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No me gustan los domingos. por Nielya

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Notas del capitulo:

Siempre me gusta dejar este fnfic como finalizado porque no siento la presion de actualizar. Al principio pense que seria un one-shot pero al parecer con esta actualizacion no sera asi. 
se me acaban de ocurrir mas ideas para esta historia.
espero disfruten de este capitulo, les agradezco de todo corazon por su apoyo.

Sé que debía poner atención a las clases extraordinarias pero para ser sincero ya estaba harto. Lo único que deseaba era ir a la casa de Nate para pasar la tarde con él.
A decir verdad me sorprendió bastante que los padres de Nate no tuvieran problemas con nuestra relación. Cuando les dijo sobre nosotros el más aterrado ante esa situación fui yo.
Pensé que me echarían de su casa o algo por el estilo (no tengo una bonita reputación) pero por el contrario parecieron alegrarse en sobremanera e incluso su madre cocino algo especial para nosotros.

Sus padres eran bastante atentos y amorosos pero no llegaban a hostigar. Le daban a Nate la libertad, confianza y seguridad que todo adolescente deseaba.
Nunca imaginé que pudiera existir una familia así…

El sonido de la campana me trajo bruscamente a la realidad, no espere a que el profesor terminara de hablar. Para mí en cuanto el timbre sonaba mi tiempo libre comenzaba y no estaba dispuesto a regalarlo. Si de por si era bastante fastidioso tener que venir a la escuela en vacaciones todo por haber reprobado tres materias cosa que para ser sincero no fue mi culpa.

Corrí lo más rápido que pude para de una vez estar fuera de ese maldito edificio. Una vez afuera tome mi bicicleta, aunque en realidad no era mía. Matt me la había prestado pero nunca se la devolví y hasta la fecha no me ha reclamado.
En cuanto estuve a punto de salir vi a Nate parado recargado en la reja de la entrada. No pude evitar sonreír bobamente. Apresure el paso para estar con él.
-¿Y ese milagro que vienes por mi?-solté la bicicleta y esta cayó bruscamente al suelo. Tomé las mejillas de Nate y le estampe un tierno beso en los labios. Pude notar un leve sonrojo en sus cachetes.
-Fui a la tienda a comprar chucherías y como quedaba de paso la escuela decidí esperarte.-dijo con voz calmada. Nate miro la bicicleta y después mi brazo enyesado-No deberías conducir con el brazo fracturado, es peligroso.
-Nah! Está bien, la experiencia me respalda, con un brazo es más que suficiente-Nate torció la boca, y se agacho para levantar la bicicleta.
-Por lo menos deberías usar casco-comenzamos a caminar, Nate llevaba la bicicleta y yo cargaba la bolsa con las chucherías.
-No, me gusta que mis hermosos cabellos dorados bailen con el viento- No supe cómo interpretar la extraña expresión de Nate, no sabía si le dio risa mi chiste o se estaba burlando de mí.

Una vez que llegamos a su casa, dejamos la bicicleta en el patio trasero para evitar se la robaran. Me percate que no estaban sus padres por el silencio abrumador en la casa. Lo tomé de la mano y subimos corriendo las escaleras directo a su habitación. Una vez dentro no pude evitar estamparlo bruscamente contra su ropero, tome ambos brazos desde las muñecas para alzar sus brazos y de esa forma someterlo. Nate era algo bajo para su edad pero eso me encantaba.
Nate desvió la mirada su rostro estaba coloreado de un rojo intenso. Comencé a darle pequeños besos en el cuello, sentí como Nate se estremeció ante el tacto, poco a poco mis labios fueron recorriendo su cuello hasta llegar a sus finos y suaves labios. El beso comenzó lento y tierno, sin embargo conforme pasaban los segundos este iba aumentando de intensidad. Provocándome un cosquilleo en cierta parte baja.

Me frustré un poco debido a que quería colocar mi otra mano en su cintura para recorrer su cuerpo pero por la fractura no pude. Nos separamos levemente para recuperar el aliento. Nos miramos directamente a los ojos.
Fue una sensación maravillosa y difícil de explicar, pero en sencillas palabras sentí como una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.

