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The Little Amore Di A Hitman por HiroDUzumaki

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La cabeza le punzó y a lo lejos llego a escuchar un zumbido en sus oídos, sus ojos le pesaban no podía abrirlos por más que quisiera. Se alarmo pero mantuvo la calma, respiro profundo para tratar de ubicarse

Por lo que supuso se encontraba en su habitación, la ventana estaba abierta por lo que pudo escuchar también, todo olía normal por más raro que se escuchara esa frase, solo había un ligero cambio lograba captar el ligero aroma de madera y naranja combinadas, hizo un esfuerzo por abrir sus ojos pero solo consiguió que la cabeza le punzara y volviera a sumirse en la oscuridad

No supo cuánto paso, pero consiguió abrir los ojos, todo estaba oscuro, y por un momento temió que no hubiera despertado, giro la cabeza hacia la ventana por donde se colaba el aire con fuerza moviendo la cortina, estaba oscuro y nublado esta noche, busco el reloj de su habitación, eran las 8, demasiado tarde, se levantó con rapidez de la cama. Muy mala idea, tuvo que sostenerse de la cama a causa del mareo que eso le causo

Respiro profundo y espero unos segundos. Desidia cambiarse de ropa seguía llevando su pijama. Cuando lo hizo se dirigió hacia la puerta por lo menos podría cenar con su familia con la familia Arcobaleno y bueno también estaba Reborn. Salió y camino por el pasillo con paso lento

Cuando llego a la esquina para doblar la escalera escucho gritos, gritos y voces que el perfectamente conocía, se pegó a la pared para que no pudieran verlo y también escondió su presencia.

-          Cálmate ya Hayato, no tienes por qué ponerte así, no puedes andar culpando a todo el mundo por lo que le sucedió a Tsuna- dijo una voz molesta, la voz le pertenecía a su guardián de la lluvia

-          ¿quieres que me calme?!- dijo incrédulo el otro- ¿Cómo quieres que haga eso? Ilústreme , es mi culpa y la de ellos y tuya también idiota- dijo colérico su guardián de la tormenta

-          Eso no es verdad, no es culpa de nadie, fueron parte de todas las circunstancias, tsuna no estaría feliz si te escuchara hablar así, y más si supiera como has tratado a la familia de Aria-san

-          Escuchaste de igual forma lo que dijo Shamal no es así, tiene una ligera anemia, cansancio y muy seguramente el desmayo fue por el estrés

-          Eso y mas no te corresponde a ti asumir la responsabilidad, si alguien lo tiene que hacer es Tsuna no tu- dijo furioso ahora Yamamoto

El castaño sabía que en ocasiones no era el santo de mayor devoción de su guardián y la razón era que se ponía algo celoso por que el peliplata se olvidaba por completo de el cuándo estaba con él en el despacho o no disponían de mucho tiempo por las misiones, pero él no se lo tomaba de todo personal

-          Yamamoto tiene razón Gokudera no tienes por qué estar así, si me hacen el gran favor los dos dejen de pelear- dijo en tono alto, para su sorpresa y la de los dos mayores el había intervenido- no es culpa de nadie que me haya puesto así entendieron, además de que no tienes por qué tratar mal a nuestros invitados

Los otros dos aun no salían de su asombro al verse descubiertos en su “platica” por Tsuna. El primero en reaccionar fue el ojiverde

-          Decimo, que bueno que despierta- dijo alegre y pasando de lado por el moreno

-          No me cambies el tema Gokudera- dijo serio, se sintió mal al ver la mirada de desilusión y culpa en el rostro de su amigo, pero tenía que hacerlo entender- estoy bien ¿sí? Así que no se preocupen ninguno de los dos

Vio como los rostros de los otros dos se relajaban no demasiado pero si lo suficiente

-          Donde están los Arcobalenos?- pregunto para poder desviar cualquier pregunta acerca de su estado de salud y el porqué de su desmayo

-          No están- dijo simplemente el pelinegro

El castaño se sorprendió

-          ¿Cómo que no están?

-          Lo que pasa es que salieron a una misión, o al menos eso fue lo que nos dijeron, no nos dieron más detalles- dijo el ojiverde

-          ¿a qué hora se fueron?

