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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Bueno cuanto tiempo paso???

nadie sabe, pero he vuelto con este pequeño que estaba un poco retrasado, conste nunca olvidado, cada uno de mis hijos es importante para mi 

Bueno debo agradecer a todos quienes se tomaron un tiempo para comentar y bueno para pedir que ppublicara nuevamente.

Debo agradecer a Nanami.umbreon mi lectora beta en este nuevo proceso, su ayuda en este capitulo me dio la fuerza para seguir y espero que ella al igual de como lo hizo en este capitulo quiera continuar conmigo en este proyecto, ESTIMADA QUIERO PEDIRLE QUE PUEDAS ACOMPAÑARME EN ESTE PROYECTO.

 

Y bueno también decir que alguien muy importante en mi vida quiere leer, ella llego hace muy, pero muy poco a mi vida, pero es una persona sin igual, pero no la mencionare, pues no me corresponde, espero que cuando lea esto le guste

 

 

La casa de Akashi estaba sumida en un profundo silencio, solo se podía oír un pequeño jadeo proveniente de la sala y el sonido de la solitaria televisión pasando algún comercial a quien nadie prestaba atención.

 

Los niños, habían comido todo lo que los mayores les sirvieron, al único que pudieron notar como escondía comida en sus pantalones había sido a Daiki, quien de vez en cuando guardaba los trocitos de pan en sus bolsillos, el moreno quien a pesar de comer no había levantado la mirada ni una vez, tampoco habían dejado de bajar las lagrimitas por su rostro.

 

Kazunari había comido con la ayuda de Midorima, el pequeño moreno no sabía ni tomar la cuchara solo, había amenazado con llorar cuando esta había ensuciado su ropa, algo en el corazón del peliverde se había enternecido ante la escena, Midorima a cada minuto creía que ser padre no era tan mala idea después de todo y, finalmente, luego de comer el postre, se había acurrucado en la alfombra junto al peluche nuevo quedando dormido casi al instante.

 

Murasakibara comió tranquilamente, feliz,  hasta que vio la llegada del postre, pero por la insistencia del pequeño ojos de halcón comió pausada y quedadamente. Cada vez que llevaba la cucharita a sus labios miraba de reojo a Akashi, como esperando algún comentario de su, ahora, hermano mayor. Después, se había acomodado junto a  Kazunari, ambos habían sido llevados por los brazos de Morfeo.

 

Taiga al verlos dormir había corrido con urgencia a hablar con el dueño de la casa, ya que debían cubrir a sus Ottoto’s para que no enfermaran. Él tigre se quedó a su lado, cuidando que nadie les hiciera nada, viendo una serie en la televisión y, de vez en cuando, acariciando las cabezas de los niños, cada cierto tiempo miraba al moreno que está sentado frente al ventanal del patio, sus sollozos habían disminuido, pero aun bajaban las lágrimas por su rostro.

 

-Kise-kun debe volver rápido, Aomi…Daiki-kun se ve demasiado triste, se enfermara si sigue llorando…si sigue así lo más probable es que le suba la fiebre-murmuro el de cabellos celestes  a sus demás amigos, mientras miraba con preocupación al de cabellos azulados.

 

-Aunque creo que entiendo los motivos de Ryouta, espero llegue muy pronto- respondió Akashi cruzándose de brazos- además, estoy seguro que ustedes al igual que yo, ya tienen alguna idea de lo que está pasando…- continuo, desviando su mirada al de lentes.

 

- Creo que debemos esperar a Kise y entre todos tomar medidas a seguir -él peliverde señalo seriamente, la verdad es que lo mejor es que estuvieran todos juntos ahora…

 

 

Por su parte, a lo lejos, la mente de Kise no podía soportar tantas cosas, se encontraba caminando de vuelta a la casa de Akashi con la información entregada, de primera mano, por sus amigas, pero aun así no quería creer que esa extraña realidad, una en que aquella horrible situación fuera de verdad, el pasado de su esposo.

 

Suspiro pesadamente intentando pensar, preguntarse ¿Cómo nadie nunca se había enterado de esta situación? como, quizás, mucho de lo que Aomine era, había sido un secreto para todo el mundo, como quizá ellos jamás habían sido suficientemente buenos para poder apoyar al moreno.

 

La verdad es que tendría que hablar con quienes le puedan entregar la información más clara con respecto a todo esto; y en ese minuto los únicos que podrían darle esa información eran,  los padres del moreno, sus suegros.

 

Flash Back.

 

-Ki-chan, no podemos indagar en ese tipo de información de esa forma, sin tener algún respaldo.- la pelirosa notó la seriedad con la que el modelo la miraba, quedando callada al instante.

 

-Satsuki- dijo el rubio de forma seria- hay algo que Daiki me está ocultando, esto de verdad puede afectar mi vida, mi matrimonio, bueno en realidad a todos nosotros, te pido… o mejor dicho les pido a ambas- agrego mirando a la castaña- que me ayuden.

