A la mañana siguiente Hyde llegó al estudio puntual como pocas veces luego de una de sus acostumbradas sesiones sexuales, que a pesar de que se había terminado mucho más temprano de lo habitual, le había dejado pensando durante todo lo que restó de la noche. Tetsu había decidido que la banda se tomaría un descanso de nuevo, esta vez por su culpa, y le había dejado la responsabilidad de anunciarle a los demás miembros de la banda; tarea que no era nada fácil, pero que estaba a punto de llevar a cabo en algunos minutos, sólo era cuestión de que estos llegaran finalmente. Se dejó caer pesadamente sobre uno de los sillones que estaban dispuestos en la sala de ensayos, y removió sus gafas oscuras mientras su rostro se desviaba hacia la zona en que se encontraban los instrumentos, reposando solitarios. Su atención se centró en el bajo, haciéndole pensar irremediablemente en su dueño, en sus palabras, en lo que le había hecho… Le irritaba el hecho de tener que ser él quien tuviera que hablar con Ken y Yukihiro para darles las explicaciones, pero era inevitable; ciertamente todo era su culpa y de sus caprichos, pero aquello era parte de su naturaleza y no podía simplemente dejarla de lado. No era la primera vez que se dejaba llevar por ellos y por su egoísmo, esa parte hedonista de su persona parecía dominar a la razón cuando el deseo por alguien le calentaba la cabeza, a pesar de ser alguien “prohibido” como Tetsu había dicho para referirse a Gackt… Y sí, tal vez lo era, pero lo que su líder no comprendía era que lo prohibido era lo que más se deseaba.
–Buenos días Tetsu… Momento, ¿Hyde? ¿Dónde está Tetsu? –El baterista, que solía ser el segundo en llegar, estaba demasiado acostumbrado a que fuera el bajista quien ya se encontraba en la sala esperando al resto de la banda, por lo que su saludo salió en automático; sin embargo, un desconcierto que pocas veces sentía se hizo evidente en su expresión al darse cuenta de quién estaba sentado en el sofá realmente.
–Tengo algo muy importante que decirles Yukihiro, pero eso será en cuanto llegue Ken porque no lo quiero repetir.
–¿Le pasó algo a Tetsu? Digo, ya que él no está aquí como siempre, y tienes algo que decirnos… Lo primero que se me ocurre es que tiene que ver con él.
–Sí tiene que ver con él pero ya te dije que esperaremos a Ken…–No obstante, antes de poder terminar de hablar una figura familiar se hizo presente en la puerta, y no era el guitarrista al que esperaban, sino la persona que resultaba ser el tema central de la conversación, pero a quien no esperaba ver… Al menos no en los próximos días.
–Buen día Yukkie –saludó al baterista con simpleza mientras terminaba de adentrarse en la sala, para después dirigirse a dejarse caer en el sillón más alejado del vocalista; esa acción no sorprendió a Hyde, pero sí a Yukihiro, de igual manera que el hecho de no haber escuchado ningún saludo dirigido al más bajo, pero decidió no decir nada al respecto. El bajista lucía profundamente cansado y estaba vestido con una sencillez pocas veces vista en él; llevaba unos jeans azules, zapatos deportivos de color dorado y una simple camiseta blanca de mangas largas, además de unas gafas oscuras que no se quitó al entrar, otra acción inusual en su persona.
–Buenos días Tetsu… Justo le estaba preguntando a Hyde por ti porque me pareció muy extraño llegar y no verte a ti.
–Perdón por preocuparte, pero como no va a haber ensayo no me pareció necesario ser el primero en llegar como otras veces; de hecho estoy seguro de que el día de hoy nuestra estadía aquí será muy corta.
–Pensé que no vendrías –se atrevió a decir el más bajo de los presentes, apenas en un susurro audible; pero su interlocutor no volteó a verlo, pues dejó su atención en la puerta en todo momento.
–No me podía perder el espectáculo que sé que habrá hoy Takarai, así me aseguro de que sólo les digas la verdad a Ken y Yukkie… Digo, en caso de que se te ocurra tratar de mentirles para no quedar tan mal parado frente a ellos, pero sólo te digo que yo no voy a intervenir en ningún momento, solamente seré un espectador.
