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La Mejor Jugada por Sputnik_Mi_Amor

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Notas del capitulo:

Bueno como ya sabrán Brillit murió en el capítulo anterior :C  … así que a partir de ahora Susan será la que relate la historia…

Haaaaaa!!!... no se crean ¡Brillit VIVE aún!!! Jejejeje

Bueno ya pueden leer :D 

Desde el momento que entendemos el concepto de la vida. 

Tenemos que lidiar con el concepto de la muerte. 

Perderemos buenos amigos. 

Perderemos hermanos. 

Perderemos amores... 

Indudablemente todo aquello que amemos, dejara de ser parte de nuestro mundo. Pero nunca de nuestros corazones. 

Las personas somos como arcilla fresca, y todo aquello que de verdad nos toque, dejará sin duda en nosotros su huella. 

 

Desperté de sobre salto tomando una gran bocanada de aire. Mi corazón se acelero ante la acción, y desesperado por tratar de que mis ojos identificaran el lugar donde estaba. 

Era un pequeño cuarto, con una línea horizontal gruesa que pasaba por todo el, había un gran sillón negro como para tres personas, dos sillas, y una pantalla pequeña en una esquina. Parecía un cuarto normal, si no fuese por el hecho de que a cada lado de donde estaba acostada, se encontraban varios aparatos, y también había una curiosa bolsa de plástico colgada en un gran tuvo que tenía una manguera, muy estrecha que terminaba introducida en mi mano. Sin duda alguna, esto era un cuarto de hospital. 

¿Cómo llegue aquí?, ¿Cómo rayos sobreviví? Pensé demasiado confundida. 

No había nadie en la habitación. Intente ponerme de pie, pero al levantarme para sentarme en la camilla, me maree un poco. Lleve mi mano a mi cabeza en un intento de controlar mi mareo, y al tocar pude sentir algo ligeramente rasposo. Tenía una venda colocada en toda la parte superior de mi cabeza. Inertemente dirigí ahora mi mano a mi mejilla y pude sentir un pequeño cuadrito de gasa que era sostenido con algún tipo de cinta especial. 

Me senté sobre la camilla una vez que el mareo se detuvo, me eche un poco hacia atrás recargándome en mis manos. Suspire. ¿Qué diablos estaba pasando? 

-Ya despertaste- escuche una voz que entraba por una puerta que se encontraba en una esquina- deberías estar recostada. 

No me digne siquiera a levantar la vista. Sabia de quien se trataba. Pero no importaba mucho en realidad, así que ignorando por completo sus palabras decidí hablar. 

-¿Cómo... ?- intente formular las palabras, pero mi mente en este momento estaba muy desordenada y nada me era claro- ¿Cómo es qué... ? 

-Shane- dijo esta persona, que aunque no le hubiera hecho una pregunta clara, sabía exactamente lo que quería preguntar- ella fue la que te encontró y llamo a la ambulancia. 

Levante la vista expectante de las palabras que había escuchado y mire el rostro de la allí presente ahora, con tanta intriga como si dudara de la veracidad de sus palabras. 

Alex camino hacia donde me encontraba yo y se paró a un lado de la camilla. 

-Sera mejor que ella misma te lo explique- comento Alex mientras se sentaba en la parte baja de la camilla - pues ella responderá mejor que yo. 

Sonrió y después de unos segundos, al ver que yo no respondía decidió seguir hablando. Esta vez ya más relajada. 

-Pero si aún quieres que te esplique algo... Puedo contarte mi experiencia que viví cuando Shane nos habló por teléfono diciéndonos lo que te paso. Y como Susan salió hecha un rayo en tu encuentro- hablo divertida Alex y yo respondí sonriendo. Continuo- ¿Te da miedo lo rápido que conduzco?, pues bien, Susan iba a toda furia, manejando 10 veces más rápido que yo.  

Reí ante sus palabras. 

-¿Y por qué le has prestado tu camioneta?- pregunte curiosa- ¿Por qué no manejaste tú? 

