“Sonríe mientras puedas Stark….Steve es mío”
Peggy apenas si tocó su comida ya que todos sus sentidos estaban más ocupados y enfocados en la pequeña atmósfera de Steve y Tony, de como se veían, se sonreían y de como Steve susurraba al oído dulces palabras al pequeño de ojos chocolate que solo se sonrojaba.
Los adultos muy metidos en lo suyo también, sumamente acaramelados. Por un momento pensó que ella podría estar como ellos algún día solo hay alguien que no debe estar en el plan, Tony Stark debe estar lejos de Steve.
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Al día siguiente
El sol ya estaba colándose por la ventana de la enorme habitación de Steve y Tony, ambos pequeños dormían juntos esta vez en la habitación de Tony.
Con mucha pereza se levantaron y cambiaron no sin antes compartir un abrazo pequeño pero lleno de cariño. Los dos juntos ya se disponían a bajar las escalera para encontrarse con sus padres en uno de los restaurantes del hotel cuando vieron que Peggy corría desesperada hacia ellos.
-Espérenme chicos, quiero ir con ustedes –dijo con una sonrisa la pelicafé-
-Qué tienes Carter, estás extraña –murmuró desconfiado Tony-
-Justo de eso quería hablarte Tony, me he portado muy mal contigo desde que nos conocimos pero eres amigo de Steve así que quiero que nos llevemos mejor. Te pido una oportunidad –juntando sus manos, Peggy miraba suplicante a Tony que estaba totalmente desconcertado con la actitud de su enemiga. ¡Vamos! Se habían declarado la guerra hace un día y ella ya quería abandonar, ¿o tal vez era una trampa? Pero Steve estaba junto a él, era mejor guardar las apariencias por ahora.
-Claro Peggy, un nuevo inicio –sonrió el pequeño con todos esos pensamientos que le confundían. Le ofreció su mano a la niña pero no esperó que ella se le lanzara encima y le abrazara efusivamente repitiendo “gracias” una y otra vez, apenas si pudo corresponderle.
Steve por su lado sintió una ligera punzada de celos al ver como su amiga se lanzaba hacia el pequeño que le hacía perder la cabeza, pero pronto se calmó esperando que esos dos pudiesen llevarse bien.
El abrazo culminó y ahora los tres niños se dirigían al restaurante donde compartieron la feliz noticia, bueno fue Peggy quien habló de ello casi todo el desayuno mientras que Tony le buscaba la trampa a todo ese show de las disculpas y la “amistad” de Peggy.
Pronto todos terminaron de desayunar, María y Elianne acompañarían a Ivan y Howard a una importantísima reunión para discutir temas sobre el hotel pero dejarían a un equipo de seguridad especializado para que cuidase a los niños, claro desde una distancia prudente para que estos no se espantaran al verlos, además contaban con toda la seguridad del hotel a su disposición. Antes de partir llevaron a los niños al área de recreación donde podrían gozar de distintas actividades que los mantendrían ocupados hasta que sus padres volviesen.
Los tres niños se despidieron y procedieron a adentrarse a la enorme salón con sectores exclusivos y diferentes actividades. A pedido de Steve fueron primero al sector de arte, pintura y dibujo aunque eso no le fuera del todo bien a Tony.
Steve y Peggy se pusieron a dibujar distintas partes del hotel o lo que más les gustaba de sus habitaciones, reían y compartían sus diseños o agregaban detalles al del otro. Tony solo intentaba dibujar no tan bien la hermosa vista que tenía su habitación con el puerto, pero bueno el asunto iba más o menos.
-Chicos, ¿no podemos hacer otra cosa?-preguntó un poco aburrido Tony ya que llevaban como media hora en la misma actividad
-Tony pero esto es divertido –le sonrió Steve acariciando su cabello, ante eso Tony sólo frunció el ceño ya que el estaba marginado mientras que él y Peggy lo gozaban-
-Pero…Steve
-Está bien, cambiaremos de actividad en un momento. Iré a buscar otros colores para terminar mi dibujo enseguida vuelvo –dicho eso el niño de ojos azules salió corriendo para tomar más colores mientras que otros niños también se apresuraban por hacerlo-
Peggy y Tony estaban solos de nuevo, mientras que la castaña coloreaba felizmente su dibujo Tony la miraba intrigado
-¿Puedes sujetar un momento mi dibujo Tony? Necesito colorear las esquinas inferiores y quiero usar acuarela, solo sostenlo–dijo nerviosa la pelicafé-
-Claro, porque no –dijo Tony sujetando el papel-
Peggy volvió con las acuarelas y de la nada las arrojó sobre Tony y el dibujo de ella misma causándole una confusión absoluta al castaño.
