Kanda sonrió cálidamente. La respiración de “su Moyashi” se había calmado y ahora sólo estaba durmiendo. Seguramente no se despertaría en un par de días, ya que las heridas tardarían en sanar por completo. “Mejor así”, pensó el japonés, ya que mientras las heridas se curasen, sería muy doloroso para el joven…
Al segundo día de pasar por todo aquello, el menor tuvo un sueño…
(?): Kon’nichiwa, Allen-kun! (¡Buenas tardes, Allen!)
Allen (impactado): ¡Tú eres Neah! ¡¿Qué quieres de mí?! ¡¿Por qué te negaste a separarte de mi cuerpo?!
Neah (con su posado frío y calmado de siempre): ¿Realmente quieres derrotar al Conde? Sólo puedes lograrlo con mi poder… A la vez que yo con el tuyo lo que me propongo…
Allen (con una mirada llena de desconfianza): ¿Y qué te propones, eh?
Neah (con una sonrisa algo prepotente): ¡Pienso ser el nuevo Conde del Milenio! (con una cara de incredulidad) ¿No lo sabías?
Allen (que pese a estar en un sueño, sacó su Inocencia dispuesto a luchar): ¡No te lo permitiré!
Neah (sin hacer mucho por defenderse, sólo esquivando los golpes): ¡Espera, chaval! ¡Sólo quiero hablar contigo! ¡Cálmate, chico!
Allen (dejando de atacar y mirándolo con ira): ¡Está bien! ¡Hablemos!
Neah (totalmente serio de repente): ¿Sabes qué poderes tiene un Conde?
Allen (con una venilla en la frente, realmente no se fiaba de ese tipo para nada): ¿No es básicamente despertar a Noah y crear Akumas? (pensando cabreado) ¡Aparte de haberme propuesto separarme de este tío y no haberlo conseguido!
Neah (soplando un poco): También puede hacer desaparecer a los Noah y la Inocencia… Ese es mi plan, y para eso necesito tu ayuda.
Allen (cabreado): ¡¿Y a ti quien te ha dicho que pienso ayudarte?! ¡Sin la Inocencia no podremos liberar a los Akuma de su sufrimiento.
Neah: ¡Mis planes son acabar con todo este sistema corrupto! Originalmente los Noah éramos una organización de humanos con poder de ángeles y el Conde del Milenio debía ser alguien que luchase por mantener el equilibrio entre el bien y el mal de este mundo, algo así como un Shinigami (Dios de la Muerte) pero que sólo tenía el poder de controlar el alma de las personas. Al principio estábamos totalmente a favor de la paz en el mundo… Pero hace 600.000 años, comenzó a gobernar el actual Conde del Milenio… Para poder combatirlo, la Inocencia apareció como si fuese una ayuda del cielo… Desde entonces, algunos Noah también se corrompieron –no todos–, y comenzaron a seguir al Conde actual… Al principio yo también me había corrompido, hasta que mi hermano me abrió los ojos, dando su vida para ello… Aunque esa historia ya te la habrán explicado, supongo…
Allen (pensantivo): La verdad es que no conocía los orígenes de todo esto…
Neah: Simplemente quiero eliminarlo todo, que todos los Noah vuelvan a ser simples humanos… Ha fallado el antiguo sistema para preservar la paz desde entidades poderosas para ello, por lo que simplemente voy a destruir este sistema tan arcaico y pienso conseguir que los humanos vivan en harmonía sin necesidad de alguien que los pueda dominar y controlar sus corazones…
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TRANCE DE AUTORA-SAN
XPiece (quizás mi parte más madura, aunque no sé si la madurez existe realmente en mí :P): Autora-san, se está pasando un poco… Mira que dejarse llevar por sus ideales…
Tania (parte inmadura, mi verdadera personalidad si cabe decir): ¡¿Y qué más da?! ¡Neah, destrúyelo todo! ¡Rompe con entidades que dominen a las personas! ¡Anarquía!
Lo sé, cada cual con sus ideales… –no me matéis por eso TT, intento ser buena chica :’(– En fin, os dejo con la historia…
Neah: ¿Me vas a dejar hablar?
Autora-san: Si, por favor, continúa…
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FIN DEL TRANCE DE AUTORA-SAN
Neah (aclarándose la garganta): Como iba diciendo, antes de que cierta persona me interrumpiese… Mi verdadero propósito es que dejen de existir los Noah. (con unas gotitas en la cabeza) No me mires así, yo también dejaré de ser un Noah, sí… Y haré que deje de existir ningún Conde Milenario… (sonriendo, con una sonrisa cálida que nunca había conocido el joven por su parte) Para eso necesito tu fuerza de voluntad para derrotar al Conde… Es por eso que decidí que continuásemos siendo uno… Necesito a alguien fuerte de corazón para no caer en los poderes del Conde, que es capaz de dominar a las personas débiles de corazón y acabarlos obligando a unirse en su propósito de corromper el mundo y hacer que las personas se vuelan frívolas y manipuladoras… Además, por lo que he comprobado durante el tiempo que llevas con el tsundere de tu amante… (pensando para sí) Ese tipo es menos manipulable que cualquier Noah, y la única ventaja además de esa es que sus Inocencias tienen afinidad entre ellas… (de nuevo hablando) …tiene un corazón muy difícil de manipular, ya que siempre tiene claros sus propósitos. Por eso creo que entre ambos seréis capaces de vencer al Conde.
