La discusión que habían tenido Mello y Elle no se iba de mi mente, había sido un poco ridículo el hecho de que Elle me llevó a la otra sección de la habitación para que no escuchara su conversación, pero... no pudieron controlar su tono de voz.
El sonido de las teclas se escuchó en mi habitación, había tomado “prestada” la portátil de Mail. Jugaba uno de los tantos videojuegos que tenia descargados, mientras analizaba la información sobre los temas que rodeaban la relación que mantenía con Mello; Incesto, pedofilia, corrupción de menores y abuso infantil, quizá con eso podría entender mejor las cosas… y así saber si Mello podría estar en problemas serios.
Me sentía un poco tranquilo pues según la definición de bastantes páginas consultadas, no había abuso ni corrupción infantil, aunque para ser sincero necesitaba la ayuda de un adulto para entender mejor un tema que llamó mi atención y que en cierto modo me preocupaba… La pedofilia.
Era cierto que Mello era mucho mayor que yo y debido a i corta edad, podrían acusar a ello de eso, pero él no me había hecha da malo y según lo que sabía, todas sus novias habían sido de su edad ¿podría considerársele como ese tipo de personas? Estaba realmente confundido, no quería que Mello se metiera en problemas por mi causa…
Pero ¿A quién podía dirigirme? Ninguno de los adultos que estaban cerca de mí, tomaría las cosas con calma.
Mire el reloj de la barra de tareas, la dos de la madrugada, fije mi vista en la parte baja de la puerta, la luz se filtraba, alguien seguía despierto. Cerré la portátil, quería agua, el calor que sentía me había provocado sed, y todo por estar cubierto con las sabanas de la cama.
Salí del cuarto, la voz de Beyond y nuestra madre se escucharon, fui a donde las escaleras y las baje cautelosamente.
— ¿Cómo te atreves a llegar a esta hora? ¡Estaba muy preocupada por ti! Y ¡Mírate! ¡Estas intoxicado con alcohol!
— ¡No grites! ¡Eres tan molesta!—Las palabras eran un poco arrastradas— ¡Lo único que pides hace e tu inútil vida es joder! —Estando en el último escalón, vi a mi madre bofetear a Beyond, el colocó su mano en su mejilla.
— ¡No me hables de esa manera!—Un silencio bastante tenso se generó.
— ¡Mamá!— grite para interrumpir, me pareció que Beyond tenía intenciones de golpearla.
, ambos me miraron con sorpresa.
—Nate, mi amor ¿Qué haces despierto a estas horas?— mamá hiso a un lado a Beyond, se acerco a mí y abrazo fuertemente.
—Tengo sed.
—Vamos a la cocina...— Me tomo de la mano y comenzamos a caminar, al pasar cerca de Beyond pude notar que tenía unos golpes en el rostro. El me dio la espalda y subió las escaleras, con torpeza. — ¡Aun no hemos terminado de hablar! ¡Beyond!— Mi madre me soltó rápidamente y también subió las escaleras, poco a poco los gritos se fueron alejando. Tome un mechón de mi cabello y comencé a retorcerlo.
Entre a la cocina, acerque un banco a la vitrina que estaba aun lado del refrigerador, era una persona alta pero no lo suficiente como para alcanzar los cajones que prácticamente rozaban el techo. Subí, abrí una de las puertas y saque un vaso.
Al momento de bajar, el banco se tambaleo provocando perdiera el equilibrio, abrace el vaso con fuerza, no quería que se rompiera, cerré los ojos y repentinamente sentí como unas manos tocaron mi espalda deteniendo mi caída.
— ¿Te preocupa más un vaso?— Abrí inmediatamente los ojos al escuchar su voz.
— ¿Qué haces despierto a estas horas?—Sonrió levemente
—Eso mismo te pregunto, deberías estar durmiendo…— Mello saco otro vaso de la vitrina, lo mire con un poco de molestia ¿Me estaba presumiendo que él alcanzaba el cajón? Baje del banco, esta vez sin accidentes.
Una vez que nos servimos jugo de naranja, ambos nos sentamos en la pequeña mesa que había. Donde según el personal comía.