–Lo dices como si se tratara de una función de circo…
–¡No lo es! –Tras exclamar aquello finalmente se alzó las gafas que llevaba puestas, revelando sus ojos completamente rojos e hinchados, para mirar momentáneamente al vocalista con una mirada fría que pocas veces había mostrado y que desconcertó de sobremanera al único de los tres que no sabía nada–. Mi intimidad, por así decirlo, no es un circo aunque tú te hayas divertido pisoteándola… Además créeme que no podría compararte con ninguno de los animales, porque ellos saben demostrar sinceramente sus sentimientos, sin mentir–tras aquellas hirientes palabras, el aludido frunció el ceño, y estaba a punto de ponerse de pie cuando volvió a hablar, al mismo tiempo que cubría de nuevo sus ojos– más te vale no querer irte, no te lo voy a permitir. Debes ser tú quien hable con los demás, forzosamente tienes que ser tú, quiero ver si igual que no te costó nada hacer lo que hiciste eres lo suficientemente hombre para al menos enfrentar las consecuencias de tus actos. Así que te juro que si no te sientas en este instante, dejaré de contener lo que está tratando de salir desde ayer en la noche y por más kung-fu que sepas eso no te va a ayudar.
El baterista estaba cada vez más sorprendido de lo que escuchaba; no era la primera vez que Tetsu y Hyde tenían una riña, teniendo en cuenta la posición como líder del primero y la naturaleza rebelde del segundo, la cual solía impedirle seguir demasiadas órdenes, por lo tanto este conflicto siempre provocaba ciertos choques entre los dos. Empero, la situación en esa ocasión era más fuerte de lo usual, nunca los había visto hablarse con tal severidad… Al menos no al bajista, que siempre mantenía un temple muy tranquilo, y ahora los segundos en que pudo ver sus ojos fueron suficientes para notar de que la tibieza que estos originalmente poseían se había casi congelado. Por más molesto que él estuviera su mirada nunca había perdido su esencia dulce y amable… Pensar en eso sólo le hizo darse cuenta de que la situación era sumamente grave, por lo tanto la angustia que sentía crecía a cada segundo que el cuarto y último integrante de la banda no aparecía. Sentía que estaba punto de gritar de ansiedad, no saber lo que ocurría entre dos de sus amigos lo estaba matando; por otro lado, y para la fortuna de la frágil y preocupada mente del rubio baterista, la persona que faltaba para poder escuchar el motivo de las hostilidades entre los otros dos finalmente se aparecía por la puerta de la sala, como siempre con un cigarrillo consumiéndose entre sus labios y una sonrisa de buen humor, propia característica del querido guitarrista.
–Buenos días señores… Vaya esta vez Hyde llegó antes que yo, debo decir que eso me impresiona; perdón por dejarlos esperando pero…–por sí mismo dejó de hablar antes de terminar su disculpa, de igual manera que detuvo sus pasos de golpe. Le fue inevitable darse cuenta del ambiente tan tenso que se respiraba en aquel lugar, algo no muy común, y que por lo tanto le desconcertó de sobremanera, provocando que su sonrisa se desvaneciera de sus labios– ¿pasa algo? Todos se ven más tensos de lo usual… Además, Tetsu dónde está el glamour que te caracteriza, ¿qué ocurre?
–Anda Takarai, Ken ha llegado también, es momento de que les expliques lo que ha ocurrido; no dispongo de mucho tiempo el día de hoy –una vez más habló el bajista sin mirar al resto de los presentes.
–Bien, es momento de decírselos –esta vez el vocalista fue quien tomó la palabra, al mismo tiempo que se ponía de pie pero sin moverse de su lugar, pues sólo buscaba quedar en igualdad de condiciones que sus interlocutores– antes que nada tienen que saber que el señor Ogawa aquí presente ha decidido que L’Arc~en~Ciel se tome un descanso nuevamente.
