Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vamos a ser algo difícil de superar por Niji_Takagawa

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola hola mis estimados lectores~ realmente espero que ya hayan estado esperando esto, les traigo el nuevo capítulo del fic finalmente~ como les había mencionado, habrán dos personajes nuevos, los primeros dos de otros muchos así que espero que les agrade el rumbo que la presencia de estos dos personajes, evidentemente sugiere~ bueno, pero no diré más por el momento, mejor les dejo leer de una vez, disfruten:

Desde hacía apenas unos días que L’Arc~en~Ciel había comenzado una corta serie de conciertos en la ciudad de Tokio, hecho que por supuesto, provocó una inmensa euforia en sus fans, pues era evidente que extrañaban en demasía a la banda sobre los escenarios. Fueron un éxito como siempre, hecho que no sorprendió a nadie, pues se trataba de una banda que había roto numerosos récords de ventas… No obstante, en esa ocasión el concierto que les esperaba no sería común y corriente, sino que le tendría a Tetsu algunos sucesos inesperados que, a pesar de que no tener ni la más remota idea de lo que ocurriría, podían cambiar el curso de su vida de una manera radical. Todo inició al término de dicho concierto a pesar de la ironía que semejante pensamiento acarreaba; durante el descanso que los cuatro músicos se tomaban en el interior de su espacioso camerino, antes de regresar a la parte tranquila de sus vidas, lejos del público y las multitudes aclamándolos, uno de los guardias de seguridad llamó a la puerta de forma suave y cortés, de manera que no abrió hasta escuchar que alguno de los músicos le autorizaba hacerlo.

–Buenas noches, disculpen que interrumpa su descanso antes de retirarse, pero aquí hay un par de señoritas con pases especiales que desean verlos –explicó el guardia una vez que se halló en el interior del camerino, dirigiéndose especialmente a Tetsu, consciente de que él era el líder.

–Hágalas pasar por favor, ya estamos lo suficientemente descansados para verlas.

–Ahora mismo Ogawa-san –una vez que recibió la respuesta inclinó su cuerpo en una corta reverencia antes de retirarse una vez más para buscar a quienes llevaría hacia el interior de aquella habitación.

–¿No crees que antes debiste preguntar si estábamos de acuerdo con verlas? –El vocal, quien hasta entonces se había echado en el sofá con una toalla humedecida sobre el rostro para nivelar su propia temperatura, habló sin moverse ni un ápice de su posición pero sin dejar de reaccionar ante las palabras de su líder.

–Pues no sé qué absurda idea te hace creer que me importe tu opinión, así que mejor no opines y levántate de ahí para recibir a nuestras visitantes.

Apenas hubo terminado de hablar cuando el hombre que anteriormente les anunció acerca de su visita se hizo presente de nuevo, siendo acompañado por dos señoritas tal como había dicho, quienes lucían bastante entusiasmadas por encontrarse en aquel sitio. La primera de ellas mostraba una estatura no muy elevada a pesar de los tacones que usaba, además de una larga cabellera castaña oscura, completamente lisa y que caía graciosamente sobre su espalda media, además de unos ojos grandes y risueños, perfecto complemento de su sonrisa cálida y aniñada; la segunda por otro lado poseía algunos centímetros más de estatura, una cabellera levemente ondulada aunque del mismo largo, castaña igualmente pero con una tonalidad más clara, ojos un poco más pequeños y una sonrisa dulce que se adornaba con unos dientes blancos y aperlados, de los cuales destacaban los incisivos superiores debido a su tamaño más alargado que el resto. A continuación, cuando ambas terminaron de adentrarse en el camerino escoltadas por el guardia que las había atendido, una expresión de indudable sorpresa se instaló en el rostro del bajista, seguida de una sonrisa cálida y sincera; conservó dicha expresión hasta que se acercó a una de ellas para darle un abrazo, cortés y amable pero amistoso, hecho que había dejado atónitos al resto de los presentes, pues ver a Tetsuya Ogawa realizar semejantes demostraciones de cariño, más aún dirigidos a una mujer, no ocurría todos los días, y se encontraban completamente intrigados con respecto a la identidad de la chica misteriosa.

–Ha pasado mucho tiempo Yuko –fue el saludo que finalmente pronunciaron los labios del músico una vez que se separó de aquel contacto que mantuvo con la visitante por algunos segundos.

–Es cierto Tetsu-san, pero lo prometido es deuda y aquí me tienes, no podía perderme la oportunidad de asistir a uno de tus conciertos –respondió la chica sin dejar que su sonrisa abandonara sus labios en ningún momento– por cierto estuviste increíble, tal como me lo imaginaba… O posiblemente mejor.