—Near… — gire levemente mi rostro para mirar a Mello, se encontraba sentado a mi lado.
— ¿Si?
—Tú… ¿Te sientes inseguro estando conmigo?
—No— di un pequeño sorbo a mi jugo
—Bien… ¿Crees que esto es… incorrecto? Si tú quieres alejarte de mí, por mí… no hay problema, bueno no me gustaría que terceras personas nos separe… ¿Me explico?
—Mello, no soy un tonto…—guarde silencio por unos segundos— aunque...—susurre levemente
— ¿Aunque?
—creo deberíamos no estar tan cerca, la tensión que ahora hay entre Elle y nosotros es estresante. Así aclararemos nuestros sentimientos, si es que estamos confundidos. —Mello agacho el rostro
— ¿Cómo es posible que un niño de nueve años piense mejor que yo?
—No te molestes por ello, no es tu culpa…— volteo a mirarme molesto— Lo que sucede es que te dejas llevar por tus emociones.
—Y tú no tienes…—Lo mire seriamente, tome el vaso con jugo y le derrame el liquido en su cara. — ¿¡Que es lo que te pasa!?— se levanto rápidamente en busca de una servilleta, me pare y coloque el vaso en el fregadero. Salí con calma de la cocina. Mello era realmente un tonto.
Al entrar a mi habitación tome la portátil de Mail, apague el equipo y volví a salir para dejarla en su sitio. Una vez devuelta, fui a mi recamara para dormir.
De un cerrar y abrir de ojos ya eran las 7 de la mañana. Era tiempo de levantarme y alistar para ir a la iglesia.
Realizar la rutina matutina me pareció un poco aburrida, lavarme los dientes, bajar a desayunar, escuchar las discusiones de Mail y Mello por la cantidad de cereal que se servían, bañarme y finalmente vestirme de manera “respetable”.
Estábamos los tres esperado a que nuestra mare y Beyond bajaran, Mail como siempre, jugaba con su psp y Mello cambiaba de canal a la televisión. Con la ropa formal que ahora esos dos portaban precian ser personas más calmadas e incluso centradas.
Escuche los pasos de nuestra madre bajar, dirigí mi vista a las escaleras. Beyond estaba detrás de ella.
—Bien mis niños, vámonos. — sonrió levemente. Como siempre, Watari nos llevo a la iglesia, me parecía curioso que le llamáramos así cuando su verdadero nombre era Wammy.
Llegamos a la iglesia, varias personas estaban afuera, conversando, algunos al que igual que nosotros había llegado. Mamá se acerco a un grupo de adultos, mientras que los cuatro nos quedamos ahí, apartados de los demás.
— ¿Qué te paso?—Mail cuestiono a Beyond, el solo lo miro seriamente— Tu cara… tiene unos moretones...
—Creo es evidente que he peleado con alguien…
—Oh... ya. ¿Y por qué?
—Deja de ser un metiche.
—Lo siento— las risas de los demás niños se dejaron escuchar, Mamá se acerco a nosotros.
—Vamos a dentro, no quiero estar cuatro horas parada, por cierto Beyond hable con el líder de los jóvenes, le dije que estas libre para ayudarlos en lo que necesite—
— ¿¡Qué!? ¡No voy a ayudarle! Estoy muy ocupado
— ¿Ocupado en intoxicarte? Hijo, ese no es un buen camino…
— ¿Lo dices por experiencia? —Mail y yo lo miramos con sorpresa, Mello con indignación.
—No te conté eso para que lo usaras en mi contra. — Mamá dio la espalda y comenzó a caminar, Corrí para alcanzarla, la tome de la mano, los demás iban detrás de nosotros.
Una vez a dentro tomamos lugar en los asientos de en medio, la iglesia era bastante grande pero en los últimos días el número de personas que ingresaba habían aumentado y eso provoco que no hubiera suficientes asientos. Al poco tiempo las personas comenzaron a entrar, el padre entre ellos se dirigió a enfrente.
