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Infidelidad Inducida por LORD GRIM

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Notas del capitulo:

Hola a todos si ya se merezco ser asesinada y revivida sólo para terminar la historia, pero ahora si prometo ponerme al corriente, mi retaso a ha debido a que ya no tengo computadora y apenas me estoy adaptando a subir las continuaciones con la tableta, por lo que es más tardado ya que tengo que traspasar todo a un blog digital y bueno es un desastre por lo que espero su comprensión. Pero ya no los aburriré más he aquí el siguiente capítulo. 

 

 

Las vacaciones de fin de año habían llegado, todos los empleados de NG se encontraban disfrutando de un merecido descansó, la ciudad había sido tapizada por miles de adornos navideños, sin embargo esta vista no era disfrutada por un par de músicos quienes por acuerdo mutuo había decidido dejar el ajetreo de la capital.

 

- El paisaje es hermoso - comentaba el cantante que disfrutaba del paisaje con el cristal de la camioneta abajo.

 

- No tanto como tu cariño - expreso el tecladista quien conducía aquella camioneta, - Pero ya cierra esa ventana, no quiero que mi tesoro se enferme.

 

- Por favor no exageres - pidió el menor cerrando al fin el vidrio - No me pasara nada.

- Por supuesto que no - contesto con firmeza el mayor al mismo que con su mano derecha buscaba la del cantante para llévala hasta sus labios y depositar un cálido beso - Para eso estoy yo aquí.

 

Aquel gesto logró que el vocalista se sonrojara, el estar con el Rubio era la mejor del mundo pues era tratado como sí de una joya valiosa se tratase.

 

Por acuerdo mutuo la pareja decidió pasar las vacaciones de Navidad en el lugar donde todo inicio, la cabaña del empresario; la recóndita ubicación les daría total libertad y privacidad para amar se sin el temor de ser atrapados por algún periodista.

 

- Hemos llegado - anunció el mayor a lo que una enorme sonrisa de felicidad ilumino la cara del cantante, quien bajo con un rapidez de la camioneta para sentir la nueve caer sobre su cabeza.

 

El empresario miraba con dicha al cantante, no podía describir lo feliz que se sentía al tenerlo a su lado, Shuichi era alguien capaz de iluminar el día más oscuro, encontrar lo bueno en un mar de dolor, increíblemente para Thouma Seguchi, Shuichi Shindou era su todo.

 

- Thouma - la tierna voz del cantante lo saco de su ensoñacion - Estas bien - pregunto colocando su mano en la mejilla del rubio, quien disfrutaba el tibio contacto.

 

- Si, no te preocupes solamente disfrutaba del placer de contemplarte - avanzo rodeando con sus brazos a sí acompañante quién se recargó en su pecho.

 

Se quedaron abrazados por un largo tiempo, disfrutando del encanto del momento, pero más que nada de la mutua compañía, pronto la nueve comenzó a caer con más fuerza, por lo que el mayor creyó que era mejor resguardarse.

 

- Será mejor entrar - informo besando suavemente la cabeza de su niño - Luego de bajar las maletas prepárate chocolate caliente y colocaremos los adornos en la estancia.

 

- Claro - ante aquella idea el menor sobrio feliz, para después correr al auto e iniciar su labor.

 

Unas horas después en la sala principal de aquella mansión podían verse cientos de adornos navideños tirados por el suelo, mientras que sus ocupantes adornaban poco a poco un enorme pino natural, ambos usaban ropa abrigadora debido a la temporada, la escena era perfecta eran como una pareja decreciente casados felices de la vida, sin preocupaciones.

 

- Estas contento - pregunto el rubio colocando algunas escarchas doradas en los muros, mientras el menor colgaba algunos ángeles de cristal en el árbol.

 

- Claro... Porque estoy contigo - con eso se acercó al mayor para besarlo dulcemente en los labios - Gracias por todo, de no ser por ti hubiese tenido que pasar estos días solo.

