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Labyrinthus: Doomsday (Secuela) por MissCooper

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9- Viejos-nuevos amigos Primera Parte





Tras la noticia de la conversión de Elle decidieron dividirse en grupos. Uno buscaría el amuleto y otros a la maga vampiresa. Salomé les advirtió que no sería fácil dar con ella si no quería. La última vez que supo de la señorita Steel fue en el 69, curiosa fecha. Pero todavía le quedaban un par de contactos a los que preguntar, eso y la inestimable ayuda de Natalie y su habilidad para piratear los programas de reconocimiento facial del gobierno. Por otra parte estaba el tema del amuleto, el mismo que un señor con olor a libro usado les había puesto en la pista. Debían dar con el antes de que otros lo hicieran, pero estaba dentro de una pirámide custodiada pos vete tu a saber cuan innumerables trampas. Así pues, hicieron tres equipos. Salomé marchó de nuevo a Estados Unidos junto la informática y Jackson. Manuel se quedó con Marvin para cuidar de Amelia. Y afortunada de Kyra, le tocó a Jess, Deanna y Noah como equipo de exploración...otra vez con Jessica, habría sido más que feliz yendo a buscar a Elle o haciendo de niñera. He incluso en una colonoscopia.



-Nos vamos a ir, niña. ¿Te vas a portar bien o te tenemos que atar a la cama ?-Salomé miró a Amelia con cierto aire amenazador. Aunque no quedaba muy claro si iba en serio o solo pretendía burlarse.



-¿Vais a tardar mucho? No quiero quedarme sola- la chica miraba con desconfianza a sus custodios. No les conocía de nada. Y aunque a Salomé y a Kyra tampoco, le habían demostrado que podía confiar en ellas.



-Kyra menos, va a una misión sencillita. Yo tengo que buscar a wally, amor. Buscar a wally...nunca entendí esa frase ,¿Quién es wally?¿un pirata o algo así? Desde luego tiene nombre de pirata, de los que limpian cubiertas. Créeme he conocido muchos- La vampiresa hizo un amago de estremecerse al recordar el hedor de aquellos hombres grabado en su memoria. Amelia se limitó a reírse y darle un abrazo que la vampiresa recibió tiesa como un palo


- Tú vuelve

-Por supuesto, amor.- le removió el pelo con la mano y se subió al coche que Manuel les había predispuesto para el viaje. Llevaban comida, bebida,identidades falsas y un portátil. Todo lo necesario para la vida actual.



-Bueno, nos toca a nosotras.- Kyra preparaba una mochila con cosas básicas pasa la expedición. Linternas, agua y comida por si se quedaban atrapados, un par de pistolas, un mapa... Iban de noche para evitar posibles turistas. Estaba prohibido entrar o subirse a las pirámides sin permiso, debían intentar no acabar en prisión, no sería agradable- Cuídate en nuestra ausencia- Se despidió de Amelia dándole un beso en la cabeza y se metió al coche intentando apartar la vista del morreo de despedida de Jessica con su marido.

Deanna arrancó el motor apoyando un brazo en el borde de la ventanilla. Noah se había sentado a su lado hasta que Kyra le miró amenazante indicándole que le dejase libre el asiento. El chico no dudó un instante en ceder a la petición no verbal de la mujer y moverse al asiento trasero. El viaje fue uno de los más incómodos de la historia de los viajes en coche. Kyra recordó aquella vez que tuvo que ir escondida en un camión de cerdos... hasta ese trayecto fue mucho más agradable. Jessica miraba como el chico de su derecha tecleaba cosas en un ordenador.

-¿Qué haces?- Preguntó la pelirroja intrigada e intentando no pensar en la persona que ocupaba su mente todo el tiempo.

-Estoy activando los dispositivos de rastreo de nuestros teléfonos. Nat me ha creado una señal privada para que solo nosotros podamos acceder a nuestra localización- El chico sonrió emocionado- Parece que se ha cansado de perdernos.

-¿El mío también?- Preguntó ella sabiendo que nadie tenía su número.

-No, solo los de nuestra línea particular. Quizás deberías pedirle uno la próxima vez que la veas.-El chico sonreía emocionado, se le veía encantado al hablar de esas cosas tecnológicas de las que Jess no tenía ni idea.

-Creo que no. Me he esforzado mucho por mantener mi privacidad intacta. Cuando termine todo esto quiero que vuelva a ser así- Se fijó como Kyra la miraba a través del reflejo del espejo retrovisor. El resto del viaje volvió a ser en silencio, nadie tenía ganas de hablar.