Allen (pensando, mirando al otro chico con desconfianza): ¿De verdad piensas que me tragaré toda la historia que me estás contando? (con una venilla en la frente) Además, ¡el tsundere al que nombras se llama Kanda! ¡Y sólo yo puedo llamarlo tsundere! ¡Apréndete ya los nombres!
Neah (con gotitas anime por toda la cabeza): ¡Si yo realmente quisiese dañaros, habría destruido a la chica de las botas!
Allen (cabreado): ¡¿Por qué piensas dañar a Lenalee?!
Neah (soplando): ¿Me vas a dejar acabar? Habría destruido a esa chica para que desapareciesen todas las Inocencias. Sí, no me mires con esa cara de haberte impresionado… La habría matado de haber querido…
Allen (con una mirada cargada de rabia): Sigo sin creerte… Entonces, ¿por qué mataste a Mana y anteriormente lastimaste a mis compañeros?, si se puede saber…
Neah (con una expresión triste en cara): Mana era un Akuma, por lo que deseaba liberar su alma. Quiero mucho a mi hermano mayor, pero él, siendo Akuma, sé que estaba sufriendo… Como él una vez murió asesinado por los poderes del Conde… (mirando al chico, y rectificando) Vaaaale, dos veces… (prosiguiendo con su explicación)… tengo la opción de resucitarlo. Pero, desgraciadamente, no te recordará. Sólo me recordará a mí… La otra parte de la respuesta, es decir, el por qué de haber lastimado a tus compañeros, simplemente lo hice para ponerte a prueba, es decir, descubrir si, pese a tu edad, tienes un corazón difícil de dominar…
Allen estaba comenzando a comprender la situación… O, al menos, que Neah estaba de su bando… Comenzaba a no mirar al chico con desconfianza, más bien solo con algo de rabia por haber dañado a sus camaradas.
Neah (soplando, deseando que la enésima vez de repetir lo mismo, convenciese al menor): Te lo vuelvo a repetir, para que lo entiendas: Cuando VENZAS al Conde, yo me transformaré en Conde, transformaré a los Noah en humanos y luego a mí mismo. Todos los que fueron destruidos por Akumas, además de los que transformaron su cuerpo en el de un Akuma o tuvieron problemas por culpa de la Inocencia, volverán a la vida sin saber qué sucedió, y vosotros, los exorcistas, os volveréis humanos tras desaparecer la Inocencia Corazón… Por tanto seréis pocos –aparte de nosotros, los Noah– los que recordaréis vuestras vivencias pasadas.
Allen (preocupado): ¡¿Piensas destruir a Lenalee?!
Neah, pese a su carácter pacífico y extremadamente tranquilo, había comenzado a agotársele la paciencia…
Neah (con un par de gotitas anime en la cabeza): ¡Cálmate de una vez! ¡Sólo eliminaré su Inocencia!
Allen (con gotitas también anime en la cabeza, intentando asimilarlo todo): Entonces venzo al Conde y punto… Antes dijiste que sería más fácil si me ayudaba Kanda… La cosa es… ¡¿Cómo quieres que lo transporte al Arca?! ¡No tengo ese tipo de poder! ¡Sólo soy capaz de transportarme a mí mismo! O a otras personas que estén a mi alcance… Pero soy incapaz de hacer ambas cosas, y menos aun, hacerlas a la vez…
Neah (soplando): Hay un joven exorcista con un parche en el ojo derecho. Ése ojo cubierto tiene el poder de teletransportar a quién mire en el momento de descubrirlo al Arca –sí, es el ojo de3 mi hermano y siempre ha tenido el poder de transportar a quién mire dentro del Arca a la primera persona que mire–. Como mi hermano está muerto, sólo tenéis una oportunidad. Debéis de hacer que Parche-kun mire a Kanda-kun –sí, llamo a tu amigo Parche-kun porque desconozco su nombre, y ya me he aprendido el nombre del tsundere espadachín–. La máxima suerte es que al ser amantes, el nivel de compatibilidad entre su katana y tu Espada Divina es muy elevado, por lo que si las combináis, podéis llegar a DERROTAR al Conde. Ya habéis luchado más de una vez juntos, así que ya lo habéis comprobado eso…
Allen (pensativo): Entiendo… ¿Lavi sabe algo de esto?