-Mello, mis padres no tar…-Y como si fuera por obra de brujería, escuchamos la puerta principal abrirse, al mismo tiempo que escuchamos a su madre gritar que ya había llegado. Oímos los pasos de ella en señal de que estaba subiendo las escaleras. Nos separamos rápidamente. Nate corrió directo a su cama, tomo su almohada y la coloco en sus piernas. Yo procedí a prender el televisor y sentarme en el suelo. Al igual que Nate me cubrí con la bolsa de chucherías que había terminado en el suelo. Su madre no tardo en aparecer.
-Hola muchachos ¿se les ofrece algo? ¿Alguna botana?-
-No gracias mamá, ya compre chucherías-Hubo un silencio abrumador, no podía evitar sudar frio.-Su madre suspiro levemente.-
-Chicos, son muy jóvenes para andar de traviesos, pero sé que en algún momento lo van a hacer-Sentí como los colores se me subieron a la cara.
-Mamá por favor no…
-¿No qué? Es mi obligación como madre informarles de estos temas. Nate, Mihael tengan la confianza de pedirnos algún preservativo si lo llegasen a necesitar.
-Ay no…- fue lo que soltó Nate ante lo dicho  su madre, yo solo atine a asentir con la cabeza.
-Una cosa más, quiero que cuando suceda, estén cien por ciento seguros del paso que van a dar, porque no es cualquier cosa entregar su virginidad a alguien. Si lo van a hacer que sea con la persona correcta. Una vez que estén seguros, disfruten. Iré a prepararles una limonada.-Y así su madre nos dejo solos… Solos y realmente incómodos.

-Te pareces a tu madre… ambos hablan muy directo.
-Bueno, por algo dicen “De tal palo, tal astilla”. Todos nos parecemos a nuestros padres de algún modo-Por alguna razón sentí una punzada en el pecho ante aquellas palabras. Si eso era verdad, entonces yo… me parecía a…
-¿Cómo te fue en la escuela?-de un momento a otro Nate ya estaba a mi lado con mi cuaderno en manos, comenzó a husmear entre las hojas para ver mis apuntes. Abrí los ojos como plato y quise quitárselo pero fue demasiado tarde, pronto llegó a las páginas de hoy y observó detenidamente unos dibujos. Éramos nosotros dos en estilo anime haciendo cualquier bobería.-Mello se me hace tierno de tu parte que hagas estos dibujos y no voy a negar el gran talento que tienes pero debes concentrarte y poner atención… tienes que aprobar los extraordinarios o te vas a atrasar-Por la forma tan fría que hablo me moleste un poco, el bien sabía la razón de mi situación.
-Lo sé…-rodé los ojos en forma de fastidio
-así que Vamos a repasar los temas que hoy vieron-
-¿¡Que!?-
-Así es, todo por no poner atención espero que no se repita para la otra.


Estuvimos hundidos hasta las narices en los estudios, me sentía realmente fastidiado y a pesar de todos mis intentos por hacer que Nate desistiera este no se dejó. Llego un punto en el que ni siquiera le preste atención y solo le seguía la corriente.