Salir de México fue algo más complicado que entrar. El control de la frontera estaba atestado de coches y eso iba demasiado lento. Tardaron una eternidad en que les pidiesen la documentación. Les hicieron abrir el maletero para ver si traficaban con algo y les dejaron marchar. Les quedaba un largo viaje de unas cuarenta horas por delante hasta llegar a nueva york.

-Sabéis que llegaría antes yo sola, ¿verdad?- Comentó Salomé bostezando desde la parte trasera de la furgoneta.

-Pero no vas sola. Deberías empezar a acostumbrarte a trabajar en equipo- Nat la respondía con voz pausada, ya estaba acostumbrada a tratar con ella.

-Podría, pero creo que no- La vampiresa se tumbó deseando que ese tormento pasara rápido.

-¿Sabes donde podremos encontrar a tu amiga? Nueva york es muy grande- La informática cambió el tema de conversación. Tenían que dar con la maga lo antes posible para asentar los poderes de Amelia. Ahora estaba descontrolada, pero si conseguían que aprendiera a usarlos, sería una aliada imparable.

-Realmente, no. Pero conozco a un tipo que conoce a un tipo.

Nat se giró para mirarle a la cara, no podía creer lo que estaba oyendo. Intentó respirar profundo antes de gritarla, pero no hubo manera de calmar sus ánimos.

-¿Me estás diciendo que estamos cruzando medio país porque conoces a un tipo que conoce a un tipo? ¿En serio me estás diciendo que esto es una completa pérdida de tiempo y que no tienes ni idea de donde esta la persona que estamos buscando?- Se podía ver la rabia desprender de sus ojos.

-Algo así. Solo que no será una pérdida de tiempo. Y sí, yo no sé donde está. Pero el tipo que conoce a un tipo nos va ayudar a resolver ese pequeño problema- Estiró los brazos para colocarse en una posición más cómoda. La pesada esa la estaba incordiando con sus chillidos. La gente de esa época ya no tenía ni modales, ni paciencia. - Deberías relajarte un poco, querida.





Llegaron a la pirámide Tenayuca y bajaron del coche. Deanna llevaba un fusil a la espalda y un cuchillo bien atado al muslo. Estiró las extremidades nada más poner el pié en el suelo. Tenía muchas ganas de acción, partir alguna cabeza o hacer algo de ejercicio físico. Últimamente las nuevas eran las que se llevaban todo el trabajo divertido.

-¿Cómo vamos a entrar en esa cosa?- Preguntó Noah alzando la vista hasta lo alto de la pirámide.

-Supongo que tendremos que subir y verlo- Kyra se colocó la mochila preparándose a subir los escalones.


Todos siguieron el ritmo de la líder hacia la cima. A Noah le pareció eterno. Casi tan horrible como aquella vez que viajó a Francia de viaje de fin de curso. Sus amigos se empeñaron en subir una Duna de arena que no terminaba nunca. Cuando consiguieron llegar a su destino, el pobre chico estaba exhausto.

-¿Estás bien, chaval?- Deanna le golpeó la espalda acompañando el gesto con una carcajada burlona.

La entrada principal estaba bloqueada por una puerta la cuál a primera vista se podía observar que habían colocado posteriormente. Seguramente para que nadie entrase a robar ni destrozase nada valioso.

-¿Alguien sabe forzar una puerta?- Preguntó Noah mirando la cerradura- ¿Deanna?

La chica le miró con odio

-¿Qué pasa?¿Por qué soy negra has deducido que se forzar cerraduras? ¿A ti que coño te pasa ?

-Chicos- Jessica les llamó la atención agachada a la altura del pomo- Callaros- La pelirroja aprovechó ese momento para abrir la puerta y facilitarles el acceso al interior-Mirad, creo que lo mejor es que os quedéis vigilando por si viene alguien mientras Kyra y yo exploramos el interior de la pirámide.

La líder la miró rápidamente. No podía creer que otra vez la iba a tocar estar a solas con ella. Pero seguramente sería lo mejor. Esos dos iban a dar más problemas que alegrías.

-¿Estás de coña, no?- Deanna la miró alucinando- ¿ Por qué siempre nos queréis dejar a un lado?

Kyra suspiró antes de responder.

-Jessica tiene razón. Será mejor que alguien vigile, no me quiero encontrar con la policía dando problemas. Ahora estoy yo al mando, así que quedaros aquí sin rechistar

Deanna se limitó a darle una patada a la puerta y apoyarse en la piedra algo lejos del resto. El chico por otra parte parecía la mar de satisfecho con la decisión de las mujeres.

-Vigilaré con atención y esperaré vuestra vuelta.