Neah (con cara de haberse perdido en alguna parte): ¿Un conejo? ¡¿Qué tiene que ver un conejo con la historia que te he explicado?!
Allen (soplando): ¡Un conejo, no! ¡Lavi, el chico del parche!
Neah: ¡Ah! ¿Preguntas si él lo sabe? Lo dudo. Quién lo sabe es el viejo Bookman. Por eso, además del parche tiene un sello que le impide usarlo incluso si se quita el parche… Sólo el viejo es capaz de removerlo. (diciendo adiós con la mano, comenzando a alejarse en segundos) Bien, dicho esto, me voy.
Allen: ¡¿Qué?! ¡Espera, ¿dónde vas?!
Neah: ¡¿Dónde va a ser?! ¡De vuelta a tu subconsciente, idiota! Las heridas que te provocó el Conde deben estar totalmente sanadas, ya que tu chico salvó tu vida al hacerte beber de su sangre y transmitirte gran parte de su energía vital a tu cuerpo a través de ésta…
Allen (poniendo aún cara de preocupación): ¡Espera! ¡Aún tengo cosas que preguntarte!
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Kanda (tras que Allen le diese un empujón mientras dormía): ¿A qué viene ese manotazo, Moyashi? Además… ¿qué quieres preguntarme?
Allen abrió los ojos al momento… Sintió el frío suelo a su espalda. También sintió el frió en sus orejas… Sin embargo, su cuerpo se sentía cálido. Pronto notó un largo abrigo cubriéndolo desde de barbilla hasta los pies…
Kanda estaba mirándolo impresionado, con las manos del joven aun en el pecho… Estaba de rodillas a su lado, con un pequeño cuenco, similar a los que se usan para tomar sake en una mano. Pero no olía a sake… Sintió la humedad en los labios, y poco después notó el sabor amargo que tenía en la garganta… Calmantes… Por eso Kanda tenía el platito lleno de agua…
No sabía cuánto tiempo habría permanecido en ese estado, pero el mayor había hecho todo lo posible para sanarlo…
Kanda (mirando al menor con un rastro de ira en su mirada, sin haberlo perdonado aun): Moyashi, te lo preguntaré de nuevo… ¿Qué quieres?
Allen (disculpándose de todo corazón): Lo siento, perdóname por haber sido tan mala persona y haberte abandonado pese a que te prometí que jamás lo haría… Ahora que sé que Neah está de nuestra parte para vencer al Conde, quiero preguntarte algo… ¿Me perdonas de una vez por todas y a cambio te prometo que aceptaré que vengas a ayudarme a derrotar al Conde, viniendo a Edo de nuevo?
Kanda golpeó con el puño la cabeza de Allen… Luego contestó.
Kanda (sonriendo sutilmente): No pienses que te voy a perdonar porque confías en que yo esté a la altura de vencer al Conde… Te perdono porque me importas, pero sólo si me prometes que JAMÁS lo volverás a hacer.
Allen (depositando un cálido beso en sus labios y sonriendo cálida y sinceramente): Lo prometo… Nunca más lo haré…
Kanda (con un aura cálida y abrazando a su Moyashi): Allen, realmente sé que no lo hacías para dañarme, pero… (tornándose esta aura en una demoníaca, y golpeándolo fuerte en la cara) ¡¿Jamás te has preocupado por tus propios sentimientos, ni en los de los demás?! ¡Estúpido Moyashi! ¡Eres un mocoso de mierda que no atiende a razones! (comenzando a llorar, desahogándose de todo lo que había sufrido por él y volviéndolo a abrazar, mientras al otro le había quedado la marca de la mano de su amante en la mejilla) ¡¿Por qué eres tan cabeza hueca?! ¡Baka! ¡¿Eres tan crío que no sabes actuar conforme a lo que sientes?!
El japonés acabó recibiendo otro beso en los labios por parte del menor, y consiguió tranquilizarse, pese a que seguían cayendo algunas lágrimas por su rostro. El mayor describió exactamente como se sintió por su marcha, y se lo explicó al inglés con estas palabras…
Kanda (realmente su expresión había cambiado bastante y ahora, pese a hablar seriamente, había un cálido brillo en su mirada): Allen, debes evitar que proteger a otras personas te dañe a ti… Si te preocupas demasiado por los demás, dañarás a las personas que quieres, igual que a ti mismo…
Allen besó suavemente la mejilla del japonés, sobre el rastro de la lágrima que había descendido por ésta… permanecieron largo rato de esa manera, hasta que comenzaron a despuntar los primeros rayos de sol. Ya había amanecido. Comenzaron entonces a caminar, decididos, hacia la Orden Negra.