-Yo no le preste mi camioneta- contesto recordando ese momento- saque las llaves de la camioneta. Recuerdo que Susan, Cat y la guapísima Melanie, venían tras de mí. Venia desesperada y con adrenalina al máximo, y por mera mierda, las llaves de la camioneta se me zafaron y Susan se molestó y me las gano recogiéndolas ella del suelo, subió a la camioneta, y si no subíamos las demás antes que ella, seguro y nos deja hay en el estacionamiento. 

Me dio demasiada gracia el relato de Alex. Era curioso pensar que Susan de verdad se comportó de esa manera, y para mera sorpresa aún más, que se comportara para sentenciar así por mi causa. 

-¿Donde están todas?- dije mirando el cuarto una vez más, dándole crédito a mis preguntas-... o más bien ¿Quiénes son las que han venido? 

-Susan, Cat, Melanie, Marcos, obviamente Shane y yo solamente- quise hablar pero Alex alzo la mano indicando que me detuviera en mis palabras- Jeny aún no se entera. Nadie le ha avisado ¿Quieres que la llame? 

-No es necesario- dije sin siquiera meditarlo- no quiero que se preocupe, estoy fuera de peligro ¿No? Ya bastantes molestias les he causado a ustedes 

-Para nada- expreso Alex fingiendo estar molesta- susto fue lo único que nos has causado 

-Ok- sonreí por el hecho de saber que se preocupaban por mí, aunque esto a la vez era malo. No quería que se acomplejaran tanto por mi causa- ahora sí, ¿Dónde están las demás? 

-Hemos estado todo el día esperando noticias de tu estado. No fue hasta las 3 de la madrugada que nos han dicho que estabas fuera de peligro - explicó Alex y comenzó a levantarse de la camilla- nos hemos estado turnando para vigilarte, mientas unas iban a comer algo, y así. Y me toco la suerte de que en mi turno te has despertado... Iré a avisarles a las demás. 

Asentí con la cabeza con una sonrisa. De verdad quería preguntarle a Shane como es que he sobrevivido. 

Alex se dirigió a la puerta dándome la espalda, pero esta sin embargo se detuvo en el último instante y regreso su mirada nuevamente a mí. 

-Por cierto- aclaro con una risa burlona- Susan esta echa una furia con tigo. Prepárate para el regaño de tu vida. 

Dicho esto salió riendo por la puerta esta vez por completo. 

Al principio me altero la idea de Susan gritoneándome. El imaginar eso me puso nerviosa. Me extraño por supuesto el que Susan se enojara con migo así, ¿Tanto así le preocupo?, pensé de primera estancia, después recordé que simplemente a ella le molestaba las personas golpeadoras. Debía ser eso, Susan simplemente estaba enfadada con migo por la causa de que me había dejado golpear por alguien más, al punto de casi morir. 

Pude escuchar pisadas a toda prisa. Supuse que eran las chicas y después de escuchar las pisadas ya prácticamente detrás de la puerta de mi habitación, confirme que sin duda alguna eran las chicas las que se acercaban. 

La puerta se abrió de golpe y por la puerta aprecio Cat, no tuve tiempo de decir nada. Cat se laso sobre mi haciendo que mis manos se doblaran y quedara recargada sobre mis codos. Después de ella entraron seguidamente Marcos, Melanie y Shane, y después, pero ya más tranquilamente entraron Alex y por ultimo Susan. 

Hice una mueca de dolor, pues una gran punzada en la herida de mi cabeza me tomo por sorpresa. 

-Cat- anuncio preocupada Melanie- creo que la lastimaste.  

Ante las palabras de Mel, Cat se separó rápidamente, permitiéndome volver a sentarme bien. 

-No, para nada Cat- dije tratando de calmar a Cat para que no se sintiera culpable del dolor que me provocaba solo la herida. Desaturdí un poco mi cabeza y sin esperar, ni saludar a ninguno de los presentes. Hable directamente a Shane- ¿Cómo es que pasaron las cosas?, Shane. 

Ella permaneció en silencio solo por segundos, recordando lo que había pasado. 

-Cunado recesaste de la escuela, regresaste caminando ¿Cierto?- asentí con la cabeza a sus palabras. Después Shane continuo- Después de un rato Alex y yo también nos fuimos de la escuela, ella me trajo así que no tardamos demasiado. 