-¡Pero qué te pasa Carter! –dijo enfurecido Tony al estar manchado con la pintura y aún sujetaba el papel-
-Venganza –susurró ella-
Justo después de eso jaló a Tony para que quedase encima de ella mientras jaloneaban el papel, Tony buscaba quitarse de encima de la niña e intentaba calmarla poniendo sus manos cerca de su rostro para que reaccionara pero la pelicafé solo pataleaba mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Rápidamente los niños empezaron a amontonarse alrededor de ellos y Steve volvió para abrirse paso entre ellos y ver como Tony jaloneaba lo que parecía el dibujo de su amiga y le gritaba cosas que no entendía por el bullicio que se había armado. Por otro lado la castaña se removía y pataleaba pero un momento, Peggy estaba llorando y Tony le gritaba, el dibujo de Peggy estaba deshecho. No lo pensó dos veces y a paso rápido apartó a Tony de su amiga.
Tony no entendía nada, la loca de Carter inició todo aquello menos mal que Steve llegó de inmediato. Ya estaba por explicarle toda la situación cuando el rubio le miró totalmente enfadado y en vez de ayudarle, fue con Peggy, la levantó y esta rápidamente se acomodó entre los brazos del niño llorando como si no hubiera un mañana.
-Tranquila Peggy, todo está bien ahora –le susurraba Steve acariciando su cabello y abrazándola-
-Fue..fue Tony, sólo le pedí que sujetara mi dibujo mientras traía las acuarelas y cuando volví con ellas, él me las lanzó por todo el cuerpo y empezó a rociarlas por todo mi dibujo, cuando intenté quitárselas me aventó pero yo seguí intentando que me lo devolviera mientras que el me gritaba que no lo haría-dijo entre sollozos Peggy Carter mientras temblaba en los brazos de Steve-
-¡Oye!¡Mentirosa, lo inventaste todo! –le gritó Tony bastante alterado y luego vio que fue una mala decisión porque la pequeña sollozó más fuerte y la mirada de Steve sobre él era más severa- Por favor Steve, no le hice nada lo juro. No tenía por qué hacerle todo eso, ella empezó con todo este revuelo, yo sólo…
-Tú qué Anthony, en serio cómo pudiste hacerle esto a Peggy. Ella es una niña, no tenías por qué empujarla ni arruinar su dibujo, si no te gustaba esta actividad pues pudiste haberte cambiado y no herir a alguien inocente que justamente hoy te pidió disculpas y quiso enmendar las cosas contigo. Eres sólo un niño mimado con malos modales y que se cree superior a todos nosotros –le gritó Steve sin dejar de abrazar a su amiga que en sus adentros sonreía-
Las lágrimas ya se acumulaban en los ojos del pequeño Tony, pero ni eso conmovió a Steve ya que le seguía mirando con reproche, Peggy seguía llorando pero sólo vió de reojo a Tony y esbozó una pequeñísima sonrisa de triunfo. Tony contuvo sus lágrimas
-Muy bien entonces. ¡Si no me crees quédate con ella, jueguen a ser Ken y Barbie en su mundo de idiotas perfectos!-les gritó a ambos para posteriormente salir corriendo como alma que lleva el diablo.
Steve sólo sintió dolor en su pecho al escuchar esas palabras pero decidió ignorar ese dolor ya que Tony se había sobrepasado con su amiga al hacerle eso, se dedicó a ayudarla a salir de allí, llevarla a lavarse y luego a su habitación.
“Porqué lo hiciste Tony, porqué”
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En las afueras del hotel
Tony seguía corriendo mientras que detrás de él también lo hacía Stefano, el joven chofer que había visto salir al primogénito de su jefe salir corriendo como endemoniado mientras que el equipo de seguridad iba tras él. Logró convencerlos de que lo dejaran tratar con el niño ya que ellos se veían bastante torpes como para manejar situaciones emocionales.
-¡Hey! Piccolino, deja de correr. Eres muy rápido –dijo con la respiración entrecortada Stefano-
-Porqué me seguiste, idiota –dijo el niño sin voltear a ver al joven-
-Te vi salir corriendo del hotel y también te vi llorando –le dijo comprensivo el mayor-
Tony de inmediato se lanzó a los brazos del mayor que lo recibió y abrazó con fuerza y daba leves palmaditas en su espalda, susurrándole que todo estaría bien. Se quedaron así un momento hasta que Stefano decidió llevar de vuelta al hotel a su pequeño amo, pero el niño se mostraba bastante reacio a querer volver.
-No quiero volver al hotel –dijo casi queriendo volver a llorar el pequeño-
-Pues…podemos volver por la limusina y te llevo a dar un paseo. Nápoles es hermosa y no han salido del hotel. Así que… ¿Qué opina Joven Stark? –le dijo en tono divertido para que el pequeño se animara-
-Mientras sea lejos del hotel, pues vámonos –dijo ya decidido Tony-
Fueron rápidamente por la limusina, Tony iba en el asiento delantero mientras que Stefano le señalaba los maravillosos lugares que habían en la ciudad. Anthony miraba embelesado todo aquello mientras sonreía y olvidaba el incidente que había tenido con Steve poco antes.
Stefano se detuvo en la Villa Communale luego abrió la puerta para que Tony bajara. El pequeño estaba contento de ver todo ese hermoso lugar lleno de estatuas, fuentes y árboles realmente bellos. Una vista por demás impresionante y muy agradable para relajarse bueno para él más que todo olvidar su pleito con Ken y Barbie.
