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Sin límites para los sentimientos por Any_Klainer

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En medio de la semioscuridad de la sala se encontraba el escritor Usami Akihiko, en todo el día no había parado de oprimir las teclas de su laptop, solo hizo un breve descanso para comer algo y siguió tecleando, cuando la inspiración llegaba a él se aseguraba de sacarle el máximo provecho. Ni siquiera levantó la mirada cuando escucho la puerta principal abrirse, fue hasta que se encendió la luz que volvió a la realidad.

-         ¿Qué haces en esta oscuridad? ¿No te has dado cuenta que ya casi es de noche?-. Kamijou Hiroki lo observaba desde el otro extremo de la sala llevando una bolsa de plástico en las manos.

-         Lo siento, es que estaba concentrado. Bienvenidos a casa-. Sonrió y dejo su computadora a un lado.

-         Usagi-san me alegra que ya estés empezando tu trabajo y mira, te trajimos una deliciosa cena.- Misaki le mostraba feliz un par de bolsas de un conocido restaurante al cual habían llegado de camino a casa.

-         ¡Qué bien! Muero de hambre-. Se levantó y fue a sentarse al comedor.

-         Lo siento pero tendrás que esperar un poco, Nowaki llegará como en una hora más-. Hiroki caminó hasta la cocina – Por cierto, te compré las cervezas que me pediste las pondré en el refrigerador para que se enfríen.

-         ¿Por qué lo tenemos que esperar? Es su culpa por no llegar a tiempo-. Reclamó el escritor

-         Usami-san, no hay que ser mal educados-. Misaki le habló despacio.

-         ¿Mal educado yo? El maleducado es el por dejarnos esperando-. Dijo sin intención de ser discreto

-         Para tú información Nowaki tuvo que quedarse horas extra en el hospital, no está haciéndonos esperar por gusto y a todo esto ¿Qué es lo que te pasa? Actúas muy extraño Akihiko-. Hiroki había regresado de la cocina con unos platos.

-         Ah, sensei permítame ayudarle-. Misaki corrió por unos vasos y cubiertos para terminar de poner la mesa.

-         No estoy actuando raro, es solo que…-. Tanto Misaki como Hiroki tenían la mirada puesta sobre Akihiko expectantes por su respuesta.- Nada, olvídalo-. ¿Cómo podía hablar de lo que sentía frente a Misaki? Ni siquiera él estaba seguro de que era lo que le pasaba.

-         Bueno como sea, solo compórtate un poco ¿quieres?-. Suspiro el profesor con resignación.  Y se contuvo de decir algo más al escuchar la puerta abrirse.

-         Estoy en casa-. Kusama Nowaki llegó antes de lo esperado.

-         ¡Bienvenido!-. Sonrió su amante.- Llegas antes de lo que me dijiste.

-         Si, al final no fue tan complicado como lo esperábamos y terminamos antes-. Dijo al tiempo que se acercaba para tomar su lugar en la mesa luego de dejar su maleta sobre el sillón.

-         Eso es fantástico, entonces cenemos antes de que se enfrié, compré el guisado de cerdo que tanto te gusta Nowaki-. Se sentó al mismo tiempo que empezaba a abrir las bolsas del restaurante.

-         ¿En serio? Muchas gracias, Hiro-san-. El más alto acarició la mejilla de su compañero mientras este le servía en un plato.

El escritor carraspeo para hacer notar que Misaki y él seguían presentes pues los otros dos parecían haberlo olvidado.

-Ah sí, bueno pues.. Buen provecho-. Kamijou volvió en sí y se enderezó en su lugar un poco apenado por haberse dejado llevar.

El menor observaba la escena, ¿Qué era lo que le molestaba a Usagi-san si Kusama-san era cariñoso con Kamijou-sensei? Si bien el jamás imagino ver esta parte de la vida privada de su profesor ahora que estaba enterado le parecía de lo más normal que ambos se dieran esa clase de afecto. ¿Qué tenía de malo? O era acaso que ¿Usagi-san estaba celoso? Tenía tantas dudas y a la vez esta situación extraña lo hacía sentirse triste, después de todo El y Usagi-san ¿no eran amantes? Quería preguntarle lo antes posible a Usagi, pero simplemente no sabía cómo y a decir verdad no estaba seguro de querer escuchar las respuestas.

