Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Seis estilos de Baloncesto por Fullbuster

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lamento el pequeño error que hubo, en el 5 subí sin querer el de Kuroko, ya está arreglado y subido en el 5 Kagami-Kise, un saludo a todos.


Atte: Fullbuster

Aomine Daiki POV

 

 

 

Lo que menos me apetecía hoy era moverme de esta azotea. Todo mi equipo estaba en el pabellón entrenando y sé que el equipo del Seirin tenía partido. Miré las nubes y me pregunté cómo le estaría yendo a Kuroko en ese partido, hacía ya más de un mes que no había coincidido con él y lo echaba un poco de menos. Supongo que nunca esperé llegar a tener sentimientos por él y cuando descubrí que podía sentir algo… me asusté y me alejé intentando mentalizarme de que no era posible que tuviera sentimientos por él, pero cuando más me alejaba… más daño me hacía yo mismo, sabía que le amaba y alejarme no era la solución, tenía que acercarme a él, tenía que hablarle y confesarme, pero nunca había hecho algo como eso.

 

- ¿Qué haces aquí? – escuché a Momoi tras de mí - ¿No deberías estar abajo entrenando con todo el equipo?

 

- No me hace falta entrenar, ya lo sabes – le comenté bostezando por el aburrimiento.

 

- ¿Qué es lo que te preocupa? – me preguntó de golpe.

 

A Momoi no podía engañarla, sabía que había estado muy raro estos días, algunas cosas se me habían olvidado y es que mi cabeza pensaba más en Tetsu que en lo que de verdad tenía que hacer. No quería decirle a Momoi sobre mis sentimientos porque le dolería o eso creía yo… ella siempre estuvo enamorado de Tetsu y aunque éste la trataba como a su gran amiga, yo sabía que  no había nada, pero Momoi no se rendía y quería estar con él. Yo me sentía un poco mal sabiendo que ahora era yo quien me había enamorado del que una vez fue mi sombra. Lo tuve tan cerca de mí y ahora estaba tan alejado, Kagami me lo había arrebatado, jugaba con él, eran un gran dúo en la cancha y yo… yo había pasado al olvido, así me sentía.

 

- ¿Tetsu? – me preguntó de golpe Momoi llegando hasta mí y sentándose a mi lado.

 

Abrí los ojos mirándola y asentí con la cabeza algo entristecido. No quería que a ella pudiera sentarle mal todo esto pero cuando me levantó la barbilla con sus dedos, vi su sonrisa. Quizá eso no lo esperaba.

 

- Entonces… ¿Qué haces aquí haciendo el vago? ¿No deberías estar viendo su partido? Jugaba hoy ¿Verdad? Creo que deberías intentar hablar con él.

 

- No creo que valga la pena – le dije.

 

- Kagami no es nada suyo – me dijo de golpe sacándome la lengua colocando luego una gran sonrisa y yo sonreí.

 

- ¿Cómo puedes estar segura de eso?

 

- Porque hablé con él y se lo pregunté. Ya sabes lo directa que suelo ser, tenía dudas y quería solventarlas. Creo que le gusta un chico, pero  no es Kagami – me dijo sonriendo.

 

- ¿No te dijo quien es?

 

- No, pero se sonrojó cuando lo nombré.

 

- ¿Y quién era? – le pregunté.

 

- ¿Por qué no vas a ese partido a verle y le preguntas tú mismo? – me dijo marchándose con una gran sonrisa.

 

Me quedé un rato allí pensativo ¿Cuánto hacía que conocía a Kuroko? Demasiado tiempo, desde que entramos en ese equipo y él no se creía para nada bueno hasta que empezó a jugar conmigo, hasta que yo y Akashi descubrimos su potencial, nuestro jugador fantasma y ahora… me había enamorado de él. Qué absurdo me parecía todo. ¿Debía ir a ver ese partido o no?

 

Miré el cielo y una nube negra tapó el sol indicándome que venía una tormenta, creo que el mismo destino me decía qué hacer… ir a cubierto, ir a ese pabellón a ver qué hacía Tetsu. Me incorporé y salí por la puerta de la azotea bajando a la calle. El pabellón del Seirin no estaba lejos y para cuando llegaba, empezó a llover con fuerza, por suerte, apenas me mojé.

