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Labyrinthus: Doomsday (Secuela) por MissCooper

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10- Viejos-nuevos amigos Segunda Parte


Jessica se pasó unos veinte minutos intentando encontrar una manera de salir de este sitio. Todo parecía bien sellado y la única salida era la puerta por la que habían entrado a la sala del amuleto. Se sentó frustrada y algo enfadada por que Kyra había decidido quedarse sentada sin ayudarla a encontrar una forma de salir de allí.

-Podrías hacer algo- Refunfuñó mirándola a la cara. Ella intentaba no mirarla fijamente, ni hablarla.

-La única salida es la puerta de entrada. No tiene sentido que gastemos nuestras fuerzas en buscar otra. O nos sacan de aquí o...- Hizo una pausa dramática pensando en que era mejor no ponerla nerviosa-Espero que Deanna y Noah estén bien y puedan ayudarnos- Se quitó la mochila de los hombros y la abrió para sacar una botella de agua para pegarle un largo sorbo- ¿Quieres?


La pelirroja afirmó con la cabeza y estiró la mano para agarrar la botella.

-¿Tendrán que superar las mismas pruebas que nosotras?

-Supongo que sí- Kyra se encogió de hombros sin apartar la vista del suelo. No quería mirarla, ni pensar. Las ideas que se le pasaban por la mente eran agresivas o poco ortodoxas . Y las dos suponían una terrible idea.

-Por si acaso deberíamos distribuir el agua. No sabemos cuanto tiempo vamos a estar aquí- Kyra tosió llevándose la mano a la boca. Aquello le extraño, aunque supuso que sería por el polvo del lugar. También hacía demasiado calor en aquel sitio, a esa temperatura se iban a cocer allí.

-Podríamos aprovechar el encierro para arreglar las cosas, ¿no te parece?- Jess la miró fijamente obligándola a devolverle la mirada.

-¿Arreglar? Estás casada, ¿Cómo arreglamos eso?

Jess puso los ojos en blanco cansa de darle vueltas todo el tiempo al mismo tema.

-Podemos ser amigas.

Kyra se rió apartando de nuevo la vista haca el suelo.

-Tú y yo no somos amigas, nunca lo fuimos. ¿Cómo planeas que eso funcione? Las amigas no quieren besar a la otra cada vez que la miran.

Jessica se quedó en silencio dándose tiempo a pensar. No quería hacerla daño, pero tampoco perderla... No otra vez.

-Kyra, lo superarás. Cuando tu vida vuelva a la normalidad te daré igual e incluso no creo que tengas muchos problemas en sustituirme.

-Ese es mi plan. Cuando salgamos de aquí, le de una paliza a ese viejo asqueroso que nos ha robado el amuleto. Solucionaré el problema con Amelia y me vengaré del gobierno que ha matado a mis amigos. Después de eso, sobreviviré, porque no puedo morir. Y si ninguno de mis seres queridos no ha sufrido una muerte brutal. Usaré mi tiempo para estar lo suficientemente lejos de ti y de tu querido marido. No tienes que preocuparte por mí, no voy a desmontarte la vida.

La pelirroja se enfadó sumamente. Le enfadaba ese rollo victimista que había decidido asimilar. Se le había olvidado lo cabezota que podía llegar a ser y lo mandona que se ponía.

-¡Dios! ¿Qué no me preocupe? ¡Eres una idiota! Sí, sí, ¡si!- Se acercó a ella para obligarla a que la escuchara- Estoy casada, tú te moriste, ¡No estabas!. Y yo me morí contigo, al menos una parte importante de mí lo hizo. Cuando eso pasó me hundí. Y no pude superarlo hasta dejar mi vida, porque no podía dejar de pensar en tí. Todo eras tú, te veía en todas partes, lloraba cada noche. Conocí a Manuel cuando vino a America por una misión. Le ayudamos , él me dio su número y me ofreció irme a México. Al principio fue un gran amigo, me apoyó y me ayudó a salir adelante. Nunca le conté por qué estaba así, él solo me hacía menos infeliz . Al final nos enamoramos y acabamos saliendo. Mi vida volvió a ser normal , volví a vivir. A pesar de que una parte de mí seguía siendo un agujero profundo que dolía cada día- Suspiró- Hasta que volviste a aparecer. Así que no, no quiero que vuelvas a desaparecer de mi vida.

