que no sienta todo lo que ocurrió, no hay día en que no recuerde a tú madre, en que no desee tenerla a mi lado, en que no desee mirar su rostro y disculparme por todo el daño que les hice, solo quiero que sepas Tai, que daría mi vida por verte sonreír, por saber que puedes ser feliz hijo.
—Y soy feliz papá, ya no llores, sé que no tienes culpa de lo que paso, sé que me amas y sé lo mucho que amabas a mamá, Tetsu tengo miedo, te amo tanto que me asusta perderte.
Taiga no pudo continuar, sus ojos se fueron cerrando hasta caer dormido cobre los grandes brazos de su padre.