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Vamos a ser algo difícil de superar por Niji_Takagawa

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Notas del capitulo:

Buenos días a todos mis queridos lectores~ El día de hoy les traigo finalmente un nuevo capítulo de esta historia que espero que les siga gustando hasta el final. ¿Quieren saber lo que sucede con Ken y su rechazo hacia Takanori? Pues el día de hoy lo sabrán, así que sin más por el momento los dejo leer, disfruten:

Habían transcurrido dos meses más durante los cuales Tetsu mantuvo su palabra de vivir en casa de su querido amigo, pues el sólo saber que no contaba con el apoyo y los cuidados del padre del bebé que éste esperaba despertaba su instinto protector. No podía dejarlo solo, después de todo, luego de ver todos los malestares que sus hermanas habían padecido durante la espera de sus sobrinos sabía perfectamente todo por lo que su amigo tendría que pasar y eso sería un calvario para él; además se había vuelto casi un experto en el tema, por lo que supo que le sería de mucha ayuda para atenuar sus molestias. Sin embargo las sospechas de que el bajista ocultaba algo no tardaron en aumentar en su compañero de cuerdas, pues desde hacía mucho que no le mencionaba el asunto de Takanori, no insistía con nada que tuviera que ver con él, y de hecho todos los días salía corriendo de los ensayos como quien tiene mucha prisa de llegar a casa; sin mencionar que había estado recibiendo muchas llamadas que evidentemente trataba de ocultar, y a pesar de que Yukihiro no dijera nada al respecto él no soportaba la curiosidad aunque realmente no se atrevía a decir nada. Por otro lado Tetsu mantenía su cabeza dividida entre el trabajo y su embarazado amigo, pues Ayana había salido de la ciudad por unas semanas y por el momento no tenía que preocuparse de procurarla. No obstante estaba tan inmerso en su propio mundo que no se daba cuenta de las sospechas que habían comenzado a surgir en su amigo, y únicamente se concentraba en sus asuntos como si lo demás a su alrededor se hubiera desaparecido.

Empero, aquella tarde estaban destinados a un encuentro poco ortodoxo del cual no iban a enterarse de que ocurrió, pues sucedería a la distancia y por separado. Como ya era costumbre para el bajista salió presuroso del ensayo una vez que terminaron de tocar, con tan sólo pronunciar dos palabras que fueron dirigidas a todos a manera de despedida general. El día anterior había acordado con su amigo que se verían en el centro comercial favorito de los dos, pues tenían pensado comprar algunos accesorios que el bebé necesitaría, además de los complementos alimenticios que el solista debía tomar para que el bebé recibiera los nutrientes necesarios para su crecimiento. Luego de estacionarse entró por la puerta principal de aquel sitio, y ahí lo encontró, sentado tranquilamente en una banca cercana disfrutando de un helado de durazno, pero en el momento que se dio cuenta de su presencia no tardó en ponerse de pie y acercarse lo suficiente para abrazarlo cariñosamente.

–Te tardaste un poco más de lo usual, ¿todo está bien? –Preguntaba con evidente preocupación en su voz, aunque sin deshacer aquel contacto.

–Tranquilo Taka todo está bien, sólo me atrapó el tráfico, pero tranquilo que ya estoy aquí, así que mejor guarda la calma y termina tu helado.

–Bueno espero que no me estés ocultando nada –luego de un par de segundos más se separaron finalmente, y el más bajo de los dos se dedicó a terminar de comer su helado mientras comenzaba a caminar junto a su amigo.

–Nunca lo he hecho y no veo por qué comenzar a hacerlo ahora mi querido Taka, así que mejor cuéntame cómo te fue hoy, qué tal se portó mi sobrino hoy.

–Mejor, hoy tuve menos náuseas así que creo que ya se va tranquilizando, finalmente pude comer sin miedo a tener que salir corriendo al baño cinco minutos después.

–Bueno recuerda lo que te dijo el doctor en tu primer control prenatal, las náuseas, los vómitos y mareos solamente duran el primer trimestre, después de ese tiempo se van atenuando hasta desaparecer.

–Sí recuerdo eso, pero también recuerdo que dijo que no todos los embarazos son iguales, que eso pasa en la mayoría de los casos pero no en todos…

–Vaya recuerdas muy bien todo lo que te dice, eso es bueno Taka, estar consciente de todas esas cosas es de mucha ayuda, después de todo eres primerizo –mencionó en medio de una leve risa que provocó un tenue sonrojo coloreando las mejillas de su amigo, quien se llevó en seguida la mano libre a acariciar suavemente su vientre; aún no se notaba a simple vista pero si hacía una suave presión comenzaba a sentir una bolita endurecida, creciendo cada vez más– te ves tierno cuando haces eso.

