DaeHyun miraba fijamente ese rostro que estaba a su lado después de varios besos terminaron dormidos ambos deseaban más pero la realidad los golpeo de frente, razón por la cual decidieron finalizar sus acciones llevo sus ojos a ese perfecto rostro, no era gay se gritaba una y otra vez pero por más veces que se maldijiera no desaparecía el hecho que deseaba a su compañero, influenciado por su vivió se acerco a esos labios para besarlos, la sensación era embriagante, Jae se removió al sentirse invadido abrió los ojos descubriendo el rostro del mayor cerca del suyo.
—Deja de molestar tan temprano.— Le regaña tocando las heridas del menor.— Parece que bajo la inflamación ¿Te duelen?.—Dae negó acercando sus labios a los del menor y lo arrincono entre las cobijas.—Debería buscar unas aspirinas, deja de hacer eso.
Los labios de Dae ya estaban en el cuello canela del menor mientras sus manos vagaban por debajo de su camisa, su piel entraba en ebullición al contacto no habían hablado nada del beso solo bloquearon las razones querían cuestionarse sobre el significado de esos actos pero les faltaba demasiado valor ademas les fascinaba tocarse, para ambos era más factible omitir las razones a tener que enfrentar sus sentimientos.
—Es domingo tenemos todo el día.— le contesto dirigiendo sus dientes al cuello del menor estaba encima de él apresándolo entre las cobijas Jae trató de negarse pero el calor que lo invadió fue más fuerte que su cordura, los dedos del mayor se adentraban por debajo de la camisa rasgaban su piel.—Ademas no tengo muchas ganas de salirme de la cama ¿Tú?
YoungJae negó con la cabeza su garganta se había cerrado impidiendo la salida de palabras fue entonces que ligeros gemidos escaparon trato de tapar su boca con una mano pero fue imposible reprimir esos sonidos así que llegaron a los oídos del mayor quien emitió una mediana sonrisa, le quito la playera para navegar por esa piel suave como la corteza de un durazno, sus dientes se obsesionaron por aquellos botones rosas, Jung amaba a las mujeres de grandes pechos pero esos botones lucían más apetecibles que cualquier otra cosa, una extraña sensación recorría su columna vertebral erizando cada vello sobre su piel, el contacto lo electrificaba, la habitación estaba levemente iluminada, no estaba borracho, sus emociones eran conscientes de la locura que buscaba efectuar, estaba mal, era incorrecto, inmoral y hasta asqueroso pero no importaba con cuantos argumentos se reprimiera ninguno detenía el deseo por poseer a ese chico.
—Dime que me detenga.—Le susurro al oído lamiéndolo, sus manos estaban en el borde de su bóxer.—Patéame y aléjame de ti.—Un ligero gemido de escapo de su garganta cuando saco aquella hombría de la ropa interior del menor.— Es antinatural, te vas arrepentir.
El pecho de YoungJae subía y bajaba con una sincronización errática, su espalda se arqueo al sentir esos dedos acariciandolo, deseaba esa situación no lo detendría ni un solo segundo, no estaba pensando solo se dejaba llevar por la maldita lujuria insertada en su mente que borraba sus pensamiento, que desconectaba su cerebro.
—¿Qué pasaría si no quiero que te detengas? .—Le contesto besándolo en los labios insertando su lengua para invitar a la contraria a jugar..—¿Si estoy dispuesto a que llegas al final?.— Ahora el menor fue quien despojo de la camisa al mayor, sus labios se dirigieron a sus clavículas, hombros, tiernos besos fueron esparcidos, delgados dedos delinearon las abdominales del contrario.—Continua, no te detendré, no tengo fuerza para hacerlo.
YoungJae bajo el bóxer del mayor para acariciar esa zona, nunca fue un adolescente muy interesado en el sexo más que lo normal, vio revistas porno de compañeros de colegio que dejaban escondidas en los baños, un par de veces visito un sitio porno y se toco pero no más de lo normal, su deseo era por temporadas como cualquier ser humano, las citas con Cara solían subir cada vez más de tono pero alcanzaba a limitarse, la respetaba y le gustaba pero con Dae su voluntad se derretía como un cono de nieve en pleno desierto.
—Maldita sea YoungJae jamás había tocado a un hombre.—Confesó juntando ambas erecciones siempre creyó que esa sensación de dos hombrías juntas era asqueroso pero en ese instante era una increíble emoción, ambos estaban mojados, pegajosos.—No sé que debo hacer lo lamento pero solo he estado con chicas así que te haré lo mismo.