 

-         Por cierto Akihiko, ¿Qué tal vas con tu manuscrito?-. El profesor rompió el silencio

-         Bien, me ha llegado una buen idea y creo que la historia quedará excelente, aun estoy batallando con algunos detalles que no encajan como deben pero me las arreglaré.

-         Después de cenar puedo darle un vistazo y te ayudaré-. Se ofreció

-         No es necesario, de momento no quiero que lo leas hasta que esté más avanzado.

-         Maldito no estarás… -. Hiroki sabía que las únicas veces en las cuales el escritor se había negado a que leyera su trabajo fueron aquellas en las que él figuraba como protagonista de sus historias.

El escritor sonrió, por primera vez se alegraba que Nowaki estuviera allí, debía reconocer que Hiroki se controlaba bastante estando delante de él.

-         Te lo he advertido muchas veces ¡No quiero que me inmiscuyas en tus locuras!-. Reclamó el castaño

-         ¿Qué locuras?-. Intervino Nowaki

-         Si, ¿De qué hablan?-. Quiso saber también el estudiante

-         De nada, olvídenlo-. Akihiko estaba seguro que su amigo se molestaría mucho si confesaba que lo utilizaba para escribir sus novelas.

-         No lo voy a olvidar ¿de qué están hablando?-. Nowaki estaba bastante molesto, de alguna forma sentía que Usami y Hiro-san se comunicaban y solo ellos podían entenderse mutuamente y eso no le gustaba para nada.

-         No es nada, es solo un asunto que tenemos pendiente Akihiko y yo.

-         ¿Qué asunto pendiente?-. Volvió a preguntar con rapidez lo cual empezaba a molestar a su amante.

-         ¡Nowaki!, Compórtate por favor-. Hiroki se negaba a hacer una escena delante de sus invitados y trataba de mantener la compostura.

-         Creo que ya se me quitó el apetito-. Se levantó de la mesa para dirigirse al sofá y encender la televisión. Pero el profesor no se movió de su lugar, permaneció serio y continuó comiendo.

-         ¿No vas a decirle nada?-. Lo interrogó el de los ojos violetas.

-         ¿Decirle que? No hablaré con él hasta que se comporte como un adulto.

Akihiko se encogió de hombros y siguió comiendo como si nada, pero Misaki no estaba tan tranquilo, no estaba enojado de la misma forma que Nowaki pero si lo entendía un poco, esa extraña sensación de ser excluido lo lastimaba.

 

Los tres terminaron sus alimentos y recogieron la mesa. Akihiko trajó su laptop, una cerveza y siguió escribiendo mientras que Hiroki leía un libro. El más joven optó por ir al sillón y sentarse a ver televisión junto con Nowaki.

 

-         Oh, ese dorama me gusta mucho-. Exclamó al reconocer de que se trataba el programa televisivo.

-         Si, es bastante interesante-. Le respondió el mayor

-         Fue tan romántico cuando la protagonista se reencontró con su amigo de la infancia y como él se le declaró.

-         Sí, pero ella está casada no lo olvides

-         Por eso está indecisa, aunque yo creo que al final triunfará el amor-. Dijo con emoción.

-         Si, se quedará con su marido, es a él a quien ama. Pues por algo lo eligió.. Su amigo solo es un bello recuerdo, pero no siempre el primer amor es el más fuerte-. Agregó Nowaki con seguridad.

-         Mmh, nunca lo había visto de esa forma-. Se llevó la mano a la barbilla mientras en su rostro se reflejaba un semblante pensativo. – Aunque puede que tengas razón, después de todo fue su ahora esposo quien la ayudó a superar su depresión y ella estaba bastante feliz hasta que su amigo regresó.

-         Además no olvides a Miko-san, la secretaria del amigo de la protagonista.

-         ¡Es cierto! Ella siempre lo cuida y parece que está muy enamorada de él. Sería lindo si ellos dos quedaran juntos, hacen buena pareja y creo que serían muy felices. ¡Se complementan perfectamente!-. Alzó la voz emocionado y recibió como afirmación una sonrisa departe de Nowaki.

-         ¡Hey! Ustedes dos ¿No deberían estar haciendo algo más útil que ver doramas?-. Hiroki había dejado su lectura y ahora se encontraba de pie a un costado de Misaki.

