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Labyrinthus: Doomsday (Secuela) por MissCooper

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Notas del capitulo:

Os dejo con la conti^^ Gracias por vuestros comentarios!!!


3-El nuevo mundo- Segunda parte



El abrazo parecía no tener fin. Las dos habían pasado por muchas cosas en muy poco tiempo, y ese reencuentro les hacía sentir cierta paz interior. Aunque solo fuera temporal querían alargar esa sensación el mayor tiempo posible.

-¿Cómo? Estabas muerta, muerta de verdad. ¿Cómo ha sucedido esto?

-Tenía entendido lo mismo de ti- Kyra le dedicó una sonrisa a la informática intentando quitarle cierta importancia a su regreso a la vida- Salomé me sacó de la tumba.

-¿Sin decirme nada?- Miró a la vampiresa en busca de algún tipo de explicación por su parte.

-Oye, que te creas la reina de los marginados y te halla hecho caso en un par de cosas , no significa que tenga que pedirte permiso para hacer lo que crea conveniente. - Llevaba siglos haciendo lo que le venia en gana sin dar explicaciones a nadie. No entendía que le molestaba tanto. Ahora estaba Kyra con ellas,¿no?.

- ¡Deberías haberlo comentado! ¡Es mi amiga también!- Estaba furiosa. Tenía unas ganas terribles de pegarle un puñetazo a esa pretenciosa vampiresa. Pero la coherencia le decía que dejara a parte el tema físico .

-Creo que ya hicisteis suficiente metiendola allí, Doña genio- Nat se quedó petrificada. La culpabilidad invadió su cuerpo. Tardó unos instantes en transformar ese sentimiento en ira y rabia.

-¿¡Cómo te atreves!?- Antes de que se arrancasen los ojos Kyra se interpuso parando la pelea.

-¡Ya está bien!. No me importa una mierda vuestras riñas personales. Tenemos cosas más importantes de las que ocuparnos. Como del fin del mundo, para variar. - Agarró a la informática del brazo -¿Podemos hablar a solas un momento?

-Claro- La chica la guió fuera de las oficinas y comenzaron a pasear por el centro comercial.

Estuvieron un rato únicamente en silencio. Kyra tenía muchas preguntas en su cabeza, había pasado mucho tiempo, se había perdido tantas cosas.

-¿Qué pasó?- Al final se decantó por lo ocurrido en Labyrinthus

-Nos tendieron una trampa.- Nat llevó la mirada al suelo y apretó con rabia sus puños.- Sabía que había algo mal. Los sistemas no funcionaban bien, me pasé todo el día intentando asegurarlos. Parte del sistema de energía comenzó a fallar y yo me fui a arreglar los generadores...Ahí es cuando pasó todo.

-Se bloqueó el laboratorio- La antigua líder empezó a rellenar los huecos de esa escena.

-Sí. Me quedé encerrada allí mientras todo pasaba... Así es como conseguí sobrevivir- Nat se tomó un momento para continuar con la historia. Había pasado tiempo, pero todavía le traía mucho dolor recordarla. - Tenía a Andy por el comunicador. -Soltó una risa amarga- Me gritó que me quedara quieta mientras le contaba mis planes para intentar desbloquear la puerta y ayudarles...No lo conseguí, no tenía el material apropiado allí dentro...Escuché como le mataban, a él y a todos.

Kyra tragó saliva cerrando fuertemente los ojos. No quería imaginarlo, era de las peores cosas que le podían haber pasado. Si esto era una traición del gobierno, estaba dispuesta a dar con los responsables y hacérselo pagar de la manera más cruel que jamás se hubiera visto.

-Y...¿Jess?...¿Qué le pasó?- Tenía miedo de preguntarlo, pero necesitaba saber si al menos no sufrió.

-Kyra...Jess no estaba en Labyrinthus cuando el ataque. Lo dejó poco después de tu... bueno, retiro al otro mundo. No pudo soportar estar allí sin ti...No se qué pasó con ella. Se fue de la ciudad , cambió de teléfono , de vida y le perdimos la pista. He intentado encontrarla muchas veces, pero es lista. No hay rastro de Jessica Parker desde hace más de dos años y medio. No creo que sepa que nos pasó.

Los ojos se le abrieron como platos al escuchar las palabras de la informática. En cierta manera se sentía culpable por alegrarse. Pero no podía evitar inundarse de felicidad al escuchar esas palabras. Estaba viva, no importaba donde, pero lo estaba.

-Dios- Se llevó las manos a la cara intentando coger aire, intentando no llorar.