-          A medio día

-          ¿Todos se fueron a la misión?

-          Si, bueno solo se quedaron Uni- san y Bermuda

-          ¿Bermuda?

-          Si, el ultimo integrante de la familia de Aria-san, lo trajo Reborn-san, ¿no lo recuerda?- pregunto con  preocupación Gokudera

-          Si lo recuerdo solo que no sabía su nombre- dijo para cortar ese tema

-          Sí que bueno que lo recuerdas- dijo gélido el azabache, sintió un escalofrió recorrer su espalda, pero no le dio demasiada importancia

-          Hibari-san ya regreso?

-          No, pero si tenemos noticias, tenía razón Ferroso si estaba traficando drogas de Italia a Japón evadiendo todos los tratados

-          Dile a Hibari que regrese y no intente algo estúpido y no se arriesgue, pero que antes se deshaga de todo el cargamento, también dile a  Mukuro que se infiltre en su casa y averigüe todo lo que pueda, desde con quien realiza sus tratos y cada cuanto, además de que lleve consigo a Chrome y de igual forma que no se precipite y solo haga eso- le ordeno a su mano derecha

-          Claro decimo- dijo para caminar e ir hacia el despacho, lo primero que tendría que hacer seria avisarle al bestia de Hibari, ya después le diría a Mukuro o era posible que este ya lo supiera

 

 

 

-          Lamento que se hayan peleado- dijo algo apenado el castaño una vez que perdieron de vista a la tormenta, el azabache respiro profundo, no tenía ninguna razón de por qué desquitarse con Tsuna después de todo no era su culpa

-          No te preocupes, ya luego se le pasa

-          Y los demás?

-          Deberían de estar cenando pero la verdad no lo sé con exactitud

-          Está bien

-          Deberías de hacer lo mismo y llevarle un plato a Gokudera

-          Jeje tienes razón- dijo sonriente el moreno

-          Y Uni ¿Dónde está?- pregunto curioso el menor

-          En la enfermería

-          ¿en la enfermería?- dijo con preocupación, Yamamoto al ver su error decidió decirlo de otra manera

-          Está cuidando de bermuda en la enfermería, lleva ahí desde el medio día

-          Ahhh- dijo más tranquilo- bueno iré a verla- dijo para empezar a caminar hacia la escalera- el azabache sonrió, Tsuna nunca cambiaria o por lo menos no tan bruscamente como ellos

-          Le diré a lambo que también les lleve algo para cenar

-          Está bien

 

Camino sin pensar, dejo que sus pies lo llevaran hasta la enfermería, cuando estuvo enfrente de la puerta toco levemente, escucho un ligero pase y se adentró a la habitación

La enfermería era uno de los cuartos más grandes de toda la mansión y sin mencionar que se encontraba bajo tierra, adentro de igual forma estaba dividido tenía en su interior 4 cuartos más pequeños por si acaso alguien estuviera delicado y tuviera que mantenerse alejado, habían camillas del lado derecho, del lado izquierdo estaban estantes con medicamentos y todo lo necesario, en el fondo había un pequeño baño que contaba con regaderas

Su vista recorrió toda la enfermería y se preocupó al no poder encontrar a ninguna persona dentro, estaba a punto de comenzar a desesperarse cuando sintió un abrazo por su espalda, su cuerpo se relajó al sentir el tacto de unas pequeñas manitas

-          Tsuna-chan, que bueno que despiertas- dijo la menor para soltarse y ponerse frente al castaño- como estas?

-          Bien, lamento haberte preocupado- dijo con una sonrisa- estas sola Uni?