Jessica estaba temblando casi a punto de soltar una lágrima. Kyra la miró mientras se tranquilizaba. No pudo evitar levantarse corriendo para besarla. Rezó para que no se apartarse y durante unos segundos así fue.

-No...no puedo hacer esto- La voz le salía de la boca de manera entrecortada. Esta vez no pudo contener las lágrimas y la morena volvió a besarla. Esta vez ella le devolvió el beso y le quitó la camiseta en forma de respuesta. Kyra la levantó para tumbarla en el suelo colocándose encima de ella. Procedió a besar su cuello y bajó deslizando sus labios hasta el borde del pantalón. Cuando llegó al sitio esperado desabrochó el botón y bajó la cremallera para deshacerse de la aparatosa prenda. Jessica se estremecía con cada caricia. Su cuerpo se tensó completamente cuando la lengua de su compañera rozó sus partes más íntimas. Un escalofrío recorrió su espalda y los gemidos comenzaron a brotar de su boca







La dirección que les habían facilitado les condujo hasta un bloque de apartamentos de lujo del upper east side. Las comparaciones con su última visita eran más que inevitables. Entraron al edificio y un portero les recibió con amabilidad.

-Buenas noches, ¿les puedo ayudar en algo?- El hombre estaba detrás de un mostrador.

-Hola- Salomé le dedicó una sonrisa complaciente mientras se acercaba a este tipo con sutileza- Vamos al apartamento de Jenna Ferrell.



-¿Puedo preguntarles nombre?- El portero tenía un teléfono colocado en la oreja dispuesto a marcar el número de la propietaria en cuestión.



Salomé le miró a los ojos fijamente para hipnotizarle. Cuando le tuvo donde quería le obligó a colgar . Estaba completamente a su disposición.

-Jenna es amiga. Nos está esperando y le molestaría mucho esperar más de lo necesario. Así que vas a dejarnos pasar y desearnos una buena noche.

El hombre afirmó moviendo la cabeza con lentitud

-Si señora, tengan buena noche.

El grupo cruzó el portal y Nat sonrió comentándole a la vampiresa.


-Que sencillo parece ser tú-Salomé respondió devolviéndole la sonrisa mientras llamaba al ascensor.

Los rellanos de los apartamentos eran lujosos, a juego con las puertas de las viviendas. Se colocaron en la de Jenna y llamaron al timbre esperando que alguien les abriera. No tardaron mucho , en cuestión de segundos una chica de aspecto latino, tez morena, pelo y ojos negros. Abrió la puerta vistiendo únicamente un albornoz de algodón blanco.

-Vaya, vaya. Salomé- La miró de arriba abajo y después a los otros visitantes- Y desconocidos, genial- La chica se apartó de la puerta caminando al interior de su apartamento invitándoles a pasar.

Todos aceptaron la invitación y se sentaron en un largo sillón blanco colocado en un hermoso salón con una enorme cristalera . Algo pretencioso y arriesgado para un vampiro.

-¿ A qué debo el honor de tu visita?- La mujer se sentó en uno de los sofás individuales que acompañaban al grande.

-Estoy buscando a Elle.

-Eso imaginaba, no ibas a venir a verme a mí- Jenna sonrió re-colocando sus piernas en una posición más cómoda.

-Si me dices donde encontrarla nos iremos- Mientras le dijo eso pudo ver como un tipo musculado y desnudo cruzaba el salón hacia la cocina.

-Canta todos los viernes en un bar llamado Claire´s- Colocó las manos en los reposa brazos del asiento para impulsarse y poder levantarse- Ahora si mi disculpáis, tengo un morenazo esperándome en la cocina.






Jessica se llevó las manos a la cara respirando profundamente. Tenía unos sentimientos confusos, pero la culpa se estaba apoderando de ella. Se sentía fatal y mientras el remordimiento la machacaba comenzó a vestirse.

