Se sentaron por unos minutos en silencio bajo la sombra del árbol, ya empezaba a ocultarse el sol pero aun así el follaje proporcionaba la frescura necesaria. Se tomaron de la mano mientras recargaban la cabeza sobre el tronco. El silencio entre los dos era agradable pero había cosas que a ambos les daba vueltas en la cabeza
-¿pudiste dormir?
-algo, creí que sería peor a pesar de que las imágenes se repetían
-se de lo que hablas, pase toda la noche viendo exactamente la misma imagen una y otra vez; la maldita bola que se aleja de mi en cámara lenta. Aun ahora sigo viéndola.
-deja de atormentarte, aun tenemos cosas de que ocuparnos
-ja, ¿ocuparnos? Se te olvida que a partir de pasado mañana ya no tendremos nada que hacer en las tardes, el beisbol ya no formara parte de nuestras vidas
-ahí es donde te equivocas. Si, es cierto que se termino con Seido pero aun nos queda decidir qué vamos a hacer ahora
-¿en serio ya comenzaste a pensar en eso?
-en realidad no lo había hecho pero papá lo menciono en la mañana y pues tiene sentido. ¿Qué vamos a hacer? Esta la universidad o tal vez alguna oferta para jugar con un equipo
-¿crees que tengamos algo de eso? no llegamos al… bueno no creo que haga falta que lo diga
-seguro.
-mmm lo tendré en cuenta
-no es precisamente la respuesta que espera, sobre todo de ti
-no puedo ser tan efusivo como antes –Yuuki se enderezo y coloco sus manos sobre las mejillas del otro mientras lo miraba seria y fijamente
-escúchame bien Jun, no se te ocurra dejar de ser la persona que hasta ahora has sido, no por algo como esto –Isashiki le dedico una sonrisa de lado
-confiemos en que es algo temporal.
Sin darse cuenta había anochecido, desde el parque sus respectivas casas estaban en direcciones contrarias. Con un rápido beso se despidieron, se desearon buenas noches y prometieron verse a primera hora en la escuela.
Cuando Jun regreso a su casa, su padre ya había llegado. En cuento se oyó la puerta abrirse Yumiko salió de la cocina con dona en mano, lo barrio de arriba a abajo y levanto una ceja.
-espero que Yuuki te diera la paliza que te merecías. ¡Mamá ya llego!
-¡Oye! deja de gritar y yo no me merecía ninguna paliza, estás loca. -Takao apareció desde la sala con Midorima a su espalda.
-Jun ¿todo en orden?
-si, mamá. Todo… bien supongo.
-tu padre trajo donas.
-bien. Tomare un baño y después bajo.
Los tres lo vieron meterse en su habitación, Takao soltó un suspiro y Midorima apretó su mano con cariño
-dale tiempo, por lo menos lo escandaloso no se le ha quitado
-y ¿tenía que probarlo conmigo? En verdad es un ingrato
-Yumiko, ¿no tienes un manuscrito que terminar?
-¡oh cierto! –se acerco a su padre, le deposito un beso en la mejilla –gracias por las donas –también ella se encerró en su habitación.
Al quedarse solos, ambos regresaron a la sala donde se acomodaron y disfrutaron del silencio mientras Midorima le acariciaba la cabeza al más pequeño.
-lamento que tuvieras que afrontar la noche solo con Jun.
-no podías hacer nada, para bien o para mal la vida sigue. No es como si este tipo de situaciones fueran nuevas para nosotros. Solo que es más duro cuando te toca ver que es tu hijo el que está sufriendo y sabes que no puedes hacer nada.
-el que no estuviera solo ya es hacer algo. Que te tuviera para ocultar su rostro mientras lloraba, a veces es justo lo que necesitas
-¿Cómo lo sabes?
-porque eso me ayudo a mí en aquel año, ambos estábamos sufriendo pero tu compañía me dio la fuerza necesaria para levantarme y pensar cuál era el siguiente paso a dar. De otro modo me habría alejado y encerrado completamente sin que nadie pudiera acercarse.
-aun lo recuerdo, si dolía mucho, sobre todo por ver como los senpais intentaban con todas sus fuerzas mantener el control y no llorar. Sabía que era injusto que yo teniendo otras dos oportunidades estuviera llorando pero no podía contenerme. Me sentía frustrado por no poder callarle la boca al presumido de Akashi y que tu también estuvieras llorando no ayudaba en mucho. –Takao hizo un puchero. Midorima soltó una pequeña risa
-y pensar que es un Akashi el que nos vuelve a poner en esta situación
-ni me lo recuerdes, ese era justo nuestro temor
-¿nuestro?
-si, Kise, Kuroko y yo hablamos de eso. De que parecía un extraño deja vu, enfrentar una vez más a un Akashi.
-con la diferencia de que esta vez estarían en el mismo equipo.
-si algo así. Y mira lo que termino pasando, un Akashi que nos pone en la misma situación que en aquel entonces. Aunque en aquella ocasión algo bueno termino pasando –Los ojos de Takao brillaron y Midorima inclino ligeramente la cabeza ante ese cambio
-¿Qué cosa?
-es día nos besamos por primera vez –Takao se enderezo y besó a Midorima, que lo correspondió encantado. Ambos recordaron todo por lo que habían pasado desde aquel beso hasta ese momento.