En Edo, un joven pelilila parecía algo nervioso. Justo antes de reunirse con su sobrinita, salió corriendo hacia el cuarto de baño… Alguien que había estado observando su comportamiento desde que llegó, se asomó al baño…
(?): Tyki, recordando que eres un Noah, por lo que no le sueles temer a nada, no entiendo por qué estás así… ¿Cómo a un Noah se le pueden cruzar las tripas de esa manera?
Tyki: Escuché la bronca que tuvo nii-san con el Conde… Entonces, ¿a qué has venido? Nii-san se volverá a enfadar…
(?): Por supuesto, no he venido para descubrir que mi tío “lo ha hecho” con un humano… No acabo de entender tu compasión y la de Neah por esa especie inferior… Aún así, pienso aceptar lo que Neah piense hacer… Después de todo, sois mi preciada familia…
Tyki: No se te puede ocultar nada, princesa… Realmente estoy embarazado, lo siento si eso implica que mi sobrinita pierda el respeto hacia mí…
Tras haberse relajado, haberse lavado los dientes y bebido algo de agua, salió del cuarto de baño…
Road: Tyki, jamás podría perder el respecto a un Noah como yo… Después de todo, provenimos de los humanos, y pese a que yo espere pacientemente el regreso de Neah a mi lado, es lógico que algunos Noah os enamoréis de humanos… O incluso de Akumas, como le ocurrió a Lulubell…
Tyki (con gotitas de anime en la cabeza, y poniéndose un dedo sobre los labios… bastante había tenido por hoy, para, de paso, recibir una bronca de esa mujer): ¡Shhhht! No hables mucho de ella, que hoy la he visto más cabreada de lo que es habitual…
Road (alzando una ceja): Tyki… ¿Realmente te encuentras bien? Creo que deberías pasar por casa, ya que aún no he avisado a otou-san (papá) que has vuelto… Y dijo que iría a buscarte si no volvías a casa… Además, creo que necesitas descansar un poco…
Tyki (imaginándose a su hermano dramatizando a la que le contase la situación, volviendo a pillar mal cuerpo): Road… prefiero dejar lo de decírselo a nii-san para otro momento, si no te importa… (pensando) Además, si se lo explico, voy a tener todo lo contrario a lo que sería descansar, ya que lo imagino con el “Voy a ser tío” y esas cosas en la boca por mucho rato…
Road (con unas gotitas en la frente y recordando en verdad como es su padre de cansino las veces en que es menos necesario que agobie): Hai! (pensando, y sonriendo cálidamente) Falta muy poco para el “Día Prometido”. Pronto nos volveremos a ver, Neah.
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En cuanto llegaron a la Orden, encontraron más de un problema…
Allen: ¡Qué sí, Chaoji! ¡Neah está de nuestra parte!
Komui (golpeando a su cuñado): ¡Déjale hablar! ¡Por favor, no seas infantil!
Lenalee (mirando mal a su hermano): ¡Tú tampoco lo seas, nii-chan! ¡Además, les tenemos que dejar hablar a ellos, cari! (sí, Lenalee se dirige a Chaoji) Ellos han investigado del tema, y actualmente son los que más informados están… (notando una aura depresiva a su espalda, que le hizo rectificar la respuesta, con unas gotitas anime que le habían salido a la joven en la cabeza) Esto… el viejo Bookman también sabe bastante del tema, jeje…
Chaoji (con una mirada triste): Está bien… Allen, discúlpame, pero sigo sin fiarme de los Noah… Por su culpa, Anita murió, lo sabes, ¿neh?
Allen (apoyando su mano en el hombro del otro chico): Si, Chaoji, te entiendo… Aún así debes tener algo de fe… Si no confías en el Noah que vive en mi interior, confía en mí…
Chaoji: Si ya lo hago… Pero creo que ese Noah no te ha dicho toda la verdad… Por eso creo que deberías ser tú quien no se fiase de él…
Komui: Sabes que en la Orden siempre tendrás tu sitio al que volver… Actualmente Lvellie, al haber tenido que aceptar que no eres peligroso gracias a los informes de Link, está también de acuerdo en que os quedéis… (pensando seriamente para su interior) Más bien creo que ese hombre tiene sus propios planes en mente, por lo que se rige por sus propias leyes, pero vamos… (mirando al japonés) Kanda, tú también… Ahora eres General, ¿o lo has olvidado?