-No deberíamos haber hecho esto. Ha sido un error, yo...- Su voz sonaba preocupada y alterada. Kyra la paró colocando las manos sobre sus hombros.

-Tranquila- intentó conectar las miradas pero ella se apartó revuelta.

-Kyra... ha sido un error. No puedo hacerle esto a Manuel... soy una persona terrible- La líder la abrazó acariciándole la cabeza. No tenía palabras para calmarla.

-Todo va a ir bien.

-No-Jess se apartó negando con la cabeza- Eso no puede ser. No puede enterarse, no debería haber pasado.

-¿Qué dices?- Volvió a toser tapándose la boca.

Antes de que pudiera contestar Deanna y Norah lograron llegar hasta ellas abriendo la puerta.

-¿Estáis bien?- Preguntó Norah al verlas algo alteradas.

-Perfectamente- Dijo Jessica saliendo de allí evitando el contacto visual con los presentes.

-¿Os ha hecho algo el tipo del arma?- Preguntó Kyra intentando no pensar en la reacción se su ex al salir de allí.

-¿Qué tipo?- Deanna se metió en la conversación intentando descubrir a que se refería- ¿Dónde está el amuleto?




Amelia se hacía la dormida la mayor parte del tiempo. Era la única manera que tenía de evitar las preguntas incómodas de Manuel. Bajó cautelosamente al salón esperando que el marido de jess no estuviera por ahí. Tenía ganas de ver un poco la televisión, así que se sentó en el sofá una vez comprobó que la habitación estaba despejada. Encendió el televisor intentando dar con algún programa de entretenimiento en inglés. Pero todo lo que estaba sintonizado era en español. Al final dejó un canal de dibujos, que aunque no entendiese nada. Se entretenía viendo los colores de los monigotes.


-¿Te gusta el programa?- Manuel apareció a traición por la puerta de la cocina. Se quedó apoyado en el cerco de la puerta mientras miraba la pantalla de televisión.



-No sabría decirte.



-Imagino que tu español no es muy bueno. ¿No os lo enseñan en clase?



Amelia se encogió de hombros sin tener muy clara la respuesta. En su instituto español no era una asignatura obligatoria. Y también se dividía en niveles, por lo cual todo era muy relativo.



-Lo básico.



Manuel se rió negando con la cabeza y tomó asiento a su lado. El silencio era matador. Estuvieron callados hasta que la puerta se abrió llamando su atención. Deanna y Jessica fueron las primeras en entrar en la casa. La pelirroja hizo una fugaz mirada de reconocimiento antes de agachar la cabeza y disculparse ante los presentes para poder irse a descansar al dormitorio. Noah y Kyra no tardaron en acompañarlas. La líder notó cierto recelo en la mirada de Manuel al verla pasar, algo había cambiado en él , aunque no creía que supiera lo que había sucedido. Lo primero que hizo nada más entrar fue dirigirse a Amelia y besarle la frente.



-¿Cómo te encuentras?-la chica sonrió mirándola con ternura



-Bien. Ya no soy una central eléctrica.



Kyra tosió y tomó asiento agotada. Sentía algo de mareo y excesivo cansancio



-¿Habéis conseguido el amuleto?- preguntó la chica deseosa de respuestas. La realidad es que soñaba con el momento de que todo aquello terminara. Que llegara el día en el que pudiera volver a si vida normal. Empezar la universidad, salir de fiesta, estar con si familia y amigos. Lo típico de una persona de su edad. Todo aquello de la magia era demasiado intenso para ella.

-Por un instante - la adolescente arqueó su ceja izquierda sin entender muy bien a que se estaba refiriendo.



-¿Qué quieres decir?




Manuel miraba a su mujer sin poder dejar de darle vueltas a una pregunta. Ella se quitaba la ropa para ponerse un camisón más que dispuesta a irse a la cama mientras el se acercaba poco a poco.

-¿Cómo ha ido la misión?-La agarró por la espalda para besarla un hombro y ella se apartó disimuladamente.