 

-Ai-chan…- la pelirosa miro a su compañera buscando la respuesta en los ojos de la castaña, esta solo cerró la puerta, diciéndole que esto quedaría en esas cuatro paredes.

 

Media hora había pasado cuando Momoi solo pudo cubrirse la boca para tratar de contener el llanto, Riko se había acercado lo más rápido que su cuerpo le permitió para llegar donde su pareja, sus ojos viajaron rápido sobre la pantalla leyendo los datos,  pero su sorpresa fue mayor a la esperada, ninguna de las dos podía calcular la magnitud de todo e imaginar que eso fuera verdad era algo que iba fuera de su realidad.

 

-Ki-chan… - los ojos de la pelirosa estaban aguados, conteniendo las lágrimas que amenazaban con caer.

 

-Kise-kun- la castaña tomo el control de la situación, frunciendo el ceño.- Los Fuwa parecen ser…  la familia biológica de Aomine Daiki.

 

El aire pareció congelarse en la habitación, para el rubio, todo tuvo sentido ahora, la necesidad tan grande del moreno por formar una familia, por tener un hijo, por sentirse parte de algo, esa extraña tensión cuando mencionaba la posibilidad de adoptar, eso, todo calzaba ahora.

 

-Eso…eso quiere decir que mis suegros, no son mis suegros… pero ¿Qué motivos tuvieron para entregar en adopción a Daikicchi?- se cuestionó, aun conmocionado por la información.

 

La pelirosa se restregó los ojos, alejando así  las lágrimas.- el informe al que pudimos acceder no indica el motivo, pero no fue entregado, se les quito la custodia a los padres- aclaro colocando una mueca en su rostro.

 

 Nadie se atrevió a decir nada, el rubio intento no llorar, levantándose y caminando a la salida, dejando a la las chicas solas. Momoi rodeo el cuello de la castaña dejando sus lágrimas salir de nuevo, ella misma, a pesar de todo, no conocía la verdad sobre su amigo de toda la vida, algo en el corazón de la pelirosa se había roto, algo en su vida se había quebrado de un momento a otro.

 

Fin flash back

 

Media cuadra antes de llegar a la morada donde, sabía su marido estaba, se detuvo, releyendo los papeles, buscando algo que les dijera que sus amigas se habían equivocado, pero al ver la foto en el archivo su mundo se quebraba de nuevo. Ese era su Daiki, ese niño con moretones en el rostro, con los ojos acuosos por las lágrimas, era imposible para él no saber que ese era su esposo  ¿Por cuánto había pasado? ¿Cuánto daño? ¿Cuánto rencor hacia el pasado había en el cuerpo de su amado?

 

¿Cuánto se necesitaba para faltar a la verdad?, faltar a las promesas que hicieron frente al altar, quizá nunca fue lo suficientemente bueno para crear en Daiki esa necesidad. Él y sus amigos, al parecer, no eran las parejas que necesitaban, no eran esposos dignos de ayudar con el dolor de sus pasados.

 

Kise no supo en que momento, pero se dejó caer al suelo,  dejo sus pensamientos y dolor fluir, junto con sus lágrimas, con su mente llena de preguntas, de lo que probablemente él jamás podría entender y con el corazón lleno de la pena más grande que una persona puede sentir, la traición.

 

Con nueva determinación y fuerzas encontradas se levantó dispuesto a enfrenar todo,  Aomine era un apoyo, un pilar fundamental, y esta vez era su turno de poder hacer algo por su esposo, era su turno de poder liberar del dolor a su compañero, debía traerle de vuelta y luego ambos podrían tomar las decisiones correctas.

 

Akashi abrió la puerta dejando salir el aire que llevaba ya rato guardando en su pecho por la preocupación. Frente a sus ojos, el rubio lo mira distante y campante, la verdad es que ver llorar a Aomine no era algo agradable.

 

Al entrar y ver el cuerpo del menor junto a la ventana, llorando, perdido en lo lejano solo acompañado por su tristeza, por el sentimiento de no tener a nadie, Kise se sintió a morir, esas lagrimas las había provocado él y solo él.

 

El silencio reinó completamente en la habitación, solo los sollozos de Aomine se lograban romper a través de aquel silencio. El corazón del rubio se contrajo cuando apareció frente a él, un niño con los ojos rojos, hinchados, que hipaba y que desesperadamente trabaja de callar su pena, el pequeño apretaba sus puñitos en busca de la contención que necesitaba.

 

Kuroko se acercó con cuidado al moreno, que no se acercaba al rubio, lo miraba de lejos, dejando las lágrimas bajar por su rostro, sin acortar la distancia, sin buscar ese calor que solo el rubio le entregaba.

 

-Daiki-kun, Kise-kun ya llego ¿No quieres acercarte?- cuestiono el fantasma, colocándose a la altura del menor, quien solo continuo sollozando.

 

-El no quede como yo… él… debe queded…a alguien bonito… no a alguien sucio como yo… yo no sivo pada Kise…pa nadie…- murmuro el moreno sin hacer nada para que las lágrimas pararan de caer por sus mejillas.

