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Deseos del corazón por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Este capitulo es especial para mi querida Beta NAHO!!! felicitandola ya que esta semana ella termino el barchillerato, queridisima felicitaciones por este progreso y me hace sumamente feliz saber que tiene este logro en su vida!!!!

Bueno además hoy 11/07 esta de cumpleaños la persona mas maravillosa de la vida FELIZ CUMPLEAÑOS!!! <3 

CC <3 tú y tu musican cambiaron mi vida <3 

Kise llevaba al pequeño cerca de su cuerpo,  Daiki jadeaba, pero continuaba profundamente dormido, la verdad es que no era realmente tarde, pero el niño parecía ya no tener fuerzas, parecía estar realmente agotado.

 

Kise se acomodó en el taxi moviendo un poco al pequeño, el cual solo se aferró fuertemente a la camisa del mayor, dejando salir un largo suspiro.

 

-Parece que lloraste mucho, Aominecchi, ya podrás descansar en casa.- le acaricio la mejilla.- no entiendo como alguien pudo hacerte daño…-murmuro, mordiéndose el labio inferior con fuerza, hasta llegar casi a romperlo al pensar en aquello.

 

Cuando llegaron al departamento, Kise, prefirió acostar al pequeño en la cama para que descansara, de alguna forma sintió un poco de culpa por lo que le estaba pasando al menor, después de todo esas lágrimas habían sido su culpa, se había ido muy abruptamente a hablar con Momoi y Riko, y a juzgar por la situación del moreno, de seguro pensó que le iba a abandonar...

 

-mi pequeño Daiki, no entiendo como alguien pudo dañarte, como alguien pudo hacerle algo a un niño tan pequeño como tú.- las lágrimas bajaron por sus mejillas sin que él mismo pudiese notarlo o detenerlo.- no lo entiendo… es tan injusto… tú y yo que soñamos con un hijo… y personas que no son capaces de cuidar a los que tienen… mi bebé, como sueño que tengamos, un pequeñito, con tu fuerza, tú energía, con mis ojos y tú cabello… sería maravilloso.- Beso la frente del pequeño para cubrirlo con las sabanas y lograr que descansara, salió de la habitación, cerrando la puerta con lentitud y en silencio.

 

Kise se fue a la cocina buscando calmarse un poco, debía preparar la cena, él pequeño tenía comer sanamente. Miro hacia un lado, tomando el teléfono, debía llamar a sus suegros, hablar con ellos, pero ¿Qué decirles para no parecer grosero?, en realidad era una locura explicar todo lo que estaba sucediendo, se dejó caer pesadamente, sintiendo que todo a su alrededor estaba siendo tan extraño para él, más de lo que ya estaba.

 

-Mañana… -murmuro con cansancio- creo que por hoy es demasiado, mañana los llamaré y creo que podré dejar a Daiki con uno de los chicos para que lo cuiden por un par de horas… -sería muy extraño que sus padres lo volvieran a ver a esa edad, lo mejor sería optar por la opción de dejarle con Kuroko o Midorima.

 

La hora fue pasando sin que él realmente pusiera atención a ello, hasta que el horno le indico que el pollo estaba listo, camino hasta él, sacando la bandeja con un guante de tela, no quería quemarse, miro hacia fuera de la cocina.

 

-Creo que debería despertar a Daikicchi, ya debe tener hambre y quizás ni duerma en la noche si no lo despierto ahora.- murmuro para sí mismo, caminando hasta la habitación cuando un suave sollozo llamo su atención, frunciendo el ceño abrió la puerta, entrando al lugar, notando que, en la esquina del cuarto, el pequeño lloraba nuevamente.

 

-¿qué tienes, Daikicchi?- dijo el rubio alarmado acercándose rápidamente al más pequeño, con preocupación siendo evidenciada en sus ojos dorados.

 

-Kise-sempai…- el niño bajo la mirada llorando con más fuerza.- Lo siento…lo vovi a haced…lo siento… mucho…lo siento, lo siento…dde veeddadd-le decía entre sollozos, esforzándose para hablarle, mientras se estremecía en su sitio.

 

-Daikicchi… ven-le susurro el de cabellos rubios al más pequeño, acercando su mano para agarrarle y acercarle, pero cuando tomó su brazo el pequeño no aguanto la presión.

 

-¡NO ME PEGUE!....POFAVOD NO ME PEGUE…NO POFAVOD…NO MI CADITA NO POFAVOD ME DUELE…-exclamo Aomine, el pequeño se cubría con desesperación, buscando poder esconder su cara entre sus manos. Kise se congeló al ver el cuerpo del niño ovillarse en la esquina del cuarto apretando su frente contra sus rodillas, miro la cama notando que el pequeño se había accidentado nuevamente.

 

-No pegue, no pegue…me va a doled…no quedo que dola po favod…por favor.- el pequeño jadeaba y suplicaba, mientras su pequeño cuerpo se estremecía, parecía tener mucho frio, eso no era bueno. Ryouta frunció el ceño, levantándose rápidamente.

