JunHong recorría los largos pasillos de ese enorme Hospital llevaba el móvil pegado a su oído derecho una vez más escuchaba a la operadora decirle las mismas palabras “El número que usted marco esta fuera de servicio.” guardo el aparato en su bolsillo para revolver su cabello molesto, mordió el labio inferior no sabía con quien más hablar para lograr contactar a YongGuk, en ese momento se encontraba en Busan YongNam lo había arrastrado a ese lugar debido a que recibió una llamada de su hermana Natasha, lamentablemente le comunico que su abuelo se encontraba muy grave solo era cuestión de tiempo para que muriese, al llegar se enteraron de la terrible noticia YongNam lloró en sus brazos como un niño pequeño, todos trataban de transmitirle la noticia pero el menor de los Bang no contestaba el celular, un nudo se formo en la garganta de JunHong la impotencia se apoderaba de su alma atormentando su mente, todavía en su cabeza tenia las palabras de YongNam “¿Te das cuenta lo egoísta que es mi hermano? Natasha le dijo que nuestro abuelo estaba grave y apago el celular, a veces dudo que tenga sentimientos” aborreció esas palabras ya que el pelinegro juzgaba a YongGuk sin conocerlo, se recargo en la pared, al final pasillo donde se encontraban unas escaleras que llevaban al techo, era un rincón solitario, oscuro debido a que la lampara se había fundido, un suspiro escapo de sus labios y una vez más intento marcar no desistiría hasta encontrarlo.
—¿por qué no contestas Bang YongGuk? .—Hablo molesto maldiciendo para sus interiores.—¿Para que quieres un maldito teléfono si no contestas? Diablos YongGuk.
A lo lejos escucho la vibración de un móvil afilo su sentido para seguir esa tonada silenciosa al llegar al final de las escaleras justo en la puerta una figura estaba sentada en el piso con el rostro escondido en sus rodillas que estaban dobladas, las abrazaba fuertemente con ambos brazos, Jun reconoció esa sudadera aún en la oscuridad, se agacho a verificar la identidad del extraño.
—¿YongGuk?.—Pregunto silenciosamente tratando de sacar aquel rostro de su escondite.— ¿YongGuk? Tu abuelo,,, yo lo siento.. ¿estas bien?
No hubo respuesta solo el continuo silencio por parte de esa bizarra figura que de pronto levanto el rostro para observar fijamente al menor, su mirada estaba perdida eran como dos cuencas vacías que se fundían en la oscuridad, no había el típico brillo solo una negra sombra, Bang reconoció al chico levanto sus manos para abrazarlo desesperadamente se aferro a su cuerpo escondiendo su rostro en el estomago del menor, Jun podía sentir como el cuerpo de ese chico temblaba sufría de espasmos pero no estaba llorando, su camisa no se encontraba mojada el hombre solo se aferraba a él, lo guardo en sus brazos anhelaba fusionar sus almas para cargar con un poco del dolor que tal vez su espalda y corazón contenían, algo dentro de él se rompió al sentir tan débil al hombre que tanto admiraba, comprobaba por primera vez que ese ídolo era de carne y hueso, no una estatua de mármol.
—Te estábamos buscando ¿Por qué no contestabas el teléfono?.— Jun le cuestiono dulcemente acariciando su espalda.— YongGuk esta bien llorar, no te preocupes nadie lo sabrá, no miraré para que te sientas más cómodo.
—No quise verlo morir, lo lamento tanto y él quería despedirse de mi pero tenia miedo JunHong regrese a Corea porque no soportaba verlo en ese estado.—Le contestaba una ahogada y fría voz.—No tengo derecho de llorar, lo abandone cuando me necesito, cuando pidió verme, soy un cobarde que no tuvo el valor de verlo morir, JunHong me duele tanto que no puedo llorar, ¿JunHong en verdad soy tan mala persona?.—Bang escondió más su cabeza, su voz ahora estaba quebrada, desesperada, anhelan sentir alivio pero la culpa no se lo permitía.— Jun por favor quédate conmigo, sé que soy una mala persona pero por favor quédate conmigo.