–¡Calla! Vas a atraer la atención y eso es lo que menos deseo –decía al mismo tiempo que desviaba la mirada sintiendo sus mejillas sonrojarse más.

–Más la vas a atraer tú si sigues gritando de ese modo –nuevamente una risa divertida se escapaba de sus labios al notar las reacciones de su amigo, pero antes de que el menor pudiera decir cualquier cosa el bajista le tomó del brazo, pues aprovechando que éste ya se había acabado su helado lo guió en dirección a la primera tienda de bebés con que se encontraron.

–Ay Tetsu tú me quieres arrancar el brazo verdad –se quejaba al mismo tiempo que se adentraba a la tienda que su amigo había escogido para empezar las compras.

–No seas tan quejumbroso Taka, tuve cuidado así que guarda la calma y vamos a empezar a escoger lo que vamos a comprar.

Tras mencionar aquello el líder de L’Arc soltó en seguida el brazo de su amigo que mantenía agarrado para así prácticamente correr a ver los gorritos. El “geisha boy” por otro lado lo miró con una sonrisa completamente enternecida, pues definitivamente le hacía feliz ver lo emocionado que su amigo lucía ante la idea de convertirse en tío. Por supuesto que le habría encantado poder realizar esas compras con el padre de su hijo, pero cómo despreciar la compañía de quien consideraba su hermano desde hacía muchos años; de manera que, sin dejar de sonreír, dirigió sus pasos al sitio donde se encontraba su acompañante, después de todo era él quien se convertiría en padre y era un hecho que su ilusión era aún mayor que la de Tetsu.

–¿Te gustan los que tienen orejas de animales? Esos me parecen aún más tiernos.

–Sí son los más lindos, pero recuerda, sólo un par de ellos porque ahora únicamente podemos comprar ropita en colores neutros, ya cuando sepamos si es niño o niña le compramos más cosas.

–Ya lo sé, pero es que me emociona, la ropa de bebé es tan linda, adorable… me da mucha ternura el solo hecho de verla, pero luego me imagino vistiendo con ella a mi sobrino o sobrina y eso me da aún más ternura.

–Me da tanta tranquilidad saber que mi bebé tendrá un tío tan dedicado y amoroso como tú… Espero que el día que su padre se entere de que viene en camino se ponga igual de emocionado que tú…

–Así va a ser ya verás, así que no te preocupes; como te he dicho, Ken es un idiota pero tiene un corazón enorme, muy blando, y yo creo que la llegada de un hijo puede conmover a cualquiera. Sólo ten fe en él –luego de sus palabras se acercó de nuevo a su amigo para poder abrazarlo de forma completamente cariñosa y estrecha, aunque teniendo cuidado de no apretarlo muy fuerte.

–Gracias Tet-chan, tus palabras realmente me hacen mucho bien así que voy a tratar de aferrarme a la esperanza de que Ken reaccione bien y decida lo mejor para los tres, nuestro bebé lo merece…

Mantuvieron el abrazo un poco más disfrutando de la cálida cercanía del otro, pues aunque no siempre lo pudieran decir con palabras, de alguna manera siempre sabían el momento propicio para compartir un abrazo, justo cuando el otro más lo necesitara; así sucedía de forma casi espontánea. Sin embargo, se separaron tras dejar que transcurrieran un par de minutos, pues tenían que terminar con las compras; apenas habían comenzado, por lo que apenas habían elegido algunos gorritos con orejas de gatito o de osito, pero aún les quedaban muchas cosas por buscar. Se pasearon una y otra vez por los pasillos de la tienda, pues a veces recorrían el mismo más de una vez como siempre que salían juntos de compras; y no era precisamente porque eran un par de consumistas sin remedio, sino porque en verdad les entusiasmaba comprarle cosas al bebé que venía en camino, tanto, que prácticamente todo lo que veían les gustaba y debían llevarlo a casa. Pero a pesar de este hecho trataban de no comprar demasiado en lo que se refería a ropa, después de todo sabían bien que los bebés recién nacidos crecían con tal rapidez que la ropa dejaba de quedarles demasiado pronto. Por ello únicamente acumularon algunas cuantas prendas y un par de juguetes antes de dirigirse a la caja registradora para que les cobraran. Empero, justo después de haber pagado el embarazado sintió náuseas nuevamente, por lo que tras pedirle a su amigo que esperara por el recibo y por las bolsas de sus compras salió de la tienda lo más rápido posible, caminando en dirección al baño más cercano al mismo tiempo que se sostenía el vientre con una mano y trataba de respirar profundamente, de modo que relajara un poco su incómodo estómago.

