Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aquella Fragancia a Manzanas por Matsumoto_Moon

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Lamento mucho haber demorado tanto en traer el siguiente capítulo :c cada vez que digo fecha de actualización o anuncio más o menos cuando será algo pasa y no puedo actualizar :c 

No me gusta poner excusas pero quiero explicarles que sucedió. En mi casa no hay wifi, tenemos una bam (banda ancha móvil) que tiene un internet limitado, y entre dos hermanas adictas al internet ustedes entenderán que se hace nada, pero el mes pasado mi hermana se pasó descargando cosas y se chupo todo el internet :c así que ya no tuve como meterme a subir este capítulo u.u

¿La buena noticia? Pude adelantar aun mas capítulos para ustedes gracias a la falta de internet, así que retomamos las actualizaciones semanales a partir de aquí :D

Bueno, sin más que decir....

A leer :3

Kaiba Seto era un empresario multimillonario que poseía la cadena de empresas más importante en Japón y el mundo entero, a la edad de 27 años tenía el mundo a sus pies. Había comenzado desde muy joven a trabajar en el imperio que sus padres habían construido y hace dos años había tomado definitivamente el mando, le hubiera gustado decir que era gracias a sus méritos pero la verdad era otra.

Seis meses antes de su ascenso la madre de Seto había sido descubierta en la cama con otro hombre por su esposo, la mujer había tenido ese “amorío” por un año antes de ser descubierta y cuando ya no pudo ocultarlo más no le importó que su esposo estuviera dispuesto a perdonarla y comenzar de nuevo, ella quería el divorcio. Aquello devastó al padre de Seto de una forma increíble y por culpa de esa situación le comenzó un problema con el alcohol. Cuando estuvo ya completamente perdido dejó a su hijo a cargo de la compañía y él se internó en un centro de rehabilitación en Corea del Sur, pasado un tiempo se recuperó pero al ver el buen manejo que Seto tenía de las empresas decidió dejarlo definitivamente a cargo para poder comenzar de nuevo en Corea. Hasta el día de hoy vive una vida tranquila y austera en ese país y vuelve a Japón de vez en cuando para revisar el estado de su compañía y visitar a sus dos hijos.

Seto era un hombre refinado y elegante, como todo hombre de la alta alcurnia y había recibido la mejor educación así que también era muy inteligente pero como cualquier ser humano no era perfecto. Kaiba Seto tenía un par de defectos, algo menor, nada grave.

Kaiba Seto era arrogante.

Kaiba Seto era orgulloso.

Kaiba Seto era…

Un idiota.

Quizás no era algo tan menor.

Por esa razón Kaiba Seto nunca tuvo amigos, él nunca conoció la verdadera amistad solo sabía de relaciones por conveniencia y aliados estratégicos. Seto nunca había conocido el amor tampoco, sus padres lo amaban claro está pero ellos nunca tuvieron tiempo de enseñarle a Seto que significa amar a alguien, nunca pudieron mostrarle que lo querían porque siempre la compañía había estado primero.

El empresario de 27 años era la persona perfecta, el hijo perfecto, todo en su vida era perfecto, pero si hablamos de sus relaciones con otros seres humanos Kaiba Seto era un desastre. Podía mantener la compostura y hablar fríamente como el hombre de negocios que era pero no era capaz de sostener una sonrisa cálida, no sabía cómo dar un abrazo reconfortante, no tenía habilidad para bromear espontáneamente, no sabía cómo manejar los sentimientos y en realidad no le importaba, no hasta que conoció a su pequeño tesoro al menos.

Ese día tenía que ir a una escuela a hablar sobre un proyecto que el director tenía en mente pero necesitaba financiamiento, sería una reunión muy aburrida para Seto ya que este sabía de antemano que su empresa no podía entregar financiamiento a un proyecto que no podía entregarle utilidades, sería pérdida total y al estar tan frágil el plano económico de Japón en ese momento la compañía no podía darse esos lujos. Mientras pensaba en eso no se dio cuenta de que había perdido su camino, sintiéndose un tonto tuvo que acercarse a uno de los estudiantes para preguntar dónde estaba la oficina del director y así poder llegar rápidamente y acabar con esto. Cuando el pequeño que Seto había llamado se dio la vuelta no lo pudo creer.

Hermoso cabello tricolor, ojos llamativos y brillantes, piel blanca y tersa, cuerpo menudo y delgado, y su voz... Oh esa voz lo volvió loco. Era la belleza hecha hombre para Seto quien por primera vez en su vida no supo cómo comportarse y solo se quedó embobado viéndolo, sus manos comenzaron a sudar cuando el pequeño le lanzó una mirada insistente y tuvo que obligar a su cerebro a procesar algo coherente para decir. El menor le indicó el camino con una sonrisa y luego se dio la vuelta para seguir su camino, probablemente se olvidaría del encuentro en cosa de minutos pero Seto no podía decir lo mismo, el rostro del menor se le quedo marcado en la mente casi como con fuego.