Llegue a mi departamento, y antes de entrar escuche que tu puerta se abrió, volteé para saludarte, pero... La persona que salió fue Mireille. En realidad eso no me extraño para nada, pero al acercarse un poco más pude ver que en su ropa y en una de sus mejillas llevaba pequeñas salpicaduras de sangre. Me gire y no le preste más atención. Cuando ella desapareció de la vista fue cuando decidí ir a hablarte, para ver si estaba todo bien. Toque tu puerta, al no abrir fue cuando de una patada decidí entrar, y cuando entre. Estabas en el suelo de tu sala, había un charco mediano de sangre. Estabas inconsciente pero tenías pulso, así que llame a una ambulancia. En realidad no sabía de donde provenía el sangrado, prácticamente estabas toda empapada. 

Shane quedo en silencio. Y aun no entendía como en realidad fue que no morí desangrada. 

-Fueron los paramédicos los que descubrieron que la herida era de la cabeza- hablo esta vez Marcos- y fue el doctor que nos explicó después que te había salvado el hecho de que al parecer, cuando caíste al suelo, caíste demasiado cerca de algún objeto muy pesado, y que no se movió. Entre este y tu cabeza atraparon a tu mano, y juntos la mano y el objeto hicieron un tipo de compresa, presionando y cubriendo la herida, impidiendo que no sangraras rápidamente. 

-Ya al desmallarte- hablo Melanie- tu corazón calmo su aceleración. Por lo cual la fluidez de tu sangre fue más calmada. Es por eso que aun que perdiste demasiada sangre, no fue la necesaria para matarte. 

-Y además- aclaro feliz mente Cat- todos nosotros te donamos sangre. Eres AB positivo. Es decir que tu cuerpo recibe cualquier tipo de sangre, más tú no puedes donar sangre. 

Parecía que me había salvado la pura suerte, casualidad y coincidencia.  

En todo el tiempo que las chicas estuvieron ahí, Susan no menciono palabra alguna. Suponía que estaba reservando todas sus palabras, para echármelas en cara después. Cuando estuviésemos a solas. 

No fue sino hasta las 6 de la mañana, que por cansancio y fatiga las chicas se retiraron a sus casas. No sabía si asistirían a clases, pero de ser así, estarían muy agotadas. 

Marcos y Susan fueron los únicos que quedaron. Pero después de un rato Marcos se marchó por algo de comida, asegurándonos que no tardaría más que unos minutos en volver. Nuevamente maldije en mi mente, el hecho de que Marcos me dejará a solas con su hermana. 

Después de que salió Marcos, Susan no demoro ni un segundo más para empezar a hablar. 

-¿Sabes por qué me alegra que hallas sobrevivido?- hablo sin ninguna expresión en particular Susan. Espero mi respuesta 

-No... ¿Por qué?- hable algo temerosa de sus palabras 

-Porque así se me hizo posible el poder discutirte esto... De verdad quería que sobrevivieras para que pudieras esplicarme esto 

-¿Esto qué?- hable insegura de mis palabras, pero aun así no pude contenerlas- ¿Del por qué no me defendí de Mireille? ¿Del por qué aunque sabía lo que haría permití que estuviera a mi lado? 

Susan me miro esperando que continuara hablando. 

-Fácil... Mis padres, Mireille y su hermano, son lo único que tengo que puedo llamar familia. Y uno de ellos ya no está gracias a mí. 

Susan desvió la mirada y después hablo seriamente como si nada. 

-No me lo cuentes... Eso no me importa a mí- sus palabras eran claras aunque hablaba en voz baja- nada de ti me importa lo suficiente... Lo único que se, es que tu eres una chica, que se declaró mi rival para tratar de robarme la atención de la chica que de verdad quiero. Lo demás de ti no me interesa... Y si vine aquí fue por que las chicas también vinieron y quise acompañarlas 

-Eso no fue lo que me conto Alex- hable yo de inmediato. Susan silencio. 

Parecía que se había arrepentido, me dejo claro de que en realidad después de que lo pensó mucho, ya no quería involucrarse más con migo y solo dedicarse a dejarme fuera de su camino. 

No pude decir nada más pues de un instante regreso Marcos y repartió la comida a Susan, yo por mi parte no decía nada tampoco y espere a que ellos terminaran de comer para hablar nuevamente. 