—Near, ve con los demás niños—dijo mamá sin mirarme, asentí y me levante del lugar, camine por el pasillo que había entre la pared y las sillas. Cerca del padre un pequeño grupo de niños se reunían.
—Hola Nate— me saludo Esmeralda una de las pocas niñas que aun lo hacía
—Hola—torcí levente un mechón de cabello
— ¿Que crees que hagamos hoy?
—Lo de siempre… ¿Qué más podríamos hacer?—Ella me miro con extrañeza y se giro poco a poco para después alejarse de mí.
Después de unos minutos, todos los que estábamos ahí, nos dirigimos a un salón, por decirle de alguna manera, donde nos enseñarían acerca de la palabra de Dios, de forma sencilla que nosotros pudiéramos entender mejor.
Habían niños de seis a diez años, fui con los niños de mi edad, ellos se sentaban cerca de la ventana, regularmente las mesas eran compartidas por cuatro o cinco niños.
— ¿Está ocupada?—señale el asiento que estaba a un lado de Esmeralda, ella negó.
—Si está ocupada— Pronto Christopher, se acerco y colocó su mochila en el asiento
— ¿por quién?
—Por mi mochila ¿No ves?
—Si veo, pero estoy seguro que la bolsa no necesita el lugar, para eso están los estantes…—señale el pequeño mueble que estaba al fondo de la habitación.
—Pero que tonto eres…
—No lo soy.
— ¡No te queremos aquí! ¡Eres raro!
—No soy raro, solo soy yo. —Lo mire extrañado. Repentinamente sentí como alguien tocaba mi hombro, gire levemente mi rostro para saber de quien se trataba.
— ¡Hola nubecita!
—Hola Jeremy…—Susurre, él era tres años menor que yo—Siéntate conmigo, tengo algo que enseñarte
—Esta bien— ambos fuimos a otra mesa, no muy lejos de los otros
—Mi mama me compro unos plumines que cambian de color
—¿En serio?—Lo mire interesado, mientras tomábamos asiento
—Si— saco de su pequeña mochila una caja de colores, después la abrió y de ahí sus plumines
—¿Dónde los compro tu mamá?—Pregunto Isabel
—No sé, mira nubecita, primero pintas con el color que quieras—tomó el plumón de color naranja—¿Tienes una hoja?— Me levante y dirigí al estante donde se guardaban las hojas, lápices y colores, tome una blanca y volví con ellos
—Toma.— comenzó a dibujar una manzana
—Después con el plumón mágico, le dibujas una cara y se pondrá de colores— Mire atentamente como pasaba el plumón para dibujarle una cara, sus ojos se colorearon de un rosa.
— ¡Wow!—
— ¿Puedo probarlos?— Pregunto Alberto
— ¡No! ¡Porque los vas a perder! Tu si puedes nubecita— me dio todos sus plumines y la hoja
—Eres un envidioso ¡te vas a ir al infierno!— jeremy le saco la lengua a Alberto,
—Bien niños, espero hayan tenido un estupendo día, hoy quiero hablar sobre las mentiras, sé que muchos de aquí ya saben lo que son, pero hay unos pequeñines aun que no lo tienen en claro.
Mientras que Miriam daba su introducción, tome uno de los plumines y comencé a dibujar un gato, o por lo menos lo intentaba. Jeremy miraba mis dibujos extraños
— ¿Es una calabaza?—susurró
—Es un gato…— Jeremy se echo a reír, todos nos miraron. — ¡Es una calabaza!
—Nate, Jeremy ¿Están poniendo atención?
—Si—dije
— ¿En verdad? ¿Qué fue lo que dije?
—Las mentiras también son pecados…
—Bien, pero para la próxima rían en voz baja—asentimos suavemente
—Miriam tengo una duda
— ¿Qué sucede Alicia?
— ¿Las cosas que se ocultan también son mentiras?