El mencionado torció los labios odiaba que le recordará que no era el único, detestaba pensar que sería tratado como una chica más en la lista quiso moverse pero se detuvo al ver como el mayor lamia un par de dedos y los llevaba a su entrada, fue extraño al percibir algo en ese intimo espacio, sus manos fueron a ambos miembros que continuaba acariciándose mutuamente, unos labios gruesos volvieron atacar su cuello, sus hombros, se quedo estático frente a la maestría de su amigo, un quejido escapo de su boca al notar ahora dos objetos extraños.
—Estas tan mojado, tú mismo has logrado lubricarte.—Le dijo con una sonrisa, sumergió su nariz en ese pecho su aroma era un afrodisiaco que lo estaba volviendo loco.—¿estas seguro? No quiero robarle la virginidad a mi amigo porque ambos estamos calientes.
—Eres un verdadero imbécil.—Le contestó frunciendo la frente odiaba su brutal honestidad, Dae solo estaba caliente por eso lo tocaba mientras él, él no estaba seguro si era el deseo porque lo amaba o también eras las hormonas que no se podía controlar.—¿Crees que tengo fuerza para dar un paso atrás?
El mayor no contesto solo giro a su compañero no quería ver su rostro de dolor, ni deseaba que Jae mirara su cara de pervertido aunque por fuera luciera fuerte, seguro de si mismo por dentro se deshacía de miedos, dudas, temores, no lograba descifrar la razón por la cual comenzó a desearlo abrió el cajón del buro para sacar una bolsita agradecía que hubiese comprado de más, esa parte se la sabia de memoria, se protegió a si mismo aunque principalmente lo hacía por su amigo, Jae no había estado con nadie mientras él, él era un misógino de lo peor.
—Relajate.—Le susurro en la nuca dando pequeños besos en su espalda, hombro, nuca—Todo va estar bien, no te voy a lastimar.
Quiso gritarle que no era un niño pero Jae se contuvo al sentir como algo entraba a su cuerpo aprieto las sabanas con fuerza, no era nada comparado a los dedos que antes lo amoldaron, era distinto, un dolor recorrió su columna vertebral, el dolor pudo ser peor pero la voz de Dae lo distraía, era como un tranquilizante, el dolor fue sustituido por el placer levantó más las caderas, ese movimiento fue interpretado por el mayor quien aumentó las embestidas el placer se fusionaba en una extraña emoción ambos cuerpos se sincronizaban, se volvían uno, Jae se giro para ver de frente al pelinegro se colgó a su cuello para besarlo, rasgar sus espalda buscaba gritarle que le gustaba, lo quería, tal vez esa mañana el deseo le ganaba pero entregarse a él también era porque se estaba enamorando de él, mordio sus labios fuertemente podría soportar que su cuerpo fuera mancillado pero no su orgullo, su corazón, hablar de amor era la sentencia final para su amistad, solo quería quedarse un poco más aunque no estuviera seguro que pasaba por la mente del mayor se contuvo a gritar las palabras de amor que emergían de su pecho ambos llegaron al limite juntos, el mayor termino agotado encima de Jae después de unos segundos se salió de él para tirar algo en el bote de basura, regreso a meterse a la cama para abrazar al pelinegro menor quien trataba de regular su respiración.
—¿Te duele algo? .—Cuestionó el mayor abrazando por la espalda a su amigo besando nuevamente su cuello, Jae negó con la cabeza.—Jae no sé que decir después de esto.
—No hay nada que hablar ambos lo queríamos es normal que amigos hagan esto.—Inventó se giro para quedar de frente con el mayor quien lucia arrepentido, no por hacerlo sino por no saber la razón por la que lo hizo.—La gente es bisexual, me gusto hacerlo contigo y yo tampoco entiendo nada mejor no le demos un nombre y solo continuemos haciendo lo que queramos.
No estaba dispuesto a entrar a un dilema moral o una pelea sin sentido tenía miedo de perder su amista, sexo y amor son dos temas que tienen distinto valor, para algunos son independientes no necesito amor para tener sexo, es un deseo natural del cuerpo pero el amor es un proceso mental más complicado de deshacerse, Jae percibió como nuevamente unas manos se abrían paso por sus muslos dirigió sus labios para besar a su acosador, a veces no existen razones lógicas para las decisiones de los humanos solo nos dejamos llevar por nuestro instinto natural sin saber que nos puede traer más acertijos que soluciones.