-          Bueno sola no- dijo moviendo la cabeza en forma negativa- aunque Mamma y mis tíos se fueron de misión y no me llevaron con ellos- comento haciendo un puchero

-          De seguro no querían que fueras a salir lastimada

-          No, no no solo querían llevarse todo el crédito y no enseñarme nada, por eso me caen mal a veces- dijo molesta, pero después agrego más bajito- a los que más quiero y me quieren son a Bermuda-ni y a Reborn- sonrió muy alegre

-          Y eso por qué?- pregunto curioso el ojimiel

-          Pues porque a ellos no les importa eso, me dejan participar, me dan consejos y me permiten pelear, destruir y disparar- dijo para emocionada

Para mal la imaginación del castaño comenzó a divagar por su cuenta, en ella Uni aparecía con dos ametralladoras a los lados y los repuestos colgando, disparando a diestra y siniestra, lanzando patadas y golpes

-          No es así-comento con risas Uni al ver la cara de espanto que traía el castaño- apenas me están enseñando y son muy responsables y pacientes conmigo aunque no lo parezcan

-          Eso quiere decir que Reborn te está enseñando a disparar?

La menor rio- sí, cuando tienen tiempo y Bermuda-ni me enseña a defenderme

En ese momento el castaño volvió a la realidad y recordó una de las tantas razones por las que había ido a la enfermería

-          Uni, sabes a qué lugar exactamente fue Aria-san?

-          Si

-          Me podrías decir dónde es?

-          No- contesto seria para sorpresa del castaño- no les incumbe saber a dónde fueron, si mucho confórmate con saber que es dentro del país

-          Está bien- dijo entre sorprendido y resignado el otro al ver la mirada de la ojiazul

-          No te sientas mal, solamente que no te debo decir además- miro con molestia a Tsuna- no me trates como a una niña quieres? Cuantos años crees que tengo? 6- dijo mirándolo a los ojos- la mayoría no me toma en cuenta solo por tener menos que 15 años

-          Bueno no te preocupes lo tendré en cuenta a partir de ahora- dijo con una sonrisa- bueno y Bermuda- san donde esta?

-          Se despertó cuando los demás se iban quería ir también, pero Mamma no le dio permiso y le dijo que se quedara a tratar sus heridas, se molestó e insistió pero mis tíos le dijeron que solo iba a ser un estorbo si iba con ellos- relataba la menor- a pesar de no querer termino quedándose y se acabó de meter al baño

Escucharon la puerta abrirse, ambas miradas se dirigieron hacia la puerta del baño que se abría con algo de lentitud. Por la cual venia saliendo un azabache, su cuerpo era esbelto para su edad o al menos la que aparentaba, tenía bien marcados sus músculos. Ambos retiraron la mirada y en sus  mejillas apareció un sonrojo en un tono rojo algo intenso, la razón de esto era que el ojinegro traía solamente una toalla amarrada a la cintura y otra con la que venía secándose el cabellos. Este al darse cuenta de que había otra persona más en la habitación se puso algo alerta y a la defensiva, aunque no lo demostró

-          Uni, no nos vas a presentar?- pregunto con algo de malicia al darse cuenta de quien se trataba, esa información ya la sabia pero tenía que saber bien el terreno que estaba pisando

La menor asintió algo avergonzada, estaba acostumbrada a ver a su hermano así, pero su cuerpo había cambiado demasiado durante el último año que no lo había visto, y más la tonificación de sus músculos, aunque no había crecido

-          Bermuda-ni él es Sawada Tsunayoshi el vongola decimo, Tsuna-chan él es Bermuda

-          Así que él es el famosísimo Vongola Decimo- dijo dándole una mirada total y detenida al cuerpo completo del castaño, quien se sintió algo incómodo ante la penetrante mirada del ojinegro- no está mal- se quedó algo pensativo después de haber dicho eso- te doy mi aprobación-doji después con actitud infantil

El azabache comenzó a caminar con toda la liberta posible por la habitación olvidándose o ignorando por completo a los otros dos

-          Bermuda-san no tienes algo que ponerte?- pregunto el castaño, no es que no respetara las ideas de las personas pero realmente no quería ver ningún torso desnudo o al menos no por ahora

-          Quitémosle las formalidades Tsunayoshi- dijo serio Bermuda- contestando a tu pregunta no tengo más ropa  que ponerme, la que traía puesta quedo destruida por culpa de Reborn, la bata de la enfermería no me gusta en lo absoluto voy a parecer un enfermo- lo miro a los ojos- así que vete acostumbrando a esto- dijo señalándose para luego soltarse a reír