El corazón del menor se rompió en pequeños pedazos jamas imagino ver de una manera tan indefensa al hombre que amaba, ese personaje fuerte que levantaba la cara ante la adversidad quien nunca se daba por vencido, ahora su héroe de mil batallas estaba en sus brazos abatido, cansado de pelear una guerra que estaba perdida muchos años antes, la muerte de su abuelo era inevitable los médicos se lo dijeron, todo era cuestión de tiempo ¿Qué se hace cuando lo que más ama se rompe en miles de piezas y aunque desearas unirlas es imposible? ¿Qué sentir? ¿Cuáles son las palabras perfectas para sanar una alma que esta carcomida por la pena? Anhelaba besarlo, tomarlo entre sus brazos y destrozar sus fantasmas, matar los monstruos que lo aterraban pero esa pelea era individual, hay penas que aunque amemos a las personas no podemos borrar, en ese preciso momento Jun se dio cuenta sobre sus sentimientos ¿Es amor puro cuando tienes ganas de llorar por una pena ajena? de pronto percibió como sus mejillas estaban húmedas, las lagrimas salían a barbones deslizándose por su blanca piel, su cuerpo también fue poseído por espasmos sin proponérselo comenzó a gritar, eso es amor ¿Verdad? llorar por la persona que amas cuando él no puede, se llama amor cuando tu posees la herida mientras el hombre que amas recibe la puñalada, claro que eso es amor que otra cosa podría ser ¿Por qué JunHong sufría por la muerte de un desconocido si cuando su propio abuelo murió no sintió nada?
—Si tu no puedes llorar yo lo haré por ti, si no puedes ponerte de pie yo te sostendré.— Le susurro el menor tomando entre sus manos ese moreno rostro que poseía facciones cansadas.— No me voy a ir YongGuk, no te voy abandonar.—Beso sus labios pegando su rostro húmedo.—No eres una mala persona, no lo eres.—Gotas de lagrimas corrían por su cuello. —Tú eres una extensión de mi como yo lo soy de ti.
Bang podía sentir esa piel de porcelana con una capa de humedad, cerro sus ojos tenía tantas ganas de llorar porque Jun lo hacia, le dolía verlo sufrir por él, pego más su mejilla para sentir esa frescura, sus labios navegaban en buscada de los del contrario al encontrarlos los beso desesperadamente el dolor de perder al hombre que fue como su padre, su guía, su ejemplo a seguir, su maestro en la vida, dolía, una parte de su propia existencia se desvanecía antes sus ojos sin él poder intervenir, sin poseer la suficiente fuerza de retenerlo a su lado, ahora estaba solo, en ese frío cuento llamado realidad, no más guías, no más narradores que le ayuden con la aventura, su abuelo estaba en un mejor lugar como los católicos creen que les pasa a la gente buena, Bang no se arrepentía ni un solo momento porque estaba seguro que su abuelo donde estuviera lo veía con una sonrisa en los labios, su vida fue “buena” pudo criar a sus nietos para volverlos gente decente, abrió sus ojos encontrando ese rostro sumergido en llanto, eso era amor ¿verdad? que una persona llore cuando tú no lo puedas hacer, es una extensión de tu propia existencia, doblo su rostro tratando de emitir una sonrisa, JunHong era la persona indicada con él a su lado era una mejor ser humano, con él no se sentía un malvado sino un héroe.
—No te vayas, quédate conmigo.— Le susurro sentándolo en su regazo, besando su cuello, sumergiendo su nariz en ese aroma a vainilla.— Te necesito, por favor no me dejes.
Bang descanso su cabeza en el pecho del menor quien lo abrazo, lo cobijo como un pequeño cachorro desvalido, en la mente de JunHong miles de cuestionamientos se formaron ¿Como un hombre con el temple de Bang podía desmoronarse de esa forma? le lastimaba verlo en ese estado tan desprotegido, se aferro a él fuertemente para comenzar a llorar, gritaba como si su alma se fuera en ello, eso es amor ¿Verdad? adorar la debilidad del contrario no solo maravillarse con su temple sino aceptar sus defectos y quedarse fascinado por los mismos, la pareja paso la noche abrazada consolándose mutuamente, por que para los amantes silenciosos las palabras sobra, el amor se expresa de una manera intangible que solo ellos dos entienden, ese pequeño lazo que los une, ese listón rojo llamado destino.
