Ya había pasado varias semanas desde que ambos músicos acordaran crear una canción en conjunto, claro que dicho proyecto permanecía en secreto por acuerdo de ambos, solamente harían publica la existencia de aquella pieza una vez que fuese concretada.
-Dime Shuichi ¿Cómo te sientes en tu nuevo departamento? – pregunto el rubio que al igual que el cantante se encontraba en el suelo de la sala de música comiendo un poco de comida china.
-Hasta ahora todo ha estado muy bien, me siento feliz de tener un lugar propio – contesto el menor disfrutando de su comida, como ambos se quedaban hasta tarde para compartir un poco de tiempo juntos encargaban lo que se les antojara.
Aun con toda esa tranquilidad ambos músicos continuaban teniendo un amplio catálogo de inseguridades; Thouma a pesar de saber que el menor ya no estaba viviendo bajo el techo de su ex cuñado le preocupaban el rumbo que las cosas tomarían en un futuro cuando el innombrable regresara de su viaje de trabajo, por ese motivo únicamente se atrevía a robarle uno que otro beso al peli rosa y sus encuentros íntimos se limitaron a un por semana eso si bajo absoluta discresión si la prensa se enteraba los harían pedazos y elevarían a la peste a un nivel de santo.
Por otro lado Shuichi se sentía un poco más aliviado al haber dejado la casa del escritor pero la incertidumbre de conocer lo que avecinaba el futuro lo tenía un poco preocupado, se preguntaba ¿Qué pasaría cuando el rubio regresase de su viaje?, seguirían juntos o se separarían, pero tal vez lo que ocupaba la mayor parte de sus pensamientos era reconocer el tipo de relación que llevaba con su jefe, pues a la vista pública su pareja oficial era Yuki y eso convertía al tecladista en su amante de turno lo cual estaba por ende mal pero… Thouma realmente se merecía ese título y más que nada no sabía el tipo de relación que mantenía con su jefe, lo peor del caso es que sus emociones no ayudaban.
-Shuichi – el rubio llamo su atención al girarse se encontró con la imagen del rubio sin su elegante saco dejando ver su bien formado cuerpo lo cual lo hacía sentirse acalorado. -¿Qué harás en estas fechas?, digo ¿Pasaras la navidad y año nuevo con tu familia o con Hiro?
-Pues… mi familia tiene programado un crucero y Hiro ira a conocer a los padres de Ayaka – menciono recordando que faltaban apenas dos semanas para navidad y gracias al abandono de su pareja pasaría esas fiestas tan especiales solo como un perro de la calle, su tristeza fue fácilmente vista por el rubio quien de inmediato.
-¿Te gustaría pasar esas fechas conmigo? – la pregunta hizo que el mayor se sonrojara, aquello no era algo usual pero aun así se sentía extremadamente preocupado de que el cantante no quisiera estar con él en aquellos días tan especiales.
-De verdad – pregunto el cantante sin poder creer que su jefe lo estuviese invitando a estar con en las fiestas de fin de año – Me encantaría – ante la respuesta afirmativa del cantante el rubio se llenó de regocijo así que lo tomo por las manos para después.
-Te aseguro que no te arrepentirás, nos divertiremos mucho juntos – afirmo el tecladista dispuesto a hacer que aquellas fechas fuesen las más inolvidables para ambos.
-Si –grito de emoción el peli rosa – Decoraremos el árbol de navidad, comparemos los obsequios, comeremos un delicioso pavo de navidad, cantaremos villancicos, abriremos los regalos bajo el árbol, con la chimenea encendida bebiendo ponche caliente – se soltó del rubio para enumerar con sus dedos todas las cosas que haría en esos días.
-Claro haremos lo que tu desees - el mayor le guiño el ojo en complicidad – Además no es por presumir pero soy un excelente cocinero – ante eso ambos músicos comenzaron a reír muy alegremente.
Los días pasaron rápidamente para la pareja clandestina, la influencia de Thouma era cada vez más visible en el cantante quien ante los consejos del rubio decidió cambiar totalmente su vestimenta aniñada por unos conjuntos más elegante y acordes a su edad, pero su cabello aun lo hacía ver como un mocoso de instituto así que decidió darle un giro al asunto.
-Bien aquí vamos – dijo el cantante entrando a una de las mejores estéticas de la ciudad por recomendación de Noriko.
En otra parte de la ciudad el empresario se encontraba en el centro comercial buscando bajo el regalo perfecto para el cantante, si bien conocía perfectamente todos los gustos del menor deseaba darle algo en verdad especial, pero no lograba hallarlo de momento paso por una exhibición al acercarse una idea cruzo por su mente… Bingo, había encontrado el regalo perfecto.
-Seguro que se caerá con la impresión – expreso alegremente el rubio mientras firmaba unos cuantos papeles.
Al día siguiente el equipo de Bad Luck se quedó con los ojos abiertos, la persona que estaba ante ellos no se parecía ni un poco a su antiguo amigo, pero ¿Quién podría no quedarse con la boca abierta? Más aun con aquel tono negro que ahora sustituía al rosa.