 

-Aominecchi…-se fue al cuarto de baño con rapidez para encender el agua de la tina, tomo a el niño que al sentir el contacto se estremeció y apretó sus manitas en su rostro, simplemente defendiendo su cuerpo. Kise tenso su mandíbula ante la reacción.

 

-No, amor, no te golpeare… - le tranquilizo, quitando una de las manos del moreno de su rostro, para acariciarle la mejilla- ven vamos a cambiarte eso que esta mojado.- le dijo con voz suave. Llevándole hasta la tina.

 

Lo bañó rápidamente y arreglo el cuarto bajo la mirada del pequeño, se sentaron en la sala mientras Kise ponía la mesa.

 

-Daikiccchi ¿tienes hambre?- el menor negó rápidamente, apretando sus manitas a su estomagó buscando reprimir el hambre que sentía en ese momento. Kise había encontrado los trocitos de pan en los bolsillos del pequeño, pero estos se habían mojado y había preferido tirarlos.- quiero preguntar algo pequeño- le dijo, recibiendo automáticamente toda la atención del de cabellos azulados-… ¿para qué era el pan que guardabas?- le cuestiono, notando como el moreno bajaba la mirada.

 

-… Eda pada la noche… yo pote mal, no pede cenad… eda pada mi badita…- Kise se detuvo en seco al entender las palabras del pequeño, se le partió el corazón mientras el niño se sobaba un brazo, para luego continuar. -a veces no canza la cena pada papi y pada mi… mami dice que él es gande y po eso le da la comida… -murmuro, sin quitar la mirada del suelo.

-a veces papi deja un poquito y yo pede comed…mami compadte lo que soba conmigo…po eso los chicos del hogad de niños dicen que cuando vamos a una casa guademos un poco en los bolsillos pada no tened hambe en la noche… no siempe tenemos mucha comida y somos muchos niños…-termino, levantando la mirada hasta el modelo, quien tenía los ojos vidriosos, llenos de lágrimas.

 

El rubio simplemente no lo soporto más, ¿Por qué? ¿Por qué su Aomine tenía que sufrir tanto? comenzó a llorar, mientras rodeaba el cuerpo del pequeño con sus brazos, sentía que él alma se le partía a la mitad, su marido no solo había sido dado en adopción y lo habían maltratado, resultaba que el pequeño ni siquiera podía comer todos los días como era debido.

 

El de cabellos azulados le miro con preocupación y culpa-¿yo... dice algo malo vedad?... po eso lloda, pedoneme pofavod.- los ojitos del peliazul se llenaron nuevamente de lágrimas. Mientras comenzaba a sollozar, el más alto le miro alarmado, no deseaba que siguiera llorando.

 

-No, mi amor, tú no has hecho nada, pero absolutamente nada malo, simplemente eres un niño que no merece todo esto, que se merece tener una familia que lo ame, que lo cuide, que le haga ver el chico maravilloso y perfecto que es, pequeñito…- toco la nariz con su dedo, para luego dejar salir una amplia sonrisa, aun corrían las lágrimas por sus mejillas, pero sonreía mirando al pequeño Aomine Daiki frente a sus ojos.

 

Se sentó en el sofá tomando al pequeño y sentándolo en sus piernas, miro la comida en la cocina, no, hoy no, se olvidó de la comida, y, a cambio, le sirvió un gran plato de galletas y chocolate caliente con malvaviscos. Él pequeño se vio emocionado, haciendo sonreír ampliamente al rubio, mientras este comenzaba a devorar las galletas y beber el chocolate alegremente.

 

Claro, hasta que le dijo las siguientes palabras-Mañana tengo que salir, amor…- la cara de angustia  que se había formado en el rostro del menor lo preocupo.- pero te dejaré con los chicos y te iré a buscar en la noche.-se apresuró en agregar, notando como el pequeño le veía con una mueca.

 

-No me mienta pofavod…no tene que sedlo, yo sé que no me quede….- las lágrimas nuevamente llenaron los ojitos del pequeño.- no quedia haceme pis… ensucie su cama, lo siento mucho…-Kise suspiro, mirando con seriedad y suavidad al otro, quien aparto sus ojos azulados, fijándolos en el suelo.

 

-Basta Daikicchi, ven… mírame- le dijo, haciendo que el pequeño levantara la vista- yo no estoy molesto, a los niños les pasa, a veces tienen accidentes, y no fue más que eso, un accidente.-susurro con una sonrisa, abrazándole.

 

-¿no me pegada?-cuestiono, mirándole con confusión. El modelo frunció el ceño.

 

-jamás te tocaría mi pequeño, y nadie tiene derecho a tocar un pelo de tu bella cabecita.- le respondió, acariciando su mejilla y dándole un beso en la frente con toda suavidad.

 

-Kise-sempai ¿pede contadme de su esposo? ¿De su familia?-le pregunto en un murmullo, mirándole con brillos en sus ojos, cosa que logro hacer sonreír al rubio, realmente su Aomine era tan lindo de pequeño.

 

-Dime ¿qué quieres saber?-le dijo, dando rienda suelta a una muy pequeña sonrisa por parte del otro, quien se acercó más a su pecho, mientras pensaba en lo que quería que le dijera.

