// Pensamientos //
+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++
----------- Flash Back ---------
Capitulo anterior:
-No me queda nada Potter y no quiero volver con mi padre, deseo terminar con todo esto. Es por eso que cuando nazca el bebe tu acabaras con mi vida. Yo solo deseo morir Potter. Deseo por fin descansar.
El moreno lo quedo mirando en silencio y sus intensos ojos verdes se abrieron de la sorpresa. Otra vez Malfoy lo desencajaba con sus peticiones y otra vez lo hacía sentir mal. Le hacía ver lo insignificante y despreciable que era. Porque Harry Potter en vez de ser un héroe noble de corazón. Ahora era solo un hombre estúpido, orgulloso e infantil.
8- QUIERO SER FELIZ…
Harry solo movió la cabeza aturdido, asintiendo de paso y salió rápido de ahí, no dijo ninguna repuesta, simplemente no le salieron las palabras, y Draco no supo si había aceptado o no. Pero en su posición, lo único de esperanza que quedaba era creer que su respuesta había sido “Sí”. Que el moreno lo haría. Que lo mataría cuando todo esto terminara. Ya que no lo quería, nadie en su sano juicio lo querría a él, nadie. Ni siquiera el gran héroe del mundo mágico.
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Habían pasado 2 meses y la vida en la casa Potter seguía normal, como si nada hubiera pasado entre ellos. Harry se levantaba temprano para ir a trabajar y Malfoy seguía con sus deberes de mayordomo en la casa. Encargándose de todo.
Potter a pesar de que parecía ignorarlo todo el tiempo, siempre lo observaba desde el espejo encantado de su oficina o en su habitación, en silencio miraba al rubio que se movía por el living y la casa arreglando todo, esto se estaba volviendo casi una manía, que n pensaba decir a nadie. Se podría decir que cada 10 minutos lo miraba y muchas veces quedaba pegado en la imagen pálida del rubio, en su semblante triste, su caminar elegante y refinado.
Como Draco le había dicho esa tarde, se estaba cuidando del embarazo. Hermione como su medimaga personal y exclusiva le había dado una dieta alimenticia llena a de vitaminas y fortalecientes nutritivos ya que el rubio estaba muy delgado y débil. Él la comía casi todo en silencio. De hecho, el rubio se había vuelto más silencio y más para dentro. A veces parecía ido, casi un autista, no expresaba ni dolor, ni felicidad, ni miedo, solo resignación. Vivía el día a día, no esperando nada de nadie. Su vista se perdía cada vez más en el paisaje de la ventana. Pronto seria libre, muy pronto.
-Pareces un maniático voyerista Harry - Le dijo Ron esa tarde sonriente mientras entraba a su oficina y se sentaba frente a él - Confiésalo, él te obsesiona mucho, yo creo que incluso hay un grado de atracción ahí. Eso es seguro.
-No seas ridículo Ron - Harry bufo molesto mas por ser descubierto mirando, que por el comentario. Apago la proyección de Draco con su varita - Solo lo vigilo para ver si no hace nada estúpido con mi hijo.
-Él ya te ha demostrado que no lo hará, de hecho, es muy tranquilo, parase como que no existiera, es como una muñeca sin alma. Lucius lo ha entrenado muy bien - Lo ultimo el pelirrojo lo dijo molesto, por su mente pasaban quizás que cosas que le había hecho Lucius Malfoy a su hijo - ¡Ese maldito prejuicioso es capaz de todo por escalar un rango social! Incluso es capaz de sacrificar a su único hijo, nunca pensé que Malfoy viviera así. Eso no se lo desearía ni a mi peor enemigo.
-A mí también me sorprendió, pero lo hecho, hecho esta - El tono de Potter era tranquilo, parecía que trataba de ser indiferente a todo lo relacionado con Malfoy.