–Muchas gracias ya sabes que yo le dedico toda mi energía a lo que sea que haga, supongo que al final eso se refleja.

–Indudablemente… ¡Oh! Perdona mi falta de cortesía, déjame presentarte, ella es una buena amiga mía, Ayana Sakai. Ayana, él es Tetsuya Ogawa, creo que está de sobra agregar algo más sobre él –y de alguna manera la identidad de ambas chicas había sido finalmente revelada, por lo que tras aquella presentación, el bajista volvió toda su atención a la segunda visitante para así poder saludarla como era debido.

–Muy buenas noches Sakai-san, espero que haya disfrutado del concierto, un placer conocerla –al mismo tiempo que hablaba culminó aquel saludo con una reverencia, en la cual mantuvo los brazos a los lados de su cuerpo y a la cual siguió una sonrisa un tanto amplia, tan cálida y encantadora como caracterizaban a Tetsu, y la cual provocó un tenue aunque inevitable sonrojo en las mejillas de la aludida, quien no tardó en imitar la reverencia que anteriormente había recibido.

–El gusto es todo mío Ogawa-san, y también es un gran honor el poder conocerlo; Yuko me ha hablado ya de usted, por eso me sentí muy emocionada cuando me dijo que vendríamos a saludarle. Además me confieso admiradora de su música, por eso cuando me habló de este concierto le insistí mucho para que me dejara acompañarla.

–Espero entonces que haya valido completamente la pena, le aseguro que siempre damos todo de nosotros para que cada concierto sea especial, de un modo diferente al anterior. Así que si me lo permiten les presentaré a mis compañeros, quienes me ayudan a hacer posible la magia –conforme hablaba fue retrocediendo para que se abriera el campo de visión de las visitantes y así pudieran divisar a los mencionados, quienes seguían intercambiando miradas de incredulidad, pues definitivamente les era difícil aceptar que acababan de ver a su reservado líder abrazar a una chica que en ningún momento habían visto cerca de él–. Chicos por favor salgan de su estupor y saluden, ella es Yuko Ogura –mencionó al mismo tiempo que señalaba a la chica de menor estatura–. Es modelo y cantante, nos conocimos en uno de los tantos eventos de moda a los que asisto y que a ustedes les parecen aburridos, ocurrió durante uno de nuestros recesos, pero es muy fan de L’Arc así que me dijo que cuando la banda volviera a los escenarios la tendría por aquí de visita. Por otro lado ella es Ayana Sakai… Bueno espero que ella disculpe que no pueda decir más acerca de ella puesto que no habíamos sido presentados antes, sólo sé que es amiga de Yuko –agregó en medio de una leve risa provocada por la obviedad de sus palabras. Sin embargo sus compañeros se miraron entre sí una vez más, después de todo había pasado mucho tiempo desde la última vez que vieron a su líder reír de ese modo tan infantil, y que creyeron que desapareció tras la traición que en primer lugar estaba ocasionando la división entre ellos. Y más aún, porque dicha risa había sido prácticamente dirigida a aquella chica que hasta apenas unos segundos atrás había sido desconocida para él, casi con un nerviosismo que tampoco habían percibido en él en mucho tiempo.

–Sí bueno… Encantado de conocerlas señoritas –el primero que fue capaz de hablar fue el vocalista, quien finalmente se levantó del sofá en que se encontraba echado para así acercarse a ellas, realizando una cortés reverencia que tenía como propósito completar el saludo que recién había pronunciado para ellas–. Mi nombre como deben saber es Hideto Takarai pero les agradecería que me llamasen Hyde –una vez que terminó aquella presentación, que podría haber parecido mecánica pero que en labios del elocuente cantante lucía tan natural, mostró una sonrisa seductora que acompañó sus palabras, provocando así un repentino aunque tenue sonrojo en las mejillas de ambas chicas.

–Tú siempre tratando de hacerte el interesante verdad Takarai –intervino esta vez el más alto de los músicos mientras dejaba de lado la guitarra con la que anteriormente jugaba recargado de espaldas en uno de los peinadores. Después se enderezó para acercarse a su amigo de la infancia, rodeando sus hombros con el brazo izquierdo ya que en seguida su diestra se ocupó en ofrecerle un saludo a quienes resultaban ser las invitadas de su compañero–. Un gusto señoritas, Ken Kitamura.

