Observo por la ventana del ático, como entraban las amigas de su hermana, al escuchar sus risas se estremeció, busco en su bolsillo su inhalador
-¡¡Mierda!! – se dijo molesto recordó que lo había dejado en la cocina – nota mental tener 3 inhaladores extras en el ático - trago saliva, se reacomodo su cinturón, saliendo del ático haciendo el menos ruido posible, al pasar por el cuarto de su hermana, hizo pecho tierra para no producir ruido, escucho sus risas, le dio un gran escalofrió, dio un gemido por la falta de aire, necesitaba su inhalador de inmediato, con rapidez se incorporó corriendo directamente hacia la cocina, tomo su medicamento, administrándose enseguida, de inmediato sintió alivio
-Pensé que no estabas – escucho detrás de él, rápidamente saco un atomizador apuntando, observo a la líder de las manzanas podridas, la causante de que su linda y querida hermanita se contaminara, Luisana Troncoso, pequeña, morena ojos verdes aceituna, cabello rizado y pintado de morado usa lentes, su estatura lo compensaba con su depravación, era la única que mantenía su estado de manzana podrida todo el tiempo sus amigas la controlaban, Julio no estaba a salvo con ella a solas a diferencia de las otras, paso al segundo semestre, miraba a Julio queriendo desnudar en esos momentos
-No deberías estar contaminando almas – Reprochando
-Auch, yo solo quiero ser tu amiga también – Luisana sonriendo pervertidamenté, lo examino de pies a cabeza, con una mirada de lujuria
-Si claro, amiga – contesto con sarcasmo
-Sabes, los del primero y segundo semestre de enfermería estaremos con horario mixto – Luisana sonriendo con maldad – Lisa ofreció su casa, para no aburrirnos en la escuela – Julio se estremeció, se maldijo así mismo por haber conseguido una casa cerca de la universidad – también me conto que escogiste el turno vespertino, es-ta-re-mos más cer-ca – rápidamente uso el atomizador, Luisana lo esquivo - Eres malo Julio, debes de ser delicado con las mujeres-
-Lo soy, pero con las normales – respondió – tú, no estás en esa categoría – ella volvió a sonreír perversamente
-Sabes, eres muy bien parecido – dijo - ¿quieres ser mi novio? -
-¡¡¡Ni que estuviera mal de la cabeza!!! – exaltado
-Vamos Julio, ¡yo con ganas y tú con suerte! – el pelinegro saco su inhalador, al mismo tiempo volviendo a usar el atomizador, salió corriendo de la casa, corrió por un minuto antes de volver a usar el medicamento
-En este pueblo, las mujeres son muy peligrosas – se dijo así mismo, no podía hacerles nada, eran amigas de su hermana, pero ellas a él sí, y lo sabían muy bien, estaría viéndolas todos los días en la mañana, su plan para escapar había fallado, era la razón por haber escogido ese turno en la universidad, estaba alterado no sabía ¿qué hacer? para librarse de ellas, rondando por el vecindario se encontró una cafetería, era muy acogedora, pidió una taza de té, para calmarse, una mujer mayor, lo atendió, observo a su alrededor estaba un piano en una esquina – disculpe, ¿puedo usar el piano? – la anciana asintió con una sonrisa, sabia tocar piano y guitarra, su madre lo había enseñado, se acercó comenzando a tocar para calmarse, al terminar la pieza recibió varios aplausos, la anciana se le acerco entregándole un frasco lleno de dinero
-Es tuyo – dijo – te lo ganaste – Julio le sonrió – ¿te gustaría trabajar aquí? -
-Solo puedo de mañana, estudio por las tardes –
-Te parece el horario de 6:00 am a 1:00 pm – dijo la anciana, a la que ya había observado mejor, cabello corto y blanquezco, piel aperlada, ojos color miel, una sonrisa se creó en el rostro del pelinegro, sus problemas se habían solucionado, era un milagro, a los pocos minutos ya estaba firmando su contrato, su nueva jefa se llama Muriel, camino aliviado hasta su casa, observo a dos manzanas podridas caminando, cuando lo vieron sonrieron perversamente
-Tu hermana, te está buscando – Paulina Fuster, altura mediana, cabello rubio, ojos cafés, con estilo gótico, ella era otra víctima recién contaminada antes que su hermana, esperaba pasar el examen de admisión, Julio asintió con la cabeza, cruzando al otro lado de la calle, sabia lo peligroso que eran 2 manzanas contra el
-¡¡No mordemos!! – Michelle Escudero, tercera al mando en el grupo, altura mediana, cabello castaño media coleta recogida con un listón rojo, ojos color avellana, sonrisa deslumbrante, piel aperlada ella paso al segundo semestre – ¡¡Al menos no en lugares visibles!! – Julio acelero su caminata, al llegar a la casa estaba su hermana con una pizza, era la forma de disculparse con Julio cuando le hacían algo sus amigas y ella misma
-Te estaba esperando – dijo Lisa
- ¿Ahora que ropa interior tomaron? – al momento de tomar un pedazo de pizza
-Nada de tus pertenencias – dijo – necesitamos un favor de tu parte-
-La condesa, no está incluida en ningún favor –molesto
-No es eso –