Al día siguiente
YoungJae se dirigía a la puerta cuando una mano la detuvo se giro a mirar a las dos personas que le impedían irse, levantó la frente seriamente un día anterior habían ido a conversar con el director del colegio haciendo oficial su cambio de escuela, el próximo mes se mudarían a Hong Kong, esos eventos se reproducían de manera espontánea y rápida que no le daban oportunidad de pensar claramente que debía hacer o que elegir, su corazón le gritaba quedarse en Corea a lado de la persona que amaba mientras su mente le ordenaba seguir los pasos de sus padres, era su deber como hijo, como integrante de una familia.
—No te vamos a dejar ir.—Hablo el hombre haciendo más fuerte el agarre.— No voy a dejar que vuelvas hablar con ese delincuente.
—El abuelo de uno de mis mejores amigos ha muerto y voy al velorio.— Les contesto seriamente deshaciéndose del agarre.— Yo elegiré que hacer con mi vida, no pueden juzgar a una persona sin conocerla así que no le pueden poner una etiqueta a mi novio sino han platicado con él.
Los padres guardaron silencio, el hombre quizo oponer resistencia pero el hijo fue más voluntarioso así que gano la batalla silenciosa logrando salir del departamento. JongUp dejaba escapar un suspiro que se atoraba en su pecho acomodo su chamarra armándose de valor para cruzar la entrada de la funeraria donde se velaba al abuelo de su líder, dio un paso hacia adelante pero tenía miedo de encontrarse con HimChan por lo cual retrocedió dos se giro decidido a regresar a su casa pero una cara conocida lo detuvo, era YoungJae que lo saludaba con una mediana sonrisa, los dos amigos se dieron una abrazo para transmitir el apoyo que necesitaban, los dos cruzaron la recepción para llegar a la sala indicada donde varias personas platicaban en voz baja con la mirada buscaron a su objetivo, YongGuk se encontraba en una esquina con JunHong a su lado, estaban tomados de la mano una mujer de avanzada edad también los acompañaba lucia bastante cansada, los dos amigos se acercaron.
—Hola Bang lo sentimos mucho. —Trato de articular JongUp para abrazar a su amigo, Jae hizo lo mismo, se agacharon para saludar a la mujer. —Señora lo sentimos mucho.
—Gracias jovencitos estoy tranquila al saber que mi nieto tiene buenos amigos. —Hablo bajamente la mujer, los dos extraños besaron una mejilla de cada extremo. —Mi esposo esta en un mujer lugar.
Los dos chicos tomaron asiento en un sillón, JunHong se unió a ellos para conversar un rato, el tiempo paso y dos nuevas personas hicieron acto de presencia los integrantes de BAP quedaron sorprendidos por la apariencia de uno de ellos, HimChan llevaba la mano derecha enyesada, un parche en el ojo izquierdo y varios moretones adornaban su perfecto rostro, DaeHyun se bajo la capucha de la sudadera, los caballeros caminaron hacia Natasha para después acercarse a su abuela, le dieron un beso, la mujer toco la cara del herido quien solo emito una sonrisa, los dos jóvenes abrazaron al mismo tiempo a YongGuk sorprendiendo a los presentes, el mayor acepto la muestra de cariño, conversaron un par de minutos hasta que los dos amigos se percataron que sus respectivas parejas también se encontraban en la sala, HimChan se disculpo ya que debía ir al baño de igual manera JongUp se puso de pie para seguir los pasos de su novio. HimChan enjuagaba su rostro tratando de no lastimarse, los moretones dolían demasiado, de pronto vio una figura conocida en el reflejo del espejo se giro para mirar de frente al chico.
—Lo lamento ¿Tú padrastro lo hizo?. —Le cuestionó con un hilo de voz que se rompió en cuestión de segundos. —¿Fue mi culpa? —Su rostro se contrajo demostrando la culpa que sentía. —No quería hacerte daño, lo siento mucho, HimChan disculpa mi egoísmo.