Kanda (girando la vista a otro lado y totalmente rojo, ya que pocas personas de las que habían allí lo sabían): Lo sé, tsk… No cal que me lo repitáis todos los días…
Lavi llegó pocos minutos después de que todos se pusieran a felicitar al general y este les acabase enseñando su katana en modo de amenaza. Venía de una misión dónde había trabajado con Krory y Miranda porque en un pueblo se decía que había una planta milagrosa que Komui pensó que podía ser otra inocencia, hasta que descubrieron que simplemente era una planta para curar ciertas enfermedades complicadas con la medicina que se pudiese usar en un hospital… Pese a lo animado de la misión –les había atacado un tigre, se cruzaron con un montón de Akumas por el camino, etc–, estaba inundado en un pensamiento desde hacía un par de días…
Lavi (entró en la sala totalmente serio antes de percatarse): Komui, en realidad sólo era una… (entonces se fijó) ¡Allen, Yuu! ¿Cómo va la vida? ¡Yuu, pareces más alto! ¡Allen! (riendo un poco) ¡Pffffff! Allen… ¡tú sigues igual de bajito!
Kanda (desenvainando de nuevo la katana y siendo rodeado por un aura demoníaca): ¡Deja de llamarme por mi primer nombre, maldito conejo!
Lavi (picándose): ¡Cuando tú empieces a llamarme por mi nombre, Bakanda!
Allen (añadiéndose a la pelea): ¡Lavi, esa es mi línea! ¡Además, he crecido 3 cm!
Kanda (cogiendo a Allen por el cuello de la camisa): ¡Tú no te metas, baka Moyashi!
Lenalee (mirando la escena con algunas gotas anime en su cabeza, y de pié junto a su hermano, su chico y el chico de su hermano): ¡Taku! (hay que ver) Nunca cambiarán, esos tres…
Chaoji (sonriendo): Está bien que muestren sus energías… Llevamos un tiempo un poco aburridos sin esos dos, ¿no crees?
Lenalee (también sonriendo): La verdad…
Kanda apareció de repente tras de Komui –algo que el otro no se esperó– Sólo había apartado unos segundos de vista la pelea para escuchar a su hermanita y se sorprendió por la velocidad a la que el otro cambiaba de lugar y de tema, quizás… El joven preguntó sin rodeos.
Kanda (totalmente serio): ¿Dónde está el Bookman?
Komui (con gotas anime y cara de haberse asustado repentinamente): ¿Q… quién? ¡Ah, el Bookman! ¿Pero te refieres al viejo, verdad?
Kanda (cabreado): ¡Pues claro! ¿Quién va a ser? ¡Al júnior lo tiene el Moyashi justo delante!
Komui (serio de repente): ¿Pensáis ir, de veras?
Kanda (con una cálida sonrisa) No te preocupes, lo derrotaremos…
Komui (con su voz infantil, de animadora trap –para los que no sepan que es el trap, es como el gender bender, pero sin cambiar de sexo xD–): ¡Dad lo mejor de vosotros! ¡Os estaremos esperando con sake y comida! ¡Hasta soba para Kanda! (serio de repente) Volved, por favor… No queremos más bajas…
Komui les explicó a todos la situación. Neah, el Noah que tantas veces les había puesto en peligro, en verdad estaba de su parte. Allen les explicó qué era lo que se proponía en verdad, y aunque algunos –como el Mayor Lvellie, que deseaba acabar con el Conde personalmente, pese a las advertencias de Neah cuando se conocieron hacía ya décadas, Lvellie sólo quería ser considerado héroe– estuvieron en contra (en verdad, su “perro” Link lo seguía, pero no había nadie más que desease aquello), la mayoría aceparon –incluida Lenalee de que, una vez derrotado el Conde, destruyesen su inocencia–. El Bookman mayor pidió a todos que se pusieran detrás de Lavi, nadie –a excepción de Kanda– podía estar en su campo de visión cuando removiesen el sello del ojo derecho de el joven Bookman. Allen se adelantó al adquirir los ojos amarillos y con una voz más madura que la del joven se despidió de todos.
Allen (transformado en Neah): ¡Nos vamos adelantado!
Poco después el viejo dijo unas palabras.
Bookman: haramirainomechikaramichiatarashi. “original ojo del futuro (original por ser el primero –aunque estemos hablando del 10º Noah, como he clasificado a Mana– pero tiene el primer ojo capaz de ver el futuro) danos la fuerza para comenzar un camino nuevo (cambiar el destino)”.
Segundos después, el joven se quitó el parche que cubría su ojo derecho y mostró al chico que tenía enfrente un ojo amarillo. Éste mostró una luz que rodeó a su compañero antes de que desapareciese.
Lavi (saludándole con una mano, igual que el resto de la Orden): ¡Que vaya bien, Yuu-chan! (pensando en verdad) Por favor, no muráis…
Kanda (antes sonriendo ligeramente, ahora de nuevo con una venilla en la frente): ¡Por esta vez te perdono que me llames por mi primer nombre, pero como le vuelas a añadir la terminación “-chan” te corto el pelo! ¡¿Queda claro?! (en su interior, aún así, seguía sonriendo) Gracias a todos, chicos. No os fallaremos…
Segundos después, el japonés también desapareció en la nada como momentos antes lo había hecho el joven inglés.