 

Aquello logro que algo en el interior del empresario se molestase ya que aquel comentario evocaba los recuerdos del escritor del cual no se tenía información alguna. También recordaba como todo inicio, no estaba orgulloso de sus acciones pues su dulce ángel no merecía haber sido tratado como una mercancía tanto por el como por el escritor, sin embargo no se arrepentía de nada ya que gracia a eso Shuichi estaba a su lado.

 

- Mmmm... - un sonido extraño lo saco de sus pensamientos - Este chocolate está delicioso - anunció el menor con una gran sonrisa, mientras continuaba bebiendo de su taza.

 

El rubio miraba atentamente al cantante, pronto noto que una gota de chocolate bajaba por el cuello de su acompañante y entonces una sonrisa lujuriosa se formó en sus labios; se acercó lentamente moviéndose de manera sensual captando la atención de su pareja.

 

- En serio... Déjame probar - con eso se agachó llegando a su objetivo el cuello del cantante, el cual comenzó a lamer con descaro.

 

El cantante fue tomado por sorpresa, en su aún inocencia imagino que el rubio hablada de darle un poco de bebida desde su taza, más nunca se imagino lo que siguió; ahora lo único que era capaz de hacer era suspirar y jadear ante aquellas caricias tan eróticas. El mayor continuo con su labor empujando lentamente a su acompañanta, la taza término roto en el suelo y el ahora cantante azabache atrapado contra la pared con un hambriento tecladista devorando su piel.

 

- Dime cariño... - expresó el empresario con un tono muy coqueto - Quieres que te muestre como el chocolate puede adquirir un sabor más exquisito - continuo lamiendo el cuello de su pareja, repartiendo también un camino de besos.

 

- Si... - suspiro casi al borde del desmayo, sentía su cuerpo arder su miembro estaba despertando bastante rápido.

 

- Perfecto - el empresario estaba igual de excitado que su acompañante, lo cual no era nada nuevo estar junto al azabache lo encendía con fuerza.

 

En un rápido movimiento el empresario levanto al menor a manera que sus piernas enredarán en sus caderas, sujetando fuertemente su firme trasero, logrando que sus mineros quedarán muy cerca uno de otro. El mayor decidió que ya era momento de irse a un lugar más cómodo, por lo que se dirigió a la habitación principal con su ángel en brazos.

 

- Cariño... - llamo el mayor entrando a la habitación, colocando al menor en la cama - Vamos a jugar un poco, pero antes necesito algo ahora vuelvo.

 

El rubio abandonó un momento la habitación, dejando con la curiosidad a flor de piel a su acompañante; a los pocos minutos el mayor regreso en algún momento del camino se deshizo de la parte superior de su conjunto, dejando ver su dorso totalmente descubierto lo que provoco un fuerte sonrojo del excitado joven en la cama.

 

- Ya volví cariño - hablo el mayor acercándose como una fuera a punto de devorar a su presa - Shuichi, puedo pedirte algo - se acostó sobre el menor lanzando dicha pregunta mirando fijamente a su amado.

 

- Si, adelante - respondió besando al mayor quien sonrió para después sacar un juego de esposas y una botella de chocolate dejando sin habla al menor - Que es eso?

 

- Una pequeña sorpresa - dijo con aires juguetones, - Cariño soy una personas con gustos a veces un tanto excéntricos y... La verdad tengo la fantasía de... De... Esparcir el chocolate por todo tu cuerpo para devorarte mientras estas atado a la cama y finalmente hacerte mío.

 

- En serio? - pregunto muy impresionado el menor, pero más que nada acalorado y excitado por la propuesta tan candente.

 

- Claro que sí no quieres - al notar el asombro de su acompañante el rubio intento tranquilizar las cosas.

 

La idea de que tal vez hubiese sido demasiado impulsivo lo atormentaba, tenía poco de haber iniciado el trato con el menor y ni siquiera sabía aún que tipo de relación mantenían y eso sumado a la promesa que le hizo acerca de no obligarlo nunca a hacer algo que no quisiese lo abrumaban, pero sus miedos eran injustificados hasta que.

 

- Atame - aquel tono tan suplicante lo saco de sus pensamientos y lo excitó al ver al menor sonrojado a más no poder y extendiéndole los brazos para que iniciase.