Mire por la ventana, ya estaba oscureciendo. Aproveche que Nate había ido al baño para sacar mi celular del cajón de su buro. Tenía muchos mensajes de Matt. Abrí la bandeja para  leerlos.
No pude evitar reírme por lo absurdos de algunos de ellos hasta que llegue al último. Me invitaba a mí y Nate a una premier en el cine, que justo hoy se iba a estrenar. Rápidamente le marque y el no tardo en contestar
-¡Mello! Que gusto que contestaras, entonces ¿si vas a venir?
-¿Por qué no me avisaste antes? Ya estaríamos ahí en tu casa.
-Yo tampoco sabía, mis papás me dieron hoy la sorpresa por mi cumpleaños.
-oh… hoy es tu cumpleaños verdad…-me mordí los labios en signo de culpa, realmente lo olvide.
- Si pero no te preocupes Mello, sé que no estás acostumbrado  a festejarlos. Bueno te espero aquí  ¿va? Me mandas un mensaje cuando llegues.
-si, oye por cierto ¿y eso que tus padres me invitaron?
-Ah… bueno solo me dijeron que invitara a dos de mis amigos que no fueras tú pero…  sabes que no tengo otro amigo más que tú…-
-Bueno, ahí nos vemos-Colgué rápidamente. De alguna manera me incomodaba cuando Matt se ponía sentimental
-¿Ya terminaste de resolver los problemas?-se trataba de Nate, me miraba con los brazos cruzados notablemente molesto.
-No pero adivina que, Matt nos ha invitado al cine, hoy es la premier de…-
-No vamos a ir…
-¿Qué…?-sentí un hueco en el estómago ante aquellas palabras
-No te voy a premiar por no haber puesto atención a tus clases, y más aparte ni siquiera me pones atención. Solo estoy perdiendo el tiempo a lo tonto.
-Nate por favor, no todo el tiempo se tiene que estudiar…
-Si uno quiere un buen futuro claro que si.-estaba comenzando a molestarme la actitud de Nate y mas su expresión fría con la que me miraba.
-Lo dices como si fuera un pésimo estudiante, pero no es así. Tu bien sabes que soy de los mejores pero algo problemático eso no lo niego…
-Por esa misma razón los maestros no quisieron ayudarte, por ser problemático.-No pude evitar poner una expresión de desprecio, me acerque a Nate de manera violenta y lo acorrale en la pared.
-Tu bien sabes la razón por la que me ausente esos días.-Ambos nos miramos directamente a los ojos.
-Mello, el hecho de que tu padre te haya roto el brazo no es justificante de que con anterioridad fueras un irrespetuoso con los profesores e incluso con algunos compañeros.-Eso fue todo, no estaba dispuesto a seguir escuchándolo, Nate había sobrepasado mi limite. Con mi mano libre lo tomé del cuello de la camisa y lo acerqué a mí dejando poca distancia entre nosotros.
-¿¡Y tú porque crees que soy así!?¿¡Acaso sabes lo que es vivir con un padre en el cual no puedes confiar!?¿¡Sabes lo que se siente estar siempre alerta por temor a que te golpee!? Que cada vez que escuches sus pasos corras a esconderte… ¿¡Acaso sabes..!?-Mi voz se entre corto en ese punto-¿¡Acaso sabes todo lo que tuve que pasar!?
-Mello…
-¡Cállate! ¡Jamás en tu maldita vida vas a saber que se siente ser yo!- estruje la ropa de Nate muy fuerte y lo jale para aventarlo al piso lo más fuerte que pude. En cuanto escuche a Nate dar un pequeño grito de dolor por el golpe me arrepentí de mis acciones. La madre de Nate abrió la puerta bruscamente, voltee a verla puesto que le estaba dando la espalda y de nuevo esa mirada con la que los demás lo hacían. Esa mirada de desprecio hacia mi persona, esa mirada insultándome y haciéndome sentir un criminal…

Sentí un nudo en mi garganta, mis ojos se humedecieron. Lo había echado todo a perder…
Salí corriendo de ahí, baje las escaleras rápidamente  y sin querer azote la puerta principal de la casa.
No me detuve, solo quería irme lejos de todo y todos. Las lágrimas comenzaron a brotar mientras corría.


Mihael keehl eres un idiota.

 

Deje de correr hasta llegar a un lote baldío, desde ahí podía ver unas cuantas casas.  Me senté en un tronco a medio cortar que se encontraba en el suelo, no había iluminación.
Desde pequeño siempre iba a ese lugar para alejarme de todos y estar tranquilo, pero con el paso de los años, la gente dejaba su basura y ya no lucia igual que antes. Aún así no deje de ir.

Mire el cielo cuyas estrellas impedían que la noche fuera totalmente oscura. Entonces pensé en que Nate era como dichas estrellas… gracias a él yo no era totalmente malvado. Mi vista comenzó a nublarse debido a las lágrimas que amenazaban con salir. Agache la mirada y mire a todos lados para saber si había alguien cerca y como no  fue así, las lágrimas comenzaron a fluir.

Realmente me sentía avergonzado por lo que le había hecho a Nate, por haber traicionado la confianza de su madre. Estaba seguro que jamás me volverían a abrir las puertas de su casa. Además de que Nate me había advertido que si volvía a suceder una situación así terminaría conmigo. No quería perderlo pero quizá era lo mejor para no dañarlo después de todo me parecía a mi padre y era algo que no podría cambiar por más que me esforzara.

No supe en qué momento me quede dormido en aquel lugar, una voz que no reconocí comenzaba a despertarme, poco a poco abrí los ojos y por un momento me pareció ver a Nate por lo que me sobresalte.
-¡Nate!-Lo abrace fuertemente.