Por otro lado, un par de minutos después de la precipitada partida de su amigo, Tetsu tomó el recibo de compras que se le extendía para guardarlo en uno de los bolsillos de su chaqueta, antes de tomar en sus manos las bolsas con los artículos por los que el solista había pagado antes de prácticamente salir corriendo del lugar. Y finalmente, salió también del local, cargado con tres bolsas, tras lo cual se quedó de pie a tan sólo un par de metros de la entrada de la tienda de la que había salido, pues sabía que en cuanto su acompañante se sintiera mejor le buscaría ahí. Por ello, mientras aguardaba por él se dedicó a revisar el contenido de las bolsas que llevaba con una sonrisa bastante dulce y enternecida, pues aquellas prendas tan pequeñas inevitablemente incrementaban sus ilusiones con respecto a ese bebé que venía en camino, y que él aguardaba con evidente emoción, después de todo se trataba de su sobrino y estaba de verdad feliz de poder compartir aquella dulce espera con su mejor amigo.

Mientras tanto, al otro lado del amplio pasillo del centro comercial un hombre alto de piel morena, cabello castaño oscuro y un tenue bigote coronando sus delgados labios detuvo repentinamente sus pasos al contemplar una figura muy conocida para él. Ken había acordado verse en aquel sitio con alguien y justamente se dirigía al punto de encuentro cuando visualizó a su líder a lo lejos, con una sonrisa que nunca antes le había visto, mientras que revisaba el interior de unas bolsas de color azul pastel con franjas verticales blancas, mismos colores que distinguió en el logotipo de la tienda que se hallaba a espaldas del bajista, por lo cual pudo concluir que las bolsas eran de ese local. No obstante la impresión estuvo a punto de provocarle un desmayo, pues mil pensamientos comenzaron a agolparse en su cabeza… ¿Qué haría su compañero de cuerdas saliendo de una tienda de bebés con “tantas” bolsas, y viendo el contenido de éstas con esa sonrisa tan ilusionada? Solamente una respuesta lo suficientemente lógica fue formulada por él, y estaba dispuesto a enfrentar al bajista para confirmar o descartar esa idea, hasta que su celular comenzó a sonar desde el interior del bolsillo de su pantalón anunciando una llamada. Sin siquiera ver de quién se trataba lo supo, por lo que a pesar de que estaba reacio a hacerlo tuvo que olvidar inmediatamente la idea de conversar con su amigo en ese momento, para así posponer esa charla que sin duda alguna debía llevarse a cabo, o su curiosidad lo mataría hasta saber lo que ocurría; pero eso sería después, pues en ese momento le esperaban y sabía que en esas circunstancias no le convenía hacerse esperar.

Así, cuando el alto guitarrista se alejó completamente de aquel sitio, Takanori se hizo presente una vez más, caminando calmadamente desde el baño hasta el punto donde Tetsu esperaba por él; por ello al llegar posó una de sus manos sobre el hombro del más alto, buscando así atraer su atención para que se girara un poco sobre su propio eje hasta que quedaran frente a frente.

–¿Te sientes mejor? –Cuestionó el mayor de los dos al mismo tiempo que peinaba suavemente los mechones de cabello que caían sobre la frente de su amigo.

–Sí… Gracias Tet-chan, en verdad no sé qué haría sin ti; pero tranquilo, que tu sobrino y yo ya estamos bien, es que estando en casa comí mucho al parecer, por lo que el bebé no se sintió muy cómodo.

–Te regañaría pero sé que como estás embarazado tienes muchos antojos que no puedes ignorar… Sólo trata de moderarte por favor, si cargas demasiado tu estómago esto volverá a suceder y no creo que te guste tanto tener náuseas y vómito.

–Para nada, ya estoy cansado de esto… Pero está bien mami Tetsu, voy a escuchar tus valiosos consejos para cuidar de mi bebé más apropiadamente, y mientras tanto será mejor que nos movamos de aquí, aún tenemos que ir a buscar mis complementos alimenticios… aunque…–antes de terminar agachó un poco la cabeza, mostrando una expresión completamente apenada, por lo que su amigo lo alentó a terminar.

–¿Aunque qué? Qué ocurre Taka por favor dime, ¿te sientes bien?

–Sí me siento bien, es sólo que… Ahora que mencioné lo de mis píldoras sentí otro antojo…–susurró lo último, pues confesar aquello realmente le avergonzaba hasta el punto que sus mejillas se colorearon de un tenue sonrojo que no hizo más que causar una sonrisa enternecida de parte del líder de L’Arc~en~Ciel.