 

Escuché a la gente de las gradas gritar a medida que subía hacia ellas y cuando llegué a lo más alto, vi a Tetsu limpiándose el sudor de su frente con la camiseta. Sonreí al ver que realmente tenían un buen contrincante que se lo estaba haciendo pasar mal. Me fijé en Kagami, siempre al lado de Tetsu y sentí este horrible sentimiento de celos, sé que eran amigos y que no podía evitarlo pero… no soportaba ver a nadie cerca del chico al que amaba.

 

Busqué un hueco para sentarme pero todo estaba lleno, parecía que ahora el Seirin moviera a toda esta multitud, desde que habían mejorado y nos habían ganado a la generación de los Milagros… todos querían venir a ver sus partidos. Sonreí al saber que el chico del que estaba enamorado… ese chico fantasma que asustaba a todos por sus repentinas apariciones y que empezó con baja autoestima, ahora estaba en lo más alto, pero me entristecí o más bien me preocupé… cuando le vi en aquella cancha de pie reventado.

 

Seguía teniendo baja forma para pasar desapercibido, no aguantaba jugando todo el partido y yo sabía que pronto tendrían que sentarle. Él odiaba que le sentasen aunque nunca dijera nada, así era Tetsu, se limitaba a obedecer y a hacer lo mejor para el equipo, nunca iría en contra de las ordenes pero no le gustaba estar sentado sin poder ayudar, tenía un gran corazón, se sacrificaba por su equipo. Supongo que eso era una de sus grandes virtudes que consiguió enamorarme.

 

Apoyé mis manos en la barandilla de enfrente y me encorvé sobre ella mirando la cancha, mirando a un agotado Tetsu. Me cabreé cuando vi a uno de los rivales prácticamente arrollarlo tirándolo al suelo, supongo que no lo había visto, pero me preocupé cuando vi que no se levantaba, estaba en el suelo quejándose por el tobillo y aunque trató de levantarse, tuvo que ir Kagami a ayudarle y acompañarle al banquillo a sentarlo.

 

La entrenadora tras mirarle el tobillo, lo mandó a la enfermería. Yo corrí escaleras abajo y me lo crucé de frente en el pasillo de la planta baja, aunque él se sorprendió de verme allí.

 

- ¿Aomine? – me preguntó aún sin poder creerselo.

 

- Ya lo llevo yo – le dije a su compañero que lo llevaba y aunque no se fió, cuando Tetsu le dijo que estaba bien se marchó.

 

Pasé su brazo por encima de mi hombro para ayudarle a caminar hasta la enfermería y lo senté en la camilla. La enfermera había dejado una nota de que volvería en media hora por una urgencia de otro jugador, así que nos tocó esperar.

 

Me senté en la silla frente a él mientras Tetsu me miraba con ojos dudosos. No sé si se atrevería a preguntar o no pero la verdad es que Kuroko no solía quedarse nunca con las ganas, solía ser muy directo para las cosas.

 

- ¿Por qué estás aquí? – me preguntó de golpe y me sorprendí de aquello.

 

- Jugabas tú – le dije.

 

- Ya… pero no sueles venir a ver jugar a otros equipos, sólo te interesa jugar a ti y derrotar a los rivales – me dijo.

 

- Llovía – le dije – ya sabes lo que me gusta estar en esa azotea pero… me ha tocado buscar un lugar para resguardarme y que mejor que este ¿No? – pregunté ocultándole la verdad.

 

Me sentí un poco cobarde y más cuando Kuroko agachó la cabeza diciendo un “ah, sólo era por eso”. Me sentí fatal por haberle lanzado aquella mentira, realmente quería verle, quería decirle lo que sentía pero… me daba un poco de vergüenza abrir mis sentimientos ¿Y si me rechazaba? Supongo que tendría que volver por donde había venido y hacer como si esto nunca hubiera pasado pero… cuando veía a Tetsu a la cara… añoraba y deseaba que dijera que quería estar conmigo. Mi corazón se desbocaba cuando estaba frente a mí.

 

- Déjame ver ese pie – le comenté y él que estaba sentado en la camilla, lo estiró colocándolo encima de mi pierna.

