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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Re subido!!

Kuroko apuró su paso, notando entonces que frente a la casa estaba estacionado el auto del peliverde, quizá todos estaban ya reunidos, por primera vez agradeció que todos ellos se hubiesen quedado en la misma ciudad y relativamente cerca, con todo lo que estaba pasando el caos hubiese sido aún peor.

Midorima ya había entrado a la casa, bajo la atenta mirada de su ex capitán; el pequeño ojo de halcón no había soltado el cuello del más alto, se sentía asustado y con ganas de ir a su casa, además no había visto a su mamá en horas y eso lo asustaba un poco más, aunque los brazos de Shin-chan le parecían lo suficientemente cálidos y sabía que estos lo protegerían.

—Kazu, te presento a Akashi Seijurou, es un viejo amigo. — Takao giró su carita y los ojos del emperador le hicieron sonreír, al parecer el menor lo miraba con anhelo.

—¿Sei-chan?... — preguntó el niño con un poco de temor. —sus ojos son muy bionitos Sei-cha. —Haciendo notar ese pequeño contraste amarillo que había quedado en los ojos del pelirrojo.

—Los tuyos también Kazunari. —El más alto se puso de pie y le tendió la mano al joven. —ven te presentare a alguien….

—Akashi…—Midorima dudó por un instante. —Murasakibara también. — el pelirrojo asintió girándose y llevándolos a la sala.

—Yo diría que, de la misma edad o un poco mayor, aunque parece que Atsushi siempre fue más alto de lo normal, por lo mismo no estoy muy seguro de la edad exacta…

Se quedaron en silencio cuando llamaron a la puerta nuevamente, Akashi a pesar de tener criada en casa decidió darle el día, ya que no sabía cómo explicar la presencia del niño y lo que menos quería era que llegara el rumor a los oídos de su padre, así que dejó al más alto, junto a los niños, quienes se miraban con duda y con algún tipo de recelo.

 

Tetsuya miró a su ex capitán que abría tan estoico como siempre.

—Tetsuya, me alegro que llegaras…

—Muchas gracias por recibirnos en esta situación Akashi. —el pelicelte agradeció y se acercó al niño que llevaba de su mano, para luego hablar. —Kagami, te presento Akashi, es un viejo amigo mío y de mi esposo.

—Mucho gusto, mi nombre es Kagami Taiga. —haciendo una reverencia, de verdad era un niño bien portado.

—Mucho gusto pequeño, pasen; solo falta que llegue Ryota…

La sombra entró notando solo entonces el verdadero nerviosismo del niño que se había quedado muy pegado a su pierna, después de todo Taiga era pequeño y como tal, había cosas que lo sacaban de su zona de confort.

—Shin-chan mida oto niño…—gritó un muy emocionado pelinegro aun enterrado en el cuello del de lentes.

—Buenos días Midorima

—Buenos días Kuroko, ven Takao te presentare a alguien. — cada uno tratando de disimular la sorpresa al ver a las parejas de sus amigos convertidos en niños, la verdad del que más les preocupaba la reacción era de cierto modelo rubio, ninguno quería perturbar la cabeza de los pequeños .— Kazunari él es Kuroko Tetsuya.

—Kukodo..kudoko..koduko..kukudo…—el pequeño pelinegro intentó varias veces decir el nombre de la sombra sin mucho resultado, sus ojitos se empezaron a llenar de lágrimas, se sentía mal de no poder decir el nombre del mayor.

—Kazunari no llores…—el pequeño tigre se acercó y le tomó la mano. —Mejor dile Kuro-chan, no te parece, me llamo Kagami Taiga. —sonrió, el pequeño ojo de halcón se sintió más cómodo ante la actitud del pequeño.

—Kagami —repitió el niño, sonriendo alegre de poder decir el nombre del niño, para luego referirse al adulto. —Si seda más fácil…—miró al peliceleste y lo saludó. — hola Kudo-chan…—haciendo un gesto con su manita; el de lentes sintió su corazón oprimirse, de verdad tener un hijo con Takao no parecía mala idea al ver a este pequeño, un hijo de ellos tendría esos lindos gestos, sería tan bello un bebé de ambos, sería como ambos.

Tanto para Midorima, como para los demás adultos presentes les pareció muy tierna la actitud de hermano mayor que el pequeño tigre dejaba ver, después de que Takao aceptara con una bella sonrisa lo que el pequeño tigre le decía y que cuando tomaba la mano del tigre, todo se volvió más tranquilo.

Ya en la sala de la casa del pelirrojo, mientras el pequeño tigre junto a un Takao que no soltaba la orilla del pantalón de Midorima veían televisión, los mayores empezaron a debatir el tema tan importante que tenían entre las manos.

—¿Akashi, tienes alguna idea de que pasó?

—Tengo algunas hipótesis, por las reacciones que ha tenido Atsushi conmigo durante la mañana, ¿qué han podido ver ustedes?

—Takao ha llorado un par de veces, cuando le he mencionado ciertas cosas, además nosotros, bueno no estábamos muy bien este último tiempo.