 

-mmmm…de su mamá -se acomodó en el pecho del rubio, dejándose llevar nuevamente por el calor que brotaba de su cuerpo, mientras escuchaba lo que tenía que decirle Kise.

 

-¿Mi mamá?, ella solía cantarme en las noches, me tomaba entre sus brazos y me acunaba acercándome a su pecho, cuando tenía miedo se acostaba a mi lado susurrando en mi oído que no habían monstruos en el armario… me salvaba de mis hermanas y sus manías de ponerme vestido, me decía que yo era su pequeño ángel.-le dijo, recordando aquellos tiempos como si hubiera sido ayer, tenía muy buena memoria para estas cosas.

 

-¿y su papá?-apretó la camisa del rubio dejando caer su cabecita, poco a poco el pequeño batallaba con el sueño, por no dormirse nuevamente, se sentía tan protegido y cálido entre los brazos del rubio, sentía que nadie más le haría daño o frío.

 

-Papá me cuidaba mucho, me dice que soy su muchacho, que soy su pequeño gran hombre, que llegue a su vida llena de chicas como un rayo de sol, que somos compañeros.-continuo diciendo, poco a poco comenzando a murmurar las palabras, al notar como el otro se estaba quedando dormido en sus brazos.

 

-yo…quiedo sed compañedo de papá… pedo no quede hablad de mi papá…ni de mi mamá…ellos no quieden…dicen que toy sucio…que soy malo…-sursurro contra el pecho del modelo, acurrucándose más contra él.

 

-Pero tú sabes que no es verdad.-le dijo Kise con una suave sonrisa, muy en el fondo aborreciendo a las personas que le habían dicho esas cosas a su pequeño Aomine.

 

-¿y su poso?-pregunto  con voz adormilada, mirando al más alto.

 

-mmmm mi esposo es el hombre más maravilloso que pude conocer, él lleno mi vida de luz, de magia, de color… cuando lo conocí lleno mi mundo, estaba tan perdido en esta vida y él me dio algo que jamás había sentido…-susurro con ilusión, sonriéndole con amor al más pequeño.

 

-Yo quiedo que alguien me ame así Kise-sempai…quiedo tened una familia gande y sed papá y amad mucho mucho a mi familia…y quiedo una mamá y un papá pada mi…tengo sueñito, pedo quiedo domid aquí, con usted, ¿puedo quedadme aquí, a su lado?…podfav…-no logró terminar la frase cuando nuevamente se había dormido, respirando tranquilamente.

 

-Amor mío, lamento no haber notado que escondías un pasado tan difícil-murmuro, viéndole con tristeza- pero ya no, no más, amor, ahora seré yo quien te apoye.-dijo con determinación, metiendo la mano en el bolsillo de su pantalón tomando su celular, marcando el número de su suegra.

 

-Ryou, ¿Cómo estás? ¿Cómo esta ese mal agradecido hijo mío? Si no es por ti, no se acordaría que tiene padres.-le dijo la mujer en broma.Kise sintió como su pecho se encogía ante las palabras de la mujer, después de todo, le quedaba más que claro que para Aomine sus padres eran las dos personas más importantes de su vida.

 

-Hola, él está bien… yo la llamaba… es que yo…-continuo, sin saber realmente que decirle a la mujer al otro lado del teléfono, preocupándola.

 

-Hijo dime ¿qué tienes? ¿Les ocurrió algo a ti o a Daiki?- cuestiono ella rápidamente ante el tono angustiado del modelo, si algo les hubiera pasado, ella…

 

-No, tranquila ambos estamos bien… yo necesito hablar con usted, sobre… -respiro dándose fuerzas, todo era por su esposo, todo sacrificio era por Aominecchi.- sobre la adopción de Daikicchi.-soltó de golpe

-…-ante aquello solo recibió silencio.-…me sorprende que mi hijo te hablara de esto…mañana estaremos en casa, vengan, no creo que sea un tema para hablar por teléfono.-le dijo ella en un tono de voz serio, haciendo que Kise asintiera.

 

-Iré solo, Daikicchi…- suspiro.- aún está complicado.-le excuso, no era mentira del todo, no podía llevarle como un niño pequeño, no quería que su suegra se muriera de un infarto o algo así por el susto.

 

-¿es por  lo que dijo el médico de ser infértil?… mi pobre hijo, te espero mañana amor, descansen y dale un beso de mi parte, que ambos estén bien.- se despidió ella, haciendo que el rubio sonriera.

 

-Igualmente, adiós.- corto para depositar un suave beso en la frente del pequeño.- tú mamá dice que descanses y te mando un beso…mi pequeño Daiki, me alegra que los señores Aomine te adoptaran, se nota cuanto te aman…- se estiro sobre el sofá acomodando al niño entre sus brazos.- gracias a ellos pude conocerte, mi querido Aominecchi.- beso nuevamente su frente para luego cerrar los ojos, estaban tan cansado, pero era minuto de tomar riendas en el asunto y se enteraría de la verdad de su esposo costara lo que costara, sin importar que.

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leerme !!!


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