-         Es entretenido-. Contesto el más alto sin prestarle mucha atención.

-         Takahashi deberías aprovechar para hacer tu tarea, si le dedicarás el mismo entusiasmo a la escuela que a la televisión tus notas serían más altas.

-         Pero mañana es sábado, ya habrá tiempo para la escuela de Lunes a Viernes-. Reprocho el menor.

-         Esta juventud de ahora, no se puede con ustedes-. Murmuro Hiroki algo exasperado. – Nowaki me voy a dormir.

-         Buenas noches-. Respondió aun con la mirada fija en la televisión.

-         ¿No tienes que ir a trabajar mañana temprano?

-         Si

-         Entonces ¿Por qué no te vas a dormir de una vez?

Nowaki sonrió y volteo a verlo.

-         Hiro-san, si quieres que me vaya a dormir contigo solo tienes que pedírmelo.

-         ¡Eres un tonto!-. El castaño enrojeció hasta las orejas dio media vuelta y se fue a su alcoba.

-         Amh, ¿Él estará ….bien?-. Inquirió Misaki

-         Si, el siempre es así-. Nowaki sonrió y se puso de pie. – Pero tiene razón, es mejor que me vaya a dormir.- Se estiró como un gato para relajar sus articulaciones. – Buenas noches, nos veremos mañana-. Se despidió de Misaki quien solo levantó su mano en señal despedida y el mayor se fue a seguir a Hiroki hasta la habitación. 

 

El lugar que dejo Kusama en el sillón rápidamente fue ocupado por Akihiko.

-         ¿Y de que tanto platicaban ustedes dos?-. Interrogó al muchacho

-         De un dorama

-         ¿Te gustan esas cosas?

-         Si, y no deberías llamarlas “esas cosas” cuando tu también te dedicas a hacer historias cursis para entretener a las masas-. Dijo en un tono algo sarcástico

-         Lo siento, no quise decir eso, es solo que no sabía que te gustaban y es un nuevo descubrimiento que he hecho de ti-. Pasó su brazo por encima de los hombros de Misaki.

-         ¡Usagi-san! ¿Qué haces?-. El chico enrojeció

-         Te abrazo. ¿Acaso no puedo?

-         N..no.. estamos en casa ¿Qué tal si nos ven?

-         ¿Qué tiene de malo? Es solo un abrazo, aunque si quieres que hagamos otras cosas-. Su mano comenzó a deslizarse por la cintura de su amante. – Tampoco tengo inconveniente en hacerlo aquí y ahora.

-         Usagi-san… compórtate-. Le hablaba entre susurros mientras se quitaba las manos del escritor de encima y en lugar de eso se recargó en su hombro. – Quiero terminar de ver este capítulo.

Akihiko volvió a abrazarlo con fuerza acercándolo a su propio cuerpo, depositó un suave beso sobre su frente y se entretuvo acariciándole el cabello. – Te quiero Misaki-. Le dijo al oído. El menor no emitió palabra alguna, pero se abrazó fuerte del cuerpo de Akihiko y se quedó allí entre sus brazos. Definitivamente no sabía qué clase de relación tenían en esos momentos, de lo que si estaba seguro era de lo bien que se sentía estar con Usagi-san.

 

La mañana del sábado se antojaba tranquila, sentado en la mesa el pediatra disfrutaba de un desayuno preparado por su novio, que amablemente insistió en hacer por sí mismo y ahora lo miraba expectante desde la silla del lado contrario.

 

-         Hiro-san, de verdad esto no era necesario, podías haberte quedado dormido y yo habría comprado algo de camino al hospital.

-         Si no te gusta no tienes que comerlo.

-         ¡Esta delicioso!-. Confirmo Nowaki antes de comerse otro bocado.

-         Mentiroso, no tienes que ser amable, yo sé que no soy tan bueno como tú en la cocina y aunque hice solo huevos con tocino de seguro saben horrible.- Recargo la cabeza sobre la mesa completamente deprimido.

-         De verdad, esta delicioso. Por favor, has más de esto en el futuro para mí-. Nowaki sonrió cálidamente lo que alegró de sobremanera a Hiroki quien se sentía culpable porque Nowaki no terminó su cena anoche. 

