Capítulo 19
El deyabú de la tragedia...
"-Si tanto la quieres quédate con ella-" volví a pensar mientras regresamos a casa, no podía sacar esas palabras de mi mente, una y otra y otra y otra vez llegaban y regresaban convirtiendo mis pensamientos en una martiriosa tortura sin fin. Llegó un momento en el cual pensé en dejar a Mello, irme, muy lejos, muy lejos de todo. Escapar donde nadie pudiera encontrarme.
Pero inmediatamente deje esa idea de lado porque, aún que no lo pareciera ni lo demostrara... Yo seguía amando a Mello, el era mi mundo, el era mi todo y si ese todo se va ¿Que quedaría de mi? Nada por supesto.
Miré por la ventana, todo parecía que iba a llover.
Suspire profundamente y miré a Mello, el seguia haciendo estupideces con Linda.
Estaba cansado, estaba estresado, más que relajarme me afecto salir. ¿Por que Mihael? ¿Por que lo haces? Se que es tu amiga pero no tienes ningún maldito derecho a abrazarla tan carñosamente en mi cara.
¿No les ha pasado?
Y ese día me di cuenta de que soy extremadamente celoso y que Mello es un tremendo zorro, ¡Es como una pulga! Salta de perra en perra, bueno... Creo que me excedí al decirnos a Linda y a mi perras... Pero ¡No lo soporto! Es frustrante que tu novio no te haga caso por estar con sus "amigas" o "amiguitas".
Regresamos, entramos a casa, Linda se despidió de todos, incluso de mi, yo también me despedí de ella, y no de mala gana, al contrario, me despedí con una sonrisa, ya que sinceramente aprecié el que tratara de sacarme un rato de mi mundo gris y oscuro donde nunca entraba la luz del sol...
Pero en ese momento estaba más que cabreado con Mello, todo es su maldita y asquerosa culpa. Sólo hace que me enoje, ¡Si ya sabes como soy, para que me haces enojar!
Cuando entramos a casa me senté en el sofá , Mello se acercó a mi y me palmeo suavemente la cabeza, luego acarició mi cabello despacio, finalmente me estaba calmando gracias a sus caricias pero luego de repente recordé que en un momento dado yo estaba enojado y tenía sed de sangre... Tal vez hacerle un drama a Mello me caería bien...
-Near ¿Pasa algo? Has estado muy callado desde que subimos al autobus- me preguntó Lawliet mirándome detenidamente.
-Dejalo, solo esta cansado ¿Verdad pelucita?- dijo Mello contestando por mi mientras intentó abrazarme por a cintura y sus gestos parecían dar a entender que quería darme un beso. Me enojé, me estresé, tenía tantas ganas de golpearlo.
Me levanté rápidamente librándome de sus brazos y plante firmemente una cachetada justo en su cara.
Toda la rabia del mundo me invadió de un momento a otro, apreté los puños con fuerza tratando de controlarme, y no hacer una estupidez. Mire fijamente a Mihael, los dos estabamos realmente enojados.
-¡¿Pero que carajos te ocurre ahora?!- Dijo llevandose la palma de la mano hasta su mejilla.
-¡Eres un estúpido Mihael! ¡No quiero que vueltas a tocarme en tu vida!-
-¡¿Que mier... Pero por qué?! ¡Me caga que reacciones así cuando quiero abrazarte maldita sea!-
-¡Tu tienes toda la maldita culpa imbécil! ¡¿Como demonios te atreves a abrazarla como si ella fuese tu novia?! ¡Si tanto la quieres largate con ella!-
-¡¿De qué mierdas estas hablando?!-
-¡¿Todavía tienes el descaro de preguntar por qué?! Al parecer eres muy estúpido para comprenderlo ¿Cierto? ¡Hablo de que estoy harto de que tu la abraces, que ella te dé besos, le susurres cosas al oido, la tomas de la cintura como si ella fuera tu novia! ¡Yo soy tu novio!-
-Mira Nate, en primera no es mi maldita culpa que estés celoso, en segunda es mi mejor amiga, idiota, en tercera ¡¿Por que reaccionas así?! ¡Carajo!-
-¡¿Como quieres que no reaccione así?! ¡Tu eres el idiota que me prometió que siempre estarías conmigo! y ¡¿Donde estuviste?! ¡Con ella!-
-¡Si no tuvieras esa maldita actitud de todos los días creeme que estaría contigo! Pero, sorpresa sorpresa ¡No es mi maldita culpa que hayas quedado embarazado y que ahora yo este tratando de lidiar contigo! ¡Ojalá nunca te huviera conoci...!- Se detuvo a media frase al darse cuenta de lo que dijo. Tapó su boca inmediatamente y agrando los ojos hasta el límite.
Yo, por otra parte, me quede callado por unos cuantos segundos, sorprendido de lo que dijo pero más que todo estaba dolido... Muy bien, ahora si te excediste Mihael.
-¡S-Si no querías que yo tuviera el bebé pudiste decirlo! ¡¡¡Si no me querías, pudiste decirlo!!! ¿Por qué me hiciste ilusiones?... ¡¿Por qué?! Simplemente pudiste decir que... Que no me querías, y... Y que ya no querías nada de mí ¡Me hubieras evitado el error de conocerte! ¡Alejate de mí! No quiero v-volver a verte...- dije en un intento de no soltarme a llorar, pero ya tenía lágrimas deslizándose por mi cara. Miré a Mello toralmente decepcionado, salí corriendo de ahí, ni siquiera voltee hacía atrás, todo esto era como la primera vez, más que todo un deyabú; Matt me vio, me enamore, me mintió, salí de su casa; Mello me vio, me enamore, me mintió, sali de su casa. ¿Habrá más cadena?
Si, creo que si por que ¡Woah! Como la vez pasada, comenzó a llover, de la maldita nada comenzó a llover, la vida me odia, ¿Por que nací sí todos querían lastimarme? ¿Por qué? Ya no tenia nada, no me quedaba más que perder...
O...
Tal vez si...
Aún me quedaba algo...
El regalito que me dejó Matt antes de su descenso al infierno, esta cosa en mi vientre, esta asquerosa cosa que no traía nada más que problemas.
Sólo una cosa me llegaba a la cabeza: Sucidio.
Desacelere el paso hasta que finalmente me detuve. Y totalmente cegado por la lluvia pensé: "¿Por que no hacerlo? ¿Que más daba? ¿Habrá una consecuencia negativa al hacerlo?".
Y al venirme más preguntas a la cabeza me dí cuenta de que lo que estaba haciendo era una tontería, tape mis ojos con las palmas de mis manos y comencé a correr a lo idiota, no me importaba a donde iba, lo único que queria era desaparecer un rato de ese infernal mundo que me estaba atormentando sin piedad.
Seguía corriendo, mi ropa estaba empapada, ya no sabía que hacer ni a donde correr, quería morir, definitivamente quería desaparecer a algún lugar donde nunca me encontraran...
Desconocí por completo todo de mi...
Y...
¿Quién era yo ahora?...
Tenia lágrimas en mis ojos y por esas lágrimas no me di cuenta que habían unas escaleras delante mio, y...
Caí...
Gracias Dios. Gracias...
Cuando abri los ojos me di cuenta de que ya estaba en el suelo. Se me nublo la vista, solamente pude sentir el frío pavimento quemandome la piel.
La lluvia no paraba, al contrario, me golpeaba la cabeza con mayor intensidad, como si el mundo me odiara y quisieran que nunca nunca nunca jamás volviera a despertar...
No veia absolutamente nada estaba sangrando demasiado, ojala ese golpe sea suficiente como para matarme de una vez por todas...
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