 

Se quejó cuando lo toqué y es que lo tenía muy hinchado, creo que había caído mal con aquel golpe y se lo había torcido. Esperaba que solo fuera una torcedura porque si se lo había partido tendría rehabilitación para unos cuantos meses.

 

- ¿Te has hecho algo más? – le pregunté y él se sonrojó de golpe agachando la mirada ocultando sus ojos tras su flequillo.

 

- Sí – me dijo – me duele otro sitio.

 

- ¿Enséñamelo?

 

- Mejor no – me dijo sonrojado.

 

- ¿Qué ocurre? Vamos Tetsu, soy yo, enséñame dónde te has hecho daño.

 

- Está bien – me dijo bajándose de la camilla y poniéndose de espaldas a mí se bajó el pantalón de baloncesto enseñándome el trasero.

 

Ahora el sonrojado era yo, no esperaba que me enseñase su trasero pero sí era cierto que tenía un moratón, seguramente del golpe y es que menudo empujón le habían dado al pobre.

 

- Para eso tengo una buena solución – le dije sonriendo aprovechándome del miedo que Tetsu tenía y es que quería gastarle una broma para aminorar ese tenso ambiente entre nosotros.

 

Cogí la cápsula de una aguja sólo por hacer la broma, ni siquiera tenía aguja pero en cuanto me vio con el tubo de plástico, Kuroko puso cara de terror y trató de salir corriendo de allí a la pata coja y con los pantalones por sus rodillas.

 

- ¿Pero donde vas loco? – le pregunté y al tratar de cogerlo, tropezó con sus propios pantalones y se golpeó contra mi pecho cayendo los dos al suelo sin poder evitarlo.

 

Escuché a Tetsu quejarse pero era normal, yo estaba tumbado boca arriba con el cuerpo de Kuroko sobre mí que se agarraba la cabeza con una mano y en cuanto vio la posición comprometida en la que estaba… encima con pantalones por las rodillas, se puso rojo como un tomate y se echó hacia atrás cayendo de culo frente a mí. Ambos nos miramos fijamente sentados en el suelo. Estábamos muy cerca el uno del otro y ninguno se atrevía a decir nada, los dos estábamos avergonzados por lo que acababa de ocurrir.

 

- No me gustan las inyecciones – dijo de golpe sonrojado mirándome y yo sonreí.

 

- Lo sé.

 

- Querías ponerme una.

 

- Estaba bromeando – le dije – ni siquiera tiene aguja. ¿Cómo iba a pincharte yo a ti? Ni siquiera se curan así los moratones Tetsu – le comenté.

 

- ¿Enserio?

 

- Enserio – le confirmé.

 

- ¿Cómo se curan?

 

- Así – le dije colocando mi mano en su nuca y acercando su rostro hasta el mío besándole.

 

Disfruté sus labios aunque él se había quedado completamente inmóvil y al separarme… le vi rojo como un tomate sin saber qué hacer o dónde meterse. Creo que me había pasado, que me había precipitado, Tetsu no estaba acostumbrado a esto y yo había invadido su espacio, lo sentía así.

 

- Lo sien… - intenté decir cuando Tetsu agarró mis labios de nuevo entre los suyos agarrando sus manos en mi nuca para evitar que me fuera hacia atrás.

 

Me había pillado desprevenido pero enseguida reaccioné correspondiendo su beso. Mis manos bajaron hacia su cintura y me di cuenta de que sus pantalones seguían a la altura de la rodilla cuando mis dedos tocaron el dobladillo de sus calzoncillos. No podía evitar sonrojarme pero a la vez excitarme con la situación, era Tetsu besándome.

 

Mis manos tocaron su abdomen por completo quitándole esa camiseta todo empapada en sudor y lanzándola al suelo, amaba a este chico y por fin lo tenía frente a mí, lo tenía como yo quería. Besé su cuello con dulzura escuchando su gemido, excitándome con su voz y sus gestos sugerentes.

 

Cogí su muñeca metiendo la mano bajo mis pantalones y me fijé en como su rostro se volvía aún más rojo al tocar mi miembro pero cómo lo cogía con ganas y me masturbaba intentando sacarme jadeos a mí también. Se los ofrecí susurrándoselos en su oído mientras me dedicaba a dar leves mordiscos por su oreja.

