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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Hola gente, sé que me tomé la vida para escribir, pero como sabrán mi mundo está un poco patas para arriba...

bueno lo primero es disculparme, la verdad es que me tomó más tiempo del esperado, no solo este capítulo, si no el desarrollo del fic, les comento que actualmente este es el último capítulo de una de las parejas, lo que quiere decir que el fic termina en 4 capítulos más...(sin contar este obvio) me costó un poco elegir como debía o no llegar al final de esta pareja, pero finalmente creo que llegue a lo que a mi parecer es el final que me deja más conforme, sé que mucho no estarán de acuerdo conmigo, pero siento que es lo que esperaba hacer desde que empecé a escribir, lloré al escribirlo, se me apretó el corazón un poco 

 

lo segundo, este fic se encuentra en edición, estoy revisando los capítulos, cambiando un poco su desarrollo y puntuación, al día de hoy solo he podido arreglar el capítulo 1

 

y tercero estoy subiendo esta historia a wattpad 

El moreno abrió los ojos sintiendo el cuerpo realmente pesado, la cabeza le daba vueltas, sentía como si hubiese bebido en exceso la noche anterior.

 

Se sentó en la cama, recordando todo lo que había pasado, recordando la última pelea con Midorima, recordando como su cuerpo había cambiado, recordando los cariños que el mayor había tenido con él, mientras estuvieron en la casa de Himuro, en como el peliverde le había hablado un par de horas antes, en como este ya había tomado una decisión.

 

Se sentó en la cama, reconociendo el pequeño osito de peluche que el peliverde le había obsequiado anteriormente, como pudo se envolvió en una de las frazadas que lo cubrían, la ropa del peliverde no estaba en la habitación, faltaban muchas de sus cosas, sintió su pecho oprimirse, luego de ver el medallón que con tanto recelo había ocultado.

 

Llegó a la sala, encontrándose con el de lentes, sentado con una tasa de café en las manos, estaba pálido y ojeroso, parecía no haber dormido en días, aunque en realidad solo había sido una noche.

 

En un costado del sofá, descansaban las maletas que Midorima había preparado, solo llevaba lo necesario, pero sentía que por mucho que guardara algo de él se quedaba en el lugar, algo que aunque quisiera, nunca podría recuperar, miró su tasa de café, esperando poder encontrar alguna respuesta en el oscuro brebaje.

 

Takao se percató de la hora, el más alto solía mirar las predicciones en ese horario, solía estar por buscar su objeto de la suerte, pero sin embargo, estaba quieto, mirando la nada, en un estado que el moreno fácilmente podía decir, llegaba a ser catatónico.

 

—Shin…

 

—Cuando llegaste. —lo interrumpió— lo primero que miré y en lo que me pude concentrar fue en tus ojos, en como ellos brillaban, nunca vi a alguien que trasmitías sentimiento, simplemente con mirarme. —Midorima sintió el nudo en su garganta, quería llorar, gritar a los cielos como se le estaba partiendo el corazón. — me enamoraste tan solo con eso, solo bastó que te mirara a los ojos para saber que no quería dejar de verlos nunca en mi vida.

 

—yo también te amo…

 

—también lo sé. — Midorima no se aguantó y dejó que un profundo sollozo escapara de sus labios. — siempre lo he sabido y fue un idiota, me sentía seguro de algo que pensé ciegamente que sería solo para mí. — las manos del más alto comenzaron a temblar. — pensé que podía hacer lo que quisiera y siempre estarías a mi lado, aunque fuera un estúpido egoísta, aunque terminara por romperte el corazón.

 

—Shin-chan…

 

—y lo peor, sabes que es lo peor Kazu. — Midorima levantó su cabeza, cruzando su mirada nuevamente con el pelinegro. — que a pesar de todo, me amas, que era verdad, que no importa cuántas veces te olvide o te deje de lado, no importa si soy un maldito egoísta, tú me sigues amando, me sigues eligiendo, sigues viendo por mi felicidad. — el peliverde comenzó a gritar. — por mucho que haga, por muy idiota que sea, simplemente me amas y eso me hace aún más horrible.