—No tienes la culpa hace mucho tiempo que lleva golpeándome pero me sentía tan avergonzado que no podía decirte la verdad, tienes razón soy un cobarde, un niño miedoso que no pudo defender lo que siente por ti después de que te fuiste desquito su rabia conmigo cuando mi madre llego le dijo que su amado hijo era un marica al que encontro besándose con otro tipo, ella me defendió como la buena mujer que es, lo enfrento por mi, jamas la había visto tan llena de valor como en ese momento que me defendió. —Him hizo una pausa bajando la mirada.—Mi padrastro se fue de la casa ya que nuestros vecinos escucharon el escándalo y fueron a preguntar lo que pasaba cuando mi madre y yo nos quedamos solos le confesé la verdad, estaba enamorado de un hombre, del chico que presente como un amigo.—Volvió a levantar la barbilla mirando a los ojos al menor quien tenía la mirada vidriosa.—Ella dijo que me amaba, era su hijo, su orgullo que no le importaba el género de a quien disidiera querer, ella estaría a mi lado, ella me apoyaría.
JongUp dio un paso hacia adelante dudoso de que decisión tomar estiro su brazo para tocar ese frío yeso que cubría una extensión del cuerpo de Him, la culpa no lo dejaba descansar él era responsable de esas heridas como el ser que las proporciono, él le dio el motivo, la causa, bajo el brazo dudoso unas terribles ganas de llorar lo asaltaron, mordía su labio inferior las palabras se atoraban en su garganta tenía tantas cosas que decir pero ninguna era lo suficientemente poderosa para olvidar el dolor que se extendía por su piel.
—Ellos se van a divorciar, siempre pensé que esa mujer era una débil paloma que necesitaba mi protección pero he descubierto que es más fuerte que mi padrastro y yo, estoy orgulloso de ser su hijo.—El pelinegro estiro su brazo bueno para sujetar fuertemente el hombro del menor.—JongUp te quiero por la persona que eres conmigo pero debo ser honesto contigo, no me gustan las cosas de gays, no quiero ir al desfile, ni participar en sus obras, no quiero formar lazos con esa comunidad, no significa que sea homofobico simplemente no es mi mundo, no me siento cómodo. —Dio un paso hacia adelante para acercar su rostro al del menor.—Sé que perteneces a ese grupo, respeto, admiro que quieras formar parte de ello pero no puedes incluirme, obligarme a ser alguien que no soy desaparecerá mi identidad como mi padrastro hizo con mi madre, yo no cambiaría nada en ti. —Acerco sus labios.—Adoro el ser que me conviertes, eres mi luz, mi camino de flores como yo no deseo modificarte nada te pido que me aceptes como soy.—Sus frentes se pegaron.—Esa es mi condición para que nuestra relación continue, no debes contestarme en este momento.
Ambos labios se unieron en un dulce beso, no como los anteriores cargados de lujuria o deseo, ese intercambio de dulces caricias solo eran la confirmación de sus sentimientos puros, amar significa aceptar los ideales de la otra persona, comprenderlos, tal vez no aceptarlos pero si no son hábitos negativos dejar que los preservé, porque esas bizarras actitudes han ayudado a crear al ser que amamos, JongUp abrazo fuertemente al mayor, lo apreso para sostenerse de su cuello, que ingenuo fue al pensar que tenía el derecho de obligarlo a seguir sus convicciones cuando él mismo no las entiende, quería gritarle que no importaba nada, que él lo amaba por ser quien era pero guardo silencio se mantuvo escondido en su pecho, le causo un terrible daño, ahora tenía miedo de volverse en un niño egoísta, cuando alguien es amado por tanta fuerza ese mismo cariño nos ciega, nos deja sordos.
—No quiero cambiarte, si no te gusta ese mundo lleno de purpurina no debes ingresar a él.—Le contesto entre susurros.—Te amo por quien eres, tampoco cambiaría algo en ti, me fascina verte coquetear pero al final tu mirada, tus labios me pertenecen.—Levanto la mirada para besar la barbilla del pelinegro.—Te amo HimChan, sé que es muy pronto para asegurar algo para siempre pero por hoy, por este segundo juro que deseo pasar el resto de mi vida a tu lado.