Departamento Bang
Bang abrió los ojos topándose con la hermosa imagen de JunHong pegado a su cuerpo su rostro estaba sobre su brazo, era una imagen adorable que era digna de ser guardada para la posteridad, jalo su móvil con la mano libre para comenzar a fotografía tan perfecto paisaje enfoco sus ojos en esos finos rasgos a lo lejos podía decirse que su cara era muy femenina pero de cerca era claro que su género era masculino, dejo escapar un suspiro para dirigir sus ojos al techo, Mike había confesado que inicio una relación Chester, lo amaba y quería estar a su lado para cuidarlo si las personas se oponen a su relación lo sentía por ellas pero por nadie abandonaría al causante de que sus mañas sean de colores brillantes, envidiaba su determinación, esa aura de locura que lo rodeaba cuando hablaba de los sentimientos que crecieron en su pecho por su vocalista, envidiaba ese amor tan profundo que Mike y Chester se profesaban pero Bang estaba seguro que el infierno para Mike apenas comenzaba, Chess tenia demasiados demonios, fantasmas que lo trataban.
—“Tú cuida de Zelo mientras yo me encargo de Chess si piensas que esos fantasmas son exclusivos de mi novio y te aseguro que te equivocas cualquier persona esta propensa a entrar al mundo de las drogas”—La voz de Mike resonaba en su cabeza cuando se lo dijo recordó como este miraba de reojo a Jun quien estaba sentado en una mesa lejana conversando con Chester.— “No importa tu apellido, origen, genero, raza, cuando te vuelves adicto todos son iguales.”—Bang lo sujeto del cuello molesto por la duda que dejaba entre ver.—”Guk eres mi hermano menor y te quiero pero Chezzy me necesita, él se ha vuelto mi razón de existir, lo que siento por él no se compara en nada lo que sentí por Natasha”
—Buenos días pervertido.—Una adormilada voz interrumpió los pensamientos del mayor quien se giro a ver ese chico que se pegaba más a su cuerpo.—Anoche te enredaste en las cobijas y tuve frío.—Mintió para justificar que lo abrazaba al sentir la mirada penetrante del mayor se cohibió así que se tapo con la colcha.—¿A donde vamos a ir a comer?
—Debes ir a casa llevas todos los fines de semana quedándote aquí tu padre va comenzar a dudar.—Un sonoro bufido se escucho debajo de las sabanas, Bang también se coloco bajo las cobijas.—No eres un bebe para hacer pucheros y pataletas.—Bang acerco su rostro al menor.—Tengo muchas cosas que hacer ademas debo ir a Warrior para hablar con Maslo sobre nuestro primer enfrentamiento en el torneo.
Jun dejo escapar otro quejido no quería volver a casa, se sentía cómodo en ese lugar con Bang adoraba estar pegado a él como un muegano, sentía que si se iba el mayor lo olvidaría, Bang tenía esa aura de indiferencia hacia los otro seres humanos mordido su labio inferior últimamente su padre lo dejaba salir con su hyung pero también las entrevistas exhaustivas se volvieron más tediosas, le preguntaba ¿Dónde estaba? ¿qué tanto hacían? era obvio que debía mentir pero su padre malinterpretada y comenzaba a sospechar que su hyung era solo una tapadera para volver a sus vicios, le enfurecía que dudará de él pero, en cierta parte tenía razón, una tarde después de que Bang fuera a un trabajo extra anduvo caminando sin rumbo y por casualidad terminó frente a uno de los antiguos sitios que iba con sus “amigos” del otro colegio quiso darse vuelta pero uno de los chicos lo reconoció y le termino ofreciendo algo de su producto aunque se negó no evitó la ansia de probar.
—Hay veces que necesito estar solo y no puedo ser niñero de una muñeca de porcelana.—Volvió hablar pellizcando sus mejillas..—Te invito a desayunar pero levantase rápido no creo estar de ánimos para discutir con el metiche de mi hermano. —Dejo escapar otro suspiro.—No me importan tus berrinches sino quieres levantarte es tu problema.
—No quiero ir a casa. —le contesto haciendo pucheros jalando su camisa. —¿Vamos a entrenar o al cine? Anda viejo pervertido puedo dejar que me toques.
El menor le guiño el ojo a Guk no le agrado aquel gesto así que alejo al chico por su mente apareció un leve flashback donde los labios rosas del menor lo besaban, odiaba ese sueño porque elevaba su temperatura corporal tercio el cuello cansado necesitaba tiempo a solas últimamente ese pequeño era su sombra sin darle su espacio para aclarar las tontas ideas que cruzaban por su enferma cabeza.
—No, he dicho que quiero estar solo. —Le volvió a decir elevando el tono del voz. —Quiero ir con una chica, acostarme, relajarme y contigo pegado a mi no puedo hacer nada.