Terminó la tediosa reunión tan rápido como pudo y al salir de la escuela puso de inmediato a su equipo de confianza a investigar todo sobre aquel pequeño, su hermano era la única persona en la que podía confiar así que lo nombro jefe del equipo que se encargaba de la investigación; queriendo dedicarse a la criminalística el pequeño Kaiba Mokuba tenía unas habilidades impresionantes y no había nadie mejor que él para ese trabajo. Pronto Seto sabía desde su nombre hasta que había cenado la noche anterior, se dio cuenta de que el pequeño era alguien muy especial y la ansiedad para acercarse a él no hacía más que crecer, anhelaba un encuentro con el menor.

En su mente lo tenía todo planeado. Había llamado al director y le dijo que aunque no podía financiar su proyecto podía contribuir de otra forma a la formación de los estudiantes y este no pudo negarse, una nueva y moderna sala de música con una renovación al auditorio era algo difícil de rechazar. El visitaría las instalaciones donadas por la compañía de manera regular para asegurarse de que todo fuera bien y en una de esas visitas definitivamente iba a encontrarse con el menor, era imposible que no fuera así ya que la música era su gran pasión; intentaría entablar conversación con él y se conocerían, se enamorarían y Seto tendría lo que quería, sin embargo, no contaba con que un día su hermano se le acercara para darle la noticia más devastadora que había recibido alguna vez.

Hemos descubierto que Mutou Yugi tiene un novio.

Un novio.

Yugi tenía novio.

Su Yugi tenía novio.

Su nombre es Atem y son compañeros de clase.

Kaiba Seto enloqueció.

A Kaiba Seto nada se le negaba.

Kaiba Seto obtenía lo que quería siempre.

Aquello que comenzó como el tierno primer amor de Seto se fue corrompiendo en su mente hasta ser una insana obsesión.

En su conciencia inexperta él estaba enamorado de Yugi, y lo estaba pero sus propios sentimientos se salían de control y se fueron a extremos peligrosos.

Seto no conocía lo que era el amor.

Seto no conocía los celos.

Seto no conocía… No sabía… Seto solo quería. Y lo que Seto quiere, Seto lo obtiene.

Es por eso que a su retorcida y muy corrompida mente no se le ocurrió nada mejor que planear de todas formas una vida junto a Yugi y lo mejor de esa vida que estaba planeando era que no importaba cuantos novios tuviera Yugi, Seto no tenía que preguntarle.

Si las personas se enamoraban y luego unían sus vidas en todos los ámbitos posibles en nombre de su amor, tenía que funcionar al revés también, ¿Verdad?

La adrenalina se apoderó de él el día que  cometió la locura más grande de su vida y no fue consciente de lo que en realidad había hecho hasta que salió de la casa que el mismo había mandado a construir en el interior de ese bosque alejado de todo. Puso su mano izquierda en uno de los árboles para sostener su propio peso mientras miraba hacia abajo con la respiración agitada.

¡Había secuestrado a Yugi! Y de alguna forma eso ya no le parecía tan malo. ¿Se sentía culpable? No realmente, sentía su corazón doler al recordar la cara de terror puro que había puesto el menor al verse sin escapatoria en ese callejón pero no se arrepentía. De cierta forma lo poco que le quedaba de cordura se había perdido en ese callejón y para el ya no había vuelta atrás. Yugi al fin era solo de él y estaría siempre junto a él, solo debía darle tiempo, debía mostrarle que Atem no era nada comparado a él y que sus acciones fueron solo lo mejor para Yugi.

Con cada día que pasaba se perdía más y más sin notarlo en realidad, para Seto el tener a Yugi encerrado en contra de su voluntad era lo más normal del mundo ya que el menor era su más preciada posesión y como tal debía cuidarla. Al cabo de dos meses la casa en el bosque al fin estaba completamente lista y pudo sacar a su tesoro de ese indecente sótano, nunca tuvo la intención de mantenerlo ahí pero cuando supo que la casa tomaría más de lo esperado simplemente no pudo seguir esperando, tuvo la esperanza de que las cosas con el menor mejoraran cuando viera lo que con tanto amor había preparado para él, después de todo Seto creía que él también podría llorar todas las noches si estuviera viviendo en un sótano, pero no fue así. Yugi seguía sin hablar demasiado, seguía mirándolo con miedo cuando intentaba acariciarle algún cabello, seguía llorando todas las noches, seguía sin amarlo y Seto no encontraba la razón, estaba dándole todo a Yugi y se aseguraba de que estuviera cómodo y no le faltara nada, Seto no entendía que una jaula de oro seguía siendo una jaula.

El tiempo siguió pasando sin detenerse y Kaiba Seto tuvo que tener mucha paciencia, pero aun ahora 5 años después de aquel acto de locura seguía sin arrepentirse de nada, pasar 5 años con  Yugi fue lo mejor que le pudo haber pasado y no iba a dejarlo ir tan fácil.

Llegó a ese pequeño hospital en tiempo record e ingresó de inmediato.