Tony se sentó en una de las bancas del lugar mientras esperaba que Stefano le trajera un helado de chocolate. De la nada una pelota lo golpeó en la cabeza y tras de ellas venía un niño de cabellos rizados color café, muy bonitos al parecer de Tony.
-Disculpa, disculpa, no fue mi intención golpearte – se disculpó aquel niño precipitadamente mientras que intentaba que sus lentes no se cayeran-
-Tranquilizate ehm…No sé tu nombre –se rascó la cabeza Tony-
-Bruce, Bruce Banner –dijo un tanto cohibido el otro niño-
-¡Hola! Soy Tony Stark y quedas disculpado. Si quieres siéntate conmigo –le ofreció-
El niño ya iba a responder cuando llegaron otros tres más, un niño rubio con ojos verdes, otro de cabello platinado con ojos azules claro y una niña pelirroja con unas pecas graciosas.
-¿Quiénes son todos ustedes?
-Uhm chicos….Este es Tony Stark –lo presentó Bruce-
-Soy Pietro Maximoff –se presentó el niño platinado con su fuerte acento rumano que le hizo a gracia a Tony-
-Virgina Potts. Pero todos me dicen Pepper, puedes llamarme así, si gustas
-Clint Barton –dijo sonriendo a todo dar el de ojos verdes-
En ese momento llegó Stefano con el helado
-Ya consiguió nuevos amigos Joven Stark –sonrió- Creo que tendré que traer más helado –susrró apenado el mayor-
- No te preocupes Stefano. Come tu el helado yo quiero jugar con mis nuevos amigos –sonrió Tony para lanzarse a jugar con la pelota con todos los niños mientras Stefano los observaba-
Los niños corrían alegremente mientras que algunas veces caían y misteriosamente Clint siempre era sobreprotegido por Maximoff que lo ayudaba en todas las ocasiones y Tony podría jurar que a veces le miraba como el niño Barbie le miraba a él, pero también veía como Bruce quería tomar partido de la situación y en ocasiones ambos Bruce y Maximoff parecían pelearse por Clint que solo sonreía sin ser muy consciente de lo que los otros dos se traían con él. Pepper solo los miraba y platicaba con Tony sobre ellos mientras reían por las ideas que sus mentes generaban al pensar que un día Maximoff y Bruce harían una competencia por Clint.
-Sería un duelo a muerte –se reía a carcajadas la pelirroja junto con Tony mientras que los otros seguían jugando-
Pronto llegó la noche y los niños tuvieron que despedirse, Tony pudo ver que todos eran de buena familia ya que venían lujosos coches a recogerlos mientras él se despedía con la mano. Había quedado con ellos para el siguiente día pero un lugar diferente un castillo famoso de Nápoles. Stefano lo llevó de vuelta al hotel y Tony corrió a su habitación esperando que Steve no estuviese allí pero la suerte lo odiaba él estaba ahí.
-Tony al fin volviste, estaba preocupado por ti.- le dijo el rubio buscando abrazarlo-Tony rápidamente se removió y lo alejó de él muy molesto.
-No quiero hablar contigo Rogers. –dicho eso se encerró en el baño y se duchó-
Después de la ducha, entró su madre a la habitación mimandolo y avisándole que habría una fiesta de bienvenida en el hotel y que debía ponerse un traje para salir, así también se lo dijo a Steve. Ambos se alistaron por separado y Tony salió primero sin esperar a Steve que estaba devastado por la actitud de Tony hacia él pero esperaba que pronto todo volviera a la normalidad.
Tony recorría el salón principal buscando distraerse cuando divisó esos rizos inconfundibles y fue tras el niño.
-¡Bruce!-le gritó efusivamente al niño que rápidamente volteó y le sonrió-
-Vaya Tony, no pensé que te vería aquí. ¿Te hospedas en el Romeo?
-Mi papá es dueño de este hotel y de varios en el mundo. Soy un Stark ¿recuerdas?
-¡Claro! Ya decía que tu apellido se me hacía muy conocido
-¿Y tú? Tu padre o tu familia, ¿a qué se dedican?
-Oh pues papá está en el negocio de la seguridad tecnológica en los diferentes establecimientos de entretenimiento. ¡Él es el mejor!
-Woow, no tenía ni idea. No me digas..él diseño el sistema de seguridad de Romeo –dijo casi sin creérselo Tony-
-Pues sí Tony, por eso estamos aquí. Un día seré como papá –dijo Bruce, hinchado de orgullo-
-¡Seguro, amigo! ¡Trabajaremos juntos y haremos grandes cosas! –le respondió Tony mientras ambos estrechaban sus manos alegremente-
Steve recién había bajado y buscaba a Tony cuando lo vio muy feliz tomándole la mano a otro niño, eso lo puso furioso ya que su pequeño se veía sumamente cómodo y alegre junto a ese niño. No sabía qué hacer, se quedó estático cuando vio que Tony volteó, intercambiaron por unos segundos la mirada pero Tony volvió a darle la espalda y se perdió entre la gente junto con el otro niño.
“Tony...perdóname”
El dolor en el corazón de Steve se intensificó y sólo se quedó ahí parado…mientras que Tony se alejaba