—Por supuesto que lo son…
— Pero tengo entendido que las mentiras son distorsiones de la realidad… O también pueden ser cuando se toma como verdad algo falso o ficticio. —guarde silencio por unos segundos, para después continuar— Si lo está ocultando, en ningún momento esta alterado la verdad… —
—Bueno si y no—dijo un poco nerviosa
— ¿Cómo?— La mire confundido
—Verás Nate, puede parecer que no le estas mintiendo a nadie pero… solo te mientes tu al creer que no lo haces, una mentira también oculta la verdad… Además recuerda que Dios siempre sabe lo que haces, piensas o sientes, no hay nada que se le pueda ocultar.
— Y si lo haces para no lastimar a alguien que quieres ¿A Dios le molestaría?
—Creo que si, ya que… siguen siendo mentiras, como bien dicen, “el fin no justifica los medios… “ Nate ¿Qué te paree si hablamos de esto al terminar?—sonrió amablemente y después continuo con el tema.
Después de una hora salimos al jardín que se conectaba con nuestro salón, pronto comenzaron a reunirse en grupitos, yo me acerqué a Miriam. Quería continuar hablando con ella, quizá podría ayudarme con la duda que tenía. Se encontraba sentada bajo una jardinera, tenía su celular en la mano.
—Miriam… ¿podemos continuar?—Me miro rápidamente
—Nate… me gustaría poder hablar, pero… tengo que irme, me ha surgido una emergencia pero Esteban va a venir a cuidarlos, si quieres puedes ir con él. — revolvió mis cabellos y se fue de ahí, la vi alejarse, no le quite la mirada de encima, pronto vi con un chico se acerco a ella, la abrazo y beso rápidamente. Poco a poco se alejaron.
Una de las cosas que detestaba de los adultos era que nunca me tomaban en serio, solo por el simple hecho de yo ser un niño.
Siempre diciendo que harían algo pero no lo hacían y después me daban algún obsequio como para disminuir su culpa…
como cuando quería contarle a mamá sobre lo que me hacían algunos compañeros de clases pero siempre interrumpían nuestra conversación sus importantes llamadas telefónicas.
Cuando papá decía que iría pronto a casa y tardaba más de un mes en regresar, siempre con una sorpresa para todos…
Como Mail cuando le pedía me explicara algo que en verdad no entendía, pero siempre me decía que después y eso se convertía en un nunca o como con Mello, prometiéndome no ofenderme más pero a los pocos minutos ya lo hacía… Siempre mentían… y ellos diciendo que mentir es malo.
Me sentía realmente enojado, necesitaba de la ayuda de un adulto y ellos no se interesaban en lo más mínimo.
— ¡Hola Nate!— voltee a mirar a mi izquierda, era Esteban quien me llamaba— ¿Cómo estás?
—Mal…—susurré levemente, el me miro con cierta preocupación pero a los pocos segundos un timbre sonó, saco rápidamente su celular y lo contesto.
—Espera…— cerré mis puños con fuerza y Salí corriendo de ahí.
Entendía perfectamente que muchas veces, surgían cosas de improviso y no se podía tener una conversación pero tratarme de manera que hace me sienta un estorbo... ¡Me molesta en sobre manera!
Como no andaba mirando al suelo, no me di cuenta de la persona que estaba frente a mí, choque con ella y caí al suelo por el rebote.
— ¡Near perdón!—Mail me ayudo a levantarme. — ¿Qué sucede? ¿Otra vez te molestaron esos mocosos?
—No
— ¿Entonces?
—Necesito un consejo. — Lo mire seriamente, el suspiro levemente
—Bien, pero vamos a un lugar menos poblado— Me tomo del hombro y ambos nos fuimos de ahí
Estamos en el jardín trasero e la iglesia, generalmente no hay personas ahí a esas horas. Nos sentamos en una de las bancas de madera color blanco.
— ¿Cómo es que mamá te dejo salir?
—solo dije que tenía que ir al sanitario… necesito relajarme ¿Qué es lo quieres te aconseje?
—Se que escuchaste la discusión de Mello y Elle…
— ¿Lo notaste?
—Si, dejaste de roncar…cuando duermes nunca paras— Mail comenzó a reírse fuertemente
—Que observador… entonces… ¿es cierto?
—Si… — Lo mire con interés ¿El también reaccionaria como Elle?