-         Buenos días -. Saludo Misaki con voz adormilada quien apareció de pronto y se dirigía al baño.

-         Buenos días-. Respondieron al unísono los dueños del departamento.

Nowaki prontó terminó su desayuno y se preparó para salir, Hiroki le entregó la maleta que siempre llevaba con sus cosas y lo acompaño a la puerta.

-         Hasta la tarde, Hiro-san y por favor pórtate bien-. Beso suavemente a su amante a manera de despedida pero eso no impidió que el otro protestara.

-         ¿Portarme bien? Nowaki no se qué te estás imaginando pero deja de hacerlo de una buena vez, tienes que confiar en mí-.

-         Lo hago, yo confío en ti. Es en Usami-san en quien no confío-. Volvió a besarlo pero esta vez con más pasión, casi hasta dejar sin aliento a Hiroki quien al momento de separar sus labios lo miraba con ternura.

-         Nowaki, gracias por amarme tanto-. Le dijo casi en un murmullo pero fue claramente escuchado por su novio.

-         Hasta la tarde-. Una sonrisa y un último y suave beso fueron la despedida antes de que la puerta se cerrara tras de Nowaki. 

 

Kamijou se quedó estático lo que le pareció unos segundos, al reaccionar dio la media vuelta, caminó unos cuantos pasos y vio salir del baño a Misaki pero el timbre de la entrada sonó de repente y volvió a la puerta. Misaki por inercia también se quedó para ver quién era.

 

-         Nowaki, ¿acaso olvidaste tus llaves? -. El castaño abrió la puerta con confianza de par en par y unos brazos fuertes lo rodearon por los hombros acercándolo al cuerpo de un hombre mucho más alto que él.

-         Cariño, estoy en casa-. Exclamó el hombre y la escena fue contemplada no solo por Misaki sino también por Akihiko que acababa de salir de la recamara pues sintiendo la ausencia de su amante en la cama se levantó a buscarlo.

-         ¡¿Cuál cariño ni que nada?!-. Se soltó rápidamente del agarre y una vena comenzaba a saltársele en la frente. - ¿Qué está haciendo a estas horas en mi casa?

-         Estaba esperando a que el grandote se fuera-. Respondió despreocupadamente el extraño.

-         ¡No espíe afuera de mi casa! ¡Largo!-. Hiroki señaló la salida

-         ¡Pero Kamijou!-. Vuelve a abrazar al castaño aún en contra de su voluntad. – Vine hasta aquí a buscarte para que me consueles.

-         ¿Miyagi-sensei?-. La tímida voz provenía de atrás de Hiroki. El aludido levantó la vista y sus miradas se cruzaron, pero rápidamente volvió su atención a Hiroki.

-         Kamijou ¿Este no es un estudiante de nuestra universidad verdad?

-         Si lo es-. Respondió enojado

-         Cada vez te gustan más jóvenes, así ¿cuándo le darás una oportunidad a un viejo como yo?

-         ¡Deje de decir tonterías!-. Se soltó nuevamente del agarre – Váyase de una vez, hoy es mi día de descanso y eso incluye descansar de usted, bastante tengo con aguantarlo en horario de oficina de Lunes a Viernes.

-         Pero no tengo a donde ir, fui echado de mi propia casa

-         Sé que me arrepentiré de esto pero… Explíqueme eso.- Se llevó una mano a la frente, empezaba a dolerle la cabeza.

-         Me dijeron algo como esto: “Eres un viejo idiota y malagradecido, largo de aquí”-. Dijo imitando una voz chillona e infantil.

-         ¿Por qué le dijeron eso?

-         Por quejarme de la comida.

-         ¿Qué? ¿Aún sigue cocinándole solo repollo?

-         Bueno, ha ido cambiando a diferentes verduras pero esa parece ser su favorita.

-         ¿Y qué quiere que yo haga si un adulto como usted es controlado por un adolescente como él?

-         ¡Pues todo esto es tú culpa!

-         ¡¿Mi culpa?!- Tanto Hiroki como Miyagi comenzaban a subir la voz mientras los otros dos solo los contemplaban estupefactos.

-         ¡Sí!, hice lo que me dijiste. Fui sincero con él y le comenté que su comida era horrible y necesitaba algo de proteína o moriría.

