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Labyrinthus: Doomsday (Secuela) por MissCooper

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Notas del capitulo:

Gracias por seguir leyendo la historia y comentándola. Me hacen muy feliz vuestros comentarios de apoyo! Aquí otro capítulo. Hay que aprovechar el tiempo libre!

6- La chispa

Kyra apartó la mirada de su ex todo el viaje. Por lo que parecía había rehecho su vida con ese tipo y verlo lo sentía como una apuñalada dentro del corazón. Para ella todo era reciente, ella la seguía queriendo. Jessica tampoco se atrevía a dirigirla la mirada, estaba en estado de shock y su mente iba a mil. Estaba viva, allí sentada en el mismo coche tres años más tarde. No podía ser. Cuando llegaron de nuevo a la casa de Manuel Kyra fue la primera en bajarse del Jeep de un salto y entrar en la casa.

-Mira, a han llegado el resto- Comentó Amelia a la vampiresa mientras observaba la cara descompuesta de su compañera cruzando el salón.-¿No ha ido bien?

Tras ella entraron los demás y a Salomé también se le descompuso el rostro al ver a la pelirroja, pero a ella del asco.

-No me jodas- Comentó en voz alta sin ningún tipo de delicadeza


-Yo también me alegro de verte, Salomé- Jess la contestó tampoco muy contenta con su presencia. Nunca se habían llevado demasiado bien. Pero en ese momento no era con ella con la que le apetecía charlar.

-¿Os conocéis? -Preguntó Manuel algo despistado.

-Trabajamos junto un tiempo, igual que con Natalie- Se limitó a responder.

-Trabajar juntos es demasiado amable, digamos que te hacíamos de canguro- La vampiresa sonreía mientras hablaba-¿Y cómo es que has acabado aquí ?

Manuel sonrió y besó la mejilla de la chica.

-A eso puedo contestar yo- Estaba entusiasmado por contar la historia- Hace tiempo viajé a norte América persiguiendo un demonio Sama. Allí conocía Jessica y a Natalia. Ellas me ayudaron y nos mantenimos en contacto. Meses después Jess me llamó buscando un cambio de aires y se unió a nosotros.


Salomé se alegró internamente al ver que esos dos estaban liados. Kyra le había dicho que la cosa estaba superada, pero se fiaba entre cero y nada de que eso fuera sincero.

-Y por lo que veo sois más que compañeros de batallas- La malicia se podía ver en su mirada. Jessica se sentía muy incómoda teniendo esa conversación delante de su ex pero antes de poder desviarla Manuel contestó.

-Sí- Soltó una risita- Llevamos un año y medio casados



En ese preciso momento las puñaladas cambiaron por un estallido en su pecho. La miró un instante a los ojos mientras notaba como alguien agarraba su estómago haciéndole un nudo.

-Tengo... tengo que irme- Atravesó el salón y salió por la puerta.

-Disculpad- Jessica se apartó de su marido y salió por la puerta siguiendo a su compañera. -¡Espera!- Le gritó para que ralentizase el paso.

-Ahora mismo no quiero hablar contigo- Le gritó para que la dejase en paz.

-¡Joder Kyra!- Jessica echó una pequeña carrera para ponerse a su altera y agarrarla de un brazo – Tenemos que hablar.

-¿De qué? ¿De tu vida con el Ken hispano? Creo que prefiero no hacerlo.

-Kyra...- Se tomó unos minutos para respirar. Hacía tanto tiempo que no decía su nombre. Verla allí era como un sueño, no podía ser real- Tu estabas muertas, yo te enterré.

-Yo no puedo morir. Solo estaba enterrada, viva- soltó esa frase con toda la intención de hacerla sentir culpable por ello. En su interior estaba dolida y quería devolverle algo de lo que estaba sintiendo.


-Oh, dios... lo siento mucho- Estaba luchando con todas sus fuerzas para no llorar delante de ella- SI lo hubiese sabido yo...

-¿Qué? ¿No me habrías metido a tres metros bajo tierra olvidándote de mi?-Kyra sabía que estaba siendo cruel, pero le importaba poco en ese momento. Comenzó a andar de nuevo para quitarsela de su vista.

-¡Espera!- Jess no iba a terminar así la conversación- Dios... Lo siento- Sus esfuerzos por no llorar se empezaron a ir al garete cuando pensó en lo que le había hecho- Yo no te he olvidado, no te dejé a allí.... ¡Dios, creía que estabas muerta! ¡Habías muerto y me dejaste sola!- Rompió a llorar como no había hecho en mucho tiempo.


Verla así hizo que Kyra dejase todo su rencor a un lado y la abrazara. No podía verla sufrir, cualquier cosa menos eso.

-Lo sé... No es culpa tuya. Solo estaba enfadada por como ha cambiado todo sin mi. Es como si ya no tuviera un sitio.

Jessica se apartó y se limpió las lágrimas de la cara.

