Capítulo 10.
Thor asintió y abrió los ojos. Girándose hacía su hermano levanto una mano, y de ella comenzó a crecer una rosa, la tomo y se la obsequio. Loki la tomo sonrojado.
—Gracias —dijo tímidamente. Thor le sonrió mostrándole todos los dientes.
Frigga sonrió recordando la vez que Loki le había obsequiado flores a ella.
—Eso fue magnifico —dijo Odín sonriendo.
***
—Madre, padre —dijo Loki entrando a la habitación de sus padres—. Queremos pedirles algo —anunció mientras se sentaba a los pies de la cama. Thor se sentó a su lado silenciosamente.
—¿Qué pasa, queridos? —pregunto Frigga sonriéndole a sus hijos.
—Queremos hacer investigación —habló Thor por primera vez desde que entro a la habitación.
—Nos dimos cuenta de que cuando nos tocamos, el vínculo se hace más fuerte, y queremos saber qué pasa cuando nos separamos mucho —dijo Loki sonriendo levemente—. Así que les pedimos permiso para que uno de nosotros viaje a otro mundo por un par de días, para ver cómo funciona —agregó con una sonrisa angelical.
—Te dije que ellos intentarían investigarlo —recordó Frigga sonriendo, su esposo sonrió.
—Está bien —dijo Odín asintiendo a la idea.
—Cariño, hace tiempo que he querido visitar Midgard —dijo Frigga sonriendo.
Odín suspiro—. Bien, ¿quién acompañara a su madre a Midgard?
—Loki —dijo Thor sin dudar—. La idea fue de él… —añadió. Loki le sonrió feliz a Thor.
—Algún día visitaremos todos los mundos, hermano —prometió Loki mirando a su hermano.
—Está dicho, entonces —dijo Odín—. Partirán mañana en la mañana; espero que te levantes a despedirlos —dijo mirando a Thor.
—Por supuesto, padre —aceptó Thor—. No dejaré que Loki se vaya sin despedirse.
—Loki —habló su madre antes de que salieran—. Ve donde las costureras, y pide que te confeccionen ropa Midgardiana, y lleva una mochila con todas las cosas que estimes necesarias, por favor.
Loki asintió, y agarrando a su hermano; obedeció a su madre.
***
En la noche, Loki se encontraba cómodamente acostado junto a su hermano. No se verían por dos días completos, así que ambos ansiaban estar juntos todo el tiempo que pudieran antes de tener que separarse.
Loki se acercó más a Thor, queriendo casi recostar su cuerpo sobre el de su hermano para seguir sintiendo la usual calma y calidez que se extiende por su cuerpo cuando entra en contacto con el cuerpo de Thor; por otro lado, Thor quería hacer lo mismo, eliminar todos los espacios que quedaran entre su cuerpo y el de su hermano. Thor estaba un poco preocupado, no se habían alejado desde que habían desarrollado el vínculo y si era sincero consigo mismo, prefería no hacerlo jamás, pero por Loki haría todo, hasta separarse de él por dos días con fines científicos.
—Thor —murmuró Loki recostado sobre Thor. La única respuesta de Thor fue un gruñido—. Creo saber porque tú posees magia y yo poseo parte de tus extraños poderes —confeso Loki escondiendo el rostro en el cuello de su hermano. Loki llevaba horas meditando sobre lo mismo, y ya había llegado a una pequeña conclusión que lo satisficiera.
—¿Por qué? —preguntó Thor interesado, sin importarle haber interrumpido la futura explicación de Loki.
Loki suspiro quitándole importancia al comentario de Thor—. Nuestro vínculo nos hace conocer los sentimientos del otro, ¿verdad? —Thor asintió—. Nos hace sentirlos como propios… creo que la magia y tus poderes entran en la categoría de “sentimientos” —dijo haciendo comillas con los dedos.
—¿Cómo es eso? —preguntó Thor frunciendo el ceño.
—Fácil, porque ambas cosas se pueden sentir; la magia es como una emoción albergada en mi corazón… es como un estado de ánimo, es independiente de los demás. Cuando uso magia, no estoy ni triste, ni feliz, ni emocionado, ni ningún sentimiento que puedas entender, solo estoy… mágico. No creo que haya otra definición al sentimiento que produce la magia más que eso, simplemente magia —Loki se encogió de hombros—. Y es lo mismo que sentí cuando use tus poderes, con la diferencia de que los tuyos eran más cálidos, más reconfortantes, como si no quisieran que nada malo me alcanzase.