–¡¿Qué…?! –Inevitablemente, la reacción de ambos músicos fue aquella exclamación tan llena de sorpresa, pues les parecía inverosímil lo que estaban escuchando.
–Así es, pero antes de que digan algo más, explícales por qué Takarai –intervino el líder del grupo para alentar al más bajo a que continuara.
–La razón de esta repentina decisión puede decirse que soy yo –hizo una leve pausa para permitir que los otros dos digirieran aquello, pero en cuanto se dio cuenta de que estaban a punto de decirle algo decidió proseguir– estuve toda la noche, y aún las primeras horas del día, pensando en cómo decírselos. Pero la verdad es que no tengo idea de cómo suavizarlo ya que eso de adornar verdades no se me da; por lo tanto he decidido decirlo de golpe, como pasó simplemente… Tetsuya a pesar de que piensas que ésta no fue la primera vez, realmente así ha sido…
–Al grano Takarai, lo que importa no es que sepan desde cuándo pasó.
–Bien, la tarde en que Tetsu se fue a Osaka, cerca de dos horas luego de que partiera, llegué a su casa para visitar a Gackt… Comenzamos a hablar acerca de “los viejos tiempos” así que aproveché que habíamos tocado ese tema para…pues para…para seducirlo –nuevamente hizo una pausa, mirando fijamente a sus dos compañeros a quienes les explicaba la situación, para así esperar por una reacción. …sta tardó unos minutos en llegar, pues ninguno de los dos estaba seguro de si habían escuchado bien. Fue hasta que la noticia quedó asimilada que el alto guitarrista se acercó hasta la mesa de centro que tenían justo en medio de todos, para así apagar su cigarrillo en el cenicero de cristal cortado que se hallaba sobre ésta; después dio algunos pasos más hasta quedar frente al vocalista, mirándolo fijamente, y finalmente alzó su diestra para darle una fuerte bofetada que no sorprendió a nadie.
–No tienes idea de las ganas que tengo de gritarte, pero no lo haré, pues eso atraería la atención de todos aquí, y por respeto a Tetsu no quiero que eso ocurra. Pero sí te puedo decir que estoy profundamente decepcionado de ti, sabía muy bien que eras el tipo de persona a quien no le importa rodar de cama en cama, como yo… Sin embargo quise pensar que en el fondo eras un buen ser humano, sincero, con principios reales, y que sabías valorar las cosas que de verdad son importantes, como la incondicional amistad que Tetsu siempre te ofreció, que respetarías algo tan sagrado como esa relación tan seria que ellos dos tenían. Desgraciadamente ahora veo con tristeza que ni siquiera a tus amigos les sabes ser fiel; Tetsu es quien te puso donde estás, sin él no serías nada, sin él seguirías siendo ese ser oscuro sin amigos que creía que nada en la vida vale la pena, si es que hubieses seguido con vida.
–Basta Ken, no te preocupes más por hacerle ver sus errores y demás, estoy seguro de que no tiene caso; seguro él no entiende la diferencia entre la verdad y la mentira, ya que ha mentido tan bien por años que indudablemente para él es algo natural.
–¿Tú no dices nada Yukihiro…? –Alcanzó a susurrar el bajo vocalista, manteniendo la mirada desviada y la cabeza volteada hacia un lado, tal como había quedado tras la bofetada, como si nadie hubiera dicho nada en el intervalo de haberla recibido y el momento en que esas palabras salieron de su propia boca.
–Para qué quieres que te repita lo que ya te dijo Ken y lo que seguramente ya te dijo Tetsu cuando se enteró; no sirve de nada intentar hacerte sentir mal si aparentemente a ti no te afecta, ni siquiera por el hecho de saber que estás perdiendo tus amigos, que hasta tu banda está en juego con esto… De qué sirve si no te interesa siquiera la idea de perderte a ti mismo… Lo único que podemos hacer nosotros es darte la espalda para que termines de hundirte en tu propia porquería, así que tú quédate con el placer físico que Gackt y un sinnúmero de hombres más te dan, quédate con tu belleza y tu encanto seductor de los que estás tan orgulloso. Esperemos que todo eso dure más que la amistad eterna y leal que hubieras podido esperar recibir de nosotros, la cual de hecho ya tenías en tus manos, pero la destrozaste por unas horas de placer… Ojalá haya valido la pena Takarai.