-Tú podrías ayudarlo Harry - Ron lo miro intensamente. Este tema ya lo habían conversado con su esposa y sabían que la solución real a los problemas de Malfoy (Aunque Harry también fuera en parte uno de ellos) era el mismo Harry - Tu podrías sacarlo de toda esta mierda, tú podrías…
-¡Para ahí Ron! - La mirada verde afilada brillo con intensidad, sus 2 amigos hacia bastante tiempo que les había dado por transformarlo en el salvador del rubio cuando el mismo se había hecho a un lado, ya no quería más problemas, estaba asumiendo el tema de su hijo, pero no se haría cargo de la madre, no cuando esa madre era un Malfoy - ¡Ya les he dicho mil veces que no voy a hacer nada! ¡¿Es que acaso quieren que se los dibuje?!
-¿Entonces porque lo miras a cada rato? ¿Porque lo observas con tanta obsesión? ¿Por qué te enfureciste tanto cuando Croguer trato de violarlo? ¡¿Por qué?! Y no me vengas con eso de tu orgullo herido y otras tonterías. Te conozco demasiado bien hermano. Tú no puedes actuar frente a mí y que decir frente a Mione. A ninguno de nosotros 2 nos puedes engañar.
-No sé a lo que te refieres - Dijo Potter mirando hacia la pared, odiaba que le dijeran que hacer y por sobre todo que tuvieran razón. Sabía que no se estaba portando bien con Malfoy, pero eso no quería decir que lo aceptara.
-Bien, sigue así - Ron se dirigió a la puerta ofuscado para irse, su amigo siempre había sido un terco de primera y cabeza hueca. Menos mal que él había madurado. Pero antes de irse se volteo y hablo firmemente al pelinegro, pero su voz a pesar de ser severa sonaba con amor y preocupación. El camino que había tomado Harry después de la guerra no era el correcto y esta era la oportunidad de enmendarlo - Sigue negándolo a ti mismo, sigue siendo el cretino que sé que en el fondo No eres. Y otra cosa Harry - Ahora su voz se torno más suave, debía hacer entender bien a su amigo y hermano - Sirius, Remus, mi hermano y todos los otros que fallecieron en la guerra nunca más volverán del mas allá. Asúmelo Harry y sobre todo, asume que no es tu culpa. Estoy seguro que a ninguno de ellos les gustaría saber que tú todavía los lloras y no superas su perdida. Si bien ellos murieron, TÚ nos salvaste a todos nosotros, a todos. Y eso debería darte las fuerzas para levantarte cada día y tratar de ser feliz.
Harry abrió los ojos por la sorpresa. Ron había descrito todo lo que él sentía, toda la culpa y dolor que le carcomía el alma. Todo el miedo de perder nuevamente a un ser querido, toda palabra dicha por su amigo era una cruel verdad, y esos sentimientos eran como espinas sangrantes en su corazón.
Tenía miedo, si, miedo. Al final de cuentas no era tan fuerte como todos creían. Se sentía como un vil cobarde porque no quería sucumbir en esa agradable sensación de tener a un ser querido y luego perderlo. Sabía que Draco no tenía la culpa, la verdad, es que nadie tenía la culpa. Nadie podía decirle a la misma muerte que se fuera. Ni él con todo su poder. Suspiro cansado, debía pensar y pensar muy bien. Creía que este era el momento, si no cambiaba ahora después sería más difícil. Iba a ser padre y aunque se arrepentía por como lo había hecho, se sentía feliz por saber que algo suyo estaba creciendo en el cuerpo de Malfoy. Quería hacer las cosas bien, debía hacerlo bien.
Quería ser feliz.
Quería definitivamente serlo.
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Hermione junto con Ron los visitaban todas las tardes, comían juntos y después de que la chica revisara al rubio se iban ya más tranquilos. De hecho, esa tarde el rubio repartía la cena para ellos como siempre, su expresión era calmada e indiferente.
-Esto se ve muy rico Draco - Hermione hablaba contenta adoraba las comidas que el rubio escogía, y hace varias semanas había decidido sin preguntarle a nadie llamarlo por su nombre, era su medimaga personal y ya le tenía estima, Malfoy por supuesto no dijo nada - Muchas gracias por todo.