—Atsushi y yo tampoco, hemos tenido discusiones el último tiempo que han ido más lejos de lo que yo mismo esperaba

—La verdad no he visto mucho a Kagami estos días, como para tener una pelea, casi nunca está en casa, me engaña con su trabajo…—la pequeña sombra suspiró, hace mucho tenía todo eso guardado eso su pecho, ninguno pudo evitar mirar al suelo, bajar la cabeza, pero ninguno había hablado con nadie por apoyo, de una u otra forma no estaban siendo buenos amigos, el único que los llamaba a diario a cada uno era cierto rubio insistente, pero aun así ninguno de ellos había buscado consejo, en medio del silencio el timbre los sacó de esa melancolía, los dos faltantes llegaron.

Para Kise el presentar al pequeño era una dificultad, en realidad era todo un reto, según lo que decían los mensajes que habían llegado esa mañana logró comprender que no era el único con esa situación tan inusual,  suspiró pesadamente dejando escapar todo el aire de sus pulmones, como si llevara varios minutos bajo el agua.

En realidad la generación de los milagros jamás fue normal en ninguno de los sentidos posibles del uso para la palabra, pero despertar una mañana y darte cuenta que tú esposo esta convertido en un niño de apenas 3 años colapsaría a cualquiera.

Fue en el minuto en que tocó la puerta en casa de su excapitán que Kise por primera vez logró reparar en la terrible situación en la que se encontraban, no solo él y su moreno, si no también todos sus amigos.

Sus manos comenzaron a temblar, rápidamente entro en pánico, miró al pequeño de ojos azules a su lado, sintió su pecho que se apretó fuertemente, el aire en sus pulmones entraba de manera difícil, su garganta parecía cerrada, no logró decir ni una sola palabra, que pasaba con él; sintiendo rápidamente una angustia que lo embargaba, repentinamente abrazó al niño de forma brusca, que le pasaba, se sentía terriblemente mal, le empezó a dolor la cabeza, sentía como su ojo punzaba, quizá le había subido la presión, soltó al pequeño poniéndose de pie, tratando de mantener el poco equilibrio que aún le quedaba, esta situación estaba fuera de lo que realmente el rubio podía manejar, se apoyó en la puerta sintiéndose un poco perdido aún, las náuseas subían por su garganta, se empezó a sentir sumamente mareado, la vista se empezó a nublarse, todo parecía como una película, trato de enfocar su vista, pero no estaba sirviendo.

—Kise… ¿qué le pasa? — la voz infantil de su moreno se escuchó lejana, su pecho sonaba fuertemente, lograba sentir el palpitar de su cabeza, ya no podía respirar se ahogaba.

Akashi abrió la puerta recibiendo entre sus brazos al rubio

—¡Ryota!

—Kise...— el pequeño moreno gritó junto al emperador.

Los mayores y los niños fueron lo más rápido que pudieron a la puerta, el rubio se había desmayado.

—Aka-chin ¿qué pasho? —un pelilila estaba parado junto a los demás refregándose los ojitos, recién había despertado de su siesta y no entendía quién era toda esa gente que estaba a su alrededor, solo había visto al pequeño moreno, junto al muchacho de cabello verde.

-—Akashi, yo me haré cargo— el peliverde se acercó al rubio. — Kuroko hazte cargo de los niños, mientras atiendo a Kise.

Con mucho cuidado el peliverde llevó al rubio al sofá de la sala, la verdad no era la reacción que ninguno de ellos esperaba, pero la presión de la situación no era como para reaccionar de otra forma, la verdad es que despertarte una mañana y darte cuenta que tu pareja con el que elegiste pasar el resto de tus días es un niño otra vez, es una impresión que a cualquiera hubiese nublado de peor manera.

—Kise…— una voz infantil les llamó la atención. —Kise, ¿qué de pasó? Kise…deadcione piofavod — pequeñas lagrimitas empezaron a caer por las mejillas del pequeño

—Hola pequeño, mi nombre es Kuroko Tetsuya, ven a jugar conmigo y los demás ¿si? — los ojitos del pequeño miraron al peliceste que le tendía una mano, no sabía de donde había salido, pero se notaba amable.

—Podfavod, déjenme quedadme hasta que Kise despiete, él fue muy beno conmigo y me compio dopa y patillas, el enfedmo pod mi culpa vedad, yo no soy lo que el quedia, pod eso esta así… pod favod…—empezó a llorar el menor. — yo debo estad cando despeste, debo, podfavod pedmitame despedidme del dadle las gacias. Yo debo, debo descul, disculpadme con él y agadecedle el jue muy, muy beno, yo ide con los demás niños y no me podtade mal, pedo déjenme quedadme a su lado hasta que despeste, esto es mi culpa — el pequeño corrió hasta el sofá tomando la mano del rubio entre las suyas. — Kise, pod favod pedoneme, deaccione,yo no ade nada malo, nunca le hade eso a nadie, pedo deaccione pod favod.

Midorima no supo cómo reaccionar el niño lloraba, mientras apretaba entre sus manitos la mano de rubio, los demás niños miraban sin decir palabras, aunque sentía mucha pena por ver al pequeño moreno y llorar, para el peliverde fue más que obvio que si Takao le había escondido algo que estaba afectando su relación, era más que claro que Aomine Daiki guardaba algo mucho más grande.

Las cosas se complicaban segundo a segundo.           

 

 

 

 

 


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