-          Si quiere te puedo prestar algo- dijo algo sonrojado al notar como actuaba el otro- no sé si somos de la misma talla pero

-          No gracias, tu estilo de vestir no me va- guardo silencio- en lo absoluto, y no te preocupes Reborn tiene que pagarme la ropa

-          Eso no es justo fue tu culpa en primer lugar, no nos quisiste acompañar y venirte con nosotros- dijo en tono de reproche la menor, su mirada paso del azabache a la puerta- alguien viene

Cuando termino de decir eso tocaron a la puerta, esta se abrió dejando ver  a una linda joven algo alta, castaña era el color de su cabello, ella traía un carrito de comida

 

-          Oyasumi- dijo sonriente la ojicastaño- aquí les traigo la cena

-          Arigato Kyoko-chan- dijo mostrándole una sonrisa al castaño

-          Ahh Tsuna-kun Mukuro-san quiere hablar contigo y al parecer esta algo molesto

El castaño trago duro ya se daba una idea de lo que quería hablar el pelimorado. Se giró hacia Bermuda y Uni

-          Nos vemos luego disfruten de la cena, etto Bermuda si quieres algo ropa puedes pedirle eso a alguien – sin más salió de la habitación junto con la castaña

-          Todos los demás ya comieron?- pregunto

-          Ya- contesto la castaña con una sonrisa- solo faltas tú, pero supongo que lo harás después de hablar con Mukuro-san

-          Jeje sí, pero me lo podrías llevar a la terraza

-          Claro- dijo sonriente para después tomar otro camino

La vio irse por el pasillo

-          Fufufu te sigue gustando esa?- pregunto una voz a sus espaldas que hizo que un escalofrió le recorriera todo el cuerpo

-          Mukuro no me asustes así por favor- pidió el castaño, sabía que este tenía la costumbre de aparecerse por las paredes y nunca tomar escaleras o ascensores y daba cada susto de muerte

-          No es mi culpa que seas algo cobarde eso no se puede arreglar ni con una ilusión

-          Jaja que gracioso

-           Ahora contesta mi pregunta - le dijo el pelimorado aunque sonó más a una orden que a una petición 

-          No me gusta- dijo sonrojado, nunca le había llamado la atención la castaña, aunque eso no le quitaba que reconociera que ella era bonita, pero por dios desde hace algunos años se había dado cuenta de que a él no le iban en lo absoluto las mujeres

-          -Punto para el vongola- dijo sarcástico Mukuro- ahora todo lo que tienes que hacer es declarártele al hitman y asunto solucionado - fijo su vista en el cuerpo del menor

No tardo  para que en aquellas mejillas apareciera un furioso sonrojo. Bueno ahora tenía un punto a su favor,  a Sawada le gustaba ese pelinegro 

-          No....no  sé de qué ha. Ha. Hablas -contesto entrecortado mientras bajaba para mirada 

-          Bueno solo te daré un consejo- se acercó hasta la oreja del ojimiel- creo que tienes alguna oportunidad, pero apresúrate 

Cuando el castaño levanto la mirada, el otro ya no estaba, comenzó a caminar apresurado perdido en sus pensamientos, no supo cómo ni cuándo el heteromaniaco se había dado cuenta de sus sentimientos, tan obvio era ya, se fue con rapidez hacia su cuarto quería estar solo aunque sea por un rato, sabía que tenía algunos asuntos pendientes con Gokudera además de que en la noche iría a la fiesta que se organizaba para celebrar el cumpleaños número 17 de Enma y no podía faltar

 cuando llego a su habitación encontró la puerta abierta eso le dio desconfianza se puso alerta pero entro, pudo ver que en su cuarto estaba el causante de que no estuviera bien emocionalmente pero como culparlo y más aún como no gustarle si era realmente guapo, ahí sobre su cama se encontraba el hitman durmiendo quizás con Reborn era difícil saber eso, estaba sin saco solo con la camisa de manga larga blanca con algunos botones desabrochados, su rostro estaba cubierto por la fedora, no se explicaba la razón por la cual él estuviera ahí, los nervios comenzó a inundar a su cuerpo, se dirigió hasta su baño y cerró la  puerta se recargo detrás de ella necesitaba tranquilizarse, tenía que respirar, se comenzó a quitar la ropa  para poderse duchar,  se puso debajo de la regadera el agua,  no sabía cómo ordenar sus pensamientos con todo los comentarios que había recibido acerca de Reborn

