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La Mejor Jugada por Sputnik_Mi_Amor

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-¿Debes estar bromeando?- no pude evitar reí un poco ante su comentario tan insinuador 

-Claro- Susan mantuvo su sonrisa en todo ese momento, y con algo de burla continuo- ¿De verdad piensas que soy tan depravada? Es increíble que así lo pienses, créeme, me he acosta don barias y eso no significa que me muero por ellas 

-"Excelente", claro... Háblame de tus exnovias, que eso reanimara mi humor- dije con fastidio, empuñe el papel y lo guarde en una de mis bolsillos- ... Cambiemos de tema 

-Bien... Que te parece si retomamos ese en el que desconfías de mi- Susan regreso a su estado serio, pero aun así no parecía ya molesta 

-¿Cómo?- pregunte insegura de sus palabras 

-Si es como me has dicho, y Jeny quiere ponernos en contra- Susan me dio la espalda y camino rumbo a su cama- ... Entonces no caigas en ella, sé que no soy muy de fiar, pero tampoco soy tan así 

-Sientes algo por Mireille... Entonces que esperas...- camine en su dirección para estar un poco más cerca de ella- porque de verdad me estas pidiendo que omita ese detalle. 

Susan permaneció en silencio, y su mirada clavada en mí solo hablaba de que no parecía gustarle a donde podría parar esa conversación. Sonreí de medio lado por su reacción y por fin entendí el poderío que se crese en alguien al saber que posee una acción y reacción en sus manos. 

Ahora está la palabra, esperaba no acostumbrarme a esto, pero así tenía que ser. En esta ocasión seria Susan la que cargara con el peso. Claramente esto me costaba más a mí, pero sin duda era un sacrificio que ambas teníamos hacer. 

-Habla de una vez... De cualquier forma lo dirás- Susan parecía totalmente incomoda 

-Si las cosas serán así, entonces lo diré- mi expresión se tornó seria y por primera vez, frente a Susan logre mantener la ecuanimidad- aunque los efectos secundarios no son seguros... Susan, estarás con ella. 

Susan se puso en pie y camino lentamente en mi dirección y paso a un lado de mí. Sentí como esta se detuvo a mis espaldas, parecía querer agregar algo más, pero no escuche palabra alguna de ella. 

Sin darme tiempo de reaccionar, Susan se giró hacia mí y tomándome del brazo me obligo a girar para mirarle de frente. En sus ojos podía ver suplica, pero la ignore por completo e intente zafarme de su agarre. Susan levanto su otra mano y me acaricio el cuello. Esta vez no intente alegarla, sería imprudente de mi parte hacerlo, sabiendo que era algo que yo deseaba también. 

-Esto es un poco injusto, y lo sabes...- Susan camino hacia atrás y me arrastro con ella mientras pronunciaba esas palabras. 

No dije palabra alguna en respuesta, pues no era necesario. Me deje arrastrar por ella hasta que sentí la orilla de su cama tocar mis pies desde los talones, intente no caer, pero Susan aplico más fuerza y mi resistencia cedió ante su presión. 

-Déjame al menos, entonces... Poder olvidarte- Susan hablo con algo de tristeza y una media sonrisa desanimada se dibujó en sus labios. 

Al igual que ella, sonreí con desdén, pues no tenía muchos ánimos en ese momento, y los que tenía con el paso de los segundos se iban apagando. Cerré los ojos y suspire antes de abrirlos  nuevamente, al sentir el peso liviano de ella posarse de sobre mí. 

La calidez que sentía en un principio por tenerla cerca, se estaba trasformando a un deseo muy creciente, y al sentir sus labios por primera vez en todo ese momento, fue una sensación meramente arrebatadora de fuerza. 

Sentí sus labios tiernamente posarse sobre los míos y con total sumisión cedía a corresponderle. Ambas intensificamos el simple contacto cuando el deseo se crecía a probar aún más de él. Aunque lo habíamos hecho antes, con algo de timidez ambas tocamos nuestras lenguas, probando cada centímetro de estas, nos concentramos solo en ese momento en disfrutar de ese beso. 

