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Un demonio compartido por SebbyPhantomhive

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Notas del capitulo:

Gracias por seguir este fic

El apuesto mayordomo entraba presuroso a la mansión ya era casi media noche y estaba algo preocupado por su amo a quien no había visto en unas horas, tenía un extraño presentimiento, y ya que estaba cumplida su misión se prestaba a ir directo a la habitación del conde para informarle pero también como pretexto para darle un beso de buenas noches.
-Ciel…- Le llamaba el demonio entrando a la habitación viendo como la delgada y pequeña figura escondido bajo la sabana que parecía removerse lento al sonido de su voz, presuroso se le acercaba sentándose en el filo de la cama, le acariciaba dulcemente su cabello,
-¿Estás bien?- preguntaba el mayordomo cuando sintió como su amo sonrojado lo abrazaba más cariñoso de lo normal.
-Hueles a vino… -¿Estuviste bebiendo?- Le cuestionaba dudoso al sentir esa muestra de afecto tan cálida mientras lo olfateaba sutilmente y podía percibir el olor a vino en su aliento.
-Solo un poquito…- Murmuró el jovencito con una pequeña sonrisa coqueta mientras su rostro se acercaba al de su amado demonio que embelesado apenas lo notaba en la oscuridad.
-¿Me extrañabas tanto que decidiste embriagarte?- le cuestionó igual de sugerente Sebastian mientras sentía que podía  embriagarse solo con su aliento.
-Algo así…- Murmuró el conde rozando sus labios a los del otro con una leve sonrisa.
-Mi hermoso niño haciendo travesuras mientras no estoy- Eran las palabras que el demonio pronunciaba en un susurro sobre sus labios.
-Cállate- Le dijo con fingida molestia el más joven y sus labios se unían en un pequeño beso, pero el demonio percibía algo extraño en ese beso, podía tal vez ser por su ebriedad que no era frecuente en su amo, deleitándose de ese beso siguieron unos segundos más.
-No… no enciendas la luz- Se escuchaba decir a Ciel cuando algo excitado detenía a su demonio que se prestaba a encender una lámpara junto a la cama.
-¿Qué tramas con la oscuridad?- Dijo con una sonrisa traviesa el demonio y su mano que iba a encender la luz se colaba bajo la pijama de su amo, acariciando con firmeza sus muslos.
-¿Qué sucede?- Cuestionó el joven cuando repentinamente su mayordomo detuvo sus besos y caricias que aumentaban el libido de ambos.
-Creo que no es buena idea el seguir con esto- Se justificaba algo consternado el demonio porque sentía que algo no estaba bien en esta actual situación, porque ellos apenas tenían días de haber iniciado su relación y acordaron mantenerla lo más inocente posible, por eso un encuentro más íntimo hacía dudar al demonio.
-¿Por qué no?-Murmuraba con coquetería el jovencito mientras se quitaba su pijama dejándose ver desnudo ante el demonio a la tenue luz de la luna.
-Estas ebrio… ¿No es obvio?- Respondía el demonio conteniendo su deseo, porque no podía negarse que se moría por deleitarse de ese virginal cuerpo que se le ofrecía esa noche.
-Pero si me embriagué por lo mismo… estando en mis cinco sentidos no te pediría que te quedes conmigo esta noche- Eran las palabras de Ciel al oído de su demonio restregándose a su cuerpo de forma sensual.
-Pero… acordamos en esperar unas semanas más para esto.- la evidente encrucijada de Sebastian se manifestaba en palabras, algo en su interior le alertaba que la situación era extraña.
-Quiero que sea especial nuestro primer encuentro- Alegaba con una dulce sonrisa para no hacer sentir mal a su amo.
-¿Me amas tanto como para esperar?- Le preguntaba el joven sin dejar de verlo, el demonio notaba algo diferente en su mirada, en si parte de ella porque su otro ojo era ocultado por el parche.
-Estás actuando extraño…- decía más confundido el mayor cuando sintió como el jovencito lo atraía hacia el con fuerza y con la mirada llena de determinación.
-No es eso… solo que no tenerte cerca en la noche como siempre, me hizo extrañarte… me sentí muy solo…- Murmuró sobre sus labios enredando sus delgados brazos a su cuello de forma comprometedora, esa mirada desafiante era de su amo así que el demonio no resistió más y comenzó a devorar a besos la piel del joven que jadeaba al sentirse así de vulnerable.