-No es necesario que estén aquí... Se pueden ir ya- hable, no quería sonar grosera con Marcos, pero tampoco quería a Susan cerca. 

-Antes quiero discutir algo- hablo Marcos, entendiendo la indirecta, pero ignorándola también- Necesitas que alguien te cuide 

-Puedo cuidarme sola- hable negándome rotundamente a la idea que sabia iba a sugerir Marcos 

-Claro que sabes cuidarte sola, y mira a dónde has llegado- expreso seria, pero burlonamente Susan. 

Susan me miraba seria, así que le devolví la misma mirada. Pero hacía ya rato que no la hacía enfadar y aunque ahora de verdad que estaba muy molesta con migo. Remate su enfado sonriéndole felizmente ante su hostil mirada. 

La tome desprevenida, pues esta se limitó a girar su rostro a otra dirección. 

-Como sea- dijo Marcos sin entender por qué Susan y yo nos atacábamos tanto- esa chica... 

-Mireille- hablo Susan fríamente, aun sin regresar su mirada 

-... Si ella. Podría volver cuando sea, así que deberíamos cuidar...- hablaba Marcos pero lo interrumpí 

-No volverá- dije y gire para descender de mi camilla, arrancando él tuvo del suero de mi mano. Estaba muy entumida- Mireille piensa que estoy muerta... No volverá 

-Bueno- continúo Marcos con su idea. Me estaba ignorando por completo- el caso es que como yo tengo los problemas en la escuela, no puedo estar todo el día a tu cuidado, ni perder clase 

-A qué quieres llegar entonces...- hable confundida 

-Obviamente...- hablo aun sin mostrar interés en mis opiniones- no serviría de nada que yo te cuidara... Pero Susan si puede pedir un permiso para faltar y cuidarte. 

Hablo diciendo lo último rápidamente. Me pregunto porque.  

Repare tardíamente a sus palabras en lo que asimilaba lo que quería decir. Obviamente no estaba de acuerdo, y creo que Susan no se quedaba atrás. 

-Ho no, por supuesto que no...- hable nerviosa, tomando mi ropa de una de las sillas, y que alguien fue tan amable de traerme, me dirigí al baño. Ya dentro del baño finalice- de ninguna manera. 

Pude escuchar las voces de Susan y Marcos detrás de la puerta, no eran muy claras pero podía entenderlas. 

-¿Que dices tú Susan?- hablo un poco esperanzado Marcos 

-No hay problema- para mi sorpresa hablo naturalmente Susan y sentenciándome a mí por completo. 

Después de que terminará de arreglar todo el papeleo del hospital. Los tres nos dirigimos rumbo a nuestro edificio. 

Cuando llegamos frente a mi departamento. Supuse que al entrar apestaría el olor a sangre cuajada que había quedado allí dentro. Así que prepare mi nariz inhalando aire fresco, para poder aguantar la oleada de sangre que nos esperaba. 

Sin embargo cuando entramos, no había rastro de sangre por ninguna parte. 

-Las chicas fueron las que limpiaron, cuan fue su turno de salir a despejarse del hospital- hablo Marcos detrás de mí, adivinando en lo que pensaba antes de entrar- Susan deberías ir al departamento para que te traigas cosas que puedas necesitar 

-¿Tanta flojera le daría bajar un piso?- preguntaba a Susan terminando de entrar a mi departamento. 

Susan no respondió, pero rio por lo bajo. Dio media vuelta y salió rumbo a su departamento. 

-¿Tienes algo de comer?- pregunto Marcos después de un momento 

-No, lo siento- dije girándome para verlo- normalmente he estado comiendo fuera 

-No importa- dijo y después se encamino a la entrada- iré a comprarles suministros para su supervivencia. 

Después de eso se marchó. Pasaron unos 15 minutos en lo que ambos hermanos regresaron. Susan lo hizo primero. 

-¿Y Marcos?- pregunto extrañada al entrar y verme solo a mí en el gran sillón sentada 

-Fue a comprarnos comida para sobrevivir- le dije sonriente 

-¿Y lo degaste ir solo?- digo preocupada, no entendía el porqué de su preocupación 

-Sí, ¿Por? 