-         ¡Yo no le dije que le dijera que su comida era horrible!

-         ¡Pero lo insinuaste!, todo es tu culpa y ahora tendrás que pagar con tu cuerpo-. Lo abrazo por la cintura y comenzó a levantar la camisa de Hiroki quien iba a protestar pero sintió como alguien se acercó por su espalda y detuvo a su jefe.

-         ¡Akihiko!-. Exclamó el castaño mientras contemplaba la mirada seria de su amigo.

-         Hiroki ¿Estás bien?-. Aflojó un poco el agarre sobre las manos del pelinegro quien aprovecho para zafarse.

-         ¡Vaya! ¿Cuántos guardaespaldas de estos tienes?-. Se sobaba las muñecas

-         Si, Akihiko está bien,  no hay…. – Trataba de explicar, pero fue interrumpido por su amigo.

-         ¿Quién es esta persona?-.

-         Ah! Miyagi Yō, mucho gusto-. El profesor extendió la mano hacia Akihiko pero este lo ignoró por completo dejándole la mano en el aire.

-         ¿Quieres que lo saque de aquí?-. Le preguntó el escritor a su amigo.

-         ¿Qué? ¡No! Akihiko, él es mi jefe y ya se va-. Volvió a señalarle amablemente la salida.

-         ¿Irme? Pero si acabo de llegar, además ¿A dónde voy a ir?-. A pesar de todo Miyagi no cesaría en sus intentos.

-         Yo que sé, busque un hotel-. Dijo Kamijou sin ninguna emoción acercándose a la puerta para que Miyagi saliera.

-         Pero me sentiré triste y solo.- El mayor se acercó hasta su asistente

-         No me importa.

-         Estaba deseando que tú y yo tuviéramos una cita.

-         Ni de broma.

-         Estoy triste y desconsolado.

-         Dígale eso  a alguien más.

-         Necesito alguien con quien hablar.

-         Yo no quiero escucharlo.

-         Conozco una interesante librería.

-         ¿Librería?-. La voz de Hiroki se había emocionado y el mayor supo que había dado en el clavo aunque esta opción ya la tenía planeada por si todo lo demás fallaba tal como esperaba que lo hiciera.

-         Si, conozco una a unos cuantos kilómetros de aquí, tiene cosas muy buenas y podremos ir, hablar y estarás aquí antes de que tu linda esposa regrese de trabajar.- Confirmó Miyagi

Hiroki analizó su oferta unos instantes y al final declaró: -Ok, iré con usted pero de ninguna forma es una cita y no lo hago porque usted me importe es solo curiosidad literaria-. Aclaró

-         Sí, por mi está bien pero solo si podemos comer algo de carne por el camino.

-         No hay problema conozco un buen restaurante por aquí cerca-. El castaño tomo su billetera y se preparó a salir.- Regreso más tarde, sean buenos y cuiden la casa. – Se dirigió a sus huéspedes.

-         ¡Espera Hiroki! ¿Cómo que te vas? ¡Y con esta persona!-. A Akihiko le sorprendió la actitud de su amigo ¿No lo habían estado acosando hace unos segundos? Y ahora él se iba tan feliz con esa persona como si nada.

-         No te preocupes yo me las arreglaré-. Le dijo y levantó la mano en señal de despedida pero Akihiko le impidió cerrar la puerta.

-         Él te llamó “cariño”. Hiroki ¡¿Acaso él es tu amante?!

-         ¿Qué? ¡¿De qué rayos hablas Akihiko?!... -. Iba a seguir hablando pero fue interrumpido por Miyagi a quien no se le había escapado ni una sola palabra de la conversación.

-         No nos gusta que nos llamen así, solo digamos que somos “amigos íntimos”-. Tomó a Hiroki de la muñeca y lo arrastro lejos hacia su auto sin importarle las protestas de este.

-         ¿Usagi-san?-. Misaki se acercó hasta el perplejo escritor que estaba atónito ante lo que acababa de suceder.

-         Misaki, ¿Tú conoces a esa persona verdad?-. Le preguntó sin dirigirle la mirada

-          Emh, si un poco-. El estudiante volvió su vista hacia el punto donde momentos antes estaban Miyagi y Hiroki. – Es un profesor de la Universidad pero nunca he tenido clases con él y la verdad yo era de los que pensaba que todo era un juego.