-Mal. Nos robaron el amuleto- Apartó la colcha de la cama para acostarse.

-¿Qué? ¿Cómo que os han robado?- Él la miró asombrado. No se esperaba esa respuesta en absoluto.


-Sí- Suspiró agotada. No podía mirar a Manuel a los ojos y se sentía incómoda en su presencia- Te lo contaré mañana, necesito descansar.


Se metió en la cama con la esperanza de terminar la conversación, pero él no estaba satisfecho con ese final. Se acercó a su lado sentándose en el filo de la cama. Jessica se tumbó de lado dándole la espalda y agarrando la almohada con los brazos.

-¿Por qué no me dijiste que Kyra es tu ex?


La pelirroja se giró para mirarle a la cara.

-¿Cómo lo sabes?


-Me lo ha comentado Amelia. No es importante, solo quiero saber si debo preocuparme.

El corazón de Jessica se hizo un pequeño nudo como si alguien lo apretase. Tragó saliva profundamente y le miró con miedo.

-No, claro que no.




Amelia miraba a Kyra alucinando con la historia que había escuchado. Parecía que esa misión no iba a terminar nunca. Siempre pasaba algo que lo complicaba todo y se tenían que ir a la otra punta del país huyendo de todo.

-¿Y ahora que hacemos?

Kyra tosió con cara de agotamiento. No tenía ni idea, aunque su mente no iba bien en ese momento. Se sentía mareada, algo no iba bien. La chica se la quedó mirando mientras Kyra se levantaba a por un vaso de agua. Igual estaba deshidratada o algo.

-¿Estás bien?- Le preguntó la bruja viendo como su compañera se tambaleaba al caminar.

-No...no se- Se llevó la mano a la frente, estaba ardiendo. Intentó avanzar un poco pero se cayó redonda al suelo haciendo un ruido enorme que retumbó por toda la casa. Cuando Amelia llegó a socorrerla Kyra estaba inconsciente.




Llegaron al Claire´s y un portero les detuvo en la puerta preguntándole por sus nombres.

-¿Estáis en lista?- Dijo parco en palabras el tipo. La vampiresa le miró mordiéndose el labio. Pensó en usar sus poderes pero antes probó suerte.

-Salomé y amigos- El puerta repasó los nombres y se hizo a un lado invitándolas a pasar.


Una vez dentro pudieron ver a un club nocturno de mesas con mantel rojo, sillas de madera y un pequeño escenario donde hacía sitio para un piano usado de madera y un taburete con un micrófono. Todos tomaron asiento en una de las mesas cerca y esperaron a que Elle y un hombre con bombín, se subieran para empezar a tocar. Salomé sonrió al ver a su conocida , siempre le había gustado como cantaba. Lo hacía realmente bien, tenía una voz preciosa. Todo el repertorio que tocaron eran baladas de Jazz, todo acompañado por el pianista. No apartó la mirada de ella en todo el concierto, estaba preciosa. Llegó la última canción y antes de empezarla dedicó unas palabras.

-Esta canción es la última de esta noche. Me gustaría dedicársela a una muy vieja amiga que ha venido esta noche- Miró a Salomé antes de hacerle una seña a su compañero de escenario para empezar el tema. La canción se titulaba “ All the things you are”. En cuanto terminó bajó con delicadeza las escaleras y se acercó a la vampiresa.

-Diría que es una gran sorpresa, pero sabía que vendías- Elle sonrió y besó la mejilla de Salomé.

-¿Cómo que lo sabías?- Nat la miró arqueando la ceja izquierda. Se había mosquedado con estar en la lista de invitados, pero eso ya le sonaba raro.


-Elle es vidente, Nat. Sabe muchas cosas.

La rubia sonrió de forma pícara y tomó una silla para sentarse cerca de ellos.


-Bueno, a llegado el momento que esperábamos, ¿verdad?- Elle se encendió un cigarro y le dio una calada expulsando muy despacio el aire que almacenó en sus pulmones. Hacía mucho que había dejado de respirar, pero siempre le gustó la elegancia con la se que deslizaba el humo mientras desaparecía ascendiendo a través del aire.


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