Antes de que Susan pudiera decir más, Marcos apareció por la puerta, con una sonrisa radiante y con tantas bolsas sobre el que era imposible mirarlo a la cara. Susan después de verlo se giró y hablo. 

-Por qué él no sabe comprar- Susan se dirigió a ayudarlo. 

Después de Marcos acomodara toda la "comida" que nos había comprado, se despidió y se marchó a su departamento dejándome a solas con Susan, nuevamente. 

-¿Dormiré en el cuarto continuo?- pregunto seria, pero después torno a una voz más burlona- o prefieres que duerma con tigo 

-Para empezar eso se escuchó mal en tantos sentidos- aclare riendo con ella- y en segundo, como viviría sola decidí convertir el otro cuarto en una mini biblioteca 

-Rayos, de verdad que estás loca- aclaro fastidiándome ella- entonces, dormiré con tigo 

-Puedes dormir en este gran sillón- hable rápidamente tratando de que mi mente no imaginara nada ante las palabras de Susan 

-Si claro- expreso Susan- seré tu compañera, no tu niñera 

-"Ñinera"- repetí su palabra, o al menos lo que yo escuche, extrañada de su significado- ¿Qué es eso? 

-Niñera- corrigió mi pronunciación- No soy tu gata. 

Finalizo sin querer explicarme más de que significaba esa palabra. Pero al final entendí lo que quería decir. 

-Bueno pues según Marcos, si lo eres- aclare burlándome de ella- tienes que cuidarme ¿No? 

-No- dijo Susan tratando de sonar seria. 

Reí por eso. Susan volvió a actuar como si nada, a diferencia de las palabras que me había dicho en el hospital. 

Creo haber entendido lo que Susan me quiso decir o al menos dar a entender. 

Era su supuesta rival, y le agradaba como persona. Pero fuera de eso, en realidad, a Susan no le interesaba nada más sobre mí. Creo que fui yo la que mal interpreto las cosas y creí que de verdad a Susan le agradaba de alguna forma. No era así, ya lo entendía. Pero ella tampoco quería comportarse groseramente con migo. Al final de cuentas yo era amiga de sus amigas, y esa era la única razón por la que ahora Susan se encontraba aquí, en mi habitación, en contra de su voluntad. 

Estaba claro, y pensaba poner de mi parte. Desde ahora entendería que es mi rival y fuera de eso, en realidad no intentaría nada más. Pues en algo tenia razón. Podía librarme ahora que podía y solo concentrarme en ver cómo olvidarla o de lo contrario tendría que lidiar con un corazón roto por haberme enamorado de ella. Era bueno el haber sobrevivido y que Susan y yo pudiéramos hacer posible discutir este malentendido, de lo contrario, pude correr el riesgo de haberme enamorado de ella.

Me puse en pie en un intento de marcharme a mi habitación. Me encontraba muy cansada. Pero de la misma forma que me pare y di un paso, cabeza dio vueltas y caí sobre mis rodillas, coloque mis manos en el suelo he intente controlarme para ponerme en pie nuevamente. Sin embargo al levantarme, mis pies flaquearon nuevamente regresándome al suelo.

Recargue mis manos y suspirando para tomar fuerza e intentarlo una vez más. Sin embargo al sentir una mano de Susan apoyándose sobre mi espalda, levante la vista para ver que quería.

Pero al hacer esto Susan tomo mi mano izquierda, y agachándose un poco, la paso sobre su cuello

-Sí que eres una necia- al decir esto finalizo el acto pasando su mano por debajo de mis pies y me levantó cargándome en sus brazos- vamos.

Comenzó a caminar rumbo a mi habitación. Al llegar me dejo delicadamente sobre la cama y yo por mi parte me recosté boca arriba, ella simplemente me brinco y se recostó del otro lado de la cama quedando boca abajo.

Gire mi vista y la mire, ella mantenía su rostro escondido en la almohada-

-Gracias… Niñera- le dije y ella me miro. Después de un momento ambas reímos.

Creo que era demasiado tarde. Pues de verdad temía haberme enamorado ya.

Notas finales:

Gracias por leer hasta el final y nos leemos en el siguiente capítulo... 


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