—Creo que hasta cierto punto es normal, conozco a algunos chicos que espían a sus hermanas y se paje… solo… espían a sus hermanas mientras se bañan…—
— Entonces ¿crees que este mal la diferencia de edad?
—Digamos que hay parejas jóvenes que el novio le gana a la chica por 6 años— Mail rasco levemente su nuca y me miro nervioso— aunque tú eres pequeño… quizá el tiempo… — guardo silencio, torció levemente la boca— Mejor olvídalo, nunca he sido bueno dando consejos, siempre que alguien me escucha las cosas terminan mal y…
—No, Mail… has tenido una brillante idea
—¿En serio?—me miro sorprendido
— Si, algo que no había notado, quizá era por el estrés que no me dejaba pensar bien las cosas…
—Por cierto… ¿Tu y Mello se han besado?— Lo mire con cierta duda
—Oh ¡Vamos! ¡No le diré a nadie!
—No lo sé, por algo te dicen “boca suelta”
—Eso ha sido accidental... además eres mi hermano, no haría nada que te perjudicara
—Si
— ¿¡En serio!?—el pelirrojo se paro con rapidez del asiento y dio unos cuantos pasos para alejarse de mi, tome un pequeño mechón de cabello y lo torcí. — Supongo que son de primer nivel —susurró levemente— Y… ¿Qué es lo que te hace sentir Mello?
—Un cosquilleo en el estómago, una calidez que me abraza, un poco de pena. Realmente me gusta cuando me abraza y me besa la mejilla, o cuando… me carga y comienza a hacerme cosquillas…
—Realmente te gusta Mello ¿Cierto?
—Supongo que sí, tengo todos los síntomas de una persona enamorada, lo he leído en libros…
—Los libros de eso no sirven para nada, Near…
—Sabia que te encontrarías aquí, escapista. — Sentí un hueco en el estomago al escuchar la voz de Mello. —Aunque debo estar agradecido pues gracias a ti, también pude salir.
—Que bueno por un momento creí me arrastrarías adentro— Repentinamente Mello corrió en dirección a Mail, y lo empujo, ambos cayeron al suelo.
—Vamos Near ¡ayúdame a atrapar a este criminal!—Sonreí levemente, y corrí e dirección a ellos.
Después de nuestro exitosa captura, los tres estamos sentados en la banca, yo estaba en medio de los dos.
—Bueno… creo es tiempo de enfrentaros a mamá…— Hablo Mello con un poco de inseguridad, nos miramos el uno al otro. Habíamos quedado realmente sucios, unas cuantas machas verde y cafés debido al jardín, algo despeinados.
— Pueden decir que se quedaron conmigo... porque los otros niños me molestaron
— ¡Eso me parece una buena idea! Aunque la ropa es lo que más nos preocupa.
—Mail tiene razón…— suspiramos al mismo tiempo.
— Bien, vamos — Mail comenzó a caminar, yo le seguí, pero Mello parecía no querer moverse. Me acerque hasta quedar frente a él.
— ¿Qué pasa?
—Near, lo siento… Sé que tienes sentimientos, es solo que me molesta el hecho que siempre tienes esa cara seria…
—Pero soy así y creo que, debo estar feliz por ello. — Mello me acerco a él con un abrazo fuerte.
—Lo sé… por eso me gusta hacerte cosquillas… es de las pocas veces que escucho tu risa. —Acaricie suavemente su cabello.
—Mello, te quiero…
—Yo no te quiero… yo te amo Near. — Recargué mi rostro en su cabeza
Nuestra mamá se enojo bastante al vernos todos sucios, pero se molestó más con Mello y Mail porque eran los mayores y no se comportaban de su edad. Salimos temprano de la iglesia, Beyond se quedó, pues tenía que ayudar al líder de los jóvenes.
Mamá había planeado llevarnos de visita con la tía Emi pero debido a que tuvimos que volvernos a bañar y vestirnos, mamá opto por dejarnos, para evitar llegar tarde. Durante el resto del día estuvimos en la sala viendo películas y comiendo bastantes golosinas, sobretodo chocolate.