El aludido decidió no quedarse por más tiempo en ese lugar, ya que sabía bien que no tenía caso; si sus compañeros tanto querían tenerlo lejos, él les daría gusto. Por ese motivo simplemente se marchó de la sala sin decirles nada, bajo las tres despectivas miradas de quienes se quedarían en ésta y sin recibir tampoco ningún tipo de palabras de despedida.
–Tetsu… Perdón que te moleste con esto pero ¿en serio ya es un hecho que la banda tomará un receso? Es decir, entiendo bien que no quieras ni verlo pero…
–Ya lo decidí, Yukkie, así que por favor no insista ninguno de los dos; estoy decidido, lo necesito, o les juro que mataré a ese…a Takarai en cualquier momento, y no quiero dar a conocer ninguno de estos acontecimientos. No dejaré que la prensa trate de hacer pedazos lo que queda de mi intimidad, a pesar de la traición, yo aún tengo mi orgullo y mi dignidad, los cuales no perderé por nada.
–Bien dicho Tetsu, y no te angusties, que nosotros te apoyaremos en esta decisión aun cuando Yukkie no se sienta muy seguro al respecto. Te aseguro que te apoyará como siempre, ¿no es así Yukkie? –Intervino esta vez el guitarrista, girando su cabeza hacia el aludido, de igual manera que lo hizo el bajista, esperando la respuesta que llegaría de su amigo, casi con un ápice de esperanza.
–Cómo se les podría siquiera ocurrir que no lo apoyaría… Tetsu, aunque me duele en lo más profundo de mi corazón que quieras que la banda tome otro receso, yo te voy a apoyar en todo. Así que tú dinos lo que se necesite para arreglar ese asunto y ya los tres pensaremos en una excusa que haga válida esta separación temporal; como dices, no es buena idea que sepan públicamente las verdaderas razones.
–Gracias chicos, yo sabía que con ustedes sí puedo confiar… Ustedes y Takanori van a ser mi bote salvavidas, se los aseguro.
Dicho aquello, con una voz ligeramente quebrada, el bajista de ojos color marrón, aunque bastante enrojecidos por el llanto acumulado, y que aparentemente buscaba salir de nuevo, dio apenas un par de pasos tímidos hacia sus amigos, para así darles un abrazo grupal que realmente necesitaba en esos difíciles momentos; después de todo, no solamente había perdido al ser que le había devuelto la fe en el amor y a quien había creído por años, uno de sus mejores amigos, sino que además pasaría una larga temporada lejos de su querida banda. Aún no sabía si esa decisión quedaría como temporal o definitiva, pero de algo estaba seguro, no dejaría lo que quedaba de su frágil ser a merced de la prensa; tampoco permitiría que su sueño de crear música se muriera, pues a pesar de que su corazón estuviera hecho pedazos, le quedaba aún su más grande ilusión.
Mientras tanto, el bajo vocalista conducía furioso hacia un bar, con una rapidez que pocas veces había poseído al encontrarse tras el volante; aunque en otras ocasiones ir a esa velocidad le habría asustado, no era el caso. Su inmensa furia, al igual que otros tantos sentimientos encontrados, nublaba su sentido común, a pesar de que ni siquiera estaba seguro de con quién estaba furioso. Empero, aquellos pensamientos se detuvieron de golpe cuando llegó a su destino, y las ansias por tener una copa de alcohol en su mano rebasaron cualquier cosa; por ello ingresó de inmediato al bar, buscando una mesa apartada del resto de las personas que se encontraban dentro del local, y antes de que el mesero que estaba a punto de atenderle le gritó cuando aún le faltaban algunos metros para llegar. Hizo el pedido de toda una botella de su mejor whisky, un vaso y un pequeño cubo con hielo; el joven, asustado por la actitud con que el mayor acababa de hacerle el pedido, asintió y prácticamente corrió hacia la barra, al mismo tiempo que el malhumorado vocalista sacaba de entre su ropa una cajetilla de cigarros y su mechero con la bandera de Inglaterra impresa en éste para encender uno de los cigarrillos entre sus labios. Muchas veces había experimentado que ésa era una de las mejores medicinas para su enojo: tabaco, alcohol y soledad; aunque ésta última se hubo perdido cuando alguien se sentó a su mesa frente a él. Se sorprendió por un momento ya que no le había dado permiso de hacerlo, por lo cual el colérico cantante alzó la cabeza hacia aquel “intruso”, dispuesto a correrlo, hasta darse cuenta de quién era.