-¿Lo dices por Manuel?

Kyra se limitó a mirarla rápidamente y volver a mirar al suelo.

-Para mí, el tiempo no ha pasado igual. Tu has tenido tres años para cambiar, olvidar... Yo sigo igual, yo te quiero igual.

El corazón de la pelirroja se paró un instante. Hacía un tiempo habría matado por tener ese momento. Se alegraba más de lo que podía imaginar de que ella siguiera con vida...pero ahora estaba casada. Manuel era un buen hombre, la trataba bien, la hacía reír y la quería. Las cosas no podían volver a ser como antes.

-Kyra...- antes de que pudiera terminar la frase ella la cortó.

-Ya lo sé, ahora estas casada. Terminaré la misión, daremos con el amuleto y desapareceré de tu vida.

-No quiero que desaparezcas de mi vida- No la quería perder otra vez. No podrían volver a tener lo que tuvieron, pero era importante para ella y no quería perderla de nuevo.

-Eso es egoísta. Porque puedo estar cerca tuya fingiendo que soy tu amiga. Puedo estar ahí para apoyarte, para hacer cosas normales de amigos, jugar a juegos de mesa , salir de bares o lo que quieras. Incluso guardar tus secretos y escucharte cuando tengas problemas con tu marido. Pero cada segundo que pase contigo voy a querer más, voy a querer besarte y voy a odiar a Manuel porque tiene lo que yo quiero. Y eso me va a hacer miserable, pequeña e impotente... No puedo. Y por favor, deja de seguirme- Retomó de nuevo su camino pero esta vez la pelirroja volvió a la casa con el resto.


-¿Quién es esa tipa?- Amelia estaba un poco perdida en las relaciones de sus compañeros.

-La ex. Un drama.- Salomé miraba a la puerta esperando a que ambas volvieran.

-Oh... vaya palo

En ese momento la pelirroja entró en la casa con los ojos rojos y paso ligero.

-¿Jess?- Preguntó Nat al verla ya que todavía no la había saludado.

-Hola, Nat- Ambas se dieron un abrazo y ella se apartó rápido-Necesito un minuto a solas. ¿Te importa que hablemos luego?

-No, claro- Esperó a que Jessica desapareciera y se giro hacia la vampiresa- ¿Puedes venir un segundo? Quiero comentarte una cosa.

-Vale- Salomé se giró a Amelia con rosto severo- Quédate aquí quietecita y no toques nada.



Aprovechó que la dejaron sola para escabullirse un rato de la casa. Había demasiada gente allí y necesitaba un paseo a solas para olvidarse un rato de todas las cosas raras de su vida.

-¿A donde te crees que vas?- Kyra la preguntó con voz dura desde unos metros de distancia de la puerta.

-¡Joder! ¡Qué susto!- Se llevó la mano al pecho al borde de un infarto. Era imposible escapar de allí. Estaba claro.- Iba a dar un paseo. Como tú.

-Ni de coña. No puedes ir sola por ahí, vuelve a dentro.

-Pues acompáñame... por lo que he visto a ti tampoco te apetece mucho estar en esa casa -Amelia jugó su carta esperando que surgiese efecto.

-¿Tan transparente soy?- Suspiró antes de ceder- Vale, daremos un paseo corto.

-Me han dicho que es tu ex... qué marrón.


-Ya bueno, estas cosas pasan- No le apetecía hablar del tema pero tampoco quería ser borde con la chica.

-¿Estabas con ella antes de que murieras y eso?

-Si.

-Vaya...Es una chica muy guapa

Kyra se paró en seco para mirarla con cara de cansancio.

-Por favor, cambia de tema.

-Perdona, pensaba que querrías hablar con alguien del tema. Cuando yo rompí con mi primer novio fue un palo y- Kyra siseo con un dedo en los labios para que se callara.- Vale ya cambio de tema.

-No es eso. ¿No lo oyes?.

-No jodas, odio cuando decís eso- A la chica se le pusieron los pelos de punta. Kyra miraba hacia una especie de arbustos que había detrás suya.

-Hay algo ahí- Miró al cielo y ambas pudieron observar una redonda y brillante luna llena.- No, no, no, no. ¡Corre!

La agarró de la mano para salir a toda velocidad de allí y lo que parecía un perro gigante saltó de entre los matorrales y comenzó a perseguirlas.

-¡¿Qué es eso?!- Preguntó Amelia mientras corría como si no hubiese mañana.

-¡Un hombre lobo!


Pudieron sacarle ventaja durante unos segundos antes de que Amelia se tropezara cayéndose de morros contra el suelo. Cuando el lobo fue a atacarla kyra se puso en medio y el enorme bicho la agarró con los dientes.



-¡Corre!