 

-Daikicchi, ven aquí, que dices…- poniéndose a la altura del menor para luego rodearlo cálidamente con sus brazos, en un abrazo reconfortante, sorprendiendo al pequeño, quien casi automáticamente forcejeo en un intento de escapar del contacto.

 

-pada que hace esto… no quedo su lastima… pofavod… no toque lo ensuciade-susurro estremeciéndose al notar como el agarre del modelo no flaqueaba ni un poco.

 

-No es lastima Daikicchi, es amor, por eso vine…- beso la frente del pequeño y lo contuvo entre sus brazos hasta que poco a poco se fue calmando. Entre sollozos el pequeño se había dormido acunado por la calidez y el cariño maternal que solo los brazos de Kise podían darle.

 

-Kise-kun… ¿Descubriste lo que necesitabas?- murmuro el de cabellos celestes para no despertar al menor, quien dormía plácidamente entre los brazos rubio. El modelo levanto la mirada hasta el fantasma, respondiéndole.

 

-Si lo hice. Aominecchi, efectivamente,  fue adoptado por los padres que nosotros conocemos, aunque según parece hay más información que desconocemos- sus orbes dorados se dirigieron hacia el pequeño que dormía aferrado a su camisa, en sus pestañas aun habían rastros de lágrimas, fuertes suspiros salió del pecho del menor.- chicos, me cuesta decir esto, pero creo que de la misma forma en que él me oculto esto a mí, los chicos hicieron lo mismo con ustedes, creo que hay mucho que no sabemos de ellos…

 

Nuevamente, todos guardaron silencio, algo en sus pechos dolía, la realidad es que era un secreto a voces lo que estaba pasando, era más que obvio que los cuatro niños,  mejor sus dichos sus esposos, no habían sido honestos con todo lo que su pasado era.

 

-Lo mejor es que tomemos las cosas desde este punto y no especulemos nada, avancemos y tratemos de resolver esta situación, luego se verán  las posibles medidas a seguir con nuestras relaciones y su… continuidad.- termino Akashi, observando a todos los demás en la habitación.

 

Todos se miraron sabiendo muy a que se refería el pelirojo, la verdad es que, si la mentira era más de lo que ellos mismos pudieran entender, era probable que sus matrimonios y relaciones se dieran por terminados, tenían que ser francos, ¿hasta qué punto ellos podían perdonar y aguantar secretos?

 

Kise acaricio el rostro del dormido moreno, cada facción en ese rostro lo enamoraba, cada parte de lo que Aomine Daiki era, lo había enamorado, incluso en sus años en Teiko ya lo amaba, pero aun así, por más que lo pensaba sentía que su fuerte matrimonio comenzaba a quebrarse, como esperaban poder armar un futuro felices, si sus cimientos estaban agrietado.

 

Kuroko se acercó a Kagami, aunque para él las cosas estaban claras, se sentía decepcionado y dolido, pero sabía que Taiga tendría sus razones, que jamás buscaría hacerlo sentir así, menos ocultarle algo, debía averiguar cómo volvería su esposo a la normalidad y luego le pediría las explicaciones necesarias, le tendió la mano al pequeño, indicándole que es hora de irse.

 

Akashi se apresuró a despertar a Atsushi, para llevarlo a dormir a la cama de la habitación, le dolía pensar que a pesar de que no le pudieran esconder nada había pasado por alto el mayor dolor de su esposo, el cuestionamiento era más para él que para Murasakibara, después de todo el jamás trato de saber, él jamás lo notó, lo mejor era que llegado el momento fuera el pelilila quien decidiera como continuar ante esta nueva verdad.

 

Midorima envolvió en la manta que cubría a los niños, para luego tomar en brazos a Kazunari, el pequeño pelinegro ni se inmuto acomodó su cuerpo sobre el pecho del peliverde y continuó con su siesta. La verdad es que Midorima sabía que quizá el mayor culpable de que existieran secretos en su relación no era Kazunari, si no él, después de todo era un Tsundere como siempre decía el moreno, quizá el moreno nunca ha sentido el real amor que le tenía, quizá la falta de confianza eran por sus actitudes, tendría tanto que pensar, tanto que cambiar de ser necesario.

 

Akashi observo al pelilila y aunque su rostro no lo mostraba, se sentía destruido, después de todo, después de sentirse absoluto, sentir que nada se le podía ocultar, estaba viendo ante sus ojos, que no fue capaz de ver, de entender el dolor que vivía su pareja,  no se dio cuenta, no fue lo suficientemente buen esposo, nunca le dio la plena confianza para que Atsushi se lo dijera, quizá debía dejar alguien mejor llegara al pelilila.

 

¿… Podría todo el amor que se tenían perdonar aquello que parecía ser solo la punta del iceberg de la vida de sus esposos? por mucho que les doliera decirlo la probabilidad que todo volvieran a la normalidad era muy poca…

 

 Realmente era escasa…

Notas finales:

Nos leemos pronto!!!


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