 

El peliverde dejó la tasa sobre la mesa de centro, para acercarse paso lento a su pareja. —cuando te miró Kazu, cuando te veo así, no puedo evitar sentirme desesperado, en este mundo me hiciste sentir querido, me hiciste sentir valorado, mientras tú estabas a mi lado no importaba si los demás se burlaban de mí, no importaba cuanta gente se burlara, no importaba cuantas veces me ignoraran o me pusieran algún sobrenombre ridículo, no importaba que nadie quisiera lastimarme, tú siempre estabas para defenderme…—Midorima comenzó a llorar. — pero no supe cuidarte, no supe valorarte, como puedo tener algo tan maravilloso como tú, si soy un maldito, si he sido un maldito los últimos años, si nunca pude darte el lugar que merecías. — Takao solo podía escuchar a su pareja, con unas ganas infinitas de correr a su lado y abrazarlo, de consolarlo y poder quitarle esas lagrimas que bajaban por su rostro.

 

—Shin-chan, vamos cálmate, eres un ser humano y cometes errores como todos…

 

Midorima lo miró a los ojos, quería rogarle, quería abrazarlo y suplicarle que se quedara a su lado, quería estar con él, quería rogar que Kazunari se quedara a su lado, pero con qué cara podría ser tan egoísta.

 

—No Kazu, soy todo menos humano, los humanos cuidan lo que aman, buscan hacer felices a sus parejas, pero yo lo único que logre fue hacerte daño, fue hacerte sufrir, actué egoístamente, no me importaste y te lastimé. — Midorima acaricio la mejilla del moreno, ambos dieron un paso hacia delante, sus cuerpos casi podían tocarse, la distancia entre sus labios también disminuía.

 

—¿vas a dejarme? Verdad Shin-chan, ¿es que acaso ya no me mas? — el más bajo tocó la mejilla del peliverde, quitando las lágrimas que hacían surcos en su rostro.

 

—es todo lo contrario Kazu, te amo como no pensé a llegar a amar nada en este mundo, pero yo no puedo ser quien este contigo, por años no pude hacerte feliz, no te puse como una prioridad, y aunque me muero por besarte, me muero por abrazarte y sentirte como mío, no puedo y aunque siento que me estoy muriendo, por primera vez quiero que seas feliz, quiero que puedas tener todo, quiero verte sonreír Kazu. — Apoyo su frente en la de Takao. — quiero verte sonreír, quiero escuchar tu cantarina voz, quiero ver como iluminas al mundo con tú alegría, como todos los que están cerca de ti sonríen y se animan, porque eso, eso eres tú Takao Kazunari…— el peliverde besó la frente del moreno, se alejó en busca de su maleta.

 

—¿Te irás? —el peliverde movió la cabeza como afirmación, mientras las lágrimas bajaban caudalosas por su cara. — entonces soy yo quien debería dejar este lugar, la casa es tuya aunque yo…

 

—No Kazu, te lo pido, quédate, está casa es nuestra y yo no podría vivir aquí, no podría estar en esta casa sin saber que estas en el cuarto o en la cocina, no podría estar aquí sin pensar en que escucharé tu voz, o que si voy a la sala estarás durmiendo en una linda cama improvisada, no podría estar aquí sin ti Kazu, yo realmente no podría…no podría vivir aquí sin sentir tu calor— Midorima estaba devastado.

 

—Shin-chan, ya tranquilo.

 

—No quiero calmarme, quiero llorar, me duele, me duele dejarte, me duele saber que alguien te tendrá, que alguien te tocará, que alguien te amará como debe, no quiero calmarme, me duele demasiado…—Kazunari dejó caer la manta que lo cubría, para abrazar al peliverde.

