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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

la personalidad de Akashi es muy Ooc!!!!!

 

Himuro miró al pelirrojo que se encontraba frente a él, parecía que se desmayaría en cualquier minuto. El moreno conocía a Akashi desde hace varios años y tiene claro que tiene que estar realmente afectado para verse tan frágil y debilitado.

 

—Akashi, creo que lo más prudente es que pases y te sientes un minuto.

 

—Tatsuya no es necesario, yo realmente creo que debo retirarme, ya he sido de bastante molestia en tu estado, lo mejor es que me retire y te deje de cargar de esta forma.

 

—¿qué parte de somos amigos no entiendes? —Himuro había tomado una actitud firme, lo quisieran o no él era mayor que el pelirrojo y como tal debía respetarlo. —primero, estas sumamente pálido, parece que te vas a desmayar en cualquier momento y segundo te estás aguantando las lágrimas.

 

Fueron esas palabras las que terminaron por colapsar el corazón del pelirrojo, quien simplemente dejó las lágrimas correr por su rostro. —Himuro, eres mejor persona de la que yo si quiera puedo aspirar a ser. — sonrió dejando una mezcla extraña entre la alegría y el dolor. — Sabes ya sé lo que debo hacer para que Atsushi esté bien, para que pueda disfrutar algo que le fue quitado, lo peor es que a pesar de que sé que es lo correcto y lo mejor para él, siento que no puedo hacerlo, quiero ser egoísta, quiero una opción donde Atsushi tenga que estar a mi lado para siempre.

 

—Sabes Akashi, creo que puedo entenderte, a veces lo más sano sería renunciar, sería alejarte y dejar que esa persona que amas sea feliz, pero muchas veces no es la mejor solución y tampoco la más sencilla de tomar, antes del accidente, me ocurrieron muchas cosas y salir de todas las penurias que estaba viviendo parecía imposible, el día del accidente terminé mi relación con Shun, le dije que ya no podíamos estar juntos, que simplemente todo tenía un límite y que en nuestro caso, ya lo habíamos sobrepasado.

 

—No debió tomárselo bien.

 

— No te mentiré, no se lo tomó nada bien, pero lo aceptó, sabía que yo no estaba en condiciones para seguir con él y aunque me duela admitirlo, las carencias económicas también fueron demasiadas, no me gusta aceptarlo, pero habían días en que no nos alcanzaba para dos platos de comida, a veces ni siquiera para uno. — una sonrisa amarga adorno el rostro de Himuro. — pero cuando paso todo, cuando le dieron aviso a Shun, no importó que ya no fuera mi pareja, él se quedó a mi lado, tomando mi mano, le pedí, le supliqué que se fuera, que buscara alguien que de verdad le hiciera feliz, que le pudiera dar lo que yo no le di. — Akashi lo miraba fijamente. — pero sabes, él me dijo que estaba siendo un egoísta, que estaba obligándolo a renunciar al amor que él tenía por mí, que si quería que avanzáramos tenía que darle la oportunidad de elegir por el mismo la forma en que quería afrontar el mundo.

 

—Quieres decir…

 

—Himuro quiere decir que tomes la decisión necesaria para traer a Atsushi-kun, pero que no creas que será definitivo, si el gigante vuelve a la normalidad y quiere algo diferente, quizá lo más sano es que por esta vez, tus palabras no sean absolutas. — Shun traía al pequeño Atsushi entre los brazos, quien se refregaba los ojitos, al parecer había estado durmiendo. —será el quien tenga la respuesta y si la decisión que estas tomando es real.

 

La sonrisa de Shun era tan cálida, Atsushi envolvió con sus brazos el cuello de Akashi, al parecer seguía medio dormido.

 

El pelirrojo observó la pareja, ellos habían vivido cosas terribles y aun así le sonreían, aun podían darle unas palabras amenas para que el fuera capaz de enfrentar lo que se le venía.

 

Subió al auto agradeciendo que la distancia no fuera tanta como para arrepentirse, tomó las manos del pequeño, quien de apoco despabilaba de la siesta que estaba tomando.

 

Los ojos del pequeño se abrieron notando la construcción, los colores eran distintos, pero el sabía que estaba en casa.

 

—Aka-chin no quedo…

 

—Atsushi, mírame, sé que estas asustado, pero tú mami no va te hará daño, ella está enferma y por eso hace lo que hace, ella no te hará daño.

