Kuramochi se esforzaba por controlar los ligeros sollozos que cada tanto se le escapaban, tenía el ceño fruncido y no despegaba la mirada de la ventana. Hiuuga se mantenían en silencio concentrado en manejar, conocía aquella sensación y notaba que su hijo buscaba la forma de poner pies firmes para poder seguir avanzando con el resto del equipo. Para su buena o mala fortuna vivían en la misma calle que Miyuki. Sus padres se conocían desde la preparatoria y ambos niños se conocían de tiempo a tras aunque se volvieron vecinos cuando entraron a la secundaria. Pasaban frente a la casa de su amigo, cuando noto que estaba a oscuras y no había ningún auto aparcado. Kuramochi frunció aun más el seño y abrió la boca con la intensión de quejarse
-ni se te ocurra protestar, cuando salimos del colegio aun se encontraba Kiyoshi aparcado en el estacionamiento, además Makoto me dijo que, así tuviera que arrastrar a Miyuki, se lo llevaría a casa. Así que no creo que tarden mucho en llegar –Youichi soltó una ligera carcajada
-eso me habría gustado verlo
-a mi también –secundo Hiuuga que estacionaba el auto
Kuramochi contemplo su casa y noto que le habían cambiado el color, no recordaba que algo como aquello se lo hubiera mencionado su madre
-¿Qué te parece? –Youichi levanto los hombros ante la pregunta de Hiuuga mientras entraban a la casa.
Riko fue la última entrar porque llevaba el teléfono en mano. Había un cierto calor de hogar que Kuramochi no se había dado cuenta que en realidad extrañaba, pero que no admitiría.
-mmm por cierto, era tu abuelo, dice que si quieres, él lo sostiene mientras tu golpeas al niño bonito de los Akashi
-¡¿aaahh?! ¿Mamá le dijiste al abuelo? ¿No pudiste esperar hasta verlo? –Antes de que pudiera seguir quejándose, Riko ya lo tenía sometido bajo una de sus llaves
-no me hables en ese tono, y no le dije nada, vio el partido por la tele.
Hiuuga había entrado a la cocina por una bebida, guiado por el escándalo regreso a la sala, donde encontró a su hijo en una dolorosa situación, levanto una ceja
-Riko no seas tan cruel, acaba de jugar
Acto seguido soltó a su hijo, que se quejo solo un poco antes de soltar una carcajada
-¿¿esa es una llave nueva??
-no, es la misma de siempre solo que ya te habías desacostumbrado… ahora ¿quieres que te prepare algo para cenar? –tanto padre como hijo se tensaron en el instante, por mucho que ya no fuera un desastre en la cocina, Riko seguía siendo pésima cocinera y lo era aun peor cuando intentaba cocinar para reconfortar a su hijo. Pero ¿cómo declinar su oferta cuando lo miraba directamente y con una mirada de completo cariño?
-no hace falta Riko, ya pedí pizzas de ese lugar que tanto te gusta –Hiuuga había previsto algo como eso
-¡ooh! bueno, -había algo de decepción en su tono de voz -supongo que ha sido un día agotador y lo mejor es dejar la cocina cerrada –Padre e hijo asintieron aliviados dirigiéndose miradas cómplices.
La ventaja de estar en casa es que podría llevarse algunos videojuegos que en las vacaciones anteriores había olvidado. Se sentó frente al televisor y preparo todo para jugar mientras llegaba la comida, Hiuuga se sentó en uno de los sillones, pretendía verlo jugar pero Youichi sin quitar los ojos de la pantalla le extendió un control al mayor que no pudo rechazar
-esa fue una buena salvada papá
-gracias pero que no lo sepa tu madre
-cuanta con ello
Para su mala suerte Hiuuga era muy malo para los videojuegos y prácticamente nunca ganaba
-vamos papá, pon un poco de esfuerzo, hasta Sawamura da mejor pelea.
-oye, yo no tengo la culpa…
-ya, ya, prometo venir más seguido
-aja, eso dijiste la ultima vez
Riko había salido de la habitación para contestar una llamada, Kogenai había visto el partido y llamaba para saber por Kuramochi
-si bueno, supongo que está haciendo el esfuerzo para no pensar mucho en eso por el momento
-fue una lástima que perdieran pero no pude evitar notar que Youichi es increíble y muy confiable. Sin duda le espera un excelente futuro en el beisbol.
Después de colgar Riko regreso a la sala pero se quedo en el marco de la puerta contemplando a su hijo, en verdad había crecido mucho desde que había entrado a Seido. Seguía siendo escandaloso e inquieto pero por fin había encontrado compañeros con quienes sentirse a gusto y ser el mismo. No estaba muy segura si Miyuki sacaba lo mejor de él pero también tenia sus puntos buenos.
La particular carcajada de Kuramochi invadió la habitación, producto de haber vencido una vez más a su padre. La risa contagio a Riko que entro a la sala y se le abalanzo a su hijo abrazándolo por la espalda, sorprendió a los otros dos
-¿mamá? ¿Qué te pasa?
-solo pensaba que mi You-chan es increíble –ante las palabras de su madre, Kuramochi enrojeció provocando la risa de Hiuuga –después de todo fuiste el primero en anotarle una carrera al presumido de Mei y no solo eso, lo obligaste a que te diera base por bola
-Es cierto Youichi, habrán perdido pero lo hiciste muy bien. No te quites el merito
Las palabras de sus padres removieron cosas en el interior del campo corto, que empezó a llorar con un tierno puchero. Riko lo abrazo mas fuerte mientras Hiuuga le revolvía los cabellos dándole consuelo. Definitivamente su niño estaría bien.