Amelia se aburría de esperar en aquella oficina cutre. Salomé estaba entretenida cotilleando el escritorio de la chica con gafas. Pero desde que le habían roto el teléfono, ella no tenía ningún tipo de entretenimiento.

-Me debes un móvil- Le echó en cara a la vampiresa que acababa de cerrar el último cajón que le quedaba por revisar.

-¿Echamos cuentas de cuando le debe que a quien?- Si no fuera extremadamente rica, esa cría habría acabado con el salario de cualquier persona normal. La chica se limitó a mantenerse en silencio, a fin de cuentas le debía su vida...

-Y...-Ya que tenía que esperar en ese aburridísimo. Igual podía hacer la situación un poco más interesante... para ella- ¿De qué conoces a esa tipa?¿Por qué tanto revuelo para sacarla de la tumba?Tan importante es?- Salomé la miró con pereza.


-No es asunto tuyo, cotilla. Limítate a estar calladita y hacer lo que se te diga. Pronto nos iremos.

Amelia sonrió de forma pícara. Tenía cierta idea de lo que podía estar pasando, pero era más entretenido intentar sonsacarselo a la cascarrabias de Salomé.

-¿Tú y ella?...Ya sabes- Hizo un movimiento golpeando las yemas de sus índices una contra la otra.

La vampiresa se limitó a lanzarle una mirada asesina. En otros tiempos imponía respeto y la gente le tenía tanto miedo que escondían a sus niños para que no se los comiera. Nadie en su sano juicio habría sido capaz de intentar inmiscuirse en sus asuntos con una pregunta tan insolente. Pero ahora las cosas habían cambiando. Ya no obedecían sus órdenes con tan solo un chasquido de sus dedos y una bolsa de carne humana super hormonada, le amargaba la vida noche a noche.

No tardaron en volver Nat y Kyra de su paseo. La informática se acercó a su despacho para hacerse con unos documentos del archivo.

-Hablemos del siguiente paso- Lanzó los papeles que había ido a buscar encima de una de las mesas. Una foto se deslizó desde el interior de la carpeta dejando ver la imagen de un hombre. Era un tipo de unos cincuenta y pocos, con canas, gafas y pinta de empollón.

-¿De qué trata todo esto?-Kyra agarró la fotografía intentando sacar más datos de lo que iba la cosa. En el reverso Thomas J.Faulkner -¿Quién es?


-Se trata del profesor Faulkner. Es un historiador experto en ocultismo, antropología y demonología. Este hombre ha dado varias conferencias sobre magia y hechicería a lo largo del tiempo, es de las pocas personas con el conocimiento suficiente para poder ayudarnos con nuestro problemilla. Quizás sepa más de la profecía de lo que nosotros sabemos, que es bastante poco. -Nat suspiró un momento intentando reponer fuerzas- Tendréis que viajar a San Francisco, donde el señor Faulkner imparte clases de historia. En esta carpeta tenéis toda la información que podréis necesitar sobre él, dirección, clases, sitios que frecuenta con asiduidad según los cargos de su tarjeta de crédito. Hablad con él, introduciros en su círculo de confianza, intimidarles, rebuscad en su casa. Me da igual como lo consigáis , pero necesitamos esa información.

Kyra se estaba quedado perpleja con las recientes dotes de mandato que la chica que una vez había tenido bajo sus órdenes le estaba demostrando.

-¿Y cómo haremos para hablar con él y que nos ceda amablemente la información?-Continuaba intentando exprimir al máximo los detalles de la misión a través de los documentos que le habían sido facilitados.


-Os daré identidades falsas. Allí la vida sigue siendo normal, así que os haréis pasar por gente con trabajos reales. Vosotras seréis agentes del gobierno buscando información sobre un caso criminal. -Volvió a entrar en su despacho y trajo tres teléfonos móviles-Si tenéis que llamar usad únicamente estos dispositivos.- Nada de cabinas, fax,emails u otras vías conectadas a la red de comunicación. El gobierno controla todo y estos móviles los he limpiado, usan una red alternativa que me ha costado muchísimo crear. ¿Entendido?

-Por eso rompimos los nuestros- Comento Salomé sacudiendo el suyo delante de la adolescente caprichosa de la que tenía que ocuparse.

-Exacto. También es importante que solo llaméis a los números que tenéis en la agenda. Son vuestros teléfonos y el mío. Si contactáis con alguien ajenos podrán rastrear la llamada y dar con todos nosotros. Se iría todo a la mierda

La vampiresa le quitó al instante el teléfono a Amelia. Ya la estaba viendo cotillear las opciones que tenía el objeto u no se fiaba un pelo de ella ni de su cerebro a medio formar.

