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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Hola lamento si este cap no cumple con expectativas.... la verdad estoy algo bloqueada con mis fic este ultimo tiempo y he perdido varias actualizaciones y por ende he tenido que rehacer...

Bueno aquí les va!!!

Que lo disfruten....

Ya para todos era claro, debían descubrir que era lo que le ocultaban sus parejas, a pesar que les dolió enterarse que sus esposos les guardaban secretos, pero aun así no querían juzgarlos  antes de entender la verdad, quizá esa era la forma de que volvieran a tener su edad real, esta era la puerta para arreglar sus matrimonios y tendrían que esforzarse por entender.

 

Midorima camino en silencio con el pequeño Kazunari tomado de su mano, se acercaron al jardín lleno de rosas, la belleza de esas flores era única, Akashi cuidaba cada pétalo con su vida, el peliverde miro al pequeño  que observaba las rosas rojas con admiración.

-Te gustan Kazunari...

-Son hemosas Shin-chan… mi gustadia tene en casa…- agregó antes de acercar su manita, sintiendo un pinchazo.-…auuhhhh…mmm…duele…- una de las espinas pincho el pequeño dedo de ojos de halcón, su barbilla comenzó a temblar y un pequeño puchero se formó en sus labios.

-No llores Kazu…- se agacho mirando a los ojos a ese pequeño.-… mira no pasó nada…- metió el dedito del niño entre sus labios, para limpiar la pequeña gotita de sangre.

-poque hizo eso… aoda nosotos sedemos familia…- sus ojitos se llenaron de lágrimas, amenazando en comenzar una nueva crisis de pena del moreno.

-Eso sería lindo… seriamos una linda familia, tú mamá, tú papá, yo y tú…no debes llorar…

-Es que no quiedo que Shin-chan sea como papá… él dice que solo que somos familia pod la sange…que el y mama no son nada y que si yo no estuveda el seguidia con su cadeda…yo no quedo se una cadga pada Shin-Chan tamben…- las lagrimitas empezaron a rodar rápidamente por las mejillas del pequeño.

-hey Kazunari, tú jamás serás una carga, ni ahora, ni nunca y menos para mí…- el peliverde lo rodeo entre sus brazos, buscando consolar al niño.- no importa cuánto tiempo pase tú eres y serás lo más importante y lo mejor que me puede haber pasado en esta vida.- agregó abrazando al menor, sus mejillas estaban rojas, pero no podía evitar sentirse así con él pequeño, podía ser un tsundere todo el tiempo, pero si para evitar ver llorar al pequeño se tenía que poner de cabeza, lo haría mil veces sin pensarlo.

Midorima intuyo que no era el mejor momento para hablar con el pequeño, Kazunari era sensible, demasiado en comparación a cualquier pequeño, no lo haría llorar más, pero ahora tenía claras muchas cosas, lo más sano sería poder conversar con el padre de su pareja lo más pronto posible.

Lo tomó entre los brazos buscando confortar el herido corazón del hombre que había llenado todo su ser solo con su existencia, algo en el corazón del peliverde vibraba dolorosamente, se preguntó de verdad cuantos años llevaría su amado escondiendo la tristeza y el dolor que algo en su niñez provoco, él jamás lo notó, jamás vio las señales, la verdad es que quizás jamás fue digno  de Takao, quizá había sido demasiado egoísta, la verdad es que existía la posibilidad de que el jamás generara la confianza que su pareja necesitaba, suspiro caminando hacia la casa, mirando de reojo como la pequeña sombra camina con el tigre de vuelta a la cancha.

 

-Kagami-kun, dime algo, ¿cómo es tú casa?

-mi casa es muy linda Kuroko…- sonrío.- no es muy grande, pero es bella …mi habitación tiene una ventana que mira a una cancha de basquetbol, pero estoy durmiendo en el cuarto de mamá, la ventana se quebró por un balón, y el frío se mete un poco… mamá dice que antes que llegue la bebe podremos arreglarlo …- sonrío, el tigre en verdad era muy tierno.

-¿Nueva bebe?... tú vas a tener una hermanita…- el tigre asintió sonriendo, la sombra se enterneció, pero no le cuadraba la situación, Kagami era hijo único, su único hermano era Himuro y bueno Alex había sido como su madre.- Kagami-kun… sobre la comida…

-Lo siento… de verdad no deben comprar nada para mi…. De verdad no hay necesidad de que bueno compren algo… yo puedo comer llegando a casa… mi mamá hará algo rico, quizá una sopa…- el rostro del tigre se sonrojo hasta las orejas, Kuroko estaba enternecido y preocupado, el pequeño tigre era tan perfecto.

-Pero Kagami-kun no tienes hambre…-se agacho colocando las manos sobre los hombros del tigre, justo cuando el estomagó el pequeño pelirojo rugió de forma brusca, dejando en evidencia que al igual que los demás pequeño ya era su hora comer.