Sus labios se unieron nuevamente en un cálido beso, el brazo de HimChan se aferro de la cintura de JongUp quien se colgaba de su cuello, era un nuevo comienzo, una etapa donde dejaban en claro sus convicciones, las reglas estaban establecidas para ambos esa fue su primera pelea, una batalla llegaba a su final con un amargo sabor de boca pero con una esplendorosa sonrisa, las relaciones humanas por naturaleza son complicadas y a veces cuando se mezclan con sentimientos se vuelven tormentosas pero la comunicación será la mejor vía para llegar al entendimiento, la pareja salió del baño tomados de la mano a ninguno le importo que las personas se giraran a mirarlos, no tiene sentido vivir complaciendo a los demás cuando desaparecemos una parte de nuestra propia escencia, perdemos nuestro propio color para volvernos transparentes y sin chiste, Him acepto que mantenía una relación con un hombre y si a la sociedad le incomodaba era su problema, él no dejaría de amar solo para no incomodar a otros seres, quienes no le importan.
Bang saludo a su amigo regalándole una sonrisa se giro hacia donde estaba JunHong para regalarle una mirada complice que el menor capto, hay entes que no necesitan palabras para comunicarse porque existe un delgado hilo rojo que cuelga de sus dedos meñiques, que los mantiene conectados, unidos por un solo símbolo. DaeHyun caminó hacia YoungJae le susurro que necesitaba hablar con él, el menor asintió para caminar hacia la terraza donde el aire frío comenzaba a golpear ligeramente las ventanas, la pareja se encontraba sola el resto de las invitados ingreso al interior por la baja temperatura, los dientes del menor se golpeaban a si mismos.
—Quiero disculparme contigo por haber golpeado a tu padre pero no lo haré con él, te falte al respeto pero él se lo merecía, admito que mi padre es un hombre que tenía cuentas pendientes con la justicia y ahora las esta pagando, he hablado con él, pensé que estaría molesto conmigo ya que le confesé quien fue el soplón. —Los ojos de DaeHyun se volvieron vidriosos.—Pero él me escucho en silencio, le dije lo molesto que estaba, que ese hombre me las pagaría no me importaba que fuera el papá de la persona que quería.—YoungJae se acerco al mayor para tocar su mejilla.—Por primera vez me vio a los ojos y dijo “Debo pagar por las cosas malas que he hecho, era cuestión de tiempo he pasado toda una semana encerrado en una celda minúscula he tenido el suficiente tiempo para reflexionar sobre las decisiones que he tomado en la vida, mientras hacia el recuento de los eventos más importantes noté que todos eran los relacionados a mi querido hijo, cuando dijo su primera palabra, cuando cantaste en el coro para navidad, tu primer reporte, su primer 10, los momentos que más orgulloso me sentí fue cuando te miraba alcanzar una meta, ganar con tus amigos, divertirte de manera sana, darme cuenta que te convertiste en un verdadero hombre a pesar de mi mala influencia”—El mayor se soltó a llorar, las lagrimas recorrían su piel color canela tostada,—“Eres mi hijo y quiero que te sientas orgulloso de mi, como yo lo estoy de ti, fuiste un verdadero hombre al defender a la persona que amas, tenias un ideal y luchaste por que las personas lo respetaran, te admiro y te amo más que mi propia vida si has decidido amar a un chico no me interpondré porque no estoy dispuesto a perderte ” Lo siento YoungJae, lo siento en verdad.—El llanto era incontrolable guardo en sus brazos al menor quien se quedo estático.—No puedo seguirte Hong Kong después que me enviaste el mensaje pensé que podía acompañarte pero no puedo. —Los espasmos acompañados con las lagrimas dejaron sin palabras a Jae.—Debo quedarme con Corea por mi padre, él me necesita, te quiero, no es verdad, te amo con toda mi alma.
El menor nuevamente tomo aquel mojado rostro para acercar sus labios, le dio un tierno beso para después hacerlo más intimo, su corazón rebozaba de alegría le parecía increíble que el hombre que amaba fuera cada vez más perfecto, su alma era transparente, pura, cristalina como sus lagrimas, comenzó una sesión de pequeños besos para borrar ese llanto nunca le pediría que lo siguiera a su viaje sin aparente retorno, su deber como hijo era estar con su padre, el lazo que los mantenía atados era más fuerte que miles de kilómetros de distancia, por que en el mundo no existen las coincidencias solo lo inevitable, sus destinos se cruzaron por una razón y tal vez lo volverían hacer en el futuro.