-Pink Boy, me has dejado boquiabierto – sonrió el manager sacudiendo la melena ahora negro de su protegido – Y déjame decirte que eso no es nada fácil de hacer.
-Nunca creía que viviría para verte sin aquel color rosa hermano – el guitarrista miraba asombrado a su mejor amigo, ya que el cabello solo era el aspecto que vino a complementar aquel cambio en su casi hermano.
El equipo de BL desconocía totalmente los sucesos que se había desarrollado entre su jefe, el escritor y su vocalista, así que no pudieron atribuir aquel cambio de look a la influencia que ejercía el tecladista sobre el cantante, quien desde de hacia algún tiempo lucia mucho más feliz que nunca, erróneamente imaginaron que algo bueno sucedía con su pareja, pero no podían estar más lejos de la realidad.
-Gracias a todos me alegra que les guste – el ahora azabache sonrió ampliamente, sin embargo aun sentía un poco de inseguridad ya que a pesar de que a sus amigos les encantaba su cambio, solo le importaba la opinión de una persona – “Espero que le guste”- pensaba en sus adentros mientras un leve sonrojo aparecía en sus mejillas.
-Estoy seguro que a Yuki le encantará – la voz del tecladista del grupo lo saco de su ensoñación – y si no es así, creo que ya es tiempo de que revise la graduación de sus lentes – ante aquel comentario la sala entera estallo en risas.
Durante todo el ensayo Shuichi estuvo un poco ausente ya que las palabras del menor lo acosaban, Yuki… ¿Cuándo fue la última vez que pensó en él?, haciendo memoria tenía cerca de un mes que no sabía nada del rubio, inclusive los mensajes que solía mandarle dejaron de llegar pero lo más extraño del caso es que de su parte en ningún momento tuvo el deseo de llamarle o de mínimo escribirle un mensaje, era impresionante pero desde su regreso a la ciudad Yuki dejo de ser prioridad.
-¿Quiere que te de un aventón Shuichi?- preguntó el guitarrista colocándose su gabardina.
-No gracias… - contesto el cantante con una amplia sonrisa – Me quedare un poco más a ver si puedo terminar la canción que estoy componiendo.
-Está bien – el pelirrojo se acercó hasta su amigo para susurrarle – Que K no se entere acerca de eso o de lo contrario se tomara horas extra en el trabajo- con eso el par se comenzó a reír, al poco tiempo se quedó solo.
En la oficina principal del NG su dueño se encontraba revisando el itinerario de la próxima gira de BL la cual sería iniciaría a finales del mes de Febrero unos pocos meses después de estreno de su nuevo single, tan concentrado estaba en su trabajo que no fue consiente de la entrada de una figura muy bien parecida.
-Disculpe Sr. Presidente pero… me permite robarle unos segundo de su atención – el cantante pensó que sería divertido jugar con la formalidad del rubio, que seguramente aún no se percataba de su cambio.
-Para ti – contesto el tecladista sin mirarlo aún, una grata sonrisa adornaba su rostro – Te daré todo el tiempo del mun… do – cuando finalmente pudo observarlo se quedó sin habla.
-Hola… - comento el menor evidentemente sonrojado lo cual lo hacía lucir endemoniadamente sexy - ¿Qué opinas? ¿Luzco bien?
Eso era una broma verdad… bien era poco comparado con la realidad, Shuichi llevaba unos jeans azul marino, tenis converse oscuros, una playera blanca y una especie de abrigo deportivo en tono azul claro con las orillas en color negro, mangas ¾ y el cuello en V. Pero eso no era lo que lo hacía verdaderamente deseable sino el extremo cambio de color en su cabello, el antes llamativo rosa fue sustituido por un azabache cual noche, eso sumado a sus facciones de adolescente, piel de porcelana y encantadores ojos violetas, Kami que vista.
-¿Qué sucede? – Pregunto alarmado el azabache ya que sentía que su cambio no tuvo el impacto que deseaba en el rubio con tal de aligerar el ambiente y de no sentirse como tonto comenzó a reír – Bien creo que fue mala idea verdad – llevo una de sus manos atrás de su cabeza – Iré ahora mismo al salón.
Sus palabras fueron cortadas por un demandante beso que lo impresiono pero, no pareció molestarle en gran medida ya que pronto se vio correspondiendo al mismo que permitía a su atacante introducir su lengua en su boca, la falta de aire los separo luego de unos cuentos minutos más.
-Luces endemoniadamente sensual – comento el rubio dirigiendo su boca al cuello de menor donde se dedicó a depositar un camino de besos, los cuales fueron sustituidos por su lengua que lamía con descaro desde la barbilla hasta el inicio del pecho.
-Thouma – el cantante suspiraba por las atenciones que estaba recibiendo, pero entre su ensoñación logro articular una pregunta - ¿Pensé que no te había gustado?
-Es una broma verdad – comento el rubio mientras llevaba sus manos hasta el bien formado trasero del menor el cual desde hacía poco comenzaba a causar furor entre las personas ya que su dueño usaba atuendo que resaltaban sus atributos – Cuando te vi tuve que contenerme para no hacértelo – una sonrisa lasciva se formó en los labios del mayor – Aunque… pensándolo bien te haré mío ahora.