-Pero… será mucho gasto… no quiero que mamá y papá tengan que trabajar más… y…- los ojos del tigre se enrojecieron.

-No es un gasto… es un regalo de mi parte, una comida de celebración por decirlo, por poder pasar este día contigo y con los chicos… que te parece si comemos todos contentos y compartimos… además recuerdas al niño que lloraba, quizá podamos ponerlo feliz entre todos… es que no quieres ayudar a que se ponga contento…

-Si quiero, no quiero que los niños pequeños lloren, ellos serán como mi hermanita, ellos son mis oni-chan de ahora en adelante y los cuidare mucho….- la verdad es que Kagami si los cuidaba de alguna forma, gracias al tigre Aomine había vuelto a jugar con esperanza, Midorima había confiado en el equipo, Murasakibara había recordado lo apasionante de un juego y lo decepcionante de perder, en ese minuto recordó al hermano del pelirojo, él debía buscar a Himuro, esa era la ayuda que necesitaba, él moreno y Alex serían los únicos que podrían darle respuesta a sus dudas.

-Ven Kagami, vamos a comer…- le tendió la mano sonriendo, la sombra se sentía extrañamente feliz, sentía que por fin tenía algo que hacer, por fin tenía un camino de cómo seguir para arreglar esto, aunque no podía evitar sentir un poco apretado su pecho, en ese día se había enterado de tantas cosas que desconocía de su esposo, quizás se había adelantado mucho en casarse con su tigre,  quizá no había podido generar una verdadera confianza en el más alto, como para poder conocer su pasado, la verdad es que eso ya les había pasado, solo supo de Himuro cuando se vieron frente a frente.

 

Midorima entro seguido por Kuroko notando como un Aomine lloraba quedadamente en la alfombra, mientras un pequeño de ojos violeta hablaba con su ex capitán, parecía estarle explicando la situación al niño.

Atsushi se veía triste y miraba a todos profundamente confundido, el pelirjo estaba preocupado, no le gustaba ver a su esposo con esa mirada, pero los niños eran muy empáticos y ver al moreno tan mal obviamente le afectaba, el pelirojo estaba un poco triste y desconcertado, la es que todo lo que estaba pasando en parte podía ser su culpa, las peleas y los problemas habían sido mayormente por su insistencia, nunca se dio un tiempo para entender los motivos de su esposo, había sido tan egoísta y ahora por eso Atsushi estaba reviviendo una parte triste de su vida.

-Akashi…- el peliverde llamó la atención del emperador,  ausencia del modelo, se hizo obvia.-¿Y Kise?- un fuerte sollozo salió de los labios del moreno, dejando a todos perplejos.

-El salió, pero ya viene…Daiki, no debes llorar, te enfermaras…- el moreno apretó su frente contra sus rodillas, estaba tan triste no importa si enfermaba.

-Aomine-kun…

-No me llamo Ahomine… no me llamen asi pofavod…yo no mi llamo así… yo no - sollozo nuevamente, no entendía nada, se sentía tan solo.-… pofavod yo lo quedo…que vuelva…pofavod Kise vuelva…- lloraba más fuerte.

Ninguno podía atinar a nada, ver al gran Aomine Daiki, el As de la generación de los milagros, el jefe de policía más joven de la ciudad, llorando, siendo tan débil, tan pequeño, los desconcertó.

-Llamaré a Kise-kun…- la sombra decidió aplicar lo mismo que en el jardín donde trabajaba, era más fácil que los niños confiaran entre ellos que a un adulto que ven por primera vez.- Midorima-kun, Akashi-kun es mejor que veamos el almuerzo, Kagami-kun eres el mayor ¿puedes cuidar de ellos?- el tigre asintió, este era el momento de pagar la comida y no ser una carga para Kuroko, el ayudaría con los pequeños.

Takao se alejó de la pierna de Midorima mirando al pequeño que lloraba, Takao era visiblemente más pequeño, por un segundo el de lentes pensó que el moreno  le podía hacer daño, sabía que los niños tristes o con pataleta llegaban a actuar de forma violenta, iba a acercarse, pero algo en su interior se removió inquieto al notar el gesto de desamparo en los ojos azules del moreno, se veía solo y muy triste, de alguna forma esa mirada vacía le recordó al Aomine Daiki de esos últimos partidos donde fueron la generación de los milagros, esos partidos donde los rivales de rendían, donde se perdía la esperanza, donde perdieron el respeto por sus oponentes, ese grito de auxilio que todos necesitaban, pero que ninguno de ellos fue capaz de decir, le recordó tanto al rostro de Kuroko, al de sus rivales, a los de ellos mismos cuando habían perdido todo incluso a ellos mismos.

La voz del pequeño ojos de halcón lo trajo de regreso a la realidad.