-Nhn…- Jadeaba con fuerza el conde cuando Sebastian por vez primera lamía la extensión de su falo con delicia, cuando levantó la mirada notó la mirada maliciosa de Ciel, conociendo a su amo el no reaccionaría así aun por muy ebrio que estuviera, sabía como con un pequeño beso su amo se derretía y a la vez se moría de vergüenza, ahora con una muestra más íntima imaginaba que su rostro estuviera más rojo que de costumbre y al no verlo así, se extrañó más.
-Esto no está bien…- Murmuró dándole la media vuelta miraba su espalda y notó como su cicatriz no estaba palpable, encendiendo la luz rápidamente tampoco era visible… Ese no era su amado Ciel.
-¡Thomas!- Gritó el demonio enfurecido y alterado al darse cuenta de la realidad, en la trampa que de forma estúpida había caído.
-No me fijé en este detalle- Dijo resignado el joven tocándose la espalda, ahora sabía porque su hermano no lo dejaba verlo desnudo, tenía una cicatriz que el demonio si la conocía.
-eres un maldito mocoso…- Le reprochaba enojado conteniendo sus ganas de matarlo, a la vez se sentía culpable por haber caído así en la estupidez de un niño.
-¿Por qué tan enojado Sebastian?- Le preguntaba Thomas con una mirada desafiante mientras se cubría con la sabana, ahora entendía que definitivamente había perdido ante su hermano porque ellos tenían al parecer una seria y secreta relación amorosa.
-Sentí mucho tu ansiedad… deseas hacer tuyo a mi hermanito, no lo niegues…- decía con malicia el joven ante el demonio que frustrado no acertaba que pensar, que sentir.
-Ciel es lo más importante de mi vida… tu…- Murmuraba afectado el demonio sentía como la culpa lo invadía, si su amo se enteraba seguramente no lo perdonaría con lo orgulloso que es.
-Tú me hiciste traicionarlo- Terminaba de decir con rabia y dolor y contenía con fuerzas su instinto asesino porque después de todo ese era el hermano de su amado.
-Por lo menos me quedó claro lo que tienen ustedes.- dijo en tono  celoso Thomas, no le gustaba perder y menos contra su hermano, pensaba en como él podía disfrutar del amor del mayordomo que en verdad parecía enamorado de Ciel, lo delataba su mirada confusa.
-Pero no me importaría compartirte…- Aclaraba con aire coqueto sonriéndole no dejaba de mirarlo.
-No digas tonterías, y ¿Dónde está Ciel?- Era lo que pronunciaba el demonio tratando de calmarse, se preocupó por su amado pensando que ese desquiciado lo hubiera lastimado.
-No te preocupes él está durmiendo en mi habitación.- Respondió el joven con desanimo, el ambiente se tornó silencioso.
-Sebastian… ¿Qué harás ahora?- Era la pregunta del joven que rompía ese incómodo silencio.
-¿Hacer de qué?- Cuestionó el demonio con mala cara, se disponía a salir de la habitación a ver a su amo.
-Bueno con lo celoso que es Ciel no te creerá que no pudiste distinguirlo de mí, es más lo lastimarías en lo más profundo de su orgullo, además descubrí lo que oculta en su ojo…- Hablaba con una maliciosa sonrisa el jovencito quitándose el parche que prestó de su hermano.
-¿Quién eres Sebastian Michaelis?- Le preguntó con complicidad, y es que descubrió que ese sello era símbolo de un pacto demoníaco en un libro de la biblioteca, ahora entendía ese lazo que también los unía, ese lazo sobrenatural que tal vez influia en su amor, el demonio lo intuyó.
-¿Qué quieres?- Advertía con seriedad el demonio tratando de encontrar una solución simple a  todo esto,aunque sabía que no la habría, porque si el sabía de su contrato nada le impediría que lo contara a los demás, así solo provocaría incertidumbre en su amo.
-Sencilla es la solución, hazme tuyo esta noche y mi boca se quedará cerrada…- Le respondió el joven con una sonrisa traviesa destapándose de la sabana dejaba ver su cuerpo desnudo al demonio, quien acercándosele lo tomaba del cuello con intención de apretarlo con sus manos.
-No me gusta que me chantajeen.- Le advirtió amenazante Sebastian al joven que sentía esa muestra de furia controlada del hombre de traje negro, que lo ahogaba lentamente.
-¿Vas a matarme demonio?- Dijo el joven sin borrar su sonrisa aun cuando notaba la mirada brillante en carmesí del que ahora sabía era un vil demonio.
 
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Notas finales: Muchas gracias por leer este capitulo y seguir este humilde escrito, espero haya sido de su agrado... ya sé que odiaran más a Thomas... lo sé... :D
Bueno aquí actualizando en un día del año en que me deprimo más... y este año en especial más... pero he tratado de distraerme para no caer en la tristeza... bueno... bueno... la vida sigue :'(
Gracias y no olviden dejar su comentario de odio a thomas jaja
besos :* 

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