cuándo término salió solo con una toalla en sus cintura y con otra secaba su cabello, para cuando regreso ya no estaba en su cama, sintió la desilusión encima, se dirigió hacia su armario y comenzó a sacar su ropa, sería la ropa para la fiesta, necesitaba verse bien  Enma le había dicho que podía llevar la ropa que él quisiera, así que llevaría un atuendo que le había regalado Hibari en uno de sus cumpleaños, la ropa le gustaba y le quedaba bien además de que sus guardianes le decía que se veía bien aunque lo que no entendía el por qué no lo dejaban salir

-           Por qué no le dices nada?- pregunto la voz de Aria a su espalda 
- Sobre qué?- le dijo el pelinegro serio, mientras comenzaba a encender un cigarro 
- Primero - le quito el cigarro de los labios y lo apago - tu sabes perfectamente a Lo que me refiero, ni siquiera le has hablado decentemente
- No hace falta eso, ni tampoco necesito tus concejos 
- Bien pero por lo menos háblale, lo perderás si no comienzas por eso - se dio la vuelta y  camino hacia la casa. Dejando solo a Reborn, para cuando ella se fue, alzó su vista hacia arriba para ver   la ventana de Tsuna, sabía que eso sería complicado pero para bien o para mal tenía que hacer algo o si se arrepentiría

En todo ese tiempo no había encontrado a Gokudera y bueno no se había atrevido a ir a buscarlo a la habitación de Yamamoto, aunque era mejor para él así no tendría demasiado cansancio ni trabajo del cual preocuparse

- Yamamoto...matte- dijo un peligris para quitarse de encima a moreno, le había costado un montón hacer que se separarán hace rato para que se pudiera cambiarse para ir a la fiesta del capo de Simon y ahora lo tenía encima otra vez- el décimo ya ha de estar listo tenemos que dejar esto

Por su parte Yamamoto dejo a Gokudera con disgusto aunque sabía que tenía razón, pero no le gustaba en lo absoluto que no lo pudiera tocar, aunque quien sabe quizás en la fiesta. Ambos traían algo casual no iban vestidos de traje, ya que esta era se podría decir una fiesta privada solo para los cercanos hacia el pelirojo, por lo cual no tenían que cuidar tanto las apariencias,  Gokudera traía puestos unos pantalones grises cernidos al cuerpo unos zapatos rojos, una camisa blanca que estaba remangada en sus codos y tenía una corbata roja algo desaliñada además de que también traía una calavera que colgaba de su cuello en una cadena 

Por su parte Yamamoto traía unos pantalones negros algo holgados de la parte baja, el a diferencia del ojijade traía unos tenis algo más elegantes, una playera de manga corta azul Marino y un chaleco blanco. Ambos comenzaron a caminar hacia la puerta y bajar hasta la estancia donde ya los esperaban.


En el caso de Ryohei traía unos pantalones cortos de color caqui,  unos tenis para trotar y una playera sin mangas algo simple y poco formal pero bueno no le dirían nada. Él estaba de pie esperándolos.


Lambo vestía unos Jeans, unos zapatos negros, una camisa con manga corta  negra en donde resaltaba los botones que eran de color plata, y encima traía unas mangas verdes, se veía elegante y  para su edad él se encontraba sentado en uno de los sillones que estaban pegados a la pared

Para sorpresa de todos ahí estaban Hibari, Mukuro y Chrome. Chrome usaba un Vestido lila que le llegaba hasta la rodilla, con algunas flores bordadas y un listos morado que le rodeaba la cintura y unas botas negras,  llevaba de cabello suelto 
Mukuro por su parte llevaba unos pantalones negros ajustados junto con unas botas grises que le llegaban hasta la rodilla estas tenían pequeñas cadenas que colgaban de sus lados. Llevaba una camisa manga larga de color negra junto con una corbata toda desaliñada de color morada, traía unas muñequeras con pequeños picos.
En cambio Hibari llevaba unos pantalones negros igual pegados unos botines blancos en su caso su pantalón era el que traía las cadenas,  llevaba una playera sin mangas color negro de su cuello colgaba un collar con el símbolo de La vongola era un regalo que le había dado el herbívoro, y una chamarra de color blanca que le llegaba a la cintura.