-¿Estás escuchando?- Apartarle el móvil de las manos fue lo único que llamó su atención

-¡Claro que estoy escuchando! ¡Devuélvemelo!


-Creo que me lo voy a quedar hasta que tengas las reglas claras. No quiero que nos asesinen porque te de nostalgia y en un calentón llames a tu noviecito de instituto.

La chica no daba crédito a lo que estaba escuchando. No era justo que siempre la tratase como si fuera estúpida o inútil. Vale que no podía defenderse frente a criaturas sobrenaturares. Pero era una maga... o algo así... Eso tenía que significar algo,¿no?.

-¿Y si me pasa algo? ¿Como voy a contactar con vosotras si no tengo con qué llamaros?.

-Tranquila, bomboncito- Salomé colocó su dedo pulgar en la barbilla de la muchacha- No voy a quitarte los ojos de encima- Un escalofrío recorrió la espalda de Amilia obligándola a estremecerse por completo .

-Tomad- Nat continuó exponiendo los detalles de la misión- Aquí tenéis dinero, las llaves del coche y del apartamento donde os hospedareis. Intentad burlar las cámaras de seguridad en la medida de lo posible, usad corras, gafas... lo que sea que pueda dificultar vuestro reconocimiento facial. Estamos intentando ir por delante en esto y si saben que estamos allí enviarán a alguien.

-¿Cuando tenemos que irnos?- La antigua líder estaba deseando ponerse en marcha. Tener la mente ocupada le haría volver a la nueva realidad en la que se había despertado.

-Mañana. Aprovecharéis el viaje en coche para viajar por el día. El automóvil protegerá a Salomé de la luz solar y llegaréis a tiempo para poder aprovechar la noche. Tomad lo que os queda para descansar y preparar las provisiones.


Kyra se separó del equipo y obedeció la orden de tomarse unos minutos a solas. No la dejaban salir de la base por razones de seguridad. Jugueteaba con su teléfono con la única idea de llamarla a ella. Quería hacerlo desesperadamente, lo deseaba con demasiada fuerza. Aunque quisiera no pensarlo la idea de escuchar su voz era lo único que le pasaba por la mente. Pero no podía, no podía poner al resto en peligro . Finalmente guardó el móvil en el bolsillo y pensó en que saber que estaba viva debía serle suficiente para seguir con su vida. De todas formas habían pasado tres largos años. No tenía derecho a irrumpir en su nueva realidad y desmontarla. Quien sabe, igual tenía familia, trabajo o cualquier cosa en la que ella ya no encajaba. Se había convertido en un simple fantasma, un recuerdo de otra vida.


Nat se pasaba la mayoría del tiempo en frente del monitor de un ordenador. A penas tenía tiempo de dormir, comer o tomarse unos minutos de ocio. Había aprendido mucho desde que estaba en esas circunstancias. Había hackeado millones de páginas gubernamentales para mantenerles a salvo y ocultos. Páginas de tráfico seguridad...nada se le resistía. Aunque todo aquello era agotador, mantener ese ritmo para competir con un montón de cerebritos que trabajaban para las altas cumbres iba a matarla. Unos golpes desde la puerta desvió su atención de la pantalla.

-¿No descansas nunca?- Kyra la miraba con curiosidad desde el cerco de la puerta.

-Se ve que siempre hay trabajo que hacer- Soltó una risa tímida- ¿Cuándo me he convertido en ti?- Se levantó de la silla para atender a su invitada y servirse dos copas de Whisky de su reserva especial.

-Estás haciendo un gran trabajo. Me tienes sorprendida de lo eficiente que te has vuelto...bueno ya eras muy buena antes, pero esto...-Tomó el vaso que le ofrecían para darle un trago.

-Bueno, aprendí de la mejor- Brindaron cayendo en unos segundos de silencio reflexivo- No está siendo nada fácil. Tengo que tomar muchas decisiones de vida o muerte...No puedo equivocarme porque si lo hago el resultado puede ser fatal...No se como lo pudiste llevar tan bien, tengo demasiada gente bajo mi responsabilidad.

-No era sencillo, pero os tenía a vosotros...Como tú nos tienes a nosotros. No estás sola.

Nat sonrió afirmando con la cabeza.