-¿Tu ya comiste Malfoy? - Hablo serio Harry aunque ahora su tono no era burlón. Y la pregunta le había salido más por casualidad. Sus amigos guardaron silencio observando el momento.
-Después de que les sirva a ustedes lo hare - Dijo Draco tranquilo, mirando al suelo como siempre. Nunca directo a los ojos de él.
-Entonces siéntate con nosotros - Ahora si el rubio miro al moreno extrañado, Ron y Hermione sonrieron para sus adentros y se lanzaron ambos una mirada significativa tratando de que Harry no se diera cuenta o si no lo arruinaría todo - Vamos siéntate, nadie en esta mesa te comerá - Algo cohibido se sentó el rubio junto a Hermione. Harry estaba a la cabeza, Ron a su izquierda y Hermione a su derecha.
El elfo domestico les sirvió ahora en silencio la comida.
Se podría decir que Draco estaba muy nervioso. El rubio ya se había acostumbrado a comer solo en su habitación mirando por la ventana. Sin molestar a nadie con su presencia. Así tampoco recibía feas miradas y palabras de desprecio. Sobre todo cuando estaba con su padre. En la mansión Malfoy se había acostumbrado a encerrarse en sí mismo. A no existir.
-Es genial que estés con nosotros Draco, Harry debo felicitarte por tu excelente idea - La mujer hablaba tranquila tratando hacer que el rubio se sintiera cómodo. La cena fue agradable. El matrimonio Weasley era el más animado, Harry también trataba de entablar alguna conversación pero no podía de dejar de mirar a Malfoy. Este comía en silencio y cabeza gacha, contestaba con monosílabos cuando Mione le preguntaba algo ¿De dónde había salido la idea de invitarlo a comer en la misma mesa? ¿Quizás las palabras de Ron habían hecho efecto en él? Aunque no se arrepentía para nada. Obvio que eso no lo diría a nadie.
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-El bebe sigue creciendo, fuerte y sano - Sonrió Granger al rubio, Draco solo la miro ido, estaba acostado en su cama con su estomago expuesto y la chica sentado a su lado - ¿Te ha dolido mucho?
-En las noches un poco, hago los ejercicios circulares en el estomago que me pediste y se hacen mas débiles.
-No son ejercicios circulares Draco - Le reprocho la mujer por su indiferencia, quería que Malfoy también se hiciera parte en el embarazo, quería que el sintiera al bebe como suyo y no como si no existiera - Son caricias suaves hechas con amor, eso siempre reconforta a los bebes, su magia se mescla con la de su madre.
-Yo no soy ni seré su madre Granger, lo sabes - Draco siempre hablaba así, siempre aterrizaba todo a la realidad, eso le hacía más fácil asumir su condición actual. Se podría decir que lo hacía sufrir menos.
-¿Lo llevas en tu vientre no? ¡Pues entonces lo eres! - Bujo Granger molesta, odiaba esa actitud de Draco. Ella y Ron se habían empecinado en juntarlos (Entiéndase Harry y Draco) Y al parecer, ellos no se daban ni cuenta, bueno no había que echarle la culpa a Malfoy si Harry se comportaba como un bruto - El punto es ¿Si el crecimiento del bebe te duele?
-¿Le duele? ¿Algo le duele? - Harry había entrado a la habitación a observar la revisión del bebe, Draco ya estaba en el tercer mes y ya se notaba un poco la pancita.
-Bueno Harry, Draco es un hombre y su cuerpo no está condicionado a tener hijos, la magia de ambos forma un capullo en su interior que hace que el bebe pueda estar seguro en su vientre, pero al ir creciendo es un poco doloroso para quien lo lleva - Mione hablaba ahora en su pose de medimaga, amaba su trabajo y ponía todo su empeño en que fuera lo mejor posible.