 

-         ¿Un juego? ¿De qué hablas?-. Akihiko esta vez sí miro atentamente al chico.

-         La forma en que se tratan los profesores de Literatura es bien conocida en la Universidad, de hecho el pasillo donde está su oficina siempre está lleno de chicas curiosas. Y entre los demás apostamos por si su relación es real o solo es un juego. Yo creía que era un juego porque no pensaba que Kamijou-sensei podría estar con un hombre.

-         ¿La forma en que se tratan? ¿Te refieres a los abrazos y los acosos?-. Preguntó el mayor

-         Si, además de que Miyagi sensei siempre le habla de forma cariñosa a Kamijou-sensei.

-         Y ahora ¿qué piensas? ¿Sigues creyendo que su relación es solo un juego?-.

-         Si-. Respondió el menor con firmeza

-         ¿Qué? ¿De verdad?-. Usami, se sorprendió pues ni siquiera él estaba seguro de la clase de relación que su amigo tenía con su jefe y eso que lo conocía desde hace muchos años.

-         Estoy seguro que Kamijou sensei solo quiere a Kusama-san-. Dijo sin titubear, esto sorprendió a su amante pero no pudo evitar sonreír y abrazarlo tiernamente.

-         ¿Usagi-san? ¿Qué pasa?-. El chico no se esperaba esa reacción de parte del escritor

-         Nada, solo que cada día me sorprendes más Misaki y a cada momento que pasa, me gustas más-. Las mejillas del menor se encendieron. 

-         Eh, Usagi-san No digas esas cosas-. Los labios del estudiante fueron callados por el beso de Usami Akihiko.

-         Sabes que tenemos la casa para nosotros solos ¿verdad?-. Dijo el escritor mientras una sonrisa pícara se dibujaba en su rostro.

-         Eh, no… Usagi-san.. ¿e…en que estás pensando?-. El menor retrocedió e intento huir, pero el otro lo sujetó con fuerza arrastrándolo hasta la recamara que compartían.

-         No, a…quí no. Som..os invitados ¿Lo o..olvidaste?-. Le temblaba la voz pues Akihiko le besaba el cuello y estaba luchando por quitarle la ropa.

-         ¿Y qué? Yo quiero a Misaki y tendré a Misaki-. Lo lanzó a la cama y luego se colocó encima de él para seguir acariciándolo.

-         Usagi.. no, detente .. ¿Qué haces? Ahhg-. No pudo contener un gemido cuando las manos de su amante tocaron su miembro ya erecto aunque aún trataba de empujarlo con ambas manos, pero esta acción no tendría ningún resultado.

-         Me gusta cuando te resistes, no haces más que excitarme más con eso Misaki-. Con su boca comenzó a recorrer el pecho del otro, su lengua juguetona se detuvo unos instantes para complacer los pezones también erectos del joven estudiante sin dejar un segundo se masturbarlo.

-         Detente… porfavor.. o yo voy a.. -. Aunque las palabras que salían de su boca le pedían detenerse su cuerpo comenzó a moverse para incrementar la sensación placentera que aquellas frías manos le proporcionaban. – Ahh, aaah.. Usagi-san-. Con esta última mención del nombre de la persona que ahora tenía enfrente Misaki se vino para felicidad del otro.

-         Aún no acabamos-. Anunció el escritor, levantando las delgadas piernas del ahora completamente cansado castaño quien no objetó nada, simplemente se limitó a aferrarse fuerte de la ancha espalda del ojivioleta. – Dime si te duele-. No fue necesario quitarse toda la ropa, bajo un poco su pantalón y sacó su intimidad poniéndola en la entrada de Misaki quien se mordió los labios cuando el mayor comenzó a presionar para invadir su interior.

-         Ahhh.. Usagi… Usagi… -. Su respiración era agitada y aunque el dolor era intenso sabía que el placer era aún mayor.

-         Eso es, déjame ver tu rostro.. amo ver tu rostro sonrojado-. Le sujetó la cara con una mano mientras lo penetraba una y otra vez hasta llegar al límite y eyacular dentro de él. – Misaki, te amo-. Le dijo dulcemente mientras dejaba caer su cuerpo junto al de él.