-No se como vamos a salir de esta, Kyra. No creo que podamos ganar esta vez. Hago todo lo que puedo para continuar en el ruedo... pero a penas conseguimos mantenernos a flote...Son demasiado poderosos, demasiado grandes- La invitada pasó un brazo por el hombro de la informática intentando mostrarle apoyo.

-Siempre hay una manera, no importa lo grande o poderosos que sean. Encontraremos la forma de derribar a este Goliath.

Nat quería creer en sus palabras. Se quedó apoyada en ella mientras hacían tiempo antes de marcharse. Cuando iban a volver a sus respectivos asunto, una alarma sonó desde el ordenador.

-¿Qué es eso? ¿Nos atacan?- Kyra se puso en alerta esperando lo peor. Nunca podían estar tranquilos.

-Es la patrulla, acaban de llegar de su guardia- Se acercó al teclado para abrir la entrada al garaje para que pudiesen acceder al edificio.

-¿Tienes patrullas a tu disposición?.

-Alguien tiene que intentar mantener las calles a raya. Encontré a un grupo de personas capacitadas y dispuestas a ayudar. ¿Quieres ir a conocerles?- Sabía que le haría ilusión rodearse de gente con ideales afines. Kyra afirmó con una sensación extraña en el estómago.

Nat le hizo una señal para que la siguiera, bajaron las escaleras hasta la planta principal donde se encontraron a Ray con otras cuatro personas.

-Chicos, quiero presentaros a mi amiga Kyra. Nos va a ayudar con la misión- El equipo le dedicó una mirada recelosa llena de desconfianza. Estaban sucios, tenían alguna herida y rasguño superficial y parecían cansados.

-Hola a todos- Le tendí la mano a uno de los primeros hombres del grupo. Era un tipo grande de un metro ochenta, cabello negro y barba. Vestía con camisa de cuadros y pantalones vaqueros.

-Soy Jackson- Kyra afirmó y se dirigió a la siguiente persona que tenía más cerca. Era una chica mulata con el pelo trenzado, los pantalones de camuflaje y una camiseta color caqui. Aparentaba unos veintipocos.

- Deanna- Su pose era dura y seca, como si evitara el contacto físico con cualquiera que se le acercara.

Detrás suya había un chico alto y delgado. Tenía una gran nariz en la cara y el pelo negro. Vestía con una sudadera de color granate .

-Yo soy Noah, encantado- El último que quedaba esta un tipo rubio con pinta de militar. Estaba musculado, vestía con ropa cómoda para el combate y portaba orgulloso un colgante con placas del ejército.

-Marvin- La ex jefa le hizo el saludo militar para darles a entender su profesión. No conocía nada de sus vidas pero ya su presencia le inspiraba respeto.

-¿Va a acompañarnos en las salidas?- Jackson preguntó de manera directa y ruda. Parecía que no le ilusionaba mucho acoger a nuevos miembros en su pequeño escuadrón de la muerte.

-No, tiene otros deberes que atender.

Deanna puso los ojos en blanco y continuó su camino abandonando la escena.

-Vaya, asó da gusto conocer gente nueva- El sentido del humor de Kyra no se había desgastado con el tiempo.

-Perdónala- Noah parecía el más simpático del grupo-siempre está de mal humor, solo le gusta darle palizas a las cosas

-Al menos está entregada a su trabajo- La antigua líder miró un momento el camino por el que la chica había desaparecido antes de continuar con la conversación. El tipo con pinta militar se veía inquieto, como queriendo realizar una pregunta.

-¿Tienes algo que decir?- Kyra se interesó por ver que tenía que decir.

-Me gustaría saber a qué misión ha sido destinada.

-Me temo que esta información vamos a mantenerla en secreto de momento. No es por nada, pero no os conozco y prefiero tener las probabilidades a mi favor. No se si lo entendéis. Pero, quiero agradeceros el trabajo que realizáis manteniendo el orden en la ciudad.

El equipo se marchó a descansar cuando ellas se dirigieron al coche que Ray les había preparado para el viaje. Se trataba de un todo terreno con los cristales tintados para que Salomé pudiera disfrutar del viaje sin ningún tipo de percance con la luz solar. En el maletero habían metido comida, ropa y armas, cosas de primera necesidad

Se sentaron para comenzar el viaje, les quedaban unas largas horas de camino y Amelia las aprovecho para echarse una siesta. Podría acostumbrarse a dormir todo el día, sin tener que correr de un lado a otro con el terror de que algo le clavase un objeto punzante por la espalda. Cuando dormía nada de eso existía, todo era normal, tranquilo, nada era importante.

 


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