–Un gusto para mí también ─esta vez habló el último de los músicos ahí presentes, sin moverse del sillón en el que se encontraba sentado, después de todo era bien sabida la honda timidez que caracterizaba al baterista. De ese modo lo único que hizo fue inclinar de forma leve la cabeza a manera de una reverencia, a la cual sólo añadió su presentación sin voltear a ver directamente a las chicas, puesto que sus ojos sólo vieron de reojo a una de ellas, a la cual le dedicó una tenue sonrisa que casi pasaba desapercibida pero que gracias a que logró ser notada por ella, le fue devuelta en seguida– mi nombre es Yukihiro Awaji, pero pueden llamarme sólo Yukkie.

La llegada de aquellas chicas a las vidas de los músicos había acarreado numerosos cambios inevitables, incluso les había impresionado bastante en cierto modo y eso era lo más obvio. Tras unos días de aquel concierto, durante una tarde en que tres de los miembros de L’Arc~en~Ciel salieron de su rutina por un momento para así dedicarse a beber algunos tragos, aquel tema surgió en la conversación a pesar de los esfuerzos del bajista por omitirlo; sus amigos eran sumamente insistentes cuando sentían que algo alrededor de ellos cambiaba. Aún no se trataba de algo tan obvio que tuviera que alarmarlos de algún modo, pues dichos cambios en la energía alrededor se estaban presentando de forma paulatina, sin que el interesado de ello se diera cuenta todavía.

–A ver chicos, cuando me invitaron a tomar algo también dijeron que tenían algo muy importante qué tratar conmigo, pero hasta ahora no me han dicho nada; ni siquiera sé qué es aún, ¿podrían dejarse ya de tanto misterio por favor? –Hasta el momento un transitorio silencio se había instalado en medio de los tres, y su afán por romperlo no se relacionaba con que estuviera incómodo con ello; sin embargo le era necesario saber qué pasaba por las mentes de sus amigos, pues su experiencia le indicaba que eso era lo mejor cuando estaban tan misteriosos. Tras aquellas palabras de su parte, sus amigos intercambiaron una mirada que no supo interpretar, pues de cierta manera se preguntaban el uno al otro algo de lo que él no estaba enterado.

–No es algo tan del otro mundo Tetsu… Bueno creo que es mejor decirlo de forma un tanto directa, así que sé sincero; el día que nos visitaron esas chicas en el camerino tú actuaste de un modo un tanto diferente –comentó el alto guitarrista, quien mantuvo la mirada fija en el susodicho al mismo tiempo que apagaba el cigarrillo que fumaba con anterioridad, usando el cenicero de cristal cortado que había dispuesto justo en el centro de la mesa en la que se hallaban.

–¿Diferente? A qué se refieren –el intrigado chico de ojos marrones alzó una de sus cejas, mirando a sus compañeros, casi como si ellos provinieran de otro planeta.

–Sí. Te parecerá extraño que estemos diciendo esto, pues quizás no te diste cuenta, por eso es necesario que hablemos de ello –esta vez intervino el baterista conforme inclinaba su cuerpo sobre la mesa, hasta apoyar ambos codos sobre la superficie de ésta–. Cuando saludaste a la amiga de tu amiga, creemos que sonreíste de una forma en que hace muchísimo tiempo no lo hacías, y sentimos que regresaba esa sonrisa dulce que tanto te había caracterizado.

–Oigan creo que se están confundiendo, yo sólo sonreí por cortesía, pues a pesar de lo tenso que me sienta al encontrarme tan cerca de Takarai por tantas horas yo no sé ser descortés; y nuestra invitada, por así decirlo, se merecía aquellas atenciones de mi parte así que no piensen lo que no es.

–Bueno suponiendo que es como dices, que sólo mostraste tu eterna amabilidad, yo siento que para ella esa sonrisa representó mucho más que eso; evidentemente no te diste cuenta pero cuando te vio sonreír de esa manera se ruborizó un poco.

–Oh por favor, también se ruborizó cuando Takarai las saludó; las dos lo hicieron de hecho. Yuko es algo tímida, se sonroja con frecuencia, y pudo pasar lo mismo con su amiga; la diferencia es que Yuko ya siente confianza conmigo por eso no se sonrojó cuando la abracé.

–Por qué no admites que esa chica, Ayana, se emocionó por la manera en que le sonreíste Ogawa; después de todo, ¿por qué no lo haría? Estando frente a un hombre que, independientemente de que lo admira, es guapo y encantador.

–El único que posee ese encanto que nadie resiste es Hyde, y por eso es que él tiene una interminable lista de amantes mientras que yo no tengo a absolutamente y perdí al único ser que creí que me amaba.