El chico no respondió nada pero un pensamiento cruzó por su mente ¿Cómo podía decirle que lo amaba y al mismo tiempo actuar tan extraño con Kamijou Hiroki? Sus ojos se humedecieron pero no le dejaría ver a Usami lo triste que se sentía y por eso aguanto el llanto que amenazaba con dominarlo. Para su fortuna su amante se quedó dormido de nuevo rápidamente.

 

 

La tarde llegó y un auto sedan negro se estacionó afuera del edificio de apartamentos donde estaba la residencia Kusama-Kamijou. Hiroki fue el primero en bajar del vehículo luchando con la gran cantidad de bolsas que traía cargando.

 

-         ¡Vaya! ¿De verdad tenías que comprar tantos libros en una sola vuelta? Te dije que podíamos regresar cuando quisieras-. Se quejó Miyagi a quien le tocaba cargar también una buena parte de las compras de su asistente.

-         Usted tiene la culpa por no haberme hablado de esa librería antes-. Comenzó a subir las escaleras.

-         Pero si te he invitado decenas de veces-. Comento indignado

-         Es que a usted es imposible tomarlo en serio, ¿Cómo iba yo a saber que estaba diciendo la verdad? Si lo único que hace es tener malas intenciones para conmigo.

-         My sweet honey Yo lo único que tengo para ti es amor y cariño-. Dijo risueño

-         Ese precisamente es el tipo de “malas intenciones” a las que me refiero-. Le dirigió una mirada con claras intenciones asesinas. - ¿Dónde deje mi llave?-. Habían llegado a la puerta del departamento y Hiroki buscaba en todos sus bolsillos. - ¡Rayos! No la traje conmigo, lo bueno es que esos dos están en casa-. Tocó el timbre.

 

Fue Misaki quien abrió – Bienvenidos-. Dijo y fue a sentarse nuevamente frente al televisor, a su lado estaba Akihiko aun escribiendo en su laptop.

 

-         ¿Y bien, donde pongo esto?-. Preguntó Miyagi refiriéndose a las bolsas de libros.

-         Donde sea está bien, yo las acomodaré en un momento más.  Muchas gracias-. Hiroki caminó directo a la cocina mientras el mayor ponía las bolsas arriba de la mesa. – ¿Profesor quiere algo de beber? ¿Agua? ¿Refresco? ¿Una cerveza?

-         Una cerveza está bien-. Caminó hasta quedar cerca del sillón y tumbarse en el notando con detalle por primera vez al ojiverde. -Takahishi ¿no debería estar estudiando o algo asi?

El aludido levanto la mirada y la dirigió al profesor. –¡Miyagi sensei! Usted si sabe quién soy-. Exclamó contento

-         Claro que se quién eres, tus calificaciones son bajas y siempre te duermes en el salón de clase, deberías ver todo lo que me ha costado sobornar a Kamijou para que no te eche de su grupo.

-         Sensei, ¿Usted ha hecho eso por mí?-. Dijo sorprendido el menor

-         Claro que no lo hice por ti, es solo que si él te echa yo tendría que darte clase y con tus calificaciones bajarías mucho mis estadísticas.

-         ¡Sensei!-. El castaño hizo pucheros

-         Nah no es cierto-. Rió – Siempre le digo a Kamijou que deje en paz a los estudiantes, después de todo están en la edad del amor, la diversión y los amigos. Es comprensible que tengan malas calificaciones con tanto que vivir.

-         Profesor no le diga eso-. Kamijou apareció con una cerveza en la mano y la puso en la cabeza de Miyagi.

-         Ay ay ay ¡Kamijou! Esta fría-. Sujetó la cerveza con la mano y Misaki no pudo evitar reír lo que hizo que el escritor alejara la vista por primera vez de la pantalla, aunque se había mantenido atento a toda la conversación.

-         Hiroki no es ya la hora en que llega ese tipo con el que vives-.

-         Ese tipo con el que vivo se llama Nowaki-. Respondió enojado – Pero tienes razón, Profesor es hora de que se vaya.

-         Pero me quiero quedar.

-         Le recuerdo que esta casa no solo me pertenece a mí y además no hay más habitaciones donde pueda quedarse a dormir.

