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Demencial Cordura por Verdadero98

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Notas del capitulo:

Ahora si el capítulo 1  :3

No me odien por que es corto XD 

DEMENCIAL CORDURA


CAPÍTULO 1


Es frío, demasiado frío a decir verdad; es silencioso, lo suficiente para enloquecer a cualquier ser común y corriente, quizá por imaginación o quizá por veracidad, el sonido de los órganos internos puede llegar a los oídos tentando los nervios. Con la camisa de fuerza comprimiéndole las entrañas, la delgada figura se recarga contra la pared, vigilando la puerta a la espera de solo ella sabe que. Después de corto tiempo en el cual nadie se percata de su actividad visual, despega la mirada de ese rectángulo metálico guardián de su custodia. Teniendo los brazos permanentemente cruzados sobre el pecho, las opciones de movimiento son escasas.


El manicomio Garderobe es muy grande, los extensos pasillos parecen ser todos iguales y se entremezclan de forma que solo los empleados conocen. Un verdadero laberinto con penetrante olor a detergentes químicos. Poco personal para una instalación de magnitudes gigantescas; porque contadas personas son capaces de convivir con los pacientes ahí internados.


-Debe guardar una distancia prudente-. Elegantes pasos se abren camino por el pasillo, sacudiendo tras de sí larga y pulcra bata blanca. –No te fíes de esa tranquila respiración que muestra-. Escucha atenta las palabras del hombre que le explica acerca de la paciente a tratar. –Es una mujer demente, alejada tanto de la mano de dios como de la medicina-. Asiente manteniendo las manos en los bolsillos, resguardándoles de la vista ajena.


-Entiendo. ¿Es cierto que no presenta delirios?-. Destaca acento proveniente de Kyoto. Analizando mentalmente los datos ofrecidos por el expediente de Kruger. Doce años internada han dado mucho de que hablar entre las malas lenguas, pero, poco correspondiente a estadísticas de uso aceptable. Se sabe tanto y a la vez tan poco de ella.


-Verbalmente no, podríamos jurar es muda. Pero, esos ojos perdidos dejan en claro su mente carece de congruencia-. Como cualquier otro loco ahí metido, considera el hombre de blancos cabellos. Odia ese empleo que le obliga a convivir diariamente con "aberraciones"; el alto sueldo por dirigir aquel sitio es la razón de soportar la jornada.


-Ara, parece que todos tienen a Kruger en baja estima-. Cada paso les acerca a la puerta que buscan. Cuando tuvo la oportunidad de contemplar el semblante de Natsuki en una fotografía, detecto dos cosas entre las duras facciones: Frialdad, metida en lo más hondo de cada poro; muerte, reflejada inclusive en las pestañas. Sin embargo, ¿Es muerte real o la alucinación de una mente trastornada? ¿Se manchó las manos de sangre o sencillamente fue mera imaginación? Lo sabe, todos aseguran ocurrió una masacre, los testigos son inexistentes, ¿Quién puede dar cierta fe de lo sucedido? Claro… la única testigo no tiene validez por ser la presunta delincuente.


-¿Cómo estimar a una enferma demente? Es un monstruo que estamos obligados a mantener entre estas paredes-. Pero hoy me libro de tener que vigilarle, ya no será mi problema. Exactamente eso piensa Nagi Artai. Ve en la mujer de Kyoto la salida a tediosa tarea.


Los pies de ambos frenan camino delante de la habitación K-17. El cristal que permite ver hacia el interior esta empañado, delatando el intenso frio que predomina. Debajo de la blanca bata porta ropa abrigadora para soportar dentro. -¿Por qué le mantienen en está inhumana temperatura?-. Cuestiona. Enferma mental o no, seguía siendo una humana la persona ahí confinada.


-Dicha temperatura es para mantener entumecidos sus músculos, delimita sus movimientos-. Como si la camisa de fuerza no fuese suficiente para dicha tarea; cruzo al instante el pensamiento por la cabeza de ella. Injusto, le estaban siendo revocados los derechos humanos.


-Entiendo-. Lo entiende, más, no lo acepta. Vera la forma de cambiar injusto trato. Eso piensa por el momento, ¿Kruger es capaz de producir un cambio en dicha idea? Es capaz de muchas cosas, capaz de lo que ni cuerdos ni locos llevan a cabo.