-¿Y es muy doloroso para él? - Harry se acerco a ellos rápidamente, parecía preocupado. Draco instintivamente se tapo la panza, Potter siempre lo ponía nervioso y no le gustaba que lo viera en esa posición aun más vulnerable - Malfoy ¿Desde cuándo te duele?
-Desde hace como un mes - Dijo bajito el rubio, Harry entrecerró los ojos preocupado ¡El ni siquiera se había dado cuenta! - Pero no es mucho… Son solo molestias - Trato de excusarse el rubio viendo la cara que ponía Potter, de seguro lo retaría.
-Hermione ¿Y podría yo en algún modo aliviarlo? -
-¿He? - Ahora la chica abrió los ojos por la sorpresa, luego le sonrió con cariño. Se rasco la frente, su amigo muchas veces era un poco bipolar - Bueno, le estaba mencionando a Draco que se hiciera suaves caricias en el vientre, sobre todo en la noche, eso lo conectaría mas con el bebe y su magia. Tu perfectamente puedes hacerlo también ¡Eso sería estupendo! - Dijo más entusiasmada que el mismo Draco - Ambos son sus padres y el niño necesita de ustedes dos.
-No es necesario Potter yo puedo hacerlo solo de verdad - El rubio trato de que el tema no fuera tan importante, mas bien no quería a Potter muy cerca de él.
-Ni hablar, yo voy a ayudarte - Harry se arrodillo en la cama, levanto la pollera del rubio, este se tenso un poco. Potter lo miro fijo pero no dijo nada. Poso sus manos en el vientre del rubio acariciándolo, se concentro y dejo salir su magia suavemente.
Draco suspiro suavemente, esa caricia se sentía muy bien. La magia de Potter era cálida. Relajo su semblante, un calor lo envolvió y un alivio general paso por todo su cuerpo. De seguro Potter amaba a su hijo, de ahí la calidez de la magia. Poco a poco comenzó a dormirse, la sensación era tan agradable, era como cuando su madre lo abrazaba. Así, intenso y puro. Se podría decir que llevaba años sin sentirse así.
-Lo estás haciendo muy bien Harry - Dijo Hermione bajito, tocándole el hombro. Le hizo un giño al moreno para que mirara al durmiente - Draco de seguro estaba muy cansado, estas molestias pueden ser algo fuertes si no se tiene apoyo. Te felicito.
-Quiero hacer las cosas bien ahora Hermione, el niño no tiene la culpa de nada, lo sé. Yo quiero que se sienta orgulloso de su padre. Quiero que sea feliz y que se sienta amado - Harry termino de darle magia y ambos salieron de la habitación, dejando a Draco profundamente dormido con una sonrisa en el rostro que desconcertó a Potter.
-Me parece excelente esa idea Harry - Dijo la chica sentada en el living tomándose un té, aprovechando también que su amigo estaba más tranquilo y muy dispuesto a ayudary hablar - Pero aquí no solo el niño tiene que ser feliz, también esta su otro padre. Él… Bueno, tú sabes perfectamente lo que él ha sufrido. Aunque no lo creas su estado de ánimo también afecta al bebe. Quiero ayudarlo Harry, se que tu lo devolverás a Lucius pero creo que es tan injusto todo esto.
-Mione ¿Sabes lo que me pidió Malfoy a cambio de no quitarse la vida y dejar crecer al bebe en él? - Harry necesitaba sacarse la espina con alguien, necesitaba un consejo.
-¿Una condición? No entiendo ¿A qué te refieres? - Ya la chica en esos momentos estaba asustada.
-Él no quiere volver con Lucius Hermione, y tampoco quería un hijo al cual el no pudiera ofrecerle nada. Tu misma viste que trato varias veces de quitarse la vida. Cuando hable con él me pidió solo una condición para seguir con su embarazo.
-¿Cual Harry? ¡Me estas matando del susto!