Cansada de estar al borde de la cama, Susan me ayudo a recostarme por completo sobre el lugar, y aunque pensaba que ella retomaría su posición anterior, en su lugar, me tomo por los tobillos y abrió mis pies con algo de descaro, se posicionó en medio de ellos y de un movimiento me atrajo hacia ella, quedando mi entrepierna posada en su vientre. Soltando el agarre de mis tobillos, poso sus manos a ambos lados de mi cuello y nuevamente me beso, esta vez de una forma más desesperada, pero sin duda atrapante. 

Poco a poco Susan se fue recostando más y más en mí, hasta que su cuerpo se vio completamente recostado en el mío, y al poco momento los livianos suéteres que traíamos ambas, nos comenzaron a asfixiar por el calor. Susan se separó de mí hasta que se incoó y comenzó a quitarse su suéter, después la manga larga floja que traía debajo quedando solo en su ropa interior.  

Me fue inevitable el admirar su piel desnuda de ese momento, e inconscientemente lleve mis manos a esta y débilmente acaricie su vientre. Susan solo me observaba. Me levante aun con mis manos tocando su vientre y lentamente comencé a subirlas. Al estar tan cerca de ella, nuevamente, aprovecho y comenzó a desabrochar mi suéter con gran rapidez y en seguida tuve que levantar mis brazos para que ella pudiera sacar bien mis dos blusas que tenía encima.  

Se inclinó y comenzó a besar mi cuello, acción que me erizo la piel por completo, cerré los ojos y una gran fuerza de placer me abrumo. Con ambas manos me aferre a su cintura e incluso creo que la lastime. Me mordí el labio intentando que de mi boca no se escapara ningún gemido rebelde. 

Recostándome nuevamente, Ella comenzó a desabrochar mi pantalón y al lograrlo, comenzó con un poco de cuidado a acariciar mi entrepierna. 

-... Es... pera...- trate de hablar pero la excitación tan creciente en mí, me lo impedía- Su... Susan... mmm. 

Apreté los labios ante su insistente caricia en mi zona intima.  

Susan se recostó sobre mí y comenzó a besarme con desesperación. Retiro su mano, para poder acariciar mi vientre, pero con una de sus rodillas comenzó nuevamente a estimular mi entrepierna con un ritmo aún más rápido. Y sin detener ese contacto, regreso a besar mi cuello, comenzando a descender hacia abajo. Cerré los ojos. 

Retiro mi ropa interior superior delicadamente con su mano libre, dejando a su vista mi pecho completamente desnudo. Con delicadeza se acercó hacia uno de mis senos y paso suavemente sus labios sobre este, para después atraparlo en su boca. 

Inundada por la gran excitación enarcaba mi espalda intentando al menos no gritar, ya que necios gemidos salían de mí rápidamente. 

Aun con su rodilla en mi entrepierna, Susan se separó de mí y termino de retirarme el pantalón. Yo me senté sobre la cama nuevamente y comencé a desabrochar el suyo. Pero por desgracia mis manos eran muy inútiles, y me estaba costando lograrlo. 

-Necesitas ayuda- Susan hablo con una sonrisa.  

Esta se alejó un poco de mí y retirándose de entre mis piernas, se posicionó esta vez en cuclillas a mí, acercándose tanto, que su vientre desnudo quedo a la altura de mi rostro. 

Mientras Susan desabrochaba su propio pantalón, yo aproveche y comencé a besar su vientre, sintiendo claramente su piel suave, blanca y excitada en mí. Comencé a defender a su entrepierna, pero antes de poder llegar más allá. Susan me tomo por los hombros y me obligo  a recostarme nuevamente. 

Mi respiración era agitada y mi mirada seguramente se mostraba reprochante ante su acto, pues Susan rio. 

-Descuida... Si eso es lo que deseas...- Susan se había inclinado a mi oído para pronunciar en un susurro esas palabras. 

Comenzó a besar nuevamente mi cuello, y después bajo por el hasta mi clavícula y continuo descendiente. 