—Pues también consigue una chica para mi. —Le respondió retándolo con la mirada. —No pienso irme a ningún lado si tú no quieres salir conmigo iré con YongNam. —Le reto causando que la frente de Guk se arrugará. —Él parece estar interesado en mi y es más divertido que tú.
El mayor salió de la cama para ponerse un pantalones de mezclilla, una playera blanca, fue al baño se lavo la cara y puso una gorra negra tomando una sudadera y dispuesto a salir de la habitación antes de abrir la puerta se giro a ver al chico que estaba en la cama envuelto en cobijas torció los labios y azoto la puerta saliendo molesto, le agradaba ese niño pero tampoco soportaría cumplir sus caprichos, le enervo que le dijera que su hermano era mejor sujeto, que estaba dispuesto a darle entrada con sus “coqueteos” ese día especialmente no se encontraba de humor para soportar chistesitos de ese calibre. Zelo al verse solo salió de la cama se cambio tomo sus cosas y se fue, no estaba enojado con Bang sino consigo mismo, él había creído en su propia mentira, solo era amigo de Bang, no su novio, no su amante, Guk no tenía sentimientos más allá de un maestro tiene por su alumno, que lo dejará pasar tiempo a su lado no significaba que lo dejará entrar a su corazón, eran dos temas distintos, en él solo veía un maknae, tomo su patineta para deslizarse por la banqueta estaba molesto por ser un idiota ilusionado con algo que jamás pasaría, al dar un giro tropezó con alguien.
—Wow mira a quien tenemos aquí.— Una voz captó la atención del menor quien levanto la vista.—Mr Choi, es bueno ver que estas bien hace tiempo que no te veía por mi casa la otra vez me comento uno de mis chicos que pasaste por ahí pero no aceptaste el regalo que te ofrecio.
—Hola Blake.— contestó seriamente levantándose .—Lo siento pero me debo ir.
El extraño hombre que usaba un sombrero metió una oscura sonrisa causando que un frío recorriera la columna vertebral del menor,dejaba ver sus desgastados dientes el extraño saco un pequeño sobrecito para guardarlo en el bolsillo del los jeans del chico quien se negaba aceptar ese “obsequio” conocía las tretas de su ex”amigo” las primeras muestras eran el gancho para los tontos.
—Anda solo es un regalo mi novia me devolvió ya que según esta tratando de mantenerse limpia así que me regreso los dulces.— Le comentó sacando un cigarro de su pantalón para encenderlo.— Por los viejos tiempos.—Le dio una calada al cigarro.—Escuche que eres amigo de Cheezzy, otro de mis clientes favoritos, la pueden compartir.—Se acercó a Jun para despeinar su cabello.— Sigues siendo tan bello como siempre, cuidate Mr Choi.
El menor se mantuvo quieto a mitad de la acera apretando fuertemente ese pequeño obsequio que estaba guardado en su bolsillo izquierdo, una terrible desesperación fue consumiendo desde el interior, todos los seres humanos hemos sufrido una adicción, a un chocolate favorito, un refresco carbonatado, algún programa o libro no importa cual sea el objeto de nuestra adicición hemos experimentado esa rara sensación de ansiedad carcomiéndonos por dentro, es como si una enredadera se colocará sobre nuestro cuello ahogándonos, nos asfixia, la falta de aire es presente, sudamos, nuestra mente se ve saturada por la idea de probar lo prohibido, Jun corro por las calles con la patineta guardada en su mochila se escondido entre las los muros de un viejo edificio, se sentó en una esquina coloco la patineta y su mochila a lado saco el sobrecito para ponerlo en el piso, mordía el labio inferior con rudeza causando una dolorosa llaga, era como mostrarle a persona que lleva a dieta más de un año un delicioso platillo que tanto ama pero tiene estrictamente vetado saco su móvil no tenia ningún mensaje, no existían razones para consumirla más que su propia debilidad, vacío el contenido en la palma de su mano extendida, solo una probada se decía a si mismo, una pastilla nada más, para recordar viejos tiempos, yo puedo controlarlo se justificaba tontamente, los humanos llevamos al limite las sensaciones que nos causan placer y que son peligrosas, somos idiotas por naturaleza tentando aquello que nos causa dolor y penas, cerro los ojos dejandose llevar por esa sensación de euforia que provocaba el contenido de ese objeto azul en su interior, no lo hacia por Bang, por sus padres, simplemente no lograba vencer su debilidad.