—Creo que tienes razón, tu magia se siente extraña, no es como nada que haya sentido antes… pero yo no la definiría como magia, la definiría como Loki; simple y cariñosa, es como si quisiera abrigarme cuando tuviese frio, como si tus brazos me rodearan y solo te sintiera a ti…
—Yo siempre te abrasare si tienes frio —comentó Loki con sinceridad.
—Y yo siempre te protegeré de todo lo malo que intente tocarte —Le contestó Thor sonriendo.
***
Por la mañana Thor pasó por la alcoba de Loki para que juntos se acercaran a los aposentos de sus padres. Loki se debatía entre la tristeza de dejar a su hermano y en el entusiasmo de conocer otro mundo; Thor se sentía apenado por ver a su hermano partir sin poder acompañarlo.
—Espero que nunca hagamos esto de nuevo —hablo Thor para romper el silencio.
—¿Viajar a otro mundo? —preguntó Loki extrañado. Thor negó.
—Viajar solos —agregó suavemente.
—Está bien —aceptó Loki anunciando su llegada. Segundo después salía de la habitación Frigga vestida como una Midgardiana, y Odín vestido normalmente—. Te ves hermosa, madre —alagó Loki vestido de forma similar a su madre.
—Gracias, mi amor —dijo Frigga sonriéndole—. Tú te vez precioso.
Loki sonrió inflando el pecho, caminaron tranquilamente hasta la salida del castillo, donde esperaban cuatro caballos hermosos.
—¿Una carrera? —preguntó Thor sonriendo. Loki asintió subiendo a su caballo.
—Bien, Sombra, debes hacerme ganar —pidió Loki a su caballo, mientras acariciaba su suave cabello negro. Thor rio y comenzó a galopar hacía el puente Bifrost—. ¡Tramposo! ¡Yo iba a hacer trampa primero! —reclamó.
El camino pasó rápidamente entre risas y felicidad; al llegar todos saludaron a Heimdall.
—Tengan cuidado —pidió Odín besando a Frigga.
—Te voy a extrañar —dijo Thor abrazando a su hermano—. No me olvides —pidió sonriendo.
—No lo haré —prometió Loki apretando el abrazo—. Te extrañare, también —confeso silenciosamente en su oído. Se separó dejando de paso un pequeño beso en su mejilla.
—¿Vamos, cariño? —preguntó Frigga luego de despedirse de Thor. Loki asintió suspirando ruidosamente.
—Te amo, hermano —dijo Loki antes de perderse entre el arcoíris de luz que emite el bifrost.
—Yo también —murmuro Thor hacía el vacío.
***
Suspiraron cuando llegaron a la tierra. Loki estaba fascinando, habían llegado a un precioso bosque, apartado del movimiento de la ciudad, un lugar donde el potente rayo color arcoíris del Bifrost pasara desapercibido.
—¡La tierra es hermosa! —exclamó Loki dando una vuelta a su alrededor—. ¡Mira que cosa tan pequeña y tierna! —dijo señalando una ardilla que escalaba un árbol.
—Y no has visto la ciudad aún —dijo Frigga sonriendo.
—¿Ya has estado aquí? —preguntó Loki sorprendido.
—Claro que sí —desestimo Frigga—. Con tu padre he ido a la mayoría de los mundos —añadió sonriendo.
—¿Vamos a la ciudad? —preguntó entusiasmado. Frigga sonrió comenzando a caminar.
—Debes comportarte, Loki —pidió—. No debemos llamar demasiado la atención.
—Sí, madre —aceptó Loki obediente.
Siguieron caminando hasta que en el final del bosque, Loki recordó algo.
—¿Tenemos monedas de Midgard? —preguntó frunciendo el ceño—. Si no tenemos, no podremos hacer nada. —Le recordó a su madre como si ésta fuera una niña pequeña.
—Lo sé, cariño —Frigga rio divertida—. Y sí, tengo dinero —aseguró.
—¿De dónde las sacaste? —pregunto Loki curioso.
—La última vez que vine aquí, Odín realizo un par de negocios con unas personas, y le salieron beneficiosas —dijo Frigga sonriendo—. Así que no debemos preocuparnos por eso —aseguró—; solo disfruta del viaje.