Sus labios rosaron nuevamente uno de mis pechos entreteniéndose y jugando un momento, provocando bastantes quejidos de placer de mi parte.  

Susan me abrazo y continúo descendiendo, llegando a mi vientre y después deteniéndose al borde de mi bóxer. 

Ella giro su vista hacia mí y me miro por un instante e igualmente yo no desaparte mi vista de ella. Regreso su mirada hacia abajo y con una mano, comenzó a retirar tiernamente mi ropa interior mientras depositaba tiernos besos por donde bajaba esta. Hasta que lo sentí, su aliento, su tacto sobre mi clítoris y fue entonces que mi excitación se enloqueció aún más. 

En un movimiento rápido, Susan se deshizo de mi ropa interior, y con descaro abrió mis piernas con algo de desesperación coloco su rostro entre ellas. Sentí como sus labios jugueteaban en mi entrepierna y como Susan descendía por mí hasta mi zona vaginal. 

-... Ha...- cubrí mi boca con una mano y con la otra me aferre con desespero a las cobijas de la cama. 

Susan comenzó a colocar más precio entre su boca y yo. Sentía fuertemente como ahora ella comenzaba a lamber sin pudor ni vergüenza, provocando que con desespero me moviera sobre la cama, intentando no morir con esas arrebatadas de placer que me estaba brindando. 

Susan se separó de mí. Suspire. Ella termino de deshacerse del resto de su ropa interior quedando completamente desnuda ante mí. Claramente no por mucho, pues se recostó nuevamente sobre mí, y me beso nuevamente con gran pasión, mientras que con una de sus manos comenzó a jugar nuevamente con intimidad. Dejo de besarme y comenzó besar mi cuello, aun con su mano en mi entrepierna. Con gran desespero me abrace a ella y por la excitación incontrolable que sentía, mordí su hombro.  

Cerré los ojos sentir como uno de los de dedos de Susan se deslizo sobre mi clítoris y se encamino a mi zona vaginal, y esta vez con delicadeza acaricio la entrada de esta. Me alerte un poco, pero el placer que me hacía sentir era aún más grande que el deseo que podría tener de querer detenerla.  

Sentí como su dedo entraba lentamente sobre mí y salía de igual forma, haciendo que me aferrara aún más a su espalda y mis gemidos se intensificaran. Después sentí un segundo dedo, y como sus entradas se intensificaban aún más, me aferre tanto a ella y Susan busco mis labios, pero sin mucha concentración nos besamos, hasta que una gran ola de placer me invadió cada rincón de mi cuerpo, parecía arder dentro de mí. 

-... Ha...- gemí sobre los labios de Susan ante esa fuerte corrida de excitación sobre mi cuerpo, era increíble como toda mi piel se erizo y mi pulso se acerero aún más de lo que ya se encontraba. Susan me abrazo y espero a que pasara. 

En cuando termino, mi cuerpo repentinamente se sintió totalmente agotado, el calor disminuía y tras el dejaba un rastro tibio como un escalofrió. Abrí lentamente mis ojos y note que Susan me mira. Al igual que yo le miraba, muy cansada, me beso tiernamente y después se hecho a un lado de mí. Yo no me moví para nada y espere a que toda esa excitación pasara. 

-... No actuaste muy inocente- Escuche la voz de Susan, se escuchaba cansada. Suspire, y me gire a verla 

-... ¿Qué crees que leo?... ¿A blanca nieves?- hable yo y ambas reímos ante eso 

-No... Mire tus libros, y déjame... Decirte que, eres una depravada de primera- Susan se giró sobre sí misma, quedando boca abajo y se recostó sobre sus manos para mirarme- lo que lees, solo son páginas que en cada una de sus líneas... Solo habla de la peor depravación del mundo. 

Sonreí ante su comentario. 

-Por cierto- Susan hablo nuevamente, me gire al igual que ella y la contemple- ... ¿Creí que eras virgen? 

