Kise estaba dolido, no podía creer que Aomine le hubiera hablado de tal manera. Creía que ya habían progresado, que de algún modo Daiki le, había permitido estar un poco más cerca de él, pero al parecer Daiki no dejaba de ser el mismo idiota.
Una vez en su casa dejo escapar algunas lagrimar, si Aomine era un idiota él era otro por permitir que Daiki se metiera tanto en su corazón. Se tiro sobre su cama y dejo escapar un suspiro. Saco su celular, necesitaba hablar con alguien, lo que no esperaba era que tuviera 5 llamadas perdidas y tres mensajes de su manager, para tanta insistencia algo importante debería estar pasando. Un suspiro mas y se decidió por llamar primero a Kyoko, después podría hablar con Kuroko.
En cuento entro la llamada la voz femenina y apurada de Kyoko resonó
-gracias a dios que contestas, me estaba empezando a angustiar,
-¿qué sucede Kyoko-chan? ¿Por qué tanta urgencia?
-¿tanta? Es que esto es toda una... Espera un momento, ¿estabas llorando? - Kise se mordió el labio, esa mujer era demasiado perspicaz pero no era con ella con la que quería hablar de ese tema
-claro que no, estaba afuera y tal vez me dio un poco de frio y he estado estornudando pero nada mas
- eso es un alivio aunque también tenemos que cuidar de no enfermarte y menos con este notición
- bueno mejor dime que me tienes en suspenso
-pues agárrate Kise; te han invitado a participar en la semana de la moda en Milán para un muy importante diseñador además de una sesión de fotos para una revista de moda de talla internacional, si aceptas nos vamos en 4 días –Aquello era completamente repentino, viajar a Milán por quien sabe cuánto tiempo, no podía negar que llevaba mucho tiempo esperando que algo como eso pasara. De algún modo parecía una señal para poner tierra de por medio y dejar que su mente se aclarara además de que era una oportunidad única en la vida que y le abriría muchas puertas. Parecía que tomar suspiros era muy común para Kise últimamente
-pues entonces prepara las maletas Kioko, nos vamos a Milán –tuvo que alejarse el teléfono por el grito que pego la manager, al parecer le había preocupado el repentino silencio.
-¡oh Kise será increíble! es justo lo que estabas esperando, ya verás como esto es justo lo que ayudara a llegar a otro nivel
-confió en ti Kioko-chan se que tu lo lograras
Prometiendo llamarlo después, con los detalles del viaje y los horarios de las actividades que tendría que realizar en tierras europeas. En cuanto colgó volvió a marcar esta vez a Kuroko, necesitaba no solo hablarle de lo que había pasado con Aomine sino del giro de acontecimientos que se acababan de dar. Esta vez tardo un poco más en contestar pero cuando lo hizo la voz tranquila de Kuroko también lo calmo a él.
-hola Kise ¿pasa algo?
-hola Kurokochii creo que en realidad pasan muchas cosas
-pues decide por dónde empezar
-hahaha creo que eso es lo difícil. Pero tal vez debería empezar con decirte que me voy a Millán en 4 días
-eso es una gran oportunidad, ¿y sabes italiano?
-Kurokochiiii ¿¿¿tenias que preguntar justo eso??? La verdad es que no, bueno poquito
-hahaha bueno mientras puedas pedir comida y preguntar dónde está el baño supongo que estarás bien.
-mooo Kurokochiii, eso no es justo con las felicitaciones bastaban
-sabes que me da mucho gusto, pero imagino que hay algo mas
-mmm, Aomine me dijo que era una molestia y un idiota, supongo que no deja de ser el mismo de siempre.
-te dije que es algo lento, que no seria para nada fácil.
-si lo sé pero parecía que habíamos logrado algún avance. Nos estábamos llevando mucho mejor pero el de buenas a primeras comenzó a gritarme.
-¿estás seguro que fue de la nada? –Kise reflexiono sobre el comportamiento de Daiki
-mmm tal vez estaba un poco raro desde antes pero no parecía fuera de lo normal
-tal vez algo le está dando vueltas en la cabeza y cuando eso pasa deja de poner atención a lo que lo rodea y tiende a ser grosero con todo mundo, en especial con los que están cerca de él.
-entonces crees que no lo hace a propósito?
-mmm no puedo decir con certeza pero no creo que lo que estés haciendo sea un desperdicio, creo que de todos a los que más trabajo les ha costado asumir que se habían equivocado es a Akashi y a Aomine.
-si lo sé, no es fácil darte cuenta que te alejaste de tus amigos y que dejaste de disfrutar de tu deporte favorito, todo eso lo sé pero siento que a pesar de todo eso el sigue teniendo una barrera conmigo, si hay algo dándole vueltas ¿por qué no decírmelo? ¿Por qué no permitir que yo lo ayude? Eso es lo que me cuesta trabajo entender… eso es lo que termina… lastimándome y sé que soy un idiota por esperar, por creer pero no puedo evitarlo, antes no me di cuenta y permití que nos alejáramos pero ahora que soy plenamente consciente de lo que paso no quiero dejar de intentarlo, aun cuando siento que fracaso como ahora.
-Kise, no te hagas daño, no te deprimas. Por desgracia esto necesita tiempo y tratándose de Aomine, bueno mejor ni te digo, Este viaje te hará bien y también a él, sentirte lejos le dará una lección y una muy buena. El tonto aprenderá lo que significa “no sabes lo que tienes hasta que lo vez perdido”
-hahahaha lastima que no podre ver su expresión cuando eso pase
-le tomare una foto y te la mandare hasta Italia
…
Tal como se lo dijo Kyoko cuatro días después Kise estaba listo para partir y se encontraba en el aeropuerto, los únicos que sabían de su viaje además de su equipo en la escuela eran Takao y Kuroko, que habían decidido acompañarlo para desearle un buen viaje. Kioko les había dicho que estarían fuera un mes completo, ni Kise ni ellos querían dejarlo ir sin desearle la mejor de las suertes.
Tanto Kise como Takao estaban haciendo todo un drama con lágrimas y todo. Kuroko se mantenía tranquilo y cuando aquello comenzó a llamar la atención creyó prudente intervenir
-vamos Takao-kun ni que se fuera a la guerra o no pensara volver
-pero Tetsu-chan ¿qué tal que se encuentra todo un galán italiano y ya no quiere volver? Eso me preocupa
-no creo que pase y en todo caso tienes el internet para comunicarte con él y obligarlo a regresar
Con aquello los dos recobraron la compostura y se dieron un abrazo grupal diciéndose lo mucho que se iban a extrañar. Cuando por fin llamaron su vuelo, Kise puso su mejor sonrisa y les pidió un favor a sus amigos
-casi lo olvido, si ya saben quién pregunta por mí, no le digan nada, esta lejanía servirá para que me dé cuenta que tanto le importo.
Los otros dos asintieron y vieron como Kise abordaba su vuelo rumbo a Italia.