-Mida… yo cote…-enseño su dedito al moreno, que aun mostraba un suave tono carmín por el pinchazo de la espina.

-te…te duele... ¿mucho?-  el moreno alzó la vista al pequeño que negaba con la cabeza.

-No duele… Shin-chan beso y no dolo más… a ti te duele ago ¿vedad? Pooo eso lloda.

-…- el pequeño asintió, dejando a todos sorprendidos, los mayores se acercaron existía la posibilidad de que el moreno estuviera enfermo, el tigre y el pequeño gigante de Yosen llegaron donde el moreno.

-¿te hiciste daño?- Taiga se preocupó, si el pequeño estaba herido debían llevarlo con un doctor de inmediato, su mamá siempre le decía eso.

-None te dole…Daikichin…- el pelimorado, lo miro expectante, rebuscando en su bolsillo algo.- quizá solo tene uno poquito de hambe, toma este pan duce es del dasayuno, Oni-chan me lo dio, pedo yo te lo doy atu pada que deje de llodad yo no medesco duce tu si…pedo no llode ma pofavod

-…No es neesadio… a mi me duele aquí…- señalo su pecho.- …quiedo idme a casa… con Kise…no…no quedo… qui me odie…- volvió a llorar.

-no llodes más po..pofavod…-los ojos del pelilila se llenaron de lágrimas.

-Muda-chan va llodad… Dai-chan llorda …y…y si ustedes llodan yo llodo…- el pequeño ojos de halcón estaba a punto de llorar, su barbilla se contraída en una mueca de pena  otra vez.

-¡no deben llorar!- el pequeño tigre les llamo la atención.- Daiki tranquilo ya escuchaste a Akashi, el señor solo salió es decir que volverá… no debes estar triste todos lloraran si tu lloras…¿ podemos ver televisión… si quieres o jugar?- el moreno dejo de sollozar, pero negó inmediatamente.

-Solo quedo estad solo… pofavod… si no llodo y no me poto mal ¿pedo estad solo?

El tigre miro a los adultos, quienes asintieron muy a su pesar, ninguno de ellos conocía la situación real y no podían forzar al pequeño, el que más sabia de esto era Kise y estaban seguros que su salida tenía mucho que ver con la explicación que el rubio necesitaba, la verdad todos ellos sabían a quién acudir para tratar de corregir todo o al menos para entender.

 

Kuroko saco el teléfono, para contactarse con su compañero.

-Kise-kun…. Es mejor que regreses…Aomine-kun…

-no le digas así no le gusta… llámenlo por su nombre, hay ciertas cosas, información que necesito Kurokocchi, estaré de regreso en un par de horas… Cuiden de él…- Kuroko notó la cansada voz de su compañero, probablemente corría.

La llamada se cortó, Kise debía demorarse lo menos posible o ese pequeño enfermaría.

 

Kise continuo corriendo, debía llegar rápido donde su compañera, ella la única que podía darle esa información, solo esperaba que Momoi no se negara, de alguna forma podía significar tantas cosas, la idea que hasta ahora encabezaba la lista era que su esposo era adoptado,  sintió una molestia en su pecho ante el pensamiento, de verdad su esposo le había ocultado eso, empezó a bajar la velocidad en el minuto que un idea llego a su cabeza ¿ y si Daiki no quiere que lo sepa?¿No confía en mi?...no le brindo confianza suficiente…un nudo en su garganta, sentía ganas de llorar, apresuro el paso, no podía llorar ahora, debía saber la verdad.

La pelirosa lo esperaba en la puerta de la oficina, la mujer era parte de la policía, era un experta en recolección de datos, ella Riko Aida de verdad formaban la unidad más nueva del departamento, pero la más completa y competente en su trabajo.

-Ki-chan, ¿cómo estás? ¿Cuál es la urgencia, le paso algo a Dai…- no continuo al notar el mal semblante que el rubio traía.- Ki-chan, ven entremos, Riko nos espera.

El rubio no podía evitar temblar, estaba demasiado nervioso, si sus especulaciones eran ciertas, si todo lo que pasaba por su cabeza era verdad, su marido le había ocultado algo demasiado grande.

Se sentó frente a un escritorio lleno de papeles y una computadora, miro a su alrededor, el escritorio de junto estaba en las mismas condisiones, se notaba que ambas mujeres eran vivaces en las investigaciones.

-Ten un té con azúcar…- la castaña había aparecido de sorpresa, dejando una tasa frente a él, para después irse a su escritorio.

-Ki-chan, ahora explícame la urgencia que tenías por verme, después de todo el capitán esta en casa, pensé que lo estarías cuidando.

-Momoicchi, yo necesito información…-suspiro, sabía que esto era indagar en la vida de su esposo, pero por ahora era lo único que podía hacer.- … necesito saber que paso con la familia  Fuwa…


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