-Me pidió que no lo entregara a su padre, que estaba cansado y que cuando tuviera al bebe, lo matara - Harry se levanto y empezó a caminar por la sala angustiado, entendiendo al fin lo que el rubio le pedía, en aquel momento solo podía ver mas allá de su capricho incumplido y orgullo herido. Pero ahora era todo diferente.
-¡¿Y tú que le dijiste Harry?! ¿No me digas que tu…?
-Yo solo quede aturdido ¡Jamás me espere algo así! Asentí con la cabeza y arranque de ahí como un cobarde. Yo… Hermione, yo sinceramente no se qué hacer… - Ahora el moreno se tiro al sillón cansado - Siento culpa y remordimiento, reconozco que de primera solo lo odiaba y quería hacerle daño, pero cada vez que lo vigilaba ¡Él no hacía nada! Siempre siguió mis órdenes al pie de la letra, sin quejarse o contradecirme. Cuando escuche y vi a Lucius tratarlo mal, supe ahí lo que había sido su vida, en cómo había sido educado. Luego paso lo de Croguer y después lo que le hice yo. Sinceramente Herm esto me supera. Esto… Él me descoloca cada vez más. Cualquier persona normal se aprovecharía de esta oportunidad y me sacaría dinero, tal como lo hace su padre ¡Pero Draco Malfoy no! ¡Él no hace nada! Y yo lo he dañado de la peor manera.
-Harry déjame decirte que estoy realmente sorprendida por tu cambio de actitud - La chica se acerco al moreno y lo abrazo con cariño - Es bueno saber que está volviendo mi viejo amigo al que yo tanto quiero - Le beso la frente como lo hace una madre a su hijo - Aun no es tan tarde Harry, nos quedan 6 meses para dar vuelta las cosas y remediar esto. No te estoy pidiendo que te enamores de Malfoy, aunque uno nunca sabe. Solo ayúdalo Harry, demuéstrale que él no es solo una cosa y que también puede ser tratado como persona. Vamos a ayudarlo juntos Harry, porque somos amigos y una familia. Nosotros siempre te apoyaremos en todo y lo sabe.
-Gracias Hermione, Ron es el que me hizo aterrizar el otro día. Gracias a ustedes amigos por estar siempre conmigo - El moreno le sonrió a su amiga con confianza - Ahora la prioridad es el bebe y Malfoy, pero debo cuidarme de Lucius, ese maldito no me la hará tan fácil. Aunque solo voy a hablar con él cuando el plazo este por cumplirse, así no le daré tiempo para que planee nada más.
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Draco entro al estudio del moreno en silencio, estaba limpiando la cocina cuando Potter lo mando llamar. Su semblante había cambiado un poco, ya no estaba tan pálido. Harry iba todas las noches a darle magia al bebe y eso lo reconfortaba mucho. Sin duda el hijo de Potter sería muy amado por su padre ya que se tomaba las molestias de cuidarlo incluso hasta antes de que naciera. Ese bebe tendría una mejor vida que el.
-¿Me llamaste Potter? - Dijo el rubio poniéndose en frente al moreno que estaba sentado en su escritorio revisando unos papeles.
-Hola Draco - Harry hablo tranquilo, desde hace algunos días había decidido llamar al rubio por su nombre, lo había hecho más como una muestra de respeto hacia él, aunque notaba que el rubio no se acostumbraba todavía a ello - Hace tiempo atrás me pediste un libro ¿Recuerdas? - El rubio enarco una ceja extrañado, solo asintió con la cabeza. La nueva actitud de su dueño lo perturbaba y no sabía cómo interpretarlo - Bien, aquí en el estudio hay suficientes libros para que te diviertas, escoge el que quieras y léelo a tu gusto - Draco solo quedo inmóvil frente a él mirándolo asombrado con sus increíbles ojos grises muy abiertos - ¡Vamos Draco, hazlo! Escoge el que gustes, son todos tuyos.
El rubio rápidamente se acerco en silencio al mueble y escogió uno, pensando que pronto Potter se arrepentiría de todo esto y lo echaría del lugar.