-Lo siento Mello, no soy Nate.-Me separe rápidamente, caí en cuenta de que se trataba de Matt.
-oh…-Me ruboricé levemente ante tal acción.
-Vamos a casa Mello-Matt me sonrió dulcemente pero negué con la cabeza.
-No Matt… déjame aquí. No merezco estar en ningún sitio más que en este lote lleno de basura…aquí encajo bien.- Mire de reojo a Matt su rostro mostro una tristeza que jamás vi en el.
-No Mello no eres basura y no encajas aquí…
-Claro que si Matt no hago nada más que estropear todo… Lastimé a Nate, traicioné la confianza de sus padres y… suelo ser muy abusivo contigo.-Un nudo en la garganta apareció dificultándome hablar-Ni siquiera… Ni siquiera puedo proteger a mi… madre y hacerla feliz…-Mordí mis labios con fuerza
-Mello, sabes desde que te conocí supe que no eras un chico cualquiera. Eres muy inteligente, siempre proteges a los que amas, no te importa si quedas mal parado con tal de que los que te importan estén bien y a pesar de todo por lo que has pasado, intentas ser fuerte y sonreírle a la vida… Eres un diamante, el más hermoso diamante que existe.

No  hubieron más palabras, me deje abrazar por Matt y las lágrimas comenzaron a fluir como si no hubiera un mañana.

No sé cuánto tiempo paso desde que Matt llego pero el frio comenzaba a hacerse presente y ya no se escuchaba ningún auto pasar.

-Matt… ¿Qué hora es?-Deshice su abrazo gentilmente. Y el sacó su celular para saber la hora
-¡Santo por Dios! Ya son las dos de la madrugada.-No pude evitar reírme por tremenda expresión de Matt.
-Vámonos Matt que tus padres te van a colgar.
-Ni que lo digas… -comenzamos a ponernos de pie y pude notar la bicicleta que había dejado en casa de Nate.
-Matt ¿fuiste a la casa de Nate verdad?- el pelirrojo se avergonzó ante aquella pregunta.
-B-Bueno es que no llegabas a mi casa, entonces marqué a tu teléfono y me contestó Nate, me explicó lo que pasó… Sabes estaba muy preocupado por ti. Entonces les dije a mis padres que mis amigos me dejaron plantado para no ir a la premier. Espere a que se durmieran para poder salir a buscarte… fui con Nate a recoger la bicicleta y vine para acá.- Matt se notaba nervioso por lo que hablo tan rápido como pudo. Una característica que Matt  tenía es que no podía mentir, siempre se descocía hablando de todo sin ocultar nada como para evitar un regaño. No era su culpa, sus padres  lo tenían muy controlado. Era un chico de casa, por eso sus padres me odiaban por ser mala influencia.
-Eres un tonto-sonreí levemente, le revolví los cabellos, me le quede viendo por unos minutos aún con la mano en su cabeza, Matt tenía los ojos cerrados fuertemente y con cierta timidez me acerqué para darle un beso en la frente. Me alejé rápidamente de él, sabía que ambos estábamos rojos como jitomates. Un silencio incómodo se apodero de la situación. Carraspee un poco la garganta y entonces dije.
-Ese beso… no fue nada homosexual… yo no…-Matt comenzó a reírse a todo pulmón.
-¡Ay por favor Mello! ¡Si tienes NOVIO! ¡Eres bien gay!-le di un golpe en la cabeza, Matt se incoo y coloco sus manos en la cabeza
-No seas zopenco. Eso fue más un beso fraternal. – Poco a poco la risa de Matt se fue apagando. Lo mire curioso. Rápidamente se levantó.
-Claro Mello, lo sé…- Me sonrió pero por alguna razón noté un poco de tristeza en sus ojos –Bueno vámonos querido hermanito.- Asentí, Matt tomo la bicicleta. Se subió en ella y yo me senté en la parte de atrás, me sostuve de su cintura cosa que hizo a Matt sobresaltarse-¿No que no homo?-rió levemente.
-Cállate y conduce-dije con un tono divertido.

No hubo más palabras, Matt comenzó a avanzar. Cerré los ojos y me recargue en su espalda.



Gracias Matt.
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Notas finales:

Nos veremos proximamente. Gracias


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