La chica dudó un segundo pero la hizo caso y comenzó a correr en dirección a un cementerio que había cerca. No era el sitio más agradable en el que esconderse, pero seguramente se podría meter en algún panteón o nicho o lo que fuera menos la boca de esa cosa.
Tenía la respiración agitada , el flato empezaba a molestarle y el corazón le iba a salir disparado del cuerpo en cualquier momento. Entró en el cementerio y se escondió entre dos lápidas rezando por que no la encontrasen. Rebuscó entre sus bolsillos el teléfono móvil pero se lo había dejado en la casa. Estuvo allí unos segundos hasta que comenzó a escuchar unas pisadas dirigiéndose hacia ella.





Kyra despertó tirada en el suelo con las costillas salidas del cuerpo. Había comenzado a regenerarse y el proceso a veces podía ser un poco desagradable. Ayudó introduciéndose los huesos rotos dentro del cuerpo e intentando ponerse de pie. Amelia estaba sola y el lobo había desaparecido tras haberla destrozado a ella. Fue cojeando a la máxima velocidad siguiendo el rastro que el animal había dejado de su sangre. El camino la llevó hasta el cementerio y nada más entrar escuchó un grito y una especie de bola de energía explotó a pocos metros de ella haciéndola caer de espaldas.

-¿Qué coño?- Se incorporó de nuevo y caminó hacia el lugar de la explosión.


Las manos de Amelia temblaban descontroladas. Su respiración iba a toda velocidad y creía que iba a tener un infarto en cualquier momento. Había sacado esa cosa de sus dedos. Escuchó otra vez pasos y sin querer atacó a Kyra friéndola con la misma energía con la que había conseguido cargarse al lobo.

-¡Dios!- Se hizo una bola en el sitio intentando calmarse.



La líder tardo un poco en volver a regenerarse, igual esa noche cumplía un record . Mientras la carne carbonizada de su cuerpo se iba curando se acercó para tranquilizar a la chica. Cuando llegó a su altura vio como una especie de capa de energía cubría su cuerpo.

-Tranquila. Ya ha pasado.

La chica levantó la cara para mirarla. Tenia los ojos completamente negros.





Nat le estuvo hablando de un par de sitios donde Salomé podría empezar a mirar. Ella era un vampiro y no tenía dificultad alguna en entrar y salir de sitios sin que nadie la pillara. Había un par de bibliotecas donde podrían sacar información sobre amuletos. El problema es que los documentos estaban demasiado bien protegidos.

-Será fácil. Pero no tengo claro si esto va a servir de algo. Estamos dando palos de ciego. Si, sabemos que esa cosa esta en este país...pero no sabemos que estamos buscando.

-Lo sé, Salomé. Por eso necesito que busques información para nosotros.

-Yo solo digo que esto sería más sencillo si supiéramos exactamente que está buscando el gobierno.

-¿Y cómo pretendes saber eso?- A Nat le empezaba a poner nerviosa que criticasen su modo de actuar.

-Puedo volver y vigilares. Tengo amigos todavía.

-No.

-¿Y por qué voy a hacerte caso?

-Porque sabemos lo que buscan, exactamente- Señaló a la puerta que daba al salón donde supuestamente debía estar Amelia.- La quiere a ella. El amuleto es solo una herramienta.

-Ya. ¿Y qué tiene que ver con que yo no haga algo útil?.

-Salomé, tú eres la única con la fuerza suficiente para mantenarla a salvo. Si nos encuentran Kyra y tú sois las únicas que podéis asegurar que no la tengan.

La vampiresa suspiró entrando a razones.

-Vale. Dame el nombre de los libros.

Nat sonrió apuntándole el recado en un pequeño papel.

-Estos son los interesantes.

Salomé abrió la puerta para volver a su tarea de canguro y vio el salón vacío.

-¿Amelia?- Recorrió la casa a ultra velocidad sin dar con ella. -¡Mierda de niña!





-¿Qué me pasa?- Amelia no podía controlar esa cosa que salía de ella. Tenía miedo a moverse y hacerle dañe a alguien más. Alguien que no pudiera curarse como su compañera.

-Creo que acabas de sacar tus poderes. Tienes que tranquilizarse, el miedo los habrá activado para defenderte del lobo- Echó la mirada hacia atrás y vio un cacho enorme de carne carbonizada- Y te has defendido bastante bien.

-¡Ayudame!, no se como pararlo.

Kyra le cogió de las manos. Le producían pequeñas descargas pero nada que no pudiese soportar.

-Intenta controlar la respiración. Cierra los ojos y piensa en un sitio bonito.

Ella obedeció. Apretó sus manos con fuerza e intentó recordar cuando sus padres la llevaban a patinar. Le encantaba patinar sobre hielo mientras su padre les grababa por que era demasiado patoso como para acompañarlas. Poco a poco se fue calmando hasta que la electricidad abandonó su cuerpo y los ojos se volvieron del color normal.

-Ves, ya estás bien.- Kyra la abrazó para intentar que dejase de temblar. Esa chica estaba muy asustada . Acababa de descubrir que era una autentica arma- Vámonos a casa.


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