 

Takao apoyó su cabeza en el pecho del más alto. —jamás pensé que llegaría este día. — Kazunari sentía el nudo en su garganta. — jamás pensé que llegaría el día en que tendría que verte partir, desde que te conocí, siempre dije que haría todo por tenerte a mi lado Shin-chan, nunca me importó nada, yo sabía que en el fondo me amabas, podía renunciar a lo que fuera por ti…

 

Midorima entrelazó sus dedos con los del moreno. —Kazu…

 

—No estás luchando por mí, deberías pelear y que me quede a tú lado, pero renuncias, te alejas, como espera que creas que me amas, si simplemente te irás, que mentira más cruel Shin-chan. —Kazunari trató de sonreír, sabiendo que les estaba llegando el final, sabiendo que las aventuras se habían terminado, trató de inflar las mejillas en uno de sus típicos pucheros, pero el aire escapo de sus pulmones en un profundo y doloroso sollozo.

 

Midorima sonrió, tratando de no perder la compostura.—Fueron tantos los momentos Kazu, los bellos y los malos, los detalles, todo eso que no pude apreciar, todo lo que no valore, eso es todo lo que pienso en este minuto, no sabes cómo me gustaría volver a esos días en donde no fui capaz de darte un abrazo, no sabes cómo me duele saber todo lo mal que te hice, no sabes cómo me duele no ser capaz de darte todo, siento que muero Kazu, quiero pelear por ti, quiero rogarte que me perdones, poder disfrutar un día más a tu lado, pero no puedo Kazu, no puedo vivir con la culpa de que fuiste infeliz, Kazu, es que…—Shintaro respiraba entrecortado, mientras trataba de decirle todo lo que estaba en el fondo de su corazón. — es que ya no es mi tiempo, ya no es mi momento, mi minuto en tu vida pasó y simplemente lo desperdicie, y con esto, estas es mi única forma de mostrarte que te amo, es darte todo Kazu, eso incluye darte la libertad de no estar conmigo nunca más.

 

Midorima respondió el abrazo que Kazunari le estaba dando, reconoció el calor que tantas noches había sentido en su cama, esos pequeños mimos, esos pequeños gestos, todo ese amor que nunca volvería a sentir, el peliverde apretó con desesperación el cuerpo frente a él, respiró profundamente tratando de llenarse de la presencia, con miedo fue soltando el cuerpo del más bajo, sabiendo que ya no quedaba nada, que cuando ese abrazó se acabara su relación terminaría también, Midorima apretó los dientes, dándose fuerza, dejando sus brazos caer mientras el aire salía pesadamente de sus pulmones, poco a poco la distancia se hizo presente entre ambos, el peliverde llevó una de sus manos al rostro del moreno y agregó. — prométeme, prométeme Kazu, que buscaras la felicidad, que harás todo por ser feliz.

 

—lo seré Shin-chan. — Kazunari lloraba. — ¿y tú?

 

—yo…—hizo una pausa. — Lo que menos importa en este minuto soy yo Kazu…— Midorima se alejó del más bajo, tomando nuevamente su maleta, dejó sus llaves sobre la mesa, mirando la foto de su graduación. —fuiste la mejor pareja que pude desear…y lo que más deseo, lo que realmente deseo con el corazón, es puedas ser feliz. —Agregó antes de salir.

 

Takao se sentó en la sala, mirando a su alrededor, sintiendo como si su pecho se sintiera tremendamente vació.

 

Por su parte Midorima se subió al auto sintiendo que las piernas le fallarían y terminaría en el suelo, el calor que había sentido sobre su ropa, el calor que Takao había dejado sobre pecho, poco a poco iba desapareciendo, se abrazó a sí mismo esperando recordar el tacto del que hasta ahora era su único amor, miró sus manos, lo había perdido todo, había renunciado al amor de su vida.

Notas finales:

Gracias por leer 


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