–Es normal, acabas de vomitar lo que había en tu estómago así que ahora el bebé te pide que vuelvas a darle comida pues la otra no la aprovechó… Así que qué te parece si vamos primero por tu antojo y ya después nos encargamos de comprar lo demás.

–Sí… Mi pequeño ahora está muy agradecido con el tío Tetsu porque lo cuida mucho y se preocupa de que su papá lo alimente –en medio de una leve risa, entre apenada y dulce, buscó nuevamente más cercanía con el más alto hasta que ambos pudieran fundirse en un cariñoso abrazo.

–Pues dile a mi pequeño sobrino que hago todo esto por lo mucho que lo amo, a él y a su padre, así que haré todo lo que pueda por procurar que ambos estén bien siempre.

–Tetsu mejor no me digas esas cosas o juro que voy a llorar… Ya sabes que en mi estado me es muy fácil conmoverme, pero si empiezo a llorar atraeré muchas miradas curiosas y eso es lo que menos deseo…

–Ya lo sé, por eso mejor olvida eso entonces, nada de llanto, vamos a comprarles algo de comer para que vuelvan a estar felices.

Apenas el bajista terminó de hablar ambos se separaron de aquel abrazo para poder entrelazar sus brazos y así emprendieron camino hacia el área de comidas del centro comercial, pues aunque Tetsu no lo expresara él igualmente necesitaba alimentarse. Durante el trayecto su conversación giró en torno a la comida y lo que comprarían una vez que llegaran a la zona adecuada; no obstante, de un momento a otro el solista se detuvo de golpe mostrando la expresión más atónita y dolida que Tetsu jamás había contemplado. Por ello le imitó y detuvo sus pasos, tratando de buscar con la mirada aquello que pudiera haber causado semejante reacción en su compañero. Así tras un par de segundos pudo observar lo mismo que el más bajo… Ken Kitamura, abrazando repentinamente a una mujer que aparentemente tenía algunos años menos que él, de bonita apariencia y cuerpo delgado aunque voluptuoso, especialmente en su vientre, el cual no podía reflejar otra cosa que un embarazo mucho más avanzado que el de Takanori. En el fondo ambos quisieron pensar que podía tratarse de una amiga del guitarrista a quien éste acompañaba de compras tal como ellos dos lo hacían, pero la relación que había entre ellos se aclaró completamente cuando él posó una mano sobre el vientre de ella, repartiendo suaves caricias sobre él mientras mostraba una sonrisa bastante amplia, para después recibir un beso en los labios de parte de aquella chica.

Ambos realmente habrían deseado que todo se tratara de un malentendido, pero con lo que pudieron ver no hubo espacio a dudas; ahora les quedaba claro además el motivo por el cual Ken había dejado abandonado al solista desde aquella noche que compartieron. Por ello, Tetsu había girado la cabeza para mirar a su amigo, a punto de expresarle palabras de apoyo y consuelo pero éste ya no estaba, pues había salido corriendo en cuanto observó la escena de ese beso que tanto daño le ocasionó, y fue ese hecho por lo que el bajista no se sorprendió de aquella reacción de su amigo. Pese a esto el pelinegro volteó su rostro una vez más en dirección a su compañero de cuerdas, quien sin saber de su presencia en ese mismo sitio hizo lo mismo, causando que sus miradas se cruzaran por un segundo. En esa mirada, el mayor de los dos pudo sentir el desprecio de parte de su amigo, y eso le ocasionó un dolor en el pecho tan profundo que estaba a punto de dejar a su acompañante para poder acercarse a él, antes de dejarle pensar lo peor. Desafortunadamente él fue más rápido, y con una expresión de profunda decepción y confusión salió corriendo igualmente, yendo en busca de su aún más lastimado amigo, pues sabía que con lo que acababan de ver le iba a necesitar más que nunca.
Notas finales:

Aparentemente el bebé que Takanori está esperando no será el único de nuestro querido guitarrista, pero si desean saber lo que esta "noticia" va a ocasionar, por favor manténganse atentos a la próxima actualización. Estos capítulos serán un poquito flojos, pero cada uno tendrá alguna sorpresa para ustedes, que serán para prepararlos para lo que viene más adelante. No dejen de leer por favor, y sigan mandando sus reviews que son tan valiosos para mí; recuerden que si dan like a mi página pueden ver en facebook cuándo subo un nuevo capítulo y enterarse de otras novedades respecto a mis historias. También es otra forma de contactarme si lo desean, así que sin más por el momento me despido; saludos a todos, nos leemos en la próxima ocasión, hasta entonces: dulces lunas ♥

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