-         Pensé que podías utilizar tus “encantos” para convencer a tu linda esposa de que me deje quedarme y este sillón es cómodo, igual puedo dormir aquí-.  Dijo sonriente y tranquilo, aunque la sonrisa se le borro del rostro cuando un libro le dio de lleno en la cabeza.

-         ¡Nada de encantos! Le digo que ya no hay espacio aquí para usted.- gritó Hiroki pero se tranquilizó al escuchar la puerta abrirse.

-         Estoy en casa-. Nowaki entró sonriente como siempre y dejó la maleta en el piso.

-         Bienvenido-. Respondieron Hiroki, Misaki y Miyagi. El escritor se limitó a sonreír y no porque le alegrará que Kusama estuviera en casa, sino porque estaba seguro que el sí terminaría por echar fuera a ese hombre desagradable que se tomaba muchas libertades con Hiroki y parecía agradarle a Misaki.

-         Eh?-. Se quedó helado al ver a Miyagi muy tranquilo en la sala de su propia casa, ya se había topado con él antes, pero habían tenido un encuentro pésimo y las demás veces solo lo había visto en la Universidad haciendo enojar a Hiroki.

-         ¿Qué tal? ¿Cómo has estado?-. Preguntó el mayor en un tono muy correcto y amigable.

-         ¡Nowaki! No te dejes engañar por esta persona, lo único que quiere es hospedaje gratis y ya le dije que no hay lugar aquí para él-. Intervino rápidamente el castaño.

-         ¡Kamijou! No digas eso, soy un amigo en desgracia. ¿Tanto te cuesta ayudarme un poco?-. Se quejó el pelinegro

-         Ya le dijo que a él no le importa, porque mejor no se larga de una buena vez-. Intervino Akihiko.

-         A ti nadie te está hablando escritor sobrevalorado así que ¿porque no te callas de una buena vez?-. En los ojos y la voz de Miyagi se notaba una seriedad no muchas veces vista en él.

-         ¿Qué estás diciendo?-. Usami se puso de pie pero no realizó ninguna acción debido a que fue interrumpido por Nowaki.

-         Que se quede-. Dijo sin más el pediatra.

-         ¿Qué?-. Hiroki estaba estupefacto.

-         Miyagi-san es bienvenido en esta casa el tiempo que necesite, lamento no poderle ofrecer una habitación pero acondicionaremos un área donde pueda dormir.

Ni siquiera el jefe de Hiroki podía creer lo que estaba pasando, así de sencillo había conseguido alojamiento y apoyo de quien menos lo esperaba. Hiroki se acercó hasta Nowaki para hablarle sin que los demás escucharan.

-         ¿Por qué estás haciendo esto?

-         Hiro-san ya tiene invitados, yo también puedo tener un invitado ya que esta también es mi casa.

-         No me refiero a eso. Dijo Hiroki y Nowaki sonrió.

-         Él es capaz de enfrentársele a Usami Akihiko, quien sea que tenga esa capacidad y vea lo que yo veo, es bienvenido en esta casa-. El más alto se abrió paso de camino a su habitación pero no alcanzo a llegar a ella porque la voz de Akihiko se dirigió a él.

-         ¿Estás loco? ¿Acaso no conoces a este tipo? ¿Tienes idea de cómo trata a Hiroki?-. Gritó furioso el escritor.

Nowaki volvió sobre sus pasos y le advirtió a Miyagi: - Claro, casi lo olvido. Las manos siempre donde pueda verlas y bastante lejos de Hiro-san-. Sujeto a su novio por la cintura y lo acercó a él posesivamente. – Él es mío y si eso le queda claro entonces no intente nada o habrá consecuencias y créame esta vez no me detendré.

-         Idiota ¡¿qué estás diciendo?!-. Hiroki rojo como un tomate trato de zafarse del agarre pero le fue imposible.

-         Entendido, fuerte y claro-. Miyagi sonrío un poco nervioso, no estaba seguro si se había ido a meter justo a la boca del lobo.

-         Me alegra-. Nowaki se despidió y arrastró consigo a Hiroki hasta su habitación. 

Continuara...

Notas finales:

Gracias por leer, y no olviden dejar sus comentarios... me sirven de mucho para ver que les esta gustando de la trama y que no.. 

 


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