–¿Kaz? Qué haces aquí…
–Hola Hyde, vine con Arly por unos tragos; después te vi entrar. Y sí, a pesar de que me di cuenta de tu humor de perros me atreví a acercarme, te parecerá una misión suicida, pero me preocupé al verte en este estado… ¿Puedo saber qué ocurre?
–Pues mira Kaz tenemos tres opciones… Lo que me pasa es algo terrible que podría hacer que te enojes conmigo, lo cual a su vez me haría enojar más a mí, por lo tanto tú decides: me dejas solo a sabiendas de que he metido la pata, insistes que te cuente aun corriendo ese riesgo, o tú y Arly simplemente se me unen a beber dejando de lado ese tema tan macabro.
–Si no te conociera como lo hago, creería que exageras con lo primero; sin embargo, prefiero la zona de seguridad por ahora y me limitaré a beber contigo. Arimatsu fue a buscar algo en su coche así que llegará en un momento, cuando venga nos verá en esta mesa a los dos y se acercará.
–Perfecto, y espero que en cuanto llegue le adviertas que no me haga preguntas con respecto a lo que me pasa o no respondo de mí.
–Está bien, de acuerdo… Pero cálmate hombre, que si haces demasiados corajes te puedes arrugar y no creo que desees comenzar a verte feo…
–Kazuhito, tampoco estoy para bromas la verdad, así que ahórrate eso… Si de pronto me dan ganas de bromear, lo haré, pero no me presiones de ese modo –respondió el menor de los presentes dejando escapar una prolongada bocanada de humo, dejando su espalda recargarse por completo en su asiento, de manera que la mesa quedó libre para que el mesero dejara su pedido sobre ésta. Al instante, el guitarrista le saludó de forma amable, pidiendo dos vasos más, y durante ese tiempo el vocalista no dijo nada, quedándose pensativo un par de minutos. Seguidamente apareció un breve brillo en sus ojos, signo de que acababa de concebir una idea, por lo que de nuevo dirigió su atención a su acompañante, esta vez con un poco de calma– Kaz estaba pensando, y tengo una propuesta para ti.
–¿Una propuesta? De qué se trata –respondió con suspicacia, alzando una de sus cejas en una expresión de genuina intriga.
–La verdad es que estoy seguro de que vas a aceptar, así que puedo decir sin temor a equivocarme que Kaz va a volver a trabajar con el gran Hyde Takarai.
Tras pronunciar esas palabras una sonrisa ladina surcó los labios del más bajo, lo cual había dejado aún más intriga impresa en el rostro del más alto, esta vez mezclada con un dejo de sorpresa; definitivamente no había comprendido nada, desde las palabras pronunciadas por su acompañante, hasta aquel repentino e imprevisto cambio en su semblante. Fue algo tan súbito que casi habría jurado que en un abrir y cerrar de ojos la persona que tenía enfrente se cambió por otra; luego de toda la explicación que el vocalista le hubo dado de su idea, más interrogantes se agolparon en su cabeza. Pero decidió no hacérselas saber, teniendo en cuenta lo reacio que éste estaba ante el hecho de dar muchas explicaciones y la amenaza que simbolizaba la idea de que se volviera a poner de mal humor, por lo que simplemente le sonrió y dio una respuesta afirmativa ante la propuesta, misma que de igual manera hizo sonreír al vocal.
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