- ¿Entonces qué es? – Julio observando a su hermana con curiosidad
-Es para el 14 de septiembre – continuo Lisa – mis amigas y sus novios quieren que les cocines, en una cena romántica oriental - casi se atraganta al enterarse, ¿las manzanas podridas tenían novios?, pobres miserables, en su mente no se podía imaginar ¿qué les veían?, a esas mujeres, después le vinieron imágenes de lo que veía Lisa un escalofrió lo invadió, con rapidez se administró su inhalador
- ¿Qué voy a ganar a cambio? –
-3 semanas sin que te molestemos – dijo su hermana – ya sé que es mayo, pero…… -
-Ya me la sé, lo haces para que tome esas 3 semanas por adelantado y me pueda comprometer para ese día – su hermana hizo una mueca de maldad, Julio se alteró tenían planes con él, esa mueca de su hermana solo lo hizo estremecer, suspiro – está bien, ¿quieren comida tailandesa? -
-No es muy picante y más cuando tú la haces – replico
-Si no pica, no es buena –excusándose el pelinegro
- ¿Quieren comida japonesa? – contesto
-Bien, lo hare – respondió – pero con la condición que ninguna de ustedes no le, cuenten a nadie que se cocinar comida oriental-
- ¿Por qué no? – Lisa con curiosidad
-Me preguntarían de los viajes, la verdad ya me cansé de contarlos –
-Pero a ti te gusto mucho Japón y Corea – dijo Lisa – inclusive sigues el código de honor y lo traes tatuado en tu espalda – sus padres se enojaron bastante por el tatuaje y más porque cuando el pelinegro se lo hizo tenía solo 10 años, hasta la fecha de hoy, no se arrepentía de habérselo hecho
-Por eso, no quiero que lo sepa nadie más – dijo Julio – no quiero que pase lo mismo que con Casandra – tocándose su hombro derecho cerca de su tatuaje
-Primero muerta antes de verte triste de nuevo – Lisa seriamente – ¿por qué lo sigues?... no vives hay, deberías ser más flexible en cuanto a eso-
-Así honro al maestro Hayate – dijo – el me advirtió lo que es llevar a cabo este código, la norma principal es cumplir con cada palabra que digas, no te preocupes Lisa para el 14 de septiembre tendrán su cena japonesa – ella sonrió saliendo del lugar, checo su inhalador lo sintió casi vacío, tomo otro pedazo de pizza, después se dirijo al hospital, llevando los inhaladores gastados
-¿Otra vez? – dijo el doctor Retegi, un hombre de unos 48 años con cabello rojizo oscuro, piel blanca, a pesar de tener una altura pequeña su voz imponía demasiado – ¿ahora que le paso Señor Santos? -
-Créame doctor, si por mi fuera no los gastaría, pero……… por favor compréndame un poco – Julio agachando la cabeza, no podía echar de cabeza a su hermana, ni a sus amigas, el doctor suspiro
-Te recetare el doble – dijo – procura que esta vez te duren más, entendido-
-Gracias doctor – contesto feliz
-Necesito revisarte – respondió el doctor – un medicamento en exceso también hace daño – reviso al muchacho – los resultados de los exámenes estarán en 2 semanas-
-Déselos a mi hermana – dijo – ella es Lizet Santos – el doctor se quedó estático por unos momentos
-Se los entregare a ella – respondió- este……. - el celular del pelinegro sonó, era un mensaje
Lisa: ¿Cuánto tiempo vas a tardar más?
Julio: Ya voy en camino
-Es mi hermana, no le gusta mucho quedarse sola – sonriendo, un enfermero llego a entregarle una documentación al doctor, el enfermero comenzó a calibrar algunos aparatos del consultorio mientras que el doctor salía del lugar, casi al instante Julio salió en su camino choco con Celia Benítez, Alta Pelirroja con medio fleco detenido con pasadores con decoraciones usa frenos, al ver al pelinegro sonrió con maldad, después salió el enfermero del consultorio
-¿Ya te dieron tupidito y calientito? – dijo Celia con maldad – después le preguntare a Oscar – ella era la segunda al mando del grupo de amigas de su hermana, era igual de depravada que Luisana lo único que lo diferenciaba, solo ella atacaba a su víctima si se encontraba sola, Julio rápidamente camino a la recepción, sintió un gran alivio al estar ahí, aunque sentía la mirada enferma de Celia a lo lejos, llego a su hogar, al pasar por la habitación de su hermana escucho ruido extraños, paso lo más rápido que sus pies lo permitían, se encerró en su recamara prendió el estero a todo volumen quedándose dormido, cada vez que su hermana invitaba a sus amigas, el quedaba agotado psicológicamente, a veces físicamente por huir de ellas.
Paso una semana en su trabajo le iba de maravilla, era el lugar más tranquilo y cómodo, él se encargaba principalmente en el piano, cuando el lugar estaba lleno apoyaba de mesero y limpiar, rara vez en cobrar en ese lugar solo aparecía gente adulta, era muy tranquilo, su hermana había entrado junto con Paulina, pasaban lo que les quedaba de vacaciones en la casa, el pelinegro tomaba tiempo extra en el trabajo, gracias a su trabajo, casi no usaba su inhalador, no podía pedir más, había encontrado su oasis en el desierto