Las dos bajaron las escaleras que se intuían tras la puerta que habían forzado. No se veía nada, así que Kyra sacó la linterna para iluminar sus pasos. Tenían que ir con cuidado pues ese tipo de edificaciones podría estar repleto de trapas o recovecos inestables. Ambas avanzaban en silencio hasta que dieron con una pared de piedra con varias figuras con grabados.

-¿Y ahora? Parece que no hay salida- La pelirroja miró a su al rededor pero el pasillo finalizaba en ese punto. Su compañera se puso a toquetear los grabados hasta que un de ellos se hundió en la piedra haciendo que esta se moviera dejando ver un nuevo pasadizo por el que meterse.

Ambas siguieron el nuevo camino en silencio. Las escaleras parecía no terminar y el frío aumentaban cada peldaño que descendían. Al final dieron con una habitación con tres estatuas talladas. Se podría decir que eran animales, pero nada facilmente reconocible.

-Mira hay otra puerta al final de la sala- Jessi se aventuró a acercarse para ver como acceder a la siguiente fase.- No se puede abrir.

Kyra miró a su al rededor y vio algo raro en el suelo. Habían tres baldosas diferentes al resto. Lo cuál llamó su atención.

-¿Has visto eso?- Señaló el suelo para que Jessica se acercase a ella.

-¿Qué estamos mirando?

-Son diferentes. Seguramente sea un mecanismo para activar la puerta.- Volvió a echar otro vistazo a su entorno antes de atreverse a improvisar algo. Después caminó hacia una de las baldosas extrañas y se colocó encima de ella. Un ruido como si moviesen una piedra enorme, retumbó por toda la sala.-Tengo una idea. Se acercó a una de las estatuas y comprobó que estaban sueltas. Si las movían y las colocaban encima de las baldosas, quizás conseguirían abrir la puerta.




Salomé llevó a sus compañeros a un complejo de apartamentos de un barrio poco lujurioso. Las paredes estaban repletas de grafitis y en las esquinas había una gran acumulación de basura. Todos subieron con cierto asco hasta llegar a la cuarta planta donde la vampiresa golpeó la puerta con sus nudillos. No tardó mucho en atender un chico delgado , moreno y con barba de unos días.

-¿Salomé? ¿Qué cojones haces aquí?- El chico había abierto la puerta lo que la cadena de seguridad le dejaba. Así que, les miraba desde una rendija pequeña.

-De visita. ¿No te alegras de verme o qué? Abre la maldita puerta

El desconocido se quedó pensativo unos segundos antes de obedecerla. Sabía que si no lo hacía la tiraría de todas formas, así que decidió ahorrarse el arreglo. Todos accedieron al interior de un apartamento pequeño y bastante destrozado. Parecía sacado de una serie de drogadictos, todo sucio con restos de drogas por todas partes.

-Vaya, has re-decorado- Comentó la vampiresa mirando la acumulación de basura que había donde debería verse el sillón.

-¿Qué quieres, Salomé?. No creo que hayas venido hasta aquí para darme consejos de amo de casa.

-Bueno, Scott. La verdad es que si he venido por algo. Necesito que me pongas en contacto con Jenna.

El tipo abrió los ojos y se empezó a poner nervioso.

-No, ni de coña. Yo no se nada de esa puta loca. Olvídate, tía. No- Se llevó las manos a los pantalones en busca de unas pastillas que había dejado en algún lugar.


-¿Cuánto me va a costar que me ayudes?


El tipo dejó de rebuscar cuando escuchó la oferta de pago.

-Quinientos dólares- Sonrió al pensar la cantidad de pastillas que podía comprar con eso.

-Cincuenta y no te parto un brazo- Salomé sonrió amablemente esperando que aceptase su contra-oferta. El dudó un momento y afirmó con la cabeza rápidamente.

-Vale, haré unas llamadas. - Cogió de la mesa un móvil y se fue a la cocina a hacer unas llamadas. Estuvo allí como unos quince minutos hasta que volvió con una dirección escrita en un papel arrugado. - Allí la encontrarás. Y por favor, no le digas que te he dado yo esto.

Salomé afirmó con un movimiento de cabeza, rebuscó en su cartera y le tiró unos billetes para pagar la cantidad indicada.

-Vámonos, gracias Scott.

Volvieron a bajar las escaleras mientras Nat intentaba saciar su curiosidad.

-¿Quién es esa tal Jenna?

-La chiquilla de Elle. Si alguien sabe donde está, es ella.







Habían conseguido superar varias de las pruebas para seguir avanzando a través de la pirámide con más o menos facilidad. Llegaron a otra sala donde había tres especies de rompe cabezas en el centro. Kyra se acercó a echarles un vistazo y la pelirroja sonrió al verla mover las piezas erróneamente.