—Sí, madre —dijo Loki al momento de salir del bosque. Abrió la boca sorprendido—. ¡Es maravilloso! —exclamó al ver autos moverse, edificios tan altos que ni siquiera alcanza a ver dónde terminan, y a todas las personas que de forma sincronizada pasan delante de los vehículos.
—Es hermoso, aunque esta distinto —dijo Frigga sonriendo.
—¿A qué te refieres? —preguntó Loki frunciendo el ceño.
—Está más desarrollada —declaró riendo—. No he visitado Midgard desde aproximadamente medio siglo. Un mundo cambia mucho en cincuenta años, cariño —añadió guiñándole un ojo—, antes no había edificios tan altos; ni esa clase de vehículos —Sonrió.
—¿Asgard también ha cambiado desde entonces, madre? —preguntó Loki asombrado.
—Claro que sí, amor —respondió Frigga—, Asgard cambia como todos los mundos; por ejemplo estás tú, mi vida. Antes los hechiceros no eran para nada respetados, eran los débiles de nuestro mundo; hoy, uno de ellos es un héroe —aseguró sonriendo.
Loki sonrió—. Ahora todos quieren a los hechiceros —comprendió.
—Exacto —aceptó Frigga—, ahora todos te quieren, y no faltarán los que quieran ser como tú —confesó riendo.
—¿Cómo? —preguntó Loki confundido.
—Que quieran seguir tu ejemplo. Ya no importa que sean hechiceros, porque también pueden ser buenos guerreros —dijo Frigga mirando a su hijo—, ¿comprendes?
—Algo así —aceptó Loki aún confundido—. Es decir, querrán probar que también pueden ser poderosos, ¿no?
—Sí —respondió Frigga—. No me extrañaría que alguna chica quiera demostrarlo también —murmuro pensativamente.
—¿Una mujer guerrera? —preguntó Loki asombrado.
—Hey, eso es una ofensa hacía todas las mujeres —reclamó Frigga sonriendo.
—Lo siento —dijo Loki apenado.
—No importa —desestimó Frigga—. Vamos a buscar un lugar donde dormir —aconsejo Frigga cambiando de tema. Loki asintió.
—Está bien —aceptó Loki comenzando a caminar junto a su madre.
Rápidamente encontraron un hotel, alquilaron una habitación para los dos, y tranquilamente subieron con los bolsos a la alcoba.
—Es linda —dijo Loki inspeccionando todos los detalles y adornos de la habitación. Frigga asintió.
—¿Quieres salir a comer algo? —preguntó Frigga—. O, ¿quieres que traigan algo aquí?
—Mejor algo aquí, luego bajamos a ver qué hay de entretenido aquí —prefirió Loki sentándose en la cama.
—Bien —dijo Frigga analizando la habitación en busca de algún objeto que le permitiera llamar a recepción por comida—. Creo que tendré que bajar —exclamó al no encontrar nada—. En Asgard si hay de esos —reclamó frunciendo los labios.
—¿Te acompaño? —preguntó.
—No es necesario, hijo —dijo Frigga besando su cabeza, antes de salir de la habitación.
Loki espero unos minutos, y cuando estuvo completamente seguro de que su madre no volvería en un buen rato, sonrió traviesamente. En la pared, un objeto parecido a un teléfono se materializo mientras Loki salía silenciosamente de la habitación.
***
Loki había llegado a un parque. Caminaba silenciosamente entre los árboles cuando se congelo. Había escuchado algo. Era como un niño… un niño llorando. Camino preocupado hacía la fuente del sonido, encontrándose con un niño acurrucado a los pies de un gran árbol.
—Hola —dijo Loki sentándose junto al niño.
—Vete —respondió el pequeño sin mirarlo.
—¿Qué te pasa? —preguntó Loki—. Sí estás triste, puedo ayudarte —dijo. El niño levanto suavemente la cara.
—¿Cómo? —preguntó desconfiado.
—Hago magia —respondió sonriendo—. Mamá dijo que no llamara la atención de la gente, pero aquí solo estas tú. No le digas a nadie que te conté, por favor —pidió seriamente. El niño negó con la cabeza.
—Muéstrame —pidió el niño limpiando su nariz con la manga de su camiseta.
—¿Tienes frio? —preguntó Loki al ver a su nuevo amigo tiritar. El pequeño asintió—. Bien, mira —dijo Loki mientras alzaba un brazo, en segundos su mano comenzó a emitir un brillo verde. Loki sonrió, en su mano se encontraba una chaqueta verde—. Esta chaqueta es especial —aseguró—, porque crecerá a medida que tú lo haces también, y nunca se dañara porque está hecha de magia.