Departamento Moon
HimChan abrió los ojos el olor de algo quemándose lo despertó acompañado claro de un fuerte ruido parecía que varios sartenes se estamparon en el piso salió de la habitación para toparse con un desastroso JongUp que trataba de limpiar su desastre, una sonrisa se formo en sus labios, era un tonto ángel que iluminaba sus mañanas con esa inocencia que se cargaba, se acerco al chico para ayudarle a limpiar ahora que recordaba le dijo que sus padres habían salido ese fin de semana por cuestiones de trabajo se impresionó al saber que dejaban a un adolescente solo.
—Se nota que no estas acostumbrado hacer quehaceres.— Le reprimió el mayor sujetando una servilleta para limpiar su manchado rostro.— Deja de reír.— Le recriminó sin aguantar sí que termino compartiendo su sonrisa, sus rostros estaban separados por centímetros fue entonces que recordó su sueño, aquellos labios en su entrepierna, se alejo del menor para revisar el recipiente que estaba encima de la estufa.— ¿Qué tratabas de hacer?
—Hot cakes pero no soy bueno con las maquinas, mis padres me tienen muy consentido y es la primera vez que me dejan solo en casa.—Contesto sonrojado acercando al mayor para mirar por su hombro lo que hacia.—Mis vecinas están cuidando ya han venido a ver como estoy, me siguen tratando como un niño.
HimChan despeino su cabello mientras picaba algo de jamón y lo revolvía con huevo, se le antojaba un desayuno más americano su corazón comenzó a latir aceleradamente cuando percibió que Up se recargaba en su hombro en cualquier otra ocasión lo lanzaría lejos de él pero necesitaba sentirlo cerca, era una terrible necesidad de la cual no se podía deshacer continuo preparando un desayuno con su fiel amigo que lo seguía a cualquier sitio, le agradaba el aire de ternura e inocencia que lo rodeaba mientras comía recordó su sueño, al Moon de su noche húmeda era distinta, era perverso, sumiso, masoquista, la idea recorrió su columna vertebral, sentía asco por los pensamientos que recorrían su cabeza, era despreciable por imaginar a un ser tan puro de una manera tan lujuriosa.
—¿No tienes alguna foto de tus padres? oh, mi madre es hermosa mira.—HimChan comentó mostrándole una foto en el celular.— Ella es una princesa, se ve tan joven ¿como es la tuya?.— El mayor se puso de pie para recorrer el departamento había miles de fotos de Up, desde que iba al preescolar hasta el último año era impresionante los lugares que había visitado.—De bebe de seguro eras muy feo por que no hay fotos de ti.
—Mis padres me adoptaron cuando tenía tres años.— Contestó Up dejando los trastes en el lavabo no podía esconder lo que en realidad era, le gustaba Him y quería ser honesto con él.—Tú madre es hermosa se parece mucho a ti, .—Se acercó al mayor quien se había quedado de piedra por la confesión.—¿Por qué tan callado?
Kim se giró hacia donde Up lo miraba intrigado lo guardo en sus brazos tal vez ése niño abandonado tuvo una vida más feliz con un par de extraños que él con su madre a quien adoraba pero tenía en claro que también sus acciones le habían generado grandes traumas, la forma de ver la vida, los ideales y tal vez sus almas eran distintas, Him no tenía nada en común con ese niño de sonrisa pegadiza tal vez esa era la razón por la cual se la pasaba pegado a él, eran dos polos opuestos atrayendose como la gravedad a los objetos de la tierra, Up acepto la muestra de cariño muchos antes se disculparon cuando se confesaba nunca entendió la razón, él era feliz siendo un niño adoptado por dos padres amorosos.
—Vamos a limpiar el desastre antes de que lleguen tus padres no quiero causar una mala impresión aunque trataré de conquistar a tu madre.— Intervino el mayor abrazando por la espalda a Up y arrempujarlo a la cocina.—Aunque pensándolo bien el cochinero es tu culpa así que recogedlo solo.— No hagas esos ojos, ni ese puchero.— Le reprimió tomándolo por las mejillas para juntar sus frentes.—Bueno te ayudo.
Los dos compañeros realizaron sus tareas pero cada vez que sus manos se tocaban los recuerdos los agobiaban, el menor invocaba los recuerdos de su pasado mientras el mayor atraía las imágenes de su sueño pero en ambas mentes el mismo evento se reproducía, una y otra vez, los gemidos llegaban a sus oídos, el sabor de sus lenguas, la suavidad de su piel, era insoportable lo que sus respectivos cuerpos les gritaban recordar, en una ocasión sus frentes se golpearnos, sus rostros estaban separados por centímetros, sus alientos se entremezclaban y el incesante palpitar de su pecho los perdía por que más que trataban de olvidarlo sencillamente estaban apunto de explotar uno para confesarse y el otro para saber la verdad.