-Es un rompecabezas bastante fácil- La pelirroja se acercó y se puso a mover las partes de un lado a otro para nivelarlas. Una vez lo consiguió resolver la sonrió satisfecha- Ves.- Tardó unos segundos en abrirse la última de las puertas.

Cruzaron a la siguiente sala donde pudieron ver el talismán colocado encima de una especie de pedestal. Las dos chicas se aventuraron en acercarse y Kyra lo recogió sin pensarlo. Nada más levantarlo una especie de gas salió del amuleto provocándole una tos.

-Vaya, han sido realmente eficientes con esto- Un hombre trajeado con el pelo canoso, un bigote frondoso y unos sesenta años. Les hablaba desde el cerco de la puerta apuntándolas con un arma.

-¿Quién coño eres tú?-Preguntó Kyra colocando a Jessica tras su espalda para evitar que ese hombre la dañara.

-Eso no es lo importante, lo que importa es que tiréis ese amuleto hacia mí si no queréis que mis hombres mates a vuestros amigos de allí arriba y yo le meta una bala en la cabeza a esa chica tan guapa que intentas proteger.

La líder apretó fuertemente los puños. Tenía tanta rabia en ese momento. Nada podía salir bien nunca, ese amuleto era importante y no lo podía ceder con tanta facilidad. Pero... no podía dejar que nada les pasara.

-Si te lo doy, ¿nos dejarás en paz?- El hombre afirmó firmemente. Kyra no es que confiara en él pero no le quedaba otra. Tiró el amuleto a los pies del desconocido y este se agachó sin dejar de apuntarlas con el arma.

-Ha sido un placer señoritas- Fue caminando de espaldas y una vez cruzó la puerta golpeó los rompecabezas haciendo que la puerta se cerrase encerrándolas dentro de la sala.



La líder golpeó la puerta con rabia pero solo consiguió hacerse daño en los nudillos. Al final se rindió apoyando la espalda en la piedra y deslizándose suavemente hacia el suelo. Jessica se sentó también a unos metros sin apartar la mirada de ella.






Amelia no podía apartar la mirada de sus manos. Estaba sujetando un tenedor mientras aplastaba una patata contra el plato. Manuel le había hecho algo para comer para que recuperara fuerzas. La verdad es que era un tipo muy simpático. Estuvo haciéndola compañía todo el tiempo mientras le contaba un montón de anécdotas de su vida. Ella era más aburrida, o lo fue. Solo tenía chismes de adolescentes... sin contar la parte de huir por medio mundo. En su mente solo rondaba la idea de sus poderes. En las cosas que podría hacer y que ella no sabía. Esa idea le provocaba un sentimiento extraño.

-¿Está bueno?- Manuel la miró mientras jugueteaba con la comida.

-Sí, sí- Se despertó de su estado en ensimismamiento para mirarle- Perdona, estaba pensando en mis cosas.

-Si no tienes hambre no tienes por qué comerlo. O si no te gusta te puedo hacer otra cosa. Hay comida de sobra.

-No, no. Está bien así- Metió un poco de comida en su boca y le dedicó una sonrisa de agradecimiento.- Está muy bueno.

Él le devolvió la sonrisa y después se sentó delante de ella. Se sirvió otro plato para él que comenzó a comer con más alegría que la adolescente



-Oye...-Se tomó un minuto para hacer la pregunta que se moría por hacer-¿Qué sabes de Kyra?...Quiero decir... ¿La conoces bien?

Amelia levantó la mirada perpleja.

-¿Qué quieres decir?

Manuel se rió y negó con la cabeza

-Es igual. Tonterías mías.

La chica se quedó mirándole mientras avanzaba comiendo de su plato. Estaba claro que todo eso era por la antigua relación de Kyra con Jessica. No debía ser muy agradable tener a la Ex de tu mujer acampando en casa. O yéndose con ella a una pirámide en busca de un objeto místico ultra poderoso.

-Debe ser complicado tenerla aquí, ¿No?

Él la miró de manera extraña, no entendía bien a que se refería.

-Parece que no le caigo muy bien, pero tanto como que hospedarla sea complicado- Soltó una risa para terminar la frase.


-Vaya, yo no me tomaría tan bien tener a la ex de misión con mi pareja. Debéis tener una relación genial- Amelia se encogió de hombros para seguir comiendo.

La cara de Manuel cambió por completo, se tornó pálida y su posición cada ver fue más tensa.

-¿Ex?

Ahí es cuando Amelia supo que la había fastidiado.


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