—¡Genial! —exclamó el niño cuando Loki le tendió la chaqueta.
—¿Ahora estás mejor? —preguntó Loki inocentemente. El pequeño asintió sonriendo.
—Sí, gracias —dijo el pequeño.
—¿Qué te pasó? —preguntó Loki curiosamente.
—Mis padres son fastidiosos —respondió frunciendo el ceño—. Mi padre me exige muchas cosas que yo no sé hacer, y si lo hago mal me castiga. ¡Y mamá no le dice nada! —reclamó.
—Mis padres eran así —dijo Loki recordando—. Padre era muy estricto, y se enojaba cuando hacía algo mal; así que comencé a hacer las cosas bien, y ahora me quiere mucho —dijo riendo—. Soy un héroe —confesó.
—¿En serio? —preguntó el niño asombrado—. ¡Haces magia, y eres un héroe!
—Sí —aseguró sonriendo—. Pero no habría hecho nada si no fuera por Thor —expresó—. Te prestaría mi Thor para que tengas suerte, pero no está conmigo ahora—agregó tristemente—. Pero puedo darte un consejo para que todo mejore.
—¿Un consejo? —preguntó frunciendo el ceño—. ¿Cuál?
—Para que tus padres te reconozcan, debes hacer lo que tú ames, y hazlo bien. —afirmó Loki completamente seguro.
—Pero mis padres quieren que haga cosas que no sé hacer, no me gusta vestir de traje y poner cara tierna para que mi padre tenga más accionistas en su compañía; ¡yo quiero crear cosas con mis manos! ¡Quiero inventar cosas que salven a la gente! —reclamó el niño mirando a Loki.
—A mí me pasaba lo mismo, nadie creía que yo podía ser un héroe y me obligaban a pelear cuerpo a cuerpo; y para eso soy fatal —Loki sonrió sinceramente—. Pero seguí insistiendo, y trabajando duro para que todos me reconocieran, y supieran lo que valgo. Debes hacer lo mismo, jamás estarás satisfecho si haces lo que otros esperan de ti; debes seguir a tu corazón —Le aconsejo Loki mientras le sonreía.
—¿Eres un héroe, un mago y ayudas a arreglar problemas ajenos? —preguntó el niño completamente ilusionado—. ¿Quieres ser mi amigo?
—¡Sí! —respondió Loki entusiasta—. Soy un genio, ¿verdad? Tengo la solución de todos los problemas del mundo.
—Gracias —dijo el niño sonriendo.
—Por cierto, soy Loki, dios de las travesuras —dijo Loki riendo—. Soy de Asgard —apunto hacia el cielo.
—Yo soy Anthony —dijo el niño sonriendo—. Soy millonario, y de la tierra —agregó dándole la mano.
—Bueno, Tony —dijo Loki levantándose.
—No me digas Tony, me llamo Anthony —reclamó el pequeño.
—Pero eres mi amigo, ¿no? —preguntó Loki frunciendo el ceño. Anthony asintió dudoso—. ¡Entonces te puedo decir Tony! —exclamó—. Los amigos pueden llamarse de manera amistosa —explicó. Anthony asintió más alegre—. Tony —Rio—, debo irme porque mi madre me regañara, espero que tengas suerte con tus padres, no dejes que te afecte —dijo tendiendo su mano para ayudar a Anthony a levantarse.
—Gracias, Loki —dijo Anthony—. Espero que tu madre no te regañe.
—No te preocupes, no lo hará —dijo Loki acercándose a su oído—. No puede resistir esta cara —agregó mientras ponía una cara que intentaba ser ridículamente tierna. Anthony comenzó a reír.
—Espero que nos veamos algún día —dijo Anthony como despedida.
—Yo igual —asintió Loki comenzando a caminar de vuelta al hotel.
***
Entro silenciosamente a la alcoba, intentando no generar ningún ruido para no despertar a la bestia. La puerta se cerró de un portazo. Loki se estremeció, su madre estaba detrás de él. Puso cara de perrito desamparado.
—¡Loki! —gritó Frigga apenas se giro—. ¡¿Dónde demonios estabas?!
No, la cara de perrito nunca lo salvaba contra su madre.