-Sí, lo era- conteste yo y reí un poco ante la idea de creer eso 

-Pero no has sangrado- Susan hablo y me mostro sus dedo. Enrojecí ante su acto y la obligue a bajar la mano 

-De todas con las que te has acostado... ¿Cuantas eran vírgenes?- pregunte tratando de controlar mi vergüenza 

-Ninguna- contesto sonriendo divertida 

-... No creas en todos esos mitos entonces- le conteste  

-No entiendo- hablo ella y con su mano acaricio mi cabello 

-No todas la mujeres sangran, si estas relajada y sin himen, no hay forma de que eso pase 

-¿Que no todas las mujeres vírgenes tienen aún su himen?- Susan precia disfrutar de esa platica aunque no entendía muy bien de él porque 

-No, algunas nacen sin él, otras se lo pueden auto desgarrar por hacer algo como... Andar en bicicleta, por ejemplo- conversar así después de lo que habíamos hecho se me hacía algo sumamente extraño 

-"auto desgarran"... Eso se escucha tan grotesco- Susan rio e hizo una cara de asco sacando la lengua 

-... Si bueno deberías leer más, eres mujer, deberías tener curiosidad por tu cuerpo...

-¿Te refieres a que tengo que masturbarme?- Susan me interrumpió

-No… A todo esto, esta conversación esta tan fuera de lugar, por así decirlo- Susan aun acariciaba mi cabello, pero en cuando dije eso se detuvo, pero no retiro su mano 

-Lo sé, pero creo que extrañare hasta tus rarezas de las que hablas a veces- Susan retiro su mano y se dedicó solo a observarme 

-¿"rarezas"?- hable fingiendo indignación- esta es la última vez que respondo a tus dudas 

-Espero que no- Susan hablo con algo de tristeza, pero intento sonreír. 

Después de eso no dije nada, y simplemente disfrute de ese momento que tenía a solas con ella. De verdad lo echaría de menos. 

Me incorpore de la cama y busque mi ropa entre el suelo y unas otras entre la cama. Era increíble como algunas prendas se encontraban tan lejos de la cama. 

-En serio Susan... No pudiste arrojar mi ropa aún más legos, es decir, si quieres las pudiste arrojar por la ventana, para de verdad complicarme esto- hable con sarcasmo y me gire a ver. 

Ella se encontraba sobre la cama, terminando de desabrochar su pantalón. Se giró a verme y rio un poco. 

-Sí, definitivamente- bajo, su vista y suspiro sonoramente. Yo recogí uno de mis zapatos. 

-¿Qué pasa?- pregunte caminando hacia ella 

-No quiero hacerlo, no me parece... No me gusta- Susan hablaba con molestia 

-Pero es lo mejor que podríamos hacer- trate de hablar con tranquilidad 

-Solo por ella... Y nosotras- Ella me miro con intensidad mientras hablaba- si no sale como se espera, lo único que sucederá es que nos perderemos la una a la otra 

-Pues no pienses que es por ella... Funcionaria ¿Si lo haces por mí?- pregunte como un último intento de tranquilizarla

-¿Cómo es posible que me pidas algo así?- nunca había visto a Susan angustiada a tal grado- ... Lo are. 

Sonreí sin mucho ánimo. 

-Bueno, entonces... Me voy- Susan no levanto su vista ni pronuncio alguna otra palabra. 

Me puse en pie y me encamine a la salida, abrí la puerta y partí fuera del departamento. Una vez fuera de este me gire y mire a la puerta, esta era la segunda vez que miraba a esa puerta, viendo y deseando más allá de esta.  

Sin duda también me encontraba nerviosa, pero ya no había marcha atrás, era esto, o soporta el infierno que nos pasaría con las demás. Solo sería por un breve momento, solo teníamos que soportar y hasta entonces, Susan y yo podríamos estar juntas sin problema alguno. 

Me gire y comencé a subir las escalera rumbo a mi departamento. 

Ahora venía la peor parte.  

Sonreír y fingir que nada andaba mal.

Notas finales:

Gracias por leer hasta el final y nos leemos en el siguiente capítulo... 


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