Eran las ocho de la noche cuando escuchamos la puerta principal abrirse, Elle había llegado a casa, nosotros aun seguíamos en la sala terminando de ver una película de terror.
—Si tienen pesadillas no quiero que vayan a mi cuarto…— Hablo Elle, todos lo miramos, estaba detrás del sillón, recargando sus manos en la cabeza de Mail y Mello.
—No voy a tener pesadillas…—susurró Mello
—Ya estoy grande como para temer a eso…— Mail parecía un poco inseguro.
— ¿Y mamá?
—Salió— respondí
—Bien… Mello, Near. Subamos a mi cuarto, tengo que hablar con ustedes.
— ¿Me van a dejar solito?
—Puedes ver en internet My Little Pony—Dijo Mello, al instante que golpeaba lanzaba un cojín para golpear a Mail.
Cuando estuvimos en la habitación de Elle, se creó u ambiente un poco tenso, estamos sentados en el suelo, Mello aun lado de mi y elle frente a nosotros, yo jugaba con un mechón de cabello.
—He estado pensado en lo de ustedes y he llegado a una solución… no me gusta la idea de que salieran heridos... que mamá salga herida… en resumen que ningún integrante de esta familia salga lastimado— guardo silencio, coloco su dedo pulgar en la boca y acaricio sus labios fugazmente—Además no me gustaría acabaran como él…—
— ¿ÉL?—cuestionó Mello, Elle asintió levemente.
—Puedo saber cómo es que se sienten en estos momentos…
—No creo que sepas como me siento— hable, me miro detenidamente— Antes de que digas tu solución, solo quiero que sepas que en ningún momento me pediste opinión… Solo dijiste que estaba mal, que seguramente eran confusiones, que tan solo soy un niño. —Suspire levemente— Se que tengo nueve años, pero si me explicaras podría entender, solo quisiste mantenerme al margen por temor a lastimarme pero… eso me lastima más. —Solté el mechón de cabello con el que jugaba—No subestimes a un niño Elle…
—No era mi intención… hacerte sentir así. Lo siento.
—Lo sé… pero también he llegado a una conclusión con ayuda de Mail
—Si escucho…—susurro levemente Elle.
— ¿En verdad?— me miro extrañado Mello
—Dejar que el tiempo pase y cuando sea más grade y si es que Mello sigue disponible… continuar con esto—sonreí levemente, Elle me miro con un poco de sorpresa pero después correspondió mi sonrisa.
—Justo es lo que iba a decir… Entonces ¿Qué opinas Mello?— Ambos lo miramos.
—Y había pensado en cosas más extremistas… pero esa idea me gusta más… ¿Y como que disponible?
—Tu eres un muchacho muy noviero…—dije
— ¡Eso no es verdad!
—Si lo es— interrumpió Elle— Pero… quiero que sepan algo, Piensen en todas las consecuencias que eso podría traer si ustedes deciden continuar con esto a futuro. No será fácil enfrentar a Mamá… y no solo a ella… a muchos otros, el pensar de un individuo no se puede cambiar de la noche a la mañana… —dio un pequeño suspiro— En resumen, Ustedes tendrán mi apoyo siempre y cuando las cosas estén en orden…
—Eso quiere decir que no nos vamos a alejar ¿cierto?—Elle miro a Mello un poco serio pero después sonrió— Es solo para asegurarme si entendí bien…
—Exacto. Solo pido que no se besen y cosas de esa índole.
—No te preocupes por eso
—Hablo enserio Mello
—Lo sé.
Me puse en pie rápidamente y fui hasta Elle para después abrazarlo tímidamente, correspondió a mi abrazo, poco después sentí como es que Mello se unía al abrazo.
— ¡Abrazo grupal!— Los tres miraros la entrada de la habitación Mail corría en dirección a nosotros, absolutamente todos terminamos en el suelo…
Mello y yo nos miramos, pues habíamos quedado cerca, el extendió su mano y yo la tome, sonrió levemente.
Realmente me gustaba su sonrisa