-¿Dónde está el joven que ingresaron anoche? – Le dijo a la recepcionista con un tono serio y ella solo lo miro confundida en respuesta – Ayer atropellaron a un chico, lo trajeron aquí, ¿Dónde está? – Intentó explicar perdiendo la paciencia. La chica le indico que esperara un momento y se levantó de su escritorio, minutos después llegó acompañada de quien parecía ser un doctor.

-Buenas tardes, soy el doctor a cargo del joven que usted busca, ¿Es usted algún familiar?

-Yo… - Mierda. Se había precipitado al ir a ese hospital, no podía dar su verdadera identidad ni tampoco la de Yugi o todo por lo que había trabajado se vendría abajo. Aun si mentía no tenía como probarlo y unas identificaciones falsas tardarían al menos un día aun con su contacto más eficiente y en un día muchas cosas podían pasar, pero ya estaba ahí. Tendría que improvisar. – No lo sé. Esperaba poder corroborarlo.

-¿Disculpe?

-Mire, mi novio y yo tuvimos una pelea anoche y él se fue muy alterado de casa, no volvió en toda la noche y dejo su teléfono en casa. Estaba tan preocupado que termine llamando a todas las comisarías y hospitales de la zona por noticias y aquí me dijeron que habían ingresado a alguien anoche – Dijo revelando, en parte, la verdad.

-Señor, lamento mucho lo que me dice pero tenemos una estricta política con este tipo de casos, ¿Tiene alguna identificación que nos ayude a identificarlo?

-No en este momento.

-A menos que tenga alguna identificación que lo avale no puedo entregarle ningún tipo de información.

-Doctor, me estoy volviendo loco – Dijo revelando la angustia en su voz – Solo déjeme ver si es él, no puedo seguir sin saber dónde y como esta.

-Llamé a la familia, dígales que traigan identificaciones o algún documento que compruebe la identidad del paciente y su relación con él, solo así puedo dejarlo pasar.

Seto sintió su sangre hervir pero se obligó a sí mismo a mantener la calma, no podía irse sin asegurarse de que ese chico era Yugi, pero al parecer no podría hacerlo por las buenas. Fingió acatar la orden y salió del lugar para luego volver a entrar cuando se aseguró que el doctor se había ido. Se volvió a acercar discretamente a la recepcionista y le pidió por favor que le dijera dónde estaba el chico con su mejor cara de hombre desesperado por el amor de su vida pero al obtener nuevamente una negativa no le quedo de otra que ofrecerle un soborno. Saco del bolsillo de su chaqueta todo el efectivo que portaba en ese momento y se lo tendió sin que nadie más se diera cuenta. Dado que dinero era lo que más tenía ese efectivo no era para nada una suma despreciable.

-Y si me dejas pasar puedo darte mucho más que eso – Le susurro sonriendo satisfecho al ver la cara de sorpresa de la chica mientras se levantaba de su escritorio para acercarse más a él.

-Habitación 101, al final del pasillo principal hacia la izquierda. – Le dijo cuando ya estaba muy cerca para luego volver a su posición inicial como si nada hubiera pasado.

Kaiba Seto prácticamente corrió a la habitación indicada y entró sin ningún tipo de discreción, estaba desesperado, no obstante, lo que vio ahí hizo que su corazón y su mente explotaran con tantas emociones juntas.

En esa habitación, en una cama de hospital estaba el chico de sus sueños, con una intravenosa en el brazo derecho, muchos cables conectados de su cuerpo a unas máquinas que monitoreaban sus signos vitales, en donde debía estar la boca solo había un enorme tubo de respiración que también estaba conectado a una máquina y tenía muchos vendajes en distintos lugares de su cuerpo. Parecía simplemente dormir.

Intentando mantener el control sobre sí mismo Seto avanzó hacia la cama y se sentó en ella junto a Yugi. Sentía ira contra el que le hizo esto a su preciosa posesión y también contra sí mismo por no protegerla mejor, pero también sentía dolor, ver al menor tan herido y tan mal le producía un extraño dolor sofocante que no lo dejaba respirar, sintió que se volvería loco cuando sintió un escozor en los ojos y algo caliente bajar por su mejilla. Estaba llorando.

 

Kaiba Seto estaba llorando.

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? 

Bueno, quiero comentarles que este capítulo fue especialmente difícil de escribir, fácilmente lo escribí más de 10 veces, yo realmente quería retratar de buena manera lo que pasaba por la cabeza de Seto y finalmente solo salió esa maraña de cosas raras y contradicciones que yo llamo capítulo 6. Quizás si hubiera optado por un narrador protagonista para este capítulo pero es difícil, el narrador omnisciente es más mi estilo ajajaj 

Bueno, hice lo que pude. Ahora ya saben (muchos ya sabían y solo confirmaron) quien era el culpable de la desaparición de Yugi y un poco de su historia también.

Cualquier duda, sugerencia u opinión en un comentario.

Saludos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).