 

El mayor sonrió complacido al mismo que acercaba a su ángel para desnudarlo lentamente acariciando y repartiendo besos en cada centímetro de piel, cuando ya no había prensa que le estorbase, el empresario le indicó a su niño que se acostase para así colocarle las esposas y tenerlo a su merced.

 

- Esto te va a encantar - comento el rubio tomando entre sus manos la botella de chocolate, sonriéndole con demasiado lujuria.

 

El empresario comenzó a verter el contenido de la botella en todo el cuerpo del menor comenzando por el cuello, sus pechos, ombligo, las piernas, los muslos y finalmente en el miembro del menor.

 

- Mmmm luces absolutamente apetitoso - expreso el rubio lamiendose los labios con descaro - Que afortunado soy te tengo solo para mi, voy a devorarte entero - ese último comentario le expreso con una sonrisa y un guiño.

 

El menor sólo sonrió, pero un fuerte suspiro se escucho por la habitación pues sintió la traviesa lengua del mayor atacando su cuello, para posteriormente pasar a sus pechos lamiendo los pezones de su acompañante los cuales ya estaban duros por la excitación.

 

-Ahhh... Ahhh... Thouma - gemía con fuerza logrando que sus gritos retumbarán en la habitación.

 

- Ya lo dije y lo repito - comento bajando lentamente por todo el vientre de un inmóvil azabache que apretaba los puños ante la satisfacción otorgada - Eres delicioso - lamió con descaro el ombligo. - Vaya ya casi llego a la mejor parte.

 

El rubio bajo aún más abriendo ligeramente las piernas de su pareja, para llevar sus labios hasta sus muslos y deleitarse con aquel sabor poco a poco el chocolate fue limpiado del cautivo azabache quien gemía a más no poder, pronto el momento esperado por el mayor llego, sólo quedaba un lugar para deleitarse con aquel manjar, el miembro de su niño el cual ya estaba más despierto que nunca.

 

- Es hora del platillo principal - con lentitud comenzó a lamer la punta del miembro de su pareja de una manera tan suave que parecía una tortura para quien disfrutaba de aquellas sensaciones.

 

-Thouma... - grito de placer el cantante que se estremecía entre las sábanas de la cama - Ahhhhhhh - pronto el rubio engullo completamente su miembro y fue tanto que simplemente término viniéndose.

 

El azabache respiraba agitadamente mientras que su compañero se relamía los labios, por extraño que pareciese el chocolate mezclado con la esencia de su niño sabían a gloria, se acercó hasta sus labios para compartirle un poco de aquel elixir.

 

-Ahora - el rubio atrajo la atención del cantante - Te follare como nunca nadie lo ha hecho antes.

 

El empresario no perdió ni un minuto más y arremetió contra el menor con fuerza haciéndolo gritar, las embestidas llegaron casi de inmediato el rubio disfrutaba ampliamente la estreches de su niño, su enterada estaba tan húmeda que hacia el contacto más placentero.

 

-Ahhhh... Ahhhh... Sigue Thouma, sigue, más fuerte - suplicaba el cantante mientras un hilo de saliva bajaba por su cuello todo a raíz del gran placer que sentía.

 

- Lo que... Gustes cariño, te daré hasta que te rompas - aseguro el mayor sonriendo ante la idea que acababa de tener.

 

Con velocidad llevo las piernas del cantante hacia adelante dejándolas al lado de la cabeza de su niño a manera que tuviese el trasero levantado, por lo que el empresario agradecía la enorme flexibilidad de su pareja de lo contrario aquello no sería posible. En pocos segundos el rubio volvió a penetrar a su compañero sacando un gemido aún más fuerte que el anterior, las embestidas eran tan fuertes que podía escucharse el crujir de la cama.

 

Shuichi estaba alcanzando la gloria en los brazos de aquella persona a la que alguna vez considero como un ser egoísta, sin embargo ahora conocía la verdad, el tecladista de NG le estaba dando la mejor experiencia de su vida era alguien dulce, tierno, amoroso, detallista, virtuosos, apasionado, aquel hombre era un verdadero Dios no sólo en la cama sino en el amor.