-Thouma – el menor dejo salir un último gemido antes de terminar de entregarse al placer que su jefe le otorgaba.
El enorme ventanal de la presidencia era en extremo especial, cuando el sol comenzaba a ocultarse un resplandor naranja envolvía a todos los edificios y solo en esa parte del edificio se podía contemplar un espectáculo así de encantador, claro que los únicos dos testigos de aquello se encontraban no admirando aquello.
-Ahhhh, Thouma – grito el menor al sentir las embestidas del rubio desde atrás – Alguien podría vernos – manifestó el menor aun con la cara contra las ventanas al igual que sus manos.
-Descuida… - hablo el rubio quien continuaba con el vaivén acelerado dándose placer al igual que a su acompañante – Es un vidrio espejo… nosotros podemos ver todo lo que sucede desde afuera pero nadie del exterior puede vernos – explico el rubio que apretaba más el trasero del contante contra su miembro.
Sin pensarlo ambos músicos terminaron haciendo el amor justo enfrente del enorme ventanal de la presidencia, Shuichi se encontraba parado de frente al vidrio con la cara y las manos apoyadas sobre este, su playera levantada, su pantalón e interiores abajo y a un caliente Thouma quien igualmente carecía de la parte de debajo de su traje penetrándolo desde atrás con mucha fuerza, en la sala solo se escuchaban los gemidos de sus ocupantes quienes disfrutaban que todo el personal se hubiese ido ya.
-Y… como precaución extra – explico el rubio mordiendo tiernamente la oreja del más joven – Es vidrio a prueba de balas… ahhhh… extremadamente resistente no hay forma de que se rompa. Dicho eso ultimo intensifico las embestidas logrando que su acompañante gritara pidiendo más.
-Más… más… más fuerte… dame más – gritaba el cantante de cuyos ojos escurrían unas cuentas lagrimas a causa del enorme placer que estaba recibiendo, pero aun deseaba más – Entra más… Thouma por favor… llega hasta el fondo… de mi, ahhh… - el menor ya no era consciente de lo que decía solo le importaba recibir más de aquello.
-Ahhh… como gustes cariño – anunció el rubio intensificando la fuerza de sus embestidas procurando que su miembro entrara mucho más profundo que antes, lo cual también le generaba una enorme satisfacción – Diablos… Shuichi eres… tan estrecho.
Y no mentía por alguna razón inexplicable el interior del cantante siempre estaba muy estrecho, por más veces que hubieran tenidos relaciones o usado alguna clase de lubricante, siempre parecía estar comprimiéndose eso para el mayor era increíble pues parecía como si lo estuviese haciendo con alguien virgen.
-Thouma… - grito el menor atrayendo la atención del rubio quien no escucho a causa de las enormes sensaciones que le provocaba todo – Estoy… estoy a punto… - anunció el menor cuyo miembro rozaba con el ventanal dándole satisfacción, eso sumado a que veía lo que sucedía en el exterior lo pusieron en extremo caliente. – Ahhhhh – el menor termino corriéndose manchando un poco el vidrio pero su gusto no termino pues desde atrás cientos de sensaciones encantadoras lo seguía atacando.
El tecladista seguía penetrándolo con fuerza, pronto las paredes alrededor de su miembro se contrajeron logrando que liberar su semilla en el interior del menor, ante el enorme cansancio que su sufrió se apegó más a la espalda del cantante donde ambos esperaron hasta que respiración se normalizase.
-Eres asombroso Shuichi- comentó el rubio mientras observaba como su compañero iniciaba a vestirse debido a que le tomo más tiempo recuperarse.
-Tú también lo eres… “cariño” – el cantante le guiño el ojo al rubio cuando hizo uso del apelativo que minutos atrás el mayor usase mientras se entregaban el uno al otro.
-Encantador – fue todo lo que pudo articular el empresario ya que su enorme sonrisa decía mucho más que mil palabras – Bien – se acercó hasta el menor para abrazarlo desde la espalda y proponerle algo – Mañana todos tenemos día libre así que… ¿Por qué no te quedas a dormir conmigo? – Ofreció besando el cuello del niño – Tendremos una cena romántica, veremos alguna película o podemos usar mi jacuzzi.
-Mmmm – suspiro el azabache al mismo que cientos de posibilidades eróticas llegaban a su cabeza – Me encanta la idea del jacuzzi. – se giró para regalarle un beso al mayor quien gustoso correspondió.
-Y te encantará mucho más como te lo hare estando ahí – el empresario comenzó a incitar nuevamente al cantante para que terminaran haciéndolo, este último disfruto de las caricias pero con toda su fuerza de voluntad se separó, no es que no desease aquello pero si no paraban ahora jamás llegarían del departamento.
- Entonces será mejor que no vayamos Sr. Presidente o jamás podrás hacerme cientos de cosas en un Jacuzzi – la mueca sensual usada por el menor logro despertar los más bajos instintos del tecladista.
El rubio no espero a que el menor pronunciara palabra alguna lo tomo de la mano sacándolo de su oficina, sería mejor irse de una vez para aprovechar el resto de la tarde, toda la noche y el día siguiente.