-Gracias Potter - Dijo tranquilamente el rubio y se acerco a la puerta para irse, lo leería en su rato libre en su habitación.
-¿A dónde vas Draco? - Potter no había perdido en ningún momento de vista al rubio, pudo contemplar sus reacciones al leer los títulos de los libros y sus pequeñas muecas de felicidad.
-Yo… Voy a terminar con mis deberes y luego leeré el libro en mi habitación - Su voz sonaba algo asustada, Harry odiaba cuando hacia eso. Al parecer Malfoy todavía no entendía que él ahora no quería hacerle daño.
-No es necesario que termines tus deberes ahora Draco, los elfos se encargaran de eso después - El moreno se veía tranquilo y su voz se escuchaba igual - Ahora ocupa el sillón que está al lado de la ventana y lee tranquilamente mientras yo termino con estos estúpidos escritos.
Malfoy se quedo unos segundos de pie en silencio, lo más probable que tratando de entender bien la situación y al comprobar que Potter volvía a colocar su cabeza en los papeles del escritorio obedeció la orden. Se sentó y abrió el libro, de primera nervioso y luego se metió en la lectura concentrado.
Pasaron como 2 horas cuando Harry se dio un respiro, levanto la cabeza y vio al rubio dormido en el sillón con el libro en sus brazos. Se acerco a él y lo miro intensamente. El rubio era hermoso, con su piel blanca como la nieve y sus cabellos rubios. Una hermosa joya manchada por su propia familia. Un chico dañado por la vida igual que él. Eran tan iguales y distintos a la vez. Le saco el libro de los brazos. “El Principito” decía el titulo, que texto más apropiado para él. Ya que para Harry, Malfoy siempre fue un principito, aunque era solo una fachada. Una vida cruel y torcida se ocultaba a los demás.
Lo tomo entre sus brazos para llevarlo a la habitación del rubio y así descansara mejor, noto que todavía seguía muy delgado, por eso mismo se notaba bastante el vientre en su cuerpo, si estaba casi en los huesos antes del embarazo. El rubio no despertó. Hermione le había comentado que Draco estaría muy cansado y que se dormiría con facilidad. Cuando estaba a punto de bajar a las habitaciones de empleados retrocedió. Ese lugar ya no era cómodo para su hijo y el padre de este. Subió con el rubio por las escaleras hacia el segundo piso, dirigiéndose a su propia habitación y lo acostó en su cama con mucho cuidado, tapándolo apropiadamente.
-¿Que voy a hacer contigo Draco? - Dijo Harry tranquilamente mientras le corría uno de sus rubios mechones. Se sentó a los pies y lo miro dormir. Estaba hipnotizado por la tranquila respiración del rubio y su presencia ¿Hipnotizado o idiotizado? Más bien no lo sabía, ambas lo definían muy bien y lo asustaban. Aunque tampoco podía evitar el bombeo fuerte de su corazón que latía violentamente cuando miraba al rubio.
Estaba arrepentido de todo lo que había hecho, si.
Estaba tratando de cambiar en algo su comportamiento, si, definitivamente.
Y las palabras de Ron venían a su cabeza sin cesar…
// “Sirius, Remus, mi hermano y todos los otros que fallecieron en la guerra nunca más volverán del más allá. Asúmelo Harry y sobre todo, asume que no es tu culpa. Estoy seguro que a ninguno de ellos les gustaría saber que tú todavía los lloras y no superas su perdida. Si bien ellos murieron, TÚ nos salvaste a todos nosotros, a todos. Y eso debería darte las fuerzas para levantarte cada día y tratar de ser feliz” //
Quería una familia, si.
Y como había estado haciendo las cosas solo le traía rabia y soledad. Dañando a seres inocentes a su paso. Era hora de madurar, ya no habrían más errores.
Y quería ser feliz. Muy feliz junto a su hijo y…
Quien sabe… Aunque en su cabeza se imagino a unos grandes ojos grises y brillantes cabellos de oro.
*********** Continuara *********