—Te amo DaeHyun, te amo y me siento orgulloso de que me quieras de la misma manera.—Beso la punta de su nariz.—No quiero que me acompañes porque sin importar la distancia o el tiempo te juró que nunca cambiaran mis sentimientos. —Cerro sus ojos para juntar sus frentes.—Prometo amarte para toda la vida, temo que nadie logrará llenar el enorme hueco que se queda en mi estomago con mi partida, eres, serás siempre mi primer amor.
Ambos emitieron una sonrisa para volver a besarse, el tiempo, la distancia, solo son pequeñas piedras que ciertos enamorados deben evadir para algunos el factor importante para separarse para otros obstáculos que sobre llevan a la perfección, cuando existe una fuerza más poderosa que la existencia misma no hay nadie que logre separarlos, es como la luna y la tierra tal vez una brecha los mantenga alejados pero hay una fuerza gravitacional que los mantiene girando en el mismo sentido, de esa forma el amor funge como pegamento entre dos enamorados, YoungJae terminó de limpiar las lagrimas de su amado ambos se mantuvieron un buen tiempo abrazados bajo la brisa nocturna de un frío otoño, el latido de sus corazones los ahogaba de una inevitable emoción porque extrañamente no le temian al futuro, no les atormentaba la separación porque sabían que sin importar cuan largo sea el viaje siempre existirá un retorno, volverían a estar juntos como en un inicio.
YongNam miraba furioso la forma que JunHong descansaba su mejilla en el hombro de su hermano, sus ojos se cerraban y abrían en pequeños lapsos de tiempo Natasha se acerco a su hermano menor para susurrarle este se giro para sujetar la mano de su pequeño cachorro, lo arrastro fuera de la habitación caminaron por un largo pasillo hasta llegar a una pequeña puerta donde el mayor abrazo fuertemente por la cintura al adormilado chico que despertó de golpe al sentir esa muestra de cariño, Bang beso levemente sus labios para unir sus mejillas, Nam observaba la escena desde el otro extremo.
—Duerme un rato debes estar cansado.—Le susurro uniendo sus labios en pequeños besos. —Nadie te va molestar el dueño del lugar dijo que era una habitación especial para que las personas descansaran.
JunHong asintió para volver a besar los labios del mayor y despedirse, Bang se adentro con él al cuarto para verificar que en realidad descansará, Nam saco su teléfono celular de su bolsillo se dio media vuelta para caminar hacia la terraza, al terminar el tono de llamada la voz de un chico adormilado contesto.
—¿Recuerdas el video que te di de mi hermano? .—Un monosílabo afirmativo fue su respuesta.—La cara del otro chico no se ve ¿Verdad?—Una nueva respuesta positiva se escucho. —Súbelo a la red, comienza a llamar a tus amigos para que todo el colegio se enteré principalmente el director.
—¿Estas seguro? —El extraño cuestionó sorprendido, Nam solo afirmo.—No sé que te haría tu querido hermanito pero le vas a joder la vida, si en verdad la empresa japonesa lo recluto lo va mandar a la goma, son bastantes conservadores pero bueno te debía un favor y con esto queda saldado.
Nam finalizo la llamada en ese momento su cordura quedo cegada por el desmedido resentimiento que le tenia a su hermano, anhelaba ser él quien recibiera los besos, las caricias, los abrazos de JunHong, él los merecía, su corazón estaba roto por la muerte de su abuelo, anhelaba ser amado, idolatrado como Guk lo era por Jun, necesitaba un poco de su calor, quería llorar en su regazo, ser consentido, mimado, caminó hacia la habitación donde su hermano minutos antes salió, ingreso al interior camino hacia donde estaba el menor quien se encontraba en el mundo de los sueños, Nam se acomodo a su lado colocando su cabeza en el regazo del grisáceo quien estaba sentado en un extremo de un largo sofá, Jun entre abrió los ojos al mirar ese perfil creyó que era YongGuk así que llevo sus manos a ese cabello para acariciarlo después se quedo dormido.