Para sorpresa de la mayoría ahí se encontraban los Arcobalenos no era muy diferente sus vestiduras, llevaban la misma ropa de siempre a excepción de Yuni que se había cambiado el vestido, los demás traían la misma 
Faltaba una hora para que la fiesta comenzará, llegarían tarde si no se apresuraban, solo faltaba una persona y no era ni más ni menos que su cielo

-          ¿Qué tanto hace el herbívoro?- pregunto con irritación el prefecto si algo en el mundo Odiaba era que lo hicieran esperar.

-          Tsuna no ha de tardar, además son jóvenes es normal que se tarden- les dijo tranquila Aria al ver que una gran mayoría estaba algo desesperada

-          Si pero eso es en el caso de las mujeres-kora no entiendo por qué no baja Tsuna

-          -quizás Tsunayoshi ya batea para ese lado- comento el menor de los Arcobalenos, ganándose miradas pesadas 
- Será mejor que vaya a ver a ese Dame-tsuna o si no nos quedaremos aquí toda la noche esperándolo- dijo el hitman mientras comenzaba a caminar en dirección de la escalera, antes de que pudiera subir escucharon el sonido de la puerta sonar. Intuyeron que era el capo así que esperaron y para cuando se dejó ver la cabellera castaña que en el pasillo a más de unos casi le daba un infarto

Los Arcobalenos no podían creer que Tsunayoshi estuviera usando esas ropas no tenían conocimiento de que bueno con la forma de ser de él, estuviera usando esa ropa o que la tuviera y nos que le quedará mal si no todo lo contrario.

Traía unos pantalones negros pegados que resaltaba su cuerpo torneado y lo que resaltaba más eran los glúteos del menor, en la pantorrilla derecha tenía unas ventas, traía unos converse negros con toques plata que le llegaban hasta el tobillo, además de que utilizaba un cinturón de color blanco. Llevaba una playera negra y un saco pero  que  parecía más una chamarra, pues esto solo tenía una de sus mangas dejando descubierta la otra,  el saco tenía detalles morados bordados, tenía algunas cadenas en la manga completa, una corbata de color blanca que tenía distintas cosas decía la palabra gótic doll en negro una calavera en rojo y una cruz en plata además de que traía una pequeña cadena en donde llevaba su anillo. Todos tenían la vista fija en él, el Por su parte tenía la cabeza en otro lugar aunque por lo menos ya había terminado de bajar la escalera.

Se escuchó un silbido por parte del militar- pero que bien te ves Tsuna- ante esto el ojimiel solo atino a sonrojarse, causando que una mayoría gruñera por lo bajo.

Esa era la razón por la cual los guardianes de Tsuna no lo dejaban salir con esa ropa, cada vez que se la ponía aunque estuvieran dentro de la misma casa no faltaba algún mirón que soltaba comentarios que desconcertaban al castaño y enfadaban a los demás  o algún pervertido que no le quitará la vista de encima hasta que ellos llegaban a " charlar" con ellos

-          Gracias- dijo bajo el décimo mientras Miraba al rubio- ya nos podemos ir ¿verdad?
- Claro- contestar dijo Reborn- Solo tu lentitud nos está haciendo esperar- el castaño bajo mirada ante el comentario

La fiesta era en unos los salones que le pertenecían a la familia del pelirojo, era un lugar espacioso tenía mesas, sillones y una barra para las bebidas, había música de todos los tipos ya que como era de suponerse tendría una muy buena cantidad de invitados. Para cuando llegaron el salón ya se encontraba bastante llenó. Cuando hicieron su aparición todos giraron hacia ellos después de todo eran la familia más importante dentro de la mafia y aún más porque los presentaron a la hora que entraron. 

Notas finales:

que les parecio?


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