–No te pongas tan pesimista, te hemos dicho que no vale la pena que sigas llorando por alguien que evidentemente no supo valorar tu amor ni todo lo bello que hay en ti, tanto por dentro como por fuera; sin embargo, por la manera en que sonreíste cuando la conociste coincidimos que acercarte más a ella podría ayudarte. Nosotros seríamos tan felices si ese Tetsu alegre y radiante volviera, y te lo aseguro, si lo consultáramos con Takanori, él estaría completamente de acuerdo.

–¿Me están sugiriendo acaso que invite a Ayana a salir? ¿Es eso?

–¡Vaya! Pero qué alegría que lo hayas captado con tanta rapidez.

–No Kitamura… No sé cómo me sugieres semejante idea cuando sigo tan herido por mi decepción pasada; sería hasta injusto para ella, sentiría que la estoy utilizando para volver a sentirme bien conmigo mismo, aunque ella no lo supiera es como me sentiría.

–Pero por qué tan extremista… No la estarás utilizando, solamente te acercarías a ella para conocerla y dejarla conocerte, eso no tiene nada de malo, de hecho es algo muy común. ¿O es que te incomoda el hecho de que es una chica? Digo, porque Gackt fue el único hombre con quien has salido, antes sólo salías con chicas.

–Mis circunstancias no son las más adecuadas como para pensar en salir con alguien, independientemente de su género.

–Mira Tetsu comprendemos a la perfección que sea difícil para ti asimilar tan de golpe la idea de comenzar a salir con alguien más, a pesar de que ya no sea tan reciente lo que pasó con Gackt; es lógico que te sientas inseguro de ti mismo, que tengas miedo de que te lastimen de nuevo, o incluso de lastimarla tú. Sin embargo no creo que sea mala idea que lo pienses, no descartes la idea sólo porque justo ahora no te sientes muy cómodo con ello, quizás cuando se enfríe completamente tu cabeza lo puedas meditar con más objetividad.

–Bueno ya que lo pones así, supongo que no me hará daño pensar al respecto antes de tomar una decisión definitiva… Probablemente no esté tan mal, después de todo Ayana parece ser una chica dulce y encantadora, y aunque no termináramos saliendo como ustedes me lo han planteado podríamos ser buenos amigos.

–Supongo que eso ya nos da alguna esperanza, sólo te pido un favor: sea lo que sea cuéntanos lo que decidas, sabes que siempre cuentas con nosotros.

–Incluso si únicamente se trata de escuchar las cursilerías que se te ocurran para la cita –añadió por último el alto compositor a manera de broma, al mismo tiempo que una carcajada general se hacía presente entre los tres.

A partir de ese momento, sin que ninguno de ellos lo supiera, comenzarían a ocurrir numerosos eventos que traerían cambios de muchos tipos, aunque no sólo para ellos tres. Por un lado, el hecho de que más adelante Tetsu se decidiera a pedirle una cita a Ayana terminaría involucrando a ésta última en una historia de la que no tenía ningún conocimiento; un ciclo que, por más que le pesara al bajista, aún no se cerraba para él ni para la segunda mitad que lo constituía. En segundo lugar, Ken y Yukkie seguirían el ejemplo de su líder de alguna manera, pues ambos habían tomado una decisión que, sin importar que desearan ser discretos al respecto para que nadie se enterara antes de tiempo, dicha decisión marcaría de un modo definitivo sus destinos y el de otras personas; y finalmente, Hyde estaba por recibir una propuesta que también cambiaría su vida, además del rumbo que diversos aspectos de ella comenzaban a tomar, y muy posiblemente dejaría de ser el Hyde que todos conocían hasta entonces. La vida es un flujo de energía cuya dirección y carga dependen de las decisiones que se toman, las personas con quienes se relaciona el individuo en cuestión, los lugares en los que se encuentra, y la manera en que recibe los cambios; por ello los cuatro músicos estaban a punto de sellar sus destinos de un modo inimaginable.
Notas finales:

Resulta un poco obvio lo que pasará debido a la presencia de estas chicas ¿verdad? Por eso, espero que me hagan saber sus impresiones y opiniones al respecto, ya saben, todo es bienvenido en la caja de comentarios, siempre y cuando haya respeto de por medio. En estos momentos no tengo nada más qué decir así que sólo esperaré sus comentarios, ¡ah! Y les recuerdo pasar por mi página en facebook para que se enteren de cualquier novedad. Nos leemos la próxima, saludos a todos, hasta entonces, dulces lunas ♥

http//:www.facebook.com/Niji.Takagawa

**Nota**

Por cierto, quería hacerles saber que Yuko Ogura realmente existe, aunque juro que ya no sé por qué la elegí a ella, estuve buscando modelos y eso, y me la encontré a ella~ supuse que quedaba bien ya que se supone que Tetsu la conoció en un evento de modas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).