-Hasta aquí llego con usted señorita Viola-. Con una inclinación de cabeza, Nagi parte dejándole sola frente a la puerta. Valentía, la tiene incluso en las uñas y dientes; pasando su tarjeta por la ranura electrónica, el seguro es retirado cediéndole la entrada.


No debió verle de aquella manera, expresando claramente en una mirada la intriga nacida al preciso instante en el cual se encontró a solas con ella en la gélida habitación. No debió expirar de esa forma, como retando en la sencilla acción a la bestia dormida, tornando su aliento en provocación pura. No debió pensar lo que pensó ni tampoco imaginar lo que podría suceder. ¿Predecir a quien no sabe que seguirá? Es como intentar ver lo que un ciego tiene enfrente, o encontrar el argumento de un ignorante. Los sedante carentes de resultados en ese entumecido cuerpo; Shizuru confía plenamente en que la camisa de fuerza le mantiene a salvo. Cuidadosamente da dos pasos. –Kruger Natsuki-. Igual al resto de las ocasiones, los labios pronuncian palabras fluidas en elegante tono con marcado acento de Kyoto. –Seré su nueva psiquiatra, Viola Shizuru-. Nagi cree innecesario se presente ante la loca. Viola considera es lo adecuado, no deja de ser un ser humano y por lo tanto merecer tratos educados. ¿Demasiado ubicada? O ¿Muy perdida?


Presenciando falta de respuesta, tal como le dijeron que sucedería, tal como ella misma espera sean los encuentros con la joven en cuestión; se da la vuelta regresando a un estado solitario a su nueva paciente.


-Shizuru-. Pronuncia ya estando a solas, pasando lentamente la lengua por los dientes; planeando lo que todos afirman son improvisaciones, impulsos, arremetidas de locura. Quizá es hora de actuar, de darle vida a esos rumores que pasan de boca en boca. –Shizuru-. Repite moviendo milímetros sus prisioneros dedos. Las cosas conocen un límite tarde o temprano, la paciencia ostentada ya ha llegado a los 12 años. ¿Es hora de marcar el límite ante todos? No. Aún falta para dicho acto. Seguirá siendo una protagonista disfrazada de extra.


Shizuru Viola camina a través del largo pasillo, conservando en mente la escalofriante mirada que las indescifrables pupilas le dirigieron. Además, innecesario que voltease para saber esa misma mirada le quedo clavada en la espalda cuando salió; incluso aun un cosquilleo negativo le recorre. ¿Odio? ¿Repudio? ¿Rencor? No. Nada de eso. ¿Entonces? Resuenan los pasos dados, se ignoran los desencajados respiros; es definitivo, no le gusta esa paciente. El aire es tenso a su alrededor, los músculos del cuerpo se vuelven pesados, engarrotándose ¿o es solo el intenso frío de la habitación? ¡Tonterías! Es una profesional ¿verdad? Todos esos años de estudio, matándose noche tras noche, sacrificando amistades e incluso lazos familiares. ¡Nada será en vano! Reafirmando su paso a un andar seguro, sus pies le conducen a la oficina de Nagi Artai.


Encerrada en los 3m², vuelve a recargar la espalda contra pared, desvalorando el alarido de propia piel colisionando al frío. De estar encendida y funcionando la cámara que se supone le vigila a cada minuto, ese aparato que Natsuki sabe perfectamente cuando sirve y cuando no, hubiesen visto a la sonrisa ladina tomar forma en el neutral semblante.


"Gritos, las paredes reciben gustosas los alaridos que al aire torturan. Golpes, provocan eco encerrado por un techo que asemeja no tener fin entre las sombras. Sangre, de diversos cuerpos, distintos momentos, diferentes causas, un mismo objetivo. Aunque, ¿en realidad existe motivo?


Obran las manos desconociendo la conciencia, la moral; obran despreocupadas, desvergonzadas ante ojos aterrados. ¿Miedo? Un término pequeño para lo que experimentan las víctimas.


Que la sangre encharque el piso, que manche las paredes y de ser posible llueva del techo. Eso le dicen, eso le piden, o en palabras de mayor exactitud, eso le exigen."


¿Mente trastornada? Que dios le juzgue, pero recordando, ni la propia mente sabe su estado.


Sonrisa que desaparece antes de ser vista, dejando en labios la esencia de sanguinarios recuerdos. ¿Shizuru Viola en verdad querrá escuchar pronunciar palabras de aquellos labios?


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