 

—pedo, ella no quede.

 

—Confía en mí, me quedaré a tú lado. — el menor asintió, Akashi caminó con el pequeño entre los brazos, no estaba seguro, pero sentía que por ahora era lo correcto.

 

Un hombre alto abrió la puerta cubriéndose los labios al ver al pequeño, la mujer a su lado había palidecido bruscamente.

 

—¿Mami, papi? — el niño los miró confundido, los rostros de sus padres se notaban diferentes, pero eran ellos.

 

—Akashi…

 

—Yo no puedo explicarlo, solo sé que él está de este tamaño ya que tiene que luchar contra una mala experiencia y supongo que esta debe ser la relación que tiene con usted. — el pelirrojo miró a su suegra, quien lentamente se acercaba al pequeño.

 

—Bebé.

 

—¿mami? Ta llodando, ¿chente mal? — Atsushi se mantuvo apretado al cuello de Seijuro, pero mirando fijamente a su mamá.

 

Fue rápido, un segundo, en el cual la mujer se dejó caer de rodillas mientras estiraba sus brazos hacia el pequeño.

 

Atsushi se dejó abrazar, de un minuto a otro una profunda pena llenaba su pecho.

 

—Sei-kun. — Su suegro se acercó buscando llamar la atención del emperador. — no comprendo.

 

— Yo tampoco lo hago, pero ahora estamos aquí, yo solo quería que el volviera, aunque ahora he cambiado un poco de opinión.

 

— ¿A qué te refieres? — fue Atsushi quien hablo de entre los brazos de su madre.

 

—Cuando te vi así, pequeñito, me asusté mucho Atsushi, no entendí lo que estaba pasando, pero ahora comprendo que tú tienes una nueva oportunidad, que puedes arreglar eso que tanto daño te hizo, puedes mejorar tú vida y la de tú madre.

 

— ¿me dejaras?

 

—Jamás podría corazón. — Akashi beso las manos del niño. — pero te estoy dando el tiempo, ya no quiero que vuelvas a ser adulto ahora, tienes un oportunidad única en tú vida, tienes la oportunidad de vivir una edad, de arreglar un minuto de tú vida muy triste, yo solo quiero que puedas ser feliz, por eso te dejaré con tus padres, ya no puedo ser egoísta, ya no puedo querer solo lo que me sienta mejor a mí, por ahora tengo que pensar en ti, en lo que pueda hacerte sonreír, en lo que pueda darte la alegría y la esperanza que tanto necesitas.

 

—¿y si no vuelvo nunca?

 

—Esperare a que seas un adulto, a que tú cuerpo cambie con los años y cuando estés listo, yo estaré con los brazos abiertos Atsushi, ya no hay nadie para mí, mi amor solo podrá crecer con los años, lo único que te pido es que no me olvides, ¿sí? Yo estaré siempre que me necesites.

 

Akashi beso la frente del pequeño, les sonrió a sus suegros y se dio vuelta para alejarse del hogar de su familia política, en la entrada un hombre alto lo esperaba.

 

— ¿padre?

 

—Hola Sei, un amigo tuyo me llamó, me dijo que estabas aquí y que probablemente me necesitarías ¿ocurrió algo hijo?

 

—Padre…— la voz de Akashi se quebró, se sentía tan pequeño, se sentía nuevamente solo.

 

—Hijo. —los grandes brazos de Masaomi rodearon al pelirrojo, no recordaba la última vez en que los brazos de su padre habían sido su refugio, en que esos grandes brazos habían calmado su tristeza, su dolor, su soledad.

 

—Lo amo papá, lo amo tanto y acabo de perderlo, pero sabes, él tiene lo que tantas veces soñé, los brazos de mamá, él puede estar con ella nuevamente, puede sentir el amor de madre que tanto le hizo falta, no soy nadie para quitarle eso, no soy nadie para privarlo de algo que cualquiera de nosotros sería feliz de tener, pero duele, duele mucho, si se queda así para siempre, si pasan los años y el crece, si conoce a alguien mejor que yo, si estoy muy viejo para volver a ser su pareja.

 

Masaomi no entendía bien las palabras de su hijo, le acaricio el cabello y le respondió con la mejor respuesta que podía darle. — yo esperare a tu madre las vidas que sean necesarias y sé que ella me está esperando, cuando el amor es de verdad hijo, no importan los años, su intensidad nunca cambiara.

 


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