 

Gimió y jadeó sentándose encima de mis piernas lanzándose a por mi cuello mientras sus manos levantaban mi camiseta. Jamás habría esperado ver a un Tetsu tan participativo, tan valiente y tomando la iniciativa, pero me gustaba la actitud que estaba tomando. Sus manos temblaban levemente pero levantó mi camiseta con cuidado hasta quitármela mientras yo levantaba las manos permitiéndole la tarea.

 

Agarré su nuca con mayor fuerza presionando mis labios contra los suyos y tumbándole en el suelo con dulzura para ir bajando con lentitud por su pecho dando besos por todo su torso, por sus pezones, por su ombligo hasta que llegué a su intimidad. Besé sus huevos con suavidad y los cogí entre mis dedos dándole placer mientras succionaba y lamía su miembro hasta que lo metí por completo en mi boca metiéndolo y sacándolo escuchando así los gemidos de Tetsu. Me encantaba oírle.

 

Aproveché al estar abajo para ir introduciendo mis dedos poco a poco en él dilatándole. Me esmeré mucho en hacerlo porque no quería hacerle daño, así que estuve mi tiempo con él y no me importaba en absoluto siempre que consiguiera mi objetivo. Kuroko cansado de ser el único en recibir placer se incorporó y colocando una mano en mi pecho me sentó en el suelo de un leve empujón colocándose entre mis piernas mientras succionaba ahora él mi miembro. Yo aunque estaba centrado en disfrutar y tratar de ahogar los gemidos que luchaban por salir, no paré de dilatarle y cuando estuvo listo, Kuroko se sentó encima de mí penetrándose él mismo, sentándose por completo en mi intimidad y cabalgándome. Primero lento… pero cada vez fue cogiendo más velocidad y llegó un momento, en que mis manos se colocaron en su cintura y le ayudé con el movimiento clavándole más en mi pene erecto. Tetsu gemía y disfrutábamos los dos hasta que se corrió sin poder evitarlo. Fue el momento en que me levanté con él en la cintura agarrado y lo senté en el borde de la camilla de nuevo para penetrarle aún más hondo.

 

Tetsu se agarró a mi cuello con fuerza mordiendo mi cuello mientras yo con un gran gemido me corría en su interior llenándole entero con mi ser. Esperé un momento hasta que empezamos a respirar con normalidad y salí de él.

 

- ¿Estás bien? – le pregunté preocupado.

 

- Sí – me dijo con su cara inexpresiva de siempre.

 

- Yo… se suponía que venía a decirte mis sentimientos pero… creo que me he pasado un poco.

 

- Me ha gustado – me dijo con una leve sonrisa – me ha gustado como los has demostrado, yo también siento lo mismo pero… yo también quiero entrar – dijo dudando - ¿Por qué eres el único que entra en mí? – preguntó extrañado y yo me estremecí.

 

- ¿Hablas enserio?

 

- Sí… - me dijo – quiero estar contigo y quiero ser tuyo siempre pero… al menos quiero probar a entrar aunque sea una vez en la vida.

 

- Está bien, te dejo – le dije algo sonrojado por la petición – pero si esto lo cuentas a alguien te mataré – le comenté mientras le masturbaba un poco más y me preparaba la entrada.

 

Tetsu no tenía para nada un miembro pequeño, era bastante interesante, así que entre los dos me preparó y cambiamos posiciones dejando a kuroko que entrase en mí por primera vez en su vida. Dolió un poco y cuando ya estuvo en el fondo… la puerta se abrió dejándonos ver a Kagami que se quedó con cara de asombro y se le cayó el refresco que creo… traía para su compañero.

 

- Lo siento – dijo cerrando la puerta.

 

- Creo que tenías razón... esto lo curaba todo - me dijo en referencia a su tobillo y a su trasero.

 

Madre mía… ¿Podía haber algo peor que Kagami viera como Tetsu me penetraba? ¿No podía haber visto lo de antes? Era increíble pero cuando Tetsu terminó, ambos sonreímos y supongo… que esto sería una nueva anécdota para contar en un futuro, a ser posible… un futuro lejano para que no me muriese tanto de la vergüenza. Al fin y al cabo… esto sólo había sido un “Baloncesto en tensión”

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).