Capítulo Tres.
– ¿Qué te parece ese nombre?
–No me gusta.
– ¿Y este?
–Tampoco.
Horohoro e Yoh estaban viendo una revista sobre nombres japoneses para bebés.
–No entiendo por qué el nombre del bebé debe ser en japonés– Comentó Horohoro.
–No quiero que lo molesten en el colegio por su nombre– Respondió el futuro padre. –Piénsalo. Una cosa es que se llame Kenta o Kaoru Asakura a Peter o Lupita Asakura– Añadió. –No les queda bien.
–Sí, tienes razón.
–Decidir un nombre es tan difícil.
–Como lo es pasarse por una mujer.
–Vamos, tú usarás ese vestido por unos días– Lo miró de reojo. –Mi hijo o hija tendrá su nombre por el resto de su vida.
–Aún no puedo creer que Ren aceptara que fingiera ser tu esposa.
–Vamos, necesito estar casado para adoptar aquí– Dijo. –Y tú eres el amigo en quien más confío.
–Quiero el divorcio.
–Lo tendrás luego de tener al bebé.
–Pero lo quiero ahora– Enojado, Horohoro se dirigió a la puerta. –Pasaré la noche en lo de Ren, nos vemos mañana– Se fue del cuarto.
–Horohoro, no te enojes– En ese momento alguien toca la puerta. –Tan rápido y ya se arrepiente.
Yoh abrió la puerta y se encontró con que al otro lado estaba la misma persona de la tarde.
–Hola– Saludó. –Quería disculparme por lo ocurrido anteriormente.
–No pasa nada– Yoh se quedó embobado al verlo, aquel era tan parecido a él, solo que tenía el pelo largo. –Que tenga un buen día– Intentó cerrar la puerta, cuando la otra persona lo detuvo.
–Me preguntaba si podría pasar– Dijo. –Tranquilo, no voy a hacerte daño. Solo soy un simple fotógrafo que está de vacaciones.
–Sí, claro– Le permitió pasar, para luego cerrar la puerta. – ¿Hay algo de lo que quieras hablar?
–Sí, me has llamado la atención al verte– Contestó. –Eres muy guapo.
–Gracias– Se sonrojó. –Tú también eres hermosa.
–Soy hombre.
–Lo siento mucho.
–No importa– Se sentó en la cama. – ¿Cómo te llamas, precioso ángel?
–Soy Yoh Asakura– Se presentó. – ¿Y tú?
–Mi nombre es Hao– Respondió. –Hao Kaijo.
–Mucho gusto, Hao– Ambos se dieron un apretón de manos.
– ¿Y qué te trae por aquí? – Le preguntó.
–Quiero adoptar un bebé– Explicó. –Y un amigo se “ofreció” para hacerse pasar por mi esposa, ya que hay que estar casado por lo menos diez años si se quiere adoptar.
– ¿Y qué pasó?
–Se enojó y luego llegaste tú.
–Ya veo– Cerró sus ojos un momento. –Si quieres yo puedo hacerme pasar por tu esposa. Por cierto, ¿Estás casado?
–Soy soltero, y gracias, pero prefiero esperar a mi amigo– Respondió. – ¿Y qué hay de ti?
–Soltero. Aunque… – Se acercó a Yoh. –No creo que eso dude.
–Hao– Se sonrojó. –Pero si acabamos de conocernos.
–Entonces te acompañaré en estos días que estás aquí y veremos si tengo alguna oportunidad.
Mientras tanto.
–No sé cuánto más podré aguantar, Ren– Horohoro estaba harto de hacerse pasar por una mujer. –Me agrada Yoh, pero esto va muy lejos.
–Te entiendo, pero debes ser fuerte.
–No sé si pueda serlo.
–Escucha, si te calmas voy a dejar que lo hagamos esta noche– Lo abrazó. – ¿Sí?
–Sí– Sonrojado, Horohoro besó de una manera muy apasionada a Ren, para luego recostarlo en la cama. Sería una larga noche.
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Lo primero que hizo Horohoro al día siguiente fue mimar un poco a su novio, quien aún permanecía dormido. Se levantó de la cama y se puso de vuelta el vestido y la peluca. Salió del cuarto y se dirigió a la habitación donde dormía Yoh. Apenas abrió la puerta se encontró con que el chico estaba con otro hombre, para colmo ambos estaban desnudos.
– ¿Pero qué? – Molesto, Horohoro los sacudió a ambos, causando que despertaran. – ¿Se puede saber qué pasa aquí?
– ¡Horohoro! – Asustado, Yoh se cubrió lo más que pudo con la sábana. –Puedo explicarlo.
–Yoh, ¿Cómo pudiste? – Lo apuntó con el dedo. –Te entregué todo y tú me engañas con alguien que apenas conoces.
–Oye, tranquilo viejo– Intentó tranquilizar un medio dormido Hao.
–Tú no hables rompe hogares– Lo miró.
–Horohoro, te estás comportando como un idiota– Añadió Yoh. –Hao y yo no tuvimos relaciones, y tú ya tienes novio. No sé por qué te pones así.
–Lo siento– Se sentó en la cama. –Es solo que esto de adoptar me estresa– Miró a su amigo. –Pero, ¿Serás un buen padre? Digo, acabas de estar con un desconocido en la cama…
–Oye, tengo nombre.
–Sí, sí– Lo ignoró. –Yoh, debes saber que no puedes estar con desconocidos si vas a tener un hijo.
–Tranquilo– Se acercó a él y lo abrazó. –Yo estaré bien, no te preocupes.
–Y yo lo protegeré, cuñadito– Hao también lo abrazó, para molestia de Horohoro.
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–Buenos días, ustedes deben ser Yoh y Horohota Asakura– Una mujer entró a la sala. –Mi nombre es Ling, y seré la encargada de entregarles a su hijo.
–Mucho gusto, Ling– Yoh le estrechó la mano. –Y, ¿Cuándo tendremos a nuestro hijo?
–Pues deben pasar un par de días– Contestó. –Mientras tanto pasaré tiempo con ustedes para ver cómo va su relación.
–Ya veo– Yoh bajó la cabeza decepcionado.
–Y de paso veo como es su intimidad– Los miró de forma picarona.
–Entendemos– Ambos dieron un suspiro de resignación.
Continuará.