 

Thouma Seguchi por su parte estaba disfrutando ampliamente aquella unión, porque no era sólo frío sexo, no estaba haciéndole el amor a la persona más importante en sí vida, una por la cual lucharía contra todo y todos, ahora más que nunca le importaba un reverendo cacahuate la relación del cantante con su ex cuñado, Shuichi era suyo y sólo suyo y si para tenerlo a su lago debía declararle la guerra a Yuki Eiri lo haría.

 

Las embestidas continuaron por un largo periodo hasta que ambos músicos terminaron por venirse, sus respiraciones eran pausadas, el rubio había liberado a su niño para así tenerlo entre sus brazos, tanto fue el placer recibido que Morfeo los llamo descansar.

 

Los días pasaron con gozo ya que compartían sus días y noches juntos, hacían el amor hasta que se cansaban, pronto la fecha esperada llego, Navidad bajo el hermoso árbol de la estancia la pareja disfrutaba del calor de la chimenea sentados en la alfombra e intercambiando sus regalos.

 

- Es para ti Thouma - dijo el menor entregándole un pesado paquete envuelto en un papel dorado y con un moño rojo - Espero que te guste.

 

- Todo lo que tu me obsequies me gustara cariño eso te lo aseguro - el rubio comenzó a abrir su regalo encontrándose con algo muy lindo - Es increíble.

 

Se trataba de un carrusel antiguo, hecho totalmente a maní, cafa fino detalle y pintado con algunos detalles en dorado; caballos blancos y uno que otro diamante era una pieza excepcional.

 

- Me encanta cariño - la emoción en el mayor era evidente ya que le encantaban esa clase de antigüedades y extrañamente siempre quiso uno así, pero no había tenido suerte para conseguir uno. - Dios, como lo conseguiste.

 

- Conozco a una persona, es de ascendencia británica - explico el cantante - tiene una pequeña tienda de antigüedades - la sonrisa de su acompañante era tan grata, que se atrevió a encender la pequeña sorpresa que contenía.

 

Con lentitud una suave melodía comenzó a sonar al mismo que los caballos comenzaban a girar mientras subían y bajaban, la pareja disfrutaba de la melodía, la cual provocaba un ambiente de tranquilidad, el cantante apoyó su cabeza en el hombro del mayor quien lo recibió gustoso, después de unos momentos la tonada finalizo. ( El himno se llama "Lillium" del anime Elfen Lied)

 

- Es hermoso cariño - el empresario le entregó un suave beso en los labios al mismo que le sonreía.

 

- Me alegra que te gustara - confesó el más joven sonriendo a manera de expresarle todos sus sentimientos.

 

- Muchas gracias - se giró para tomar una pequeña cajita, la cual le extendió al azabache quien la tomo en sus pequeñas manos - Ábrelo, espero de todo corazón que te guste.

 

- Gracias Thouma - con la emoción propia de un niño, el cantante abrió su presente encontrándose con un par de llaves, el menor se mostró confundido por lo que se giró para preguntarle al rubio.

 

- Son las llaves de tu nuevo auto - soltó sin más logrando que el menor lo mirara con júbilo.

 

- Gracias Thouma, siempre he querido uno pero... - de momento se cara se entristeció al recordar un minúsculo detalle - No se conducir.

 

- No te preocupes para eso me tienes a mi - ánimo el mayor abrazándolo con fuerza - Yo te enseñare a conducir, es una promesa.

 

- En serio - aclaro el mayor restregando su nariz con la de su amado, acción imitada por el mismo.

 

Aquella navidad fue la mejor de todas pata aquel par de enamorados, no recordaban alguna que se les compararse pero en ese momento no importaba, pues bajo el abril y disfrutando del calor de la chimenea se entregaban uva vez más.

Notas finales:

Bueno eso es todo por el momento espero que les haya gustado, actualizare lo antes posible, pero aún así pido su comprensión pues carezco de una computadora. 

Saludos 


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